Introducción
La lumbalgia es considerada un problema común que se puede experimentar en algún momento de la vida, y el dolor uno de los principales motivos de consulta en los centros médicos, debido a que este limita de forma importante la vida laboral de los individuos 1.
Esta patología se caracteriza por dolor, tensión muscular o rigidez localizada entre el borde inferior de la última costilla y por encima de los pliegues glúteos inferiores. Esta sintomatología puede o no estar acompañada por dolor irradiado a los miembros inferiores (ciática) 2.
Los datos de prevalencia son interesantes: a nivel mundial se encuentran entre el 1,0 % y el 58,1 % 3 y para Latinoamérica se calculan cifras de 10,5 % 4. Por otra parte, la incidencia anual de dolor lumbar oscila entre 6,3 % y 15,4 %, con lo que se puede inferir que los episodios de dolor pueden ser recurrentes en el tiempo y esto aumenta las cifras hasta un 36 % 3.
Es importante mencionar que la lumbalgia es una enfermedad que no solo impacta al individuo en sus diferentes aspectos, sino que además influye de manera significativa en los sistemas de salud, dado que constantemente se incurre en gastos derivados de los aumentos de tiempo de incapacidad, así como en indemnizaciones. A nivel mundial esta enfermedad ocupa el primer lugar en términos de discapacidad y el sexto en enfermedad general 4. En Australia el costo de la enfermedad representó una carga económica masiva y un problema de salud importante que llegó a los $9,2 billones AUD 5, mientras que para el Reino Unido esta patología le costó al sistema de salud aproximadamente €11.000 millones en 2000 3. En Serbia, el costo de tratamiento aproximado fue de €200,40 por paciente por año, y los mayores volúmenes de costos fueron debido a las visitas a especialistas en instituciones de atención primaria de salud (€ 9,39) 6.
Es preciso mencionar, además, que para México durante 2007 se otorgaron 27,8 millones de días de incapacidad, con un promedio de 12 días por persona, lo que en peso mexicano corresponde a un gasto de $5000 millones 7.
Información reportada por la guía europea para el manejo del dolor crónico afirma que alrededor del 11 % al 12 % de la población tiene discapacidad por dolor lumbar 8, lo que evidencia un panorama de lo que sucede en el mundo y nos lleva a cuestionar la magnitud del problema en Colombia.
De acuerdo con un estudio realizado en Cali, a medida que la edad aumenta también incrementa la lumbalgia, las incapacidades el tratamiento y, por ende, los costos de esta 9; sin embargo, no está claro cuál es la cifra exacta de su impacto económico. Además, se evidenció un aumento proporcional entre la lumbalgia, la incapacidad, el tratamiento y su costo. Por ejemplo, durante 2014 el Hospital Militar Central atendió 3920 pacientes que consultaron por lumbalgia, que corresponden al 14 % de todos los pacientes atendidos por ortopedia.
Cuando se habla del origen de la enfermedad, solo del 5 % al 15 % de los casos tienen una causa específica, por ejemplo, una fractura por osteoporosis, neoplasias o infección; sin embargo, para el 85-95 % de los casos restantes no hay una causa específica clara del dolor lumbar, pero se conocen factores de riesgo que podrían influir en el inicio o la recurrencia de la lumbalgia, como factores ambientales , personales y psicológicos, algunos de los cuales podrían ser modificables 3.
Dentro de los factores modificables se encuentra el peso corporal, que al aumentar genera sobrepeso y obesidad, siendo esta una enfermedad que afectó a más de un tercio de la población mundial para 2015 10, y causó alrededor de 3,4 millones de muertes durante 2010 11. Lo anterior refleja que si esta enfermedad continúa en aumento, para 2030 el 38 % de la población sufrirá de sobrepeso y el 20 % tendrá obesidad 10.
De acuerdo con el informe de indicadores básicos generado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para 2017 en las Américas se contaba con una población total de 1.006.000 millones de habitantes, de los cuales 49.066 millones corresponden a la población colombiana, de la que se ha calculado una tasa de sobrepeso y obesidad de 54,2 % para hombres y 58,0 % para mujeres 12.
Con el aumento anual de estas tasas los gastos médicos se incrementan por las hospitalizaciones, los medicamentos y las comorbilidades asociadas a esta enfermedad. El gasto por año para un hombre obeso es de US $1,152 mientras que para las mujeres este valor se duplica a US $3,613 (valores de 2005 para Estados Unidos); de acuerdo con esto, se calculó que se gastan aproximadamente US $190 billones por año, es decir, el 21 % de los gastos en salud. De igual modo, en Europa para 2008 este costo estaba alrededor de € 10,4 billones anuales 10. En conclusión, la obesidad es uno de los principales problemas de salud pública en el mundo y está categorizada como una pandemia 13,14.
Se cree que las causas del aumento de peso en la población están relacionadas con los cambios en la alimentación y el pobre estilo de vida, lo que da como consecuencia el aumento del Índice de Masa Corporal (IMC); se considera que a mayor IMC se intensifica el riesgo de contraer enfermedades crónicas, y a esto se suman trastornos musculoesqueléticos como el dolor lumbar 13,14.
Teniendo en cuenta lo anterior, se evidencia una relación importante entre el sobrepeso y la obesidad como un factor de riesgo para la lumbalgia. Algunos estudios han revelado que el sobrepeso y la obesidad acrecienta la prevalencia del dolor lumbar 15-17, lo que lleva a generar carga biomecánica anormal, pérdida de masa muscular en los miembros inferiores, incremento de los niveles de inflamación sistémica y los niveles de artritis 18. Esto hace que más personas consulten por dolor lumbar, y eleva proporcionalmente la prevalencia de esta enfermedad; además, produce un alto número de discapacidades temporales o indefinidas, lo que hace que sea un serio problema de salud pública por tratar.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio analítico de corte trasversal, utilizando un muestreo por conveniencia, que incluyó datos de una muestra total de 100 pacientes con diagnóstico de lumbalgia, atendidos en la consulta externa de columna del Área de Ortopedia y Traumatología del Hospital Militar Central, en el periodo abril-junio de 2015. Se excluyeron los pacientes con enfermedad articular inflamatoria, antecedentes de fusión lumbar a cualquier nivel, patología neuromuscular y antecedentes de patología traumática, tumoral o deformidades. La información clínica de los pacientes se obtuvo mediante la revisión de las historias clínicas con el fin de extraer toda la información relacionada con las variables de interés para el estudio, como sociodemográficas y aquellas relacionadas con severidad del dolor, sobrepeso-obesidad e imbalance muscular (perímetro abdominal aumentado-limitación funcional de flexión lumbar por retracción de isquiotibiales); variables que se consideran asociadas a la presentación y severidad de lumbalgia. Para determinar el IMC se utilizó la fórmula convencional dividiendo los kilogramos de peso por el cuadrado de la estatura en metros; el porcentaje de grasa corporal se calculó con el pliegue cutáneo subescapular utilizando un plicómetro, que es una pinza que atrapa la piel y mide el grosor en milímetros. El perímetro abdominal se midió con una cinta métrica que da el resultado en centímetros. Para evaluar el dolor en los sujetos se empleó la escala visual análoga (EVA) representada en una línea de 10 cm, que gradúa el dolor desde la ausencia de este hasta un dolor intenso. Finalmente, el análisis por imágenes de columna lumbosacra se efectuó mediante radiografías simples y en algunos casos, según conveniencia, con tomografía computarizada o resonancia magnética.
Si estos estudios eran normales, es decir no se detectaba en ellos alguna patología específica, la lumbalgia se consideraba mecánica. Los datos se procesaron con el paquete estadístico SPSS versión 19. Para las variables numéricas se usaron estadísticos descriptivos como promedios, desviación estándar, valor mínimo y valor máximo; las variables cualitativas se analizaron mediante frecuencias y porcentajes. Se utilizaron tablas de 2x2 y la prueba estadística de chi cuadrado para el análisis bivariado de variables categóricas y modelos de regresión logística para identi-icar factores de asociación con lumbalgia.
Resultados
En el grupo de 100 pacientes incluidos en el estudio hubo una distribución por género casi homogénea, y entre los dos grupos se encontró un 52 % de mujeres y un 48 % de hombres. La media de edad fue de 55 años, lo que mostró que el 63 % de los pacientes era mayor de 50 años. El peso medio fue de 74,8 kg, y una talla media de 162,7 cm. Con respecto al IMC, el promedio fue de 28,2 (Tabla 1).
Promedio | Des Std. | Mínimo | Máximo | |
---|---|---|---|---|
Edad | 55 | 19,8 | 20 | 86 |
Peso | 74,8 | 14,8 | 45 | 143 |
Talla | 162,7 | 11,2 | 140 | 194 |
IMC | 28,2 | 4,15 | 19,5 | 38,6 |
Fuente: elaboración propia.
En la distribución del IMC los pacientes presentaron sobrepeso en un 51 %, seguido de 22 % que evidencia obesidad grado I (tabla 2). La intensidad media del dolor lumbar de acuerdo con la EVA fue de 7 (DS 1,89), y la mayor frecuencia de grado de dolor fue 8 (28 %), que corresponde a dolor severo (figura 1).
IMC | Frecuencia | % |
---|---|---|
Normal | 17 | 17,00 |
Sobrepeso | 51 | 51,00 |
Obesidad I | 22 | 22,00 |
Obesidad II | 10 | 10,00 |
Fuente: elaboración propia.
En cuanto a la distribución del patrón del dolor, el dolor lumbar aislado fue el más frecuente puesto que se presentó en el 50% de los pacientes, seguido del dolor lumbar radicular, en el 41 % de los casos (figura 2).
Frente al porcentaje de grasa corporal general de los pacientes, este se encontró elevado en un 71% de los casos: 33% en hombres y 38% en mujeres. La media del porcentaje de grasa en pliegues corporales fue de 20,2 y el porcentaje de grasa más frecuente 20 en 10 pacientes (10%). El perímetro corporal abdominal se observó elevado en un 68 %, característica que se presenta más alta en las mujeres, con 44 %, y en los hombres con 24 %. Finalmente, para el perímetro troncantérico, la media de los pacientes fue de 99,6 cm (tabla 3).
Promedio | Des. Std. | Mínimo | Máximo | |
---|---|---|---|---|
Grasa en pliegues | 20,2 | 8,3 | 5 | 55 |
Perímetro torácico | 95,5 | 11,5 | 57 | 133 |
Perímetro abdominal | 93,2 | 12,8 | 58 | 140 |
Perímetro trocantérico | 99,6 | 13,1 | 50 | 132 |
Fuente: elaboración propia.
Al realizar un análisis bivariado general se observó que existía una distribución homogénea de dolor de leve a severo entre géneros; el dolor es mayor en pacientes con IMC en sobrepeso con una tendencia a la obesidad, y se evidencia una disminución de los rangos de flexión lumbar en pacientes con dolor severo. La localización de dolor es mayor en región lumbar y el perímetro abdominal tiene una distribución similar entre rangos de dolor de leve a severo (tabla 4).
Dolor leve a moderado | Severo | |
---|---|---|
Género | ||
Masculino | 23 (46,9 %) | 25 (49 %) |
Femenino | 26 (53 %) | 26 (50,9 %) |
IMC | ||
Sobrepeso | 25 (51 %) | 26 (50,9 %) |
Obesidad | 15 (30,6 %) | 17 (33,3 %) |
Flexión lumbar | ||
III | 31 (63,2 %) | 40 (78,4 %) |
Localización del dolor | ||
Lumbar | 24 (48,9 %) | 26 (50,9 %) |
Perímetro abdominal | ||
Elevado | 34 (69,3 %) | 34 (66,6 %) |
Fuente: elaboración propia.
En cuanto al análisis por genero se encontró que el 78,3 % de los hombres que presentaron dolor leve a moderado tenían IMC con sobrepeso u obesidad, el 60 % que presentaba intensidad severa de lumbalgia tenía porcentaje de grasa alto, el 21,7 % de los pacientes con intensidad de lumbalgia leve a moderada podían realizar flexión lumbar grado IV, mientras que solo el 12 % con lumbalgia severa alcanzó este mismo grado de flexión.
Para el grupo de mujeres se observó que aquellas que tenían lumbalgia severa presentaron porcentaje de grasa elevado en un 80,8 % de los casos. Aquellas con intensidad de dolor lumbar leve a moderado tienen mayor grado de flexión que aquellas con lumbalgia severa (23,7 % contra 7,69 % para flexión grado IV). Todas las mujeres tenían perímetro abdominal aumentado sin importar la intensidad del dolor.
Al aplicar el coeficiente de correlación de Pearson para el análisis bivariado general y por género no se encontraron relaciones estadísticamente significativas. En la tabla 5, se presentan los resultados del análisis multivariado con los Odds Ratio, donde se puede observar que ser hombre mayor de 50 años implica ocho veces más riesgo de lumbalgia severa. En ese mismo grupo, aquellos con un porcentaje de grasa bajo tienen menor riesgo de dolor lumbar severo. Las mujeres con porcentaje de grasa elevado presentan un riesgo cuatro veces mayor de padecer lumbalgia severa.
Dolor Lumbar severo | OR | P>z | |
---|---|---|---|
Mujeres | Porcentaje grasa alto | 4,28 (IC 1,01-18,1) | 0,048 |
Hombres | Mayores de 50 años | 7,81 (IC 1,75-34,9) | 0,007 |
Porcentaje grasa bajo | 0,18 (IC 0,04-0,81) | 0,026 |
Fuente: elaboración propia.
En cuanto a los diagnósticos desde el punto de vista clínico-imagenológico, predominarón el canal lumbar estrecho con un 28% de casos, hernia discal con un 25% y en 22% no se detectaron patologías específicas por lo que fueron clasificados como "lumbalgia mecánica" (tabla 6).
Discusión
Este estudio buscó investigar la posible asociación entre lumbalgia y sobrepeso-obesidad, además de buscar otras relaciones como edad, genero, perímetro abdominal, IMC y porcentaje de grasa subes-capular. Se pudo evaluar que el dolor de espalda en región lumbar no tuvo relaciones significativas con el género, pero la frecuencia de consulta fue similar tanto para hombres, como para mujeres. Por otra parte, dentro de los resultados se encontró que la localización más frecuente del dolor fue en la región lumbar y lumbar radicular, y su intensidad se concentró en los niveles de moderado a severo. Estos hallazgos son compatibles con estudios relacionados que caracterizan los factores sociodemograicos de población con dolor lumbar y obesidad 19,20.
En cuanto al IMC respecto a la lumbalgia, se observó en el grupo de estudio que los pacientes que consultaron por dolor tenían sobrepeso, y al realizar el análisis entre el IMC y el dolor lumbar no se encontró una relación entre estas dos variables; sin embargo, otros estudios muestran que a mayor IMC se da una asociación entre dolor lumbar tanto en hombres, como mujeres 21.
En este estudio no se halló una relación entre dolor y perímetros antropométricos; empero, resultados de otras investigaciones muestran que la distribución regional de la adiposidad está asociada al dolor lumbar crónico 22. El análisis teniendo en cuenta el género determina, en este estudio, que las mujeres con sobrepeso o con un perímetro abdominal aumentado tienen una probabilidad significativamente mayor de dolor lumbar 23. No obstante, otra literatura no apoya esta relación, y concluye que no hay razones lo suficientemente fuertes para determinar que el IMC, el porcentaje de masa grasa y masa alrededor de las caderas tienen que ver con la prevalencia de dolor lumbar 24. Por el contrario, para el grupo de los hombres esta relación no fue significativa 23, pero sí se encontró una asociación en la cual ser hombre mayor de 50 años es un factor de riesgo para presentar lumbalgia 25.
Así, de acuerdo con el estudio, tanto el porcentaje de grasa escapular como el perímetro abdominal son significativamente altos para los hombres y para las mujeres, lo que incluye cambios en la marcha y presencia de estrés articular.
Como conclusión se puede decir que, aunque no se encuentran relaciones significativas entre el IMC y el dolor lumbar, el sobrepeso y la obesidad se diagnosticaron en el 83 % de los pacientes, lo que hace necesario recomendar cambios en el estilo de vida para el control de este factor de riesgo en enfermedades crónicas, por ejemplo, de tipo cardiovascular o diabetes, lo cual impactaría de manera positiva en la calidad de vida de los sujetos; además, debe hacerse hincapié en medidas preventivas en los jóvenes y en todas las etapas del curso de la vida, para disminuir dichos índices.
Asimismo, se observó dentro de la literatura que no hay datos concluyentes entre la relación de sobrepeso-obesidad y dolor lumbar, lo que concuerda con los datos de este estudio. Para futuras investigaciones de este tipo se puede sugerir incluir un número mayor de sujetos. Una limitante en esta investigación fue la no inclusión de variables como las relacionadas con componentes psico-somáticos o laborales, estrato socioeconómico, nivel educativo y comportamientos de estilo de vida no saludable, por ejemplo, el consumo de alcohol y cigarrillo.