Introducción
La investigación de la que parte este artículo tenía como objetivo describir y analizar las prácticas escriturales de las nuevas generaciones y conocer la influencia de las TIC en la escritura académica. Dicha investigación fue realizada por el Grupo de Investigación en Mediación Lingüística (GIML) de la Universidad de Lleida (España) y desarrollada tanto en dicha universidad como en la Universidad del Valle (Colombia). En este contexto, presentamos algunos resultados preliminares del análisis de posts en la red social Facebook y su analogía con la cita directa en textos académicos de estudiantes de la Licenciatura en Lenguas Extranjeras de la Universidad del Valle. Específicamente, nos centramos en los mecanismos que los estudiantes emplean para introducir una cita textual directa, en el caso del texto académico, y un enlace, imagen o vídeo, cuando no sea de su autoría, en el caso de la red social.
Aclaramos que somos conscientes de que la cita textual y el post pertenecen a géneros discursivos muy diferentes; no obstante, hemos considerado pertinente establecer el contraste, pues tanto el post como la cita textual introducen información que se ha tomado de otras fuentes y su comparación puede desvelar el tipo de recursos empleados por estudiantes universitarios para reconocer las autorías ajenas.
En este apartado introductorio se realiza una somera aproximación teórica que permite determinar elementos clave en el desarrollo de la investigación propuesta. En la primera sección se presentan reflexiones muy generales acerca de la introducción de las TIC, concretamente Internet, en la enseñanza de la lengua; en la segunda parte nos focalizamos en la relación lenguaje e Internet; por último, concluimos con unas breves anotaciones acerca de la escritura académica.
No cabe duda de que muchos de los grandes cambios que en los últimos años se evidencian en el ámbito educativo y en el de la comunicación han sido debidos a las TIC, liderados principalmente por la Internet. En este marco, es preciso recordar que el nivel de penetración de Internet en Colombia es del 56,9 %1, de acuerdo con las cifras recogidas por Internet Live Stats en noviembre de 2016. En lo que respecta a la medición que realiza Internet World Stats2 en cuanto a Facebook, el 49,8 % de la población colombiana emplea dicha red social. Estos datos son significativos, por cuanto revelan el potencial, tanto de Internet como de Facebook en diferentes campos, entre ellos el académico, pues, como indica Trenchs (2001), la mayoría de las TIC -entre las que se encuentran Internet y sus diversas plataformas y posibilidades como las redes sociales- posibilitan el desarrollo de entornos que generan aprendizajes significativos en el campo lingüístico.
Si bien es cierto que el propósito fundamental de las redes sociales no es el ámbito académico, existen abundantes estudios3 que permiten ubicarlas entre los entornos virtuales que posibilitan el aprendizaje lingüístico del que nos habla Trenchs (2001). De ahí que se justifique su investigación para potenciar su empleo como herramientas para la escritura, por ejemplo, que es lo que nos interesa destacar en este artículo, puesto que uno de los debates más controversiales respecto a la comunicación en Internet es la alarma de que la escritura virtual acabará con el libro. Frente a esto, Cruz Piñol (2002) señala que, aunque la escritura digital está produciendo cambios vitales en la transmisión del conocimiento, de ninguna manera “está acabando con la letra impresa” (p. 30), aunque, según Cassany (2006), es evidente que en el ámbito electrónico nos encontramos en presencia de nuevas prácticas comunicativas ligadas a nuevas estructuras (hipertexto) y a nuevos géneros (correo electrónico, chat, página web). De acuerdo con Cassany (2005: 102)
[…] cada uno de estos géneros presenta nuevos parámetros pragmáticos, discursivos y verbales. La investigación sobre la literacidad electrónica estudia estos nuevos usos. En el ámbito de la didáctica de la lengua, surgen propuestas de un enfoque electrónico, que sugiere que en la enseñanza de la lengua debe incluirse la enseñanza de los discursos electrónicos, en la medida que en el uso real de la lengua estos ya ocupan un volumen importante […].
Lo anterior exige el desarrollo de habilidades de computación, de navegación, verbales, visuales y auditivas, todo, con la finalidad de encontrar, organizar y utilizar la información, la cual adquiere una triple dimensión desde la comunicación, la construcción y la investigación.
En este contexto, acuña Cruz Piñol (2002), la hipertextualidad, como característica básica de Internet, “establece nuevos códigos, en los que se ven reflejados todos los participantes en el acto comunicativo que se activa cuando el receptor inicia la lectura de la página” (p. 32). De esta manera, el hipertexto se evidencia, por excelencia, como la configuración textual de Internet, y no se puede olvidar que este exige la participación activa del lector; así se posibilita la interacción entre escritor y lector, entre el contenido del mensaje y lo que este evoca (sea lingüístico o cultural), pues el hipertexto favorece que “el lector pueda acudir en cada momento a la información complementaria que precise, en función de sus conocimientos” (Cruz Piñol, 2002, p. 45). Así, la hipertextualidad es un instrumento para la escritura que “ha influido en los mecanismos de estructuración del pensamiento” (Cruz Piñol, 2002, p. 28).
En este marco, es preciso reflexionar en torno a la relación entre lenguaje e Internet4. Gran parte de las investigaciones que incumben esta relación están vinculadas directamente con la pragmática, pues, precisamente, estos estudios buscan reflexionar sobre las condiciones especiales de comunicación que proporciona Internet5, en razón a que estos se centran en los nuevos lenguajes -representados por mecanismos como el emoticón, los acortamientos, los alargamientos de palabras, entre otros-6; además, destacan características básicas de la interacción virtual, tales como la multimedia, el hipertexto y la interactividad (Mancera, 2011, p. 12), de las que ya hemos hablado.
De este modo, la mayoría de estos trabajos catalogan el lenguaje de Internet como “un código complejo en el que están presentes el código lingüístico general, concretado en los códigos lingüísticos que son las lenguas naturales, pero en el que también están presentes diversos códigos de signos visuales y acústicos no lingüísticos […]” (Albaladejo, 2011, p. 15), en virtud de lo cual algunos autores se preguntan “si el lenguaje cibernético constituye un código particular, diferenciado del código del lenguaje habitual […]” (Cabedo, 2009).
En la mayor parte de estos estudios de corte pragmático se pone de manifiesto que en la comunicación virtual predomina un registro coloquial o informal7 y hasta de carácter jergal (Thurlow, 2001; Cabedo, 2009; Torrego, 2011a) o argótico (Sempere, 2001). Algunos autores mencionan que estos aspectos, difundidos principalmente por los jóvenes, hacen parte de nuevas formas de comunicación (Aguado, 2006; Mancera, 2011).
Cabe, entonces, decir que en la mayoría de estos estudios se realiza una caracterización de las diferentes variedades de comunicación electrónica y del tipo de interacción que permiten, al igual que de usos lingüísticos; es el caso del chat (mensajes instantáneos), el correo electrónico, mensajes de texto (SMS de los teléfonos móviles), foros y listas de distribución, grupos de noticias (newsgroups), videojuegos (mundos virtuales, juegos de roles), páginas personales, blogs, redes sociales, microblogs (como Twitter), videoconferencia8. Por lo tanto, “Internet es, en sí mismo, un amplio campo de estudio en el que convergen diferentes posibilidades de estudio pragmático […]” (Yus, 2010, p. 12). En palabras de Aguado (2003: 53):
[…] el lenguaje de Internet hay que verlo, pues, desde un punto de vista pragmático y comunicativo. Se trata de «lenguaje en acción», pues nos referimos a un empleo de la lengua en unos contextos determinados, con un medio muy específico, y con un registro de características particulares, en el que se utiliza, asimismo, el lenguaje de los signos, iconos o símbolos para establecer una comunicación […].
En este punto, recordamos el estudio de Crystal (2002) en donde se le dedica a la ciberhabla9 una gran atención, y se analiza cómo se presenta en diversos ámbitos: juegos de realidad virtual, chat, correo electrónico, y cómo, a pesar del aparente caos, existen normas lingüísticas que es necesario cumplir; por ejemplo: no escribir en mayúscula sostenida, pues esto equivale, en la conversación oral, a un grito. Para Crystal (2002) “la mayoría de las características generales en que radica la singularidad de la ciberhabla se basan principalmente en la grafología y el léxico: los dos niveles del lenguaje donde es relativamente fácil introducir innovaciones y desviaciones […]” (p. 109). Agrega que la ciberhabla es aquella que está en Internet; incluye tanto la terminología, como los recursos estilísticos y discursivos empleados por los cibernautas.
En este marco, la investigación sobre los cambios que se provocan a través de la Red en las prácticas de lectura y escritura en línea aporta datos relevantes que afectan no solo la concepción de estas habilidades, sino también la producción de contenido. Por una parte, en Internet adquiere gran importancia la búsqueda de información, así como la evaluación de resultados o la capacidad para encontrar la información buscada (Coiro, 2003); por otra, la lectura digital se dirige a la resolución de problemas o a la recopilación de datos (Coiro y Castek, 2010) y está más interconectada con la escritura, puesto que al leer se suelen hacer consultas en línea y esto exige digitar direcciones o participar en foros o chats (Leu, Forzani et al., 2013); por último, en la producción escrita se adoptan varios formatos, por ejemplo, subir fotos o vídeos, hacer clic en ‘me gusta’, compartir o retuitear, añadir comentarios a los post de otros (Potter, 2012).
En cuanto a los posts, es preciso recordar que estos se ubican en el marco de la multimodalidad (Kress 2010) como una de las características relevantes del intercambio digital, pues un post puede estar representado por texto, imagen, video, sonido o todo a la vez, lo cual refuerza la idea de que el ámbito digital promueve una nueva concepción de escritura.
Finalmente, numerosos investigadores concluyen que los jóvenes carecen de competencia digital específica para la actividad académica (Khan et al., 2011), además, que existe una gran brecha entre las competencias digitales sociales y las académicas (Moje, 2000; Warschauer, 2011). En este contexto, un aspecto de la cultura digital que preocupa por diferentes motivos son las nuevas formas de «escritura popular» (Knobel y Lankshear, 2011), como el remix y el «cortar y pegar», que en el ámbito académico se consideran plagios. Al respecto, esta práctica se evidencia como un auténtico desencuentro entre dos culturas diferentes: la académica en papel y la digital participativa en línea.
En lo que respecta a la cultura académica, es sabido que la escritura en el ámbito académico se constituye en una de las herramientas más importantes para dar cuenta de la apropiación del saber específico; en este sentido “la escritura no es solo un instrumento de comunicación y transmisión del conocimiento, sino que es un proceso que permite la transformación de ese conocimiento. La transformación conceptual que realizan los sujetos cuando escriben sobre un tema determinado permite potenciar el valor epistémico de la escritura” (Marinkovich & Córdova, 2014, p. 41). Puesto en estos términos, en el contexto académico la escritura ocupa un lugar de relevancia, en virtud a que es el proceso que posibilita a la comunidad científica la divulgación de sus hallazgos y la posterior interpretación del saber académico. Por ello, abordar el proceso escritural obliga a pensar en textos caracterizados no solo por el rigor intelectual; se trata, además, de elaborar textos claros, pertinentes, originales y con unas estructuras específicas, atendiendo a las características de la comunicación académica y científica; por ejemplo, en la escritura académica es de gran importancia dar crédito a las ideas de los otros y respetar las autorías ajenas, por cuanto esto se constituye en un elemento clave para la construcción del conocimiento y para afianzar el saber disciplinar.
La cita como recurso escritural ha sido ampliamente estudiada, resaltando su valor en la argumentación y la construcción textual en general10. En este contexto, el análisis de los mecanismos de citación que emplean los estudiantes universitarios en sus textos revela las estrategias que utilizan para afianzar el conocimiento académico, debido a que en el espacio de la escritura académica, sobresale el empleo de la cita, definida como “toda alusión a un texto tomado de otra fuente e incorporado de manera explícita dentro de un trabajo escrito […]” (Angulo, 2013, p. 108); en estos términos, se trata de un procedimiento que garantiza el rigor teórico en el planteamiento de las ideas y el reconocimiento de las ideas previas que han aportado a la construcción textual. En este sentido, continúa Angulo (2013),
La incorporación articulada de ideas y argumentaciones sobre un tema, disponibles específicamente en la red y en otras fuentes de información, se hace visible en la cita, la forma de expresión más rica, y su representación está regida y normada por la tradición académica que le da consistencia, coherencia, unidad y verificabilidad, además de establecer una relación explícita entre el origen de las ideas que sustentan nuevas interpretaciones (p.110).
Para finalizar, queremos enunciar la hipótesis de la que partimos en este estudio; esta indica que los estudiantes se apropian de las actuales prácticas culturales fuera del ámbito escolar debido a que las instituciones educativas, en su mayoría, no incorporan esas nuevas prácticas en sus programas formativos. Ello, como se ha indicado, provoca la disociación entre la actividad vernácula que desarrolla el estudiante en su vida social y la actividad del aula, que sigue anclada en el papel y la escritura analógica. Por estos motivos, se planteó documentar y analizar esta situación, a partir de la recolección de un corpus multimodal conformado por escritos académicos, perfiles y publicaciones en línea de estudiantes de la Universidad del Valle. Teniendo en cuenta el propósito de este artículo, nos hemos centrado en el análisis del post y de la cita textual, con el fin de contrastar las estrategias de su introducción en los géneros textuales que representan.
1. Metodología
Los datos que aquí se analizan representan una pequeña muestra que parte de un macroproyecto -como ya se ha indicado- de corte descriptivo-explicativo, basado en la observación y recolección de datos. Dicho macroproyecto combina dos perspectivas metodológicas: el análisis del discurso digital y la etnografía virtual; ambas aproximaciones se complementan: la etnografía virtual contribuye a documentar la relación que existe entre los discursos digitales y las prácticas que se ponen en juego en ellos, y a reconstruir el contexto social en el que se generan; mientras que el análisis del discurso aporta profundidad a la etnografía a partir de la descripción detallada de los recursos lingüístico-discursivos usados por los informantes y de cómo estos influyen en el contexto social de la práctica. La muestra que aquí analizamos corresponde a esto último; en este sentido, como ya se ha mencionado, se ha recolectado un corpus multimodal conformado por escritos académicos, perfiles y publicaciones en línea de estudiantes de segundo semestre de la Licenciatura en Lenguas Extranjeras de la Universidad del Valle.
Además del corpus, se realizó una encuesta de veinte preguntas con las que se pretendía conocer el perfil tecnológico y los hábitos en línea, así como sus concepciones acerca de la escritura en Internet. Como el objetivo de este artículo es la citación en la escritura académica y los posts en la red social Facebook, por el momento no la integraremos a este análisis y dejaremos su interpretación para más adelante.
Crystal (2002) está a favor de un enfoque descriptivo, no prescriptivo, en el análisis lingüístico de Internet, pues de esta forma se evita reducir “la riqueza potencial y la versatilidad de un medio de comunicación […]” (p. 93). Es, precisamente, este mismo enfoque el que adoptamos, por ser el principal objetivo de este artículo, como ya lo hemos indicado, establecer una caracterización y descripción de los recursos de citación que emplean los estudiantes universitarios de los primeros semestres en sus composiciones y en la introducción de los posts en la red social Facebook. Para este fin, analizamos textos argumentativos elaborados por estudiantes de segundo semestre y observamos de qué manera introducen las citas textuales. Asimismo, realizamos el seguimiento en la red social Facebook de los posts de estos estudiantes de los últimos dos años (desde que ingresaron a la Universidad, aproximadamente) y analizamos las formas de introducción del material que no es de autoría propia, y que toman de la misma red social o de Internet.
Se parte de veinticuatro textos argumentativos alrededor del tema de la escritura, realizados por igual número de estudiantes en el curso Composición en Español I, durante el segundo semestre de 2016. Este curso tiene como objetivo general mejorar el nivel de comunicación escrita, mediante la utilización de herramientas y estrategias necesarias para una adecuada comprensión y producción de textos académicos. Se parte de presentar la escritura como un proceso. De modo que los estudiantes debían redactar un texto argumentativo en torno al tema de la relación entre escritura y TIC, y hacer entrega de dos borradores y la versión definitiva. Valga aclarar que lo que aquí analizamos corresponde a esta última entrega.
Algunos de los estudiantes autorizaron su seguimiento, además de en la red social Facebook, en otras redes sociales como Twitter, Instagram, Tumblr; pero como estas tiene un comportamiento un tanto diferente, no las hemos tenido en cuenta por el momento, aunque los datos recolectados serán analizados en otra fase de esta investigación.
En síntesis, se ha realizado lo siguiente:
Análisis y clasificación de los recursos de citación empleados por los estudiantes en sus textos académicos.
Observación y descripción de los recursos para introducir material de autoría ajena en la red social Facebook.
Comparación de los recursos empleados para la citación en el ámbito académico y en el virtual.
Consideramos que, aunque contamos con una muestra pequeña, la misma nos posibilita recoger información importante acerca de la cita textual directa en el medio académico, y del post como su análogo en el ámbito virtual. Esto nos ha permitido presentar un panorama general de los diversos recursos que emplean los estudiantes universitarios de primeros semestres para la citación.
2. Resultados
En este artículo nos hemos focalizado en los posts, en los que se comparte material, generalmente tomado de la misma Red, de autoría ajena, y que hemos equiparado con la cita textual directa, pues de hecho se toma un fragmento tal cual y se comparte. Lo que interesaba, en particular, era observar los mecanismos que se emplean para introducir tanto la cita textual directa como los posts.
A continuación se enuncia, de forma general, lo que se ha observado, tanto en lo que corresponde a la cita textual directa en los textos argumentativos, como en los posts de la red social Facebook de los estudiantes que han participado en este estudio.
2.1 Citas directas en los textos argumentativos
En primer lugar, en lo atinente a la cita textual, en los escritos de los estudiantes encontramos cincuenta de ellas. A propósito, dos asuntos a considerar: no hemos contado las citas indirectas o paráfrasis (algunos estudiantes solo emplean este tipo); y se debe tener en cuenta que algunos estudiantes no emplean ninguna referencia.
En la siguiente tabla, se describe a grandes rasgos lo observado en los textos acerca de la introducción de la cita textual directa. Solo presentamos un ejemplo de la muestra recolectada, para ilustrar el fenómeno analizado:
Recursos | Ejemplos |
---|---|
1. No se introduce la cita y se pre senta la fuente al final. | «“Antes del chat, nunca nadie había escrito tanto -digitalmente- y tan mal. No existe un lenguaje del chat, sino deformaciones de la lengua. Y, en este sentido, si impulsamos el chat como una diversión, estamos discapacitando al alumno. Con este ejercicio de balbuceo primitivo de la lengua, que hace un jibarismo de las expresiones, estamos convirtiendo al estudiante en un inepto expresivo y, por lo tanto, en un ciudadano de segunda en el futuro”; así se expresó Pedro Luis Barcia, director de la Academia Argentina de Letras, respecto de la comunicación que establecen los jóvenes a través de los medios digitales.» (Participante 1, texto argumentativo, 20 de diciembre de 2016). |
2.Se emplean verbos en presente, generalmente epistémicos y evidenciales. | «No obstante, Devís (2004) nos alerta acerca de una de sus grandes preocupaciones y es la tendencia hacia una escritura instrumentalizada y reducida a su mínima expresión, “Pero lo que preocupa mayormente de este lenguaje es que se redacta sin tantos reparos por la ortografía ni por las reglas sintácticas provocando un desinterés generalizado por la buena escritura sobre todo entre los más jóvenes. Se abrevia tanto que a menudo nos convertimos en verdaderos peritos taquígrafos” (Devís, 2004, p. 78).» (Participante 4, texto argumentativo, 20 de diciembre de 2016). |
3. A veces no se introduce ni se concluye la cita de forma adecuada. | «De esa manera surgió el Internet, el representante de las TIC. “Internet es mucho más que la televisión, la radio, el teléfono y el fax. Internet permite todo lo anterior y aún más, nos posibilita comunicarnos entre sí, muchas personas a la vez, en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo, incluso por qué no, todos a las vez” (Monroig y Caballero. 2004:16).» (Participante 12, texto argumentativo, 20 de diciembre de 2016). |
4. Se emplean epígrafes al comien zo del texto. | « “Technology is nothing. What’s important is that you have a faith in people, that they’re basically good and smart, and if you give them tools, they’ll do wonderful things with them”. Steve Jobs (s. f.)» (Participante 7, texto argumentativo, 20 de diciembre de 2016) « “Aunque los niños reciben oleadas de estímulos de palabras digitales en las pantallas de computadora, celulares y tabletas, la práctica de la escritura a mano enriquece la conciencia fonológica de los niños de una manera que el escribir electrónicamente no lo hace” (Blog: Después del Cole, 2015)» (Participante 11, texto argumentativo, 20 de diciembre de 2016) |
5. Se brinda mucha información so bre el autor. | «Según la profesora de literatura Karina Galperin (2015) de la Universidad Torcuato Di Tella en Argentina, “Nosotros estamos en una época en donde se escribe más que en ninguna otra. Además, esta práctica se está dando fuera de las instituciones, es decir, fuera de la instancia de corrección”.» (Participante 1, texto argumentativo, 20 de diciembre de 2016). |
6. Se introduce y se concluye la cita con comentarios. | «Lo que se quiera buscar en Google y no se encuentre es porque no se ha sabido utilizar las palabras adecuadas para la búsqueda o simplemente no existe. En pocas palabras, Google cumple con “hacer accesible toda la sabiduría del mundo: accesible a cualquiera, de una manera fácil, rápida y gratuita”2. En este sentido, Google cuenta con el potencial para promover los procesos de aprendizaje de una lengua extranjera.» (Participante 7, texto argumentativo, 20 de diciembre de 2016). |
Fuente: elaboración propia
Respecto a los ejemplos que hemos presentado en la tabla 1, se observa que el formato, en gran parte de ellos, no es el más adecuado; por ejemplo, faltan algunos datos de la referencia bibliográfica -como el año de publicación-; asimismo, algunos estudiantes introducen la cita textual siempre con cursiva, cuando esto no es correcto. Por otra parte, algunas veces no se introduce ni se concluye la cita directa; se tiende, entonces, a no hacer una adecuada presentación de la cita textual, es decir, esta no se integra correctamente al hilo discursivo. De igual forma, en algunos casos se tiende a brindar mucha información sobre el autor, cuando con el apellido y el año sería suficiente; asimismo, las citas tienden a ser un tanto extensas. Además de lo anterior, se han detectado casos en los que se ponen autorías erradas, es decir, otro es el autor del fragmento que se cita.
Cuando se realiza la introducción de la cita con el formato adecuado, predomina la introducción de verbos evidenciales (demuestra, confirma, evidencia…) y epistémicos (sugiere, propone, deduce…), presentando el apellido del autor y el uso de comillas para marcar la cita textual. En términos generales, se observa que los estudiantes universitarios emplean poca variedad de recursos para la citación textual; esto obedece a que en la academia existen pautas preestablecidas para la presentación de las citas.
Se esperaría que en los textos argumentativos se presentaran más citas directas, pues esto caracteriza a los escritores novatos que tienden a apoyarse más en referencias externas. En los textos analizados se evidencia un intento de reelaboración textual y, por tanto, un esfuerzo por apropiarse del discurso académico, lo que podría explicar por qué no abundan citas directas. A pesar de ello, en gran parte de los textos, se observa que estos no cumplen con las características esperables de su tipo; además, en varios de ellos, hace falta explicitar el apoyo documental y los argumentos de autoridad.
2.2 Posts en la red social Facebook
En lo que corresponde a los posts en la red social Facebook, de los veinticuatro estudiantes que participaron en este estudio, se tomó un total de 1118 posts que corresponden a material de autoría ajena. Se recolectaron todos los posts de cada estudiante; como en algunas ocasiones eran abundantes, se puso como delimitación la fecha de ingreso a la Universidad del Valle de dichos estudiantes; si este evento no se registraba en la propia red social, se calculaban más o menos dos años atrás.
En la tabla 2 presentamos una síntesis de lo observado en la introducción de los posts en la red social Facebook. Como en el caso anterior, solo presentamos un ejemplo a modo de ilustración.
En términos generales, en los ejemplos presentados en la tabla 2 se observan, a modo de opinión, comentarios un tanto extensos; igualmente, se suele emplear la ironía; asimismo, se presentan comentarios en otros idiomas, generalmente en inglés, pero también en francés; esto se explica porque los participantes son estudiantes de una Licenciatura en Lenguas Extranjeras con énfasis en ambos idiomas. Otra estrategia empleada es retomar citas textuales directas del post que se comparte. En la introducción, además, se utilizan interjecciones y onomatopeyas para expresarse respecto al post compartido; en algunas ocasiones, como introducción, y a modo de síntesis, se emplea una palabra del contenido que se comparte. Otros recursos empleados son: etiquetar a un amigo, a quien va dirigido el post; igualmente, se emplean emoticones y se utilizan abreviaturas en otros idiomas -OMG (Oh my God) y LOL (Laughing Out Loud)-. Finalmente, se observa que algunos de los participantes ponen texto a una imagen que se comparte, dándole una interpretación a la misma, como si se tratase de una caricatura.
Por otra parte, de los 1118 post compilados, doscientos noventa y siete (297) tienen algún tipo de introducción; en términos porcentuales, esto quiere decir que solo el 26,56 % de los posts de autoría ajena tiene algún tipo de introducción. En la red social, como era de esperarse, se tiende a no realizar ninguna presentación del post, pues predomina el hecho de compartir una imagen, un video, un enlace sin ninguna introducción previa y sin indicar la autoría ajena. Como indica Yus (2010), es claro que en las redes sociales predomina el principio pragmático de la relevancia: se selecciona el material que se considera será de importancia e interés para los posibles lectores.
Lo observado obedece a las propias características de la escritura virtual y a las características de Internet, medio “extremadamente fluido” (Crystal, 2002, p. 25), se encuentra en continua evolución (Mas i Fossas, 2003), “un medio electrónico, global e interactivo” (Crystal, 2002, p. 37). Relativo a la información que se comparte por medio de Internet, destaca su carácter efímero, su amplia y rápida difusión. Atendiendo a esta característica de rapidez y de inmediatez, consideramos que se suelen evitar las introducciones de los posts.
Respecto a lo anterior, es interesante notar que tanto en los posts como en las citas textuales la falta de introducción se hace visible. No obstante, se puede indicar que en el ámbito académico se introducen más las citas textuales, en contraste con el poco uso que se hace de las introducciones en las redes sociales. A pesar de ello, en los textos argumentativos analizados se observa poca variedad de recursos (se repiten los mismos) a lo que se agrega que hace falta poner más en diálogo los textos e ideas, mientras que cuando se comparte un post en Facebook se hace uso de diversos recursos que posibilita la multimodalidad en esta red social, por ejemplo: los emoticones, la mención a otros usuarios, las onomatopeyas e interjecciones.
En el ejercicio que hemos realizado, al establecer un comparativo entre el número de citas textuales y el número de posts de los estudiantes participantes en la investigación, observamos que se presentan muchos más posts que citas textuales (1118 posts, frente a cincuenta citas textuales). Esto era de esperarse, especialmente por las mismas características de la red social que permite compartir ágilmente este tipo de elementos, mientras que los textos académicos requieren mayor elaboración y son mucho más extensos. Al respecto, reiteramos que reconocemos las diferencias exponenciales entre la cita textual y el post; no obstante, ambos representan muestras discursivas de autoría ajena, y si bien no se pueden equipar cuantitativamente hablando, el contraste es viable si se piensa en los diversos recursos que se emplean para introducir los posts y las citas textuales provenientes de otras fuentes. En todo caso, lo presentado es un estudio exploratorio que podría guiar hacia una investigación de mayor envergadura.
Conclusiones
En este artículo pretendíamos establecer un contraste entre los recursos de citación en el ámbito académico y en el virtual; en este sentido, hemos presentado algunas reflexiones generales alrededor de la escritura académica y la escritura en Internet con el fin de establecer el contraste, tanto de los elementos que componen el discurso académico elaborado con medios digitales, como de los recursos empleados en la composición de los textos académicos, focalizándonos en los mecanismos empleados para introducir la cita textual en la escritura académica y el post en la red social Facebook. Al respecto, en términos generales, podemos afirmar que cuando se introducen los posts se observa una mayor variedad de estrategias que en la presentación de las citas textuales directas; se esperaría lo contrario, al ser estas últimas escritas, aunque también es cierto que en las redes sociales se pueden emplear otros recursos que la multimodalidad permite. Todo esto enriquece a la red social como hipertexto y como una nueva forma de escritura. En este sentido, podemos establecer puntos de encuentro, de modo que se podrían evidenciar ambas prácticas discursivas (escritura académica y escritura digital) como complementarias y no como antagónicas.
En otra dirección, se evidencia que los estudiantes identifican a Internet como un medio con unas particulares situaciones comunicativas; de ahí que asuman los roles pertinentes según lo que requiere cada una de estas situaciones. En términos generales, para difundir información, los estudiantes son hábiles en el manejo de los recursos de las redes sociales; aunque explícitamente no se enuncia la autoría de determinado contenido, se asume que no es original de quien lo comparte; esto es debido a las mismas características del medio.
Asimismo, los estudiantes universitarios acuden a fuentes electrónicas de manera habitual para elaborar textos académicos y también utilizan asiduamente herramientas digitales para su corrección. A pesar de ello, el análisis de los datos evidencia carencias en el manejo académico de las TIC; por ejemplo, de forma general se observa que los estudiantes se apropian del contenido digital como si fuera habla coloquial, sin prestar atención a su autoría, fiabilidad o procedencia, e ignoran aspectos básicos de su reutilización en contextos académicos como la citación o las convenciones académicas establecidas. Por lo anterior, es relevante incluir en la formación de los futuros profesores el trabajo de las competencias digitales académicas, tanto desde el punto de vista técnico, como del crítico y didáctico.
Con el surgimiento de un medio de comunicación, también surgen debates sobre su relación con los procesos de enseñanza de la lengua. En el caso de la Internet, se alzaron algunas voces que indicaban que en esa amalgama que se presenta entre la oralidad y la escritura se daba un detrimento de la segunda, pues es frecuente que en esta, sobre todo en los chats y los foros, se evidencie una escritura descuidada. Pero también es cierto que este medio ha potenciado la escritura y la lectura en las nuevas generaciones; de ahí que el papel de la educación lingüística sea vital, pues es ella la que ayuda a la formación de lectores críticos y escritores competentes. En este contexto, las redes sociales han introducido nuevas concepciones en torno a la escritura; en coherencia, esta habilidad en dichas redes adquiere nuevos mecanismos que no se pueden homologar del todo con lo que acontece en la escritura académica. En este sentido, es pertinente describir los recursos de estas nuevas escrituras, para realizar una caracterización completa y proponer acciones didácticas que faciliten abordar la escritura académica y su relación con las redes sociales.
Finalmente, hacemos énfasis en que lo presentado en este artículo es solo una aproximación a la relación entre redes sociales y escritura académica en Colombia; por este motivo, se constituye en un estudio exploratorio; consideramos, entonces, que se requiere de una investigación a mayor escala, con una muestra mucho más amplia y representativa, que permita establecer generalizaciones a partir de una caracterización completa de este fenómeno; de esta manera se podrá destacar a las redes sociales como herramientas para potenciar la escritura académica, lo que podría ayudar a plantear propuestas didácticas para desarrollar las competencias digitales en pos de la construcción epistémica.