Este año nuestro postgrado de Odontopediatría Clínica y Ortodoncia Preventiva está celebrando 35 años de existencia, y en este tiempo han sido muchos los recuerdos, los testimonios y los éxitos que hemos logrado. Cuando en 1983, el Consejo Superior de la Universidad nos encargó a los doctores Alfonso Escobar, Guillermo Cárdenas, y a mí como primer director, iniciar un programa de educación avanzada en Odontología Pediátrica, gustosos aceptamos el encargo sin pensarlo detenidamente. Fue así como diseñamos un Postgrado caracterizado por su integralidad, y con la participación de otras especialidades, donde además de nosotros los odontopediatras, también vinculamos docentes de otras especialidades como ortodoncia, medicina oral y pediatría entre otras. Esta era, además, el primer postgrado de odontología de nuestra Universidad que eventualmente marcaría el norte para las otras especialidades como cirugía oral y maxilofacial, ortodoncia, rehabilitación oral, periodoncia y endodoncia.
No fue fácil abrir el camino y que la comunidad académica creyera en nosotros, una pequeña y naciente Universidad de provincia que poco se conocía a nivel nacional o internacional. Sin embargo, curiosamente cuando se realizó la primera convocatoria para iniciar el postgrado, solo se inscribieron seis aspirantes de fuera de la ciudad, y como dice el dicho popular, no fuimos profetas en nuestra tierra. De estos seis valientes aspirantes se matricularon cinco, y con ellos iniciamos esta maravillosa aventura. Justo es por lo tanto rendir un homenaje recordatorio a estos pioneros que creyeron en nosotros, los doctores María Clara González, María Elena Jaramillo, Hugo Posada, Federico Lebed y Jorge Suárez.
Desde un comienzo el programa tuvo una vocación internacional, atrayendo de distintas maneras a destacados docentes e investigadores que han contribuido a su enriquecimiento. En primer lugar, debe resaltarse a los doctores Thomas Barber, Maury Massler, Allen Anderson e Indru Punwuani de la Universidad de Illinois quienes generosamente nos abrieron sus puertas, contribuyeron al diseño del Posgrado y permitieron el inicio de nuestro primer intercambio con dicha Institución. Posteriormente, hemos tenido el privilegio de contar con la visita y participación de docentes de Estados Unidos, Canadá, Francia, Brasil, Chile, Dinamarca y Holanda entre otros.
Esta experiencia quijotesca de abrir un postgrado en medio de tantas dificultades iniciales nos ha permitido crecer y proyectarnos hacia la comunidad odontológica y académica. Es así, como orgullosamente contamos con más de 130 egresados en Ecuador, Panamá, Guatemala, Méjico, Venezuela y Estados Unidos, así como en las distintas ciudades y regiones de nuestro país, y vemos con satisfacción como cada uno ha contribuido a su manera al desarrollo de la sociedad, como clínicos, docentes, investigadores, líderes gremiales y directivos universitarios. Son muchos los que han ocupado posiciones destacadas como decanos, directores de programas de postgrado, y presidentes de asociaciones gremiales como la Academia Colombiana de Odontología Pediátrica (ACOP), que hacen que la Universidad pueda sentirse orgullosa y muy bien representada.
Hoy en día vemos como el Postgrado continua evolucionando, y gracias a la visión y trabajo de los directores que me sucedieron, los doctores Juan Manuel Cárdenas y Emery Álvarez, además de un programa académico de la más alta calidad, cuenta también con reconocidos grupos y líneas de investigación en campos como el crecimiento y desarrollo craneofacial, neurodesarrollo y bruxismo infantil, labio y paladar hendido, defectos del desarrollo del esmalte, cariología y manejo del comportamiento; ofrece un programa paralelo de Maestría en Ciencias Odontológicas así como un programa de doctorado con la Universidad de Sao Paulo; lidera un importante proyecto de desarrollo sostenible de gran impacto en la Comunidad El Cedro en Ayapel; y se proyecta internacionalmente con un programa innovador de extensión como la Mini Residencia Latinoamericana de Odontopediatría.
Al mirar hacia atrás veo con enorme satisfacción y orgullo, que lo que alguna vez fue un sueño, hoy en día se vea plasmado en un programa líder de nuestro país y porque no decirlo a nivel internacional, que ha dejado huella y marcado un legado, una palabra que involucra muchos pensamientos, emociones, cambios, progreso, que lo que nuestro programa ha entregado a la Universidad CES, a la profesión odontológica y a la sociedad en general. Haber sido el primer director de este postgrado es uno de mis grandes logros académicos, algo de lo que me siento especialmente orgulloso, y es especialmente gratificante ver que la labor iniciada se ha mantenido en el tiempo con el concurso de un maravilloso grupo de docentes, estudiantes y egresados quienes lo han construido paso a paso, y que estoy seguro lo llevarán a que continúe liderando a nuestra profesión y a la especialidad.