Es habitual que el profesional de la salud reconozca una serie de deberes frente a la sociedad y a los pacientes, pero puede olvidar los deberes frente a los propios colegas.
En una sociedad cada vez más orientada hacia el beneficio económico y en momentos que parece primar el beneficio particular sobre el general, surgen situaciones como: la denigración o minimización de colegas o su ejercicio, la oferta desleal, el exceso de individualismo y el encubrimiento, por nombrar algunos de los males que impactan negativamente en el colegaje.
Si bien la palabra colegaje no está documentada en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es un neologismo cuyo uso se ha extendido y su significado más acertado se refiere a la "relación entre colegas".
La palabra colega proviene del latín collega, palabra formada por el prefijo con- (que significa conjuntamente, a la vez), la raíz indoeuropea leg-(que significa escoger y elegir), y el sufijo-α. Collega en la Roma antigua se refería a todo cargo político con relación a otro de idénticas funciones, poderes y atribuciones y que en conjunto formaban un collegium1.
Son colegas quienes ejercen una misma profesión o actividad y entre ellos debe existir un código de ética, por el cual deben respetarse y ayudarse mutuamente. Un médico es colega de otro médico, al que debe respetar y ayudar.
Pretendiendo crear una base moral para todos los médicos, la promesa de la Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial, es explicita al juramentar, en ella, que como médico se debe "considerar como hermanos y hermanas a los colegas" 2.
También quisiera recordar que en el Código Internacional de Ética Médica se establece los deberes de los médicos entre sí:
El médico debe comportarse hacia sus colegas como él desearía que ellos se comportasen con él.
El médico no debe dañar la relación médico-paciente de los colegas con el fin de atraer pacientes.
El médico debe cuando sea médicamente necesario comunicarse con los colegas que atienden el mismo paciente. Esta comunicación debe respetar la confidencialidad del paciente y limitarse a la información necesaria 3.
Ningún médico puede ejercer su profesión en aislamiento. La ayuda de otros es necesaria para un ejercicio profesional idóneo.
La relación entre colegas invita a volver a la base de la formación humana, con principios morales y éticos fuertes, que no sólo permitan ejercer para el paciente, sino en una comunidad de pares. No basta ser el mejor médico, el más especializado, si no se ejerce en una interacción armónica y adecuada con los colegas.
Debemos tratar al colega como quisiéramos que nos tratasen a cada uno, con respeto y dignidad, con una continua y fluida comunicación, con lealtad y comprensión.