Introducción
La fertilidad femenina declina a través de los años, fenómeno atribuido en mayor parte a la reducción del número de folículos ováricos, producto de la disminución de la reserva de folículos primordiales, que afecta el desarrollo potencial de la unidad folicular y las probabilidades de lograr embarazo 1.
Antes de realizar un tratamiento de Reproducción Asistida (RA), es fundamental establecer un pronóstico del éxito del estímulo ovulatorio, tasas de fertilización e implantación, cancelación del ciclo e hiperestimulación ovárica; todo lo cual justifica investigar la Reserva Ovárica (RO) para apoyar la consejería referente al pronóstico de éxito o fracaso, máxime en pacientes con riesgo de falla reproductiva 2.
Es pertinente que se instruya a la pareja en el sentido de que, si bien los biomarcadores de RO tienen alta capacidad predictiva sobre la respuesta ovárica al estímulo ovulatorio, esta es menor en relación con la posibilidad de lograr el embarazo 1-3.
El objetivo fundamental de la presente revisión es efectuar un análisis histórico y práctico sobre el uso de las pruebas de RO y, en lo posible, caracterizar su estado actual y perspectivas para el futuro.
Metodología
Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos Google Scholar, Science Direct, RIMA, PubMed, en idiomas español e inglés; se incluyeron investigaciones originales, revisiones sistemáticas y metaanálisis, reportes de caso y consensos de expertos, utilizando como palabras clave: "reserva ovárica", "hormona antimülle-riana", "hormona folículo estimulante", "conteo de folículos antrales", "Ovarian Reserve", "Anti-Mullerian Hormone", "Follicle Stimulating Hormone", "Antral Follicle Count"; teniendo en cuenta la antigüedad del concepto objeto de la revisión de tema, se incluyeron publicaciones a partir de 1980.
Resultados
¿Qué es la reserva ovárica?
El concepto de reserva ovárica (RO) describe la dotación natural de folículos ováricos, se vincula estrechamente con la edad de la mujer y se considera el factor más importante en el resultado reproductivo 3, se relaciona directamente con el número de folículos primordiales presentes en el ovario 1 y se evidencia por la respuesta ovárica al estímulo con gonadotrofinas; de tal forma que la baja respuesta al estímulo es un indicador de la disminución de la ro 4; a su vez, el concepto de "pobre respuesta ovárica" (poor ovarían response, POR) varía ampliamente en las publicaciones 1,5,6.
¿Cómo se determina la reserva ovárica?
Se puede estimar la RO tomando como base la edad de la mujer, sus antecedentes reproductivos y la respuesta previa al estímulo ovulatorio. Las mujeres de edad reproductivamente avanzada producen menor cantidad de óvulos y los embriones obtenidos tienen menor potencial implantatorio; esta disminución de la calidad oocitaria se acompaña de una elevada incidencia de aneuploidias, monosomías y trisomías 7. Los eventos relacionados con la disminución de la RO: cirugías en ovario (resección en cuña, cistectomías, dríllíng), el acortamiento de los ciclos menstruales, los tratamientos oncológicos con quimio y radio terapia, predicen una baja respuesta al estímulo ovulatorio 8. El análisis de ciclos previos de estímulo para fertilizacion ín vítro (FIV), aporta información importante para estimar la RO y la futura respuesta ovulatoria 5,8.
Diversas formas de identificar la RO han sido descritas; pueden ser histológicas, basales, dinámicas y ultrasonográficas 9, algunas han caído en desuso y entre ellas están las siguientes.
Biopsia Ovárica
El conteo de folículos primordiales presentes en una muestra tomada del ovario es técnicamente impráctico, teniendo en cuenta que la distribución de los folículos no es homogénea en el ovario; además de las implicaciones negativas de tomar una muestra de tejido ovárico en una mujer con interés reproductivo 10, algunas publicaciones sobre la RO, mencionan la biopsia ovárica solo para recomendar que no sea utilizada con ese fin 1,3,10.
Prueba de estímulo con citrato de clomifeno (Clomiphene Citrate Challange Test, CCCT)
Consiste en la medición de la FSH el día tercero del ciclo, para luego suministrar a la paciente citrato de clomifeno 100 mg del quinto al noveno día, y efectuar una nueva medición de FSH el día décimo del ciclo 11; se considera anormal un valor igual o superior a 26 mui/ml en la FSH del día décimo; sin embargo, otras interpretaciones han sido propuestas 1. En la actualidad su uso ha disminuido notoriamente 3.
Prueba de estímulo con análogo de GnRH (GnRH Analog Stimulation Test, GAST)
Se basa en la administración de acetato de leuprolide en su fase agonista, para evaluar la respuesta en los niveles de FSH, LH, estradiol y su valor pronóstico en el ciclo respectivo 12. No es recomendado ni utilizado en vista de su costo, el tiempo que conlleva y las ventajas de otras pruebas basales 3.
Prueba de estímulo con FSH externa (Exogenous Follicle Stimulating Hormone Ovarian Reserve Test, EFORT).
Consiste en administrar un bolo de 300 UI de FSH purificada y medir el incremento en la concentración de estradiol a las 24 horas respecto al valor basal 13. El tiempo y costo que implica, además de existir pocos estudios al respecto, lo hacen una alternativa poco o nada utilizada 3.
FSH
La medición de la FSH en fase folicular temprana (generalmente día tres del ciclo menstrual) ha sido una de las más utilizadas formas de evaluar la RO; su uso se basa en que el envejecimiento ovárico se acompaña de menor producción de Inhibina B en los folículos antrales, lo que altera el feed-back para la secreción de gonadotrofinas y permite la elevación de la FSH en fase folicular temprana 14. No hay un valor absoluto de FSH que se correlacione con la falta de respuesta ovárica y el pronóstico reproductivo 1,15; además, la estratificación de los valores entre 10 y 20 ui/l, arroja resultados controversiales 15,16.
Se recomienda hacer la prueba entre los días 2-5 del ciclo, cuando los niveles de FSH son más altos, antes de iniciar la supresión por el estradiol 17, sin embargo, lo más frecuente es tomar la muestra el día 3°.
Tiene mejor pronóstico la mujer joven con FSH elevada, que la mujer mayor con FSH "normal" 16; de hecho, un valor aislado de FSH alta en una mujer < 40 años, no predice una pobre respuesta o incapacidad para lograr el embarazo.
Actualmente, aunque su uso continúa, los estudios reportan que la FSH basal no supera al conteo de folículos antrales (AFC) y la Hormona Antimü-lleriana (AMH) como test de evaluación de la RO 1,4,6.
Estradiol
La determinación del estradiol basal (días 2-5 del ciclo) ha sido propuesta como predictor del resultado del estímulo ovulatorio, con base en el acortamiento de la primera fase del ciclo; se ha supuesto que implica una "condensación" del reclutamiento de folículos y por ende altos niveles de estradiol en la fase folicular temprana, que incluso pueden enmascarar una elevación de la FSH 18; sin embargo, aunque algunos estudios demuestran que niveles basales de estradiol ≥ 75 pg/m se relacionan con bajas tasas de embarazo y mayor cantidad de ciclos cancelados 18, en un importante número de trabajos se encuentra poca capacidad predictiva para la baja respuesta y la falla reproductiva 1,3.
Inhibina B
La Inhibina B es producida por las células granulosas de los folículos en desarrollo y se han encontrado sus niveles disminuidos en mujeres con baja RO (15). El valor propuesto como punto de corte de Inhibina B, el tercer día del ciclo, es: ≥ 45 pg/ml; valores inferiores se acompañan de menor número de oocitos recuperados, mayor tasa de cancelación de ciclos y menor tasa de embarazos (19). Aunque se han demostrado niveles más bajos de Inhibina B en mujeres de edad mayor y se relacionan con la RO disminuida 15, existe controversia sobre su utilidad, por los resultados contradictorios de los estudios 1,20.
Hormona Antimülleriana
La AMH se produce en las células de la granulosa de los folículos preantrales y antrales tempranos del ovario humano y juega un importante papel en la foliculogénesis humana 21. En la mujer, la AMH actúa mediante la regulación del número de folículos que se desarrolla en una cohorte, previniendo el agotamiento del pool de folículos primordiales 4,22. Hay niveles más altos en la pubertad y estos decrecen en la vida reproductiva, hasta ser indetectables en la menopausia 21.
Se ha encontrado que tiene poca variabilidad intraciclo, por lo que la medición se puede realizar en cualquier momento del ciclo 23; sus valores pueden disminuir en fumadoras y por la ingestión de alcohol 24; en obesas, aunque los valores se encuentran disminuidos, puede ser un efecto de dilución por mayor volumen sanguíneo, como sucede con otras mediciones hormonales en sangre 23,24.
Dadas sus características, la AMH ha sido propuesta, entre otros usos, como indicador de ro, Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) y predictor de hiperrespuesta ovárica (Síndrome de Hi-perestimulación Ovárica, SHEO) 25. Los valores sugeridos como predictores de respuesta ovulatoria normal fluctúan entre 1 y 3,5 ng/ml 24,25, mientras resultados < 1 ng/ml predicen baja respuesta, más evidente con valores < 0,5 ng/ml; el punto de corte para la hiperrespuesta (SHEO) es > 3,5 ng/ml 24,25.
Ha existido controversia sobre el tipo de prueba diagnóstica utilizada para determinar la AMH, lo que puede afectar el valor calculado, por lo que se recomienda establecer puntos de corte basados en los resultados de la población en cada centro de reproducción 24-26.
En la actualidad, la mayoría de los estudios confieren a la AMH la condición de mejor predictor de la respuesta ovárica 24-26.
Volumen ovárico (VO)
Existe importante disminución del VO desde los 40 años 27, la cual puede ser observada antes de las elevaciones de la FSH 10. Son diversos los puntos de corte del VO para la predicción de la POR 1,28; la mayoría coincide en que un VO < de 3 cm3 (sumatoria de ambos ovarios) se acompaña de una alta tasa de cancelación de ciclos y una baja cifra de oocitos recuperados; no obstante, la razón de probabilidades para un resultado positivo (pobre respuesta) es baja 1. En la actualidad, aunque se le confiere un papel complementario en la evaluación de la RO 28, no es un estudio recomendado de rutina 3,6,7,26.
Conteo de folículos antrales (Antral Follicle Count, AFC)
En 1998 Chang 29 introduce en la práctica clínica el AFC, en calidad de estimativo de la respuesta ovárica y del pronóstico reproductivo. El AFC tiene relación directa con la posibilidad de obtener una buena respuesta ovárica y el número de óvulos recuperados, e inversa con la edad de la mujer 27; también ha demostrado ser buen predictor de la mala respuesta ovulatoria, principalmente en mujeres de edad avanzada 27. Se acostumbra y recomienda realizar el conteo de folículos antrales en la fase folicular temprana, al inicio del estímulo ovulatorio; es innecesario practicar conteos en ciclos subsiguientes, dado que existe poca variación interciclo 30. Los autores han discrepado respecto al diámetro de los folículos que deben ser medidos 1,27; sin embargo, la mayoría utiliza el conteo de los folículos de 2-10 mm 31,32. Broekmans et al sugieren la medición y conteo de los folículos de 2 a 10 mm, en los días 2 a 4 del ciclo, informando la sumatoria de los dos ovarios, con equipos de ultrasonografía 2D y transductor de 7 mhtz, en pacientes con ciclos regulares que no presenten patología susceptible de generar crecimiento ovárico anormal (Ej: endometriomas) ni resección de ovarios 31. Coelho et al, recomiendan el conteo manual de los folículos de 2 a 10 mm con equipos 2D o 3D, y sugieren evaluar el AFC en cualquier momento del ciclo, aunque aclaran que el conteo es más fácil en fase folicular temprana, al reducir la posibilidad de observar quistes foliculares o cuerpo lúteo 32.
A diferencia del diagnóstico ecográfico de Ovario Poliquístico, en el que se han establecido nuevos puntos de corte para el conteo de folículos antrales, teniendo en cuenta los avances en la tecnología ecográfica 33, los puntos de corte del AFC no se han modificado; esto porque, aun empleando las nuevas técnicas de ultrasonografía 3D (multiplanar view, inverted mode, Virtual Organ Computer-aided Analysis, VOCAL, Sonography-Based Automated Volume Calculation, SonoAVC), no existen diferencias sustanciales respecto a la técnica "2D" en cuanto al número de folículos antrales identificados 24,31,32,34. Actualmente, el AFC solo es superado por la AMH en su capacidad de predecir la respuesta ovárica al estímulo ovulatorio 24,26,35.
¿Para qué se utiliza la determinación de la reserva ovárica?
Su uso principal, que ha originado el desarrollo de las pruebas descritas para establecer la RO con buenos resultados, excepto algunas excepciones 36, ha sido la evaluación predictiva de la respuesta al estímulo ovulatorio en los tratamientos de RO 37; el advenimiento de la medición de AMH como el principal marcador de la RO, ha motivado la exploración de su utilidad, sin resultados concluyentes, en la predicción de la llegada de la menopausia; coadyuvante en el diagnóstico de ovario poliquistico, o indicador de la pérdida de fertilidad a consecuencia del tratamiento en pacientes oncológicas 25,38; tampoco los estudios recomiendan emplearla como prueba de evaluación del riesgo de pérdida repetida de embarazo 38.
Un aspecto en que coincide la literatura actual, es en no recomendar la medición de AMH como prueba de evaluación de la fertilidad en mujeres de edad reproductiva, no infértiles 25,26,38.
¿Qué hacer ante una baja RO?
Se describen a continuación algunos de los esfuerzos de la comunidad científica, con miras a superar el obstáculo que en la actualidad nos plantea el hallazgo de la disminución de la RO.
¿Es posible mejorar el resultado reproductivo en las mujeres con baja RO?
La mala repuesta al estímulo ovulatorio, estimada a partir de las pruebas de evaluación de la RO, ha sido siempre un reto a superar en los tratamientos de RO; estrategias utilizadas para mejorar la respuesta ovárica, con resultados controversiales, incluyen: aumento de la dosis de gonadotrofinas, protocolos de estimulación suave (míld stímulation), microdosis de agonistas de la GnRH, protocolos de antagonistas de la GnRH 39; también adición de hormona de crecimiento y testosterona al ciclo de estímulo, sin mejorar sustancialmente los resultados 39; el acúmulo de oocitos o embriones en ciclos sucesivos (embryo banking), en pacientes con baja respuesta comprobada, adicionando o no el uso de ciclos naturales para la FIV, ha sido reportado con resultados aún no concluyentes 40. Recientemente, se ha desarrollado y popularizado la doble estimulación en un mismo ciclo, utilizando un protocolo de baja estimulación al inicio del ciclo y otro nuevo estímulo inmediatamente después de la aspiración folicular; esto con el fin de efectuar una nueva recuperación de oocitos al final del ciclo, lo que permite una mayor cantidad de oocitos recuperados, mejorando tasas de implantación y de nacidos vivos, en pacientes con previa confirmación de baja respuesta y cancelación de ciclos. Este proceso es conocido inicialmente como "Protocolo de Shangai" 41; la evaluación de esta modalidad, también denominada "Duostim" (con algunas variantes respecto a la original), arroja resultados prometedores hasta la fecha 42.
¿Qué opciones considerar en la mujer con riesgo de presentar baja RO?
Diversas situaciones de la vida de la mujer se relacionan con la disminución de la RO: edad 7, tabaquismo, cirugías en ovario (resección en cuña, cistectomías, drilling), tratamientos oncológicos con quimio y radio terapia 8; se acompañan de mal pronóstico reproductivo en general y de una baja respuesta al estímulo ovulatorio en los ciclos de tratamiento de RO en particular.
La criopreservación de embriones -opción de preservación de fertilidad existente desde hace más de treinta años-, implica la participación del varón, o el uso de semen de donante, lo que conlleva riesgos éticos y legales ante la posibilidad de separación de la pareja o el fallecimiento de la paciente 43; es por ello por lo que en la actualidad las opciones más utilizadas y recomendadas, con miras a conservar el potencial reproductivo de la mujer cuando existen circunstancias que propician la disminución de la RO son, principalmente, la criopreservación de oocitos y de tejido ovárico. Estas estrategias se utilizan tanto en pacientes con riesgo de disminución de la reserva ovárica por su edad o historia clínica (ej.: endometriosis), como en pacientes oncológicas, fundamentalmente mujeres jóvenes con cáncer de mama o niñas y adolescentes con enfermedades hematológicas, en quienes la posibilidad de sobrevida hoy día es alta, con el consiguiente interés reproductivo 43,44.
En la paciente oncológica, los mecanismos por los cuales se produce lesión al ovario por quimio y radio terapia, incluyen básicamente el daño al pool de folículos primordiales y al estroma ovárico, aunque se ha considerado también la teoría de la activación del reclutamiento folicular, con depleción de la reserva folicular 45. Entre los agentes quimioterapéuticos, los alquilantes se han relacionado en mayor medida con el daño ovárico; por su parte la radiación ionizante produce efecto tóxico a dosis de dos o más Grays 45; una medida utilizada como protección del daño gonadal en niñas sometidas a quimioterapia, ha sido la administración de análogos de la GnRH, con la intención de producir un estado de latencia de los folículos primordiales y protegerlos del daño citotóxico 44; esta estrategia ha demostrado su efecto en la protección gonadal para los tratamientos con sustancias alkilantes 46.
De acuerdo con las guías de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO por sus siglas en inglés) las recomendaciones para preservación de la fertilidad en mujeres con cáncer son 47:
Criopreservación de embriones.
Criopreservación de óvulos no fertilizados. Aclaran que los protocolos de estímulo ovulatorio se pueden iniciar en cualquier momento del ciclo y que es recomendable, en los casos de cáncer de mama, utilizar protocolos de estímulo que produzcan bajos niveles de estrógenos.
Ooforopexia (transposición ovárica). Se ofrece cuando la irradiación pélvica es parte del tratamiento del cáncer. Debe ser realizada tan cerca del tratamiento como sea posible. Se recomienda informar a las pacientes que la técnica no siempre es exitosa.
Cirugía conservadora. Realizar cirugías menos radicales: Cistectomía ovárica en estadios tempranos de cáncer ovárico.
Supresión ovárica. La evidencia a favor de la supresión ovárica con análogos de la GnRH es controversial. En pacientes jóvenes con cáncer de mama, en quienes no sea posible utilizar métodos probados de preservación de la fertilidad, como criopreservación de oocitos, embriones o tejido ovárico, se debe ofrecer supresión con análogos de la GnRH, para disminuir el daño ocasionado al ovario por la quimioterapia.
Criopreservación y transplante de tejido ovárico. La criopreservación de tejido ovárico, para su futuro trasplante, no requiere estimulación ovári-ca y se puede realizar de inmediato; además, no requiere madurez sexual y por ello puede ser el único método asequible para las niñas prepúbe-res; sin embargo, amerita mayor investigación para confirmar su seguridad en paciente con leucemias.
Con respecto a la endometriosis, se ha comprobado su relación con la infertilidad, por la interacción de múltiples factores, que incluyen alteraciones ovocitarias, endometriales y embrionarias 48; la presencia del endometrioma se acompaña de disminución progresiva de la RO por aumento de la atresia folicular; el tejido adyacente al endometrioma muestra cambios compatibles con reducción de la densidad y función folicular, lo cual es independiente del efecto de compresión ejercido por el endometrioma; además, se produce reducción de la calidad oocitaria 44,49. Se ha demostrado también diminución de la AMH en pacientes con endometriomas en comparación con mujeres sanas o con quistes benignos de ovario 50, todo lo cual hace más complejo el enfoque de manejo de los endometriomas, dado que su tratamiento médico no es efectivo 51 y frecuentemente se impone el manejo quirúrgico.
Múltiples publicaciones confirman la disminución de la reserva ovárica como producto de las diferentes técnicas quirúrgicas utilizadas para el manejo de los endometriomas 44,48,49,51. Los valores de AMH disminuyen notoriamente después de la cirugía con respecto a las mediciones previas, y si bien se ha demostrado su recuperación, no se llega a los niveles pre quirúrgicos 52; esta declinación de la RO es más notoria en pacientes con mayor grado de severidad de la endometriosis o endometriomas bilaterales 44. Es por ello por lo que en pacientes con interés reproductivo se recomienda un enfoque conservador en la cirugía para endometriomas, que incluye posponer la cirugía hasta una fecha cercana al tratamiento de fertilidad; evitar la cirugía en pacientes asintomáticas o con sintomatología tolerable; utilizar con cautela las energías durante la cirugía 44. Además, se recomienda que la intervención sea realizada por el cirujano más experimentado 52; en cuanto a la técnica quirúrgica, hay controversia entre los métodos ablativos y la cistectomía, aunque existe mayor evidencia a favor de esta última 44,49,52 .
Conclusiones
Los resultados de los metaanálisis 4 y las revisiones sistemáticas 1,24, así como los consensos de expertos 3,6,7,26 relacionados con la RO, coinciden en que no existe un marcador único que prediga la mala respuesta ovárica y el fracaso reproductivo, con suficiente certeza como para no aconsejar el inicio de un ciclo de FIV; máxime teniendo en cuenta casos publicados que contradicen las predicciones basados en los resultados de las pruebas de RO 25,26,36.
Limitaciones a tener en cuenta en los biomarcadores más utilizados son la falta de estandarización de las mediciones de la AMH 24-26,37 y la dependencia del AFC de la experticia del operador 25,31,32.
Es amplio el panorama de pruebas diseñadas para evaluar la RO y predecir la respuesta ovárica al estímulo de ovulación para los tratamientos de Medicina Reproductiva; sin embargo, es claro que la AMH y el AFC han demostrado el mejor desempeño para estos fines 6,24-26. Diversas publicaciones evidencian que la AMH cada vez toma más fuerza como el marcador "ideal" 24,40. Hay consenso en que las pruebas de RO no deben ser utilizadas en mujeres sin infertilidad como "prueba de fertilidad" 25,26,38.
Se cuenta en la actualidad con alternativas para mejorar el resultado reproductivo en los tratamientos de RO en mujeres con evidencia de disminución de la RO 39,40; también es posible minimizar los efectos de eventos de la vida reproductiva de la mujer que irremediablemente llevarán a disminuir o abolir la reserva ovárica por mecanismos físicos o farmacológicos 43-47 o quirúrgicos 44,52.
Retos para el futuro
La reflexión sobre la posibilidad de fortalecer la capacidad predictiva de la pruebas de RO, con miras a una mejor consejería acerca de los resultados de los tratamientos, cuestionando los aspectos que rodean el concepto de "reserva ovárica" 53; interrogando también las relaciones entre el verdadero pool de folículos primordiales y las pruebas que suponen dar cuenta de ellos 54, han motivado el surgimiento de marcadores relacionados con la dinámica del ciclo de estímulo 55,56,57; estos, si bien ameritan al menos un ciclo previo de tratamiento para ser utilizados en la predicción de la respuesta ovulatoria de un ciclo subsiguiente, afianzan la importancia de evaluar las pruebas de RO desde dos dimensiones, interrelacionadas pero separadas: el concepto biológico basado en la noción de que el número de folículos en el ovario humano declina con el tiempo, hecho que podemos medir con pruebas de laboratorio o equipos ultrasonográficos; y el concepto clínico, el cual solo podemos estimar según los resultados reproductivos 58.
Una opción recientemente publicada, que, incluyendo las pruebas de reserva ovárica, estratifica las pacientes de acuerdo a sus condiciones individuales para la predicción de la baja respuesta, y permite seleccionar el protocolo de estímulo adecuado, es la del grupo POSEIDON (Patient Oriented Strategies Encompassing IndividualizeD Oocyte Number)59; este propone cuatro tipos de pacientes de bajo pronostico reproductivo, tomando como base la edad, los marcadores de reserva ovárica (AFC, AMH), y el antecedente de respuesta "subóptima" previa a un protocolo de estimulación standard 60.
Queda aún por definir el papel de algunas intervenciones o productos farmacológicos en la restauración de la RO. Publicaciones acerca del uso de Plasma Rico en Plaquetas de origen autólogo 61, acupuntura 62 y hierbas medicinales chinas 63, informan resultados prometedores, con resultados que muestran mejoría en los marcadores de reserva ovárica, con mayores de tasas de oocitos recuperados, y embarazos clínicos; sin embargo, aún no existe suficiente evidencia para recomendar su uso. Por otra parte, no obstante el entusiasmo que algunas publicaciones despiertan acerca de los efectos de la Dehidroepiandrosterona (DHEA) para revertir la disminución de la RO 64, los informes de los metaanálisis y revisiones sistemáticas, aún son controversiales 65-67. Estas y otras intervenciones y productos farmacéuticos o naturales, podrían impactar directa o indirectamente en la dinámica de la reserva folicular a través de rutas genéticas, cuyo conocimiento avanza con rapidez en la actualidad 53,54.