Introducción
Emprender investigaciones relacionadas con áreas metropolitanas y procesos de planeación espacial requiere de un acotamiento metodológico exhaustivo en virtud de las múltiples aristas disciplinares que convergen, sobre todo, si se pretende enmarcar la planeación en la esfera que la vincula a la noción de contemporaneidad líquida.1 Para esta tarea, se propone visualizarla metodológicamente desde tres fases operativas.
La primera fase es considerada la de mayor dosis de abstracción porque enlaza la forma en que el individuo anclado a su espacio identitario construye un imaginario de su hinterland mediático. Dicho imaginario proveniente de los pobladores-imaginantes constituye el "imaginario's urbano's" en plural como propone Daniel Hiernaux (2006: 29), el cual, se produce en un proceso secuencial de "acción imaginante" (Bachelard, 1994: 9) representando la visión del Otro: la mirada desde la alteridad (Augé, 1996; Habermas, 1999; Lévinas, 1975; Ricoeur, 2008). Esto se considera el insumo básico para la generación de las aquí denominadas políticas públicas de alteridad.
La segunda fase se relaciona con la interpretación de esta visión derivada de la otredad en el espacio urbano. ¿Cómo se explicaría? La fórmula que se propone está asociada con la teoría de las representaciones sociales de Serge Moscovici (Mora, 2002), para lo que se plantea la utilización de entrevistas directas de orientación cualitativa que generen mapas mentales y su ulterior dilucidación.2
La tercera fase tiene la finalidad de anclar la noción de imaginario urbano (Castoriadis, 1997) a la teoría de las representaciones sociales (Mora, 2002) y yuxtaponerlas a la planeación de los usos del suelo metropolitano. La intención es generar argumentos teóricos que sustenten los avances metodológicos de la planeación urbana proporcionando lineamientos operativos para la toma de decisiones que incorporen la visión de la otredad (Lefebvre, 1983). En este proceso se instituyen las políticas públicas de alteridad.
El documento parte del siguiente supuesto: la generación y discriminación de acciones de política pública para la estrategia espacial urbana como parte del proceso de planeación está articulada con la realidad social existente y su correspondiente representación imaginaria territorial. Esto genera un producto físico, real, concatenado e interdependiente que se construye como parte de procesos urbanos específicos, los cuales, se superponen y yuxtaponen a los modos de vida de la sociedad radicada en el lugar.3
El espacio urbano: un apunte interpretativo desde la visión imaginaria (primera fase)
A continuación se aborda de manera sucinta la espacialidad urbana desde la noción de los imaginarios urbanos. El concepto de imaginario no es nuevo. Según Wunenburger (citado en Arruda y De Alba, 2007) desde el siglo XIX se encontraba en el ámbito de los términos de la fantasía y la imaginación: aquel individuo entregado a las ensoñaciones pero, incluso desde Platón,4 este asunto era concebido en los términos descritos anteriormente. En el siglo XX, como lo menciona Daniel Hiernaux (2006), la cuestión de los imaginarios se convirtió en una moda y adquirió connotaciones diferentes en la medida en que otras ciencias retomaron el concepto y le otorgaron a los componentes subjetivos propiedades producidas por la persona en tanto individuo socializado. Así, la construcción de los imaginarios urbanos es un proceso secuencial que agrupa el conjunto de formas e imágenes de la ciudad donde la acción imaginante (Bachelard, 1994) de un individuo o grupo puede proporcionar información sobre la manera en que ellos interpretan el lugar como testigos presenciales de su transformación, posibilitando la generación de estrategias de política pública territorial ancladas al territorio (Canto, 2010).
Cornelius Castoriadis (2001) propone dos tipos diferentes de imaginarios sociales:5 el imaginario radical y el imaginario social instituyente e instituido. Primero habría que considerar que el autor reconoce los imaginarios en términos de la psique como receptora de impresiones y como formadora del individuo ex ni-hilo (creado a partir de la nada) para explicar, entre otras cosas, el imaginario social y a la sociedad y sus transformaciones. La planeación de los usos del suelo en una ciudad no es un tema abordado por Castoriadis (2001) en esta esfera de los imaginarios, no obstante, es en el concepto de la sociedad y sus transformaciones donde se propone establecer un común denominador que relacione el planteamiento de los imaginarios castoriadisianos con el proceso de planeación expansivo de los usos del suelo en una ciudad, ya que la transformación de una sociedad urbana en la óptica imaginaria considera que el ensanchamiento del suelo se vincula al asentamiento físico de los pobladores. Aquí es donde deben reinterpretarse los procesos metodológicos que generan las estrategias de política pública conectadas a la expansión del lugar.
Para entender el imaginario radical (radical: fundamental, esencial, básico) y, sobre todo, el argumento ex nihilo es preciso señalar que Castoriadis (2001) se basa en la idea del primer contacto, es decir, en la socialización inicial de un individuo al nacer.
Según Zapolsky (2010) y Banchs (2007) ese primer contacto es una realidad de naturaleza biológica inicial: "boca-pecho-placer-leche" que forma las imágenes radicales y la capacidad de imaginar y representar las características de su espacio vivencial, lo cual, posibilitaría generar información para formar las políticas públicas espaciales.
Por otra parte, el imaginario social instituyente (Castoriadis, 1997) es el ente integrador de las instituciones que componen a la sociedad, por lo tanto, es el eje rector de la vida de los individuos y el que genera el sistema institucional que rige las organizaciones sociales (Banchs, 2007).6 El imaginario instituido, por el contrario, es el proceso de destilación por el cual se cristalizan y solidifican las instituciones "asegurando la continuidad de la sociedad" (Castoriadis, 2001: 96).
Hasta aquí se ha descrito en términos muy generales la interpretación de los imaginarios y su relación con el espacio urbano, a continuación se aborda la forma de interpretar estos conceptos para generar políticas públicas de alteridad.
El proceso de interpretación del imaginario: las representaciones sociales (segunda fase)
Los imaginarios y la teoría de las representaciones tienen una relación directa con la psicología social y los estudios socio-cognitivos. Autores como Banchs (2007) y Abric (2001) aseguran que la teoría de las representaciones nació en 1961 con Serge Moscovici, mientras que Lefebvre (1983) afirma que el concepto emergió años atrás con Martín Heidegger.
Los mapas cognitivos derivados de la representación social y su referencia con la construcción social de la realidad son generados por cuatro componentes: el psicológico, el social, el simbólico y el real. Aquí se propone que estos cuatro elementos deben estar inmersos en el territorio y se seleccionan tres espacios contenidos en la metrópoli: espacio I: mediático, representado en el hinterland inmediato de la vivienda del poblador; espacio II: intermedio, del grupo social de referencia representado en una colonia, un sector o un municipio; y espacio III: metropolitano, que es el lugar de concurrencia identitaria de los sujetos metropolitanos.
Las representaciones sociales son consideradas por algunos autores (Abric, 2001; Gutiérrez, 1998; Jodelet, 1986; Mora, 2002) como aquella forma de producción cognitiva que enlaza a una persona y/o grupo social en un contexto socio-histórico determinado y que genera universos de opinión de dos caras, una figurativa y otra simbólica, por lo que sería posible atribuir a "toda figura un sentido y a todo sentido una figura" (Mora, 2002: 7).
Aunque las representaciones pueden tener variantes interpretativas, lo que interesara para los propósitos inmediatos de la planeación urbana es, por un lado, reconocer la influencia que tiene la representación sobre las imágenes generadas por los pobladores, las cuales, tenderían a sintetizar un conjunto de significados propios que surgen de los sujetos. Estos significados pueden ser utilizados por los tomadores de decisiones para discriminar las acciones de política pública y la ejecución de las estrategias espaciales en los diferentes espacios considerados para la metrópoli (I, II, III) y en los distintos escenarios futuros del lugar.
Los pobladores de un espacio metropolitano tienen una opinión sobre las necesidades de equipamientos, infraestructura y mobiliario urbano pues les atañen directamente en su cotidianidad, además, poseen una cosmovisión, un imaginario urbano de la forma que debieran tener sus espacios de referencia I, II, III. De ahí la propuesta de vincular el tema de la alteridad compatibilizada a la que hacen mención otros escritos (Sousa, 2010).
Finalmente, las representaciones sociales se deben entender en el marco de cuatro elementos interrelacionados: el sujeto cognoscente, el objeto cognoscible, el Otro o Alter como lo denomina Gutiérrez (1998: 215), "el entorno humano más próximo de la persona que se investiga", y el espacio territorial de referencia, ya sea la metrópoli o el adyacente al lugar (Sousa, 2010).
A continuación se aborda la metrópoli de Monterrey, Nuevo León, México, a partir de una metodología alternativa vinculada a la planeación de los usos del suelo, la cual, desafía las formas tradicionales que utilizan los gobiernos para generar políticas públicas de alteridad. Para tal efecto se aplica la argumentación teórica descrita en las fases 1 y 2, y se enlaza con la construcción de mapas mentales que incorporan "el territorio del Otro" (Jodelet, 1986: 100).
El estudio de caso: la representación social de Monterrey (tercera fase)
Apunte metodológico
El propósito es generar mayor eficiencia, eficacia y efectividad en las acciones territoriales del gobierno desde dos enfoques incluyentes. El primero, está orientado a la exploración de la percepción imaginaria del sujeto mediante mapas mentales en el ámbito de su cotidianidad en el espacio I: mediático y en el espacio II: intermedio por medio de las siguientes preguntas: ¿Qué requerimientos de infraestructura y/o de equipamiento y otros precisamos en nuestro espacio-público mediático (barrio, manzana, cuadra, alrededor)? ¿La institución gubernamental entiende nuestras necesidades mediáticas sentidas? ¿Cómo se percibe en el espacio (la colonia, el sector, la zona, el municipio) la infraestructura instalada? ¿Las acciones institucionales de política pública son las adecuadas?
El segundo enfoque está referido a capturar la visión imaginaria del espacio III: metropolitano, preguntando lo siguiente: ¿Cómo se interpreta la orientación del crecimiento en su entorno? ¿Cómo se visualiza el Monterrey del futuro? ¿Las acciones gubernamentales son las adecuadas para el control expansivo de la metrópoli?
Se realizaron tres grupos de enfoque y en ellos se recopilaron 255 mapas mentales. A cada grupo se le explicaron los objetivos de la investigación con su correspondiente rapport (Taylor, 1987) y se les solicitó a los participantes que elaboraran un dibujo bosquejando los problemas percibidos inherentes a su espacio cotidiano, por ejemplo: la infraestructura vial, los servicios municipales-estatales, el equipamiento, las características de los usos del suelo e, incluso, de sustentabilidad. Se les exhortó a que anotaran en el reverso de la hoja el tema y una explicación de su dibujo.
El primer grupo, denominado SEP-Básica, está compuesto por estudiantes de primaria (P) y secundaria (S) del sistema educativo estatal perteneciente a la Secretaría de Educación Pública (SEP), con edades entre los 11 y los 16 años. Aquí se recolectaron 233 mapas mentales elaborados en casa junto con alguno de sus tutores, representando el ayer (tutor) y el ahora (estudiante). (Véase Cuadro No. 1, Cuadro No. 2 y Gráfico No. 1).
Fuente: Elaboración propia. *I, II, o III hace referencia al espacio I: mediático, espacio II: intermedio y espacio III: metropolitano.
Fuente: Elaborados por los participantes de los grupos de enfoque. *Por limitaciones de espacio solamente se presentan cuatro mapas de los 255 recopilados. Los mapas 1, 2 y 3 fueron dibujados por estudiantes entre 11 y 16 años. El mapa 4 fue dibujado por una estudiante de maestría.
El segundo grupo, identificado como Estudiantes UNI (EU), está formado por estudiantes universitarios de licenciatura, maestría y doctorado de diferentes facultades y semestres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Universidad de Monterrey y el Instituto Tecnológico de Monterrey. La estrategia metodológica para la recopilación de las entrevistas se basó en la aleatoriedad. (Véase la localización espacial de los establecimientos educativos participantes en la investigación en el Cuadro No. 1).
En el tercer grupo, denominado Población Abierta (PA), la estrategia de recolección fue la de elección al azar tratando de entrevistar a un grupo reducido de individuos en diferentes sitios del área metropolitana de Monterrey, en su mayoría, centros comerciales y otros lugares similares.
Sistematización e interpretación de los mapas mentales: visión cualitativa
Los tres grupos de enfoque fueron clasificados en dos categorías: la horizontal (longitudinal), agrupándose en un proceso mutuamente excluyente y la vertical (transversal), congregándose en función de sus elementos comunes. Estas acciones permitieron generar una tipología relacionada con el contenido del dibujo (véase Cuadro No. 2) y unas bases de datos para cada uno de los grupos, posibilitando la obtención de las estadísticas pertinentes.
De la exploración de los componentes que constituyen los mapas cognitivos (el enunciado, la narrativa y los elementos) mostrados en el Gráfico No. 1 (véase los dibujos 1, 2 y 3) y referidos al espacio I: mediático y al espacio II: intermedio, es claro cómo sus elementos definen el límite vertical representado por el cerro La Silla y el horizontal por las vialidades.7 También se evidencia el universo de dos caras (Mora, 2002) mencionado en párrafos anteriores: el simbolismo estaría representado por la transformación urbana-metropolitana, anclada y objetivada en el antes-después del dibujo y lo figurado en las diferencias espaciales representadas en la modificación de los usos del suelo.
Las principales problemáticas que emergieron de estas representaciones son:
Deficiencias en los servicios municipales: recolección de basura y vigilancia.
Pérdida de áreas verdes y de recreo.
Obstrucciones de cañadas provenientes del cerro La Silla.
Incrementos en las vialidades y el tráfico vehicular.
Ocupación del suelo por viviendas en áreas húmedas inadecuadas.
Mezcla de usos del suelo incompatibles: expendios de gasolina con otros usos.
Urbanización de los cerros.
Aquí debe reconocerse que la problemática urbana representada en el Gráfico No. 1 refleja múltiples aristas de convergencia y que los mapas mentales fueron elaborados por estudiantes de diferentes edades, planteles educativos y grados cursados. ¿Qué indicaría esta evidenciada correlación positiva? Se cree que por lo menos tres cosas:
Se refuerza el razonamiento sobre los grupos de enfoque explorados.8
Esta generación de ciudadanos aludida, representa a niños-adolescentes menores de 18 años y por tal motivo, sus voces están apagadas, disminuidas y sin valor electoral; son considerados como individuos-imaginantes sin importancia colectiva espacio-temporal: ciudadanos no-ciudadanos, niños sin derecho a la ciudad, o mejor, sin derecho a intervenir en la construcción espacial del lugar: una paradoja, o como diría Henry Lefebvre (1983) una aporía, una "contradicción insoluble" (Sousa, 2010: 233).
Queda evidenciada la necesidad de consultar a la ciudadanía incluyendo a estos grupos generacionales ya que representan, además de una visión del Otro, la concientización de la importancia de las acciones de sustentabilidad y control del medio urbano para los futuros pobladores con derecho a la ciudad, que serían ellos, precisamente.
Aunque las entrevistas no son los únicos instrumentos posibles, queda justificada su utilización ya que es un insumo alternativo que vincula la planeación metropolitana con las políticas públicas de alteridad.
Finalmente, con respecto al el mapa mental 4 del Gráfico No. 1, el cual fue elaborado por una estudiante de maestría, es importante subrayar la percepción que ella tiene del ambiente metropolitano y la perspectiva futura de las acciones de política pública estatal que identifica con el proyecto de infraestructura del "túnel cerro La Silla", que pretende comunicar el lado oriental de la ciudad con el poniente a través de un túnel de 1.6 km. que perfora el cerro La silla. La interpretación de ese mapa cognitivo es:
Como una profanación futura del espacio sagrado mencionado por Barabás (2004) y una desconfianza en la operacionalización de las políticas públicas y los funcionarios que las representan.
Como una obra de infraestructura que detonará la urbanización, generando una ciudad alterna e incrementando la contaminación y la saturación vial.
Sistematización e interpretación de los mapas mentales: visión cuantitativa
El procedimiento metodológico para la sistematización de los 255 mapas cognitivos aplicados en el área metropolitana de Monterrey que permitieron generar las bases de datos para el análisis estadístico, se compone de cuatro procesos:
Reformular las preguntas para agruparlas y hacerlas compatibles para los tres grupos de enfoque.
Hacer compatible la problemática urbana permitió obtener un listado de 24 problemas urbanos comunes asociados a variables dependientes o independientes (Véase Cuadro No. 3).
3. Crear una base de datos: se contabilizo en cada uno de los 255 mapas cognitivos y para cada grupo de análisis, cuántos de los 24 problemas urbanos eran mencionados.9 Esto generó, a su vez, cuatro bases de datos: dos para el grupo SEP-Básica secundaria y primaria (S y P), una para Estudiantes UNI y otra para la Población Abierta (Véase Cuadro No. 4).
4. Explorar y deducir las estadísticas: se realizó el análisis estadístico a partir de las bases datos y se utilizó el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales SPSS, desprendiéndose las precisiones pertinentes.
Por limitaciones de espacio no es posible profundizar estadísticamente en cada uno de los grupos de enfoque, por lo que solamente se mencionará lo relativo a la correlación bivarial y a la regresión lineal múltiple. Para el coeficiente de correlación r (Ferrán, 2003) se utilizaron tres estimadores: Pearson, Kendall y Sperman planteándose como hipótesis nula que el coeficiente r es igual a 0, donde H: p = 0 y H1: p * 0. En los grupos SSA2V y SSA1H se localiza el coeficiente r de mayor valor (0.881),10 rechazándose la hipótesis nula. Esto es interpretado como: a mayor incidencia de la problemática urbana en el espacio II: intermedio representada en la categoría SSA2V, mayor será la ocurrencia de estos mismos problemas en el ámbito del espacio I: mediático del grupo SSA1H. (Véase Cuadro No. 4).
Fuente: Elaboración propia. * "SS" (estudiantes SEP-Secundaria), "A" (mapa Antes-Después), "2" (número consecutivo de mapa), "V" (análisis Vertical), "H" (análisis Horizontal), "SP" (estudiante SEP-Primaria), "EU" (Estudiante Universitario) "PA" (Población Abierta).
Para la regresión lineal múltiple (Y = B0 + Bi Xi + Bn Xn) se tomó como variable dependiente (Y) el grupo SSA2V y como predictoras (X): SSA1H, SSI2V, SPA2H, SPAI2V, EU3H. Lo que arroja la regresión en términos estadísticos es que la correlación lineal entre las variables predictoras (X) y la dependiente (Y) revela un alto grado de asociación (95.1%). Aún más, el coeficiente de determinación (r 2 ) demuestra que el 90.4% de la variación puede explicarse por la relación lineal X-Y. El coeficiente de determinación ajustado evidencia un alto porcentaje (87.7%), indicando que sólo el 12.3% de la variación no puede ser explicada por la ecuación de regresión.
De esto se desprenden algunas deducciones estadísticas:
Entre los estudiantes de secundaria (SS) existe un alto grado de relación entre pares de categorías "SSA1H", "SSA2V y SSI2V", apreciándose similitudes en la elección de algunos problemas urbanos, por ejemplo: acciones gubernamentales adecuadas para resolver los problemas de crecimiento urbano "acgubad", acciones de política pública consensuadas con la población "acppco" y disminución de contaminación atmosférica por desechos al río Santa Catarina "disco". Todos ellos con 0 casos, es decir, que ninguno de los pobladores-imaginantes seleccionaron alguna de estas opciones (Véase Cuadro No. 4).
En la regresión lineal múltiple se eligió como variable dependiente la categoría SSA2V y como predictoras otras cinco categorías, resultando alto el grado de correlación lo que indica una relación directa entre los problemas urbanos que caracterizan a ambos tipos de variables. Con esto es posible estimar los parámetros X y predecir el comportamiento de la problemática urbana (Levin, 2004; Triola, 2004), que será tratado en otras investigaciones.
Conclusiones
Con la exploración que involucra técnicas cualitativas y cuantitativas queda demostrada la importancia de incorporar instrumentos como los aquí utilizados para la generación y discriminación de estrategias espaciales vinculadas al proceso de planeación de los usos del suelo. Estas estrategias convertidas en políticas públicas e incorporadas en la agenda de gobierno contienen las necesidades sentidas y la percepción visualizada espacialmente por el poblador-imaginante. Eso es lo que hace significativa la instrumentación presentada ya que no sólo muestra la perspectiva del poblador, sino que puede ayudar a compatibilizar la visión del habitante urbano con la del funcionario gubernamental, el tomador de decisiones, haciendo más eficiente la inversión pública.
Ha quedado demostrado el vínculo estrecho entre el ámbito teórico de los imaginarios y su particularidad para ser reconstruidos gráficamente y utilizados de forma alternativa en la toma de decisiones relacionadas con el planeamiento urbano. Es importante subrayar en este estudio de caso, como una forma de corroborar la congruencia de los hallazgos presentados, que tanto la problemática individual derivada de cada uno de los tres grupos de análisis en la visión cualitativa, como la resultante de la exploración estadística en la visión cuantitativa tienen una relación que subsume a los tres espacios interiores (I, II, III) propuestos para la exploración de la metrópoli de Monterrey, indicando una correlación estadística positiva y la contrastación del supuesto inicial que se vincula a la perspectiva que los Otros tienen del lugar. Esto queda evidenciado por lo siguiente:
Espacio I: mediático. Queda claro que los entrevistados consideran que no son tomados en cuenta por las acciones del gobierno en materia de política pública, específicamente, en lo relacionado con obras de infraestructura y equipamiento. Lo destacable en este espacio de primer contacto es que el grupo entrevistado (11 a 16 años) es consciente de ese olvido institucional y manifiesta su desconfianza hacia las dependencias de control urbano producto de la destrucción de símbolos identitarios como el cerro de La Silla a favor de la urbanización continua. (Véase Gráfico No. 1).
Espacio II: intermedio. Sorprende la visión que se tiene del lugar y la congruencia con que expresan la realidad de la urbanización incontrolada, la contaminación, el tráfico vehicular y la inseguridad. Los entrevistados incluso pronostican la urbanización de los cerros, la destrucción de los ecosistemas, la eliminación de los íconos identitarios, la obstrucción de las cañadas, la mezcla indebida de usos del suelo, entre otros. (Véase Gráfico No. 1).
Espacio III: metropolitano. Queda claro que las acciones del gobierno son inadecuadas para el control de la urbanización periférica como se manifiesta en el dibujo 4 del Gráfico No. 1. Con la construcción futura de un "túnel" se pronostica el nacimiento de otra ciudad alterna que llevaría a la multiplicación de la problemática metropolitana.
Por último, ante la forma de incorporar los resultados en la formulación de políticas públicas de alteridad, es necesario mencionar que los hallazgos derivados de esta investigación que subsumen imaginarios, representaciones y estrategias espaciales urbanas de planeación, no deben ser integrados como problemas urbanos individuales, más bien, la propuesta giraría en torno a la construcción de un modelo ecléctico de planeación ad hoc que incluya los procesos tradicionales y las visiones derivadas de la alteridad como una condición sine qua non para tender a la eficiencia, eficacia y efectividad institucional.