Introducción
Según el censo de 2005 llevado a cabo por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, en Colombia existen 2 617 240 personas mayores de 65 años; es decir, el 6.31% de la población colombiana lo constituyen adultos mayores y se estima que para el año 2025 el porcentaje se incrementará a 10.5% 1. Este aumento poblacional impone retos importantes e interesantes para los profesionales de la salud, la rehabilitación y el cuidado, retos que van desde la actualización de sus conocimientos y la formación del talento humano hasta la investigación y el diseño de estrategias para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
En cuanto a la calidad de vida percibida por los adultos mayores y su relación con la estimulación cognitiva, se han documentado programas en los cuales, a partir de intervenciones grupales, se incide de manera positiva en la percepción del estado cognitivo 2-4. De igual forma, diferentes estudios han analizado las necesidades de esta población, encontrando que la autonomía y la independencia son aspectos que contribuyen a la calidad de vida y a la percepción de la salud 5-7.
En Colombia los programas de recreación, esparcimiento y formación han estado planteados en su mayoría por las cajas de compensación familiar, que han generado programas para el adulto mayor centrados en actividades físicas, ocupacionales y lúdicas con el fin de mejorar su calidad de vida; ejemplos de esto son Comfenalco y Cafam. Esta última inició en 1987 el programa Caminemos juntos con el objetivo de ofrecer atención integral al adulto mayor.
Por su parte, las universidades también han implementado programas para esta población; se destaca el Programa para la Salud Psicofísica-PROSA de la Universidad de Antioquia 8, el programa Estimulación Cognitiva en Adultos Mayores Sanos y con Deterioro Cognitivo Leve de la Universidad San Buenaventura y algunas iniciativas esporádicas como la de Unidad de Servicios de Salud de la Universidad Nacional de Colombia en el año 2013 9.
Otros países como Cuba, Costa Rica, Chile o Argentina cuentan con programas especiales para los adultos mayores, los cuales favorecen las condiciones de ingreso y el apoyo para cursar programas de educación superior 10. El interés de los adultos mayores por conservar sus habilidades lingüísticas y cognitivas y frenar, en la medida de lo posible, los deterioros relacionados con la edad es una de sus principales motivaciones para involucrarse en programas como los antes descritos.
El desempeño cognitivo está asociado a factores como el estado de salud general, la alimentación, el nivel educativo, la complejidad de la ocupación, la inteligencia, entre otros 11. El lenguaje es uno de los aspectos más sensibles al paso del tiempo y uno de los primeros en que las personas perciben con mayor facilidad deterioros 12,13. Estos cambios incluyen la disminución de las capacidades auditivas y motrices y las dificultades para comprender, organizar y comunicar las ideas 14; en específico, se afecta el componente lexical, la organización de ideas dentro de la conversación y el análisis de información compleja o extensa 15.
Estas dificultades están asociadas a los componentes cognitivos con que interactúan, tales como la memoria, la atención, las funciones ejecutivas y la velocidad de procesamiento. La queja más frecuente de los adultos mayores en relación con su funcionamiento cognitivo está relacionada con la memoria 16, un sistema funcional complejo que contempla diferentes sistemas. Los cambios más significativos se observan en la memoria de trabajo, que contempla la habilidad para mantener información en la mente mientras se procesan otras tareas 17; también se afecta la memoria episódica, relacionada con el almacenamiento y la recuperación de vivencias 18.
Además, se presentan alteraciones en la vigilancia ante situaciones que requieren aumento de la capacidad atencional, la orientación, la atención selectiva y la inhibición de estímulos relevantes 19,20.
En cuanto a las funciones ejecutivas, se presentan déficits en la formación de conceptos, que en personas mayores se centran en términos más concretos que abstractos, disminuyendo la flexibilidad necesaria para formular abstracciones nuevas y formar enlaces conceptuales 21, asimismo se presentan limitaciones en tareas que requieren inhibición 22.
De igual forma, la velocidad del procesamiento se afecta con un enlentecimiento sensorial, motor y cognitivo. Existe un debate sobre la naturaleza de este enlentecimiento y cómo puede ser causa o consecuencia de los déficits en otros componentes cognitivos. Así, se presenta una codificación más lenta de los estímulos que limita el tiempo disponible para ejecutar las primeras operaciones, dejando degradadas las posteriores 16,23.
Los cambios antes descritos impulsan una creciente necesidad de diseñar estrategias que minimicen sus consecuencias en las actividades de la vida diaria y la calidad de vida de los adultos mayores. El entrenamiento en habilidades lingüísticas y cognitivas en adultos mayores ha demostrado tener un impacto positivo en dichas habilidades, en el aumento de la autonomía y en la calidad de vida brindando modelos de envejecimiento activo 1,24-27.
Diferentes programas de estimulación cognitiva han demostrado efectos a largo plazo en el funcionamiento cognitivo de los adultos mayores y han encontrado que evitan el declive de habilidades 5,28. Otros estudios han reportado mayor efectividad de las intervenciones cuando estas se realizan de manera interdisciplinaria e incluyen, no solo los aspectos neuropsicológicos tradicionales, sino el componente de ejercicio físico y adaptación en las rutinas cotidianas 29-32. Asimismo se ha estudiado la efectividad de las intervenciones que incorporan a la familia y cuidadores 33-35.
Los pacientes con enfermedad de Alzheimer y sus cuidadores han sido una de las poblaciones para las que más se han diseñado programas de estimulación cognitiva y del lenguaje. A nivel nacional sobresalen los programas Clínica de Memoria de la Fundación Santa Fe de Bogotá e Intellectus del Hospital San Ignacio, mientras que a nivel internacional destacan Memoria en Movimiento36 y Elder Rehab Program37. Este último se desarrolló entre 1996 y 2001 en la Universidad de Arizona y tenía en cuenta aspectos como el estado de ánimo, la condición física y el lenguaje, los cuales eran abordados a través de diferentes actividades de memoria, lenguaje y entrenamiento físico dos veces por semana. Sus resultados han sido reportados en revistas de alto impacto 36-38.
Teniendo en cuenta estos antecedentes, se diseñó el programa de promoción de habilidades comunicativas, lingüísticas y cognitivas dirigido al adulto mayor Mentes en Acción, producto generado y ejecutado desde la línea de profundización en lenguaje del Programa Docente Asistencial Centro de la Comunicación Humana de la Universidad Nacional de Colombia. Esta iniciativa fue premiada como mejor trabajo de grado en 2008 en el Concurso Otto de Greiff 39 y a partir de esta fecha se ha enriquecido y evaluado constantemente a través de la comprensión de modelos interdisciplinarios de atención que incluye a los programas de Terapia Ocupacional, Fisioterapia y Neuropsicología de la Universidad Nacional de Colombia.
Desde su creación en 2008 hasta la actualidad, más de 800 personas han tomado alguno de los niveles del programa, con una alta tasa de adherencia. Este tiene como objetivos estimular, fortalecer y evitar el deterioro de los procesos cognitivos como atención, memoria y razonamiento; brindar estrategias que favorezcan la comunicación social, la comunicación de necesidades básicas y la planeación diaria, y posibilitar y desarrollar estrategias comunicativas que ayuden a superar la disminución de interacciones sociales que entraña la vejez (alejamiento del sistema productivo, alteración de las redes familiares y sociales, etc.).
Mentes en Acción está dirigido a personas interesadas en mejorar sus habilidades comunicativas, lingüísticas y cognitivas que asisten por interés personal o remitidos por profesionales de la salud. Para ser admitidos en el programa, se requiere como único criterio de inclusión que los participantes no presenten un deterioro físico o cognitivo que les impida realizar las actividades autónomamente. Se incluye una propuesta metodológica que aborda tres ejes: comunicación y lenguaje; atención y memoria, y razonamiento y resolución de problemas. Estos ejes contemplan algunas de las habilidades que se declinan a partir de la edad adulta y que se manifiestan en limitaciones en el desarrollo de las actividades cotidianas que impactan la calidad de vida de las personas.
El objetivo de esta investigación fue comparar los resultados de un grupo de participantes del programa Mentes en Acción antes y después de su participación y los cambios en la calidad de vida percibida en cuanto a su salud.
Materiales y métodos
El diseño de este estudio fue de tipo cuasi experimental y evalúo la respuesta a la intervención cognitiva y lingüística en un grupo de adultos mayores, para lo que se tuvieron en cuenta las variables comunicación y lenguaje, atención, memoria, habilidades de planificación, lectura, escritura y razonamiento. De igual forma, se contrastaron los resultados con la calidad de vida percibida sobre su salud por los adultos mayores en estos mismos momentos teniendo en cuenta las variables vitalidad, función física, dolor, salud general, rol emocional, función social y salud mental.
Participantes
Los participantes suelen asistir a varias ediciones del programa, variando el grupo al cual se asignan. Estos grupos se conforman de acuerdo con los perfiles de los participantes y al nivel de dificultad de las actividades. Para el análisis de este estudio se tuvieron en cuenta los participantes de la cohorte del año 2013, cuyas características sociodemográficas se resumieron en la Tabla 1.
Los participantes se inscribieron en el programa y aceptaron la inclusión en el estudio mediante la firma de consentimiento informado. De acuerdo con las normas éticas establecidas en la Declaración de Helsinki 40 y la Resolución 8430 de 1993 41, el presente estudio se considera de riesgo inferior al mínimo.
Con cada uno de los participantes se realizó una sesión de entrevista en la que manifestaban sus intereses, necesidades y dificultades en las áreas objetivo del programa. Posteriormente se realizó una evaluación de entrada y de acuerdo con sus resultados fueron clasificados en tres niveles según su perfil de fortalezas y debilidades. En la Tabla 2 se presenta la descripción de cada uno de los niveles. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia mediante el Acta No. 81 del 28 de noviembre de 2013.
Procedimiento
Todos los participantes fueron evaluados antes y después del programa con el protocolo que incluye las siguientes pruebas:
Mini-Mental State Examination de Folstein (MMSE): evalúa la función cognitiva, incluyendo elementos como orientación espacial y temporal; memoria inmediata y de evocación; cálculo; lenguaje nominativo; repetición; comprensión; escritura, y copia de dibujo 42.
Queja subjetiva de memoria: se administra como prueba de tamizaje y recopila la mayoría de las quejas de memoria. Es un cuestionario que lo diligencia el familiar o cuidador 43,44. Functional Assessment of Communication Skills for Adults (ASHA FACS): valora la comunicación social, comunicación de las necesidades básicas, lectura, escritura, concepto numérico y planeación diaria 45.
D2. Test de Atención: pide a los participantes que crucen cualquier letra "d" con dos marcas alrededor, encima o por debajo de ella en cualquier orden. Los distractores que rodean el objetivo suelen ser similares a estos, por ejemplo una "p" con dos marcas o una "d" con una o tres marcas 46.
Cuestionario de Salud SF 36: consiste en una encuesta de formato corto, compuesta por 36 preguntas donde se evalúa el estado de salud del paciente, el seguimiento y la comparación de la carga a lo largo de la enfermedad y la efectividad en diferentes tratamientos; dentro de la prueba se manejan ocho escalas: vitalidad, funcionamiento físico, dolor corporal, percepciones generales de salud, rol físico, salud emocional, función social y salud mental 47,48.
De acuerdo con las pruebas anteriores, como variables cognitivas se consideraron comunicación, atención, memoria, habilidades de planificación, lectura, escritura y razonamiento, mientras que las variables relacionadas con calidad de vida fueron dolor, salud general, salud emocional, función social y salud mental.
Luego de la evaluación inicial, el equipo de trabajo -conformado por profesores, profesionales y estudiantes del Programa Docente Asistencial Centro de la Comunicación Humana- clasificó a los participantes en los tres niveles de dificultad planteados en la Tabla 2. El programa tuvo una intensidad horaria de 24 horas distribuidas en ocho sesiones grupales de 3 horas, cada una con una frecuencia semanal; los participantes rotaron por los tres centros de actividad en cada sesión tal y como se describe en la Tabla 3.
Todos los participantes que completaron las 24 horas del programa fueron evaluados en una sesión individual al finalizar el proceso; además, se realizó una sesión grupai de retroalimentación con el equipo de trabajo. A cada participante y familia se le entregó un informe individual de resultados y recomendaciones.
Análisis de datos
Los datos directos y escalares de las pruebas administradas se digitaron y analizaron en el paquete estadístico SPSS 17. Se practicaron pruebas para determinar la normalidad de los datos (Kolmogorov-Smirnov). Dados los resultados, se empleó la prueba no paramétrica de signos de Wilcoxon para observar la magnitud del cambio antes y después del programa, considerando como significativo un valor p<0.05 para la comparación, mientras que para estimar el tamaño del efecto se utilizó la d de Cohen, quien sugiere el siguiente criterio orientativo: valores de entre 0.2 y 0.3 indican un efecto pequeño; alrededor de 0.5, un efecto mediano; y mayores que 0.8, un efecto alto 49. Se desarrolló la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis para analizar la influencia de las variables socioeconómicas en el desempeño de los participantes en las evaluaciones iniciales. Por último se analizó un modelo de regresión lineal de pasos sucesivos.
Resultados
Al realizar la comparación de las variables socioeconómicas edad, género, escolaridad y estrato socioeconómico mediante la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis para muestras independientes, no se encontró influencia de la variable género. Al comparar la escolaridad, se observaron diferencias en las personas con alta, media y baja escolaridad (universitaria, secundaria y básica) en la mayoría de los dominios cognitivos que intervinieron el programa, excepto en las variables planificación, función física, dolor y función social con un valor p<0.05. De forma similar, al evaluar la influencia del estrato socioeconómico, se observó que son sensibles casi todas las variables excepto función física, dolor, rol emocional y función social. En cuanto a la edad, al segmentar el análisis por edad (mayores y menores de 60 años) se encuentran diferencias en cuanto a las variables de memoria, salud general, función física y dolor.
La Figura 1 describe la comparación de los resultados de los participantes en cuanto a las habilidades lingüísticas y cognitivas evaluadas mediante la prueba de los rangos con signo de Wilcoxon. Se encuentran diferencias estadísticamente significativas en las habilidades de comunicación, atención, memoria, planificación y razonamiento con un cambio positivo. En lectura y escritura no se observan diferencias estadísticamente significativas.
En cuanto a la medición de la calidad de vida, la Figura 2 muestra cómo mejoraron significativamente las variables dolor, salud general, salud emocional, función social y salud mental. Las variables vitalidad y función física no exhibieron cambios.
Con el fin de estimar las áreas del programa en las cuales se evidencian mayores cambios y el tamaño del efecto del mismo, se calculó la d de Cohen (Tabla 4).
Con la finalidad de evaluar el impacto de las habilidades cognitivas y lingüísticas en la calidad de vida, se calculó un análisis de regresión lineal con el método de pasos sucesivos empleando como variable dependiente el promedio de los resultados de calidad de vida y como independientes las puntuaciones obtenidas en las habilidades cognitivas y lingüísticas al finalizar el curso. El método de pasos identificó cuatro modelos: el primero introdujo la variable memoria como la que más contribuye a la explicación de la variancia en la calidad de vida con un 52% (R2=52, F=111, Sig=0.00); en el segundo interviene la interacción entre las variables memoria, escritura y razonamiento (R2=59, F=66, Sig=0.00); el tercero añadió razonamiento (R2=76,F=102, Sig=0.00), y el cuarto incluyó memoria, escritura, razonamiento y planificación explicando el 79% de la variancia (R2=52, F=87,9, Sig=0.00).
En cuanto a las correlaciones entre las habilidades cognitivas y lingüísticas y las variables de calidad de vida relacionadas con la salud, se encuentra significación estadística en la mayoría de las variables observadas, excepto vitalidad y dolor. Si bien a partir de este análisis no es posible establecer causalidad, es posible establecer relaciones útiles en la planeación de las actividades (Tabla 5).
* Correlaciones significativas en el nivel 0.05.
† Correlaciones significativas en el nivel 0.01.
Fuente: Elaboración propia.
En las entrevistas finales a nivel cualitativo, los participantes resaltan que el programa, además de fortalecer sus habilidades cognitivas y lingüísticas, se ha convertido en un espacio diferente para el ocio y el entretenimiento.
Discusión
El presente estudio indica que los participantes del programa Mentes en Acción mejoran su desempeño en habilidades cognitivas y lingüísticas, así como en su calidad de vida; esto concuerda con los resultados de estudios similares 36-39,50.
En cuanto la influencia de las variables socioeconómicas en las habilidades lingüísticas y cognitivas, el género no mostró diferencias estadísticamente significativas similares a lo reportado por Vinaccia-Alpi et al.51. Respecto a la escolaridad sí se identificaron marcadas diferencias; este aspecto es tenido en cuenta cuando los participantes se asignan a un grupo de actividad. De igual forma, el estrato socioeconómico marca diferencias de la mano con la escolaridad, lo cual evidencia la necesidad de diseñar programas específicos sensibles al nivel de escolaridad y especialmente para personas con formación alta para quienes la oferta de este tipo de programas es escasa.
En cuanto a la lectura y la escritura, estas habilidades no mostraron cambios estadísticamente significativos. Entre las posibles explicaciones podría contemplarse que los participantes tenían una preferencia por las actividades que requerían la modalidad oral sobre la escrita, quizá por las dificultades visuales que implica el envejecimiento, las mayores demandas cognitivas que requieren la tarea o la heterogeneidad en la escolaridad de los participantes. Una explicación alternativa puede estar relacionada con la necesidad de interacción y el gusto por el componente de intercambio social.
La memoria tiene una alta influencia en la calidad de vida de los participantes, así como en su desempeño en las tareas lingüísticas cognitivas. Los resultados de Mentes en Acción evidencian un efecto positivo moderado, al igual que otros estudios relacionados con programas de entrenamiento 8,24,27; sin embargo, algunas investigaciones no encuentran este efecto 52,53
En las variables relacionadas con calidad de vida, vitalidad y función física no se perciben cambios, quizá porque la mayoría de actividades se desarrollan con los participantes sentados. Entre las recomendaciones de varias de las cohortes del programa se encuentra la inclusión de un componente de actividad física. A la luz de los avances investigativos sobre el tema 53, se ha tenido en cuenta la recomendación y se ha desarrollado una segunda versión llamada Mentes en Acción Plus, que incluye la intervención de profesionales y estudiantes de fisioterapia.
Las demás variables relacionadas con la calidad de vida, como dolor, salud general, rol emocional, función social y salud mental, exhiben diferencias significativas y se relacionan tanto con la mejora en los componentes lingüísticos y cognitivos como en la participación en una actividad social de esparcimiento. Para aclarar que los cambios en la calidad de vida se relacionan directa y causalmente con el programa, es necesario plantear en estudios futuros la inclusión de un grupo control que desarrolle actividades de esparcimiento.
En cuanto al tamaño del efecto, el mayor reportado fue en la función social, lo que está relacionado con lo reportado por los participantes en cuanto al espacio de socialización que provee el programa, lo cual a su vez se documenta como una fuente del aumento de la calidad de vida en el envejecimiento 3.
Si bien estos resultados son satisfactorios, se constituyen en un primer paso en la construcción de evidencia a favor del impacto del programa Mentes en Acción, por lo que se hace necesario plantear nuevos estudios en los que se contemple la inclusión de un grupo control. De igual forma, una de las preguntas pendientes radica en si el efecto es subjetivo o si realmente se incide en la mejoría funcional de las diversas capacidades, lo cual requiere de un seguimiento de los participantes para verificar el efecto a largo plazo.
Conclusiones
El programa Mentes en Acción tuvo un impacto positivo tanto en las habilidades cognitivas y lingüísticas como en la calidad de vida de los participantes y mostró cómo la intervención en modalidad grupal beneficia la preservación y la optimización de habilidades en el adulto mayor; esto abre la puerta a nuevos modelos de rehabilitación que pueden ser implementados en diferentes escenarios. A nivel cualitativo, los participantes reportan un mayor bienestar percibido en relación a su salud y en sentirse más a gusto en sus actividades diarias. De este modo, Mentes en Acción se constituye en un escenario interdisciplinario de formación a estudiantes y de proyección social universitaria.