INTRODUCCIÓN
El envejecimiento es una etapa en la que todos los seres humanos experimentan cambios biológicos y psicológicos, que están relacionados con diferentes factores de tipo social, económico, cultural y ecológico del entorno donde se desarrolla su vida [1, 2], influyendo de manera directa en el proceso de envejecimiento desde una edad temprana. Los cambios que experimenta el adulto mayor no vienen dados específicamente por la edad, algunos septuagenarios gozan de un estado de salud excelente, mientras que otros son frágiles y necesitan de intervenciones dentro del marco del cuidado del adulto mayor [2].
Además de los cambios biológicos que pueden experimentar las personas mayores cabe mencionar que el proceso de envejecer está asociado con otras situaciones de vida [3], como la jubilación, viviendas apropiadas, pérdida de amigos, familiares o la pareja; por lo tanto, la respuesta sanitaria en salud pública es un factor contribuyente a la mejora en la calidad de vida de los adultos mayores y, por ende, podría relacionarse con la prevención de algunos estados patológicos [4, 5].
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) [4], la población geriátrica a nivel mundial pasará del 12% al 22% entre el 2015 y 2050, la cantidad de personas entre 80 y 90 años aumentará cuatro veces más hasta alcanzar aproximadamente los 395 millones de adultos mayores [4]. En Latinoamérica, el envejecimiento se está dando a un ritmo acelerado, pero hay un insuficiente crecimiento institucional y, en efecto, se presenta desigualdad social en salud, acceso inequitativo a medicamentos y ausencia de valoración geriátrica por parte del profesional correspondiente. Este envejecimiento gradual se está presentando en todos los países, pero con diferentes variables [6].
Las condiciones de salud del adulto mayor pueden ser observadas a través de la medición de diferentes aspectos que se relacionan con la misma, la presencia de diferentes enfermedades o cifras de comorbilidad; según una investigación elaborada por Sarro et al. [7], el 44% de su población objeto de estudio presentó índices de comorbilidad, incluyendo la presencia de diversas enfermedades tal como lo reportaron Velásquez et al. [8], las enfermedades prevalentes corresponden a hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 1 y 2, cardiopatía isquémica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), insuficiencia renal crónica, enfermedad ácido péptica e insuficiencia hepática. Por otro lado, de acuerdo con el estudio de Cardona et al. [9], hay una relación entre las condiciones de salud del adulto mayor y su estado nutricional, los autores clasificaron con mala nutrición a más del 50% de la población de estudio, 69% tenía hiperglucemia; para la medición de las actividades básicas de la vida diaria reportan que a mayor edad hay mayor dependencia (prevaleció el género femenino). Otros de los aspectos para tener en cuenta para la valoración del estado de salud del adulto mayor son los índices depresivos y cognitivos [7, 10, 11], lo cual influye y afecta en su calidad de vida.
Por una parte, la polifarmacia en el adulto mayor es cada vez más frecuente debido a diferentes factores que afectan la salud de la población (presencia de diferentes enfermedades, edad avanzada y pérdida en diferentes actividades de la vida diaria) [12]. Los prescriptores incomunicados dentro del ciclo de reconciliación de medicamentos en las personas mayores son causales del incremento en las cifras de ancianos polimedicados, puesto que al momento de medicar, el profesional de salud facultado debe tener en cuenta las diferentes características de los medicamentos para minimizar el impacto que se está generando por la polimedicación [13]. La adherencia terapéutica insuficiente afecta principalmente a los adultos mayores, debido a la prevalencia de deficiencias cognitivas, funcionales, regímenes médicos complejos además de múltiples comorbilidades y el manejo de estas; por otra parte, el declive de la función hepática, renal y cardiaca alteran considerablemente modificaciones farmacocinéticas y farmacodinámicas de los medicamentos, así los adultos mayores son vulnerables a efectos colaterales relacionado con su medicación [14].
En países desarrollados, la adherencia farmacoterapéutica es apenas del 50% en pacientes con enfermedades crónicas [15]. El incumplimiento con el tratamiento farmacoterapéutico se ha convertido en un problema de salud pública, que con el paso del tiempo aumenta significativamente, aún más en los países en desarrollo como consecuencia de inequidades a acceso de la atención en salud y a la insuficiencia de recursos económicos [15]. La no adherencia es el origen principal de que no se logre obtener el beneficio completo de los medicamentos, lo que puede repercutir directamente en la calidad de vida de los pacientes, adicionalmente, contribuye al desabastecimiento monetario debido al costo de nuevas intervenciones, así como al aumento de discapacidades y muertes; la adherencia es influenciada por diferentes causas relacionadas con aspectos económicos, asistencia sanitaria, factores ligados con el tratamiento en conjunto al paciente y entorno en el cual se desempeña el individuo, por tal motivo la participación de la familia o comunidad es sumamente importante en cuanto a la adherencia correspondiente al tratamiento del adulto mayor [15].
El objetivo de la investigación fue analizar la adherencia, el uso de medicamentos y el estado de salud de los adultos mayores del municipio de Acacías (Colombia); esta investigación hace parte del macroproyecto Caracterización, social, demográfica y de salud del adulto mayor de cuatro municipios del piedemonte del departamento del Meta, aprobado por la Dirección General de Investigaciones de la Universidad de los Llanos y responde a la línea de salud pública de la Facultad de Ciencias de la Salud.
METODOLOGÍA
Estudio descriptivo de corte transversal con variables cuantitativas. La población estuvo comprendida por todos los adultos mayores que participaban en los programas de los Centros Vida del Municipio de Acacías, Meta con una cobertura de 150 para 2017. El muestreo fue no probabilístico discrecional, es decir, se seleccionaron las personas que asistieron al programa un día en particular, n=96, se tuvieron en cuenta los siguientes criterios de inclusión: mayor de 60 años, activo en el Centro Vida, tener un estado de salud mental favorable y aceptar el consentimiento informado.
Los instrumentos utilizados fueron: miniexamen cognoscitivo (MEC), que tiene una Habilidad entre 0,67-1,00 [16]. Actividades básicas de la Escala de Lawton y Brody, con una Habilidad de 0,85 [17]. La valoración afectiva se realizó con el test de Yesavage reportado con confiabilidad para población latina de 0,72 [18]. Para conocer la adherencia al tratamiento se usó la escala de Moresby-Green con un índice de confiabilidad entre 0,64-0,83 [19, 20]. Finalmente, para valorar la comorbilidad se utilizó el índice de Charlson. El instrumento de caracterización sociodemográfica fue elaborado por los autores.
La información fue procesada en SPSS® (Statistical Product and Service Solutions) versión 20, Excel y Word. La investigación aplicó parámetros éticos contenidos en Resolución 008430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia, además incluyó autorizaciones, aval bioético y consentimiento informado de los participantes, garantizando absoluta confidencialidad de la información y tratamiento anónimo del informante. Esta investigación siguió los principios internacionales de investigación establecidos en la declaración de Helsinki de 1975 de la Asociación Médica Mundial y contó con la aprobación del Comité de Bioética de la Universidad de los Llanos.
RESULTADOS
La tabla N.° 1 evidencia el género predominante es el masculino con un 55%; edades prevalentes corresponde al rango entre los 71-80 años, respecto al nivel educativo, el 89% no cuentan con ningún tipo de estudio o cursaron primaria incompleta; el 32% viven solos, con inquilinos o desconocidos. El 25% tenían entre mediana y alta morbilidad según el índice de comorbilidad de Charlson y el 48% tenía una autopercepción de salud entre término medio y mala.
La tabla N.° 2 corresponde al análisis de las variables sociodemográficas en relación con la polimedicación y la adherencia farmacoterapéutica. 62 adultos mayores manifestaron estar consumiendo medicamentos. El rango de edades prevalentes para polimedicación y no adherencia farmacoterapéutica corresponde de los 71-80 con un 26%. 34% de las mujeres reportaron no adherencia farmacológica frente a la prevalencia de polimedicación en los hombres con 29%. El 52% de adultos mayores no adherentes no tenían estudios o cursaron primaria incompleta. El 24% viven solos, con inquilinos o conocidos clasificados como no adherentes según el test de Morisky Green. El 30% presenta comorbilidad sentida de término medio y con factor de polimedicación. El 46% tenía una autopercepción de salud media y mala y el 48% no son adherentes a su medicación.
En la tabla N.° 3 se indica que el 29% estaban polimedicados y no eran adherentes al tratamiento farmacológico, además padecían algún tipo de deterioro cognoscitivo y el 19% experimentaba algún tipo de condición depresiva y no eran adherentes a su farmacoterapia.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
La investigación reportó más presencia de hombres con un 55%, coherente con estudios como el de Sánchez et al. [21] donde se reporta un 56% de varones, sin embargo, en estudios colombianos se reporta más presencia de mujeres que de hombres [22, 23]. Con relación al rango edad, el 47% estaba entre los 71-80 años, situación similar a otros estudios como el de Velázquez et al. [8], Núñez et al. [13], quienes reportaron más del 50% de adultos mayores entre ese rango de edades, esto lleva a pensar en el incremento de la esperanza de vida en los países de América Latina [23, 24]. Ahora bien, 89% de los participantes eran analfabetas. El analfabetismo es un factor de riesgo relacionado con el tema de la adherencia reportado por Bello, Angulo, Ariel et al. [25-27], es decir, hay una relación entre analfabetismo y la no adherencia terapéutica por parte de los adultos mayores.
La polifarmacia a nivel mundial es un problema de salud pública que afecta gran parte la población geriátrica. En la investigación se evidenció que hay polimedicación en 57% de los adultos mayores; en otros estudios se reportó 66,7% [8] y 85% [13], respectivamente. Las edades donde se presenta más polimedicados son 71-80 años, sin embargo, se observa más adherencia en este grupo de edad; indicando que la enfermedad prevalente es la hipertensión arterial, de acuerdo con Velásquez et al. que reportaron 82,7%, con mayor consumo de medicamentos antihipertensivos en un 84,7% [8]. El índice de no adherencia encontrado en la investigación es del 63% asociado con un 89% de analfabetismo, similar a lo encontrado en algunos estudios reportados con cifras superiores al 50% [8, 13,25-27]. El sexo con mayor adherencia fueron los hombres, teniendo un mayor cumplimiento farmacoterapéutico, lo que está en la misma línea con otros estudios [25, 28], donde las mujeres fueron menos adherentes. El estudio reportó que el 39% de los adultos mayores vivían con algún integrante de la familia y no son adherentes; estudios similares indican que un factor de no adherencia es estar solos [29], lo que conllevan a olvido en el consumo del medicamento y el incumplimiento en los horarios.
De acuerdo con la autopercepción de salud, el 44% de los pacientes no adherentes reportan su autopercepción de salud como de término medio y también mala, lo cual pone en declive lo mencionado anteriormente y, que además, corroborado con otros estudios, como el de Rodríguez et al., se encuentran cifras similares como factores influyentes [30].
De acuerdo con las cifras de depresión geriátrica reportadas, en la literatura, se demostró que hay incidencia de la misma en adultos mayores [7, 31-33], los factores de riesgo que se asocian con la depresión son: el estado civil, la edad y el nivel educativo influyen [34], datos que se corroboran en la presente investigación donde el 29% de la población objeto de estudio refiere algún tipo de condición depresiva y de los cuales el 19% no son adherentes, justificando de tal modo que la condición depresiva predispone al paciente a no cumplir con los horarios de sus medicamentos, caso que se reporta también por medio de la revisión sistemática elaborada por Robin et al. [35], quienes concluyeron que en comparación con los pacientes no deprimidos, las probabilidades de que no se cumplan con las especificaciones de su tratamiento farmacológico son superiores en los adultos mayores con algún tipo de condición depresiva.
Por otro lado, se obtuvieron resultados del estado cognitivo en los adultos mayores, el 53% de los pacientes que consumían medicamentos tenían algún tipo de deterioro cognitivo. En otros estudios como el de Fernández et al. [36], quienes reportaron 37% de adultos mayores con deterioro cognitivo. Leiton-Espinoza et al. reportaron un 6,7% con deterioro cognitivo, incluyendo su influencia en la adherencia farmacológica, y presentando a su vez los índices de depresión y el comportamiento dentro de la adherencia farmacoterapéutica [37]. El estado depresivo, la comorbilidad y la polifarmacia son factores de riesgo de la adherencia terapéutica y deben ser valorados en el adulto mayor [38], esto hace parte de una evaluación geriátrica completa de la cual pende la obtención de una perspectiva completa de la salud del adulto mayor.
CONCLUSIONES
La adherencia farmacoterapéutica es un factor importante que contribuye de manera directa y específica en la mejora del estado de salud del paciente; la presente investigación mostró que hubo un alto índice de no adherencia en la población objeto de estudio y esto está relacionado con las diversas condiciones de salud que predisponen al adulto mayor a una vulnerabilidad en el consumo inadecuado de su tratamiento farmacológico. De otro lado, cabe destacar que una anamnesis completa de los factores de riesgo y de salud en la población geriátrica es fundamental para detectar de manera temprana las diversas patologías que afectan la calidad y el estado de salud del adulto mayor, minimizando el impacto en cifras de polimedicación y, por ende, de la no adherencia a los medicamentos.