No conocemos todavía en su totalidad las políticas públicas de la nueva administración nacional.

Debemos esperar con paciencia el Plan de Desarrollo, como ruta fundamental de estos cuatro años. Y por lo tanto, no tenemos claridad sobre las políticas educativas que estarán al cuidado de María Victoria Angulo, la nueva ministra de educación nacional. El ministro vine de ser la secretaria de educación del Distrito de Bogotá y en su hoja de vida se encuentra que en el ministerio de educación fue directora de fomento de la educación superior. Pero su formación y gran parte de sus actividades se han desarrollado dentro del ramo de la economía.

El 12 de septiembre apareció en un noticiero de la televisión para enterarnos de que debe conseguir en la olla raspada de la finanzas públicas nada menos que la pequeña suma de dos billones de pesos para poder financiar el proyecto “ser pilo paga” de la anterior ministro, la “impoluta” Gina Parodi.

El anterior gobierno tuvo en el proyecto “Ser pilo paga” uno de los estandartes más preciados de la administración. Pero no parece haber realizado un profundo estudio de lo que significaba ese proyecto en sí mismo, ni de las consecuencias que comportaba .El anterior presidente, si mal no recordamos, se despidió de ese grupo de “pilos” exaltando las muchas virtudes de la iniciativa del ministerio de educación. Pero se cuidó de confesar la enorme cantidad de dinero que significaba su sostenimiento. Y es que como ayer mismo junto a la ministro, afirmaba el rector de la Universidad Pedagógica, la dicha iniciativa se tragó la mitad del presupuesto asignado a las universidades públicas. Pero por otra parte no han faltado voces en los ámbitos académicos en sentido de que si bien los “pilos” son alumnos sobresalientes, sin embargo sus bases académicas para para el nivel de las universidades a las cuales han ingresado, no son suficientes. Porque bien sabemos de la mediocridad de buena parte de los profesores de provincia y aún de la capital. Así que se debería haber comenzado por formar profesores “pilos” como condición previa para los alumnos “pilos”.

Como el proyecto fue deficientemente analizado por el ministerio en su momento, resultó que la gran mayoría de los 40.000 “pilos” prefirieron ingresar a universidades privadas y muy pocos a las públicas. Fue así como las universidades del Norte, Andes, Javeriana y La Salle -por citar algunas- y unos cuantos a la Nacional. Y como la matrícula de los ¨pilos” iba contra el presupuesto nacional de educación, su traslado se fue para las privadas y las públicas perdieron gran parte de la financiación que esperaban. Mientras en la Universidad del Norte se matricularon más de 3.000 “pilos”, a la Universidad Nacional solo llegó algo más de 1.000.

El costo de ese proyecto hasta ahora ha significado poco más de dos billones y -como dijo la ministra- hacen falta otros dos para poderlo llevar a cabo, con los alumnos ya matriculados en ese sistema. No parece, por lo tanto, probable que ese sistema se vaya a prolongar.