Introducción
La lobectomía pulmonar es la resección quirúrgica anatómica de cualquier lóbulo pulmonar, con o sin linfadenectomía asociada 1. Existen tres técnicas quirúrgicas, a saber: cirugía abierta, cirugía torácica asistida por video (VATS, por sus siglas en inglés) y cirugía torácica asistida por robot (RATS, por sus siglas en inglés). Actualmente la evidencia ha sugerido que se prefiere la técnica VATS sobre la abierta, porque hay menos efectos adversos (36 % vs. 42 %), la incidencia del dolor es menor y la supervivencia fue más favorable (71,5 % vs 66,7 %) 2.
La lobectomía VATS implica realizar de dos a cuatro incisiones pequeñas en la pared torácica, dependiendo del lóbulo a extraer, sin necesitar una incisión mayor con separación de las costillas para exponer el contenido intratorácico 3. También se ha desarrollado la técnica de puerto único (VATS uniportal), la cual ha demostrado efectividad y seguridad para el tratamiento de diversas patologías torácicas, como el cáncer de pulmón 4,5.
Las indicaciones para este procedimiento incluyen afecciones malignas, como los tumores pulmonares primarios y enfermedad metastásica, y patologías benignas, entre las que están bulas pulmonares, nódulos, bronquiectasias, infecciones pulmonares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y trauma pulmonar 6. Es importante tener en cuenta que, según la literatura, la indicación más prevalente de lobectomía es la tuberculosis, la cual tiene una incidencia mayor en países en vías de desarrollo, como Colombia.
Con respecto a las complicaciones de procedimientos vídeo-asistidos, se han reportado casos de fuga de aire persistente, atelectasias, arritmias (la más común la fibrilación auricular), sangrado, neumonía, dependencia prolongada del ventilador, empiema e infección del sitio operatorio 7. La mortalidad en VATS es menor del 1-2 % 8.
En la actualidad desconocemos la epidemiología de los pacientes que se han llevado a lobectomía pulmonar en Colombia, especialmente por enfermedad benigna. Tampoco se encuentran en la literatura en nuestro país comparaciones entre los distintos métodos quirúrgicos y se desconocen las complicaciones. El objetivo de este estudio fue describir las características demográficas e histopatológicas, las complicaciones y los desenlaces de los pacientes sometidos a lobectomías entre los años 2010 y 2020, en el hospital universitario Fundación Valle del Lili, una institución de alta complejidad en Cali, Colombia.
Métodos
Se hizo un estudio observacional descriptivo, retrospectivo, de los pacientes sometidos a lobectomía pulmonar (con o sin linfadenectomía) durante el periodo 2010 a 2020, en el hospital universitario Fundación Valle del Lili, de nivel IV de atención en la ciudad de Cali, Colombia.
La información fue obtenida a partir del registro institucional de cirugía de tórax, en el cual se recopila información sistemática de variables clínicas de interés de los pacientes sometidos a cirugía por los cirujanos del grupo, a partir de la información descrita en las historias clínicas. En este estudio las variables se dividieron en tres grupos: prequirúrgicas, intraquirúrgicas y postquirúrgicas. Las prequirúrgicas incluyeron datos demográficos, comorbilidades, pruebas de función pulmonar y clasificación del riesgo anestésico (ASA); las intraquirúrgicas incluyeron la técnica quirúrgica, el tiempo de cirugía, la localización de las lesiones patológicas y el diagnóstico histopatológico; finalmente, las postquirúrgicas incluyeron las complicaciones pulmonares y extrapulmonares intrahospitalarias, la estancia hospitalaria, la estancia en unidad de cuidados intensivos (UCI), la necesidad de reintervención quirúrgica, la sobrevida y el seguimiento posoperatorio.
Para el análisis estadístico se utilizó el software STATA (StataCorp LLC, College Station, EEUU) versión 15. Los resultados de las variables categóricas fueron presentados en frecuencia absoluta y relativa, y las variables continuas fueron presentadas, según su distribución, en promedio con desviación estándar o mediana con rangos intercuartílicos (RIC).
Resultados
Se evaluaron los registros clínicos de 207 pacientes sometidos a lobectomía pulmonar entre los años 2010 y 2020 (Tabla 1). La mayoría eran mujeres (55,6 %), con un rango de edad de 16 a 82 años y una media de 58 años. El año 2012 fue en el que se realizaron más procedimientos (15,9 %) (Figura 1).
Al evaluar los antecedentes personales, se encontró que el 29,5 % eran hipertensos y el 13,5 % eran diabéticos, además, que el 14,5 % tuvieron tuberculosis pulmonar. Solo hubo un individuo con antecedente de trauma pulmonar (0,5 %). El 41,0 % de los casos tenían antecedente de tabaquismo (n=85) y al momento del registro clínico persistían fumando el 13,0 %.
Se identificaron 49 casos con antecedentes personales de neoplasias malignas, de las cuáles la más frecuente fue el cáncer de mama (6,3 %, n=13). De los pacientes con antecedente de cáncer, el 23,8 % había recibido radioterapia (n=5) y el 36 % quimioterapia (n=9). Al evaluar la funcionalidad, se encontró que el promedio del índice de Karnofsky fue de 91,3 %.
Durante la valoración prequirúrgica, se realizaron pruebas de función pulmonar en el 72,4 % de los casos, obteniendo un promedio de capacidad vital forzada del 82,8 %, un volumen espiratorio en 1 segundo promedio de 77,5 %, una relación VEF1/CVF promedio de 77,0 % y un promedio de difusión de monóxido de carbono asociado a la hemoglobina de 62,4 % (Tabla 2).
* VATS: cirugía torácica video-asistida; DE: desviación estándar; RIC: rango intercuartílico; VEF 1: volumen espiratorio forzado en 1 segundo; DLCO-HB: difusión de monóxido de carbono ajustado por la hemoglobina. Fuente: autores.
El sitio anatómico más frecuente de resección fue el lóbulo superior derecho en (28,5 %, n=59) y el menos frecuente el lóbulo medio derecho (11,6 %, n=24). El 5,3 % fueron resecciones bilobares (n=11). La técnica quirúrgica más utilizada fue la lobectomía pulmonar video asistida (82,6 %, n=171). El promedio del tiempo operatorio en esta técnica fue de 145 minutos (DE: 70,6), que fue menor que en la cirugía abierta (promedio de 204 minutos, DE: 93,4).
El diagnóstico patológico postquirúrgico más común fueron las neoplasias (51,6 %, n=107), entre las que se destacaron las malignas de origen pulmonar (47,8 %, n=99). El tipo histológico más común fue el adenocarcinoma (62,6 %, n=62), seguido por el carcinoma escamocelular (12,1 %, n=12), los tumores neuroendocrinos (10,1 %, n=10), otras histologías atípicas (13,1 %, n=13) y un caso de carcinoma de células pequeñas (0,5 %). La patología benigna no tumoral, correspondió al 48,3 % de los casos (n=100), siendo las infecciones pulmonares las más frecuentes (n=53).
Con mayor frecuencia los pacientes tuvieron un riesgo anestésico operatorio intermedio, categoría ASA III (43,9 %), o alto, ASA IV (13,0 %) (Tabla 3). El 9,7 % (n=20) requirieron transfusión de glóbulos rojos y el 4,8 % (n=10) requirieron transfusión masiva, la cual se definió como el uso de cuatro o más unidades de glóbulos rojos.
* DE: desviación estándar; RIC: rango intercuartílico; ASA: American Society of Anesthesiologists. Fuente: autores.
Las complicaciones postoperatorias se subdividieron en tres grupos: pulmonares, cardiovasculares y otras (incluyendo todo lo extratorácico). La más frecuente a nivel pulmonar fue la fuga de aire (13,5 %, n=28), mientras a nivel cardiovascular la más común fue la presencia de arritmias auriculares (2,4 %, n=5). En general, sólo 12 pacientes necesitaron reintervención quirúrgica (5,8 %).
Se observó que la mayor proporción de complicaciones fueron leves según la clasificación de Clavien-Dindo (34,7 %, n=72), aunque el 10,6 % fueron severas (n=22).
En el postquirúrgico, el 90,8 % (n=188) de los casos se manejaron en unidad de cuidados intensivos, con un tiempo promedio de estancia de 3,8 días. Entre los que se manejaron en sala general, el promedio de estancia fue de un día y la estancia hospitalaria general promedio fue de 12,3 días. La mortalidad hospitalaria fue de 4,3 % (n=9) y en el seguimiento a 30 días se encontró un aumento hasta el 6,3 % (n=13).
Discusión
En un estudio publicado en 2018 por Mehta et al. 9, informaron que el 53,9 % de los casos eran mujeres y la edad promedio de los pacientes sometidos a lobectomía fue de 66,1 ± 11,1 años, similar a la población en nuestro medio. El número de procedimientos realizados cada año en este centro muestra una tendencia estable, sin incrementos significativos, diferente a lo informado en el mismo estudio, quienes reportaron aumento del número de procedimientos entre los años 2007 y 2015 (p < 0,0001).
Nuestros pacientes tuvieron menos antecedentes de hipertensión y de diabetes, en comparación con lo reportado por Desai et al. 10 en el 2016, donde el 58 % eran hipertensos y el 17 % diabéticos, el 10% tenían anemia y el 8% enfermedad vascular periférica. No obstante, la frecuencia de pacientes con historia de insuficiencia renal crónica en esta muestra es acorde a lo observado por Al-Almeri et al. en el 2018 11.
En un estudio retrospectivo realizado por Tak Kyu Oh et al. 12, reportaron que, de 1785 pacientes llevados a lobectomía, el 9,0 % eran fumadores al momento de la cirugía y el 41,6 % eran exfumadores, valores ligeramente inferiores a los de nuestro estudio.
No se encontró en la literatura evaluada el antecedente de cánceres distintos al pulmonar, por lo que no se tienen datos comparativos. Según lo reportado por Udelsman et al. 13, sólo el 8,3 % de los casos habían recibido tratamiento prequirúrgico con quimioterapia y el 7,2 % radioterapia, mientras que en la población estudiada una proporción mayor de pacientes que fueron sometidos a quimioterapia (36 %) y radioterapia (23,8 %) antes de la cirugía, lo que podría estar relacionado con una mayor tasa de complicaciones y mortalidad.
La mayoría de los pacientes que se sometieron a lobectomía tenían clasificación ASA III (n=91 - 43,9 %), resultado semejante a lo observado en el estudio retrospectivo realizado por Udelsman et al. 13, que reportó el 53,8 % de casos con igual clasificación.
En este estudio encontramos que el 72,4 % de los casos tuvieron pruebas de función pulmonar preoperatorias, en comparación con el estudio de Berry et al. 14, donde sólo el 36 % de los pacientes tenían pruebas de función pulmonar preoperatorias, con un promedio de FEV1 y de DLCO inferior al nuestro.
Similar al estudio publicado por Chen et al. 15 en el 2021, donde el 73,9 % de los individuos estudiados fueron llevados a lobectomía video asistida, la técnica quirúrgica más utilizada en este estudio fue la VATS (82,6 %). Wang et al. 16 mostraron un tiempo operatorio promedio para la VATS de 154 minutos en técnica con un puerto, 163 minutos con dos puertos y 162 minutos con tres puertos, valores ligeramente superiores a los reportados en este estudio. De la misma manera, Kent et al. 17, reportaron un tiempo promedio de 163 minutos para lobectomías por vía abierta, inferior al encontrado en esta serie.
El segmento anatómico más resecado en este estudio fue el lóbulo superior derecho, hallazgo que coincide con lo encontrado en la publicación realizada por Dziedzic et al. 18, en donde la lobectomía superior derecha fue la más frecuente por VATS (34,3 %, n=484) y por toracotomía abierta (36,5 %, n=1770).
En el artículo de Wang et al. 16, de los 257 pacientes sometidos a lobectomía VATS, el 69,3 % cursaron con cáncer de pulmón primario, siendo la histología más frecuente el adenocarcinoma (48,2 %), y el 30,7 % con patología benigna, ocupando el primer lugar la tuberculosis (7,8 %), seguido de procesos inflamatorios (6,2 %) y bronquiectasias (5,0 %). Esa información coincide con los hallazgos de este estudio en cuanto a la distribución de la enfermedad neoplásica, pero cabe resaltar que en nuestro medio la enfermedad benigna representa una proporción mayor de los casos intervenidos.
Respecto de las complicaciones pulmonares, Suzuki et al. 19 reportaron un 3,8 % de individuos con fuga de aire y Sridhar et al. 20 mostraron incidencias tan altas como el 24 %, siendo una de las complicaciones más comunes en este procedimiento. A nivel cardiovascular, Gengxu et al. 21 encontraron que la fibrilación auricular estuvo presente en el 17,4 % de los casos, valor muy superior a nuestra serie.
De todos los casos evaluados, el 5,8 % necesitaron reintervención, porcentaje mayor en comparación con el estudio realizado por Suzuki et al. 19, con un 2 % de reintervenciones.
La transfusión de hemoderivados en esta serie no fue necesaria en el 85,5 % de los individuos. Chen et al. 15, mostraron que el 2,4 % de los pacientes del grupo de lobectomía abierta y el 3,7 % del grupo de VATS requirieron transfusiones, valores ligeramente inferiores a lo mostrado en esta serie.
En la publicación de Lee et al. 22, se estudiaron 451 pacientes sometidos a lobectomía VATS por cáncer de pulmón y se dividieron en dos grupos (UCI 344 vs. sala general 107), con un promedio de estancia postoperatoria en UCI de 12,6 ± 10,0 días y en sala general de 10,3 ± 4,1 días, mucho más altos que en nuestro estudio. A pesar de estos datos, existen autores que han implementado programas de recuperación acelerada en cirugía torácica y reportan estancias hospitalarias generales inferiores, que oscilan entre 3 y 7 días 23-25.
La mortalidad hospitalaria de esta serie fue de un 4,3 % (n=9), superior a la informada por Desai et al. 10, donde la lobectomía VATS se asoció con una mortalidad hospitalaria del 1,3 %. En el seguimiento a 30 días encontramos un aumento de la mortalidad hasta el 6,3 % (n=13), mientras que en la publicación de Bravo-Íñiguez 26 la tasa de mortalidad para la lobectomía abierta fue del 3,1 % (50 casos) y para la lobectomía por videotoracoscopia fue del 1,2 % (13 casos).
Conclusiones
La lobectomía pulmonar constituye uno de los procedimientos más frecuentemente realizados en los servicios de cirugía torácica en el mundo, de ahí radica la importancia de conocer su comportamiento clínico en nuestro medio. En este estudio encontramos que la población evaluada tenía una importante historia de comorbilidad al momento de la cirugía y un riesgo quirúrgico elevado; ambos factores aumentan el tiempo de estancia hospitalaria, las complicaciones perioperatorias y la mortalidad. Con base en lo descrito, es importante recalcar la necesidad de crear grupos de trabajo multidisciplinario, protocolos de manejo específicos y centros de excelencia para impactar en los desenlaces a futuro.