El presente artículo tiene como objetivo explorar la importancia del Spondylus spp.1 para las sociedades que ocuparon la costa norte del Perú durante el Intermedio Tardío (800-1450 d.C). Se procuró escoger algunas piezas lo suficientemente representativas para poder enfocarse en un estudio iconográfico profundo y comparado, sin la necesidad de enumerar grandes listados de objetos que, a causa del espacio disponible, no pudieran ser analizados en detalle2. El texto es producto de una investigación llevada a cabo en excavaciones arqueológicas de la costa norte del Perú y Ecuador, y en museos que resguardan piezas de esta región, durante el 20153. La costa norte del Perú, perteneciente a los Andes Centrales, es definida geográficamente por el litoral de Piura, Lambayeque, La Libertad y Ancash (ver la figura 1). Esta pesquisa procuró documentar las vías de introducción del Spondylus spp. en la región y la importancia de este material partiendo de fuentes propias del norte del Perú, sin tener que aplicar conclusiones surgidas de otros contextos geográficos o históricos4. Más que la interpretación de un simbolismo mítico, se intenta comprender la existencia de varios mundos (humanos y más que humanos) que se relacionan por la recolección y el uso ritual del Spondylus spp. Estos mundos no existen previamente a su puesta en contacto, sino que se configuran en cuanto se relacionan; en ese sentido, interexisten.
Las fuentes consultadas son figuraciones plásticas en donde el Spondylus spp. aparece siendo recolectado o siendo utilizado ritualmente, pues en estas escenas se aprecia el contexto de uso de la concha. Entender estas figuraciones se presenta como un paso previo indispensable antes de interpretar los contextos arqueológicos en donde aparecen la concha y los objetos manufacturados en este material. Específicamente, los contextos analizados pertenecen al Período Intermedio Tardío, que en la costa norte del Perú coincide con el desarrollo Chimú y Lambayeque (800-1450 d.C).
El Spondylus spp. en el intercambio interregional
El uso de las conchas de Spondylus princeps y Spondylus calcifer5 en los Andes Centrales durante la época precolombina ha llamado la atención de los arqueólogos durante décadas. Tan sólo la presencia de este material malacológico es evidencia de un contacto cultural a larga distancia, pues el Spondylus spp. sólo puede vivir en las costas cálidas del Pacífico norandino6, y su introducción a tierras centroandinas fue necesariamente producto del intercambio entre pueblos asentados en el norte y el centro de Sudamérica.
Existen evidencias del uso del Spondylus spp. en el actual territorio peruano desde el precerámico hasta la época incaica, y en la gran mayoría de sitios arqueológicos andinos de importancia de todos los períodos prehispánicos se halla este material exótico (Carter 2011). Es importante resaltar que se encuentran bivalvos enteros de Spondylus spp., lo cual indica que este material fue recogido directamente bajo el mar cuando el animal aún se encontraba con vida, pues sólo de esta manera se encuentran las dos conchas juntas; también se debió complementar con una recolección en playa de la concha cuando el animal ya hubiera fallecido, pero de esta manera sólo es posible recuperar una valva, pues la otra queda sujeta al sustrato rocoso. Aunque el Spondylus spp. tuvo que ser explotado y posteriormente comerciado por las sociedades asentadas en la costa ecuatoriana, la arqueología de este país no ha develado un uso tan intenso de esta concha como en los Andes Centrales, sobre todo en la manufactura de objetos de este material; en Salango, uno de los puertos prehispánicos más importantes de la costa de Manabí, en Ecuador, los hallazgos de Spondylus spp. son modestos, en comparación con los sitios de la costa norte peruana. Este hecho no ha de sorprender demasiado, pues muchas sociedades que exportan un producto determinado no lo consumen a gran escala, ya que resulta más conveniente para ellos su intercambio7.
Vale la pena mencionar que existió la posibilidad real de que las sociedades de la costa norte peruana se proveyeran de Spondylus spp. desde otras fuentes distintas a la de las costas norandinas. Existen bancos de Spondylus spp. en Panamá y en el Occidente Mesoamericano que las poblaciones allí asentadas usaron para manufacturar objetos. La navegación entre Ecuador y México utilizando tecnología precolombina fue posible y ha sido comprobada por simulaciones por computador (Callaghan 2003), cálculos ingenieriles (Dewan y Hosler 2008) y arqueología experimental (Smith y Haslett 2000). En punta Mita (Nayarit, México) se ha encontrado evidencia de uso de tecnología ecuatoriana prehispánica para el buceo apnea, usada para la procura del Spondylus spp. (Beltrán 2001). En estas travesías desde Ecuador hasta México, Panamá debió ser un punto de paso importante, aunque son pocas las evidencias que efectivamente se tienen de dicho tránsito (Cooke y Sánchez 2001, 35-37; Jaramillo 2015). Aunque se sabe que el Spondylus spp. fue un producto involucrado en el tráfico oceánico por el Pacífico, no se tiene certeza de su flujo: si los pueblos ecuatorianos fueron en búsqueda de nuevas fuentes del material malacológico (Callagham 2003, 803; Hoqcenghem 2009), o, en cambio, si ellos exportaban conchas a otras regiones (Cooke y Sánchez 2001, 36). Sea como fuere, quienes emprendieron la conexión con otros pueblos del Pacífico fueron los pueblos de la costa norandina, no así los de la costa norte del Perú, pues eran los norandinos los que contaban con la tecnología necesaria para la navegación, y los materiales de origen suramericano registrados en Mesoamérica apuntan a la región ecuatoriana, antes que a la centroandina. Los habitantes de la costa norte del Perú se proveían de Spondylus spp. gracias al intercambio con los pueblos costeros norandinos, ya sea que estos los sacaran de sus propias costas o los obtuvieran de más al norte.
Se han propuesto varias vías de introducción de esta concha a los Andes Centrales, ya sea por vías marítimas, terrestres o utilizando una combinación de ambas (Hocquenghem 1995; Jaramillo 2015). Lo que queda claro es que la importación masiva de material malacológico estuvo afianzada en la relevancia que las poblaciones centroandinas conferían a esta concha, importancia que ha sido analizada desde varios ángulos. Básicamente son tres los argumentos que se emplean para resaltar la importancia del Spondylus spp. para los centroandinos: como predictor climático del fenómeno de El Niño, como asociación femenina en la díada de opuestos complementarios que generan fertilidad y como alimento de los dioses.
La idea de que las especies de Spondylus funcionan como predictor del Fenómeno de El Niño está basada en la sospecha de que en estas épocas -al producirse el cambio de correlación de fuerzas de las corrientes marinas que lleva al aumento de temperatura del océano Pacífico frente a las costas del norte peruano-, el Spondylus spp. puede expandir su hábitat hacia el sur. Así, al encontrar estas conchas frente a sus costas, era señal para los pueblos centroandinos de que se avecinaban lluvias torrenciales asociadas al Fenómeno de El Niño (Jaramillo 2015, 296). Sin embargo, esta idea parece tener pocos sustentos documentales. Aunque muchos arqueólogos atribuyen el aumento de Spondylus spp. en sitios arqueológicos peruanos a una ampliación de la distribución de estas especies, datos biológicos y paleontológicos no corroboran tal suposición. No existen evidencias fósiles de Spondylus spp. en costas centroandinas durante el Holoceno ni el Pleistoceno Superior -como sí existen de otras especies de agua cálida- (Díaz y Ortlieb 1993, 171), y actualmente, el período de elevación de temperatura en esta región no es lo suficientemente prolongado como para que estas especies amplíen su distribución (Carter 2011, 67). Además de los datos de los autores anteriormente citados, que permiten dudar de la presencia de Spondylus spp. en las costas peruanas en el pasado y el presente, tuve la oportunidad de estar en la costa del Perú en octubre de 2015, en medio de un Fenómeno de El Niño de relativa importancia. Frente a las costas de Casma (en Ancash, Perú), los pescadores de la comunidad de Las Aldas encontraban especies de agua caliente como bonito y pez espada, pero no Spondylus spp.
La valencia femenina de la concha bivalva es una interpretación apoyada en los relieves pétreos de la ciudad de Chavín de Huantar (1500-500 a.C). En estas escenas aparecen personajes alternados portando Spondylus spp. y Strombus spp., o personajes que tienen en una mano un caracol y en la otra una concha. Partiendo de una asociación naturalista, en la que el bivalvo estaría vinculado con el órgano sexual femenino, y el caracol con el masculino, se argumenta que la díada de Spondylus spp. y Strombus spp. estaría formando un complejo de opuestos complementarios femenino/masculino. Siguiendo esta línea argumentativa, la oposición complementaria sería la génesis de la fertilidad humana y natural (Cordy-Collins 1999). La valencia femenina del Spondylus spp. es utilizada en la interpretación de contextos arqueológicos posteriores y de textos coloniales de tradición indígena (Davidson 1981; Campana 2012, 49).
En cuanto al argumento referente a la comida de los dioses, este se basa en el Manuscrito de Huarochirí, una de las pocas fuentes de tradición indígena en quechua colonial conocida actualmente, que es bastante explícito en describir cómo la huaca Macahuisa pide para comer mullu (Spondylus spp.) al inca como contraprestación por su participación en una campaña bélica (Huarochiri Manuscript 1991 [c.a. 1608], 114-116). Tomando como referencia esta fuente, se categoriza al Spondylus spp. como "el alimento de los dioses", que a menudo se complementa con la idea de que la parte blanda del Spondylus spp. no puede ser ingerida por los seres humanos en ciertas épocas del año, por lo que estaría reservada para los seres sobrenaturales (Davidson 1981, 84; Pillsbury 1996, 318). Sin embargo, y en contra de este último argumento, el Manuscrito de Huarochirí es explícito en indicar que Macahuisa consumió la parte dura de las conchas de Spondylus spp., incluso indicando el ruido de sus dientes triturando el material malacológico: "clap, clap, clap!".
Para poder ampliar y ajustar tales ideas sobre la trascendencia del Spondylus spp. es de vital importancia contextualizar la obtención de esta concha en los Andes Septentrionales y su uso ritual en la costa norte peruana durante el Intermedio Tardío. Afortunadamente, tanto los chimús como los lambayeques tienen figuraciones plásticas que muestran la manera en que estas conchas eran recolectadas y posteriormente utilizadas ritualmente. El análisis de algunas de estas figuraciones -las más representativas- será el punto central del artículo.
Las escenas de recolección
Aunque en ciertos contextos arqueológicos de la costa norte del Perú durante el período moche (100-700 d.C) se encuentran grandes cantidades de Spondylus spp. (sobre todo en Pampa Grande y en Huaca Rajada), son pocos los ejemplos de objetos en los que se figuró plásticamente a este bivalvo en la realista iconografía moche (Cordy-Collins 1999; Narváez 2011, 114), y no se conoce ninguna escena de la recolección de esta concha durante este período. Esta situación cambiaría para el Intermedio Tardío, en el que chimús y lambayeques representaron la recolección del Spondylus spp. en diversos soportes. El Spondylus spp. se reconoce en figuraciones plásticas de esta época por ser un semicírculo dentado que puede o no tener algunas marcas internas (un triángulo, un semicírculo, cuadrados o líneas paralelas); la intención fue resaltar las espinas características de la concha -en especial, en algunos objetos de origen chimú, el semicírculo puede no estar dentado pero sus espinas son resaltadas con una rejilla interna-. Existe una larga tradición de estudio iconográfico que relaciona este tipo de figuración con la concha mediante la comparación de escenas y de contextos arqueológicos (Cordy-Collins 1990; Pillsbury 1996; Narváez 2011; Mackey y Pillsbury 2013, entre otros). En las formas de figurar plásticamente el Spondylus spp. por otros pueblos en otros contextos geográficos (desde Chavín de Huantar hasta los incas en los Andes Centrales, y desde la tradición de Tumbas de Tiro hasta los Mexica en Mesoamérica) siempre se resaltaron las espinas propias de este animal.
Una primera revisión de escenas que contienen recolección de Spondyus spp. fue realizada por Alana Cordy Collins en 1990, quien describe trece ejemplos de objetos que figuran esta actividad, y nombra otros dos que no alcanzó a incluir en su análisis pero que son conocidos por publicaciones posteriores. En la actualidad se conocen muchos otros ejemplos de escenas de recolección de Spondylus spp., todos provenientes de la costa norte del Perú durante el Intermedio Tardío. Resaltan aquellos hallados en excavaciones controladas que no dejan duda de su ubicación espacial y temporal: dos frisos del conjunto Xllangchic An (conocido anteriormente como la ciudadela Uhle) en Chan Chan, un friso de Huaca Las Balsas en Túcume, una tapa de orejera encontrada en Chornancap y un mate pirograbado excavado recientemente en Jotoro.
Los estilos artísticos chimú y lambayeque son frecuentemente confundidos por los especialistas, por varias razones: tienen un origen común (el arte moche) del que son explícitamente herederos, tienen un desarrollo paralelo con continuas influencias mutuas, y, además, el Imperio chimú conquistó el territorio lambayecano en el 1375 d.C, llevando su propio estilo a las nuevas tierras anexas y movilizando artesanos de Lambayeque a sus ciudades. Aunque el estilo artístico no pueda ser diferenciado con claridad, los hallazgos de escenas de recolección de Spondylus spp. en contextos controlados nos permiten estar seguros de que tanto chimús como lambayeques tuvieron acceso a la concha desde el momento de su obtención de manera independiente8. Las escenas del conjunto Xllangchic An en Chan Chan están datadas para el período de 1300 a 1350 d.C (Campana 2012, 38), mientras que el mural de Huaca Las Balsas pertenece al período Lambayeque de Túcume, que se ubica desde el 1000 al 1375 d.C (Narváez 2011, 105-129). La existencia de estas dos figuraciones en arquitectura antes de la conquista chimú a Lambayeque da cuenta de que esta práctica fue compartida por estos dos pueblos de la costa norte del Perú.
Para comenzar a develar la importancia que para chimús y lambayeques tuvo el Spondylus spp. hay que comenzar por analizar las embarcaciones desde las cuales se recolectaban las conchas.
Las Balsas
En la ciudad lambayecana de Túcume, en el edificio conocido como Huaca Las Balsas, el equipo arqueológico liderado por Thor Heyerdahl, Alfredo Narváez y Bernarda Delgado encontró un friso decorativo con una detallada escena de recolección de Spondylus spp (ver la figura 2). En esta figuración plástica se ve a dos personajes sobre una balsa que sostienen con cuerdas a dos buzos -aparecen otros tres en la composición- que mediante apnea retiran la concha del fondo marino con ayuda de unos instrumentos (Narváez 2011, 117). Resalta la embarcación desde la que se lleva a cabo esta recolección, pues no parece coincidir con la tradición de navegación del norte peruano. Desde épocas moches, los navegantes y pescadores se muestran utilizando las embarcaciones conocidas como caballitos de totora, tradición que siguió siendo empleada por chimús y lambayeques. Los caballitos son embarcaciones hechas de un amarradijo en forma tubular de cañas de totora (Ortiz-Sotelo 1990). Cuando los navegantes se suben a estos artefactos quedan sentados de la misma manera que lo hace un jinete sobre un caballo, de ahí su nombre.
Fuente: elaborado por el autor. Rojo: Spondylus spp., verde: humanos y cuerdas, ocre: instrumentos para retirar el Spondylus spp. del fondo rocoso, morado: bolsa de fondo plano y vela triangular.
A diferencia de los caballitos de totora, la balsa desde la que se recolecta el Spondylus spp. en Huaca Las Balsas es de fondo plano y posee una vela de forma triangular. Este tipo de embarcaciones fueron muy comunes en el extremo norte del Perú y la costa ecuatoriana, en donde numerosos registros coloniales señalan que fueron utilizadas como medio de transporte por los indígenas locales (Cordy-Collins 1990, 409-411). La representación iconográfica más temprana de este tipo de embarcaciones corresponde a la cultura Bahía (500 a.C-500 d.C) de la costa de Manabí (Ecuador)9 y evidencia una tradición muy antigua de navegación con este tipo de embarcaciones en las costas ecuatorianas. En el Período Intermedio Tardío, esta tecnología de navegación llegó a la costa norte del Perú, donde no sólo se encuentran numerosas figuraciones plásticas de estas, sino que en Chan Chan, capital del Imperio chimú, se halló el único vestigio arqueológico de este tipo de embarcaciones precolombinas, que sobrevivió hasta el siglo XX (Uceda, Cornejo y Hoyle 1980).
La recolección de Spondylus spp. está asociada a las balsas de fondo plano y vela, marcando que allí donde se navega con este tipo de tecnología es el lugar en el que se puede encontrar este bivalvo, es decir, en la costa norandina. Incluso, en escenas en donde aparecen varios tipos de embarcaciones, como en Huaca Las Balsas o en la parte superior del Vaso B de Denver (también de origen lambayecano)10, esta relación entre balsas y Spondylus spp. es reforzada, pues cuando aparecen caballitos de totora, no está presente la concha11.
Los dioses y las cuerdas
En algunas escenas de recolección de Spondylus spp., los seres humanos aparecen siendo asistidos por figuras no humanas. Con frecuencia, sobre las embarcaciones aparecen personajes con características que los ubican fuera del ámbito humano: sus extremidades superiores y/o inferiores se convierten en un ser híbrido entre ofidio y felino12. Por ejemplo, en el Vaso B de Denver, esta característica está reservada a los personajes ubicados en la parte superior de la escena, aquellos que son identificados como deidades (para ver ejemplos de personajes con estas características, consultar las figuras 6 y 7, más adelante). En las escenas de recolección de Spondylus spp., estas extremidades felinas/ofídicas fungen como las cuerdas que aseguran a los buzos en búsqueda del Spondylus spp.
En un par de orejeras de plata actualmente resguardadas en el Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera de Lima (en adelante, Museo Larco) se aprecian unos buzos llevando a cabo la práctica de recolección de Spondylus spp. (ver la figura 3). En cada una de las orejeras aparecen tres buzos rodeados de las conchas. Uno de los recolectores en cada escena posee un tocado semicircular, una característica reservada a la élite gobernante en Lambayeque, lo que indica que este sector estuvo involucrado en la obtención de la concha desde su lugar mismo de obtención.
En esta figuración plástica no aparece embarcación alguna, por lo que la atención se centra en las actividades llevadas a cabo dentro del agua. El personaje que sostiene a los buzos desde la superficie es reemplazado por una cuerda que une a todos los recolectores de Spondylus spp.; esta cuerda tiene características de serpiente y felino, que muestran el carácter excepcional de este elemento.
Fuente: fotografías cortesía del Museo Larco. Ilustraciones por el autor. Rojo: Spondylus spp., verde: cuerda zoomorfa, ocre: tocado semicircular.
Para recolectar el Spondylus spp. no sólo se viajaba a un lugar lejano geográficamente, las costas norandinas; también se ingresaba a un espacio en donde la asistencia divina era requerida. Las cuerdas son un elemento que refuerza la comunión y comunicación entre humanos y dioses en la iconografía de la costa norte del Perú desde épocas moches (Narváez 2011, 121-125). Esta situación en donde los humanos se encontraban en un lugar liminar, en donde el apoyo de los dioses era requerido, fue reforzada iconográficamente por chimús y lambayeques con otros elementos.
Lugares liminares, posturas liminares
Muchas de las piezas chimús y lambayeques en las que aparecen la recolección de Spondylus spp. o el bivalvo en sí cuentan con un decorado en red en el fondo (ver, por ejemplo, la orejera ML101525 y los cuencos ML100635 y ML100754)13. Aunque con frecuencia esta característica se toma como un detalle técnico para resaltar la figura principal, y es descrito como "satinado por rayas", considero, luego de una revisión y comparación de varios objetos, que tiene una función más allá de la mera decoración. En escenas complejas como el Vaso B de Denver, las puertas, espacios de comunicación entre dos ambientes diferenciados, son caracterizadas por un decorado en red (ver la figura 7, más adelante). La red sirve para mostrar el tránsito entre dos espacios, ya sean estos físicos u ontológicos. Sugiero entonces que esta red se utiliza para mostrar que en el momento de la recolección del Spondylus spp. se está en un lugar también límite, en donde seres ontológicamente diferenciados, humanos y dioses, pueden y deben interactuar.
Pero la decoración en red no es el único indicio de que los participantes de la recolección de bivalvos se encuentran en lugares límites. Muchos de los objetos presentan buzos en posición fetal (ver, por ejemplo, las orejeras de la figura 3); lejos de ser una convención naturalista, pues esta posición es incómoda y contraindicada para permanecer dentro del agua, la posición fetal es un indicativo del lugar liminar en el que se encuentran los personajes, asimilable al momento de tránsito que supone el nacimiento14.
La comunicación entre pueblos a través de los objetos
En un fragmento textil perteneciente a la colección del Museo Larco (ver la figura 4) se aprecia una secuencia de escenas que forma un segmento de una narración que involucra la recolección de Spondylus spp. y su posterior uso ritual en la costa norte del Perú. En las escenas A-1, B-1, A-2 y B-3 se observa a un personaje sobre una embarcación que porta un tocado en medialuna, que, como ya se analizó en el caso de las orejeras de plata, es característico de la clase dirigente lambayecana. Alrededor de este personaje se encuentran recipientes para contener líquidos que pueden ser comparados con ejemplos arqueológicos existentes.
Fuente: fotografía e ilustraciones del autor. Rojo: Spondylus spp.; morado: embarcaciones; amarillo: balsa con fondo plano y vela; verde: recipientes; ocre: tocado semicircular.
Los recipientes arqueológicos que pueden ser comparados con los que aparecen en el textil -muchos de los cuales contienen a su vez escenas de recolección de Spondylus spp. o presentan la concha siendo utilizada ritualmente (ver, por ejemplo, ML100635 y ML100754)- presuponen y alientan la interacción entre por lo menos dos personas mientras se da uso a la vasija. Estos recipientes, que pueden ser copas achatadas, vasos o cuencos, presentan una escena iconográfica incisa en el exterior de la pieza; esto hace que el diseño permanezca oculto a la vista mientras el objeto no está siendo utilizado. Cuando se procede a ingerir el contenido del recipiente, por su forma achatada, este tiene que volcarse de manera vertical, revelando la escena a quien está en frente de quien ingiere el líquido. Estos objetos condensan, presuponen y alientan la relación entre por lo menos dos personas en el momento de la ingesta de líquidos: quien bebe y quien(es) ve(n) el diseño. Su aparición en el fragmento textil, en las escenas de navegación, pone de manifiesto que estos personajes parten a relacionarse con otras personas durante el viaje.
La escena A-3 muestra una recolección de Spondylus spp. con las características que se han analizado: dos personajes se encuentran sobre una embarcación de base plana y vela y sostienen mediante cuerdas a dos buzos que recolectan la concha del fondo marino. Por perspectiva y uso del espacio, los buzos se encuentran sobre la embarcación, si bien, por comparación con otras escenas, se puede asegurar que su actividad se desarrolla bajo el agua. Aunque los buzos no presentan cabeza, lo más probable es que estas estuvieran manufacturadas de otro material pegado al textil y que no se ha conservado.
La escena B-2 muestra a dos personajes frente a una estructura arquitectónica a cuya parte superior se accede mediante una rampa15. Frente al acceso se encuentra una plaza en la que estos personajes están depositando ofrendas en bolsas y recipientes probablemente llenos de Spondylus spp. Bajo los personajes están dos objetos cerámicos en forma de ave, y sobre sus cabezas, dos copas. Estas copas, también conocidas en ejemplos arqueológicos, son complejos objetos rituales manufacturados en plata (ver la figura 5). Su cuerpo principal es hueco (para introducir pequeños objetos dentro) y se le adicionaban colgantes para que la copa hiciera sonido en el momento de su uso. Sus escenas son marinas, con olas antropomorfas, aves marinas, ¿perlas? y ¿Spondylus spp.? -estas últimas dos identificaciones no son seguras-, que recuerdan el origen de las ofrendas en los rituales de los que hacen parte, como se observa en este fragmento textil.
Los rituales y la relación condensada
Algunas escenas hacen explícito el efecto que tenía el uso ritual del Spondylus spp. entre chimús y lambayeques. Un par de narigueras de plata del Museo Larco (ML100431 y ML100432) muestran dos personajes dentro de estructuras arquitectónicas (reconocidas por el arreglo de los techos, igual a los ejemplos reales encontrados en excavaciones) en posición fetal con Spondylus spp. en las manos. En medio de estos dos personajes aparece un tercer ser antropomorfo con tocado semicircular, con las características que se reservan a los dioses: sus manos se convierten en un personaje con características ofídicas y felinas. Incluso, en uno de estos objetos (ML100431, figura 6), el dios sale con dos valvas de Spondylus spp. en las manos.
Estas escenas están figurando un ritual en el que los seres humanos vuelven a adoptar una posición corporal, en este caso fetal, que remite al lugar y momento liminar en el que el Spondylus spp. fue recolectado, para así reactivar la relación que fue necesaria para la obtención de la concha: la comunión con un dios con extremidades de cuerda/serpiente/felino. Esta relación, condensada por el Spondylus spp., es desenvuelta en rituales en búsqueda de objetivos específicos.
Fuente: fotografía del autor. Rojo: Spondylus spp.; verde: extremidades zoomorfas; ocre: tocado semicircular; morado: estructura arquitectónica.
En una de las escenas de la compleja iconografía del Vaso B de Denver (ver figura 7) se muestra una procesión de seres humanos que cargan ofrendas en bolsas y recipientes, precedida por algunos personajes con cabezas trofeo. Luego del tránsito por varios espacios arquitectónicos se hace explícito que las ofrendas son de Spondylus spp.16. La concha es administrada por un personaje con tocado en medialuna, y finalmente llevada ante un ser femenino con extremidades de ofidio/felino que está ingresando al espacio reservado a los dioses. El Spondylus spp., que condensa la relación entre humanos y dioses, funciona en este ritual específico para la deificación de un personaje femenino al desplegar la comunión entre seres necesaria para tal fin.
La interexistencia
Un plato de madera (probablemente, algarrobo) con incrustaciones de Spondylus spp. de varios colores, Pinctada imbricata, Pinctada mazatlánica y piedra verde (crisocola), reguardado en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú en Lima (MO 4430, figuras 8, 9y 10), 1el mejor ejemplo de la importancia conferida al Spondylus spp. en la costa norte peruana por chimús y lambayeques.
Fuente: elaborado por el autor. Rojo: recolección de Spondylus spp.; verde: chacras o sembradíos; amarillo: canales o ríos; azul: el mar.
Este objeto, encontrado en el valle del Huarmey o en del Supe17, es de indudable origen chimú, por la comparación iconográfica con los murales de Xllangchic An en Chan Chan, aunque se hubiera hallado fuera de los límites del territorio de esta cultura. En su escena iconográfica se muestra una escena de recolección de Spondylus spp. duplicada, en la que las representaciones de las bivalvas son manufacturadas en la misma concha. Es el único ejemplo conocido en el que el Spondylus spp. es usado para figurarse a sí mismo, en el que el mismo material es representante y representado a la vez, en el que el objeto enseña y es al mismo tiempo.
La escena del plato debe dividirse en dos partes claramente diferenciadas: el exterior y el interior. En el interior (el más conocido y más veces publicado) presenta, del centro a los extremos, las siguientes secciones: una escena de recolección de Spondylus spp. llevada a cabo desde la cabina de una embarcación en la que dos personajes sobre la balsa sostienen a dos buzos mediante cuerdas. Luego, y dividido por una línea fronteriza claramente trazada por piezas de Spondylus princeps naranja, una chacra o sembradío con maíz y frijol, intercalado con olas antropomorfas figurando el agua de los ríos o de los canales. La parte exterior, de nuevo dividida del resto por una frontera de Spondylus princeps, esta vez de color más rojizo, unas olas antropomorfas y peces multicolores figurando el mar. En el borde del objeto, tal vez indicando una nueva línea divisoria entre el interior y el exterior del plato, existen restos de una franja fronteriza hecha con piezas de Spondylus princeps. Los estudios del plato, que se limitan al análisis del interior del objeto, han querido interpretar que esta pieza muestra la relación entre el Spondylus spp. y la fertilidad agrícola -siguiendo la idea de la contraparte femenina en los opuestos complementarios- (Pillsbury 1996; Narváez 2011, 124). No obstante, el análisis del exterior del plato arroja conclusiones diferentes.
El exterior, menos conocido que su contraparte (publicado en una ocasión por Alana Cordy-Collins 1990, 405), está muy deteriorado, y muchas de sus incrustaciones han desaparecido. De todas maneras, las marcas en la madera, hechas para encajar las piezas que estuvieron en su momento incrustadas, permiten apreciar la escena en su totalidad. De nuevo, la misma escena de recolección de Spondylus spp. se encuentra en el centro de la figuración. Luego, y divididas por una línea fronteriza de la cual se han caído todas las incrustaciones, se encuentran las olas antropomorfas y los peces del mar. Por último, de nuevo separado por una línea ahora con algunas incrustaciones de Pinctada imbricata, se encuentra una chacra o sembradío con unas plantas sin identificar, pero indudablemente diferentes a las que se encuentran en el interior del plato.
Aunque a primera vista pudiera parecer que hay una inversión de los elementos entre el interior y el exterior del plato (sobre todo en el orden de los ambientes mostrados), no es del todo exacta esta apreciación. Hay, por ejemplo, elementos que aparecen en un lugar y en el otro no, como las olas antropomorfas intercaladas con el sembradío en el interior, que no están presentes en el exterior (figura 10). También, las especies vegetales a un lado y el otro del plato son diferentes, aunque no necesariamente opuestas. Hay un dato de especial relevancia, las dos escenas están viradas en 90 grados; es decir, mientras una escena se puede apreciar de manera horizontal, la otra queda forzosamente girada verticalmente. La correspondencia no es exacta ni opuesta, está virada. Además, la línea fronteriza en el borde del plato sugiere que se trata de una misma escena doblada, que ambos lados están separados pero pueden ser entendidos también como el continuo de un doblez.
En este continuo se presentan dos realidades de existencia, una, la humana, está a la vista del usuario del plato, contiene un orden conocido por este: sus sembrados, que riega con ríos y canales rodeados por el mar, que es la frontera de su capacidad de acción. Del lado exterior, fuera de la vista y, por ende, del control y entendimiento del usuario se encuentra un orden ajeno al humano: el mar es rodeado por un sembrado de plantas desconocidas. Estas dos realidades, lejos de anteponerse, coexisten, son un doblez, y para quien está en una, la otra le queda velada, y viceversa18.
No obstante lo anterior, sí hay un punto de encuentro entre estas dos realidades del doblez: la recolección del Spondylus spp., que se repite en el centro de ambos lados. A través de esta acción, las dos realidades se mantienen en contacto, no como espacios ontológicos separados, sino, por el contrario, en constante interacción. La comunión entre humanos y dioses, dos seres que pertenecen a un lado y otro de las realidades del doblez, a través de la recolección y el uso ritual del Spondylus spp., les permite a ambos la existencia en su propio mundo; es por esto que no sólo coexisten, sino que interexisten a través de las relaciones continuas que entablan.
De esta manera se puede entender mejor la escena del Vaso B de Denver, en la que los personajes del espacio de arriba deben su existencia a las acciones de los humanos en el de abajo. La mujer no podría conformar esta realidad de los dioses si no es gracias a las acciones de los humanos abajo, de la misma manera como los humanos no podrían tener acceso al Spondylus spp. si no fuera por la intervención de las deidades que los sostienen con sus extremidades cuerda/serpiente/felino.
Conclusiones
Tenemos suficientes fuentes arqueológicas para conocer cuál fue la importancia del Spondylus spp. para las sociedades de la costa norte del Perú durante el Intermedio Tardío sin tener que apelar a otras fuentes de otras geografías y temporalidades. Esta relevancia empieza a esclarecerse cuando se analizan los puntos que chimús y lambayeques resaltan de la obtención de la concha: se muestra una tecnología de navegación foránea, se insiste en la intervención de dioses y en la posición liminar que se adopta al realizar esta acción.
Luego de haber obtenido el Spondylus spp., esta concha condensa la relación entre humanos y dioses que fue necesaria para su recolección, la misma que es desplegada posteriormente a través de rituales. Esta relación-concha permite la interexistencia de dos realidades en permanente contacto: una en donde el orden humano es considerado (con los sembradíos, ríos y canales cerca y el mar como límite de acción), y otra en donde las reglas de existencia son diferentes.
Estas conclusiones surgidas del material de la costa norte del Perú durante el Intermedio Tardío no pretenden negar o reemplazar las existentes, sobre todo aquellas que vinculan al Spondylus spp. con los opuestos complementarios (y la fertilidad), y la noción que esta concha fue el alimento de los dioses. Considero que las nociones que los diferentes pueblos tenían sobre el Spondylus spp. no se contraponían, sino que se acumulaban y muchas veces se compartían. Si se entiende a la agricultura como una de las expresiones más explícitas del orden humano, y al Spondylus spp. como un propiciador de este último, las nociones de interexistencia ya expuestas y las de fertilidad no quedan tan alejadas del espectro interpretativo. De la misma manera, si se entiende que Macahuisa no pidió al inca Spondylus spp. para alimentarse sino para establecer una relación de co-comensalidad y reciprocidad con el gobernante humano, el relato quechua contenido en el Manuscrito de Huarochirí puede verse como un ejemplo de las relaciones entre humanos y dioses facilitadas por el Spondylus spp.
De todas maneras se ha procurado abordar este estudio pensando a través de los objetos expuestos, esto es, desarrollando una argumentación heurística sin presuponer que estos representan, significan o simbolizan algo más (Henare, Holbraad y Wastel 2007). Los objetos fueron entendidos como la materialización de relaciones de las que son condensaciones y potenciadores; en este caso se puso el énfasis en entender la relaciones entre humanos y más que humanos a través del Spondylus spp. durante el Intermedio Tardío; sin embargo, mundos y seres no se agotan en este aparente dualismo.
El Spondylus spp. ha funcionado como un relacionador por excelencia en los Andes Centrales: promovió la interacción con las poblaciones de la costa norandina, la comunión entre humanos y dioses, y, también, sobrepasa límites temporales al mantener la atención de investigadores actuales sobre su uso en tiempos antiguos. Lo interesante de esta concha no es sólo que relaciona seres en tiempos, espacios y realidades diferentes, sino que rompe las nociones de existencia que se tienen por seguras, y es una ventana para aproximarnos a mundos radicalmente diferentes al "nuestro" -temporal, geográfico y ontológico-.