Introducción
La historia de la migración en Colombia se ha distinguido por una alta tasa de emigración y una mucho más baja de inmigración (Bérubé, 2005, citado en Castles et al., 2014). Esta normalidad se desplomó en la segunda década del siglo XXI, cuando estalló la crisis económica y política en Venezuela, que hasta entonces había sido uno de los principales destinos para migrantes colombianos (Pellegrino, 1989).
En una inversión drástica de la dinámica migratoria, los venezolanos empezaron a llegar masivamente a Colombia, tanto regular como irregularmente, para asentarse o como tránsito hacia otros países (Gandini et al., 2019; Trompetero, 2022). Entendida la migración irregular como lo que ocurre "cuando una persona ingresa a, o vive en, un país del cual no es ciudadano o ciudadana, violando sus leyes y regulaciones de inmigración" (Castles, 2010, p. 51), se destaca que, en octubre de 2021, el Ministerio de Relaciones Exteriores reportó que únicamente el 18.7% de los venezolanos en Colombia habría definido su estatus regular en el país (Migración Colombia, 2021). A pesar de esto, una revisión bibliográfica permitió identificar un vacío importante en el estudio del tercer sector en los asuntos migratorios en Latinoamérica, en general (y en Colombia, en particular).
Hasta entonces, el Estado no contaba con los canales necesarios para la atención humanitaria integral de los refugiados1 venezolanos (Ruiz & Hoyos, 2020), cuya irregularidad migratoria los llevaba a enfrentar condiciones preocupantes de desprotección. En el marco de la incapacidad de las instituciones nacionales, la situación se asumió como responsabilidad de la comunidad internacional y su humanitarismo para hacer frente a la migración (Berecibar, 2021; Bonilla & Hernández, 2022). Múltiples agencias de cooperación internacional comenzaron a financiar organizaciones no gubernamentales (ONG) para la ejecución de proyectos de respuesta a los refugiados venezolanos.
Actualmente, Colombia ha logrado fortalecer su respuesta al fenómeno y ha construido programas de intervención pública para los venezolanos -por ejemplo, el Estatuto Temporal de Protección (ETP) (Ruiz & Hoyos, 2020)-, exaltados por la comunidad internacional (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados [Acnur], 2021a). Simultáneamente, el trabajo de las ONG ha debido adaptarse a todos los cambios del panorama migratorio en Colombia, con retos importantes, como la llegada de la pandemia por covid-19 o la implementación del ETP.
La migración venezolana se ha convertido en una normalidad nacional, aunque con mayor intensidad en las zonas urbanas del país, particularmente en Bogotá, Antioquia y la costa Caribe (Migración Colombia, 2021). Específicamente en Antioquia, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá2 concentra el 80 % de los venezolanos en el departamento. La marcada presencia de venezolanos en el Valle de Aburrá justifica la importancia un estudio que plantea como objetivo general explicar el rol de las ONG para la migración en la respuesta al flujo migratorio de venezolanos desde 2015 en el Área Metropolitana del Valle de Aburrá. Para abordarlo, se inicia con una revisión histórica de la migración colombo-venezolana, se presentan los puntos centrales del debate sobre las ONG y la migración en el mundo, se abordan las perspectivas teóricas pertinentes, se expone la metodología y los resultados, y, por último, se cierra con las conclusiones.
Breve recuento de la migración colombo-venezolana
En América Latina, Venezuela ha ocupado un rol central en la recepción de migrantes (Castles et al., 2014). En la década de 1970, en Venezuela se consolidó un corredor migratorio, en el que Colombia, Perú y Ecuador se desempeñaron como países de origen (Álvarez, 2004). Entre tanto, en Colombia, el conflicto armado impulsó tendencias emigratorias a partir de la década de 1959, cuando fueron Panamá, Ecuador y Venezuela los principales destinos (Prasca, 2011). En Venezuela, los colombianos fueron el grupo más representativo de extranjeros a partir de los años setenta (Freire, 2004; Álvarez, 2007), como se resume en la tabla 1.
Año | Total extranjeros | Colombianos (%) |
---|---|---|
1941 | 49 928 | 34.0 |
1950 | 206767 | 21.8 |
1961 | 541536 | 18.9 |
1971 | 596455 | 30.2 |
1981 | 1 074 629 | 47.3 |
Fuente: Pellegrino (1989, p. 85).
En 2015, la crisis económica y política en Venezuela abrió la puerta a una dimensión poco explorada en la historia reciente de Venezuela: la emigración masiva (Vargas, 2018; Gandini et al., 2019). Para 2018, Venezuela ya contaba con un saldo migratorio negativo, el cual se había mantenido positivo hasta 2016 (Gandini et al., 2019). La magnitud de este fenómeno es tal que únicamente es superado por la crisis de refugiados de la guerra civil en Siria (Trompetero, 2022), con más de seis millones de venezolanos (R4V, 2023) frente a los 6.7 millones de sirios (Acnur, 2021b). Según el último informe de Migración Colombia, alrededor de 2.5 millones de venezolanos se encuentran asentados en Colombia (R4V, 2023).
Los refugiados venezolanos en Colombia
El gobierno nacional y las administraciones locales han debido atender la coyuntura migratoria con programas creados en medio de la emergencia. Sin embargo, múltiples trabajos de investigación (Bonilla & Hernández, 2022; Berecibar, 2021; Torres, 2019) e informes de organizaciones independientes (Fundación Konrad-Adenauer-Stiftung, 2020) han comentado cómo la inexperiencia de las instituciones colombianas en la recepción masiva de refugiados, sumada con la inestabilidad económica y social ya existente en Colombia, desencadenaron una serie de medidas gubernamentales que inicialmente no atendían la crisis de manera integral (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [Unicef], 2021). Tal es el caso del Permiso Especial de Permanencia, que únicamente consideraba a los venezolanos sin intención de permanecer en Colombia durante más de dos años e impedía la postulación a una visa de residencia. No obstante, en el último lustro, se ha visto una rápida evolución de las políticas migratorias de Colombia (Ruiz & Hoyos, 2020), exaltadas repetidamente por la comunidad internacional.
El tercer sector demostró una capacidad de alcance y eficiencia menos limitada para atender las necesidades de los ciudadanos más vulnerables, lo cual le ha permitido consolidarse en el territorio a pesar del fortalecimiento de la respuesta institucional. Ha tenido lugar a una mayor interacción de los migrantes con actores del tercer sector (Torres, 2019), que ha asumido un rol activo en la incidencia para la formulación de políticas migratorias que prepararen a las instituciones para la integración a mediano y largo plazo (Trompetero, 2022).
En términos de caracterización sociodemográfica de los venezolanos en Colombia, los datos se encuentran aún dispersos o en construcción. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) ha realizado esfuerzos significativos en este sentido, como el desarrollo del Sistema de Información de Estadísticas de Migración y la Encuesta Pulso de la Migración (DANE, 2022). Del mismo modo, en 2021, el DANE publicó una caracterización de los migrantes y retornados desde Venezuela a partir del censo nacional de 2018, la mayor operación estadística a nivel nacional.
Uno de los datos sociodemográficos más relevantes allí publicados es que el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas de los hogares de migrantes y retornados (18.6 % y 22.5 %, respectivamente) resulta mucho más alto que los hogares colombianos (10.7 %), lo cual se recrudece en las zonas rurales (DANE, 2021). Del mismo modo, el Índice de Miseria llega a ser un 5% más alto en los hogares migrantes. En todo el país, el acceso a servicios públicos es relativamente homogéneo, a excepción del internet, pues existe una brecha del 11% en los hogares con migrantes venezolanos (DANE, 2021).
Venezolanos en el Valle de Aburrá
Aunque todo el territorio nacional ha debido ocuparse la recepción de refugiados, no todas las regiones lo han vivido en la misma medida. Antioquia se consolida como la segunda entidad territorial (después de Bogotá) y con más refugiados venezolanos en todo el país (figura 1).
En Antioquia, el Valle de Aburrá (el centro urbano más grande de la región) concentra más del 80 % de los venezolanos en el departamento (figura 2).
Respuesta del Estado
El Ministerio de Relaciones Exteriores se encarga de la política migratoria nacional, así como de la vigilancia y control de la migración a través de Migración Colombia. En 2018, se creó la Gerencia de Fronteras, un ente articulador específico para la respuesta a la migración emergente de Venezuela. En 2021, se expide la Política Integral Migratoria, en cuya preparación no se evidencia la participación directa de las administraciones locales (Organización Internacional para las Migraciones [OIM], 2022).
Las entidades territoriales han tenido cierta autonomía económica y operativa en materia migratoria, en concordancia con el modelo híbrido establecido por la Constitución Política -un Estado centralizado con un margen de potestad para los municipios y departamentos- (OIM, 2022). No obstante, el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano 2021-2032 (Área Metropolitana del Valle de Aburrá, 2020) no cuenta con una línea de análisis sobre la migración y las referencias al tema pueden considerarse escasas y poco concretas.
Mientras tanto, el Plan de Desarrollo Medellín Futuro 2020-2023 diseñó el programa Alianzas Territoriales para la Gestión de la Migración Poblacional (Concejo Municipal de Medellín, 2020), del cual la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos es la responsable de su implementación. El programa establece como indicador la formulación de una política pública migratoria para la ciudad de Medellín, que, a diciembre de 2022, seguía pendiente de aprobación por parte del Departamento Administrativo de Planeación y posterior discusión y aprobación en el Concejo Municipal (Alcaldía de Medellín, 2022). En este sentido, el informe de indicadores de gobernanza de la migración de la OIM (2022) reconoce que, aun cuando se han realizado avances significativos en la respuesta a la migración venezolana en la ciudad, todavía no se han abordado barreras importantes en términos de acceso a los servicios.
Antecedentes en torno a las organizaciones no gubernamentales y la migración
El rol del Estado y las ONG en la migración contemporánea se ha abordado especial, aunque no exclusivamente, desde la sociología, el derecho y la ciencia política. La ciencia política, por su parte, ha valorado la contribución de las ONG al fortalecimiento de la gobernanza de los asuntos migratorios (Józwiak et al., 2018; Bobes, 2017; Schrover et al., 2019; Semprebon et al., 2022), mientras abren espacios de cooperación con el Estado. Esto ocurre por medio de su asistencia en el reasentamiento (Gisselquist, 2020), y en la recolección y divulgación de información (Korneev & Kluczewska, 2018; Chun et al., 2020).
Aun cuando existe cierto consenso en la literatura sobre las fortalezas de las ONG, múltiples autores han declarado una posición de rechazo categórico y argumentan que debe ser el Estado el que asuma las tareas que han desarrollado las ONG. La gran cantidad de desafíos que sus actividades implican han convocado a algunos autores a reflexionar sobre en qué medida el Estado se ve sustituido (Zaidi, 1999; Castañeda, 2007; Rico & de la Grange, 2004; Sorj, 2007; De Vanna, 2019). Estas posturas también han argumentado que las intervenciones de las ONG suelen atender únicamente los problemas en la inmediatez, por lo que carecen de un impacto real (Zaidi, 1999; Bobadilla & Barreto, 2000).
La mayoría de las publicaciones relacionadas se encuentran en Europa (Garkisch et al., 2017), territorializadas en el mar Mediterráneo (Pérouse, 2017; García-Cofrades, 2017; Enjolras & Sivesind, 2018; Verdussen, 2021). Casi todas estas investigaciones han propuesto metodologías basadas en fuentes secundarias, por medio del análisis de contenido de documentos gubernamentales y bibliografía, lo cual ha limitado su alcance, pues no dan cuenta de los discursos de las ONG y la población refugiada; de ahí que este sea uno de los motivos por los que en esta investigación se plantea el trabajo con fuentes primarias.
En América Latina, el foco ha sido el tránsito de mexicanos hacia Estados Unidos desde una visión de seguridad fronteriza (Flores, 2017; Benincasa & Cortés, 2021). Se ha explicado su capacidad propositiva para condicionar políticas con el objetivo de combatir la criminalización de los migrantes (Aven-daño et al., 2000; Flores, 2017). Existe también un puñado de publicaciones que abordan el caso de la migración centroamericana y sudamericana en Estados Unidos y proponen estrategias para la humanitarización de los corredores migratorios (Benincasa & Cortés, 2021) o la gestión de las remesas (Deans et al., 2006; Nijenhuis, 2010; Orozco, 2017).
En síntesis, la gran mayoría de la literatura pertinente se produce en el Norte Global, Europa occidental. Cuando estos análisis se desarrollan en Latinoamérica, suelen tomar como referencia la migración desde México y Centroamérica hacia Estados Unidos, otro protagonista del Norte Global. Son escasos los trabajos de investigación sobre el rol de las ONG en la migración sur-sur en el interior de América Latina.
Sobre los venezolanos en Colombia
Los venezolanos que se desplazan hacia toda América del Sur han despertado el interés académico regional. La mayoría de los estudios han partido de una revisión de las políticas migratorias y la oferta institucional de los Estados, donde la conclusión general es que son paupérrimos los programas de atención e integración para la población migrante antes de 2015, cuando no inexistentes (Cerón, 2016; Doocy et al., 2019, Ordóñez & Ramírez, 2019; Daniels, 2020). Esto se explica porque la mayoría de estos países nunca había visto la necesidad de hacer frente a flujos inmigratorios de tal magnitud (Cerón, 2016). Al inicio, las ONG fueron especialmente clave en la respuesta sudamericana a la gran cantidad de venezolanos que se trasladaban al resto de la región, porque cubrían "los vacíos legales, sociales e incluso psicológicos que dejan las leyes migratorias" (Cerón, 2016, p. 4). Esta situación se vio intensificada con la llegada de la pandemia por covid-19 (Daniels, 2020), que profundizó condiciones de vulnerabilidad, al agravar una crisis de salubridad ya existente (Doocy et al., 2019), lo cual evidenció, una vez más, la baja cobertura de los programas estatales para atender la migración y dio lugar a una intervención más amplia de las ONG3 (Daniels, 2020; Bonilla & Hernández, 2022).
En el contexto colombiano, sobre el rol específico de las ONG, únicamente es posible encontrar estudios de caso sobre mujeres migrantes (Ordóñez & Ramírez, 2019; Ovalle, 2021; Bonilla & Hernández, 2022), que si bien son relevantes, pues la migración es un escenario donde las mujeres se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad (Fiddian-Qasmiyeh, 2014), no da cuenta de interacciones macro entre la población migrante, las ONG y el Estado, ni del impacto que produjo la pandemia por covid-19 y su rol en la precarización de las condiciones de vida de los refugiados. Estas investigaciones han sugerido que una mayor intervención de las ONG para la atención de los refugiados venezolanos es en cierto grado más conveniente a corto y mediano plazo que la atención por parte del Estado. Una vez más, se destaca la importancia de la presente investigación, porque contribuye a la construcción colectiva de una panorámica multidimensional del impacto de las actividades de las ONG para la migración.
Marco teórico
Los estudios migratorios constituyen una amplia gama de paradigmas y teorías. Al respecto Castles et al. (2014) compilaron y contrastaron de manera muy acertada estos debates, en el interior de los cuales es posible identificar dos paradigmas tradicionales: 1) el funcionalismo, que interpreta la migración como un fenómeno bidimensional, y 2) las teorías histórico-estructurales, que beben del marxismo para encontrar en la migración un acto involuntario y forzado por el capitalismo. No obstante, han emergido alternativas para interpretar la migración como el transnacionalismo -que hace hincapié en la sociedad civil y en las redes migratorias- y la teoría de la transición migratoria -que explica la migración como consecuencia del desarrollo- (Castles et al., 2014).
Estudios sobre los refugiados y la migración forzada
Su separación respecto a los estudios migratorios generales ocurre, ya que los refugiados no solamente son migrantes involuntarios, sino que son víctimas de la desprotección social y se encuentran únicamente en el ámbito de protección de la comunidad internacional (Hathaway, 2007). Los principales referentes teórico-conceptuales para esta investigación se encuentran, por ende, en los estudios sobre los refugiados y la migración forzada, dado que la crisis en Venezuela se considera un factor de fuerza mayor que indujo la migración masiva y que se constituyó en una variable propia de los estudios sobre los refugiados y la migración forzada (Stankovic et al., 2021).
A partir de estas lecturas, se opta por entender a los venezolanos en Colombia como refugiados y trascender las definiciones jurídicas -las cuales limitan el estatus a una solicitud y aprobación administrativas-. El concepto del derecho internacional se descarta, ya que, de acuerdo con la lógica de Freitez (2019), gran parte de los migrantes venezolanos enfrentan un estatus real como refugiados de facto, pues no cuentan con las garantías de derechos de los migrantes regulares, lo cual los lleva a una situación de vulnerabilidad aún mayor respecto a los refugiados con reconocimiento legal. Esta decisión se apoya en Gibney (2014) y Edwards y van Waas (2014), quienes refuerzan que la calidad de refugiado va más allá de los estatus jurídicos pues, en casos como en el de los venezolanos, la mayoría de los migrantes se encuentran en un estado de desprotección en el que básicamente pierden el acceso a sus derechos, en la medida en que ningún Estado asume la responsabilidad de garantizarlos (Scheel & Squire, 2014). Esto es relacionable con el caso de los venezolanos en Colombia, donde la amplia irregularidad migratoria los deja en un limbo frente a la garantía de sus derechos y libertades.4
La protección de los refugiados pasa a ser responsabilidad del humanitarismo internacional (Barnett, 2014), que se fortalece por cuanto la "obligación" moral del Estado receptor se limita a su capacidad propia para atender a los refugiados (Gibney, 2014). Barnett (2014) reconoce dos categorías de humanitarismo: 1) el alquímico, que intenta aliviar todo sufrimiento humano desde las causas, y 2) el de emergencia, que atiende síntomas coyunturales de las crisis sociales. Ambos humanitarismos se considerarán para revisar el alcance del trabajo de las ONG que abordan la migración venezolana.
Otro debate fundamental tiene ver con integración local de los refugiados en la sociedad de acogida. Hovil (2014) propone dos categorías de integración: la de facto, cuando los migrantes logran fusionarse en el tejido social, y la de jure, cuando el Estado receptor reconoce jurídicamente la pertenencia del extranjero.
Definir las organizaciones no gubernamentales
A partir de la década de 1990, se consolidaron cuatro enfoques teóricos para comprender el impacto de las ONG: 1) sociedad civil, 2) movimientos sociales, 3) grupos de interés y 4) tercer sector (Muñoz, 2014). Para este trabajo se consideró pertinente acoger el enfoque del tercer sector, ya que aborda de manera directa su rol frente a la inacción del Estado como garante social en ciertos sectores (Rodríguez, 2005). Se identifica en el tercer sector una fuerte capacidad para ofrecer soluciones positivas con un amplio impacto en la calidad de vida de las comunidades vulnerables (Kallman & Clark, 2016). De hecho, Enjolras (2018) y Lacomba y Berlanga (2022) ya han mencionado el importante rol del tercer sector en la atención de los flujos migratorios en todo el mundo.
Entre las perspectivas para el análisis de tercer sector (Rodríguez, 2005), se considera su definición una intersección del sector público y el privado, cuyo propósito es explicar en qué medida responden a las demandas que el estado de bienestar no satisface a tiempo (Zimmer & Freise, 2008), a través del carácter multifuncional de las organizaciones no estatales sin ánimo de lucro.
Metodología
La investigación es de tipo descriptivo y de enfoque cualitativo. Además de un análisis documental previo riguroso, se llevaron a cabo entrevistas semies-tructuradas a representantes de cinco ONG -dos locales, una nacional y dos internacionales- y uno de una plataforma de articulación regional. Se desarrollaron por medio de Google Meet y fueron grabadas para su transcripción y codificación en el software QDA Miner Lite. Este proceso se llevó a cabo entre marzo y mayo de 2022. La participación de las ONG locales es muy interesante para la investigación, porque se trata de iniciativas que nacen de redes migratorias5 -y los participantes son venezolanos-, por lo que recogen la experiencia de un grupo significativo de refugiados. Los nombres de los entrevistados y organizaciones son censurados, por solicitud de los participantes:
ONG local 1: se ubica en el oriente antioqueño en articulación con Medellín. Cuenta con doce programas para la integración socioeconómica y canalización de atención humanitaria.
ONG local 2: corporación sin ánimo de lucro que trabaja en torno a la integración social, cultural y económica de los venezolanos en el Área Metropolitana.
ONG nacional: ejecuta recursos de la Acnur en proyectos interdisciplinares para el fortalecimiento de otras ONG dedicadas a la atención de la migración venezolana en Antioquia y el Eje Cafetero.
ONG internacional 1: ONG norteamericana con enfoque hacia el humanitarismo de emergencia, el desarrollo y la incidencia. Su respuesta para migrantes venezolanos en Colombia es amplia y se encuentra en cinco de las seis regiones naturales de Colombia.
ONG internacional 2: ofrece asistencia humanitaria a víctimas de conflictos armados y demás situaciones de violencia bajo la promoción del derecho internacional humanitario.
Plataforma nacional de articulación: reúne a decenas de ONG para ofrecer una respuesta coordinada. Su voz es relevante para esta investigación, porque recoge toda la experiencia de respuesta en el departamento, incluyendo las ONG que no hacen parte de esta investigación, por lo que se logra visualizar el panorama de las ONG para la migración, más allá de las cinco ya mencionadas.
Resultados
Caracterización
Se estableció como primer objetivo específico caracterizar y reconstruir las actividades, al igual que los procesos de formación, medios y estrategias de trabajo de las ONG para la migración en el Valle de Aburrá, a fin de atender a los refugiados venezolanos.
Funcionamiento
Las dos ONG de carácter local surgen en 2017 como resultado de proyectos humanitarios individuales de refugiados venezolanos que progresivamente integraron a más personas y buscaron institucionalizarse. De acuerdo con los participantes, se notó una desorientación generalizada entre los refugiados, que no lograba subsanarse por medio de la oferta institucional. "Para el momento [2017], los venezolanos que ya estábamos en territorio colombiano observamos que el ingreso era sin estructura, no había información de cómo se hace el proceso de ingreso e integración" (entrevista con representante de la ONG local 2, 18/05/2022).
Estas ONG son ejemplos de la formalización de las redes migratorias que exponen Basch et al. (1994, citados en Castles et al., 2014), pues logran involucrar en sus actividades a miembros de la sociedad que no son migrantes. Ambas cuentan con una estructura interna simple, conformada por juntas directivas de siete y cinco personas. La consolidación de esas redes migratorias les ha permitido desarrollar sus actividades humanitarias y de integración, llevadas a cabo con amplias bases de voluntariados, aliados en el sector privado y en coordinación con otras ONG.
Sus actividades se encuentran limitadas principalmente por los recursos económicos, que se gestionan por medio de la presentación de propuestas a donantes o agentes de la cooperación internacional, como Acnur y el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos. Sin embargo, durante largos periodos, en ocasiones, se han invertido recursos propios.
Para las ONG internacionales es posible plantear una caracterización mucho más concreta y generalizable. Tienen en común la presencia previa en el territorio, con décadas de trabajo humanitario para el desarrollo y la incidencia. Su implementación de programas de atención a la migración ha contado con personal profesional y fuentes de financiación consistentes, provenientes también de la cooperación internacional, como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, el Bureau of Population, Refugees, and Migration y Acnur. La mayoría se han valido de estrategias humanitarias de emergencia para la respuesta inmediata y del apoyo de actores comunitarios para fortalecer su presencia y credibilidad en el territorio.
Existen dos elementos fundamentales en los que coincidieron todas las ONG. En casi todos los casos se encontró que el papel de los voluntarios era crucial para ejecutar las actividades planeadas: "Definitivamente a nosotros nos mueve el voluntariado, ese es el mayor número de personas que tenemos actualmente en la seccional Antioquia" (entrevista con representante de la ONG internacional 2, 24/05/2022).
"Nuestro equipo de trabajo es una junta directiva de siete personas, con un representante legal. En total, somos como casi 60 personas con voluntarios. Claro que tenemos una red de reserva de voluntarios de más de 100 personas" (entrevista con representante de la ONG local 1, 18/03/2022).
Aunque los perfiles migratorios de atención no son siempre los mismos, en todos se identificó en la migración irregular una característica común. Estos grupos de migrantes presentan lo que algunos académicos reconocen incluso como apatridia de facto (Edwards & Van Waas, 2014), pues si bien cuentan con documentación que les certifica una nacionalidad, ningún Estado asume la responsabilidad de garantizar sus derechos y libertades. Aquí justamente entra con mayor protagonismo el trabajo de las ONG, pues en ocasiones son las únicas entidades en las que los migrantes irregulares encuentran protección y asistencia, lo cual contribuye a la comprensión de las ONG como actores que llegan a los espacios y grupos a los que el estado de bienestar no (Zimmer & Freise, 2008).
Áreas de trabajo
El cruce de la información permitió agrupar los campos en los que las ONG han enfocado su atención en las dos categorías de humanitarismo visitadas en el marco teórico: el humanitarismo de emergencia y el humanitarismo alquímico. Ambas categorías se revisan a continuación, así como un tercer grupo de áreas que no forman parte de los humanitarismos propiamente.
Humanitarismo de emergencia. Para la respuesta a la migración venezolana, todas las ONG han desarrollado sus propias estrategias y procedimientos de atención. Las ONG internacionales han liderado consistentemente intervenciones de albergues a mediano y largo plazo, seguridad alimentaria en emergencias, transporte humanitario de regreso a Venezuela y transferencias en efectivo multipropósito para el restablecimiento de derechos. "Tenemos la mesa multisectorial, que es coliderada por la OIM y la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos" (entrevista con representante de la plataforma nacional de articulación, 10/05/2022).
Las ONG locales, con recursos más limitados y menor capacidad de respuesta, se han enfocado en procesos de orientación, información, asesoría y canalización hacia la oferta del Estado y de las ONG más grandes.
Humanitarismo alquímico. El humanitarismo alquímico -que aborda el sufrimiento desde las causas y la incidencia (Barnett, 2014)- se ha concentrado en la incidencia en el Estado y la promoción de la integración como mecanismos para encontrar soluciones de raíz a la crisis humanitaria. Todas las organizaciones entrevistadas han participado en mesas de discusión sobre políticas migratorias, lo cual muestra que las ONG han logrado hacer una intervención formal y directa ante el Estado. Las más grandes lo han hecho con actores jerárquicamente superiores en relación con la toma de decisiones, con discusiones directas con Migración Colombia y la Cancillería; mientras que las locales han abordado debates similares dentro de las administraciones municipales y departamentales:
[Somos] una institución para la asistencia a la migración cubriendo el Oriente antioqueño, participando en todos los eventos que tienen que ver con la migración venezolana y generando incidencia en los gobiernos locales. (Entrevista con representante de la ONG local 2, 18/05/2022)
Desde Migración Colombia, Gerencia de Fronteras, Presidencia de la República, las autoridades locales reconocen que hay una estructura humanitaria [...] que está trabajando en la promoción y protección de los derechos de los y las migrantes y refugiados. (Entrevista con representante de la ONG internacional 1,20/04/2022)
Esto se hace para promover adaptaciones en las políticas públicas orientadas hacia la protección de la población migrante y refugiada. Ahora bien, esta incidencia no ha sido homogénea y se ha visto condicionada en gran medida a la voluntad política y disponibilidad de las administraciones locales para el diálogo con las ONG y los migrantes venezolanos. Las organizaciones de orden local y nacional manifestaron haber encontrado en la Alcaldía de Medellín cierto grado de voluntad política:
A nivel nacional están los lineamientos iniciales, no hay una política todavía. La Alcaldía de Medellín ya está avanzando en la construcción de una política pública para la gestión migratoria. (Entrevista con representante de la plataforma nacional de articulación, 10/05/2022)
A pesar de que ha habido cambio de administración, se ha mantenido gracias a Dios estos programas, [...] se ha dado mucho apoyo de parte de ellos. (Entrevista con representante de la ONG local 1, 18/03/2022)
Mientras tanto, las estrategias para promocionar la integración han partido del trabajo del humanitarismo de emergencia, procurando darle a este un enfoque de desarrollo, evitando que las acciones humanitarias se transformen en asistencialistas y orientándolo hacia una perspectiva de la sustentabilidad de la capacidad productiva. Este ha sido un fuerte de las organizaciones locales que nacen de redes migratorias, las cuales han dado paso a la generación de una comunidad integrada a partir del apoyo en la consecución de empleos, acceso a servicios de educación, salud, entre otros:
Éramos 14 voluntarios con una vocera, casi todos profesionales [...]. Nos dimos cuenta de que el personal que estaba asumiendo el compromiso de la caracterización no estaba entrenado. Tomamos cartas en el asunto, hicimos la propuesta a la Alcaldía para que nos permitieran a nosotros hacer una caracterización para dar garantía de la información. (Entrevista con representante de la ONG local 2, 18/05/2022)
El trabajo que estamos haciendo, no viene desde el 2017, sino que viene de mucho antes como individuo y [hoy] nuestro equipo de trabajo es una junta directiva de siete personas, con un representante legal. (Entrevista con representante de la ONG local 1, 18/03/2022)
Es necesario reconocer el papel que han desempeñado las ONG para fortalecer la implementación del ETP a través de la asistencia logística para el registro. La integración social es un espectro amplio y fundamental para comprender el rol de las ONG para la migración; por lo tanto, el tema se aborda con mayor profundidad en la sección sobre integración local.
Otras. Aunque gran parte de los esfuerzos de las ONG se han enfocado en los asuntos de atención de emergencia, integración e incidencia, se identificaron áreas que no abordan la causas de raíz, pero sí constituyen intervenciones a mediano y largo plazo. Se encontraron cinco áreas específicas en torno a las cuales se han formulado una amplia gama de intervenciones:
Infancia y educación
Mujeres y género
Fortalecimiento interno y articulación
Factores psicosociales
Salud
Caracterizar las actividades de las ONG para la migración en el Valle de Aburrá, a fin de atender a los migrantes venezolanos en condición de vulnerabilidad, permitió encontrar una serie de patrones en la respuesta que estas organizaciones han presentado. Existe una distinción marcada entre la estructura, la capacidad y las fortalezas de las ONG locales frente a las nacionales e internacionales. Las últimas cuentan con mejor acceso a financiamiento y estructuras internas más amplias y consolidadas; mientras que las ONG locales gozan de una mayor capacidad de construcción de comunidad, dado que nacen de redes migratorias.
Alcance
Se asumieron cinco ejes de discusión para mostrar el alcance de las actividades de las ONG para la migración en el Valle de Aburrá: integración local, covid-19, retos, proyección y brechas de protección.
Integración local
Junto con la repatriación y el reasentamiento, la integración es una de las tres soluciones duraderas de los estudios sobre la migración y los refugiados (Hovil, 2014). La integración en la sociedad de acogida se divide en de jure y de facto, por lo que el trabajo de las ONG para la migración en el Valle de Aburrá se analiza a la luz de estas dos categorías.
Integración de jure. Las ONG han formulado planes de trabajo para acercar a los migrantes al ETP. Estas medidas se han enfocado en su divulgación, orientación para el cumplimiento de los requisitos e inscripción oportuna:
La integración local [como uno de nuestros componentes] implica hacer ejercicios de intercambio cultural, de integración, de jornadas comunitarias, de apoyo al estatuto. (Entrevista con representante de la ONG nacional, 23/03/2022)
Estamos dando jornadas con Migración. Eso es ahorita la bandera de nosotros, que la persona tiene que regularizarse. (Entrevista con representante de la ONG local 1, 18/03/2022)
Integración de facto. La integración de facto es un proceso informal que tiene lugar principalmente en el ámbito local, por el que los individuos o grupos se insertan en el tejido social de la localidad donde viven (Hovil, 2014). Al respecto, el espectro de estrategias de las ONG es tan amplio como la integración misma. A diferencia de la respuesta humanitaria, aquí las organizaciones locales cuentan con mayor protagonismo. Su contacto directo y permanente con la población los reviste de credibilidad y capacidad para reforzar el tejido social. Además, el hecho de haberse formado a partir de redes migratorias -que forjan comunidad- hace que sean una muestra misma de integración de facto.
Pese a los esfuerzos de las ONG y del Estado, este es también el eje de trabajo en el que se han encontrado más obstáculos, que responden a dinámicas nocivas propias del mercado y la sociedad: emprendimientos poco sostenibles, estigmatización y marginación de los migrantes y vulneración de derechos laborales por parte de los empleadores. "Las microempresas o pequeñas empresas no duran más de cinco años, un 90 % fallecen, por decirlo así, que no duran" (entrevista con representante de la ONG local 1, 18/03/2022).
No contar con un documento muchas veces priva de la oportunidad para recibir un empleo y cuando ha sido contratado de manera irregular, hemos sido testigos de situaciones de explotación laboral: mal pagados, trabajo con sobretiempos no reconocidos, enfermedades ocupacionales derivadas del trabajo bajo sistemas de explotación. (Entrevista con representante de la ONG local 2, 18/05/2022)
Pandemia por covid-19
La relevancia de la pandemia por covid-19 hace que hablar de cualquier fenómeno social ocurrido en el último lustro suponga abordar también su impacto sobre este. Dentro de los instrumentos de recolección se planteó cuestionarse de manera específica las implicaciones que tuvo esta crisis de salud global sobre el trabajo que venían realizando las ONG en el Valle de Aburrá.
Los participantes expresaron que la pandemia trajo consigo nuevas áreas de trabajo que no se habían considerado. Las restricciones para la movilidad y el trabajo informal impidieron continuar con las actividades de integración local, por lo que fue necesario regresar al enfoque humanitario. Entre los temas que emergieron como principales enfoques de trabajo a partir del decreto de los confinamientos obligatorios en Colombia se encuentran:
Seguridad alimentaria: programas de abastecimiento y entrega de alimentos ante la imposibilidad para salir a trabajar informalmente.
Insumos de prevención: dotación en materia de prevención del covid-19 (tapabocas, gel antibacterial, alcohol, etc.).
Educación virtual: especialmente las ONG de cooperación internacional entregaron dispositivos electrónicos y de alfabetización tecnológica.
Salud: enfoque de incidencia, gracias a lo cual lograron una mayor cobertura de la atención de casos positivos y la inclusión en el Plan Nacional de Vacunación.
Habitabilidad: fortalecimiento de albergues y transferencias en efectivo.
Estos asuntos protagonizaron el trabajo de las ONG entre 2020 y 2021, y los demás programas tuvieron que pasar a un segundo plano. Algunos vieron un retroceso en los resultados que ya habían logrado en el pasado en cuestiones de empleabilidad y restablecimiento de derechos y otros incluso tuvieron que cerrarse de manera definitiva. "Nuestra atención ha sido desde un ropero, pero el tema de la pandemia nos hizo prácticamente cerrar ese espacio y en el momento no lo hemos abierto" (entrevista con representante de la ONG local 1, 18/03/2022).
La pandemia no solamente introdujo nuevos retos metodológicos y misionales para la atención de los venezolanos en Colombia, sino que implicó reestructurar planes y presupuestos. Esto permite reconocer en estas ONG la capacidad para adaptar su respuesta según las circunstancias adversas que plantean crisis como la del covid-19.
Retos
Además de los impedimentos relativos a la integración y la pandemia, se evidenció otro tipo de desafíos que han enfrentado las ONG para la migración en el Valle de Aburrá, de los cuales los dos más frecuentes son la migración irregular y la xenofobia.
Se pueden destacar dos retos importantes que ha traído la condición irregular predominante entre los refugiados venezolanos. El primero de ellos es que se ha imposibilitado un censo y posterior caracterización, por lo que no siempre es claro el grado de impacto de los proyectos. Por otra parte, la irregularidad se asocia con la movilización permanente, lo que conlleva una menor posibilidad de culminación y seguimiento de los procesos de asistencia que realizan estas organizaciones.
En segundo lugar, la estigmatización por parte de los medios de comunicación y figuras públicas y políticas han intensificado la xenofobia y aporofobia, lo cual ha propiciado una mayor marginalización de los migrantes en el imaginario colectivo de los colombianos (Cortés-Martínez, 2018; Barandica, 2020) y particularmente en Antioquia (Agudelo et al., 2019).
Proyección
Tanto las ONG como el Estado empiezan a transitar de la respuesta humanitaria de emergencia hacia la respuesta para integración local como forma de humanitarismo alquímico. La entrada en vigor del ETP -que cobija a un gran porcentaje de los venezolanos en el territorio- plantea un escenario muy diferente para la atención de la población migrante. Con este documento, el Estado colombiano asume la responsabilidad de garantizar los derechos y libertades fundamentales de los venezolanos. Las ONG se encuentran en el diseño de los proyectos para movilizarse hacia la integración local, fortaleciendo las oportunidades de integración de facto sin que esto implique abandonar por completo la respuesta humanitaria, ya que el ETP deja por fuera, por ejemplo, a los migrantes que lleguen a Colombia en el futuro, después de su implementación.
En esta misma línea se encuentra un desafío importante: la sustentabilidad de las ONG y de su respuesta en el tiempo. En la medida en que se reduce el carácter humanitario de sus actividades, el financiamiento por parte de la cooperación internacional tiende a decrecer también, ya que además aparecen otras prioridades en la agenda internacional:
Hay unos retos grandes en temas de donantes internacionales [...] luego del año de la pandemia, los recursos que son solicitados empiezan a bajar. El 2020 fue el año con más recursos solicitados [...]. El reto en sostenibilidad es realmente grande porque el gobierno está regularizando una población refugiada y migrante pero siguen teniendo y siguen existiendo las poblaciones que están en situación irregular, que ingresan al país de una manera irregular y no tiene el pasaporte sellado, no van a acceder al estatuto temporal de protección y frente a esto hay retos. (Entrevista con representante de la plataforma nacional de articulación, 10/05/2022)
De nuevo, cobran relevancia los espacios de articulación y fortalecimiento interno, que buscan llevar a las ONG a un estado de independencia y sostenibilidad funcional que les permita continuar apoyando a los refugiados en el largo plazo. Todas las organizaciones participantes afirman que no tienen un periodo estipulado en el que estimen terminar sus intervenciones. No obstante, esto se evalúa periódicamente, en la mayoría de los casos de manera anual.
Brechas de protección
El concepto de brechas de protección se define como las insuficiencias en la protección ofrecida a los refugiados y migrantes (Türk & Dowd, 2014). Si bien se han mencionado las fortalezas de las ONG y de su trabajo, las entrevistas permitieron identificar tres vacíos:
Colombianos retornados: aunque cuentan con nacionalidad colombiana, por lo general, su identidad nacional está más asociada con la cultura venezolana. A pesar de que todas las ONG entrevistadas incluyen a esta población en sus perfiles de atención, las organizaciones locales afirman que su proceso de integración es particularmente complejo, por la distorsión de la identidad cultural misma.
Comunidad LGBT+: mujeres, niños y comunidad LGBT+ enfrentan posiciones de especial desprotección en la migración masiva (Fiddian-Qasmiyeh, 2014) y solo una de las ONG entrevistadas (ONG local 2) manifestó tener programas diferenciados para la población LGBT+.
Caminantes: migrantes que no se han asentado y que recorren el país a pie. Es un perfil complejo, ya que su atención requiere infraestructura especial y recursos significativos.
Interacciones
El tercer objetivo específico es describir las interacciones de las ONG con otros actores de la sociedad civil. Estas interacciones se agrupan en tres categorías: Estado, sector privado y tercer sector.
Estado
El relacionamiento entre el Estado y las ONG para la migración puede clasificarse en tres tipos, de los cuales el primero de ellos es la incidencia, abordada en el humanitarismo alquímico. En los lugares segundo y tercero es posible hablar de relaciones de coordinación y complementariedad, donde la complementariedad se entiende como el relacionamiento en el que existen procesos de diálogo con las instituciones, pero que no subordinan la respuesta de las ONG, por lo que estas llevan a cabo sus proyectos de manera relativamente aislada; mientras que la coordinación implica un trabajo más condicionado a las directrices de la administración local y el gobierno nacional, concertado en estrategias que se materializan en conjunto.
Todos los participantes reconocen que el Estado debe actuar como garante de los derechos y libertades de los refugiados; por lo tanto, es su responsabilidad asumir el liderazgo en este escenario y apuntar hacia una respuesta propia que sea amplia e integral -percepciones que reproducen visiones como la de Zaidi (1999)-:
El rol del gobierno es ser el garante de los derechos, pero sabemos que esta es una emergencia que no tenía preparada una estructura o un sistema de gobierno. Entonces eso ha implicado unos desafíos en términos de la capacidad que el gobierno debía tener, pero que al no estar establecido o preparados para ello, pues la cooperación internacional lo que hace es contribuir y aportar una respuesta humanitaria a esta situación. (Entrevista con representante de la ONG internacional 1, 20/04/2022)
La complementariedad pretende llenar las brechas de protección del Estado por su cuenta, sin concertar por completo el desarrollo de sus actividades frente al Estado. Nace del supuesto de que la capacidad del Estado se ha desbordado, por lo que es necesario que las ONG asistan a la población y las áreas que este no logra abordar en sus programas. Ese el caso de la población irregular, a quien se les impide acceder a los programas del gobierno nacional; mientras que las ONG no suelen asumirlo como un criterio de exclusión. Este tipo de relación se encuentra con mayor fuerza en las organizaciones de carácter local. Es importante recordar que una relación de complementariedad no implica en lo absoluto una ausencia de los espacios de debate con las instituciones; simplemente que las actividades se desarrollan de manera menos condicionada. También se puede considerar allí el papel de las ONG locales en el redireccionamiento y orientación de los migrantes hacia las respuestas de otras ONG con mayor capacidad o del Estado, en la medida en que suplen el vacío de información, en tanto complementan al Estado con una de sus principales fortalezas: experiencia en el territorio y credibilidad ante la población.
Mientras tanto, la cooperación surge como una vía de colaboración para el fortalecimiento de las instituciones del Estado, porque ellas son quienes protagonizan las intervenciones. Las interacciones de cooperación se presentan con mayor firmeza en las ONG nacionales e internacionales, que manifestaron que no operan en los territorios sin un respaldo y concertación con el Estado. "Nosotros no hacemos ninguna acción alejada o aislada de la coordinación con autoridades locales. [...] Es decir, nosotros no actuamos si no hay un respaldo por parte del gobierno en la implementación operativa en los territorios" (entrevista con representante de la ONG internacional, 20/04/2022).
Estas organizaciones definen sus intervenciones como actividades de acompañamiento del Estado, sin que esto implique una ausencia de los principios de incidencia.
Sector privado
A pesar de que la naturaleza del sector privado no implica una vocación social, las ONG han logrado desarrollar puentes de colaboración para maximizar sus mandatos humanitarios. En este sentido, la principal estrategia se ubica en el campo de la empleabilidad, a través de la gestión de ofertas laborales y asistencia a los venezolanos para sus postulaciones, no solo por medio de networking, sino también en convocatorias masivas con organizaciones como Comfama o la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia. También se documentaron casos importantes de donantes privados en áreas como agua, saneamiento e higiene y salud.
Tercer sector
Si bien las ONG son agentes del tercer sector, es pertinente reconocer que, más allá de su individualidad, las ONG para la migración han desarrollado una serie de espacios de articulación significativos. Las plataformas de articulación como el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos, Me Sumo o Coalición por Venezuela, han tenido un importante papel en la identificación de las brechas de protección y las áreas que se deben fortalecer. También han proporcionado una red de trabajo amplia -que casi siempre integra actores del Estado- para coordinar la canalización de los recursos y la orientación hacia otras ONG especializadas en la atención de asuntos específicos. Allí, desindividualizan su respuesta para llegar a un cubrimiento más amplio de las necesidades de los refugiados.
Conclusiones
Las ONG para la migración han ocupado un rol fundamental en la atención de la población migrante. Este papel ha sido principalmente el de asistir a la oferta institucional del Estado colombiano, a través de relaciones de complementariedad y coordinación, así como en el fortalecimiento de las instituciones mismas. El acompañamiento se ha enfocado en la atención de emergencia y el restablecimiento de derechos (por ejemplo, albergues, transferencias multipropósito, asistencia alimentaria), aunque con un tránsito hacia las actividades para la integración local de los migrantes (por ejemplo, incidencia, campañas culturales y deportivas, apoyo a emprendimientos).
Las ONG para la migración en el Valle de Aburrá han asistido las responsabilidades en derechos y libertades que, en principio, le corresponden al Estado. Se han adaptado a las variaciones del panorama social y migratorio de Colombia, que en la actualidad transita de un enfoque humanitario a uno integracionista, donde la integración de facto cobra un mayor protagonismo. El levantamiento de la información también permitió notar algunos de los vacíos que ni el Estado ni las ONG cubren por completo: los colombianos retornados, la comunidad LGBT+ y los migrantes caminantes. Es por esto por lo que para estudios posteriores se sugiere realizar un seguimiento a estos aspectos.
Se demostró, desde la academia, una necesidad apremiante de distinguir entre las ONG de base comunitaria y las ONG del humanitarismo internacional, a la hora de formular cualquier investigación sobre ONG, pues ambas muestran patrones y áreas de trabajo diferenciadas. Tal distinción no solamente obedece al personal profesional y los recursos económicos con los que cuentan, sino también al grado de cercanía que unas y otras tienen tanto con las comunidades en el territorio como con las instituciones que representan al Estado.
Por último, se confirmó la importancia del estudio de las ONG en contextos migratorios, al considerar su capacidad de respuesta y adaptabilidad frente a las fluctuaciones sociales. A partir de los resultados de esta investigación, se sugiere que trabajos posteriores profundicen en asuntos como brechas de protección, capacidad de articulación y consolidación de redes de ONG y el relacionamiento con otros actores de la sociedad, particularmente el Estado; así como sus operaciones en el emergente corredor migratorio en el tapón del Darién, una nueva coyuntura migratoria en el país.