Introducción
El tejido mamario accesorio o polimastia es una anomalía congénita relativamente común, que se presenta en el 2-6 % de la población general 1. Se produce por una inadecuada involución de las líneas lácteas, que son engrosamientos de ectodermo que surgen en la vida embrionaria, surcando la cara ventral del embrión, desde la axila hasta la región inguinal; cuando falla la regresión de estas, aparece el tejido mamario ectópico. Este tejido tiene las mismas características que el ubicado en la región pectoral y en él pueden tener cuna las mismas patologías que se desarrollan en la mama normal 2.
Aproximadamente, el 70 % de las mujeres que padecen esta patología son completamente asintomáticas 3; en el 30 % restante la sintomatología es variable, siendo la sensación de masa axilar el síntoma más común, aunque puede haber otras localizaciones como el dorso, flanco o vulva 4. Las lesiones se pueden tornar dolorosas, incluso afectando los arcos de movimiento de las extremidades. Cuando se presentan, los síntomas usualmente inician en la pubertad o después de la gestación 3.
El tratamiento definitivo es la cirugía, por lo que se han desarrollado diferentes técnicas con el fin de resecar totalmente el tejido mamario accesorio 5. La técnica abierta es la más efectiva 2, pero también se ha descrito el uso de la liposucción, con el problema de que puede quedar tejido residual, por lo cual han surgido técnicas dirigidas con ecografía 6 o asistidas con instrumentos como el Mammotome® (Devicor Medical Products, Inc.) 7 o el microdebridador 8, con el fin de lograr los mejores resultados.
El objetivo de este estudio fue describir los resultados posquirúrgicos en pacientes operados con técnica abierta, con o sin dren, y el nivel de satisfacción de los pacientes con el procedimiento.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, tipo cohorte retrospectivo, comparando dos grupos: en el primero, los pacientes a quienes se les realizó resección de tejido mamario accesorio mediante técnica abierta con dren y en el segundo, los pacientes a quienes se les operó con la técnica abierta sin dejar dren. Cada grupo de cirujanos tiene una técnica estandarizada (con o sin dren) independiente del tamaño de la lesión. Además, se evaluó la satisfacción de los pacientes mediante el uso de la herramienta Breast-Q traducido a más de 30 idiomas y citado por un número creciente de publicaciones 9, adaptada a las necesidades de este estudio que, de acuerdo con el instructivo para el uso del instrumento, esta adaptación no influye en el resultado, pues cada módulo se puede evaluar de manera independiente.
Se incluyeron todos los pacientes intervenidos quirúrgicamente para resección de tejido mamario accesorio mediante técnica abierta entre el 1° de enero de 2016 y el 31 de diciembre de 2019. Se excluyeron los pacientes intervenidos con otras técnicas o que hubieran recibido un manejo quirúrgico previo para la mama supranumeraria.
El análisis estadístico se realizó con el programa IBM SPSS Statistics V.25. Se obtuvieron las medidas de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas; se exploraron las frecuencias absolutas y relativas para las variables cualitativas. Con la información obtenida se realizaron tablas del análisis univariado, como resumen de las características de la población incluida y los resultados posquirúrgicos de cada técnica empleada. Para determinar la asociación entre la técnica quirúrgica y las posibles complicaciones o grado de satisfacción del paciente con el procedimiento, se utilizó la prueba de Chi cuadrado o la prueba T, según correspondía.
Resultados
Durante los cuatro años de estudio, se llevaron a cirugía 82 pacientes para resección de tejido mamario accesorio, 81 de ellos fueron mujeres (98,6 %). La edad promedio de los pacientes fue de 34,5 años, con una desviación estándar (DE) de 12,4. Catorce pacientes tenían antecedentes médicos de importancia, dentro de los que se destacaba el sobrepeso (28,6 %), con un IMC promedio de 26,2 kg/m2. Ningún paciente tenía antecedente familiar de mama supranumeraria (Tabla 1).
La mitad de los pacientes (n=42, 51,2 %) tenían una sola lesión y 40 pacientes (48,8 %) tenían lesiones bilaterales, de predominio en región axilar. La forma más común de mama supranumeraria fue la tipo Kajava 4 (50 %). Los síntomas más comunes fueron dolor (50 %) y sensación de masa (29,3 %).
El 62,2 % de los pacientes fue intervenido por el servicio de cirugía de mama y en el 73,2 % no se dejó dren. En 11 pacientes (13,6 %) se presentaron complicaciones tempranas, siendo la infección de sitio operatorio (ISO) la más frecuente (36,4 %), seguida por seroma (18,2 %). Respecto a las complicaciones tardías, 22 pacientes (27,2 %) refirieron dolor en el posoperatorio, con una intensidad promedio de 2,9 en la escala visual análoga del dolor (EVA) y 4 pacientes (4,9 %) presentaron retracciones (Tabla 2).
Utilizando la herramienta Breast-Q para evaluar la calidad de vida y la satisfacción con los resultados posquirúrgicos, obteniendo resultados de 79,75 en el módulo de bienestar psicosocial, 80,35 en bienestar sexual, 68,38 en bienestar físico y 82,88 en satisfacción con el resultado, lo que equivale a una buena calidad de vida y adecuada satisfacción con el resultado posquirúrgico (Figura 1).
Cuando se compararon las técnicas con dren y sin dren, se encontró que fueron más frecuentes las complicaciones en el grupo con dren (40,9 %) que en los pacientes sin dren (3,4 %), con diferencia estadísticamente significativa (p=0,000). También, los pacientes que fueron intervenidos con técnica sin dren tuvieron menor frecuencia de infección de sitio operatorio y seroma (p=0,022 y p=0,003 respectivamente) (Tabla 3).
Discusión
Existen diferentes técnicas para el manejo quirúrgico de la mama supranumeraria y, a pesar del desarrollo de técnicas de mínima invasión, las técnicas por vía abierta permanecen vigentes gracias a la escasa recidiva que presentan y a sus adecuados resultados. Particularmente este estudio buscó comparar los resultados posquirúrgicos de la técnica abierta con dren vs la técnica abierta sin dren en 82 pacientes intervenidos en nuestra institución durante cuatro años.
Los pacientes se encontraban alrededor de los 34 años, muy similar a lo que se ha reportado en la literatura 1,10,11 y la gran mayoría eran mujeres, en comparación con los hombres que solo alcanzaron el 1 % 12,13. A pesar de que se describe que los pacientes con tejido mamario accesorio pueden tener un componente genético con un patrón de herencia autosómico dominante 14, en la cohorte estudiada, aunque pequeña, no se encontró ningún antecedente familiar de esta patología.
Entre los antecedentes personales, se destacó el sobrepeso, con IMC promedio de 26,2 kg/m2, lo que podría ser relevante pues en la evidencia disponible no se ha reportado una asociación clara entre pacientes con mama supernumeraria y obesidad. Lo que sí se ha documentado es que, muchas veces en pacientes obesas, la sensación de masa a nivel axilar (uno de los síntomas más frecuente de esta patología), es pasado por alto y se atribuye al aumento del tejido adiposo secundario a la obesidad de los pacientes 3. El subtipo de mama supernumeraria más común fue el Kajava 4, similar a otros trabajos en India y China 7,13.
La mitad de nuestra población manifestó “dolor” como síntoma principal, e incluso en un 14 % ese dolor limitaba los arcos de movimiento del miembro superior, resultado inferior al reportado por Hwang 1, donde el 82 % de sus pacientes tenían como síntoma principal el dolor cíclico. Otro síntoma cardinal en nuestra población fue la sensación de masa (30 %), similar a lo reportado por Hanan 3, quien dice que este síntoma aparece en el 60 % de los pacientes. No hay una explicación clara de por qué nuestros pacientes, a pesar de que referían dolor como síntoma principal, la frecuencia fue menor respecto a otros reportes; creemos que tal vez está relacionado con la mayor prevalencia de población indígena en nuestra zona geográfica, una etnia que es conocida por tener una mayor tolerancia al dolor 15.
El porcentaje de complicaciones global fue del 13 %, siendo mayor en el grupo con dren (40 % vs 3,4 %); además, los pacientes intervenidos con técnica sin dren presentaron menos seromas (p=0,003) e ISO (p=0,022). Al comparar estos datos con otros trabajos de técnica abierta encontramos que, en el estudio de Hwang 1, donde realizaron resección de tejido mamario accesorio mediante técnica abierta sin dren, la tasa de complicación general fue del 36,2 %, 10 veces mayor a la reportada por nosotros, con una proporción similar de seromas (13,8 %) e ISO (3,4 %). Estos hallazgos harían pensar que el no dejar dren en el lecho quirúrgico lleva a mejores resultados en los pacientes, diferente a lo planteado por Bartsich 16, quien concluyó que el uso del dren reduce la morbilidad de la cirugía. Sin embargo, estos resultados deben interpretarse con cautela dado que si bien, por protocolo el grupo de cirujanos generales aplica la técnica con dren, en nueve pacientes este equipo cambió su conducta y no se describió en la nota operatoria las razones para elegir la técnica quirúrgica. Lo anterior podría considerarse un sesgo de selección; no obstante, esto sería más factible si se tratara de lesiones de gran tamaño donde se aplicara la técnica con dren.
Por otra parte, cuando se evaluó la calidad de vida y la satisfacción de los pacientes con los resultados postoperatorios utilizando la herramienta Breast-Q, no se encontraron diferencias entre las dos técnicas comparadas. Específicamente, se alcanzaron mejores resultados en los módulos de bienestar psicosocial y bienestar sexual, con puntajes alrededor de 80 puntos en ambos grupos. Sin embargo, no encontramos estudios que utilizaran esta herramienta en la evaluación de resultados en mama supranumeraria, por lo que no se pudo hacer comparaciones directas respecto con lo reportado por nuestros pacientes.
Una de las ventajas que ofrece este instrumento respecto a otros utilizados para evaluación de la calidad de vida y satisfacción con los resultados, es que el Breast-Q se centra en lo referido por el paciente y utiliza una medición tipo Rasch, lo que permite dar una apreciación cualitativa a cada módulo de manera independiente 17; es decir, que puntajes más cercanos a 100 se asocian a más satisfacción. Por ejemplo, en el estudio realizado por Gallegos y colaboradores 18, evaluaron la calidad de vida en reconstrucción mamaria posterior a mastectomía utilizando este instrumento, encontrando que en los módulos de satisfacción posquirúrgica todas las pacientes tenían una calificación mayor de 75 puntos, con valores prequirúrgicos por debajo de 40 puntos, mostrando que hubo una marcada mejoría en la calidad de vida en las pacientes intervenidas.
Este estudio tiene varias limitaciones, como es su naturaleza retrospectiva, por lo que se pudo incurrir en sesgo de información, ya que los datos fueron recolectados de las historias clínicas, algunas de ellas con subregistro; esto podría explicar la diferencia entre la frecuencia de síntomas reportados en nuestra población versus los reportados en otros trabajos. Por otra parte, el pequeño número de pacientes recolectados hace que el poder estadístico de los datos no sea el mejor. También hubiese tenido mayor peso si se hubiera aplicado la herramienta Breast-Q como parte del abordaje prequirúrgico del paciente, para tener un punto de comparación para los resultados posquirúrgicos. Sin embargo, hay varios aspectos a resaltar, como lo es el hecho de ser el primer estudio en nuestra región que evalúa los beneficios de utilizar técnicas abiertas con o sin dren en el manejo quirúrgico por vía abierta de la mama supranumeraria. Cabe mencionar que las complicaciones en nuestros pacientes fueron pocas y los resultados posquirúrgicos y de calidad de vida son buenos, seguramente porque la mayoría de los pacientes son intervenidos por el grupo de cirugía de mama de nuestro hospital, lo que da un valor agregado y se refleja en los resultados documentados.
Conclusión
En los pacientes a quienes se les realizó resección de mama supranumeraria con un cierre hermético por planos de los tejidos, sin dejar un sistema de drenaje en el lecho de disección, el desenlace postoperatorio en cuanto a complicaciones fue mejor, comparado con los pacientes a quienes se les dejó dren. Sin embargo, se requieren estudios más grandes y aleatorizados para poder definir cuál es la mejor técnica en el manejo quirúrgico de la mama supranumeraria.