Introducción
La presencia de melanoma maligno cutáneo en felinos exóticos está pobremente reportada (14). Un estudio conducido por Madsen y colaboradores (8), que tuvo su curso de septiembre del 2013 a febrero del 2015, y que incluyó treinta parques zoológicos en Francia y revisión literaria de casos en animales silvestres, demostró una prevalencia del 42,1 % de presencia de tumores en carnívoros. En ninguno de los casos el tumor encontrado fue un melanoma. Una situación similar se dio en un estudio realizado del año 2004 al 2013, el cual comprendió la revisión patológica de 38 casos de felinos silvestres cautivos remitidos por zoológicos de Alemania (7). En el año 2020, Harrison y colaboradores (5), publicaron un estudio retrospectivo (que abarcaba de 1932 a 2018) de todos los casos reportados de felinos no domésticos afectados por neoplasias. El estudio recolectó un total de 451 casos de felinos, que representaron 21 especies diferentes, en las cuales las neoplasias más comunes fueron carcinoma mamario, adenocarcinoma mamario, leiomioma, carcinoma de células escamosas y linfoma. Nuevamente, no se confirmó ningún caso de melanoma.
Son pocos los casos reportados de melanoma en felinos exóticos. Los pocos reportes se refieren a un caso de melanoma maligno reportado en una hembra de tigre blanca (Panthera tigris) por Rao y colaboradores, en 1991 (10); dos casos presentados en leones africanos (Panthera leo); uno reportado en 2012 por Cagnini y colaboradores (1), quienes describieron un melanoma ocular, y otro caso reportado por Steeil y colaboradores en el 2013 (11), de un melanoma maligno cutáneo tratado satisfactoriamente con una combinación de radio e inmunoterapia. Finalmente, en el año 2020 se reportó un caso de una tigresa Siberiana (Panthera tigris altaica) con metástasis a pulmones y bazo (3).
El presente reporte describe el caso de un melanoma maligno con metástasis en una hembra de tigre de Bengala blanca (Panthera tigris tigris).
Reporte del caso
Una hembra de tigre de Bengala blanca (Panthera tigris tigris), de 6 años, no castrada, solitaria y viviendo en un ambiente adecuado, fue evaluada por la presencia de una masa cerca del ojo izquierdo. Fue inmovilizada con xilacina (0,8mg/kg IM; Xilazil® Chinfield, Buenos Aires, Argentina) y ketamina (2,5mg/kg IM; Ketamine 10 % inj® Dutch Farm International BV, Nederhorst den Berg, Holanda). El examen físico reveló la presencia de una masa de 10 cms de diámetro, firme, redonda, lisa, no ulcerada, y de pigmentación oscura (figura 1). Considerando que dicha masa podría ser neoplásica, se tomó una biopsia por medio de aguja estéril de biopsia (Biopsypunch® 3mm, redonda Kruuse, Langeskov, Dinamarca). La muestra tomada fue fijada en formol buferizado al 10 %, para ser remitida al laboratorio de patología. El resto del examen físico se encontró dentro de los parámetros normales. Se tomaron muestras sanguíneas para análisis hematológico y bioquímica sanguínea, exámenes que estuvieron en los limites normales. Al final del procedimiento, los efectos de la xilacina fueron contrarrestados con el uso de yohimbina (0,125mg/kg intravenoso; Yohimibine Vet®, Argentina). La histopatología de la biopsia remitida mostró la presencia de melanocitos con características anaplásicas (pleomorfismo, citomegalia, cariomegalia, binucleación), área hemorrágica y foco inflamatorio fibrinoso. El diagnóstico histopatológico fue melanoma maligno.
Se explicó la situación al propietario, indicándole inicialmente que deberían realizarse más exámenes complementarios para determinar si existía o no metástasis. Además, se le plantearon las opciones terapéuticas, las cuales podrían consistir en quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia por medio de la vacuna contra el melanoma de uso en perros (11,17). Lamentablemente, el propietario prefirió esperar y dos meses después del diagnóstico, la tigresa manifestó un deterioro considerable con pérdida de peso, presencia de una masa de gran tamaño, redonda y ulcerada en el cuello (figura 2 y 4). Asimismo, aumentó el tamaño del melanoma, pues llegó a obstruir totalmente el ojo izquierdo (figura 3 y 6). Con base en esto, y por razones humanitarias, el animal fue eutanasiado. Al momento de la necropsia se observó metástasis en los pulmones (figura 5), el tejido subcutáneo del área torácica (figura 7), la pleura (figura 8) y los riñones (figura 9).
Discusión
El melanoma maligno es común en perros, poco común en otras especies domésticas y raro en gatos. La mayoría de las veces en perros, este tumor se presenta en la boca y la unión mucocutáneo, mientras que en gatos se presenta mayormente en la piel, especialmente en la cabeza, como lo fue en este caso (4,13). Estos tumores crecen rápidamente y pueden ser fatales. Generalmente son detectados tardíamente, cuando la escisión es pobremente curativa y la metástasis ha ocurrido, proceso que se da por la vía de los nódulos linfáticos a nódulos linfáticos regionales, y de ahí a pulmones u otros órganos (4,13).
La presentación de melanoma en otras especies es poco común, pero se reportan casos en ganado bovino, suino, alpacas y ovejas. Los reportes en animales silvestres y exóticos son aún menos comunes, de modo que se da noticia de un caso en un ferret (Mustela putorios furo) (15,13), y algunos casos en aves -especialmente en aves psitácidas- (12), aunque se menciona que es muy común en pingüinos (2). Existe un reporte que describe el tratamiento por radioterapia en un erizo menor Tenrec (Echinops telfairi) (6) y un caso reportado en nutria europea (Lutra lutra) (16).
Independientemente de si esta neoplasia es iniciada por carcinógenos químicos o luz ultravioleta, en todas las especies los melanomas comparten una biología similar, en el sentido de que con frecuencia se repiten y predisponen la metástasis al nódulo linfático regional (13).
El melanoma puede variar considerablemente en apariencia, independientemente del sitio en el que se sitúe, y puede ser de coloración variada pudiendo esta incluir colores como gris, marrón, negro, rojo o incluso azul oscuro (13). La pigmentación no es una característica específica, porque otras lesiones neoplásicas pueden ser similares fenotípicamente. El melanoma varía en tamaño, pero la mayoría se encuentran dentro del rango de uno y tres cm. (13). La metástasis varía y va desde lesiones primarias locales, masas tumorales, a metástasis ampliamente difundidas. Los tumores individuales varían de un mm a varios centímetros de diámetro. La pigmentación es variable, pero, a menudo, las masas son negras (13).
Conclusión
Los melanomas malignos cutáneos presentados en felinos silvestres y, sobre todo, los pertenecientes al género Panthera (9) deberán ser considerados como parte del diagnóstico diferencial ante cualquier tumor que se presente. La prontitud en el diagnóstico será clave para el tratamiento, el cual podrá incluir las modalidades actuales (radiación, quimioterapia e inmunoterapia) considerando la pronta diseminación metastásica de estos tumores, tal y como sucedió en el caso presentado en este reporte. Es necesaria la investigación de las modificaciones genéticas o epigenéticas que conducen al desarrollo de melanomas en felinos cautivos, y también se debe considerar si la coloración blanca podría ser un factor que conlleve al desarrollo de estos tumores, dada la endogamia de esta variedad de tigre (18).