INTRODUCCIÓN
El deterioro cognitivo leve (DCL) consiste en una disminución de la capacidad cognitiva más allá de la esperada para la edad, que no compromete significativamente las habilidades funcionales; se considera un estado intermedio entre la función cognitiva normal y la demencia 1,2. Esta condición se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia en comparación con el resto de la población 3. La demencia, a su vez, interfiere con la realización de las actividades diarias, e implica una pérdida progresiva de la independencia. La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia, es una de las principales fuentes de morbimortalidad en la población senescente 4 y se ha asociado a neurodegeneración, aumento en el colesterol, deterioro en la actividad enzimática y aumento del estrés oxidativo 5. La prevalencia de demencia en Colombia en mayores de 65 y 75 años de edad se ha estimado entre 1,8 y 3,4 % respectivamente 6. Se proyecta que para el 2020 la prevalencia en mayores de 60 años sea de 4,1 % en Latinoamérica 7.
El ácido docosahexaenoico (DHA), cuya principal fuente es el consumo dietario, es un componente importante en las membranas neuronales y participa en la biosíntesis de mediadores neuroprotectores 8, por ello su consumo en suplementos nutricionales podría tener un papel relevante en la prevención de la muerte neuronal por estrés oxidativo 9,10. El propósito de este estudio es buscar literatura al respecto. Esta revisión buscó evaluar el estado actual del conocimiento médico frente a los efectos del consumo de ácidos grasos omega 3, en forma de suplementos, complementos o alimentos sobre la función cognitiva de adultos y ancianos sanos o con algún grado de deterioro cognitivo.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se hizo la búsqueda en la literatura de estudios clínicos que relacionaran los ácidos grasos omega 3 con la función cognitiva y Alzheimer. Para ello, se emplearon las bases de datos Pubmed y Embase. Los términos de búsqueda de Pubmed fueron MeSH: (cognitive OR cognition OR alzheimer) AND (omega 3 OR docosahexaenoic OR eico-sapentaenoic). En Embase, las búsquedas se hicieron con los términos: omega 3'/exp OR omega 3 OR docosahexaenoic OR eicosapentaenoic AND (cognitive OR cognition OR alzheimer) AND 'article'/it AND [abstracts]/lim
Los artículos encontrados, fueron transferidos al programa de manejo de referencias Mendeley. Se encontraron estudios duplicados, las revisiones de literatura no sistemáticas, los estudios en pacientes menores de edad exclusivamente y aquellos cuyo contenido no evaluara la relación entre suplementos nutricionales y la función cognitiva en adultos y ancianos.
Se seleccionaron estudios clínicos, revisiones sistemáticas de la literatura, metanálisis, estudios de cohortes, estudios de casos y controles, estudios transversales y estudios experimentales. Se obtuvo la versión de texto completo de los artículos seleccionados, y se recogió la información sobre la intervención/exposición, el desenlace medido, la forma en que se midió el desenlace, y el resultado principal de cada estudio.
RESULTADOS
Del total de 2.089 referencias encontradas, 37 se encontraron duplicadas, 1.976 fueron excluidas por su abstract, 3 no se encontraron en texto completo y 7 fueron excluidas por su contenido. Se seleccionó un total de 68 artículos, se tuvieron en cuenta los estudios sobre el efecto del consumo de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 (n3 PUFAs) en el desarrollo cognitivo asociado a la enfermedad de Alzheimer. La tabla 1 resume los hallazgos de algunos estudios.
En las revisiones sistemáticas y metanálisis se encontraron resultados variables. El metanálisis de Zhang, realizado en China a partir de 6 estudios y 2.013 pacientes 13 reportó que los ácidos grasos omega 3 (a dosis entre 400 mg y 1800 mg) disminuyen la tasa de deterioro cognitivo basado en el puntaje en el examen mental abreviado (Mini Mental State Examination), que evalúa orientación en tiempo, orientación en espacio, memoria inmediata, atención, cálculo, lenguaje, repetición y comandos complejos 55. En el metanálisis de Yurko-Mauro, a partir de 15 estudios y 3.391 pacientes 14, se encontró que la memoria episódica en adultos con quejas leves de memoria mejora de manera significativa con la suplementación de DHA/ácido eicosapentaenoico (EPA) a dosis mayores de 1 g/día.
Por otro lado, el metanálisis de Wu 56, con 6 estudios y 22.402 pacientes, encontró una asociación de mayor consumo de pescado con una disminución del riesgo de Alzheimer hasta de 36 % (IC 95 %: 8-56 %) y calculó que un incremento de 100 g/semana en este consumo se asocia con una disminución adicional del riesgo de Alzheimer de 11 %. En contraste, el metanálisis de Mazereeuw, con 2.407 pacientes en 10 estudios 57), las revisiones sistemática de Loef 58 con 19.191 pacientes en 14 estudios, Cooper 59 de 24 estudios y Sydenham 60 con 3.536 pacientes en 3 estudios, no encuentran un impacto significativo del consumo de n3 PUFAs (DHA, EPA) y la mejoría de la función cognitiva en adultos.
Los estudios clínicos aleatorizados y cuasiexperimentales sugieren beneficios de los ácidos grasos en la detención del deterioro cognitivo. Richter 25 en un estudio piloto en Israel con 8 pacientes suplementados con una dosis diaria de 300 mg de fosfatidilserina y 37,5 mg de EPA + DHA durante 6 semanas evaluó el desempeño cognitivo y parámetro de humor; los resultados mostraron que la fosfatidilserina que contiene omega 3 podría tener un efecto favorable en la memoria de sujetos con quejas subjetivas de memoria, al reportar mejoría en la memorización de palabras en un 42 %.
El estudio de Kotani 61, realizado en Japón con 39 pacientes (21 con deterioro cognitivo leve), sugirió que la suplementación con DHA y ARA (240 mg/día) puede disminuir el deterioro cognitivo secundario a daño orgánico en el cerebro al comparar con el placebo, teniendo en cuenta principalmente mejoría en la memoria inmediata y a largo plazo.
En cuanto a la evaluación, utilizando pruebas específicas; Vakhapova 62 en Israel, administró suplementación de ácidos grasos omega 3 (79 mg DHA+EPA, con relación 3:1) o placebo tres veces al día, a un grupo de 157 ancianos sin demencia pero con quejas de memoria por un periodo de 15 semanas con mejoría en la memoria inmediata de los pacientes suplementados con o sin deterioro cognitivo previo; el mismo autor 63, en un estudio de extensión del anterior, asoció el consumo de ácidos grasos con una mejoría en pruebas de memoria inmediata, en la prueba de aprendizaje verbal auditivo de Rey (Auditory VerbaHearning Test) y en la tarea de copia de la figura de Rey.
En contraste, el estudio de Mahmoudi 64, realizado en Irán con 199 adultos mayores de 65 años sin deterioro cognitivo o con deterioro leve, sugirió que la suplementación a dosis bajas de DHA y EPA (120 mg/día por 3 meses) no produce cambios significativos en el examen mental abreviado (MMSE) ni en la prevención del deterioro cognitivo en ancianos o sujetos con deterioro cognitivo leve.
Los estudios de cohortes en términos generales plantean igualmente la asociación de niveles altos de n3 PUFAs con disminución de riesgo de desarrollar deterioro cognitivo. El estudio realizado por Beydoun 28 encontró una correlación positiva entre el consumo de omega 3 con el mejoramiento de la función cognitiva detectada con la medición de ácidos grasos en el plasma en una cohorte de 2.251 pacientes seguidos por dos años, evaluando la prueba de inteligencia de Wechsler y en la prueba de fluidez verbal.
En cuanto a los casos y controles, Lee estudió el comportamiento de la peroxidación lipídica en un grupo de 67 pacientes con DCL y 134 controles en Malasia; encontró que los análisis bioquímicos mostraron niveles más altos de hidroperóxido lípido plasmático en los sujetos DCL que en los controles 65.
Milte 49, en Australia, estudió 50 adultos con DCL y 29 controles, y evaluó el comportamiento de los PUFAs omega 3 y omega 6 sobre los parámetros cognitivos de memoria y depresión; el EPA fue menor en los casos al compararlo con los controles (0,94 % vs. 1,26 %); niveles elevados de n-6 DPA se asociaron a pobre salud mental, medida por el MMSE, mientras que los niveles bajos de n-3 DPA se asociaron con mayor dolor corporal autorreportado.
DISCUSIÓN
La mayoría de artículos analizados en esta revisión de la literatura refieren efectos benéficos sobre el consumo de ácidos grasos poliinsaturados en pacientes adultos con deterioro cognitivo. En los estudios clínicos estudiados, ninguno reportó asociación entre la suplementación de n3 PUFAs con algún efecto perjudicial. En general, la mayoría de estos estudios mostraron mejoría o retraso en el deterioro causado por la vejez o por enfermedades como Alzheimer.
Los efectos de esta conducta más importantes fueron mejorías en agudeza visual, fluidez verbal, tasa de aprendizaje en pruebas cognitivas, eficiencia de aprendizaje, tiempo de acción de la memoria episódica, memoria a corto plazo, memoria de trabajo, memoria verbal inmediata, capacidad de memoria diferida, o el MMSE 16,18,19,62,63,66,67. Se observó también que la suplementación con n3 PUFAs podría tener un efecto positivo superior en sujetos saludables o con grados leves de deterioro cognitivo, comparados con sujetos con Alzheimer o un grado de deterioro cognitivo moderado a severo 18,67.
El efecto de la suplementación sobre componentes de la patogenia del Alzheimer fue evaluada por dos estudios; los n3 PUFAs se asociaron a un incremento en el TTR plasmático, lo que podría sugerir un rol potencial de la suplementación en la disminución del depósito de amiloide en el cerebro. El efecto sobre la formación de radicales libres no fue claro 23,68.
En el ámbito psicológico y psiquiátrico, los resultados no fueron concluyentes, sin embargo, podría haber una asociación del uso de la suplementación con un efecto positivo mayor en pacientes con mejores condiciones de salud 5,26. El efecto de la suplementación en pacientes con esquizofrenia no tuvo ningún efecto 69,70.
La variabilidad en los resultados obtenidos tras el análisis de la información podría atribuirse a las diferentes dosis que se manejan en cada uno de los estudios además de la diferencia en el tiempo de seguimiento y en la medición de la función y deterioro cognitivo.
Los resultados de las revisiones sistemáticas en general indican que el consumo de alimentos ricos en n3 PUFAs podría tener efectos benéficos sobre la función cognitiva 13,57. Se observó también que podría haber una reducción en el riesgo de padecer Alzheimer u otros tipos de demencia con el aumento en el consumo de pescado o la suplementación con n3 PUFAs 15,56,58.
Respecto al consumo de pescado, como salmón o trucha, alto en ácidos grasos y PUFAs, se sugiere que podría haber una relación positiva con la función cognitiva, la disminución de riesgo de deterioro cognitivo en ancianos, disminución de la incidencia de enfermedad de Alzheimer y demencia, e incluso disminución en la mortalidad por estas causas y menores síntomas de depresión. Se observó que puede haber una relación entre la concentración de EPA, no de DHA, con menor atrofia de la sustancia gris del área hipo-campal, parahipocampal y de la amígdala derecha 38; así mismo, se observó esta relación con el consumo de omega 3 y pescado 56,57.
CONCLUSIONES
Parece existir una relación positiva entre el consumo de ácidos grasos poliinsaturados y una mejor función cognitiva en todos los grupos de estudios analizados en esta revisión. No parece haber parámetros claros de dosificación, de tiempo de seguimiento para evaluar los desenlaces, ni en la manera de medir estos últimos, lo cual limita la comparación de los estudios. Investigaciones futuras con metodologías más estandarizadas podrían aclarar la relación entre el consumo de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y la función cognitiva.