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Revista Latinoamericana de Psicología

Print version ISSN 0120-0534

rev.latinoam.psicol. vol.40 no.3 Bogotá Sept./Dec. 2008

 

LA TEORÍA DE ORIENTACIÓN DE METAS Y LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA: CONSIDERACIONES PRÁCTICAS

GOAL ORIENTATION THEORY AND PHYSICAL EDUCATION TEACHING: PRACTICAL ISSUES

ALEXANDRE GARCÍA-MAS1
Universidad de las Islas Baleares, España y
FERNANDO GIMENO
Universidad de Zaragoza, España

1 Correspondencia: ALEXANDRE GARCÍA-MAS, Universidad de las Islas Baleares, Facultad de Psicología. Cra. de Valldemossa, km. 7,5. 07122 Palma de Mallorca, España. Correo electrónico: alex.garcia@uib.es

ABSTRACT

This study analysed whether the evaluation of sports motivation, according to the Goal Orientation Theory, varies according with the use of simple or combined motivational profiles. It also explored its relationship with variables such as the level of sports practice, or the level of competition and success. Seventy-two men and women, students of Sport and Physical Activity Sciences from Zaragoza (Spain), answered the Spanish adaptation (Guivernau & Duda, 1994) of the Task and Ego Orientation in Sport Questionnaire, (Duda, 1989). Results
indicated differences between the motivational profiles considered, in relation to the sportive practice variables. Finally, we discuss the practical implications of these results attending the Motivational Climate generated at the Physical Education classrooms.

Key words: Goals, physical education, ego, motivation.

RESUMEN

Este estudio buscaba comprobar si la evaluación de la motivación deportiva, según la Teoría de Orientación a Metas, varía de acuerdo con el uso de perfiles motivacionales simples o combinados. También se explora su relación con variables tales como nivel de práctica deportiva o el nivel de competición y logro alcanzado. Setenta y dos hombres y mujeres, estudiantes de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de Zaragoza (España), respondieron el Cuestionario de Orientaciones Motivacionales en el Deporte (Guivernau & Duda, 1994, daptación española del Task and Ego Orientation in Sport Questionnaire, Duda, 1989). Los esultados muestran la existencia de diferentes relaciones motivacionales con las variables de práctica deportiva, en función del tipo de perfil utilizado. Se discuten las implicaciones prácticas de los hallazgos respecto del clima motivacional generado en la enseñanza de la Educación Física.

Palabras clave: Metas, educación física, ego, motivación.


INTRODUCCIÓN

Existe una clara diferencia entre la cantidad e impacto de las investigaciones y propuestas de aplicación de la Teoría de Orientación de Metas (TOM) desde la Psicología de la Actividad Física y el Deporte, respecto de las que se proponen desde la Educación Física (EF). Las primeras han ocupado el paradigma motivacional en la última década del pasado siglo XX, y siguen muy presentes en las publicaciones y manuales de relevancia (Harwood, Cumming & Fletcher, 2004; Roberts, 2001), mientras que son muy escasas las segundas, incluso en las publicaciones educativas o relacionadas directamente con la EF. La TOM, basada en la Teoría de Metas de Logro (Duda, 1992; Nicholls, 1984a, 1984b) presenta un escenario en el que la motivación en contextos de logro es entendida como una predisposición de los sujetos a mostrar competencia de forma autorreferente (la experiencia subjetiva de mejora de la propia ejecución o de dominio de las demandas de la tarea) o bien mediante la comparación respecto a otros. Estas dos orientaciones motivacionales son definidas mediante los términos "implicación en la tarea" e "implicación en el yo", respectivamente, gracias al diseño y aplicación de un cuestionario (el Task and Ego Orientation in Sport Questionnaire, TEOSQ, Duda, 1989). Se han realizado replicaciones gracias al uso de otros instrumentos desarrollados tras él, los cuales se han comportado fiablemente, validándose mediante repetidos análisis factoriales en estudios transculturales y en muy distintos ámbitos de portivos (Duda & Whitehead, 1998; Hanrahan & Biddle, 2002).

Sin embargo, nos hallamos ante la realidad de que la generación de un Clima Motivacional (CM) determinado es una de las prioridades prácticas en la psicopedagogía de la EF, y la TOM es el marco de referencia más habitual para las personas que lo deben establecer. Esto implica, entre otras cosas, que otras teorías motivacionales (como, por ejemplo, las basadas en la Teoría de la Autodeterminación, Deci & Ryan, 1985) no se tienen en cuenta con la misma profundidad, a la hora de establecer los criterios docentes relacionados con la generación de un clima motivacional determinado.

Una explicación tentativa y no sustentada por la experiencia a este hecho, es la gran dificultad existente para utilizar sistemas sencillos, con el fin de establecer CM basados en la Teoría de Autodeterminación (siguiendo con el mismo ejemplo), frente a la relativa simplicidad de generar CM fundamentados en la TOM, el que además puede ser monitoreado por parte de los alumnos-deportistas mediante cuestionarios de CM percibido. Apoyando esta explicación, Deci establecía que el mayor problema de la conjunción de motivaciones intrínsecas y extrínsecas residía en cómo y cuándo se establecía el locus de causalidad de la conducta del individuo. En sus palabras: "Esto (la conjunción de las dos fuentes motivacionales) puede conducir a la persona a un proceso de reevaluación cognitiva de la actividad a la que uno se halla intrínse camente motivado por la anticipación del refuerzo externo" (Deci, 1971, p. 107). Por lo tanto, sigue siendo un problema cómo, cuándo y en qué precisos momentos-debe un profesor de educación física, un entrenador, o un padre, establecer las circunstancias que puedan promover esta reestructuración cognitiva, en la dirección que se desee. En las propias palabras de Duda (1997) alertando sobre la simplificaciones en la aplicación e interpretación de la teoría, "las variaciones en las orientaciones de ego y tarea reflejan las diferencias individuales acerca de cómo la competencia tiende a construirse y definirse subjetivamente en cuanto al sentido del éxito y del fracaso. Esencialmente, (las dos orientaciones) reflejan la predisposición hacia un grado de preocupación por la habilidad personal (orientación al ego) o a la mejora/ aprendizaje y la maestría en la tarea (orientación a la tarea). El concepto de orientación de metas, entonces, es mucho más que la consideración sobre si alguien es empujado a concentrarse en el resultado o hacia su propio rendimiento" (Duda, 1997, pp. 304-305).

Las dos perspectivas de orientación de metas (Ego y Tarea) se han mostrado ortogonales desde una perspectiva estadística (Nicholls, 1989) por lo que cada individuo presenta las dos orientaciones, pudiendo variar en la intensidad del patrón motivacional (ego y tarea simultáneamente). Es decir, en cualquier deportista pode mos encontrar cierto grado de ambas, expresado en los diferentes deportes practicados (Martín Albo-Lucas, Núñez & Navarro, 2003). La consideración de este hecho daría lugar a distintas combinaciones de las dos orientaciones y sus intensidades, que interactúan entre sí (Hardy, 1997; White, 1998) tal como se puede ver en nuestra adaptación del concepto, presentada en la Figura 1. Sin embargo, esta circunstancia no se ha visto reflejada en la mayoría de las investigaciones realizadas, algunas veces debido a que se ha considerado que debería ser usado únicamente en circunstancias excepcionales (Duda, 2001; Hanrahan & Gross, 2005). A pesar de ello, pensamos que este hecho ha tenido, cuando menos, dos claras repercusiones. En primer lugar, que los análisis de los datos de estas investigaciones se realizaran considerando a los sujetos en función de su tendencia de orientación de meta predominante, y no de su combinación. De esta forma, la elección de una u otra estrategia de análisis de datos arrojará, presumiblemente, resultados diferentes en un mismo estudio, como sugiere Duda (2001) y posteriormente se observa en el estudio de Hanrahan y Gross (2005). Por otra parte, la predominancia de una u otra orientación de meta se ha establecido en la mayoría de los estudios sobre la base del valor de la tendencia central del grupo de participantes, sin ningún tipo de referencia a un criterio normativo o baremación del TEOSQ.

En segundo lugar, gran parte de las investigaciones sobre la TOM concluyen que el predominio de una orientación de ego, puede ser perjudicial por distintos motivos, entre los que destacan la predisposición al abandono en la iniciación deportiva o la evitación de retos difíciles por miedo al fracaso, señalando como conveniente, en general, potenciar la "orientación de tarea" (Cervelló & Santos-Rosa, 2000). De ahí que en el contexto aplicado del trabajo con deportistas y alumnos de EF en la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), se haya intentado favorecer por parte de entrenadores y profesores de EF, respectivamente, una disposición motivacional exclusivamente de orientación a la tarea considerando perjudicial o no deseable una orientación hacia el yo.

Siguiendo a García-Mas (1999) cabe preguntarse si este conocimiento verdadero es necesariamente aplicable. Este esquema de trabajo aplicado propicia cuando menos dos tipos de problemas e inconvenientes: a) la falta de consideración de otras variables implicadas en la motivación por la práctica, tal como la teoría motivacional de la Autodeterminación, y b), la limitación en la aplicación de estrategias de modificación de conducta, como la técnica de "establecimiento de objetivos" que se ha mostrado eficaz para aumentar la motivación y la autoconfianza en el contexto de la práctica deportiva (Buceta, 1998; Weinberg & Gould, 1996). Esta última se fundamenta en "el establecimiento de objetivos de resultado y de realización, correctamente relacionados" y no solamente de realización o de proceso (Buceta, 1998, pp. 269). Aunque no existan estudios en el ámbito educativo de la AF que lo puedan aseverar de forma concluyente, la consideración de que la orientación hacia el ego es absolutamente perjudicial o no deseable tal vez pueda invitar a generar un clima motivacional en el que se considere que ganar y perder son experiencias educativas no deseables, si lo que se pretende de forma general, es favorecer la adherencia y la continuidad de un deportista o alumno de educación física en sus años de iniciación.

Por lo tanto, y en consideración de todo lo anterior, parece evidente la necesidad de ir más allá de la aparente sencillez en el estudio de la motivación, para darnos cuenta de la real complejidad de la motivación en la AF y el deporte, más allá de los hallazgos de la TOM. Por ejemplo, en un reciente estudio, Papaioannou, Marsh, y Theodorakis (2004), evaluaron en una muestra de 2786 estudiantes, 200 clases y 67 profesores, los efectos del clima motivacional generado en el aula (promotor de orientación a la Tarea o promotor de orientación al Ego) y las orientaciones de meta individuales (Tarea y Ego) sobre los resultados de los alumnos (motivación intrínseca, actitudes, autoconcepto físico e intenciones de práctica de ejercicio). Los resultados de este estudio reflejaron que no existe apoyo empírico para la comprobación de una "hipótesis de compatibilidad" (e.g., que los estudiantes con orientación a la Tarea fueran más beneficiados por los climas motivacionales de Tarea). También se evidenció que una combinación de alto clima de orientación de Tarea y de Ego tenía efectos positivos tanto en orientación hacia la Tarea como en satisfacción. Se observó una correlación baja ligeramente positiva entre las orientaciones individuales de Tarea y de Ego; por ello, ambas orientaciones no son bipolares opuestas, y no están sustancialmente negativamente relacionadas.

De tal manera, teniendo en cuenta los estudios anteriores, el objetivo de este trabajo es analizar el establecimiento de los parámetros de la Teoría de Orientación de Metas en el contexto de la enseñanza de la EF con futuros licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, ya que estas personas se encargarán de llevar a cabo la educación de los jóvenes en este ámbito. Para ello se han analizando las repercusiones del empleo de estas dos opciones: a) la consideración de dos únicas tendencias de orientación de meta predominante (hacia la tarea o hacia el ego); y b) la consideración de los diferentes perfiles motivacionales resultantes de la combinación del diferente peso específico de estas dos orientaciones, como los establecidos en la Figu ra 1. De forma secundaria, se han comparado estas dos posibilidades con variables relativas a la expresión comportamental (práctica deportiva y de AF) de los perfiles motivacionales de los participantes.

MÉTODO

Participantes

Tomaron parte en este estudio los alumnos de la asignatura de Psicología de la Actividad Física y del Deporte de segundo curso de la Licenciatura de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte de la Universidad de Zaragoza, España (cursos académicos 2005-2005 y 2005-2006). Fueron en total 72 participantes, de los que 42 eran mujeres (58,3%) y 30 varones (41,7%). La edad media de todos ellos era 21,25 y la desviación típica 4,73.

Instrumentos

Para medir las orientaciones de meta disposicionales de los estudiantes se utilizó el Cuestionario de Orientaciones Motivacionales en el Deporte (Guivernau & Duda, 1994, adaptación española del Task and Ego Orientation in Sport Questionnaire, TEOSQ, Duda, 1989). Este test consta de 16 items distribuidos en dos escalas que miden orientación de tarea (8 items) y de ego (8 items). Todos los ítems comienzan con la frase "Yo me siento exitoso en el deporte cuando ...". La respuesta a los items se realiza mediante una escala Likert de 5 puntos, desde 1 (totalmente de acuerdo) a 5 (totalmente en desacuerdo).

Junto a este instrumento, se recogieron los siguientes datos de cada participante, relativos a las características de su práctica deportiva: sexo, edad, número de sesiones de actividad física a la semana, mayor nivel de competición deportiva en la que se ha participado y mayor éxito conseguido en competiciones deportivas. Para la medición de estas dos últimas variables (nivel de competición y éxito deportivo) se asignaron los siguientes valores a cada una de estas seis opciones: 1= Olimpiada o Campeonato del Mundo; 2= Campeonato de España o competición de máximo nivel nacional; 3= Campeonato Autonómico (estatal) o competición de nivel intermedio; 4= Campeonato provincial; 5= Resto de competiciones (e.g., pruebas populares); 6= Ningún tipo de participación en competiciones.

Procedimiento

Para llevar a cabo la investigación se obtuvo la autorización del equipo decanal del Centro. Los estudiantes fueron informados del propósito del estudio, explicándoles que las respuestas eran anónimas y solicitándoles su libre colaboración en el proyecto. Se administraron los instrumentos para medir las diferentes variables en el aula y en presencia solamente del investigador principal, pidiéndoles que no comenzaran hasta que se les explicara las instrucciones y las posibles dudas que pudieran surgir. Cada participante empleó entre 10 y 15 minutos para completar los cuestionarios. Según iban terminando, el investigador recogía los cuestionarios de manera individual, agradeciéndoles su colaboración.

Análisis de datos

Para el análisis de datos se estudió la relación entre la orientación motivacional, por un lado, y la cantidad de práctica deportiva (n° de sesiones de actividad física a la semana), el nivel de competición (el mayor nivel de competición deportiva en la que se ha participado), y el éxito deportivo (mayor éxito conseguido en competiciones deportivas) por otro.

Para el análisis de la influencia de la orientación motivacional, fueron considerados dos criterios. En primer lugar, los sujetos fueron clasificados en función de su orientación motivación predominante, hacia la tarea o hacia el yo; y en segundo lugar, los sujetos fueron encuadrados en cuatro grupos en función de su "perfil motivacional" combinado (tal y como se ha descrito en la Figura 1). La división de los participantes en los 4 perfiles motivacionales se llevó a cabo en función de las medianas observadas en las orientaciones hacia el Ego y hacia la Tarea, siguiendo los consejos de Duda (2001) y el trabajo de Hanrahan y Gross (2005).

Teniendo en cuenta la ausencia de normalidad y la falta de homogeneidad en estas variables objeto de estudio, se ha optado por la utilización de tests no paramétricos. Por ello, para comprobar si existían diferencias en las variables analizadas en función de su orientación motivación predominante, hacia la tarea o hacia el yo, se aplicó el test no paramétrico U de Man Witney. Y para comprobar si existían diferencias en las variables analizadas en función de los diferentes perfiles disposicionales de los estudiantes, se aplicó el test Kruskal Wallis. Para descubrir entre qué grupos existen diferencias, se realizaron comparaciones múltiples a posteriori a través de los métodos de Scheffé y Tukey, a un nivel de confianza del 0,05.

En el caso de la "orientación motivacional", el "nivel deportivo" y el "éxito deportivo", debido a la naturaleza ordinal de estas variables, se utilizaron como índices de tendencia central y de dispersión la mediana y el rango intercuartílico, respectivamente. Para la "cantidad de práctica deportiva (número de sesiones de actividad física a la semana)" se utilizó la media y la desviación típica, por el carácter de escala de razón de esta variable.

RESULTADOS

La distribución de los participantes en nuestro estudio según su orientación motivacional predominante, hacia la Tarea o hacia el Ego fue de 63 (87,5%) y de 9 (12,5%) sujetos, respectivamente.

En la Tabla 1 se pueden observar los resultados descriptivos acerca de la distribución de los participantes según los perfiles combinados de las orientaciones de Ego y Tarea. Los resultados muestran una distribución similar entre las cuatro posibilidades, siendo más relevante la orientación a la Tarea que la orientación al Ego (consideradas ambas globalmente), en la misma dirección que los resultados de la orientación motivacional predominante. Sin embargo, la combinación Alto Tarea/Alto Ego muestra los máximos valores (compartidos con la combinación Alto Tarea/Bajo Ego), mientras que el perfil opuesto (Bajo Tarea/Bajo Ego) muestra el más bajo (al igual que la combinación Alto Ego/Bajo Tarea), aunque la diferencia porcentual es muy reducida.

Al realizar los análisis de diferencias, y como se puede observar en la Tabla 2, los resultados obtenidos no reflejaron diferencias significativas en la cantidad de "práctica deportiva realizada" (No. de sesiones a la semana), el "nivel de competición" y el mayor "éxito deportivo" alcanzado, entre los participantes con tendencia de orientación de meta predominante hacia la Tarea o hacia el Ego.


Ahora, si examinamos los cuatro diferentes perfiles motivacionales (Bajo Ego/Bajo Tarea, Bajo Ego/Alto Tarea, Alto Ego/Bajo Tarea y Alto Ego/ Alto Tarea), nuestros resultados muestran diferencias significativas tanto en la cantidad de "práctica deportiva realizada" (No. de sesiones a la semana) como en el "nivel de competición" (nivel de competición más elevado alcanzado), tal como se puede ver en la Tabla 3.

Las comparaciones múltiples realizadas dieron como resultado respecto a estas dos variables -cantidad de práctica y nivel de competición- que los participantes del grupo Alto Ego/Alta Tarea obtuvieron puntuaciones significativamente mayores que el resto de participantes de los otros tres grupos, sin que se encontraran diferencias entre estos últimos. Sin embargo, cuando analizamos la variable «éxito deportivo», vemos que no se encuentran diferencias significativas entre los cuatro grupos de perfiles motivacionales (Tabla 3).


DISCUSIÓN

En el campo de la psicología de la AF y el deporte, no existe hoy en día un consenso unánime acerca de la predominancia del marco teórico de la Teoría de Orientación a Metas sobre los demás posibles, tanto desde posturas conceptuales (e.g. Cashmore, 2002), como desde la intervención aplicada (Hardy, 1997). Tampoco existe acuerdo respecto a la predominancia de la TOM sobre algunas combinaciones de éste marco teórico con otros, como los atribucionales, o de la autodeterminación (e.g. Hanrahan & Gross, 2005). Sin embargo, es indudable que la contribución de este marco teórico al campo de investigación y aplicación ha sido ciertamente indudable, desde la robustez psicométrica y replicabilidad de la herramienta fundamentalmente usada (el TEOSQ, Duda, 1989; y sus distintas adaptaciones y versiones, Hanrahan & Biddle, 2002), hasta la capacidad explicativa de distintos procesos psicológicos implicados en el deporte, como pueden ser las adaptaciones comportamentales del atleta a las distintas situaciones deportivas (Weiss & Ferer-Caja, 2002); la deportividad y el fair play (Boixadós et al., 2004); la satisfacción con la práctica deportiva (Cervelló, Escartí & Balagué, 1999; Treasure & Roberts, 2001); el contexto de la educación de la EF (Cervelló & Santos-Rosa, 2000); o incluso la capacidad para entrar en flow durante la práctica deportiva (García et al., 2005). Esta contribución relevante se ha plasmado, asimismo, en un elevado nivel de introducción de este marco teórico –muchas veces en su versión aplicada más simplificada– en la enseñanza de la práctica de AF y del deporte, en posible detrimento de otros marcos motivacionales, tal como ya se ha indicado.

Los datos descriptivos de nuestro estudio, en cuanto a la distribución entre las dos orientaciones de meta predominantes, no difieren respecto de otros, también con estudiantes de EF (Cervelló & Santos-Rosa, 2004). Tampoco divergen respecto de las expectativas previas, ya que aparece un mayor peso de la orientación de Tarea respecto de la de Ego, aunque se trate de una diferencia escasa.

Sin embargo, nuestros resultados ponen de manifiesto cómo diferentes estrategias de análisis de datos (dentro del mismo paradigma) pueden arrojar resultados diferentes en un mismo grupo de personas, al estudiar la influencia de variables psicológicas, en nuestro caso, las disposiciones motivacionales de Ego y Tarea. Cuando utilizamos el análisis en función de los cuatro perfiles motivacionales combinados (con la cautela establecida por Duda, 2001), nuestros participantes se dividen casi al 25% entre los cuatro perfiles. Otros estudios, en cambio, han encontrado muchas dificultades para hallar muestras de deportistas que mostraran un nivel bajo de orientación en ambas metas (Ego y Tarea) a la vez (Duda & Whitehead, 1998).

En un reciente estudio de Hanrahan y Gross (2005), dos tercios de las respuestas de "sin comentario" acerca las atribuciones que los deportistas hacían sobre su rendimiento personal, y la totalidad de respuestas de «sin comentario» acerca de las atribuciones de sus resultados deportivos, correspondían a los participantes con el perfil Bajo Ego/Baja Tarea. Los autores sugieren que este perfil corresponde a un cierto nivel de apatía, o bien, a la disminución en su interés por explicar las causas tanto del rendimiento como de los resultados. Una falta de intención o de deseo de mejorar el rendimiento mediante la comprensión del por qué de rendimientos previos, es un claro ejemplo de amotivación (Vallerand & Rousseau, 2001). Así, tal vez poseer un perfil Bajo Tarea/Bajo Ego podría ser indicativo del nivel de amotivación del deportista, aparentemente relacionado con las conductas de abandono. El hecho de que en nuestro estudio aparezca casi una cuarta parte de participantes con este perfil, y que no sea el último de los valores relacionados con la variable «nivel de práctica deportiva», ya que su puntuación le sitúa aún por delante del perfil Alto Ego-Bajo Tarea, debería hacernos considerar el papel de los perfiles aparentemente amotivacionales en personas que sin embargo llevan a cabo -sin abandonar- prácticas de actividad física y/o deportivas de competición aparentemente sin ningún problema de mantenimiento (Garcia-Mas et al., en prensa).

Sin embargo, además de estos resultados, lo que consideramos especialmente relevante en este caso, no es tanto la comparación con los obtenidos en otras situaciones, sino la llamada de atención sobre la obtención de resultados "distintos" al utilizar dos estrategias de análisis de datos "distintas" en la TOM. Este hecho tiene una gran trascendencia si tenemos en cuenta que de los resultados obtenidos en este tipo de estudios se derivan recomendaciones prácticas, aplicadas y didácticas para los profesores de educación física, en las que se cuestiona la adecuación de estrategias docentes relacionadas con la generación de un clima motivacional favorecedor a la Tarea que tenga utilidad por él mismo y/o compatible con estrategias favorecedoras de un clima motivacional orientado también hacia el Ego.

De esta manera, cuando analizamos los resultados en función de las tendencias de orientación de metas predominantes al Ego o bien a la Tarea, no hemos hallado diferencias estadísticamente significativas en ninguna de las variables estudiadas, es decir, ni respecto a la cantidad de práctica deportiva realizada (estudiada según el número de sesiones de trabajo semanales); ni con el mayor nivel de competición alcanzado por los participantes; ni tampoco con la variable del mayor éxito deportivo obtenido por los participantes en nuestro estudio.

Pero en cambio, cuando hemos analizado los datos en función de los cuatro perfiles combinados de orientación a metas (Bajo Ego/Bajo Tarea; Bajo Ego/Alto Tarea; Alto Ego/Bajo Tarea; y Alto Ego/Alto Tarea), sí hemos hallado diferencias significativas respecto a los de las variables, mientras que en la del máximo éxito deportivo alcanzado por los participantes, no se obtuvo diferencia que se pudiera valorar. Desde nuestro punto de vista, este resultado puede explicarse (además de por las características específicas de nuestros participantes) por la dificultad de hallar relaciones significativas entre variables motivacionales y "productos" de la práctica deportiva, como es el éxito deportivo. Este resultado se halla en consonancia con resultados de investigaciones anteriores que han estudiado la relación entre diferentes variables de personalidad y la ejecución deportiva (Auweele, De Cuyper, Van Mele & Rzewnicki, 1993). En este sentido, variables psicológicas disposicionales tipo rasgo (como la orientación motivacional) son menos eficaces en la predicción de variables de resultado a largo plazo (como el éxito deportivo) en comparación con variables de proceso, más a corto plazo, e implicadas en tales resultados (como en nuestro caso el nivel de práctica de actividad física) (Régnier, Salmela & Russell, 1993).

Respecto al nivel de práctica deportiva realizada semanalmente, además de producirse una diferenciación entre los cuatro grupos de perfiles motivacionales, los participantes del grupo Alto Ego/Alta Tarea obtuvieron puntuaciones significativamente mayores que el resto de participantes de los otros tres grupos, sin que se encontraran diferencias entre estos últimos. Pero si consideramos a esta variable como un plausible indicador comportamental del nivel de adherencia o de mantenimiento de la práctica deportiva, nuestros participantes con el perfil Bajo Ego/Baja Tarea, obtienen una representación tan elevada como el resto de los otros dos grupos, lo que deja planteado de nuevo el tema de la interacción amotivación/adherencia a la práctica.

Esta misma diferenciación entre los cuatro grupos y los cuatro perfiles se halla respecto de la variable nivel de competición. Al igual que el hallazgo anterior, los participantes del grupo Alto Ego/Alta Tarea obtuvieron puntuaciones significativamente mayores que el resto de participantes de los otros tres grupos, sin que se encontraran diferencias entre estos últimos, con la misma contribución del perfil Bajo Ego/Baja Tarea, en este caso al establecimiento de objetivos deportivos relacionados directamente con la competición.

Por lo tanto, creemos de manera muy clara, que de nuestro estudio se desprende el hecho de que no solo la orientación hacia la Tarea sino también la orientación hacia el Ego, tienen una contribución positiva hacia la cantidad de práctica y el nivel deportivo alcanzado por nuestros participantes. Estos resultados contrastan con los hallados en otros estudios de la TOM en los que solamente la orientación a la Tarea se muestra con capacidad predictiva en relación con la práctica deportiva. Desde el punto de vista de la intervención psicológica, si bien estamos de acuerdo con la aseveración de Duda (1997) de que un resultado así no debería automáticamente conducir a promover la orientación al Ego entre deportistas y atletas ("¿Por qué echar más gasolina al fuego?", se pregunta Duda, 1997, p. 309), sí estamos convencidos que tal vez sería interesante establecer una más profunda relación entre los procesos motivacionales de rendimiento y de resultado, con el objetivo de que el deportista pudiera elevar el nivel de los objetivos centrados en el proceso cuando lo necesitara (e.g., inmediatamente antes de una competición relevante para él o ella) (Hardy, 1997); pero con la precaución de buscar y tratar de mantener un correcto balance entre las orientaciones hacia el Ego y la Tarea.

Al considerar estos resultados respecto de la aplicación práctica de la TOM a la enseñanza de la EF, pensamos, en primer lugar, que el profesor de EF debería fomentar en sus alumnos la satisfacción por la práctica deportiva mediante la percepción de competencia de forma autorreferente (según la experiencia subjetiva de mejora de la propia ejecución o de dominio de las demandas de la tarea), aunque este planteamiento no tendría por qué ser incompatible cuando el profesor utiliza estrategias que favorecen la utilización de información y criterios externos al alumno, ente ellos el modelo y la comparación adecuada con sus propios compañeros. Asimismo, el mismo balance que nos parece adecuado respecto de la intervención aplicada, debería establecerse en la enseñanza, potenciando la generación de climas motivacionales implicantes hacia la tarea, pero sin señalar específicamente el carácter perjudicial de los climas orientados implicantes hacia el Ego.

Aparte del bajo número de participantes que se han distribuido en alguno de los perfiles
motivacionales extremos, la más importante limitación de este estudio es no haber podido observar el eventual clima motivacional promovido por los participantes en este estudio. Esta limitación metodológica (aunque los participantes no eran aún docentes y/o entrenadores regulares o formales) no nos ha permitido concluir sobre el distinto efecto (percibido por los alumnos y/o atletas entrenados por ellos) sobre el clima motivacional de los dos sistemas de análisis de la orientación de metas: el predominante o el de perfiles combinados. Las investigaciones futuras en este sentido, deberán atender a esta limitación y posiblemente puedan corregirla con una selección de participantes más adecuada a este objetivo que, aunque no era el principal, hubiera sido de gran interés para la argumentación.


Los resultados de este estudio también se encuentran limitados por el hecho de haber estudiado solamente una población de alumnos de Educación Física, sin experiencia práctica. Los hallazgos hubieran sido seguramente más complejos si se hubiera trabajado con participantes
con distintos grados de experiencia práctica en la enseñanza de la EF.

REFERENCIAS

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Recepción: Octubre de 2006
Aceptación final: Abril de 2008

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