1. INTRODUCCIÓN
En crónicas de la Conquista del Amazonas, hay menciones difusas sobre la presencia de grupos con muy diversos nombres en la zona interfluvial comprendida entre el Amazonas-Solimões y el Putumayo-Iça. En la literatura científica y en la etnohistoria aparecen etnónimos como tikuna (o ticuna), tecúna, tokuna, tucuna, e incluso tipunas1. La etimología de las denominaciones es incierta, aunque Goulard (1994, p. 313) parece inclinarse por la interpretación que dan diversos autores del término «una» ('negro') como de origen tupí, de forma que el etnónimo haría referencia a la costumbre de este pueblo de pintarse el cuerpo con huito o genipa.
Según este mismo autor, la gente tikuna se refiere a sí misma (y a otras categorías de vivientes) como «duü », que significa 'los de sangre'. La etnohistoria establece también que estos grupos tuvieron enfrentamientos atestiguados con los omagua (tupí) de las islas del gran río Amazonas-Solimões. Posiblemente estuvieron inmersos en una red interétnica con los Yurí y con pueblos de habla arawak (Uainumá, Yumaná, Mariaté, Passé), estos últimos extintos como consecuencia de la gran catástrofe demográfica de la región del medio Amazonas durante la época de la Conquista, las misiones y la guerra entre las potencias por el dominio del Amazonas. Los Tikuna-Yurí tuvieron vínculos probables también con grupos de la región del río Caquetá-Japurá de familias lingüísticas bora, miraña y uitota, entre otras, de acuerdo con Goulard y Montes (2013).
La lengua tikuna2 estaría genéticamente relacionada con el yurí, como lo propuso Carvalho (2009) a partir de un porcentaje de cognados que se establecieron en los datos de Martius (1867). Sin embargo, aún debe hacerse una evaluación detallada de esta relación, que puede ser, de hecho, por parentesco o contacto prolongado. Se detectan préstamos léxicos de la familia tupí, posiblemente originados en la época del contacto con los conquistadores. Hay también numerosos rasgos areales y tipológicos (nombres inalienables, atributivos/privativos, sistema activo/estativo, clasificación nominal, sistema vocálico simétrico de seis elementos orales y seis nasales, tono fonológico, entre otros rasgos) compartidos con otras familias lingüísticas amazónicas y orinocenses (familias tukano, uitoto, muinane-bora-miraña, lenguas arawak de la Orinoquia).
El pueblo tikuna del Amazonas comprende hoy alrededor de setenta mil personas, que habitan afluentes y ribera amazónica en Perú (con una población de 6982 en el 2007, según Soares-Facó, 2008), Colombia (con una población de 9675, según Santos, 2009) y Brasil (con una población de 53 544 en el 2014, según Soares-Facó, 2008). La lengua es relativamente vital, con situaciones muy diversas en cada lugar, aunque el bilingüismo (contacto intenso con el español y el portugués) conduce a situaciones de no transmisión generacional. El autodiagnóstico sociolingüístico de Colombia estableció que el 56.6 % de la población habla bien la lengua (Santos, 2009, p. 40). Muchos tikunas empiezan a trasladarse hoy en día a las cercanías de grandes centros urbanos amazónicos y una buena parte habita ya la periferia de ciudades de los tres países en los que habitan (como Manaos, São Paulo de Olivença y Santo Antonio do Iça, en Brasil; Leticia-Tabatinga y Puerto Nariño en Colombia; Caballococha y Cushillococha en el Perú).
En este artículo, pretendemos retomar el género gramatical tripartito, un fenómeno ya bien establecido en la morfosintaxis del tikuna, para conectarlo con la discusión sobre el tiempo nominal, común además a un amplio grupo de lenguas amerindias y con una posible distribución areal amazónica. Para ello, iniciamos con un comentario sobre propuestas teóricas y tipológicas en torno a las categorías de tiempo, aspecto y modo nominales (TAM nominal) en el apartado 2. A continuación, en el apartado 3, presentamos una síntesis del fenómeno en tikuna por parte de diferentes autores. Exponemos luego en los apartados 4 y 5 los datos que sustentan la idea de que es primordialmente en los elementos nominales donde se anclan las distinciones entre no pasado y pasado, en un sistema de tiempo nominal extendido con alcance proposicional. Abordamos en el apartado 6 las diversas expresiones formales y marcas de la categoría de 'pasado' propia de un conjunto de conectores discursivos, no exclusivos, pero sí muy atestiguados en el género narrativo mítico. Finalmente, en el apartado 7 aportamos algunos datos de otras lenguas del área donde se dan fenómenos similares aún no suficientemente estudiados y en 8 hacemos un balance sobre las características del TAM nominal en esta lengua3.
2. EL PLANTEAMIENTO DEL TIEMPO NOMINAL COMO RASGO DE INTERÉS TIPOLÓGICO
Nordlinger y Sadler (2004) plantearon que las categorías de tiempo, aspecto y modo (TAM), típicamente vinculadas a los predicados verbales y por ello, usualmente definitorias de la clase verbal, pueden de hecho ser categorías flexivas propias del nombre en la morfología y en la sintaxis de varias lenguas. Se retoman en este apartado los postulados de estas autoras y se destacan fenómenos de algunas lenguas amerindias que ellas incluyen como ilustración de las posibilidades de manifestación del fenómeno de TAM nominal.
2.1. Características de los sistemas de TAM nominal
Las lenguas con TAM nominal prototípico presentan, al menos, una de las siguientes características, según Nordlinger y Sadler (2004, p. 778).
Los nominales (nombres y sintagmas nominales) muestran una diferenciación en una o más de las categorías de tiempo, aspecto o modo, como estas se definirían usualmente para los verbos4.
Esa diferenciación en categorías tam es productiva para toda la clase de los nombres y no está restringida a un subconjunto de formas, como ocurre en lenguas en las que es posible 'mi exesposo' pero no 'mi excasa'.
La diferenciación de categorías TAM no se restringe a los nominales que funcionan como predicado de cláusulas sin verbo, sino que está codificada en los sintagmas nominales argumentales o adjuntos en cláusulas encabezadas por verbos.
Los marcadores TAM son una categoría morfológica de la clase de los nombres y no pueden ser tratados como un clítico sintáctico que se liga de manera puramente fonológica al sintagma nominal.
Según las autoras citadas, los parámetros detectados en las lenguas con algún tipo de TAM nominal son los siguientes:
En la mayoría de lenguas con TAM nominal también hay TAM verbal, con los mismos o con diferentes marcadores.
En ninguna lengua, hay más distinciones en el sistema nominal que las que hay en el sistema verbal.
Si hay solo una categoría de TAM nominal, será de tiempo y será usualmente pasado vs. no pasado.
2.2. Funciones y tipos de sistemas de TAM nominal
La función del TAM nominal puede ser especificar información intrínseca al nominal mismo, independientemente del tiempo de la cláusula, como ocurre en los sistemas de TAM nominal independiente (ver ejemplo 3). También el TAM nominal puede proporcionar información del TAM proposicional global. En la Tabla 1, presentamos un resumen de la propuesta tipológica de Nordlinger y Sadler (2004). Se seleccionaron lenguas discutidas de manera más detallada por las autoras, quienes, en el extenso recorrido tipológico, incluyen otras lenguas amerindias (familias arawá, chapakura, otras lenguas arawak y lenguas tupí-guaraní); otras lenguas australianas (pama nyungan) y africanas (familias niger congo, khoisan, cushítica).
Un ejemplo de TAM nominal independiente lo proporciona el tariana (Aikhenvald, 2003, citada por Nordlinger y Sadler, 2004, p. 779), lengua arawak en la cual los nombres (además de flexionar para género femenino, masculino y plural) flexionan para tiempo a través de los sufijos {-pena}, futuro, y {-miki}, pasado. Los marcadores de estas categorías en el verbo son diferentes, de manera que la referencia temporal del nominal puede ser independiente de la del verbo. Otro ejemplo muy conocido es el del guaraní paraguayo. La independencia de los dos sistemas de tiempo (el nominal y el proposicional) se ilustra en los ejemplos 1 y 2.
Con respecto a esta lengua, la crítica de Tonnhauser (2008) a Nordlinger y Sadler (2004) aporta una serie de precisiones sobre la semántica de las marcas de 'futuro' y 'pasado' en guaraní y establece que no se comportan como marcadores típicos de tiempo (tense) sino más bien como un sistema aspectual. Muysken (2008) considera acertadas las precisiones de esta segunda autora, pero señala como falencia que ella no propone una tipología alternativa para clasificar el fenómeno y que deja de lado lo que ocurre con los marcadores de alcance proposicional que sí tratan las autoras citadas. Es posible que los mismos marcadores codifiquen las categorías TAM en nombres y verbos, como ocurre, según estas mismas autoras, en varias lenguas de Norteamérica. Otras categorías TAM diferentes a la de tiempo (evidencialidad, modo)7 pueden marcarse en los nominales.
En las lenguas con tiempo nominal independiente, la interacción con la posesión presenta particularidades, como lo es la posible ambigüedad entre la ubicación temporal del referente del nominal frente a la localización temporal de la relación posesiva de la cual el nominal es objeto, como lo ejemplifica el hixkariana8 (Caribe).
No parece que este tipo de ambigüedad ocurra en tikuna, pues un sintagma nominal análogo tendría necesariamente una lectura a nivel de la cláusula y no habría posibilidad (como en guaraní, ejemplos 1 y 2) de una disyunción entre el tiempo del nominal y el del verbo. En tikuna, un sintagma nominal similar no se referiría a la caducidad de la relación posesiva, sino más bien al carácter no presente del elemento designado por el nominal:
Si el sintagma nominal es argumento de una cláusula, la lectura más probable será el carácter pasado del evento designado por el verbo y no el hecho de que la canoa perdida fue mía y ya no lo es:
Entre las lenguas con TAM nominal proposicional, marcado sobre nominales dependientes de un núcleo verbal, está el lardil de Australia (Evans, 2003, citado por Nordlinger y Sadler, 2004, p. 791), en el cual el conjunto de marcadores de caso en los sintagmas nominales indican el tiempo solidariamente con el verbo; no se trata de una simple copia concordante, sino de una interacción entre morfología nominal y verbal la que permite la especificación plena de las categorías TAM de nivel proposicional. Incluso en ausencia de verbo, la misma información puede ser codificada por los nominales, lo que demuestra que es una categoría flexiva plenamente significativa propia de los nominales. En chamicuro (Arawak), según Parker (1999, citado por Nordlinger y Sadler, 2004, p. 796), el artículo definido tiene dos formas (pasado y no pasado) y este artículo por sí mismo puede indicar el tiempo de la cláusula, aunque haya marcadores verbales opcionales para el tiempo. Los artículos de esta lengua no son parte del complejo verbal, pues pueden aparecer dentro de sintagmas nominales en ausencia de verbo, en todo tipo de nominales con amplio rango de funciones sintácticas. En términos similares, podría interpretarse lo que ocurre en tikuna con las marcas de género-tiempo.
Muysken (2008) propone una posible vía de gramaticalización en la cual el TAM nominal descrito por Nordlinger y Sadler (2004) puede verse como una extensión discursiva que da lugar al TAM proposicional. Señala el interés que tienen los datos del movima, lengua aislada de Bolivia (Haude, 2008, citada por Muysken, 2008), en la cual los dos tipos coexisten, pues la misma marca será interpretada a veces en relación con el sintagma nominal y a veces en relación con el predicado, como ocurre en tikuna. Esto implicaría que hay un tercer tipo, el de las lenguas con TAM nominal extendido.
En este tercer tipo, cabrían algunas lenguas arawak y tupí-guaraní, de acuerdo con las descripciones disponibles. Por otra parte, propone que este rasgo tendría un comportamiento areal (contrario a lo que proponen Nordlinger & Sadler, 2004) y que pudo haberse difundido desde la familia caribe hacia otras familias del área, una afirmación que deberá explorarse con mayor material empírico. Requieren ser considerados en la mirada areal, así como en la discusión sobre eventual difusión, los trabajos que se han realizado sobre este tema en las lenguas mataco-mataguayas y guaycurúes del Chaco (Carol, 2015; Carrió, 2010; Van Gysel, 2018; Vidal & Gutiérrez, 2010; entre otros)9.
La extensión del fenómeno hacia el Cono Sur, a las familias mataco-mataguaya y guaycurú, y el hecho de sobrepasar el área de las familias de origen amazónico, hace difícil considerar la hipótesis de difusión caribe o arawak que propone Muysken. La gran área tikunayurí (dos lenguas relacionadas según Carvalho, 2009) tuvo contacto prolongado con lenguas arawak extintas habladas en el interfluvio Putumayo-Caquetá como el uainumá, el yumaná, el mariaté, el passé, el cauixana, entre otras (documentadas a través de vocabularios por Martius, 1867). Algunos fenómenos relativos al género y al TAM nominal detectados en lenguas vivas de esa gran familia arawak reaparecen en el tikuna (apartado 7). También hubo contacto posterior del tikuna con lenguas de la familia tupí (ñengatú, kokama), familia en la que está presente este rasgo.
Interesa a los tipólogos y a la lingüística areal continuar la discusión que propusieron en su momento Nordlinger y Sadler, y posteriormente Muysken, sobre el posible origen y difusión del fenómeno, que se manifiesta de manera diversificada en las distintas familias y áreas lingüísticas.
3. 'PASADO' EXPRESADO EN LOS NOMINALES SEGÚN LAS DESCRIPCIONES DEL TIKUNA
En las descripciones disponibles del tikuna que presentamos en este apartado (Anderson, 1966; Lowe, 1960; Montes, 2004, 2014; Soares-Facó, 2000, 2005, 2007), se identifica un paradigma tripartito de morfemas adnominales (partículas, clíticos) con los valores de 'masculino', 'femenino' y 'pasado'. Ninguno de los autores discutió en su momento las bases sobre las cuales se estableció el valor de pasado dentro del mismo paradigma de género (masculino y femenino).
Se esperaría que, como en otras lenguas, el tercer elemento del paradigma, en el que se neutraliza la oposición entre masculino y femenino, fuese un género plural o neutro, cosa que no ocurre en tikuna. La reconsideración de este paradigma de clase nominal (que expresa género-tiempo) en tikuna permite proponer ahora que esta lengua hace parte del conjunto de lenguas amazónicas con fenómenos de TAM nominal, como los que describieron Nordlinger y Sadler (2004).
Sintetizamos nuestro análisis y presentamos luego el de otros autores, para señalar que este tema ha sido central en las descripciones pero que subsisten aún problemas básicos de identificación completa (forma segmental y suprasegmental) de los elementos del paradigma, así como vacíos en la explicación del alcance de estas marcas, que han sido tratadas a veces como proclíticos puramente locales10, desconociendo su función sintáctica, ya que permiten, por ejemplo, subordinar y nominalizar cláusulas11.
3.1. Montes, Colombia
En nuestro esbozo morfosintáctico (Montes, 2004, pp. 61 y ss), consideramos el género como una categoría central en tikuna, manifestada principalmente en las formas clíticas de un paradigma de tres elementos, uno de los cuales puede variar según los dialectos geográficos o generacionales. Se señala que los dos últimos elementos del paradigma (así como los posibles cambios e inversiones tonales) requieren una verificación más detallada (Tabla 2).
Todos los nominales tienen asignación de género-tiempo expresada en los proclíticos de la Tabla 2. Existe, pues, un sistema altamente gramaticalizado de clases nominales que interactúa con un sistema de clasificación (en realidad, de términos de clase) de poca o de incipiente gramaticalización, como se expuso en Montes (2014). El paradigma de demostrativos-anafóricos cruza género (masculino, femenino y pasado), animacidad (animado/inanimado) y distancia/visibilidad14 (Tabla 3).
Género, animacidad y tiempo operan, así, una clasificación exhaustiva e ineludible de los nominales. Estas categorías se expresan en el marco de la relación de determinación al interior de los nominales. La marca de género-tiempo está, así, en las construcciones con determinantes numerales, como en el ejemplo 6a, con deícticos de visibilidad-distancia y otros determinantes, como en los ejemplos 6b y 6c y con otros cuantificadores, como en el ejemplo 6d.
El paradigma de demostrativos no anafóricos, ejemplo 6b, no tiene forma para pasado, solo expresa dos valores de distancia y de género («dá, ñáá», 'cercano' masculino y femenino, respectivamente; «gúá, yéá», 'lejano' masculino y femenino, respectivamente). Los demostrativos-anafóricos15 de la Tabla 3 concuerdan en género, número y animacidad con el nombre núcleo, como aparece en el ejemplo 7. Además, exigen la presencia del clítico.16
A partir de lo anterior, es claro que hay concordancia y que todo nominal requiere expresar género-tiempo dentro del sintagma nominal en las relaciones de determinación, lo que coincide con el segundo y cuarto criterio de Nordlinger y Sadler (2004), mencionados en el apartado 2.1, criterios que establecen que el rasgo de tiempo debe operar para toda la clase de los nombres y que su expresión no debe ser un elemento que se liga apenas fonológicamente a los nombres.
3.2. Soares-Facó, Brasil
En la exposición sobre el orden SVO, Soares-Facó (2000) anota que cuando los argumentos agente y paciente están antes del verbo, el orden basta para identificarlos, salvo cuando el paciente es portador del rasgo animado. En el orden SVO, el argumento paciente
es antecedido por determinadas partículas que, de acuerdo con hablantes nativos, identifican el ítem que sigue como 'femenino' o 'masculino'. Las mismas partículas (tratadas en nuestra traducción literal como x17) están ligadas, aún según algunos hablantes, a una noción de tiempo. (Soares-Facó, 2000, p. 29; traducción nuestra) (Tabla 4)
3.3. Lowe y Anderson, Skilton, Perú18
Lowe (1960, p. 10) señaló que los nombres tikuna se agrupan en cuatro clases morfológicas según el enclítico19 que se asocie con el nombre cuando este se usa con modificador, demostrativo o como un objeto. Este autor propone cuatro grupos de formas enclíticas (Tabla 5), a partir de las cuales se establecen cuatro clases de nombres. No estableció valores para estos morfemas. Proporciona, además, una serie de ejemplos de la ocurrencia de los enclíticos con demostrativos y adjetivos derivados, modificadores descriptivos y, finalmente, verbo seguido de objeto, que corresponde a hechos como los que ilustramos en los ejemplos 7 y 8.
ja1 ~ ya1 | Enclíticos de clase 1 |
ja5 | Enclíticos de clase 2 |
ya5 | Enclíticos de clase 3 |
i2, i5 | Enclíticos de clase 4 |
En la primera descripción tagmémica publicada del tikuna, Anderson (1966) identifica dentro de las partículas (un conjunto misceláneo de palabras generalmente no flexivas) un grupo de conectivos con una serie de variaciones tonales21 que indicarían tres valores de tiempo, excepto para la forma de pasado (Tabla 6).
En nota a pie de página este autor afirma que no ha descubierto aún criterios absolutos para saber qué conectivo se usará en una construcción sintáctica; esa elección podría depender del nombre al que precede (Anderson, 1966, p. 21). Adicionalmente, este mismo autor detecta dentro de las «partículas causales» tres formas y dentro de las «partículas condicionales» incluye dos formas (Anderson, 1966, p. 19), información que presentamos22 en la Tabla 7:
Skilton (2017) 23 propone cinco clases nominales24 y concordancia de clase al interior del sintagma nominal (a través de alternancia tonal) en los cuantificadores y en todos los elementos del sintagma. La clase ii contiene solo humanos masculinos (hombres, niños); la clase v contiene solo humanos femeninos (mujeres, niñas). En algunas clases, hay tanto animados como inanimados; en otras, solo inanimados (la clase III). Los pronombres de primera y segunda persona pertenecen a la clase IV, donde hay humanos de cualquier género25 (Tabla 8).
4. TAM NOMINAL PROPOSICIONAL, NOMINALES DEPENDIENTES
En la sección anterior, presentamos el comportamiento del sintagma nominal y la concordancia al interior de este, mediada por las categorías de género-tiempo. Nos ocuparemos en este apartado de lo que ocurre en los predicados con los nombres y sintagmas nominales en diversas funciones sintácticas. Los nominales dependientes que cumplen diversas funciones sintácticas (argumentos, adjuntos) en una cláusula cuyo núcleo es el verbo, también deben expresar el género, como lo establece el tercer criterio de Nordlinger y Sadler (2004), mencionado en 2.1 (la distinción TAM no se restringe a los nominales que funcionan como predicado de cláusulas sin verbo, sino que está codificada en los sintagmas nominales argumentales o adjuntos en cláusulas encabezadas por verbo).
4.1. Sintagmas nominales argumentales, Sujeto y Objeto
En tikuna, en el orden canónico o no marcado de predicados (intransitivos o transitivos) los nominales no requieren hacer explícita la marca de género-tiempo, como lo ilustra el ejemplo 8, en el cual la palabra para 'yuca' no requiere ninguno de los clíticos de la Tabla 2:
Cuando el sintagma nominal objeto aparece en posición posverbal por efectos de operaciones pragmáticas, se hará necesaria la marca de género-tiempo, como lo ilustra el ejemplo 9, una versión alterna del ejemplo 8. De manera solidaria, puede aparecer en el verbo la marca de 'objeto interno'26.
Esa marca de género-tiempo introduce la especificación léxica (opcional) de argumentos (sintagmas nominales en función de sujeto y objeto) cuando estos se desplazan de su posición usual, como en el ejemplo 10b lo hace el sintagma nominal sujeto, correferente27 con el índice «tá-»:
En caso de que la marca de género-tiempo sea la de pasado, no cabe la interpretación del tiempo intrínseco del referente del nominal ('la que fue yuca', 'los que fueron pihuichos'), sino que se interpreta el predicado globalmente como algo que ocurrió en el pasado, lo que se ilustra en el ejemplo 11a).
Parece haber incompatibilidad entre la marca de pasado y el prospectivo «tá», un clítico del sintagma verbal que aparece antes o después del mismo28:
En una oración hendida (una estrategia de focalización), ejemplificada en 12b, el pronombre libre de sujeto, correferente con el índice del verbo, llevará la forma del femenino, forma no marcada del género-tiempo en el no pasado29:
4.2. Sintagmas nominales posposicionales y adverbiales
Elementos adjuntos como el sintagma nominal en el ejemplo 13 'en la arena', introducidos por un caso locativo, pueden llevar la marca de género pasado:
En el no-pasado, el sintagma nominal con caso locativo 'en mi chagra' no exhibe marca de género-tiempo si está en posición preverbal, orden no marcado30:
Cuando este sintagma nominal es posverbal, debe llevar la marca de femenino:
No se atestigua coocurrencia del prospectivo y la marca de pasado:
Elementos nominales de valor adverbial como 'ayer', en el ejemplo 13, también deben portar la marca de género cuando han sido desplazados de su lugar usual. El cambio de adverbio a uno de semantismo presente o futuro, y la aparición del prospectivo, acarrean el cambio de la marca de género-tiempo como lo ilustra el ejemplo 15b:
En definitiva, la coocurrencia de las marcas de pasado y prospectivo no se atestigua. Un corolario de lo hasta aquí expuesto es que, en cláusulas simples, la expresión de la categoría de pasado requiere que los sintagmas nominales tengan una posición que permita la aparición del conjunto de marcas de género-tiempo. Así ocurre con el sintagma nominal en función de objeto cuyo lugar canónico (en el no-pasado) es preverbal, pero también con el sintagma nominal sujeto, el cual debe desplazarse para expresar tiempo. Los sintagmas nominales posposicionales y adverbiales, igualmente, pueden o no expresar el género-tiempo dependiendo de su ubicación con respecto al núcleo verbal. Consideramos que las estructuras oracionales que siguen el orden canónico son no marcadas para género-tiempo.
4.3. Subordinación
Lowe (1960, p. 10) anotó que el paradigma de enclíticos puede considerarse un indicador de subordinación. La partícula de género-tiempo (pasado en el ejemplo 16) puede introducir efectivamente oraciones de tipo subordinado (en este caso, sin indicación de subordinación diferente al género). La oración es también una hendida como la del ejemplo 12b. Adicionalmente, «ga» actúa aquí como nominalizador, pues permite introducir la oración «ta-a-tuú» en el lugar usual de los predicados nominales31:
El ejemplo 16 muestra, además, compatibilidad entre el pasado nominal y categorías aspectuales del verbo como el imperfecto expresado con un morfema que tiene primariamente un valor direccional, el morfema {-a} que se ubica entre el índice sujeto y el verbo.
5. CONCURRENCIA DE TAM LOCAL Y TAM PROPOSICIONAL. INTERACCIÓN CON OTRAS CATEGORÍAS TAM
La doble ocurrencia de la partícula de pasado puede verse como la concurrencia entre el semantismo local del TAM nominal y el semantismo de la cláusula, como se ilustra en el ejemplo 17, en donde la segunda ocurrencia de «ga» ante el complejo verbal (que incluye el realis; R en la glosa) proporciona la interpretación del tiempo en el nivel proposicional. No hay otras marcas de tiempo en el verbo:
Soares-Facó (2000, pp. 25-35) trata ampliamente hechos relativos a la aparición de las «partículas» de femenino, masculino y pasado cuando aborda el orden SVO, en el cual el argumento paciente se halla desplazado a la derecha del verbo32. Señala que estas partículas no aparecen solo antes del argumento p (por eso están también antes de los nominales 'Reinaldo' y 'gente' en los ejemplos 18 y 19), sino que pueden preceder más de un ítem en la misma oración. Para ello, proporciona ejemplos en los que además del argumento P, hay elementos adverbiales ('hoy', 'ahora')33 comparables a nuestros ejemplos en 17:
La interacción del TAM nominal con el TAM verbal debe aún estudiarse con mayor detalle. Aunque es claro que el «género» pasado es compatible con aspecto imperfecto o no cumplido (señalado por la presencia del direccional verbal {ya-}/{a-}), no sería compatible con el único marcador segmental34 estrictamente temporal propio del verbo, el prospectivo {tá}, clítico que indica futuro cercano, como se mostró en los ejemplos 14b y 15b. La lectura temporal que restringe el pasado al referente intrínseco del nominal no parece ser usual en tikuna, a diferencia de lo que ocurre en lenguas analizadas por Nordlinger y Sadler (2004), como pertenecientes al primer tipo, el del tiempo nominal independiente. La forma en el ejemplo 20a sería la usual y no marcada35.
El pasado nominal es compatible con el marcador de realis, como ocurre en el ejemplo 17, pero aún falta discernir mejor las interacciones y semantismos resultantes. El pasado nominal también es compatible con las partículas modales, ubicadas usualmente antes del complejo verbal o, incluso, en la periferia izquierda de la cláusula, como aparece en el ejemplo 21, que presenta una pregunta retórica que se inicia con «chita» ('acaso') (condicional-eventual).
Algo similar ocurre en el ejemplo 22, donde también se formula una pregunta retórica e irónica con «e ná» ('¿será?'), una partícula que señala posibilidad-duda en combinación con el aspecto imperfectivo marcado en el verbo36 a través del direccional verbal37.
Lo aquí expuesto configura bien un sistema de TAM nominal para el tikuna, de acuerdo con los criterios tipológicos de Nordlinger y Sadler. El tikuna pertenecería al segundo subtipo, aquel en el que el TAM nominal tiene alcance sobre la cláusula globalmente. Las partículas de género-tiempo (no pasado y pasado) se combinan con el género de manera local al interior del sintagma nominal y del predicado nominal; introducen cualquier sintagma nominal, en cualquier función argumental o de adjunto, incluyendo las oraciones subordinadas. Particularmente, «ga» puede aparecer dos veces con afectación sea local (sobre el nominal), sea a nivel de la cláusula. Esto es posible también con el no-pasado, según los ejemplos 18 y 19 de Soares-Facó.
Debe aún profundizarse la interacción de «ga» con otras categorías temporales no segmentales38 del verbo, con las categorías aspectuales (perfecto/imperfecto), con las diferentes partículas modales que se ubican en la periferia de la cláusula (duda, posibilidad, condición, certeza) y con el realis. El único indicador del TAM de la cláusula podría ser en tikuna el que se marca sobre el nominal, como ocurre en sirionó (ver Tabla 1).
6. EL TAM NOMINAL EN LOS CONECTORES DISCURSIVOS
En somalí (Givón, 2000; Lecarme, 1999, citados por Nordlinger & Sadler, 2004, p. 785), considerado como ejemplo de TAM nominal independiente39, los marcadores de pasado interactúan con el discurso, pues son usados anafóricamente para referirse a algo ya mencionado que se toma como punto de referencia. En tikuna, el sistema de conectores y demostrativos anafóricos expresa tiempo, análogamente a lo que ocurre con los nominales. Estos conectores cumplen una importante función de ubicación temporal a nivel discursivo, siendo al mismo tiempo un recurso estilístico propio del arte verbal. Los demostrativos anafóricos (ver Tabla 3) permiten el rastreo de la referencia de una entidad indicando género-tiempo y, además, animacidad.
Como ya lo había señalado Anderson (1966) (ver Tabla 6), algunos conectores expresan tiempo. Postulamos en su momento un paradigma similar de formas para 'vigente' y para 'caduco' o 'no vigente' (Tabla 9).
Se señala que la oposición entre vigencia y caducidad se cumple a través del uso combinado de los clíticos de género, los anafóricos y los conectores (Montes, 2004, p. 157). Las marcas de 'pasado' no están restringidas a las narraciones míticas, aunque sean más frecuentes en ellas; en estas puede aparecer también un evento del pasado introducido con las formas de vigencia, así como en la vida cotidiana es posible usar las formas 'caducas' para hablar de un evento del pasado reciente, como lo muestran los ejemplos 13 y 16. Típicos inicios de relatos míticos involucran tanto un conector flexionado para pasado, como clíticos de pasado sobre elementos nominales:
En el ejemplo 23, la oración copulativa tiene TAM nominal de ámbito local. En el sintagma nominal «[ í ga Ngutapa]», la partícula de género señala la relación de determinación entre los dos nominales. El mismo marcador introduce el sintagma nominal sujeto, concordante con «ni », la cópula. Adicionalmente, toda la cláusula está afectada por el conector inicial «yeguma». La indicación de 'pasado' está así repetida en diferentes puntos. Cada elemento contribuye de manera diferenciada a señalar el tiempo (¿y la modalidad?).
Cuando inicia el relato sobre el origen de los alimentos, en el ejemplo 24, la partícula de pasado se ubica antes de «norí» ('en un principio'), en el mismo lugar en que pueden aparecer otros marcadores modales (frustrativo, eventual, hipotético), operadores del nivel de la cláusula. Luego, cuando el relato continúa, en el ejemplo 25, la marca de género pasado tiene un ámbito más local, ligada a la expresión de nominales que son argumentos del predicado 'carecer'42:
Constatamos la presencia de «ga», acompañante de un elemento nominal en secuencias sin verbo, siendo ese elemento suficiente indicación temporal, lo cual refuerza la idea de la vinculación preferencial del tiempo con los nominales y su alcance proposicional y discursivo, como se ilustra en el ejemplo 26 (que hace parte del mismo episodio del ejemplo 23):
En un análisis parcialmente coincidente, Soares-Facó (2005), retoma los «deícticos» («ngeguma», «yeguma» 'cuando'), algunos de los demostrativos, las dos formas del conector 'porque' y diversas formas adverbiales, algunas de ellas también identificadas previamente por Anderson (1966) o por Montes (2004). A partir del análisis de textos, postula un sintagma temporal que actuaría como operador oracional (Soares-Facó, 2005, p. 158). A partir del análisis de oraciones encajadas, afirma que no hay regla de secuenciamiento de tiempo entre oraciones. La interpretación temporal dependería así más de los adverbios y de las marcas de aspecto.
Soares-Facó (2007) analiza la narración de un evento verídico, la autobiografía de un líder que relata su inicio en la lucha por la tierra. Reitera la idea de que el tiempo no aparece en el verbo, dado que este se manifiesta a través de otras clases de palabras, por lo que podría concebirse como un operador abstracto y obligatorio, fuera de la cláusula, pero vehiculado por algunos de los elementos de la misma. Analiza como indicadores de la modalidad epistémica una serie de formas (no gramaticalizadas, ni paradigmáticas, ni obligatorias) que indican de manera variable y libre el grado de compromiso del locutor, la certidumbre y la duda (como las que aparecen en nuestros ejemplos 21 y 22).
Esto apuntaría a que el tikuna es una lengua con poca o nula gramaticalización de la categoría de tiempo; sin embargo, a la luz de la función que tiene la interacción entre el tiempo nominal local y el tiempo nominal de valor proposicional, podría afirmarse que el tiempo sí está altamente gramaticalizado, en el mismo nivel de importancia del género (categoría ineludible, exhaustiva), lo que en definitiva constituye la originalidad del sistema. Es cierto que hay una imbricación del tiempo nominal y de los conectores con la modalidad epistémica y que los operadores de esto se hallan en el nivel textual.
Preguntándose sobre el hipotético desarrollo de esta fusión entre género y tiempo, se podría pensar que marcadores nominales para visibilidad/distancia pudieron haber evolucionado hacia un semantismo de distancia temporal. Los demostrativos no anafóricos varían segmentalmente según el género y la distancia/visibilidad de la entidad. Llama la atención la forma «gúà», que indica lejanía para el género masculino, y que es segmentalmente próximo a «ga»43 (Tabla 10).
7. TAM NOMINAL EN OTRAS LENGUAS AMAZÓNICAS Y ORINOCENSES DE COLOMBIA
En el área cercana encontramos indicios de fenómenos similares. En al menos dos lenguas amerindias de Colombia de la Amazonia y de la Orinoquia, el sáliba (Sáliba-Piaroa) y el achagua (Arawak), se han identificado morfemas nominales que señalan la caducidad o el carácter de ausente o difunto de una entidad. Para el sáliba, se reporta {-xa}, un sufijo de (¿algunos?) nominales que indica la caducidad, el carácter difunto y ya no presente de una entidad, pero no hay datos sobre su presencia en los predicados verbales, por lo que sería similar a ciertas marcas temporales que pueden llevar subconjuntos de nominales, algo análogo al prefijo «ex-» del español:
En la lengua achagua (Arawak) de la Orinoquia, según Meléndez (1994, pp. 470 y 472) hay información explícita sobre la existencia de marcas modales (citativo) y temporales (futuro, y caducidad) que se pueden ligar al predicado nominal.
Las marcas propias del predicado nominal son género, número, tiempo, y están también en el predicado verbal, como lo ilustra el ejemplo 29. Las marcas aspectuales y la voz media son exclusivas del verbo, según el mismo autor.
En achagua, existe un paradigma de género (clasificación exhaustiva de los nominales, concordancia) con marcadores para masculino y femenino, distinción que se neutraliza en el plural. En esta lengua (como en otras de la misma familia), el paradigma de género (femenino, masculino y plural) y el de «caducidad» (término al que acude Meléndez) son claramente diferentes.
Nos interesa señalar que en tikuna hay una fusión original entre género y tiempo nominal, algo que acerca esta lengua a lo que describen Nordlinger y Sadler (2004, p. 796) para el artículo en la lengua chamicuro (Arawak), el cual también fusiona una categoría típica de los nombres, como el carácter definido, con categorías TAM.
En tikuna, el género-tiempo define la clase de lo nominal, se expresa obligatoriamente y tiene un amplio rango de funciones sintácticas.
En puinave, lengua de la Amazonia, la categoría de pasado nominal, expresada por el sufijo «-jĩn», parece tener un amplio rango de funciones, pues aparece tanto con nombres como con verbos a los que nominaliza; es también una marca de adversativo en subordinadas. En esta lengua, hay también un marcador aspectual resultativo ligado al nombre o al verbo, según Girón (2008, p. 188). La interpretación semántica del 'pasado nominal' está entre lo habitual, lo establecido y lo caduco:
Uno de ellos [uno de los dos sentidos] es indicar que el evento o estado, o la característica descrita por la base, ha devenido en un hábito o estado permanente o fijo. El otro sentido es indicar que lo designado por la base léxica ya no va más, pero que ha quedado la consecuencia de algo que ha caducado. (Girón, 2008, p. 188)
El citado autor ilustra la marca de pasado nominal para el nombre de una enfermedad (ejemplo 30), un parentesco que ya no es válido (ejemplo 31) y un fantasma o espíritu que queda de alguien (ejemplo 32); además, esta marca se usa para una camisa que ya no sirve porque se rasgó, una cosa que no funciona, una casa abandonada, entre otros ejemplos que trae este autor:
En el caso de las enfermedades, el autor considera que el morfema de pasado nominal señala 'el mal que ha quedado de algo', y en el caso particular de la tos ferina, hace referencia a la voz del animal que deja la tos al que sufre la enfermedad (Girón, 2008, p. 189).
8. BALANCE SOBRE EL ANÁLISIS DEL TAM NOMINAL TIKUNA
Los autores que han analizado esta lengua han coincidido en la identificación de una categoría de pasado que no se manifiesta en el predicado verbal, sino en los nombres. También hay coincidencias en la identificación de las condiciones de visibilidad de los marcadores de género, relacionados con los órdenes oracionales no neutros. La interpretación estricta en términos de morfología del nombre parece insuficiente, pues el fenómeno afecta la interpretación temporal de la cláusula.
Por otra parte, los diferentes autores también han anotado la extensión de las oposiciones de género-tiempo a otros elementos no estrictamente nominales, como los conectores, lo cual refuerza la idea de un tiempo nominal coexistiendo con una extensión proposicional y quizá discursiva, lo que constituye un rasgo importante de los textos y de los géneros orales.
Subsiste el problema de la identificación estricta de la forma tonal y segmental (¿alomorfos nasales?) de los elementos del paradigma, que son cuatro para Lowe, diez u once para Anderson, tres o cuatro para Soares-Facó, tres o cinco para Montes, cuatro para Skilton. También falta explorar si hay alternancias tonales que indiquen otras categorías temporales o de número dentro del paradigma.
En términos de los parámetros que se establecen en 2.1, en tikuna solo hay una distinción entre no pasado y pasado; esta distinción fusiona género y tiempo y define (junto con otros criterios) la clase de los nombres. El sistema de TAM verbal parece limitarse a la distinción aspectual (imperfecto) y a la expresión de un futuro proyectado (prospectivo), elementos que, conjuntamente con el tiempo nominal, contribuyen a la interpretación temporal global al nivel de la cláusula; sin embargo, el nominal por sí mismo puede ser el único elemento responsable de la lectura temporal. Los marcadores de tiempo nominales son diferentes de los verbales, no se intersecan y tienen diferentes comportamientos.
La mirada areal y tipológica deberá refinarse para examinar con detalle otras lenguas amazónicas y orinocenses que puedan presentar instancias de TAM nominal, pues con seguridad las tres lenguas citadas (sáliba, achagua, puinave) no serán las únicas que presenten este tipo de fenómenos. Posiblemente, se requiera de mayores estudios en el área orinocense, pues la presencia histórica allí de lenguas arawak y caribe hace pensar en posible difusión areal hacia otras familias, como la sáliba-piaroa. Igual para la muy diversificada área del Noroeste Amazónico en la que estuvo el yurí, lengua relacionada con el tikuna.
A partir de los datos reunidos por Nordlinger y Sadler (2004), es claro que el fenómeno (sin ser exclusivo del área) tiene una marcada presencia en la Amazonia en sentido lato y atraviesa diferentes familias, desde las grandes familias (Arawak, Tupí y Caribe), hasta las familias menores (Nambikwara, Tikuna-Yurí y Puinave). La hipótesis de Muysken (2008) sobre la difusión desde la familia caribe es un punto de partida interesante, pero la difusión desde el área arawak, común a la Orinoquia y a la Amazonia, también debe explorarse.