Introducción
Las tecnologias son elementos importantes en la vida de las personas, facilitan la comunicación e interacción (García-Oliva y Piqueras, 2016; Ryan, Achester, Reece & Xenos, 2014) e influencian los comportamientos y actitudes (Rojas, 2011). Sin embargo, pueden causar impacto negativo cuando afectan la salud mental, física y social (Khaleel & Alhawamdeh, 2020; Puerta-Cortés y Carbonell, 2013). Uno de los comportamientos más estudiados son las adicciones tecnológicas (Caro-Mantilla, 2017; García del Castillo, 2013).
La adicción tecnológica es el uso dependiente y abusivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (Rosell, Carbonell, Jordana y Fargues, 2007), las TIC con mayor uso problemático son el Smartphone (teléfonos inteligentes) con el 2,8 % (Carbonell et al., 2012), los videojuegos entre 1,7 % y 10 % (Griffiths, Kuss & King, 2012) e Internet entre el 9,7 % y el 12 % (Puerta-Cortés y Carbonell, 2013; 2014).
Para Griffiths (2005), las adicciones tecnológicas presentan síntomas similares a las adicciones por consumo de sustancias y planteó la teoría biopsicosocial para explicar los comportamientos adictivos en los patrones de hábitos repetitivos y abusivos que generan problemas personales, sociales y riesgos de enfermedades; el autor propone que el proceso de adicción es multifactorial e incluye una combinación de los tipos de recompensas (fisiológicas y psicológicas) y ambiente (físico, social y cultural) asociado con cualquier comportamiento particular, tienen un efecto importante en la probabilidad de participación excesiva en una actividad.
La teoría biopsicosocial de Griffiths (2005) está constituida por seis componentes: (a) saliencia: cuando una actividad se vuelve importante y domina los pensamientos, sentimientos y comportamientos; (b) modificación del estado de ánimo: cambio consistente en el estado de ánimo como estrategia de afrontamiento al realizar la actividad; (c) tolerancia: aumento de la actividad para lograr los efectos que generaban al inicio; (d) abstinencia: ocurre cuando se reduce o se interrumpe la actividad placentera y genera en la persona malestar fisiológicos y/o psicológicos; (e) conflicto: cuando la actividad genera problemas en sus relaciones personales, laborales, educativas y en otras actividades y (f) recaída: se presenta después de un periodo de abstinencia, la persona retoma la actividad.
La teoría biopsicosocial sustenta la adicción a los videojuegos, teléfonos inteligentes y redes sociales, porque explica la pérdida de control, la búsqueda de refuerzo y la prevalencia (García del Castillo, 2013; Andreassen, 2015). Es de interés para este estudio el uso de Facebook, debido a que es la red social con el mayor número de usuarios, con aproximadamente 2380 mil millones de perfiles en todo el mundo (Facebook, 2019), lo que motiva su uso es la interacción (Moretta y Buodo, 2018), el deseo de alteración del estado de ánimo, escapar de los estados de ánimo negativos y las gratificaciones (Ryan et al., 2014). La creciente evidencia sugiere que la adicción a Facebook podría ser un problema de salud mental emergente, que requiere de una atención significativa (Fowler, Gullo & Elphinston, 2020; Andreassen et al., 2016).
En la actualidad la adicción a Facebook es una las adicciones conductuales que siguen en estudio (Caro-Mantilla, 20i7), denominada también como uso problemático de Facebook (UPF) (Fowler et al., 2020; Badenes-Ribera, Fabris, Gastaldi, Prino & Longobardi, 2019). Se caracteriza por la incapacidad de control y la necesidad creciente de uso, la persona incrementa el tiempo de conexión para sentirse satisfecha porque potencia y canaliza sus dificultades socio-emocionales y deficiente autorregulación de sus estados de ánimo a través de esta red social, lo que afecta el desarrollo de las labores diarias (Marino, Finos, Vieno, Lenzi & Spada, 2017; Moretta y Buodo, 2018; Ryan, Reece, Chester & Xenos, 2016; Xie & Karan, 2019).
Con relación al UPF y el sexo, algunos estudios muestran que las mujeres presentan mayor uso problemático (Atroszko et al., 2018; Marino, Gini, Vieno & Spada, 2018; Przepiorka, Błachnio & Diaz-Morales, 2016), mientras Çam e I§bulan (2012) afirman que son los hombres. Para Moretta y Boudo (2018), la diferencia entre hombres y mujeres y el UPF es pequena o incluso nula; recomiendan continuar incluyendo esta variable en futuros estudios, porque la información aún es limitada y los resultados no son concluyentes (Kuss & Griffiths, 2017).
Una dimensión funcional que sustenta los comportamientos problemáticos, como por ejemplo la adicción, es la Evitación Experiencial (EE); se postula como parte de un sistema de clasificación de signos y síntomas; es una alternativa diagnóstica del DSM y el CIE (Ruiz y Luciano, 2009; Valencia et al., 2017); consiste en la inflexibilidad psicológica ante un malestar o situación adversa; quien lo padece obstruye contacto con sus sensaciones, emociones y pensamientos, percibe un falso alivio; esta situación genera consecuencias como comportamientos abusivos o adictivos (Hayes, Wilson, Gifford, Follette & Strosahl, 1996; Nielsen, Sayal & Townsend, 2016). Mientras más se incrementa la conducta evitativa ante la situación de malestar, más aumenta el comportamiento problemático, porque la finalidad es eliminar la angustia de manera rápida y efectiva (López, 2014; Luciano, Gómez, Hernández y Cabello, 2001). Se ha demostrado que la terapia de aceptación y compromiso reduce la EE (Hayes, Strosahl & Wilson, 2012).
La EE ha permitido comprender el uso problemático de las nuevas tecnologías. Chou et al. (2017) encontraron que las personas usan en exceso Internet para evitar las experiencias externas e internas no deseadas; esta conducta genera desajustes psicosociales, aumento del riesgo de depresión y ansiedad social. Así mismo, Ruiz-Ruano, López-Salmeróny Puga (2018) identificaron que las mujeres con uso problemático del teléfono inteligente, lo empleaban más para ingresar a las redes sociales y escapar de los estados de ánimo displacenteros o para aliviar el malestar emocional, lo que produce problemas a largo plazo por el tiempo que dedican a las redes. La EE no solo permite comprender los comportamientos problemáticos relacionados con el uso de Internet y el teléfono inteligente, sino también expone el apego ansioso de los usuarios, debido a que las personas con uso adictivo experimentan relaciones inseguras (Ko & Kwak, 2018).
Los jóvenes, debido a su momento evolutivo, constituyen un grupo vulnerable para desarrollar comportamientos problemáticos por el uso de Facebook (Fowler et al., 2020; Przepiorka et al., 2016). En la actualidad son escasos los estudios que analicen el UPF y EE en muestras latinoamericanas. Por lo anterior, este trabajo puede ser útil, desde una orientación aplicada, en el momento de planear intervenciones centradas en la prevención del uso problemático de Facebook en los jóvenes. El objetivo del estudio es analizar la relación entre UPF, la EE y los componentes de la teoría biopsicosocial.
Método
Tipo de estudio y diseno
Este estudio es correlacional, de diseno no experimental transversal. Se busca estudiar el grado de relación entre las variables en un momento determinado y único (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).
Participantes
La muestra fue seleccionada por muestreo no probabilístico por conveniencia; participaron 677 jóvenes de tres universidades privadas de Colombia, con una edad promedio de 20,66 años , Dt = 2,87, rango de edad entre 18 a 25 años. De ellos, el 50,7 % fueron mujeres y 49,3 % hombres; el 70,6 % eran estudiantes universitarios, mientras el 11,8 % eran bachilleres, el 9,6 % profesionales, 3,8 % técnicos, 2,2 % tecnólogos y el 1,9% otros estudios; en su mayoría pertenecían al estrato socioeconómico 3 (41,7 %), seguido del estrato 2 (29,8 %). Los criterios de inclusión se orientaron a personas mayores de edad con participación voluntaria, de nacionalidad colombiana y usuario de Facebook con un tiempo mínimo de uso de un año.
Instrumentos
Cuestionario de datos sociodemográficos: De elaboración propia, que recopiló información como la edad, sexo, estrato socioeconómico y nivel educativo de los participantes del estudio.
Cuestionario de Aceptación y Acción-II (Acceptance and Action Questionnaire- II, AAQ-II). Se empleó la adaptación colombiana de Ruiz et al. (2016) (ver anexo 1); es un cuestionario unidimensional que evalúa la EE, inflexibilidad psicológica e incapacidad de estar en el momento presente, compuesto por siete ítems con una escala de respuestas tipo Likert de siete puntos, que varían de i = Nunca es verdad, a 7 = Siempre es verdad. La confiabilidad del instrumento oscila entre 0,88 a 0,92 (Ruiz et al., 2016; Ruiz et al., 2020).
Escala de Adicción a Facebook de Bergen (The Bergen Facebook Addiction Scale, BFAS). Se aplicó la versión corta, Andreassen, et al. (2012) (ver anexo 2). El BFAS es un cuestionario que determina la sintomatología del uso problemático de Facebook, se centra en las experiencias del últimoaño y evalúa seis componentes de la adicción según la teoría biopsicosocial de Griffiths (2005): saliencia (ítem I), tolerancia (ítem 2), cambios en el estado de ánimo (ítem 3), recaída (ítem 4), abstinencia (ítem 5) y conflicto (ítem 6). Con respuesta tipo Likert de cinco puntos, desde i = Muy pocas veces, a 5 = Muy a menudo, con punto de corte 14 que indican mayor probabilidad de adicción. La fiabilidad del instrumento es de 0,83 (Andreassen et al., 2012).
Procedimiento
Se hizo la adaptación del instrumento BFAS según los lineamientos para adaptaciones transculturales de medidas de autoinforme por Beaton, Bombardier, Guillemin y Bosi-Ferraz (2000). Primero se realizó la traducción lingüística de inglés a español de los items para indicar las discrepancias, y luego se retrotradujo de español a inglés. Durante el proceso participaron dos investigadores expertos en el tema y un docente experto en psicometría. Se llegó a un consenso y se hizo un pilotaje con 60 estudiantes universitarios mayores de edad que accedieron de manera voluntaria a diligenciar los cuestionarios. Según las sugerencias identificadas en la prueba piloto y para favorecer la comprensión, se realizaron algunos ajustes en la redacción de las instrucciones.
Para facilitar la aplicación en modalidad virtual, se disenaron los cuestionarios en la plataforma Qualtrics. Los investigadores procedieron a tramitar las solicitudes de aplicación de las pruebas en tres universidades de Colombia; obtenidos los permisos, se procedió a enviar el enlace https://qualtrics.com/jfe/form/SV_0xNf8is92XUW5cF a los correos electrónicos institucionales de los participantes. La aplicación tuvo una duración de 15 minutos por persona y los datos se recolectaron durante cuatro meses.
Consideraciones éticas
El estudio se desarrolló fundamentado en las normativas científicas y técnicas que establece el Código Deontológico y Bioético del ejercicio de la Psicología en Colombia (Ley 1090 de 2006) para la investigación en ciencias de la salud. El enlace enviado a los correos institucionales de los participantes contenía el consentimiento informado acorde a los artículos de la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud. En este documento se describe el compromiso de los investigadores a proteger los datos, se respeta la confidencialidad yaño nimato con el uso de códigos para su identificación, para solo divulgarlos con fines académicos. Incluye el objetivo de la investigación, el grado de riesgo mínimo del estudio, la participación voluntaria y la opción de abandonar el estudio antes, durante o después sin ninguna contestación.
Análisis estadísticos
Los análisis se realizaron con el software IBM SPSS Statistical Package for the Social Sciences versión 25; para identificar la normalidad en la distribución de los datos se empleó el estadístico Kolmogorov-Smirnov, y se encontró que no se ajustan en una distribución normal; por tanto, se emplearon estadísticos no paramétricos para una muestra, como el Chi-cuadrado, y para dos muestras independientes la U de Mann-Whitney, además se aplicó el estadístico bivariado coeficiente de correlación de Spearman entre los puntajes totales del AAQ-II y los componentes del BFAS.
Resultados
Uso problemático de Facebooky los componentes de la teoria biopsicosocial
Los datos muestran diferencias entre el sexo y el grado de uso de Facebook: los hombres con el 70,7 % (n= 236) y las mujeres con 77,6 % (n= 266) tienen uso controlado de Facebook, mientras el 29,3 % (n= 98) de los hombres y 22,4 % (n= 77) de las mujeres tienen uso problemático de Facebook (x2 = 3,89; p = .04).
Según los componentes de la teoría biopsicosocial y los promedios de los puntajes totales del BFAS, se encontraron diferencias entre hombres y mujeres en el componente abstinencia: hombres x̄ = 1,53 y mujeres x̄ = 1,34 (U = 51690; p = .004), y conflicto: hombres x̄ = 1,71; mujeres x̄ = 1,49 (U = 51327; p = .004).
No se identificaron diferencias entre los promedios de los puntajes directos y el sexo en los componentes de saliencia: hombres x̄ = 2,29 y mujeres x̄ = 2,28 (U = 56960; p = .89); tolerancia: hombres x̄ = 1,93 y mujeres x̄ = 1,93 (U = 57267; p = .99); cambios en el estado de ánimo: hombres x̄ = 1,91 y mujeres x̄ = 1,85 (U = 54621; p = .25), y recaída: hombres x̄ = 1,97 y mujeres x̄ = 1,84 (U = 53868; p = .14).
Uso problemático de Facebook, la evitación experiencial y los componentes de teoria biopsicosocial
El análisis muestra correlación positiva entre los puntajes directos del AAQ-II y el BFAS. Además, la relación entre los puntajes directos del AAQ-II con los componentes de la teoría biopsicosocial evidencian una correlación positiva con los seis componentes (ver tabla 1).
Discusión
El objetivo del estudio fue analizar la relación entre UPF, la EE y los componentes de la teoría biopsicosocial. Los resultados muestran relación entre la EE, el UPF y los componentes de saliencia, cambios de estado de ánimo, tolerancia, abstinencia, conflicto y recaída. Lo anterior indica que la muestra de estudio opta por hacer uso de Facebook como una de las formas para evadir algunas situaciones amenazantes o aversivas en su vida. Usan la red para interactuar a través de sus aplicaciones como el chat, los likes, compartir fotos o videos; estos son estímulos placenteros que posiblemente eliminan la angustia generada por alguna situación (Griffiths, 2005; Moretta y Buodo, 2018; Ryan et al., 2014).
Se evidencia que los hombres presentan mayor UPF, posiblemente por la dificultad de controlar las situaciones conflictivas personales o sociales, lo que conlleva a realizar comportamientos de evasión que generan repercusiones en el desarrollo de sus vidas (Çam & Işbulan, 2012). Además, el grupo de hombres con UPF presentan en mayor grado síntomas asociados con la abstinencia cuando reduce el uso de la red social y conflicto debido a la interferencia por el uso de Facebook con las actividades de la vida diaria (Griffiths, 2005).
Cuando los participantes del estudio reducen el uso de Facebook presentan síntomas de abstinencia como la preocupación, la inquietud y la irritabilidad. Resultados similares encontraron Balakrishnan y Shamim (2013) en jóvenes malayos. Además, el uso de Facebook resulta ser conflictivo porque genera conflictos intrapsíquicos y afecta las relaciones interpersonales con los amigos, la familia o la pareja (Ko & Kwak, 2018; Ryan et al., 2014) o produce déficit en el rendimiento académico o laboral (Griffiths, 2005; Çam & Işbulan, 2012).
Los resultados favorecen la comprensión de la EE desde el análisis funcional que determina como la UPF es la consecuencia de un posible mecanismo de evitación a través del uso excesivo de Facebook (Ruiz y Luciano, 2009). Las personas eligen la interacción a través de Facebook para evadir sus experiencias internas (pensamientos o recuerdos), porque produce una sensación de bienestar momentáneo que solventa la situación demandante (García-Oliva & Piqueras, 2016; Hayes et al., 1996; Nielsen et al., 2016). Por tanto, Facebook se convierte en la actividad más importante en la vida de la persona (saliencia); cuando no puede interactuar a través de la red social se generan malestares fisiológicos o psicológicos y cuando tiene acceso a Facebook aumenta la interacción, para lograr los efectos deseados (Griffisth, 2005).
La EE es una dimensión que podría integrar una variedad de diagnósticos, que incluye las nuevas adicciones como la adicción a Facebook; la EE se interviene desde la terapia de tercera generación de aceptación y compromiso, (Hayes et al., 2012; Ruiz y Luciano, 2009), es una herramienta importante para reducir los comportamientos que mantienen el UPF (Luciano y Valdivia, 2006; Ribero-Marulanda y Agudelo-Colorado, 2016).
Según lo anterior, este estudio alcanzó el objetivo propuesto: se logró analizar la relación entre el uso problemático de Facebook, la evitación experiencial y los componentes de la teoría biopsicosocial. Esta teoría permite direccionar la comprensión y análisis de las adicciones tecnológicas, sus componentes subyacen el diseno de instrumentos de valoración de estas adicciones, pero ha sido escasamente contrastada con otras variables que posiblemente expliquen esta conducta. A pesar de los hallazgos, este estudio presentó dos limitaciones.
La primera fue la ausencia de información relacionada con la caracterización del uso de Facebook, lo que permitiría establecer otras relaciones; aun así, las variables incluidas se vinculan al objetivo planteado. En cuanto a la segunda limitación, aunque las correlaciones fueron significativas, son bajas; se recomienda indagar en otras posibles relaciones y tener cautela en la generalización de los resultados. Para superar estas dos limitaciones se recomienda disenar un cuestionario para evaluar la frecuencia de uso de Facebook, las aplicaciones favoritas de esta red social y el tipo de plataforma; así mismo, indagar en las posibles conductas de evitación que estén mediando la relación entre el uso problemático de Facebook y los componentes de la teoría biopsicosocial.
A pesar de las limitaciones, este estudio aporta a la comprensión del UPF desde el análisis funcional, lo que permitiría en la práctica clínica detectar el UPF e intervenir, con orientación de género, en aquellos aspectos de la vida que obstruyen el contacto con las experiencias privadas displacenteras y, así mismo, lograr minimizar el uso problemático de Facebook, que en los hombres de la muestra se caracteriza por los componentes de abstinencia y conflicto. Estos hallazgos permitirían orientar a los terapeutas para una intervención más eficaz que resultaría en el uso adecuado de las redes sociales al mitigar la EE; en consecuencia, se lograría mejorar el bienestar emocional de los usuarios de esta red social. Para próximos estudios se recomienda indagar sobre la incidencia de la EE, la ansiedad y la depresión con el UPF.