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Historia y MEMORIA
versão impressa ISSN 2027-5137
Hist.mem. no.11 Tunja jul./dez. 2015
Trayectoria educativa y prácticas asociativas de una tucumana de entre siglos: Margarita Todd, maestra normalista.*
Educative career and associative practices of a Tucumana in between centuries: Margarita Todd, schoolteacher
Parcours éducatif et pratiques associatives d'une femme du Tucuman: Margarita Todd, enseignante d'une école normal d'instituteurs
Marcela Vignoli1
ISES (UNT-CONICET)
* Este artículo es producto del proyecto de investigación titulado: La cuestión social en Tucumán, 1888-1923. Debates, controversias, políticas. Financiado por el Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Tucumán, (2014-2018).
1 Profesora y Doctora en Historia egresada de la Universidad Nacional de Tucumán. Investigadora asistente CONICET con lugar de trabajo en el Instituto Superior de Estudios Sociales ISES (UNT-CONICET). Auxiliar docente en la cátedra de "Metodología de la investigación histórica" de la carrera de Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo de la UNT. Colombia.
Recepción: 06/03/2015 Evaluación: 07/03/2015 Aprobación: 13/05/2015
Artículo de Investigación e Innovación.
Resumen
A principios del siglo XX la provincia de Tucumán asistió a un proceso de expansión de experiencias asociativas de diverso tipo, entre las que se destacan los ámbitos de sociabilidad vinculados al mundo educativo y cultural. También, es en este período que podemos advertir un cambio en aquellas prácticas de sociabilidad decimonónicas que en el terreno cultural y literario habían mostrado el predominio de una sociabilidad excluyentemente masculina.
En efecto, fuera en la búsqueda por perfeccionar las herramientas obtenidas en su paso por las instituciones escolares, o persiguiendo mejorar su situación laboral, lo cierto es que algunas maestras irrumpieron en estos ambientes y se insertaron en esta trama de sociabilidad educativa y cultural.
En el convencimiento de que las prácticas de sociabilidad constituyen excelentes puntos de observación para estudiar los alcances de la participación femenina en el espacio público, el propósito de este trabajo es a la vez reconstruir y analizar la trayectoria de una de estas maestras. Se trata de Margarita Todd, quien desarrolló una exitosa carrera dentro del magisterio tucumano, y, logró expresar alguna de las preocupaciones intelectuales y culturales de una época, en la que uno de los horizontes lo constituía el conocimiento cientíico con miras a la creación de una futura universidad provincial.
Palabras clave: Género, Sociabilidad, Cultura, Educación.
Abstract
During the early 20th century, the province of Tucumán attended an expansion process of diverse associative experiences among which the sociability environments linked to teaching and cultural worlds are stressed. Also, it is during this period that a change can be noticed in 19th century sociability practices that showed the predominance of an exclusively masculine sociability in the cultural and literary ields.
Indeed, either in search of perfecting the tools obtained in their experience with academic institutions, or in pursuing the improvement of their work situation, several female teachers emerged in these environments which became a part of this structure of educational and cultural sociability.
Certain that sociability practices constitute excellent points of observation for studying the scope of female participation in the public sphere, this work aims at reconstructing and analyzing the career of one of these teachers. Margarita Todd, who developed a successful career as a Tucumana teacher and was able to express some of the intellectual and cultural concerns of the time, in which scientific knowledge was one of the perspectives to create a future provincial university.
Key words: Gender, Sociability, Culture, Education.
Résumé
Au début du XXe siècle la province de Tucuman a vécut un processus d'expansion des différentes expériences associatives, parmi lesquelles on signale les sociabilités liées au monde éducatif et culturel. Pendant cette période a eut lieu aussi un changement dans les pratiques de sociabilité du XIXe siècle, qui dans le domaine culturel et littéraire s'avaient caractérisé par une suprématie exclusivement masculine.
Or, quelques femmes enseignantes, au cours de sa quête d'améliorer les outils intellectuels conquis dans leur passage par les institutions scolaires, ainsi qu'au cours de ses efforts d'aboutir à une meilleure situation de travail ont fait irruption dans ces ambiances et se sont insérés dans ce réseau de sociabilité éducative et culturelle.
Cet article, qui part de l'idée que les pratiques de sociabilité constituent un excellent point d'observation de la portée de la participation féminine dans l'espace public, se propose à la fois reconstituer et analyser la trajectoire d'une de ces enseignantes. Il s'agit de Margarita Todd, qui a menée une carrière à succès dans le corps enseignant du Tucuman et qui a abouti à exprimer certaines ambitions intellectuelles et culturelles de son époque, qui a cherché parmi d'autres objectifs, la connaissance scientifique orientée à la création d'une future université provinciale.
Mots clés: Genre - Sociabilité - Culture - Éducation.
1. Introducción
En 1906 una maestra tucumana proponía que el Círculo del Magisterio, asociación que desde hacía un año nucleaba a los maestros y maestras de la provincia, enviara "[...] de entre sus socios, delegados al Congreso Científico Latinoamericano que se celebra todos los años" y que "proporcione los medios para continuar una carrera especial a los maestros socios que revelaren condiciones sobresalientes en alguna rama del saber"2.
La propuesta fue de Margarita Todd, egresada en 1889 de la Escuela Normal de maestras, y se refería a los Congresos Científicos Latinoamericanos celebrados en Argentina (1898), Montevideo (1901) y Río de Janeiro (1905). Este último había contado con la participación de 839 miembros provenientes de 17 países. En esa oportunidad se presentaron un total de 120 trabajos que relejaban las diferentes secciones en que se había dividido el congreso: matemáticas, ciencias físicas y químicas, ciencias naturales antropológicas y etnológicas, ingeniería, ciencias médicas e higiene, ciencias jurídicas, ciencias sociales, ciencias pedagógicas y agronomía y zootecnia3. En la reunión de Río de Janeiro se había decidido que el próximo evento, a realizarse a comienzos de 1908, tendría el carácter de panamericano y que su sede sería Chile4. La participación en este futuro congreso era uno de los objetivos que, para Margarita, debía plantearse la asociación tucumana de maestros como forma de insertarse en un circuito que discutía sobre educación, ciencia, avances en la salud y tecnológicos.
¿Qué representaba para esta maestra normal la posibilidad de participar de un evento de estas características? ¿Cuál era la idea de ciencia que circulaba entre los maestros tucumanos y en la sociedad tucumana de principios de siglo?
La trayectoria de Margarita Todd no es una historia que pueda contarse en singular. A través del estudio de su exitosa carrera en el magisterio tucumano5 podemos observar el proceso de incorporación de algunas mujeres instruidas a un ambiente de sociabilidad que hasta ines del siglo XIX se había mantenido exclusivamente masculino6. Sin duda, las intervenciones de esta maestra tucumana expresaban las preocupaciones intelectuales y culturales de una época, de la que también formaron parte las mujeres instruidas, en la que uno de los horizontes lo constituía el conocimiento científico con miras a la creación de una futura universidad provincial7.
El propósito de este trabajo al indagar en la trayectoria educativa de Margarita Todd, es acercarnos a las prácticas asociativas desplegadas por algunas educadoras que utilizaron asociaciones de maestros creadas entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX como espacios para articular demandas de mejoras en educación en la provincia, perfeccionarse como docentes y entablar un diálogo con actores con quienes compartían inquietudes literarias y educativas8.
La expansión de experiencias asociativas de índole educativa y cultural a principios del siglo XX constituye un proceso evidenciable a nivel nacional y en el espacio latinoamericano. De este fenómeno ha dado cuenta una vasta historiografía con la que este trabajo intenta dialogar. En efecto, Julián Guindín quien ha realizado un trabajo comparativo sobre diferentes aspectos de asociaciones de docentes de principios de siglo, ha logrado caracterizar distintas experiencias latinoamericanas en torno a una serie de interrogantes, quienes organizaban estas asociaciones, cuál era el vínculo con el poder estatal, qué tipo de prácticas llevaban adelante estas asociaciones, y, por último cuál era el rol de las maestras en estos espacios asociativos en un contexto todavía reacio a la participación femenina en el espacio público9. Otro autor que ha indagado en estas prácticas de docentes, centrando su mirada en el aspecto gremial de estas asociaciones es Adrián Ascolani. Su trabajo ha permitido sistematizar e identificar los diferentes tipos de experiencias gremiales de docentes en Argentina10, a lo que se suman sus balances historiográficos sobre el campo de la historia de la educación en Argentina11.
Es en diálogo con estas investigaciones y haciendo foco en la participación femenina en estas asociaciones de maestros, que estudiamos la trayectoria educativa de Margarita Todd. Consideramos que su circulación en espacios como la Sociedad Sarmiento (1882) y el Círculo del Magisterio (1905) le permitieron primero compartir e intercambiar con actores con los que tenía inquietudes culturales y educativas en común, y luego articular diferentes demandas de los docentes de la provincia que le valieron reconocimiento social y prestigio a nivel nacional.
Para la realización de este trabajo hemos analizado distintos tipos de fuentes, en primer lugar, acceder a una opinión pública que debatía y se expresaba sobre el clima cultural y de sociabilidad durante el período bajo estudio fue posible a través de la lectura de periódicos tucumanos como El Orden (editado entre 1883 y 1940), y La Gaceta, (editado a partir de 1912). Del mismo modo, la consulta de algunas revistas culturales que publicó una de estas asociaciones, la Sociedad Sarmiento, constituyeron valiosos documentos, en tanto algunos socios escribieron ensayos o publicaron algunos trabajos de maestras. Se trata de El Porvenir (1883-1885) y el Tucumán Literario (1886-1897). Por último, los Libros de Actas de ambas asociaciones, la Sociedad Sarmiento (1882) y el Círculo del Magisterio (1905), permitieron acceder a información relevante respecto de las reuniones de los socios, elecciones de comisiones directivas, mociones, etc. Esto nos permitió acercarnos al nivel de participación real (cargos ocupados en las comisiones directivas y cargos menores en comisiones internas, mociones aprobadas o discutidas, participación en las reuniones, trabajos presentados, etc.) de las maestras hacia el interior de estas asociaciones.
2. Formación de un ambiente masculino de sociabilidad educativo-cultural en Tucumán
A fines del siglo XIX, en la pequeña provincia de Tucumán, al norte de Argentina lindando con el mundo andino, se produjo una notable expansión económica, centrada en la producción de azúcar de caña, que atrajo miles de inmigrantes de provincias vecinas, capitales extra-regionales, tecnología, técnicos y mano de obra calificada europea. Este proceso se enmarca, a su vez, en un notable crecimiento económico y demográfico que experimentó la Argentina a fines del siglo XIX.
La conexión ferroviaria con la región pampeana, en 1876, y un esquema de protección arancelaria frente a la competencia de los azúcares extranjeros son dos factores importantes que explican el éxito de los productores tucumanos. No menos importante fue la fuerte presencia de los políticos locales en el proceso de modernización y consolidación del Estado central, que tuvo en los presidentes de origen tucumano Nicolás Avellaneda (1874-1880) y Julio A. Roca (1880-1886 y 18981904) a dos de las figuras más destacadas de este proceso12.
El crecimiento urbano y la creciente complejidad de la sociedad fueron consecuencia inevitable de la expansión económica, lo que convirtió a la capital tucumana en la ciudad y centro cultural más importante de una vasta región. En este marco y acompañando una tendencia nacional, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, la provincia de Tucumán fue testigo de un aumento de experiencias asociativas de diverso tipo. Dentro de este mapa asociativo complejo, el estudio de asociaciones que podemos denominar de índole cultural -bibliotecas populares, centros patrióticos y asociaciones con perfiles culturales muy de finidos- ha permitido complejizar nociones respecto del asociacionismo tucumano y comenzar a identificar algunos cambios en los patrones de sociabilidad decimonónicos.
Uno de estos cambios lo constituye el acceso de lo que se podría considerar sectores medios a la educación a través de la creación de instituciones educativas nacionales durante la segunda mitad del siglo XIX. Con estas instituciones se generó un ambiente cultural y de sociabilidad entre alumnos, egresados y maestros que se expresó en la creación de asociaciones culturales y bibliotecas populares imbricadas, a su vez, en una trama de sociabilidad más compleja donde circulaban actores de orígenes y preocupaciones dispares.
La fundación de la Sociedad Sarmiento (1882) por parte de alumnos y egresados de la Escuela Normal (1875) y el Colegio Nacional (1865) permitió a los jóvenes con inquietudes literarias formar un espacio de intercambio con otras personas que tuvieran similares intereses, sin encorsetarse en lo estrictamente literario. Sin duda, a medida que aumentó la membresía, los intereses de sus nuevos asociados comenzaron a diversificar estas inquietudes, las que terminaron por abarcar una amplia variedad de tópicos, algunos de los cuales lograron concretarse en acciones específicas. En efecto, la creación de una biblioteca en 1883, de una escuela nocturna para obreros al año siguiente y la edición de dos publicaciones El Porvenir (1882-1883) y El Tucumán Literario (1888-1896)13 fueron algunos de los proyectos que llevaron adelante los miembros de esta asociación durante su primera década de vida.
La creación de esta asociación dio lugar a la formación de otros espacios más acotados vinculados con intereses profesionales, tales como la Asociación Amigos de la Educación (1884), la Sociedad Científica (1885), el Centro Patriótico de Concepción (1894) y la Biblioteca Alberdi (1903). Además del vínculo con el conocimiento y la cultura, el rasgo común es que estas asociaciones que apelaban formalmente a la participación femenina a través de sus estatutos, estaban integradas exclusivamente por hombres. En efecto, las mujeres estuvieron ausentes de gran parte de este mundo asociativo cultural, por lo menos hasta los primeros años del siglo XX.
Incluso, si consideramos que estos espacios novedosos de sociabilidad cultural estaban íntimamente relacionados con el mundo educativo, vemos que no hay una correspondencia entre el aumento del alfabetismo de las mujeres y la mayor ocupación de cargos en el ambiente educativo14 y su ausencia en el mundo asociativo educativo-cultural durante las últimas décadas del siglo XIX. En efecto, en las listas de socios de la Sociedad Amigos de la Educación de 1884 no encontramos mujeres ni en su comisión directiva ni formando parte de la membresía. Por último, no hubo mujeres entre los inscriptos en la "Sección pedagogía" inaugurada por la Sociedad Sarmiento en 1902 y que contaba con 26 interesados.
Sin embargo, como se analizará a continuación a medida que avanza el siglo XX este mundo exclusivamente masculino comenzó a modificarse.
3. Irrupción de las mujeres en un mundo literario masculino
No es fácil caracterizar el modo en que las mujeres se incorporaron a la Sociedad Sarmiento durante las últimas décadas del siglo XIX. Aunque no formaban parte formal de su membresía, ya fuera como socias activas o contribuyentes, sabemos que su participación en las actividades era habitual. Por ejemplo, consultaban libros en su biblioteca, dado que la apertura al público decidida en 1884 las incluía, y participaban en las charlas y conferencias que la Asociación dictaba regularmente. No es ocioso destacar que la apelación de la Sociedad se dirigía también a las familias, por lo que la participación de la mujer en los diferentes eventos culturales podría haberse iniciado a partir de su condición de esposa, hermana o hija.
Además, algunas maestras habían enviado sus poemas o escritos sobre educación a la sección "Colaboración del bello sexo" que la revista El Tucumán Literario publicaba desde 1894, generando incluso polémicas con algunos de los socios15.
En este marco, pero sin dudas dando un paso más en esa dirección, para festejar el 9 de julio de 1902 se planeaba una velada literario-musical en los salones de la Sociedad Sarmiento con un programa que anunciaba una nota distintiva, la participación de tres mujeres: Margarita Todd leería un discurso alusivo a la fecha; Indalmira Cabot estaría a cargo de una de las partes musicales del acto y Ángela Ugarte recitaría el poema de Rafael Obligado "El hogar paterno". El Orden transcribió el discurso de Margarita Todd y vale la pena detenernos en su contenido, no solo porque era la primera vez que una mujer hablaba en público en los salones de la Sarmiento, sino porque la oradora explícita - apelando a un análisis de tipo histórico con valoraciones sobre el papel desempeñado por las mujeres en el pasado provincial, argentino y latinoamericano-, los significados que atribuía a los festejos patrios.
Todd comienza justificando su participación en el festejo como parte de los "deberes cívicos" de la mujer. Repasa la historia nacional y provincial y propone una mirada diferente de la fecha, sin dejar de hacer referencia al lugar que habrían ocupado las mujeres en los tiempos de la independencia:
¡Que esposas y que madres aquellas! Que con tanto arrojo y desprendimiento ofrecían el sacrificio de los suyos por causa tan justa. Oh nobles heroínas reinas de la historia. Vuestras virtudes cívicas ensalzará siempre el poeta, que inspirado pulsa el laud, al pie del mausoleo glorioso que la gratitud levanta a vuestras memorias: pues habéis (sic) tenido el valor de la Doncella de Orleans, y aunque no hayais (sic) vestido la cota del guerrero cual Clorinda, demostrasteis de una manera digna el patriotismo de las espartanas, y cual Teresa, la doctora mística, que entre armonías y perfumes toda una pasión envía al cielo, así vosotras más admirables aun, haciendo generosa entrega de los vuestros, pedíais orando con sublime unción porque ellos aceleraran los momentos de la emancipación. Si, vosotras coperasteis (sic) en la gran causa, y os habeis inmortalizado dejando a la posteridad hermosos ejemplos y recuerdos perdurables16.
Era toda una novedad que una mujer hablara en un acto patrio en representación de la Sociedad Sarmiento; como también que su disertación fuera publicada en el principal medio gráfico local. Por lo general las disertaciones que lograban llegar a la prensa eran las conferencias dictadas en los salones de la Sociedad por algún miembro de reconocido prestigio; y hasta entonces los conferencistas habían sido exclusivamente hombres.
Sin embargo, el cambio más importante se registró en agosto de 1902 cuando la Sociedad Sarmiento decidió abrir su membresía al sexo femenino, incorporando formalmente a las mujeres en calidad de socias. Las nuevas socias podían participar de las reuniones y asambleas. No obstante, no podían votar ni ser elegidas para los cargos de la comisión directiva ni podían participar de la toma de decisiones. De todos modos, aunque el real alcance de sus posibilidades de participación haya estado restringido a determinadas áreas, no carece de importancia la irrupción de las mujeres en un espacio hasta ese momento reservado al universo masculino17.
En el caso de la Biblioteca Alberdi, creada en 1903, aunque sus estatutos expresaban que "No reconoce privilegios de sexos, de nacionalidades ni de religiones. [...] abre sus puertas á (sic) toda persona instruida y á (sic) la que desee instruirse", no contó con presencia femenina en su comisión directiva18. Esto quizás se debió a que el grueso de los integrantes de la Biblioteca Alberdi eran inmigrantes o hijos de estos radicados en Tucumán, quienes participaban en asociaciones de extranjeros donde las mujeres sí estaban incorporadas19.
En el caso de la participación en la Sociedad Sarmiento, sabemos que el interés de las mujeres por las prácticas asociativas estaban íntimamente relacionados con su situación laboral y sus aspiraciones para mejorarla. La consulta de libros en una biblioteca20, el acceso a charlas y conferencias21 y a encuentros de lectura tiene que haber significado un atractivo motivo para asociarse a un espacio que ofrecía a sus socios otros importantes servicios culturales22.
4. El Círculo del Magisterio: perfeccionamiento docente y fortalecimiento de la educación popular en el interior tucumano
En este clima favorable a la participación femenina en asociaciones culturales se gestaron dos espacios estrechamente vinculados entre sí y que, comenzaron a abrir el juego a una participación más plena.
Por un lado, la Escuela de ayudantes Sarmiento, que se crea bajo una modalidad mixta en 1904 y que nombra como directora a Margarita Todd, pero que a partir del año siguiente será solo de mujeres y que estaba destinada a dotar de ayudantes de maestros a la campaña tucumana. Por otro, el Círculo del Magisterio, fundado en 1905 y cuyos propósitos eran lograr el "[...] bienestar personal, intelectual y moral de los maestros; Secundar la iniciativa de los poderes públicos en la provincia en lo referente a la mejora de la enseñanza primaria; propender a la edificación escolar, a la instalación de salas de lectura, y bibliotecas escolares regionales"23.
Es muy significativo (como síntoma de nuevas preocupaciones) que una de las primeras tareas de esta asociación fue crear una comisión encargada de elaborar un cuadro comparativo de los sueldos de los docentes en toda la República Argentina para gestionar un aumento de los salarios de los docentes tucumanos. Asimismo, se postuló la idea de gestionar una ley de jubilaciones de maestros, para lo cual se nombró otra comisión directiva. A pesar que en la discusión de estos tópicos participaban las socias, a la hora de elegir estas importantes comisiones que tendrían un trato directo con los poderes públicos o por lo menos con las autoridades del Consejo de Educación, ninguna estuvo integrada por mujeres.
Una vez redactado el reglamento, el Círculo del Magisterio se declaró formalmente constituido el 5 de agosto, eligiéndose su primera Comisión Directiva. Uno de los objetivos, el fomento de salas de lectura y bibliotecas regionales, estuvo bajo injerencia de algunas de las mujeres a las que hicimos referencia, actividad que se canalizó a través de sub-comisiones creadas en el interior de la provincia que funcionarían a modo de delegaciones:
[...] habrá sub-comisiones del círculo en los centros de mayor población e importancia de la provincia. Estas sub-comisiones deberán ser elegidas de entre los socios del círculo residentes en los centros de población de la campaña y las formarán un presidente, un secretario, un tesorero y dos vocales24.
En un principio se consideró el caso de Monteros, Lamadrid, Concepción, Simoca, el Ingenio San Juan (La Banda) y Aguilares, por ser lugares que cumplían los requisitos de población. Sin embargo, las localidades más activas fueron las tres primeras. Para realizar la incorporación efectiva, primero se pensó en que los inspectores de educación buscaran la manera de interesar a los maestros de esas localidades. Sin embargo, luego se decidió que el mismo Círculo mandara sus propios delegados, los cuales se trasladaron a cada una de estas localidades y realizaron las gestiones necesarias para incorporarlos25. Entre las tareas impulsadas por el Círculo que tuvieron éxito en el interior estuvo la creación de una biblioteca de Monteros en 1906 y la realización del festejo del 9 de julio en Concepción26. Asimismo, todas las sub-comisiones colaboraron materialmente para la construcción y aprovisionamiento de la Biblioteca del Maestro, fundada en 1908. Aun cuando no tuvieron injerencia directa, consideramos que el impulso dado por el Círculo a través de la creación de las sub-comisiones influyó para la creación de bibliotecas populares en el interior tucumano, reforzando de ese modo la educación popular.
Otro de los objetivos, lograr el bienestar intelectual de los maestros, fue desarrollado en una disertación por Margarita Todd quien,
[...] exhortó a sus colegas a aunar sus fuerzas para el mejoramiento del gremio. Propone también que si el Círculo dispusiera de suficientes fondos, enviara de entre sus socios delegados al Congreso Científico Latino Americano que se celebran todos los años. Que proporcione los medios para continuar una carrera especial a los maestros socios que revelaren condiciones sobresalientes en alguna ramas del saber27.
La propuesta de Todd, que se orientaba a integrar en un circuito de relación e intercambio a maestros y científicos a escala latinoamericana, no constituía una quimera en el Tucumán de principios de siglo. Sin duda, la importante participación tucumana en el Congreso celebrado en Río de Janeiro, puede haber contribuido a la discusión respecto de la ciencia entre los maestros del Círculo del Magisterio28. Además los tópicos planteados en algunos de los trabajos presentados en la sección pedagogía del mencionado congreso vinculaban las problemáticas de la educación tucumana con el espacio latinoamericano29.
Consideramos que el clima generado en torno al Congreso Científico puede haber avivado una idea que ya sobrevolaba las asociaciones culturales, bibliotecas populares y ámbitos de enseñanza desde comienzos de siglo y que se relacionaba con la necesidad de fomentar el estudio de la ciencia orientada a resolver los más candentes problemas sociales y económicos de la provincia, en particular los de su principal industria, la azucarera. Este tema lo analizaremos a continuación.
5. Cursos libres y educación superior en Tucumán: hacia la creación de la universidad provincial
En 1902 se publicó una nota que proponía que se impulsaran desde la Sociedad Sarmiento concursos científicos, similares a los certámenes literarios realizados por la Asociación desde sus orígenes. En este caso se alentaba a la organización de:
[...] torneos científicos, sobre temas relacionados con la industria[...] estimulando a las personas estudiosas que concurrieran a esos concursos con los mismos honores y distinciones con que ha premiado otras veces a los literatos y poetas[...]. El anhelo de triunfo, la ambición del premio, haría que se consultasen libros, que se ejercitasen cerebros, que surgieran nuevos y útiles temas de conversación entre la juventud; que los empolvados volúmenes de física, de mineralogía, de agricultura -que duermen sueños de siglo en nuestras bibliotecas, mientras los tomos de poesías y de romances se quedan sin hojas a fuerza de folearlos,- despertasen por un instante30.
En este clima de ideas, dos años después se elaboró el proyecto de cursos libres. Fue redactado por Julio López Mañán en julio de 1904, oportunidad en que la prensa consideraba que la idea "complementaría la misión de la sociedad Sarmiento ensanchando su esfera de acción y proporcionando grandes beneficios a la juventud estudiosa"31. El proyecto contemplaba que,
La Sociedad Sarmiento procurará que todos los año se dicten en su local uno o más cursos libres sobre ciencias o letras, que en cuanto sea compatible con la enseñanza desarrollen en los oyentes las aptitudes de investigación y de crítica [...] la inscripción en la matrícula será pública y sin limitación de cursos, debiendo solamente el inscripto abonar por ella un derecho de $4 por cada curso [...] los cursos no podrán durar menos de 3 meses ni más de cinco y no podrá haber entre las sesiones de cada curso un intervalo mayor de 8 días [...] el acceso de los cursos será libre al público siendo facultativo del que los dictare restringirlo o reglamentarlo por permisos especiales, etc32.
Se planeaba el comienzo de los cursos para 1905, en los que las mujeres podían inscribirse, aunque con un lugar diferente al del asignado a los hombres (mientras estos lo harían en la sede de la Sociedad Sarmiento, las mujeres se inscribirían en la Escuela Normal de Maestras). Sin embargo, quizás porque en las gestiones de construcción del nuevo local de la Sociedad Sarmiento se concentraron casi todas las energías de los socios, el proyecto tuvo que esperar hasta 1906, año a partir del cual la Asociación estuvo bajo la presidencia del intelectual y político Juan B. Terán por tres períodos consecutivos.
Con motivo de su inauguración, Juan B. Terán se refirió a dichos cursos en los siguientes términos:
Participa este ensayo de las funciones de la extensión universitaria como se llama en Inglaterra a la aproximación de los institutos de instrucción superior a las clases más numerosas de la sociedad para abarcar en sus beneficios a la que no ha tenido la fortuna de hacer sus cursos oficiales, para difundir las investigaciones y las verdades científicas especiales y superiores [...]. [...] Este régimen de libertad, la concurrencia abierta tanto para los que enseñan como para los que aprenden es lo que hace la nobleza de estos cursos populares lo que vivifica su ambiente y les da su resorte sensible. No llevan a ningún título ni preparan para ninguna profesión -no se proponen sino la mayor cultura abstracta, la mayor difusión de conocimientos por lo que ellos mismos significan, por la propia virtualidad que contienen. Pero su tendencia es de enseñanza superior. Aspira así a completar no a rivalizar [...] Toda sociedad, y la nuestra es ya una sociedad con los procesos complejos de la vida moderna necesita enriquecerse con centros científicos que desempeñen la función progresiva en su vida espiritual [...]. Se hospedan ahora los cursos libres en esta Escuela Normal por concesión del gobierno de la Nación a la intercesión del gobierno de la Provincia, pero están destinados a darse junto a nuestra biblioteca, cuando se levante la casa que ha de formar su hogar permanente y seguro la Sociedad Sarmiento. Con esta forma rudimental de los cursos libres que han de cumplimentarse en una organización y en un mayor desarrollo, con su biblioteca de 15.000 volúmenes que esfuerza amplificar sin demora, con el Instituto de Bacteriología creado ya, hermosa promesa de aplicaciones prácticas y de ensayos teóricos y después con el Museo de historia americana e historia natural y regionales, la Escuela de Bellas Artes, también proyectada, quedan enumerados los elementos que han de federarse en la futura universidad de Tucumán33.
La crónica del diario decía respecto de la concurrencia a la inauguración, "No sólo asistió una gran parte de nuestra juventud estudiosa. Asistieron también, numerosos caballeros conocidos y muchas de nuestras educacionistas más inteligentes, atraídas por la feliz iniciativa de la Sarmiento"34.
Como es conocido, los cursos libres fueron uno de los antecedentes directos de la creación de la universidad provincial. El proyecto de ley de creación de la nueva casa de estudios -gestado en el seno de la Sociedad Sarmiento en la primera década del siglo- fue presentado en octubre de 1909 por Juan B. Terán (quien comenzaba su segundo período como legislador ocupando la vicepresidencia de la Cámara de Diputados de la provincia).
Las características que el ambiente natural, la historia y el potencial productivo de las provincias norteñas, en particular las derivadas de su principal actividad económica, la azucarera, signaban el proyecto tucumano, que otorgaba un lugar de privilegio a la formación de químicos e ingenieros industriales. Del mismo modo, el concepto de "extensión" aparece dominante, inspirado por las experiencias anglosajonas, en primer lugar las de las universidades norteamericanas, aunque los más recientes desarrollos e innovaciones de las universidades alemanas, francesas e inglesas también estaban consideradas.
Se trataba de una de las características que compartirían las universidades de La Plata y Tucumán (y que las distinguirían de las de Córdoba y Buenos Aires), a la que se añadiría la necesidad de incorporar a su currículo los estudios pedagógicos. Pero mientras en el caso de La Plata se pretendía "ensanchar el campo experimental en los estudios destinados a formar el profesorado común, secundario y superior de la República"35, considerándose que la concurrencia femenina constituiría uno de los caracteres más peculiares de la Universidad, en lo que hace a la Universidad de Tucumán la creación de la Escuela Pedagógica importaba otros matices. Para Juan B. Terán, la "enseñanza vocacional" no era extraña a la Escuela Normal y justificaba la incorporación de algunas materias como "economía doméstica" y "trabajos manuales", que contribuirían a hacer menos especialista pero más "amplia y útil" las capacidades del maestro. Así este "estará más habilitado para transformar los métodos librescos, y sustituirlos por los objetivos que enseñan a descubrir en la naturaleza los conocimientos"36.
La "realidad", la "práctica", la "vida", la "naturaleza" son los ámbitos a los que Terán remite para el logro de una formación acorde con las necesidades de los hombres y las mujeres comunes, para los cuales la Universidad de Tucumán también instrumentaría actividades de "extensión popular" y los "cursos nocturnos para obreros".
Para el primer rector de la universidad tucumana, la Escuela Pedagógica era un hogar de trabajo, "de alegría", donde se llevaba a cabo una de las "pasiones más grandes", como era la formación "del carácter y del corazón de los niños". Y continuaba:
Tal es la función que estais llamadas a llenar en adelante, señoritas maestras, y mientras os despedimos, reparad una y otra vez que más que ilustración necesitais fe y amor, que más que tarea iréis a cumplir una misión, que más que cerebros se os entrega corazones e instintos -que la naturaleza es el libro mayor, que la nación necesita hombres sanos, alegres y generosos, y mujeres buenas, seguras de si mismas y de sus casas, obreras también de la grandeza moral y material a que aspiramos37.
Cuando se decide el paso de la escuela pedagógica Sarmiento hacia la órbita de la universidad, Margarita Todd ya no era directora de esta escuela. Había pedido la jubilación voluntaria en 1911, a la edad de 36 años. Antes de ese retiro recibió un importante reconocimiento nacional a su trayectoria en el magisterio al ser elegida una de las integrantes de la comisión de propaganda del interior del país del Primer Congreso Femenino Internacional, celebrado en Buenos Aires en mayo de 191038. Como es sabido este congreso, que había sido organizado por la Asociación de mujeres universitarias tuvo el propósito de "vincular a las mujeres de todas las condiciones sociales en un pensamiento común: la educación e instrucción femeninas"39. A través del intercambio con mujeres de otros países se perseguía el objetivo de compartir experiencias que aportaran a la discusión en torno a diferentes tópicos40. Por otro lado, la fecha de mayo de 1910 homenajeaba a la República en su primer siglo y constituía una excelente oportunidad para debatir acerca de la situación en la que se encontraban las mujeres llegando al centenario sin dejarse cegar por un "patriotismo absurdo"41.
No estamos en condiciones de saber si el nuevo perfil de egresada que perseguía la institución y que había sido definido por Juan B. Terán en su discurso inaugural, era compartido por Margarita Todd. Lo que sí sabemos es que la nueva directora de la Escuela Pedagógica Sarmiento, Otilde B. Toro, reafirmaba las ideas de Terán al explicar los beneficios de la adecuación del plan de estudios:
La incorporación de los programas de Agricultura, Higiene infantil, Trabajo manual y Economía doméstica, tenían que causar una transformación importante en la escuela primaria y en la actividad de la maestra. Por lo que atañe a la primera, se ha practicado rumbos nuevos al porvenir de la juventud abriendo grandes picadas en la rutina escolástica y con respecto a la maestra, se ha dado un gran paso inicial en el camino de la rehabilitación de la mujer como factor específico del progreso material [...]. Estudiando simultáneamente música y agricultura, moral cristiana y economía doméstica, imbuyéndose de la retórica y adiestrando el ojo y la mano en la manufactura; yendo con el mismo amor y provecho al conservatorio y a la chacra, la mujer argentina discretamente y eludiendo los excesos libertarios que caracterizan al feminismo de Stuart Mill, habrá abolido el formulismo universal, que, al esclavizarla, al subordinarla, se opone al progreso de la humanidad42.
La de Otilde Toro era una visión conservadora que enfatizaba en la formación de la mujer fortaleciendo sus roles como esposa, madre y -como extensión de la maternidad-, de educadora y que sintoniza con el catolicismo social de Juan B. Terán. No encontramos textos similares entre los escritos de Margarita Todd. Como se vio, instaba a las mujeres a incorporarse a las discusiones científicas a la par de los hombres.
6. Conclusiones
La trayectoria educativa de Margarita Todd constituye un excelente punto de observación para acercarnos a las aspiraciones que compartieron algunas maestras tucumanas que hacia fines del siglo XIX pugnaban con dificultad por incorporarse a un espacio público que, al menos en el caso del mundo asociativo literario y cultural, conservaba una lógica masculina. Con el cambio de siglo este mundo de sociabilidad cultural se abrió a tales aspiraciones incorporando a las mujeres instruidas a actividades como lecturas, charlas, conferencias e incluso cursos que aspiraban a lograr una educación superior.
Formar parte de un ambiente cultural y de sociabilidad con estas características sirvió como un ensayo de la experiencia que emprenderían junto con educadores de la provincia hacia 1905. Se trató de la fundación del Círculo del Magisterio, una experiencia asociativa de índole educativa que tenía entre sus propósitos el mejoramiento de la educación en la provincia e incentivar las habilidades y capacidades intelectuales de sus asociados. Respecto del primer objetivo se preocuparon por reforzar la educación popular en el interior tucumano a través de la creación de bibliotecas y salas de lectura. La segunda aspiración formó parte de un clima intelectual que se vivía en la provincia desde principios de siglo y que discutía la posibilidad de desarrollar una cultura científica en torno a la reflexión y resolución de problemas de una sociedad en rápida transformación por la expansión sostenida de la actividad azucarera. Este ambiente era subsidiario a su vez de un movimiento científico a nivel nacional y latinoamericano del que estas mujeres estaban al tanto y que se venía expresando en la realización de congresos internacionales, discusión en revistas científicas y dictado de cursos sobre tópicos vinculados a la temática. A lo largo de este trabajo pudimos observar que Margarita Todd fue una de las maestras que alentó la participación activa de las educadoras tucumanas en este movimiento. Esto se puso de manifiesto en los festejos del Centenario en 1910. En efecto, este evento no pasó desapercibido para las mujeres que ocupaban el espacio público desde diferentes lugares y sirvió para poner de manifiesto los proyectos de cada grupo y las diferencias entre sí.
Creemos que la participación de maestras como Margarita en estos espacios les permitieron primero compartir e intercambiar con actores con los que tenían inquietudes culturales y educativas en común, y luego articular diferentes demandas de los docentes de la provincia que le valieron reconocimiento social y prestigio a nivel nacional, al punto que fue una de las delegadas de los congresos patrióticos de 1910.
Por último, consideramos que fue a través de estas experiencias asociativas que algunas mujeres lograron reconocimiento más allá de las aulas y que pudieron proyectarse fuera de las fronteras provinciales en medio de un clima que favorecía el asociacionismo con fines educativos y culturales.
Notas
2 "Libro de Actas de la Fundación", Círculo del Magisterio, 14 de abril de 1906, 23-24.
3 Ribeiro da Andrade, Ana María. A terceira reuniao do Congresso Scientífico Latino-Americano: ciencia e política, Río de Janeiro: Museu de Astronomía e Ciencias Ains, 2002.
4 Por lo que sabemos, el cuarto congreso contó con la participación de 20 países y la asistencia de más de dos mil personas, mientras que fueron presentados alrededor de 750 trabajos. Sagasti, Francisco y Alejandra Pavaez "Ciencias y tecnología en América Latina a principios del siglo XX: primer congreso científico panamericano" Quipu, vol. 6, núm. 2, mayo-agosto 1989, 189-216.
5 Margarita Todd, que había egresado con 14 años de la Escuela Normal de Maestras en 1889, fue una de las primeras oradoras en el festejo patrio por el 9 de julio de 1902 en representación de la prestigiosa Sociedad Sarmiento. Su lectura fue tan importante que el principal periódico tucumano, El Orden, decidió su publicación que apareció el 8 de julio de 1902. Formó parte del selecto grupo de "socias" que se incorporaron a esa asociación literaria cuando se decidió abrir la membresía a las mujeres educadas. Luego de una importante trayectoria en el ámbito educativo al frente de la Escuela Superior Alberdi y la Escuela de Graduadas Juana Manso, en 1904 y con 29 años, el Consejo General de Educación la designó como Directora de la Escuela de Ayudantes Sarmiento, cargo en el que se mantuvo hasta 1911 en que decidió su jubilación voluntaria. Además, se desempeñó como socia fundadora del Círculo del Magisterio, creado en 1905, y fue una de las delegadas enviadas al interior de la provincia para evaluar la necesidad de creación de bibliotecas populares. En esta asociación desempeñó varios cargos, uno de los más importantes fue el de Vicepresidenta en 1907, año en que se casó con José S. Tula, con quien tuvo una hija, Margarita Tula Todd, en diciembre de 1908.
6 La incorporación de las mujeres al espacio público constituye una de las principales cuestiones abordadas por los estudios que analizan desde una perspectiva de género las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX. Centrados en las tareas desempeñadas por las mujeres en sociedades de beneficencia y caridad o en la incorporación de la mujer al mundo laboral, a través del estudio de las primeras maestras así como de la experiencia de las trabajadoras, estos estudios buscan analizar de qué manera en que las mujeres se fueron incorporando, de un modo paulatino, a un espacio que estaba dominado por hombres y que funcionaba de acuerdo a una lógica restrictiva respecto de la participación del género femenino en ciertas esferas. Aun cuando esta circunstancia se encontraba fuertemente justificada desde el punto de vista legal, de acuerdo al Código Civil de Vélez Sarsield sancionado en 1869, muchos estudios han logrado poner de manifiesto los cuestionamientos que comenzaron a sentirse a poco de que se aprobara esa normativa con respecto a la situación de la mujer. Asimismo, también se ha cuestionado la imagen dicotómica entre esfera pública y privada, destacándose la interacción e imbricación constante entre hombres y mujeres en ambos espacios.
7 Sobre este tema y contrastando con un estudio de caso mexicano, se ha consultado el trabajo de Priego, Natalia (2011) "Heroínas anónimas de la ciencia en México: Petra Martínez, maestra". En Jacinto, Lizette y Eugenia Scarzanella (eds.) Género y ciencia en América Latina: mujeres en la academia y en la clínica (siglos XIX y XX) (Madrid: Iberoamericana, 2011).
8 Como es sabido, el concepto de Sociabilidad, proveniente de los estudios sociológicos, fue introducido en el terreno de la historia a fines de los años sesenta y en la década siguiente por Maurice Agulhon, convirtiéndose en una herramienta que abrió un vasto campo de posibles investigaciones. Siguiendo a Agulhon, la sociabilidad es "una aptitud especial para vivir en grupos y para consolidar los grupos mediante la constitución de asociaciones voluntarias". Agulhon, Maurice, Historia vagabunda. México: Instituto Mora, 1994, 55. Sin embargo, al referirnos a la participación femenina en asociaciones que habían tenido una predominancia masculina y que a partir de las primeras décadas del siglo XX se abren a un público femenino podemos pensar junto con Asunción Lavrín que la participación de mujeres en asociaciones constituyó un engranaje clave en el cambio de mentalidad respecto del papel de la mujer en algunos países del Cono sur durante las primeras décadas del siglo XX. En efecto, para la autora [...] la sociabilidad fue imprescindible para [...] superar el problema de la comunicación de ideas, intereses y estrategias como grupo, constreñidas como estaban por las restricciones en su movimiento fuera de la casa" (Lavrín: 1997, 80).
9 Julián Guindín. "Sobre las asociaciones docentes de comienzos del siglo XX", en Seminário Internacional da Rede de Pesquisadores sobre Associativismo e Sindicalismo dos Trabalhadores em Educação, Rio de Janeiro, 22 e 23 de abril de 2010.
10 Adrián Ascolani. "Las Convenciones Internacionales del Magisterio Americano de 1928 y 1930. Circulación de ideas sindicales y controversias político-pedagógicas". Revista Brasileira de História da Educação, n° 23, 71-96, maio/ago. 2011.
11 Adrián Ascolani. Objetos, teorías y métodos. Opciones en la definición del campo disciplinar de la Historia de la Educación Argentina. Vetas, San Luis Potosí, 2003.
12 Cf. Donna Guy, Política azucarera argentina. Tucumán y la Generación del 80. Tucumán: EDUNT, 2009 (1ª edición, 1981); Daniel Campi y María Celia Bravo, "Élite y sistema de poder en Tucumán a ines del siglo XIX. Una aproximación al problema". Secuencia, Nº 47, Instituto Mora, México, 2000; Daniel Campi. "Las provincias del Norte. Economía y sociedad". En: Mirta Lobato (coord.), El progreso, la modernización y sus límites (1880-1916). Tomo V, Nueva Historia Argentina. Buenos Aires: Sudamericana, 2000.
13 Allí se publicaron los trabajos de los socios y artículos y poesías de autores ya consagrados en la corriente estético-literaria dominada por el romanticismo. El análisis de estas publicaciones permitió relevar las diferentes temáticas abordadas en estas revistas, entre las que se destacan los tópicos relacionados con la discusión de innovaciones educativas en jóvenes, niños, mujeres y obreros; el papel de la juventud y su importancia en la inculcación de una conciencia cívica en la sociedad, así como propuestas de cambio social y tecnológico adaptado a las necesidades provinciales. Marcela Vignoli. "Asociacionismo, cultura y política en tiempos de crisis, la Sociedad Sarmiento de Tucumán, 1900-1909" Travesía, No. 11, (2011): 187-214.
14 En 1895, se habían inscrito 8.502 varones y 7.618 niñas en los establecimientos de la provincia, mientras que con respecto al personal docente había 135 varones y 230 mujeres. Una década después, los alumnos inscritos en toda la provincia se dividían en 17.523 varones y 15.813 mujeres. Con respecto al personal docente existían en toda la provincia 138 varones y 434 mujeres que ocupaban diversos cargos en el área educativa. Anuario Estadístico de la Provincia de Tucumán, años 1884-1910, Edición oficial.
15 La poetisa simoqueña Josefa Díaz, las educadoras Caridad Jayme, Catalina Jiménez, Enriqueta Lucero, Otilde B. Toro Petronila B. de Albuernes, además de otras mujeres que firmaron solo con nombre o seudónimo. Una de las polémicas registradas fue la que mantuvo Caridad Jayme con el socio Francisco Astigueta acerca del acceso de las mujeres a la educación superior. En esa oportunidad el socio rechazaba enérgicamente la posibilidad del ingreso de las mujeres a la Universidad mientras Caridad Jayme defendía esta posibilidad. Cf. Marcela Vignoli. (2010) "Educadoras, lectoras y socias. La irrupción de las mujeres en un espacio de sociabilidad masculino. La Sociedad Sarmiento de Tucumán (Argentina) entre 1882 y 1902", en Secuencia, México, Nº 80, mayo-junio 2011.
16 Periódico El Orden, Tucumán, 8 de julio de 1902.
17 La lista de ingresantes incluía a Celinda Aybar Sobrecasas, Guillermina Duberti, María Remis, Francisca Verasa Ince, Adelaida Stagnetto, Federica Duberti, Elvira Hawkes, Juana Masmela, Dolores Huidobro, María Luisa Acosta, Benita Heredia, Magdalena Urrutia, Ernestina Araboldi, María Arias Andrade, Francisca Araoz: Enriqueta Lucero, Ángela Ugarte, Ormesinda L. de Belascuain, Rebeca R. Bravo, Romelia Bravo y Ángela María Bunella, María Ceballos, María Esther Córdoba, Leontina G. de Coulomb, Amalia Díaz, Elvira García, Lucila M. de López, Agustina de Mainadei, Carmen A. de Moulins, María Páez, Susana Todd, Margarita Todd, Asunción de Romano, Eulogia Azcoaga, Catalina J. de Ayala, Florinda P. de Quarré y María Luisa Constant. "Sociedad Sarmiento: sus progresos, el concurso de la mujer", El Orden, 29 de agosto de 1902.
18 "Libro de Actas", T. I, Biblioteca Alberdi, 30 de junio de 1903.
19 La Sociedad Española de Socorros mutuos y beneficencia creada en 1878 tuvo un grupo de mujeres que participaron activamente en la realización de eventos sociales, como las romerías o bailes, sin embargo estas mujeres no ocuparon cargos ni en las propias comisiones de romerías ni en la Sociedad Española.
20 En 1904 la Biblioteca de la Sociedad Sarmiento contaba con 10.918 volúmenes; recibía 72 revistas y periódicos del país y se habían consultado a domicilio y en su salón de lectura, 8145 obras a lo largo del año, su Director Ricardo Jaimes Freyre planeaba en nutrir la biblioteca de revistas españolas y francesas y había pedido a las librerías de Buenos Aires la remisión mensual de los libros nuevos. Se calculaba que la asociación tenía alrededor de 800 socios. Mientras que la Biblioteca Alberdi en el mismo año tenía 370 socios, habían consultado libros en su biblioteca 14.185 personas y se habían realizado ese año 5 conferencias.
21 Ese año se habían organizado 24 conferencias. Algunos de los conferencistas más relevantes durante la primera década del siglo XX fueron Adrián Patroni, Joaquín Tula, el Dr. Gámbara, Bialet Massé, Petronila B. de Albuernes, Juan José García Belloso, Fray Francisco Villalba, José I. Yani, Maximio Victoria, Juan Bialet Massé.
22 Estas veladas, que se realizaban por lo general en el Teatro Belgrano, eran con motivo de alguna fecha patria o para recaudar fondos en beneicio de la Sociedad Sarmiento.
23 Los primeros socios fueron: Agenor Albornoz, Medardo Moreno Saravia, Julio César López, Justa de Beliore, Margarita Todd, Belisario Flores, Enriqueta Moreno Saravia, Amalia Díaz, Benjamín Sosa, José Fierro, Ana Smith, Otilde B. Toro, Rosa Borges, Juana R. Bianchi, Carolina Paz, Alejandro Franco, Rosa Ceballos, Petronila B. de Albuernes, Seraina Escobar, Eulogia Azcoaga, Lastenia Barrero, Carmen Smith, Alejandro Brian, Avelino García, José A. Torres, M. R. Santillán, Ángel C. Vega. De estos miembros salió la comisión directiva provisional compuesta del siguiente modo: Presidente: Agenor Albornoz, Vice-presidente: Justa Gómez de Beliore; Secretario: Julio López; Pro-secretaria: Margarita Todd; Tesorera: Otilde B. Toro; Pro-tesorera: Eulogia Azcoaga; Vocales: Manuel Moreno Saravia, Alejandro Brian y J. Belisario Flores, y vocales suplentes: Amalia Díaz y Ana Smith. Esta comisión estuvo en funciones aproximadamente un mes. Libro de Actas de la Fundación" Círculo del Magisterio, 30 de agosto de 1905, 3-5; 11.
24 "Libro de Actas de la Fundación" Círculo del Magisterio, 30 de agosto de 1905, 12-14.
25 Los delegados fueron: Margarita Todd, María E. Barros a Monteros; Manuel Moreno Segovia a Concepción y el señor M. M. Saravia a Medinas. Los adherentes de la campaña eran: Antonio Zelarayán; Honorio Albornoz, Miguel Graneros, Juana de Moreno Gómez, Sara Meléndez; Dolores Moreno Altía; Angélica Riera; Etelbina Delgado; Juana Pérez, Agustina J. de Alvarado; Urbana Maciel; Pelayo Salomón; Manuela Ruiz; Carmen Burgos; Zacarías Gómez; Encarnación G. de Lencinas; Amalia Kliver, Amelia J. Cisneros; Elvira Goya; J. Silvana Jerez; Julia Palma; Domingo Palacios; Visitación G. de Acuña; V. M. Correa; J. M. Correa; Romelia C. Falconi; Mercedes Gómez; Teresa Alcaide; Felisa Alcaide; Amalia J. de Maldonado; Celedonio Gómez; Jesús Falconi; Raimundo Molina; Concepción E. de Goitea; María H. Delgadino; Juana Molina Leiva; Mercedes P. Zelarayán; Domingo Ávila Sánchez; Elvira B. de Tolosa; Cleofé Giménez; M. del Carmen Fuenteseca; Carmen Posse.
26 "Libro de Actas de la Fundación" Círculo del Magisterio,1905, 29-30
27 "Libro de Actas de la Fundación" Círculo del Magisterio 14 de abril de 1906, 23-24.
28 Entre los delegados oiciales se encontraba el prestigioso médico tucumano Eliseo Cantón, quien presentó un trabajo denominado "Sobre 17 casos de operación cesárea conservadora", otro de los expositores fue el Dr. Carlos Wauters, quien obtuvo gran repercusión por su trabajo que analizaba en más de 200 páginas "Los Sistemas de regadío en Tucumán".
29 María Clara da Cunha Santos "A aptidao da mulher no exercicio da educacao infantil e razao suficiente para que o Estado lhe conie exclusivamente o ensino primario?"; Ignez Sabino Pinho Maia "As leis de orden social permitem que a ilustracao da mulher sejam equiparadas a educacao e ilustracao do homem?"; Dr. Theodoro de Magallaes "E justa e conveniente a obrigatoriedade do ensino primario? Quaes os meios de tornal-a effetiva?"; Amelia de Freitas Bevbilaqua "Que disciplinas devbe comprehender o plano do estudos do curso primario, para que o sujeito de ensino seja instruido e educado no sentido de sua inalidade?"; J. A. Fontenla "Perniciosos errores de método en la Escuela primaria superior, que es preciso corregir". Uruguay; Dr. Luiz Gastao de Escragnolle Doria "O deber pedagógico na America Latina", Brasil.
30 Periódico "El Orden", Tucumán, 21 de octubre de 1902.
31 Cabe aclarar que en la misma sesión extraordinaria el autor de este proyecto también propuso la creación de un archivo de documentos antiguos que funcionara en la Sociedad Sarmiento "para facilitar estudios históricos, muchos papeles al parecer insignificantes, que existen en numerosas casas de familia y que generalmente son destruidos sin concederles mérito alguno". "El Orden", 15 de julio de 1904.
32 Los primeros cursos abarcaron los siguientes tópicos: "Higiene y profilaxia social"; "Alcoholismo", "Paludismo y tuberculosis", a cargo del Dr. Pedro J. García a dictarse los días martes; "La versificación castellana, sus leyes y su historia" a cargo de Ricardo Jaimes Freire a dictarse los días jueves, y por último el Dr. Ubaldo Benci dictó su curso sobre "conflictos sociales, ambiente e individuo" los sábados.
33 Periódico "El Orden", Tucumán, 12 de septiembre de 1906.
34 Periódico "El Orden", Tucumán, 12 de septiembre de 1906.
35 Universidad Nacional de La Plata. Obras Completas de Joaquín V. González, Vol. XIV, Buenos Aires, 1935. 205.
36 Juan B. Terán. La Universidad y la vida, (Coni, 1921, Buenos Aires). 87-88.
37 Juan B. Terán. La Universidad y... 90.
38 Catalina Jiménez de Ayala, Directora de la Escuela Normal de Tucumán, fue delegada del mismo Congreso.
39 Primer Congreso Femenino Internacional de la República Argentina, Ceppi, Buenos Aires, 1911. 37.
40 El congreso, celebrado del 18 al 23 de mayo de 1910 en Buenos Aires, contó con representantes de varios países de Latinoamérica, Chile, Uruguay y Paraguay así como también de algunos países de Europa, Italia y España, además recibió la adhesión de diversas asociaciones de otros países. Los temas de las diferentes secciones fueron sociología, derecho, educación, ciencias, letras y artes e industrias.
41 Primer Congreso... 38. El congreso organizado por las universitarias también intentaba despegarse del grupo de mujeres nucleadas en el Consejo Nacional de Mujeres, que como parte de los festejos había organizado el Primer Congreso patriótico de Señoras. Cfr. Alejandra Vasallo. "Entre el conflicto y la negociación. Los feminismos argentinos en los inicios del Consejo Nacional de Mujeres, 1900-1910." En Valeria Pita. (2000) Historia de las mujeres en la Argentina Siglo XX. T. II, Buenos Aires, Taurus; Lobato, Mirta. "Conmemoraciones patrióticas y mujeres: los desafíos del presente en el Bicentenario de la Revolución de Mayo". Mora. 2010, vol. 16, n. 1, ISSN 1853-001X, Buenos Aires.
42 Juan B. Terán. La Universidad y... 222-223.
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Citar este artículo:
Marcela Vignoli, "Trayectoria educativa y prácticas asociativas de una tucumana de entre siglos: Margarita Todd, maestra normal", Historia Y MEMORIA, No. 11 (julio-diciembre, 2015): 123-149.