La teoría del apego, desarrollada por John Bowlby (1969, 1973, 1980), da cuenta de la necesidad de los seres humanos de establecer vínculos cercanos con figuras significativas como forma de obtener seguridad. Si bien sus principios fueron originalmente concebidos para comprender los vínculos tempranos, las necesidades de apego persisten durante todo el ciclo vital (Bowlby, 1980).
De acuerdo con esta teoría, la calidad de los vínculos de apego construidos a lo largo de la vida promueve la construcción de representaciones internas de sí mismo y de los otros, denominadas “modelos operativos internos” (MOI; Bowlby, 1980). Los MOI incluyen esquemas de las propias capacidades para generar afecto y cuidado de otros (modelo de sí mismo), así como representaciones de la disponibilidad y responsividad de las figuras significativas (modelo de los otros; Bartholomew & Horowitz, 1991). Si han predominado experiencias de seguridad en las que se han atendido las necesidades, se internalizará una imagen positiva de sí mismo y de los otros. En cambio, experiencias caracterizadas por falta de respuesta, inconsistencia en el cuidado o rechazo, favorecerán el desarrollo de MOI negativos (Bowlby, 1980; Crowell et al., 2016).
Los MOI se articulan en patrones sistemáticos de expectativas, necesidades, emociones y comportamiento social, llamados “estilos de apego”, que influyen en la forma en que las personas se desenvuelven en vínculos cercanos (Collins & Read, 1990). Quienes experimentan seguridad en el apego se sienten cómodos con la cercanía y la interdependencia, ya que tienen una visión positiva de sí mismos y de los demás. En cambio, quienes vivencian menor seguridad, se caracterizan por un involucramiento excesivo o insuficiente en las relaciones, así como una visión negativa de sí mismos, de los demás o de ambos (Brennan et al., 1998). Así, el apego adulto se refiere a la predisposición de una persona a buscar y mantener la cercanía con una o varias personas específicas que proporcionen la experiencia subjetiva de seguridad, tendencia que está regulada por los MOI (Berman & Sperling, 1994).
En la investigación sobre el apego adulto existen dos tradiciones: la primera de ellas proviene de la psicología evolutiva y la segunda surge de la psicología social y de la personalidad (Garrido et al., 2013; Martínez & Santelices, 2005; Waters et al., 2021). El énfasis en la perspectiva evolutiva está puesto en analizar el estado mental respecto al apego a través de las interacciones parento-filiales, la infancia temprana y las experiencias de pérdida o separación. En la medición del apego, la aproximación predominante consiste en realizar entrevistas que examinen cómo las experiencias tempranas moldean la forma en que la persona establece vínculos en su vida adulta (Main et al., 1985). Dentro de esta tradición, la Entrevista de Apego en Adultos (Adult Attachment Interview (AAI)) (George et al., 1996) es la herramienta más utilizada, que evalúa las representaciones actuales de los adultos1 basadas en sus vínculos de apego temprano (George et al., 1996). Desde esta perspectiva, las diferencias en el apego suelen concebirse de manera categorial, codificándose el apego como seguro, indiferente, preocupado, irresuelto/desorganizado e inclasificable (Marrone, 2001).
La segunda vertiente, perteneciente a la psicología social y de la personalidad, fue iniciada por Hazan y Shaver (1987), quienes identificaron similitudes entre los vínculos tempranos y los establecidos en las relaciones de pareja, argumentando que las vivencias de apego tempranas influyen en cómo los individuos forjan vínculos en la edad adulta. El énfasis de esta perspectiva está puesto en los sentimientos, conductas y cogniciones en torno a las relaciones de pareja, y relaciones cercanas en general. En esta tradición, se han empleado prioritariamente cuestionarios de autorreporte para evaluar el apego, siendo la escala de Experiencias en Relaciones Cercanas (Experiences in Close Relationships (ECR)) (Brennan et al., 1998) la más difundida. Usualmente, las diferencias individuales en el apego desde esta tradición se describen a partir de dos dimensiones: la ansiedad y evitación en el apego. La ansiedad en el apego alude a la preocupación excesiva por las relaciones, y está caracterizada por temor al abandono, basado en un modelo negativo de sí mismo. La evitación en el apego alude a la incomodidad con la cercanía y la intimidad, basada en un modelo negativo de los demás. Desde esta aproximación se prefiere la evaluación dimensional del apego adulto, aunque también se pueden identificar cuatro estilos de apego al articular ambas dimensiones: seguro (baja ansiedad y baja evitación), preocupado (alta ansiedad y baja evitación), evitativo (baja ansiedad y alta evitación) y temeroso (alta ansiedad y alta evitación) (Bartholomew & Horowitz, 1991).
Las investigaciones desde estas dos perspectivas han tendido a desarrollarse por separado, sin confluir entre ellas. Los investigadores de la perspectiva evolutiva sostienen que los cuestionarios de autorreporte son únicamente capaces de captar procesos conscientes, mientras que desde la vertiente social y de la personalidad se argumenta que el uso de entrevistas carece de procedimientos de mayor rigor metodológico (Shaver & Mikulincer, 2002).
Desde el trabajo inicial de Hazan y Shaver (1987), la investigación sobre el apego en la adultez ha crecido exponencialmente (Mikulincer & Shaver, 2016), abarcando diversos aspectos del funcionamiento individual e interpersonal, como la salud mental y física, el bienestar, la parentalidad y las relaciones de pareja, entre muchas otras variables (Farrell et al., 2019; Huang, 2021; Liang et al., 2015; Pietromonaco & Collins, 2017; Zhang et al., 2022).
Sin embargo, y pese al robusto cuerpo de conocimientos acumulado en torno al apego en la adultez, la mayor parte de la investigación se ha desplegado en países angloparlantes y europeos, con un desarrollo menor de estudios en Latinoamérica. Por ejemplo, en un metaanálisis reciente sobre la asociación entre apego y salud mental (Zhang et al., 2022), de los 224 artículos incluidos, únicamente tres de ellos provienen de Latinoamérica (Dagnino et al., 2017; Guzmán-González et al., 2016a, 2016d), pese a que pueden existir más estudios en esta temática en la región, que probablemente quedan invisibilizados por el idioma en que son publicados o por el tipo de revistas consultadas, entre otras razones.
Por tanto, y con base en los antecedentes presentados, el objetivo del presente estudio es realizar una revisión sistemática de la literatura, para analizar la investigación empírica en torno al apego en la adultez en Latinoamérica en la última década. De este modo, se espera obtener una visión actualizada de las investigaciones sobre el apego en la adultez en una región culturalmente diversa a la corriente principal de estudios respecto al tema, identificando tendencias, enfoques metodológicos y hallazgos, así como posibles áreas de investigación futura.
Para ello, se cumplirá el objetivo mediante las siguientes preguntas de investigación:
¿Cuál es la tradición desde la cual se han desarrollado los estudios sobre apego adulto en Latinoamérica en los últimos 10 años (2013 a 2022)?
¿Cuáles son las principales características de los métodos e instrumentos utilizados para evaluar el apego adulto en Latinoamérica en los últimos 10 años?
¿Cuáles son los principales resultados en la investigación sobre apego adulto en Latinoamérica en los últimos 10 años?
Método
Esta revisión sistemática se registró previamente en la International prospective register for systematic review (PROSPERO; número de registro CRD42023446554), base de datos internacional que registra revisiones sistemáticas en salud para evitar duplicaciones y reducir sesgos.
Estrategia de búsqueda
Se llevó a cabo una revisión sistemática de la literatura, siguiendo los lineamientos que señala la metodología PRISMA (Moher et al., 2009; Page et al., 2021). La búsqueda de investigaciones empíricas se hizo en bases de datos indizadas en Web of Science, Scopus, PsycINFO y Scielo entre abril y agosto de 2023. Dos de los autores realizaron las búsquedas de manera independiente con las palabras clave “Attachment AND Adult*”. Se aplicaron filtros para los últimos 10 años, idioma inglés, español o portugués, y regiones de Latinoamérica (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela).
Criterios de elegibilidad
Se consideraron los siguientes criterios de inclusión: (a) investigaciones empíricas revisadas por pares con metodología cuantitativa, cualitativa o mixta, desarrollada con muestra latinoamericana; (b) publicadas en español, portugués e inglés; (c) publicadas en los últimos 10 años (enero 2013 a diciembre de 2022), y (d) que considera muestra de personas adultas. Además, en el caso de estudios transculturales, se incluyeron solo si reportaban resultados independientes para la muestra latina. En tal situación, solo se consideraron esos hallazgos. Como criterios de exclusión se consideraron: (a) investigaciones que pese a incluir participantes adultos, no centren su estudio en la etapa de la adultez; (b) artículos que no cumplen con la definición de apego adulto propuesta; (c) estudios sobre poblaciones latinas radicadas en países distintos a Latinoamérica; (d) investigaciones que no corresponden al área de psicología; (e) investigaciones que no miden el apego adulto a través de instrumentos cuyo uso haya sido validado.
Extracción de datos
Dada la gran cantidad de documentos encontrados en la búsqueda preliminar (n = 58 483; WoS = 18 276, Scopus = 38 610, PsycINFO = 1224, Scielo = 373) utilizando las palabras clave “Attachment AND Adult*” y “Apego AND Adult*” en español, inglés y portugués, se aplicaron filtros por año, país o región e idioma, reduciendo el total a 2287 artículos. De estos, se eliminaron 406 duplicados, dejando 1881 artículos.
La selección de documentos se realizó en tres pasos. Primero, se revisó el tipo de estudio, excluyendo artículos teóricos, revisiones sistemáticas, cartas al editor y capítulos de libro (n = 68). Luego, dos de los autores revisaron títulos y resúmenes, excluyendo 1721 artículos que no cumplían con los criterios de inclusión. Las discrepancias se resolvieron por consenso, quedando 92 artículos para la revisión completa del texto. En el último paso, se examinaron los textos completos, excluyendo 30 artículos por varios criterios: cuatro por incluir principalmente a niños o adolescentes (criterio a), ocho por no ajustarse a la definición de apego adulto propuesta (criterio b), dos por estudiar poblaciones latinas residentes fuera de Latinoamérica (criterio c), nueve que no corresponden al área de estudio (criterio d), tres por no medir el apego adulto con medidas validadas (criterio e) y cuatro por no cumplir con la calidad metodológica según MMAT (Mixed Methods Appraisal Tool). Finalmente, se incluyeron 62 artículos para el análisis cualitativo (véase figura 1).
En la figura 1 se presenta el diagrama de flujo de las cuatro fases para la selección de los artículos: identificación, screening, elegibilidad e incluidos (Moher et al., 2009).
Evaluación de la calidad metodológica
La evaluación de la calidad metodológica de los artículos se llevó a cabo a través de la herramienta Mixed Methods Appraisal Tool (MMAT) (Hong et al., 2019; Pluye et al., 2011). La MMAT es una herramienta diseñada para evaluar la calidad metodológica de estudios cuantitativos, cualitativos y mixtos, considerando aspectos como la claridad de los objetivos, la idoneidad del diseño, entre otros aspectos. La MMAT utiliza una lista de verificación con preguntas respondidas con “SÍ”, “NO” o “No se puede determinar”. Se aplicaron dos preguntas generales a todos los estudios: (P1) ¿Existen preguntas de investigación claras? y (P2) ¿Los datos permiten abordar estas preguntas? y cinco específicas según el tipo de estudio; se evalúo la coherencia metodológica, la relevancia del muestreo y la justificación de métodos. Dos investigadores llevaron a cabo las evaluaciones de manera independiente y luego compartieron la información, discutiendo las incongruencias. En la presente investigación se excluyeron cuatro estudios que no cumplieron con los criterios de calidad.
Resultados
En la tabla 1 se presentan los estudios incluidos en esta revisión, con información referente a las preguntas que se tratarán en la presente revisión y a los objetivos abordados por estos.
Nota: Id = Idioma; Enf. = Enfoque; M = Medición; G = Global; C.S = Contextual Específica; E = Español; I = Inglés; P = Portugués; P.S = Psicología de la personalidad y social; Ev = Psicología evolutiva; Pr = Prototipo; AAI = Adult Attachment Interview; AAQ = Cuestionario de Apego Adulto; AAS = Adult Attachment Scale; EAA = Escala de Estilos de Apego Adulto; AEA = Autoinforme de Estilos de Apego; AFF = Attachment Features and Functions Measure; AP-1 = Attachment Scale; CaMir = Cartes, Modèles Individuels de Relation; EAEA = Escala de Estilos de Apego Argentina; EAP = Entrevista de Apego hacia los Pares; ECR = Experiences in Close Relationships; IPPA = Inventory of Parent and Peer Attachment; PAM = Psychosis Attachment Meansure; RQ = Relationship Questionnaire; SAI = Sibbling Attachment Inventory; SWAM = Short Workplace Attachment Measure; WAtS = Workplace Attachment Scale; SAI = Sibling Attachment Inventory; N/A = No aplica.
En la figura 2 se presenta la distribución de estudios realizados en Latinoamérica, donde se evidencia que la mayor cantidad de publicaciones se concentra en Chile, ocupando el primer lugar (45.16%), seguido de Brasil (20.97%) y México (19.35%).
Tradición desde la que se ha investigado el apego adulto en Latinoamérica
La tradición desde la que predominantemente se han realizado los estudios, es la de la psicología social y de la personalidad, representando el 92.54% de los estudios incluidos. Solo el 7.46% de las investigaciones son desarrolladas desde la perspectiva de la psicología evolutiva.
Principales características de las investigaciones desarrolladas en Latinoamérica
La mayoría de las investigaciones ha ocupado una metodología cuantitativa (96.77%), de las cuales, el 18.33% corresponde a estudios de corte psicométrico, orientados al análisis y validación de escalas que evalúan apego, mientras que el resto corresponde a estudios de corte transversal predominantemente correlacional (81.67%). Existen escasos estudios con metodología cualitativa y mixta, representando cada uno el 1.61% del total.
Respecto al tipo de muestra evaluada, la mayoría considera la población general (87.10%), y dentro de esta, el 28.60% corresponde a estudiantes universitarios. El 12.90% de los estudios examinó muestras clínicas: personas con trastornos del ánimo (Cervera-Solís et al., 2022; Dagnino et al., 2017; Garrido et al., 2015), ansiedad (Cervera-Solís et al., 2022), esquizofrenia (Gabínio et al., 2018; Varela et al., 2021), trastornos por consumo de sustancias (Cócola, 2022; Espinoza et al., 2022), y síndrome de intestino irritable (Gerson et al., 2015).
En cuanto a los instrumentos empleados para evaluar el apego, prevalece el uso de cuestionarios de autorreporte, siendo la escala de Experiencias en Relaciones Cercanas (ECR) (Brennan et al., 1998) la más utilizada (55.22%). Le siguen el instrumento Cartes, Modèles Individuels de Relation (CaMir) (Pierrehumbert et al., 1996) con el 10.14% y la Escala de Apego Adulto (Adult Attachment Scale (AAS)) (Collins & Read, 1990) con el 7.46%. Además, se ha investigado el apego adulto tanto en términos globales, es decir, la forma de funcionar en los vínculos de apego en general (32.84%), como contextual, esto es, en dominios específicos (67.16%). El contexto que más ha sido estudiado es el apego romántico, con el 76.09% de las investigaciones.
Principales resultados de la investigación sobre el apego en la adultez en Latinoamérica
A continuación, se describen los resultados de los estudios agrupados en tres categorías: (1) estudios de corte psicométrico, orientados ya sea a la validación de escalas al contexto latinoamericano, o al desarrollo de instrumentos que miden el apego adulto; (2) estudios que abordan el apego adulto en el contexto de relaciones afectivas cercanas (pareja, familia, entre otras) y distintos aspectos de la calidad y funcionamiento en dichos vínculos, y (3) estudios que han examinado el apego adulto y su relación con el funcionamiento individual, entre ellos, indicadores de salud y bienestar.
Estudios psicométricos. Un porcentaje importante (18.33%) de las investigaciones realizadas corresponde a validaciones de medidas de autorreporte del apego adulto, destacando entre ellas la escala de Experiencias en Relaciones Cercanas (ECR) de 36 ítems para Chile (Spencer et al., 2013b), junto a una versión reducida de 25 ítems (Spencer et al., 2013a) y una versión breve de 12 ítems (Guzmán-González et al., 2020b). Asimismo, en Brasil se validó una versión breve de 10 ítems de este instrumento (Natividade & Medeiros, 2015). Otra escala cuyas propiedades psicométricas fue analizada para su uso en Chile es la Escala de Apego Adulto (Fernández & Dufey, 2015), contando también con una versión brasileña (Teixeira et al., 2019). En Perú se validó el CaMir (Nóblega & Traverso, 2013), en Brasil las escalas Short Workplace Attachment Measure y The Workplace Attachment Scale (De Andrade et al., 2020; De Andrade & Fardin, 2020), y en México la escala Sibling Attachment Inventory (SAI) (Osorio et al., 2022). Por último, se desarrolló una medida de apego para el contexto latinoamericano, la Attachment Scale AP-1, que evalúa muestras de Ecuador y Chile (Ortiz-Granja et al., 2020).
Apego adulto y funcionamiento relacional
Un alto porcentaje de los estudios sobre el apego en la adultez se ha centrado en variables vinculadas a la relación de pareja (52.24%). Se han investigado principalmente tres aspectos: (1) violencia de pareja, (2) perdón y manejo de transgresiones en la relación y (3) satisfacción y ajuste marital.
Respecto a la violencia de pareja, se identificaron ocho estudios. En cuanto a la violencia perpetrada (psicológica o física), se encontró, entre quienes la ejercen, estilos de apego con predominio de mayor ansiedad (Artavia-Fallas & Carranza-Morales, 2019; Barría-Muñoz, 2015; Guzmán-González et al., 2014; Pimentel & Santelices, 2017), al igual que entre quienes han sido víctimas de la misma (Guzmán-González et al., 2016c). En un estudio de González-Méndez et al. (2019) sobre hombres agresores condenados por violencia, se observó que aquellos con apego seguro evaluaron a sus parejas de manera más positiva (más afectuosas), mientras que los hombres con apego temeroso realizaron evaluaciones menos favorables. Asimismo, se han estudiado mediadores de la relación entre el apego y la perpetración de violencia física, identificándose como potenciales mecanismos las dificultades de regulación emocional (Guzmán-González et al., 2016d) y la toma de perspectiva (Lafontaine et al., 2018).
Otra variable examinada desde el marco del apego es el perdón y las reacciones frente a transgresiones relacionales, con cinco estudios que identifican este tema. Entre los hallazgos relevantes, destaca que tanto la ansiedad como la evitación en el apego se asocian a menores niveles de perdón y mayores niveles de resentimiento (Guzmán-González et al., 2015, 2020a, 2022b; Rivera-Aragón et al., 2020), hallazgo similar detectado en personas en relaciones de pareja del mismo sexo (Guzmán-González et al., 2022a). Asimismo, al considerar a la pareja como unidad de análisis, la ansiedad y evitación en el apego propias se asociaron a mayor tendencia hacia la venganza y a tomar distancia de la pareja, mientras que la mayor ansiedad en el apego de la pareja se asoció a una menor tendencia propia a distanciarse del compañero/a (Guzmán-González et al., 2020a). Como posibles mediadores de esta conexión, la sabiduría empática y la habilidad para adoptar el punto de vista de la pareja (toma de perspectiva) ocupan dicho rol en la asociación entre el apego seguro y el perdón, mientras que solo la sabiduría empática media la relación entre el apego seguro y el resentimiento (Rivera-Aragón et al., 2020).
El perdón también ha sido investigado en el contexto del divorcio, observándose que la ansiedad en el apego se asoció con más fuerza a menor perdón hacia la expareja, que la evitación (Guzmán-González et al., 2019b). En dicho contexto, un estudio concluyó que la falta de aceptación de las propias emociones, en el caso de los hombres, y la dificultad para mantener un objetivo ante emociones displacenteras, en el caso de las mujeres, median la relación entre la ansiedad en el apego y el perdón a la expareja, pero solo en personas divorciadas sin hijos en común (Guzmán-González et al., 2022b).
Respecto a la relación entre el apego adulto y la satisfacción o ajuste marital, se ha evidenciado de modo consistente una asociación entre mayores niveles de inseguridad en el apego y menores niveles de satisfacción con la relación (Guzmán-González et al., 2019a, 2019b, 2020a; Heresi et al., 2014; Londero-Santos et al., 2020), menor ajuste marital (Consoli et al., 2018; Da Costa & Mosmann, 2020), y menor calidad de la relación (Scheeren et al., 2014). Como mediadores de la asociación entre el apego y la calidad de la relación, se han identificado los estilos de resolución de conflictos (Scheeren et al., 2014), la percepción de la inversión de la pareja (Londero-Santos et al., 2020) y la falta de perdón (Guzmán-González et al., 2020a).
Hay estudios que también han vinculado el apego a la adaptación al divorcio desde la perspectiva del adulto que se separa. En ambos, la inseguridad en el apego se asoció a una menor adaptación a la ruptura (Garrido et al., 2016; Guzmán-González et al., 2019b). En específico, la ansiedad en el apego se asoció a mayores sentimientos de soledad, mientras que la evitación se relacionó con esta variable solo en el caso de las mujeres. Además, la ansiedad en el apego, pero no la evitación, se asoció a mayor anhelo hacia la expareja (Garrido et al., 2016). En el segundo estudio, se identificaron asociaciones directas e indirectas entre la ansiedad en el apego y menor adaptación a la ruptura, a través de menores niveles de perdón hacia la expareja (Guzmán-González et al., 2019b).
Otras variables investigadas en el marco de las relaciones de pareja son la empatía hacia la pareja (Guzmán-González & Trabucco, 2014; Rivera-Aragón et al., 2020), la infidelidad sexual (Díaz-Pichardo et al., 2020), la satisfacción sexual (Heresi et al., 2014) y el comportamiento sexual (Sáenz-Soto et al., 2015). Respecto a la empatía hacia la pareja, personas con estilos de apego más seguro reportan los mayores niveles de toma de perspectiva, mientras que quienes poseen estilos más evitativos evidencian los niveles más bajos (Guzmán-González & Trabucco, 2014; Rivera-Aragón et al., 2020). En tanto, en personas con estilos de apego ansioso, se detectó mayor preocupación empática (capacidad para experimentar sentimientos de compasión ante las emociones de la pareja) (Guzmán-González & Trabucco, 2014). Sin embargo, en otro estudio no se detectó relación con ninguna de las dimensiones de la empatía (sabiduría empática, empatía cognoscitiva de remordimiento y toma de perspectiva) (Rivera-Aragón et al., 2020), por lo que los hallazgos no son del todo consistentes respecto a esta variable.
En cuanto a la infidelidad sexual, tanto el apego evitativo como ansioso correlacionan directamente con la infidelidad sexual y esta relación estaría mediada por la satisfacción con la relación de pareja y las consecuencias positivas de la infidelidad (Díaz-Pichardo et al., 2020). En lo que refiere a la satisfacción sexual, mayores niveles de evitación en el apego de la pareja y niveles más altos de ansiedad en el apego propios como de la pareja se asociaron a mayor insatisfacción sexual (Heresi et al., 2014). Por último, concerniente al comportamiento sexual, el apego evitativo en mujeres heterosexuales se asoció inversamente al uso del condón y a ideas más erróneas acerca de la transmisión del VIH (Sáenz-Soto et al., 2015).
En el contexto de los vínculos familiares, se ha examinado la relación entre la inseguridad en el apego y el funcionamiento materno. Las experiencias de trauma y abuso en la infancia tienen un efecto nocivo en la manera de percibir y responder a las necesidades de los hijos/ as (Nóblega et al., 2020), así como en el funcionamiento reflexivo materno (San Cristóbal et al., 2017). Así también, las experiencias de mayor control materno predicen apego inseguro en mujeres, en términos de mayor resistencia a la proximidad, desconfianza y ansiedad (Ripardo & Lordelo, 2021). Por otra parte, en un grupo de personas con consumo problemático de cocaína se encontró asociación entre las dimensiones del apego (ansiedad y evitación) y menores niveles de cohesión familiar (Cócola, 2022).
En adultos jóvenes que han experimentado la separación de sus padres, producto de la emigración de ambos o uno de ellos a otro país, se observó que la calidad del apego con la madre no difería de la de aquellos adultos que no habían pasado dicha experiencia. En cambio, sí se observó mayor inseguridad en el apego hacia los padres en el primer grupo (Venta et al., 2021). Por último, un estudio realizado con gemelos evidenció que aquellos monocigóticos informaron niveles más altos de apego a sus hermanos que sus homólogos dicigóticos y no gemelos (De Oliveira et al., 2021).
Tomando en cuenta las investigaciones que conjugan el contexto familiar y el de pareja, en una de ellas se concluyó que un apego primario más seguro (el patrón de apego establecido en la infancia) se asoció a menores niveles de evitación hacia la pareja y relaciones con mejor ajuste y menor sufrimiento. En cambio, patrones de apego primarios preocupados y evitativos se relacionaron con mayores niveles de evitación y relaciones más desajustadas y de mayor sufrimiento (Consoli et al., 2018). Otro estudio concluyó que las representaciones de apego inseguras como el apego desorganizado (los traumas afectivos) y el apego preocupado (la preocupación exagerada y la sobreprotección por parte de los padres en la niñez) predicen formas de amar no saludables en la adultez (Gerstner et al., 2019). Un tercer estudio evidenció que personas que tienen un estilo de apego seguro, tienden a percibir mayor acompañamiento por parte de su pareja y amigos, y menos de su familia, así como menos añoranza. En cambio, quienes tienen un apego ansioso y evitativo, albergan más sentimientos de vacío y añoranza y perciben más acompañamiento de parte de la familia, no así de sus amigos y pareja (Granillo-Velasco & Sánchez-Aragón, 2020).
Apego adulto y funcionamiento individual
Con relación al funcionamiento individual, los aspectos más estudiados son la salud mental, la regulación emocional y el bienestar. Dentro de los problemas de salud mental, los trastornos depresivos son los que concentran la mayor cantidad de publicaciones, con seis estudios en el área. Tanto en muestras clínicas como no clínicas se evidencia de modo consistente que el apego inseguro se relaciona con mayor presencia de depresión o intensidad de la sintomatología depresiva (Costa-Cordella et al., 2022; Dagnino et al., 2017; Garrido et al., 2015; Rosas et al., 2021; Zamudio et al., 2020). Asimismo, la inseguridad en el apego se asocia a mayor sintomatología depresiva a través de un mayor autocriticismo (Dagnino et al., 2017) y menor autoeficacia social (Zamudio et al., 2020). Además, factores como el apoyo social percibido (Costa-Cordella et al., 2022; Dagnino et al., 2017) y el alto valor y respeto por la familia (Zamudio et al., 2020) moderan la asociación entre el apego y la depresión.
Se han investigado otros problemas de salud, como la ansiedad, el consumo problemático de sustancias y la esquizofrenia. A mayor inseguridad en el apego (ansiedad y evitación), se observa mayor sintomatología ansiosa (Campos-Uscanga et al., 2020; Rosas et al., 2021) y mayor consumo problemático de sustancias (Cócola, 2022; Espinoza et al., 2022). En un estudio en personas con esquizofrenia, se concluyó que las experiencias de trauma temprano se asociaron a mayores niveles de ansiedad en el apego, pero no de evitación (Gabínio et al., 2018). Asimismo, en el estudio de Varela et al. (2021), altos niveles de ansiedad en el apego se correlacionaron con menor habilidad para comprender los estados mentales de otros. En cambio, a bajos niveles de ansiedad en el apego, los niveles de teoría de la mente fueron similares a los de un grupo control sin esquizofrenia. Del mismo modo, el apego se ha asociado con el síndrome del intestino irritable, detectándose una proporción mayor de personas con apegos temerosos (alta ansiedad y alta evitación) que en el grupo control (Gerson et al., 2015).
Otra de las variables abordada desde el marco del apego adulto es la regulación emocional; se llegó a la conclusión de que la inseguridad en el apego se asocia a mayores dificultades para regular las emociones de manera efectiva (Cócola, 2022; Guzmán-González et al., 2014, 2016b, 2022b). El afrontamiento y apoyo social también se han asociado con la ansiedad y evitación en el apego. La ansiedad en el apego se vinculó con la aceptación pasiva de emociones negativas, mayor evasión, y mayor búsqueda de apoyo social, pero con reacciones negativas al recibirlo. La evitación en el apego se asoció positivamente con la evasión y negativamente con la reevaluación, la búsqueda y percepción útil del apoyo social, y reacciones positivas al mismo. Estas asociaciones fueron más débiles en personas con alto colectivismo y bajo individualismo (Frías et al., 2014).
Respecto a los indicadores de bienestar, y al analizar una muestra de personas gais y lesbianas, se identificó que mayores niveles de ansiedad o evitación en el apego se asociaron a menores niveles de satisfacción con la vida (Guzmán-González et al., 2016a). En la misma línea, en un estudio transcultural, que incluyó muestra mexicana y méxico-americana estadounidense, se observó que la relación entre la ansiedad y evitación en el apego y la satisfacción con la vida estaban mediadas por menores niveles de autoeficacia social en ambos grupos; asimismo, la asociación entre la evitación en el apego y la autoeficacia social fue de mayor fuerza en el caso del grupo mexicano (Zamudio et al., 2020).
Un último grupo de estudios, abordaron temas diversos como la competencia intrasexual, el sexismo y el éxito profesional. Las personas con mayor ansiedad en el apego se caracterizan por una mayor rivalidad y competencia con individuos del mismo sexo (Fernández et al., 2019). En el estudio de Merlyn y Díaz (2021), se observó que tanto hombres como mujeres con estilos de apego caracterizados por niveles elevados de ansiedad presentan actitudes más sexistas. Por último, el apego seguro en el ámbito del trabajo se asoció a mayores expectativas de éxito mediante mayores niveles de satisfacción con la vida y mayor autoeficacia (De Andrade & De Oliveira, 2020). De similar modo, la inseguridad del apego se vinculó a menor éxito profesional a través de menor adaptabilidad y la anticipación de conflicto trabajo-familia (De Andrade et al., 2019).
Por último, un estudio que comparó los estilos de apego entre hombres y mujeres adultas en pareja, así como según la etapa del ciclo vital (adultez joven y mediana) y el tipo de relación, no detectó diferencias por sexo, pero sí en función de la edad y del tipo de relación. Se observó una mayor proporción de apegos seguros en la adultez joven, mientras que personas con estilos más ansiosos fueron más prevalentes en la adultez media. Asimismo, las personas solteras reportaron apegos más seguros que sus contrapartes casadas (Pérez-Aranda et al., 2019).
Discusión
La presente investigación tuvo como objetivo llevar a cabo una revisión sistemática de la literatura para analizar la evidencia empírica en torno al apego en la adultez en Latinoamérica en la última década. En coherencia con la abundante diversidad cultural en esta región, se observa que las investigaciones basadas en el apego en la adultez abarcan diferentes temáticas.
Es importante destacar que la mayoría de los estudios sobre el apego adulto en América Latina se concentran en tres países: Chile (45.6%), Brasil (20.97%) y México (19.35%). Esta disparidad geográfica podría ser el resultado de diferencias en la disponibilidad de recursos para la investigación, o bien énfasis diversos en las perspectivas e intereses de investigación en la psicología como disciplina. Referente a la tradición desde la cual se han desarrollado las investigaciones, se pudo observar el predominio de la proveniente de la psicología social y de la personalidad (92.54%). Una posible explicación para este resultado podría estar relacionada con las diferencias en los enfoques teóricos predominantes en determinados países latinoamericanos, así como con la menor complejidad asociada a la investigación desde esta perspectiva. La tradición de la psicología evolutiva ha privilegiado el uso de entrevistas como forma de medición del apego, particularmente la Entrevista de Apego Adulto (George et al., 1996), cuyo uso requiere de un entrenamiento de alto costo y que es de extensa duración. Por tanto, este es un aspecto ligado a tiempo y recursos, que puede limitar a los investigadores, dada la menor viabilidad de implementación con muestras amplias. Por otro lado, las medidas de autorreporte, comúnmente empleadas en la psicología social y de la personalidad, presentan ventajas como su facilidad de aplicación, y su bajo o nulo costo de entrenamiento. Esto no solo ahorra tiempo, sino que también amplía el alcance a un mayor número de personas.
En lo que atañe a los principales métodos empleados en la investigación científica sobre el apego en la adultez en Latinoamérica, los diseños cuantitativos y de corte transversal correlacional son los que se utilizan con mayor frecuencia (81.67%). Esto podría deberse a la eficacia de estos enfoques para examinar relaciones entre variables en muestras grandes. Sin embargo, la escasa representación de estudios cualitativos y mixtos (3.22%) sugiere una brecha en la comprensión en profundidad de las experiencias subjetivas relacionadas con el apego y representa una oportunidad para futuros estudios. Cabe también señalar que en la presente revisión no se identificó ningún estudio de corte longitudinal, ni con diseños experimentales. Resultados similares se encontraron en la revisión sistemática realizada por Morán y Martínez (2019) sobre el apego en la adolescencia en Latinoamérica, donde el 95% de los artículos seleccionados correspondían a estudios cuantitativos transversales. La mayor proporción de este tipo de estudios podría deberse a la menor disponibilidad de recursos de investigación en la región para implementar diseños más complejos. En tal sentido, representa un desafío diversificar los diseños, por ejemplo, a través de estudios longitudinales, experimentales, o estudios cualitativos. La implementación de estos diseños se hace más factible en la medida que a nivel de políticas se destinen mayores recursos para la investigación en los países latinoamericanos, que permitan responder a preguntas más innovadoras o complejas de la investigación en torno al apego en la adultez.
En cuanto al tipo de muestras evaluadas, la mayoría de los estudios incluyeron a la población general y muestras clínicas en un segundo plano. Una limitación que se hace evidente en la revisión es la alta representación de adultos jóvenes dentro de las muestras de población general. Por tanto, un desafío para futuras investigaciones, es incluir a grupos menos representados, como las personas mayores o los colectivos minoritarios. A modo de ejemplo, se observa un desarrollo incipiente de la investigación en personas LGBTIQ+, salvo algunas excepciones (Guzmán-González et al., 2016a, 2019a, 2022a), aspecto relevante de considerar si se quiere trascender el carácter heteronormativo de la investigación.
En referencia al instrumento más utilizado en el contexto latinoamericano, la escala de Experiencias en Relaciones Cercanas (ECR) (Brennan et al., 1998) es la que se erige como de mayor uso uso (55.22%). La escala ECR, es ampliamente utilizada a nivel internacional, validada para su uso en Brasil, Chile y México. Su popularidad se debe a sus adecuadas propiedades psicométricas, por lo que facilita la comparación de resultados entre estudios.
Respecto a los temas abordados por las investigaciones, estos son altamente heterogéneos y diversos, y se categorizaron en tres grandes grupos: estudios de corte psicométrico, investigaciones sobre el funcionamiento relacional y sobre el funcionamiento individual, siendo el segundo el que concentró el mayor porcentaje. Con relación al primer grupo de estudios, se ha notado un aumento en el análisis y validación de escalas que evalúan el apego adulto. En cuanto a los resultados sobre el funcionamiento relacional, el dominio más ampliamente investigado es el de las relaciones de pareja (76.09%). La seguridad en el apego romántico se asocia con relaciones más saludables y satisfactorias, mientras que la inseguridad en el apego se relaciona con problemas como la violencia de pareja, la falta de perdón, menor adaptación al divorcio, entre otros aspectos. Estos hallazgos resaltan la relevancia de comprender el apego adulto y cómo este se manifiesta en el contexto de las relaciones íntimas, afectando el modo de funcionamiento e interacción en las relaciones significativas. Llama la atención que, en este marco, la mayor proporción de estudios han tenido como unidad de análisis a personas en pareja (individuos), siendo solo tres estudios los que han evaluado díadas, es decir, considerando a la pareja como unidad de análisis (Guzmán-González et al., 2019b, 2022b; Rivera-Aragón et al., 2020). Cuando se estudian fenómenos interaccionales, como la satisfacción con la relación o el perdón, el uso de métodos que capturen la interdependencia de los miembros de una pareja enriquece la comprensión de los fenómenos (Heresi et al., 2014), por lo que implementar más estudios de este tipo representa un desafío clave en este ámbito. Además, sería valioso expandir la investigación para incluir otros tipos de relaciones en la adultez, como las familiares y laborales, que en la presente revisión ocupan un lugar minoritario.
En cuanto a los aspectos del funcionamiento individual, la variable más estudiada es la salud mental, replicando hallazgos reportados en el contexto internacional. No obstante, una vez más, es importante avanzar en la investigación con diseños más complejos, que permitan identificar mediadores de la relación entre apego y salud mental, así como factores protectores y de riesgo. Considerando que Latinoamérica se encuentra entre las regiones con mayor prevalencia de problemas de salud mental, solo superada por África y el sur de Asia (Lim et al., 2018; Zhang & Chen, 2021), la profundización en esta temática es de suma relevancia.
En su conjunto, los hallazgos de esta revisión sistemática son coherentes con las nociones de la teoría del apego y dan cuenta de que la inseguridad en el apego es un factor de vulnerabilidad que se asocia a múltiples aspectos del funcionamiento humano. Los resultados de esta revisión resaltan la necesidad de una mayor diversidad y sofisticación de enfoques metodológicos. Asimismo, el desarrollo de investigaciones interdisciplinarias, por ejemplo, con la integración de las neurociencias, son ventanas de oportunidad para investigaciones futuras. Por último, estos hallazgos pueden tener implicaciones, para la práctica clínica y el diseño de intervenciones que promuevan las relaciones saludables y el bienestar emocional. Dado el rol de las diferencias individuales en el apego, no solo sobre la calidad de las relaciones cercanas y el bienestar, sino también sobre otros aspectos relevantes, el funcionamiento individual, orientar esfuerzos para promover la seguridad en el apego en población adulta, es una tarea relevante. Ello tanto en términos del desarrollo de políticas públicas, como en lo referente al diseño de programas y estrategias de intervención.
Dado que este es el primer estudio de revisión que sintetiza, desde una perspectiva amplia, la evidencia empírica en torno a la investigación del apego en personas adultas, no está exento de ciertas limitaciones. En primer lugar, las categorías de resultados elaboradas son genéricas y de poca especificidad, dada la gran diversidad de temáticas abordadas y resultados obtenidos. Ello hace complejo organizar los hallazgos de una manera más integrada. A medida que la cantidad de evidencias en esta región continúe aumentando, estudios futuros podrían hacer revisiones más focalizadas o incluso estudios meta-analíticos. En segundo lugar, si bien la estrategia de búsqueda se realizó en cuatro bases de datos amplias y en tres idiomas, estudios relevantes no publicados, publicados en otros idiomas o indexados en otras bases de datos, pueden haberse omitido. Sin embargo, cabe señalar que la revisión sistemática se realizó con un riguroso protocolo metodológico, por lo que, pese a sus limitaciones, ella da cuenta del estado actual de la investigación en la región y permite tener un panorama de los avances y líneas de investigación a abordar en el futuro2.
Las referencias marcadas con un asterisco indican los estudios incluidos en la revisión sistemática.