INTRODUCCIÓN
Se conoce como hernia de Amyand el hallazgo del apéndice cecal en el interior del saco herniario; lo más frecuente es que esté normal, pero también puede estar inflamado, gangrenado o perforado1)(2.
En 1731 Garangeot fue el primero en encontrar el apéndice cecal no inflamado dentro del saco peritoneal de una hernia inguinal indirecta, pero la denominación “Hernia de Amyand” se debe al cirujano inglés Claudius Amyand (1681-1740) quien el 6 de diciembre de 1735 intervino un niño de 11 años por una hernia inguinal encarcelada que contenía el apéndice cecal perforado; dicho caso fue registrado como el primero de este tipo3)(4)(5.
Del total de hernioplastias en adultos, la frecuencia de aparición del apéndice normal dentro del saco de la hernia inguinal es del 1 % y la del apéndice inflamado, del 0,1 %6)(7)(8. En ocasiones puede estar asociada a pródromos con dolor en el hemiabdomen inferior. Entre los diagnósticos diferenciales se deben incluir el infarto epiploico, la hernia de Ritcher, la adenitis inguinal y la epididimitis. Como el cuadro clínico es inespecífico y es una enfermedad infrecuente, el diagnóstico por lo general es intraoperatorio3)(9)(10. Con la presentación de este caso informamos nuestra experiencia en el tratamiento de dicha hernia, con apendicectomía y utilización de malla protésica, lo que es muy debatido en la literatura.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Hombre de 40 años que consultó por cuadro de 10 horas de dolor en la región inguinal derecha, con masa palpable dolorosa e irreductible, sin signos de obstrucción intestinal; tenía leucocitosis (13 100/µL), neutrofilia (79 %) y proteína C reactiva elevada. En la intervención se halló una hernia con contenido de epiplón y apéndice cecal con cambios inflamatorios mínimos (edematosa) en su porción distal (Figura1); se hicieron apendicectomía y hernioplastia inguinal por vía preperitoneal con la técnica de Nyhus con aplicación de malla de polipropileno de baja densidad de 15 x 15 cm, sin complicaciones operatorias; fue dado de alta al día siguiente y controlado una semana después, sin hallar complicaciones postoperatorias.
DISCUSIÓN
El diagnóstico de hernia de Amyand es muy difícil y usualmente se hace durante la intervención quirúrgica. Su presentación clínica se relaciona con un proceso herniario encarcelado11)(12)(13.
De todas las hernioplastias del adulto, se halla el apéndice normal dentro del saco herniario en 1 % y el apéndice inflamado, en 0,1 %. La mortalidad de esta condición varía entre 14 % y 30 %, y se relaciona principalmente con las enfermedades asociadas6)(7)(14.
La presentación clínica depende del compromiso del saco herniario y del estado inflamatorio del apéndice. Se pueden encontrar, fiebre, emesis, distensión abdominal, dolor en la región periumbilical, que posteriormente se localiza en la fosa ilíaca derecha o en la región inguinal. También pueden presentarse síntomas de irritación peritoneal, en la mayoría de los casos localizados porque el orificio inguinal limita la extensión de la peritonitis5)(15)(16.
Con base en su experiencia, Losanoff y Basson propusieron una clasificación para facilitar el tratamiento (Tabla 1)5)(17)(20. Al respecto, se han planteado varias opiniones: algunos autores21 proponen la apendicectomía profiláctica y afirman que disminuyen la morbilidad, la mortalidad y los costos, sin aumentar los riesgos quirúrgico y anestésico. Otros señalan que la resección de un órgano con contenido fecal viola la técnica aséptica con la posibilidad de aumento de las complicaciones infecciosas, en contraste con una cirugía limpia como la hernioplastia inguinal, cuyo tratamiento estándar es actualmente protésico8)(22.
CONCLUSIÓN
Por su infrecuencia, no hay protocolos estándar de tratamiento estándar para la hernia de Amyand. La inflamación del apéndice, el grado de contaminación, la edad y las comorbilidades del paciente y los hallazgos quirúrgicos son determinantes para definir un adecuado tratamiento.
En nuestro paciente se hicieron apendicectomía y hernioplastia con aplicación de prótesis, sin complicaciones intra- ni postoperatorias. Esto se puede deber a que era un paciente joven, sin comorbilidades y con signos inflamatorios iniciales en el apéndice cecal.
Es importante tener en cuenta la posibilidad de esta hernia, aunque sea infrecuente, e intervenir oportunamente al paciente; de lo contrario, el cuadro puede evolucionar hacia complicaciones como abscesos, fístulas, peritonitis, isquemia testicular, fascitis necrosante, necrosis del contenido herniario, obstrucción intestinal, choque séptico e, incluso, la muerte.