Introducción
El panorama de las licenciaturas1 en Colombia se ha transformado en los últimos años como consecuencia de los procesos constantes de autoevaluación que han asumido las universidades con el fin de acreditarse como instituciones de educación superior y acreditar que sus programas tienen una oferta de alta calidad. Estos procesos obedecen a diferentes dinámicas que en este país se evidencian, de una parte, a través de la reglamentación que proviene de la Organización Internacional de Normalización que, por sus siglas en inglés, se conocen como normas ISO y, de otra parte, mediante un conjunto de normas que establece el Consejo Nacional de Acreditación - CNA2, que responde a un sistema que a su vez depende del Consejo Nacional de Educación Superior (CESU), en relación directa con el Ministerio de Educación Nacional3.
Sin entrar a cuestionar de entrada la objetividad, coherencia y pertinencia de las agencias o entidades que se encargan de generar criterios que las universidades deben cumplir para recibir las certificaciones de calidad, aquí se dirigirá la mirada (como una fotografía o un estado de la cuestión) a los programas de teología4 y educación religiosa, teniendo en cuenta particularmente los diversos cambios realizados en el marco de la legislación colombiana a través de las nuevas pautas de reconocimiento de los programas que han asumido la tarea de «educar educadores», es decir, de las licenciaturas que tienen como propósito fundamental realizar un aporte a la sociedad desde la formación de hombres y mujeres que serán los futuros profesores de las nuevas generaciones en todas las áreas.
Desde esta perspectiva se mostrarán los datos oficiales sobre la oferta de los programas de teología y educación religiosa, desde la plataforma avalada por el Ministerio de Educación Nacional para este propósito (Sistema Nacional de Información de la Educación Superior- SNIES), asumiendo una postura crítica ante algunas falencias identificadas, pero reconociendo el valioso aporte que generan al permitir visualizar la dinamicidad del actual panorama y, a la luz de un ejercicio de análisis comparativo de los distintos datos, se presentarán algunas reflexiones en relación con los cambios de legislación, al igual que se realizarán algunos aportes sobre los procesos de autoevaluación que podrían ser de utilidad tanto para las instituciones, directivos y profesores que están asumiendo esta gestión en particular, como para los estudiantes y aspirantes a estos programas, en cuanto se presenta el panorama con sus rasgos característicos.
1. El contexto de la legislación colombiana sobre las licenciaturas
Las pautas para la existencia, funcionamiento y reconocimiento de las licenciaturas en Colombia han sido establecidas por el Ministerio de Educación Nacional a través de una serie de resoluciones que explicitan las condiciones de calidad que deben cumplir los programas de formación de educadores. En los últimos años fue especialmente la Resolución 02041 del 3 de febrero de 20165 la que dio cuenta del interés estatal por fortalecer los procesos y conducir hacia la excelencia a los profesores en todos los niveles y ciclos. Con este propósito derogó la Resolución 5443 del 30 de junio de 20106 y así generó algunos cambios entre los que se puede destacar: 1. Una lista de denominaciones específicas en consonancia con las áreas obligatorias y fundamentales de la Ley 115 de 1994 (Ley General de Educación)7. 2. No se mencionan de manera genérica los programas de educación, sino que el documento se refiere a las licenciaturas. 3. Lo que antes era considerado el «perfil de educador», ahora retoma el contenido curricular de los programas con las necesarias competencias del educador y se desglosa en una serie de fundamentos generales, saberes específicos y disciplinares, saberes en pedagogía y ciencias de la educación, así como en la didáctica de la disciplina. 4. El apartado de «Organización de las actividades académicas», además de dar la libertad de distribución de las licenciaturas en cuanto a sus créditos y la duración, amplía y cambia substancialmente la manera como se debe realizar la práctica pedagógica. 5. Dedica un apartado especial a la formación en segunda lengua y genera una conexión con la prueba«Saber Pro»8. 6. Se especifica que la investigación debe ser tanto disciplinar como pedagógica e incluso involucra las prácticas. 7. Se dedica un apartado especial a la relación con el sector externo, con quienes se debe establecer convenios que propicien los espacios en donde los estudiantes realicen las prácticas. 8. En cuanto a los docentes de estos programas, se explicita que mínimo el 25% debe tener maestría o doctorado, todos deben tener experiencia investigativa y de producción académica, y mínimo el 30% debe tener experiencia de aula no universitaria. 9. En cuanto a los medios educativos resalta la necesidad de contar con bibliografía pertinente y suficiente, así como de tecnologías de la información y la comunicación adecuados. 10. Despliega una serie de condiciones de calidad para los programas que tienen modalidad a distancia.
Entre estos cambios aquí se resalta el que hace referencia a las prácticas, pues se enfoca en el ámbito educativo y su relación con la disciplina particular de cada licenciatura. Por eso «los estudiantes de licenciatura deben comprender y apropiar las dinámicas del aula y su contexto, reconocer las diferencias y modalidades de formación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, y asociarla con la disciplina que se enseña y con las situaciones, eventos o fenómenos que dicha disciplina conlleva»9. Pero adicionalmente a esta apuesta mucho más específica y que pretende fortalecer la labor docente, la resolución 02041 de 2016 generó un cambio de perspectiva en algunos escenarios, ya que la resolución 5443 del 2010 consideraba que la práctica se podía realizar presencialmente en mínimo un año académico, sin mencionar el número de créditos, pero la resolución 02041 indica que debe corresponder con mínimo 50 créditos, debe iniciarse antes de cumplir los primeros 50 créditos de la licenciatura, su gestión debe ser presencial y debe ir en aumento procesual.
Sin embargo, antes de terminar de asumir estas indicaciones ministeriales en el ámbito de los programas de licenciatura, en menos de dos años el Ministerio de Educación Nacional emitió la Resolución 18583 del 17 de septiembre de 201710, que derogaba la 02041. Entre los cambios se puede destacar 1. Se deja a la autonomía universitaria la disposición de las competencias que harían parte de los componentes de formación para los docentes. 2. La práctica no se entiende solamente como pedagógica, sino como educativa y pedagógica, y la práctica docente (directa en el aula) hace parte de la práctica pedagógica. 3. El número de créditos mínimo de la práctica y de punto de partida pasa de 50 a 40. 4. Se explicita la posibilidad de llevar a cabo las prácticas en diferentes lugares de manera abierta y contextual. 5. Se explicita la metodología tanto presencial como a distancia. 6. No se menciona directamente la prueba Saber Pro, sino que se referencia de manera genérica los exámenes del Estado, junto con otro tipo de exámenes estandarizados. 7. La investigación, que debe seguir siendo disciplinar y pedagógica, tiene un espectro de mayor libertad en cuanto debe responder a los rasgos distintivos del programa. 8. Se especifica que, a partir del quinto año de entrada en vigor de la Resolución, se debe contar con el 50% de profesores formados en maestría o doctorado. 9. Se despliegan mayores requisitos para quienes incorporen componentes virtuales. 10. Se da cuenta de un régimen de transición de la anterior resolución hacia esta de finales del año 2017.
Entre los cambios substanciales aquí se destaca la forma como se amplía y diversifica la concepción de las prácticas. Estas se entienden, de hecho, como un grupo de saberes y prácticas que expresa el quehacer del estudiante que está siendo formado en las licenciaturas. Pero su explicitación conceptual es particular, debido a que contiene una apuesta mucho más amplia y contextual, por lo que vale la pena resaltarla:
Se entiende por práctica pedagógica el proceso de formación, conceptualización, observación, transposición, interacción o intervención, investigación, innovación y experimentación en escenarios escolares. En ella se reconocen la observación, la inmersión y la investigación, como ejercicios a partir de los cuales el futuro docente se apropia y comprende el sentido formativo de los escenarios propios del desempeño profesional. Se entiende por práctica educativa el proceso de formación, conceptualización, investigación e intervención adelantadas en múltiples contextos socioculturales y con diversos grupos (…).
La práctica docente, ejercida mediante la experiencia directa en aula, hace parte de la práctica pedagógica. A través de ella, los educadores en formación deben comprender y apropiar las dinámicas en diversos ambientes de aprendizaje, en el aula y su contexto, para reconocer las diferencias y modalidades de la formación de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, y asociarla con el campo de formación y la disciplina que se enseña11.
Luego de los cambios aquí mencionados, las licenciaturas en todo el país se han visto en la necesidad de incluir esta legislación reciente a sus procesos de autoevaluación, especialmente porque la acreditación de alta calidad, que es opcional para todos los programas de pregrado del país y de todas las áreas, contrariamente para las licenciaturas se convirtió en un proceso de obligatorio cumplimiento a través del Decreto 2450 del 17 de diciembre de 201512, de tal modo que para tener el «registro calificado», que es el requisito de existencia de cualquier programa universitario en Colombia y es gestionado por el Sistema de Aseguramiento de la Calidad en Educación Superior (SACES)13, a partir de dicho decreto todas las licenciaturas deben estar acreditadas de manera obligatoria.
2. Estado actual de los programas de teología y educación religiosa
Y ya que la realidad es que las condiciones de calidad del CNA y la nueva legislación sobre las licenciaturas han modificado paulatinamente el panorama, con el fin de tener una visión mucho más amplia, el interrogante que aquí se plantea por el estado actual de los programas de teología y educación religiosa, no se circunscribirá solamente a las licenciaturas, sino a los demás programas de pregrado que oferten programas de este tipo en su denominación (profesionales), particularmente porque estos dos tipos de programa (teología y educación religiosa) de acuerdo con los perfiles de egreso y la realidad contextual de la población de los egresados en Colombia, son los que han asumido la formación específica del área obligatoria y fundamental de la educación religiosa14.
Para identificar el estado actual de estos programas, se presentará una serie de datos con el fin de mostrar la oferta de los programas de licenciatura o profesional, su modalidad (presencial o distancia) y si además de registro calificado cuenta con registro de alta calidad. Para esto se recurrió al Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES) como fuente principal de información, dependiente también del Ministerio de Educación Nacional15, teniendo en cuenta que los programas de pregrado «activos» e «inactivos» reflejaron, al momento de la consulta, un panorama bastante amplio, pues se encontraron 39 programas sobre teología y 41 sobre educación religiosa para un total de 80, que realmente recogen la historia y transformación de este tipo de programas en Colombia.
Ahora bien, al filtrar la información en el SNIES para programas que estuvieran a diciembre de 2018 en estado «activo» y con nivel académico de «pregrado», se encontraron 29 programas que respondieron a la búsqueda de «teología», de los cuales 8 responden a licenciatura en teología como parte de la denominación del programa:
# | Código Institución | Nombre Institución | Código SNIES Programa | Nombre Programa | Estado Programa | Nivel de Formación | Metodología | Reconocimiento del Ministerio |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | 1701 | PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA | 937 | LICENCIATURA EN TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Alta Calidad |
2 | 1701 | PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA | 957 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Alta Calidad |
3 | 1701 | PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA | 105412 | LICENCIATURA EN TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
4 | 1704 | UNIVERSIDAD SANTO TOMAS | 54059 | LICENCIATURA EN TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
5 | 1704 | UNIVERSIDAD SANTO TOMAS | 55038 | TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
6 | 1710 | UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA | 1199 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Alta Calidad |
7 | 1710 | UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA | 103654 | TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
8 | 1718 | UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA | 1372 | LICENCIATURA EN TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Alta Calidad |
9 | 1726 | UNIVERSIDAD CATOLICA DE ORIENTE -UCO | 52780 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
10 | 1726 | UNIVERSIDAD CATOLICA DE ORIENTE -UCO | 102489 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Virtual | Registro Calificado |
11 | 1726 | UNIVERSIDAD CATOLICA DE ORIENTE -UCO | 103450 | TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
12 | 2710 | FUNDACION UNIVERSITARIA MONSERRATE - UNIMONSERRATE | 104533 | TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
13 | 2719 | UNIVERSIDAD CATÓLICA LUIS AMIGÓ-FUNLAM | 11070 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
14 | 2719 | UNIVERSIDAD CATÓLICA LUIS AMIGÓ-FUNLAM | 20445 | LICENCIATURA EN TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
15 | 2719 | UNIVERSIDAD CATÓLICA LUIS AMIGÓ-FUNLAM | 20649 | LICENCIATURA EN TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
16 | 2719 | UNIVERSIDAD CATÓLICA LUIS AMIGÓ-FUNLAM | 53856 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
17 | 2733 | FUNDACIÓN UNIVERSITARIA SAN ALFONSO-FUSA- | 11929 | FILOSOFIA - TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
18 | 2733 | FUNDACIÓN UNIVERSITARIA SAN ALFONSO- FUSA- | 19175 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
19 | 2733 | FUNDACIÓN UNIVERSITARIA SAN ALFONSO-FUSA- | 54320 | LICENCIATURA EN TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
20 | 2736 | FUNDACION UNIVERSITARIA SEMINARIO BIBLICO DE COLOMBIA | 11975 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
21 | 2736 | FUNDACION UNIVERSITARIA SEMINARIO BIBLICO DE COLOMBIA | 102718 | TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Virtual | Registro Calificado |
22 | 2748 | FUNDACION UNIVERSITARIA SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA INTERNACIONAL | 19976 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
23 | 2748 | FUNDACION UNIVERSITARIA SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA INTERNACIONAL | 90409 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
24 | 2748 | FUNDACION UNIVERSITARIA SEMINARIO TEOLOGICO BAUTISTA INTERNACIONAL | 106690 | TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Virtual | Registro Calificado |
25 | 2834 | UNIVERSITARIA AGUSTINIANA- UNIAGUSTINIANA | 55075 | LICENCIATURA EN TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
26 | 2834 | UNIVERSITARIA AGUSTINIANA- UNIAGUSTINIANA | 106691 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
27 | 2842 | CORPORACION UNIVERSITARIA REFORMADA -CUR- | 18973 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
28 | 9116 | FUNDACION UNIVERSITARIA CLARETIANA - UNICLARETIANA | 52761 | TEOLOGÍA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
29 | 9131 | FUNDACIÓN UNIVERSITARIA CERVANTES SAN AGUSTÍN - UNICERVANTES | 90882 | TEOLOGIA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
Fuente: SNIES16
Y cuando se filtró la búsqueda, pero teniendo en cuenta en la denominación del programa las palabras «educación religiosa», el SNIES arrojó información de 10 programas, todos ellos ofertados como licenciaturas:
# | Código Institución | Nombre Institución | Código SNIES Programa | Nombre Programa | Estado Programa | Nivel de Formación | Metodología | Reconocimiento del Ministerio |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | 1704 | UNIVERSIDAD SANTO TOMAS | 106034 | LICENCIATURA EN EDUCACION RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Alta Calidad |
2 | 1720 | UNIVERSIDAD MARIANA | 102845 | LICENCIATURA EN EDUCACION RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
3 | 1726 | UNIVERSIDAD CATOLICA DE ORIENTE -UCO | 15235 | LICENCIATURA EN FILOSOFIA Y EDUCACION RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
4 | 1726 | UNIVERSIDAD CATOLICA DE ORIENTE -UCO | 106705 | LICENCIATURA EN EDUCACIÓN RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
5 | 1803 | UNIVERSIDAD DE LA SALLE | 1435 | LICENCIATURA EN EDUCACION RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Alta Calidad |
6 | 2711 | UNIVERSIDAD CATOLICA DE PEREIRA | 13227 | LICENCIATURA EN EDUCACION RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Alta Calidad |
7 | 2732 | FUNDACION UNIVERSITARIA CATOLICA DEL NORTE | 9570 | LICENCIATURA EN FILOSOFIA Y EDUCACION RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | Virtual | Registro Calificado |
8 | 2815 | CORPORACION UNIVERSITARIA ADVENTISTA -UNAC | 106645 | LICENCIATURA EN EDUCACIÓN RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Alta Calidad |
9 | 2820 | CORPORACION UNIVERSITARIA LASALLISTA | 102175 | LICENCIATURA EN EDUCACIÓN RELIGIOSA | ACTIVO | Universitaria | Presencial | Registro Calificado |
10 | 9116 | FUNDACION UNIVERSITARIA CLARETIANA - UNICLARETIANA | 52760 | LICENCIATURA EN EDUCACION RELIGIOSA CON ENFASIS EN BIBLIA | ACTIVO | Universitaria | A distancia | Registro Calificado |
Fuente: SNIES17
Los resultados oficiales que se encuentran en el SNIES evidencian que la totalidad de los treintainueve programas de teología y educación religiosa en Colombia se ubican en universidades privadas18. Pero, tal como lo muestra la tabla 3, inicialmente se puede evidenciar que hay un equilibrio entre el número de programas de profesional (veintiuno - 54%) y licenciatura (dieciocho - 46%), aunque son mayoría los programas presenciales (veinticuatro - 62%), con una considerable participación de programas a distancia (once - 28%) y algunas ofertas virtuales (cuatro - 10%), mientras que es muy evidente que la gran mayoría (79%) de estos programas no cuenta con acreditación de alta calidad.
N. programas | ||
---|---|---|
Título otorgado | Profesional | 21 - 54% |
Licenciatura | 18 - 46% | |
Modalidad | Presencial | 24 - 62% |
A distancia | 11 - 28 % | |
Virtual | 4 - 10% | |
Registro ante el SNIES | Registro calificado | 31 - 79% |
Registro de alta calidad | 8 - 21% |
Fuente: propia
Ahora bien, al considerar solamente los datos sobre los veintinueve programas de teología, según se muestra en la tabla 4, es posible constatar que hay una mayoría de programas ofertados como profesional en teología (veintiuno - 72%) y un número menor de programas de licenciatura (ocho - 28%). Respecto a la modalidad, la mayoría de los programas de teología son ofertados de manera presencial (veinte - 69%), algunos pocos a distancia (seis - 21%) y una menor parte de manera virtual (tres - 10%), mientras que solamente cuatro programas de teología (14%) tienen registro de alta calidad.
N. programas Teología | ||
---|---|---|
Título otorgado | Profesional | 21 - 72% |
Licenciatura | 8 - 28% | |
Modalidad | Presencial | 20 - 69% |
A distancia | 6 - 21% | |
Virtual | 3 - 10% | |
Registro ante el SNIES | Registro calificado | 25 - 86% |
Registro de alta calidad | 4 - 14% |
Fuente: propia
De otra parte, al considerar solamente los diez programas de educación religiosa, tal como se encuentra en la tabla 5, la balanza está totalmente volcada hacia programas de licenciatura ya que ni uno solo se oferta como profesional. Pero en cuanto a la modalidad, los programas de educación religiosa son ofertados en su mayoría a distancia (cinco - 50%), algunos presenciales (cuatro - 40%) y solamente uno virtual (10%). Finalmente, al igual que pasa con los programas de teología, solamente cuatro programas de educación religiosa están con registro de alta calidad.
N. programas Educación religiosa | ||
---|---|---|
Título otorgado | Profesional | 0 - 0% |
Licenciatura | 10 - 100% | |
Modalidad | Presencial | 4 - 40% |
A distancia | 5 - 50% | |
Virtual | 1 - 10% | |
Registro ante el SNIES | Registro calificado | 6 - 60% |
Registro de alta calidad | 4 - 40% |
Fuente: propia
Al hacer un balance inicial sobre la información hasta aquí presentada, se quiere resaltar que solamente dos de los ocho programas de licenciatura en teología tienen registro de alta calidad, mientras que cuatro de los diez programas de licenciatura en educación religiosa tienen dicho registro. Estos datos son bastante preocupantes para la transformación de este tipo de programas en el país, pues reflejan que la mayor parte de las licenciaturas en estas áreas, al finalizar el año 2018, está incumpliendo la norma vigente que hace obligatorio el proceso de acreditación de alta calidad, aunque algunas seguramente están en pleno proceso de autoevaluación para lograr dicho registro, otras simplemente renunciaron a una oferta de licenciatura o, tal vez, estén a la espera de la resolución oficial por parte del Ministerio de Educación Nacional.
Y, de igual modo, al considerar los programas que tienen registro de alta calidad, los dos programas de licenciatura en teología son ofertados bajo modalidad presencial, mientras que de los cuatro programas de licenciatura en educación religiosa, dos son presenciales y dos son gestionados bajo la modalidad a distancia. Esto muestra que ninguno de los programas con registro de alta calidad es ofertado exclusivamente de manera virtual, con lo que también se refleja una tendencia que proviene desde una política de estado que se acoge en las instituciones de educación superior del país, dejando en el pasado esta modalidad virtual para las licenciaturas en cuanto sería muy difícil llevar a cabo la lógica de formación propuesta en las últimas resoluciones.
En cuanto a la duración de los programas, teniendo en cuenta que la medición se realiza en términos de semestre académico, estos varían de ocho a doce semestres, con un promedio general de 9,1 (ver gráfica 1). En el caso particular de los programas de licenciatura en teología el promedio es de 9,2 y el promedio de licenciatura en educación religiosa es de 9,7, mientras que el promedio para programas de profesional en teología es más bajo con 8,7. Del mismo modo, se destaca que el promedio más alto de programas de teología se encuentra en aquellos diseñados de manera virtual (9), mientras que este tipo de programas para educación religiosa tiene el promedio más bajo (8) y el promedio más alto de programas de educación religiosa se encuentra en los diseñados a distancia con 10,2. Y, del mismo modo, los datos muestran que los programas de teología con registro calificado y registro de alta calidad tienen promedios menores de duración en comparación con los programas de educación religiosa.
Al indagar por el número de créditos de estos programas, se identifica que oscilan entre un mínimo de 126 y un máximo de 180 créditos, cuyas cifras topes o de los extremos se ubican particularmente en los programas de teología (ver gráfica 2). El promedio de las licenciaturas en educación religiosa es de 155 créditos, mientras que el promedio de las licenciaturas en teología es de 159 créditos y el de profesional en teología es de 155 créditos. Por su parte, los programas presenciales de teología tienen un promedio de 153 créditos, mientras que los programas presenciales de educación religiosa tienen un promedio de 156, pero los programas de educación religiosa tienen el mayor promedio en la modalidad a distancia con 157 créditos y el menor promedio en la modalidad virtual con 139 créditos. Finalmente, llama la atención que los programas que tienen registro de alta calidad tienen un promedio de 158 créditos, tanto de teología como de educación religiosa, mientras que los programas que solamente tienen registro calificado cuando corresponden a teología tienen un promedio de 151 créditos y cuando corresponden con educación religiosa tienen un promedio de 153 créditos.
3. Cuestionamientos sobre el ejercicio de autoevaluación para las licenciaturas
Si bien en el anterior apartado se tuvo en cuenta el amplio panorama de programas de teología y educación religiosa, con el fin tener una visión de conjunto, a continuación se volverá la mirada nuevamente sobre los programas de licenciatura, en cuanto son el foco de atención del presente artículo. Por tanto, teniendo presente el cambio substancial que las decisiones del Ministerio de Educación Nacional han ejercicio sobre el ser y quehacer de las licenciaturas en el país, especialmente a través de las resoluciones 02041 y18583, es posible afirmar que para los procesos de autoevaluación dicho cambio ha conducido a un análisis profundo sobre la identidad disciplinar y la identidad pedagógica de la disciplina desde la cual se quiere formar a los futuros educadores, ya sea desde la teología o la educación religiosa.
Es claro que el cambio significativo está relacionado con la prioridad en la formación pedagógica y el ejercicio de la práctica que debe asumir el licenciado en formación. En las resoluciones se otorga un número significativo de créditos a las asignaturas de tipo pedagógico que, para los procesos de autoevaluación con miras a la acreditación de alta calidad, supondría de forma inmediata o en la práctica una modificación curricular en el que se hace evidente la necesidad de realizar una reducción en el número de créditos de la disciplina o el aumento de semestres académicos de la oferta del programa.
En principio, si se atiende a la realidad de un programa que no apueste a ampliar el número de semestres académicos, la necesidad del cambio comprometería seriamente el contenido disciplinar del programa académico, pues no quedaría otra salida sino la reducción del componente disciplinar (seguramente también el investigativo y algún otro complementario) para dar paso al número de créditos necesarios para la formación pedagógica y la práctica. De esta manera el cuestionamiento principal sería por la manera de priorizar el cómo y el para qué (pedagogía), comprometiendo el qué se enseña (disciplina: teología/educación religiosa).
No obstante, más allá de las apuestas institucionales al acoger la normatividad del Ministerio de Educación Nacional mediante un número mayor de semestres o la redistribución de créditos para mantener la misma duración de un programa, el reto es aún mayor especialmente porque querer garantizar la formación de formadores capaces de aportar a los procesos educativos de las instituciones, desde la particularidad de su disciplina, supone precisar con amplitud la particularidad y las condiciones necesarias para su enseñabilidad, tarea que implica un cuidadoso espacio de reflexión sobre la identidad de los programas y la manera como desde ellos se entiende la tarea pedagógica, en relación directa con el ámbito propio de la disciplina20.
En este orden de ideas, como parte del proceso de autoevaluación, el reto se amplía a la necesidad de que cada programa de licenciatura en su «oferta pedagógica» garantice la coherencia entre lo que se enseña, a nivel disciplinar, y el cómo y para qué se enseña. Por ello, la tarea que desafía la gestión curricular de las licenciaturas en teología y en educación religiosa, ante los cambios ministeriales de los últimos años, no se agota simplemente en reformar el plan de estudios comprometiendo el componente disciplinar o en ampliar el número de créditos o de semestres ofertados. De manera contraria, aquí se considera que la tarea primordial consistiría en reflexionar y plasmar, en una propuesta curricular, la manera más equilibrada para que, desde el ámbito disciplinar, se pueda determinar la particularidad e identidad pedagógica del programa. Se trataría pues, de una propuesta que no renuncia a sus fundamentos disciplinares, sino que entra en un diálogo recreativo con los fundamentos pedagógicos.
En este sentido, por ejemplo, los planes de estudio de las asignaturas disciplinares deberían ser propuestos y ejecutados desde principios pedagógicos y didácticos que, desde lo particular de cada disciplina (teología o educación religiosa), estén en línea con los refrentes teórico-prácticos de las asignaturas llamadas pedagógicas. De igual forma, los programas analíticos de las asignaturas pedagógico-prácticas necesariamente tendrían que articular la particularidad del saber educativo con la identidad teórica de la disciplina.
Como un segundo ejemplo, se puede indicar que las propuestas de investigación tanto pedagógicas como disciplinares no deberían estar una al lado de la otra. Antes bien, los procesos de autoevaluación deberían propiciar la articulación investigativa entre lo pedagógico y lo disciplinar, como elemento constitutivo e identitario de los procesos de formación, de tal forma que parte de sus tareas y resultados permitieran consolidar la identidad pedagógica de la disciplina y un quehacer pedagógico articulado.
De este par de ejemplos de articulación, precisamente se quiere aclarar que no se trata de dar prioridad a lo pedagógico sobre lo disciplinar o viceversa, sino de emprender un proceso de reflexión que permita a los programas de licenciatura garantizar una formación superior pertinente de educadores en teología y educación religiosa, no solo de teóricos disciplinares sin herramientas pedagógicas o sin conciencia sobre la necesaria articulación con la pedagogía, ni de expertos en didácticas y teorías pedagógicas sin contenido de enseñanza disciplinar.
Conclusiones
El panorama aquí presentado muestra una «fotografía» del estado actual de los programas de teología y educación religiosa, que particularmente en el caso de las licenciaturas hacen que este escenario esté en transformación a partir de las resoluciones del Ministerio de Educación Nacional del año 2016 y 2017, con el fin de fortalecer la formación de formadores, pero que tiene consecuencias en la oferta general de los programas, así como en las distintas modalidades y en los registros obtenidos.
Así, aunque parezca muy evidente a partir del conjunto de programas que presenta el SNIES, la existencia de una oferta de programas sobre educación religiosa que exclusivamente se da bajo el título de licenciatura y no de profesional, muestra que efectivamente la intencionalidad formativa se conduce directamente en este país hacia la formación de formadores y, por esta misma razón, es más que justificable la inclusión de estos programas en el área de conocimiento de las ciencias de la educación y no de las humanidades, como sí sucede con los programas de profesional en teología, que se circunscribe a las humanidades y, finalmente, aunque algunos de sus egresados sean profesores de religión, este tipo de programas forma profesionales en teología con diversos campos de acción.
Respecto a la denominación, si bien las resoluciones 02041 y 18583 delimitan la manera como se deben ofertar los programas de licenciatura, solamente como «Licenciatura en teología» y «Licenciatura en educación religiosa», en el panorama presentado aparecen dos programas que integran en su denominación la educación religiosa con la filosofía, así como un programa que incluye dentro de la educación religiosa un énfasis en biblia. Algo parecido sucede con un programa de profesional en teología que incluye a la filosofía en su denominación, si bien es cierto que este tipo de programas no se legislan por estas resoluciones y hay mayor libertad en la manera como se ofertan. Lo particular es que estos cuatro programas, según las fechas brindadas por el SNIES, ya tendrían el registro calificado vencido y aparentemente no continuarían con la oferta.
Ahora bien, de manera general conviene propiciar un espacio para la crítica hacia la fuente oficial sobre la cual se hace esta investigación, es decir, los datos suministrados por el SNIES y que son de dominio público en cuanto fuente principal, pues en el proceso de indagación se encontraron programas que si bien aparecen como «activos» en el sistema, tuvieron su último registro calificado por siente años en el año 2004, por ejemplo, por lo que sería imposible que se estuvieran ofertando de manera activa; o hay programas cuyo registro calificado venció entre el año 2017 y el primer periodo académico de 2018, pero allí aparecen como activos, o hay un programa en el que el dato específico sobre el número de años de vigencia de la acreditación de alta calidad no concuerda con el documento de la resolución que fue enviada de manera oficial a la institución universitaria.
En esta misma línea, pero en comparación con la información que se encuentra en las páginas web de las universidades, llama particularmente la atención que de los 21 programas activos en el SNIES que responden a una denominación de profesional en «teología», 15 programas están siendo actualmente ofertados por instituciones de educación superior en distintas regiones del país, dejando en evidencia que 6 de ellos no están en funcionamiento o no presentan información explícita desde las universidades, mientras que 6 sí se ofertan abiertamente en el departamento de Antioquia21, 5 en la ciudad de Bogotá22, 2 en la ciudad de Cali23 y 1 en la ciudad de Barranquilla24 y Quibdó25 respectivamente.
Ahora bien, también teniendo en cuenta la oferta explícita que se encuentra en las páginas web de las universidades, en relación con los 8 programas de Licenciatura en Teología que se referencian como activos en el SNIES, 4 programas están siendo ofertados en la cuidad de Bogotá26. Y, en la misma medida, de los 10 programas de Licenciatura en educación religiosa activos en la plataforma SNIES, 6 programas están presentando oferta académica en el territorio nacional, de estos 3 en el departamento de Antioquía27, 2 en la ciudad de Bogotá28 y 1 en la ciudad de Pereira.
Esta variedad de datos muestra, ciertamente, no solo que hay algunas inconsistencias con la información oficial que presenta el Ministerio de Educación Nacional a través del SNIES, sinoque los procesos de gestión de los programas son complejos, se dilatan en el tiempo y reflejarían el camino de transformación en el que se encuentran, evidenciando de esta manera una reducción significativa de programas de licenciatura en teología y educación religiosa en el país, como resultado del ajuste y exigencias en los procesos de calidad emitidos por parte del Ministerio de Educación Nacional a todos los programas de licenciatura, indistintamente de la disciplina que las atañe.
De igual manera es necesario recalcar las dificultades que generan los cambios en la legislación, particularmente para el presente y futuro de un país que requiere la construcción de una sólida cultura de paz29, que tiene como hilo conductor el fortalecimiento de las competencias de las personas que se encargarán de la formación de las nuevas generaciones, no solamente por el desgaste humano y administrativo relativamente normalizado en varias instituciones que, finalmente, no pueden más que acoger la normatividad estatal, sino particularmente porque el cambio de criterios de un año a otro (2016-2017), de manera abrupta, pareciera reflejar politización, improvisación o falta de consistencia en la política pública educativa cuando se trata de pensar y proyectar la formación que se brinda en las licenciaturas.
Y a esto se añade el reto que debe asumir cada institución y equipo humano que conforma los programas, para acoger esta realidad como una oportunidad de mejora, particularmente para repensar la necesaria articulación entre el componente disciplinar y el componente pedagógico-práctico de todo programa que pretenda ser formulado y ofertado como licenciatura. Finalmente, las consecuencias de estos cambios, que se traducen en variaciones en el plan de estudios y en los demás componentes del currículo, afectan el ejercicio efectivo de la teología y de la educación religiosa en la medida en que la transformación permanente de la ley implica una lectura y una apuesta formativa disciplinar y pedagógica por parte de cada institución.