Introducción
En las últimas décadas, la incorporación y el rápido avance de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han generado cambios importantes en las vidas de los seres humanos. Uno de ellos es el acceso al conocimiento a través de múltiples plataformas electrónicas desde cualquier lugar del mundo conectado a Internet. Esto ha supuesto una transformación en la concepción de la biblioteca como único contenedor del conocimiento y un evidente cambio en la percepción de la ciudadanía frente a aspectos relevantes como su importancia, mantenimiento y, evidentemente, la financiación de las bibliotecas por parte del Estado.
Las bibliotecas públicas hoy enfrentan importantes retos que ponen en juego su existencia. La incorporación de las nuevas tecnologías ha supuesto cambios en los patrones de lectura y en el uso de la biblioteca como referente de conocimiento, dichas transformaciones tienen como consecuencia la disminución de los ciudadanos que acuden a ella. Por ejemplo, en el caso español, el 68 % de los españoles manifiestan no haber visitado ni una sola vez una biblioteca durante el último año (Federación de Gremios de Editores de España, 2020), mientras que el 72,7 % de los colombianos afirman no haber estado en una biblioteca en el último año (Departamento Administrativo Nacional de Estadística [DANE], 2017).
En este orden de ideas, ha venido teniendo lugar una transformación en la concepción de la biblioteca como espacio vital dentro del imaginario social. Además de su papel ideológico y político, la biblioteca también juega un papel importante en la proyección cultural. Esta ha adquirido un sentido histórico, y un valor emblemático atribuido por las personas que la habitan. Analizar el imaginario social y representaciones sociales que se albergan en la biblioteca puede revelar elementos importantes que justifican directamente la relevancia del sitio, el terreno en el que se da la relación entre usuario y biblioteca, además de convertirse en una guía hacia procesos de entendimiento, transformación y construcción de la identidad ciudadana.
Otro elemento central que debe identificarse es el lugar que ocupa la biblioteca dentro del imaginario urbano: la concepción de la biblioteca como lugar de participación colectiva y sentido de pertenencia corelacionado entre biblioteca y ciudad. En este sentido, también es necesario sustentar la importancia de la biblioteca en el municipio, desde las experiencias de la ciudadanía y revelar subsecuentemente problemas que puedan presentarse en cuanto a lo que la biblioteca hoy comunica.
En Colombia, las bibliotecas públicas municipales se han desarrollado en un terreno de importantes cambios e incertidumbres. Actualmente, el temor por el abandono de estas y la imperante necesidad de integración de las tecnologías puede provocar, en algunos casos, un sentimiento de desventaja, pues la esfera estatal no prioriza la actualización tecnológica de las bibliotecas públicas, lo que aumenta la brecha frente al papel que estas deben ocupar y el servicio que efectivamente pueden brindar en la contemporaneidad, además de la promoción de la lectura: "la mirada se centra en la biblioteca como espacio común y seguro de vida compartida, con una dotación adecuada de recursos y servicios, espacios bien dotados, modernos y con profesionales con habilidades formativas y comunitarias" (Burguillos, 2018, párr. 4).
Las investigaciones en torno a las bibliotecas públicas muestran un abordaje teórico y metodológico desde campos del saber como la archivística, bibliotecología; la salvaguarda documental y patrimonial, principalmente. Se encuentran estudios interesantes como el de Gallón-León (2019), donde el autor reflexiona sobre cómo en la actualidad las bibliotecas no se centran en los libros, sino en las personas. "Espacios que facilitan la afiliación informal y los encuentros fortuitos. Espacios donde te puedas relacionar, pero sin que sea obligado" (p. 2). Es decir, un lugar al que se acude por gusto propio. De la misma manera en que la biblioteca ya no es un ente pasivo, sino que debe generar una actividad social para realizar un traspaso de conocimiento (Gallón-León y Quñez-Simón, 2020).
Es en la relación entre la biblioteca y lo que esta construye y significa socialmente, donde radica su sobrevivencia, así, por ejemplo, Herrojo Salas y Amurio (2015) proponen el abordaje de las motivaciones del estudiantado universitario de nacionalidad haitiana para hacer uso de las bibliotecas en República Dominicana, centrándose en conocer el uso de las TIC para la satisfacción de necesidades de información y comunicación, y analizar la relación de las TIC con la proyección de su autonomía e identidad. De igual manera, Galindo (2015) reflexiona en el futuro de estos espacios lúdicos-prácticos de las bibliotecas de cara a la incursión de las TIC, premisa que en su momento fue el hilo conductor del artículo de Silva y Olinto (2015) al indagar sobre la alfabetización en información con el uso de TIC en las bibliotecas públicas de Brasil, teniendo en cuenta la formación del ciudadano/usuario y el rol de los bibliotecarios.
Ahora bien, desde el abordaje de los imaginarios y representaciones de ciudad, los trabajos de Armando Silva Téllez, por ejemplo, Imaginarios urbanos (2006), Bogotá imaginada (2003), e Imaginarios. El asombro social (2013) son referentes innegables. Así como las ideas de Villar Lozano y Amaya Abello (2010), quienes se preguntan por la incidencia de los imaginarios colectivos y las formas de representación del contenido social, en las formas y espacios urbanos y, en general, en las formas de habitar lo urbano. Este es el mismo argumento presente en el trabajo de Reyes-Guarnizo (2013) que estudia el imaginario urbano y las formas de apropiación del territorio, en busca de la construcción de identidad y lazos de significación con el espacio. Por otra parte, y desde el interés particular de reconocer la ciudad y sus escenarios, Aguilera-Martínez, Vargas-Niño, Serrano-Cruz y Castellanos-Escobar (2015) escriben el documento, "Estudio de los imaginarios sociales urbanos desde las prácticas pedagógicas" con el propósito de brindar una investigación propicia para la confluencia de espacios y el trabajo investigativo, a partir de metodologías de participación ciudadana.
Desde el ámbito regional, el artículo de Guerrero Nieto (2015), "Duitama a través de los imaginarios: tres aproximaciones a la visión de la ciudad", trabaja a partir del imaginario urbano y aborda la relación entre los lugares de la ciudad y los acontecimientos, analizando el espacio físico y su correspondiente valoración otorgada por los habitantes en respuesta a los eventos tradicionales asociados a dichos espacios.
La biblioteca pública en Colombia
Uno de los primeros esbozos de biblioteca pública en Colombia -cuyo fondo bibliográfico inicial se otorgó debido a la expulsión de los jesuitas y producto de la expropiación-, se da con la apertura de la Real Biblioteca Pública de Santafé de Bogotá en enero de 1777 (Galindo, 2015), la cual hoy lleva el nombre de Biblioteca Nacional de Colombia. Sin embargo, las primeras bibliotecas fueron de uso exclusivo de la clase alta y gente ilustrada, para investigaciones y el ejercicio "intelectual". Se necesitó una serie de transformaciones para ir entendiéndola desde nuevos usos y comprensiones más democráticas y populares.
Téllez (2012), cita a López de Mesa (1934) y hace referencia al programa La Aldea Colombiana: "siendo ministro de Educación Luis López de Mesa, se lanzó un programa educativo nacional que buscaba llegar a todos los rincones del país, con un proyecto innovador y sencillo" (p. 65), y asume que estos son los primeros pasos hacia una configuración de red de bibliotecas públicas en el ámbito nacional.
Espacios que tengan validez simbólica para la población; lugar de uso por diferentes grupos de la comunidad; sitio de apoyo a los diferentes servicios sociales; lugar articulador y potenciador de las iniciativas públicas y la dinámica social. (Téllez, 2012, p. 81)
Hacia 1950, el panorama bibliotecario se diversifica. Las bibliotecas públicas maduraron y fueron siendo utilizadas como herramientas para ampliar las posibilidades socioeducativas, culturales y de ocio para sus usuarios; estando abiertas a todo tipo de público, las bibliotecas pasan a ser un espacio democratizador de la cultura, sin olvidar su relevancia como espacios de validez simbólica, útiles y potenciadoras de la dinámica social.
De cualquier modo, con el tiempo se comienza a compartir una penosa realidad en las bibliotecas retiradas de las capitales:
bibliotecas con profundas dificultades para prestar un servicio de calidad a la ciudadanía, poca cobertura, espacios pequeños, cerradas, sin presupuesto, sin bibliotecarios, oferta limitada de servicios y programas y con un bajo nivel de automatización y conectividad. (Soto, 2007, p. 51)
A comienzos del siglo XXI, se suma la masificación de Internet y la digitalización de la información, que fue generado dudas en cuanto a la continuidad y prosperidad de las bibliotecas públicas. Y aunque hoy se piensan también como lugar de encuentro, para socializar y compartir, subyace uno de los principales retos: la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías de forma amplia, como soporte y ayuda en el proceso de encontrar, disponer y usar información. Así pues, la biblioteca pública sirve como puente para acceder a la información, pero también tiene la necesidad de adaptarse al entorno, por ejemplo al entorno digital, y adecuar sus servicios de acuerdo con las necesidades de los propios territorios.
La biblioteca ofrece un espacio público en el cual los usuarios pueden dedicarse a una diversidad de actividades relacionadas con la obtención de información y otras de tipo social. Ofrece condiciones favorables para la implementación de prácticas ciudadanas:
Es así como la finalidad de la biblioteca pública, concebida básicamente como apoyo al sistema escolar, se amplía hacia el acceso libre y gratuito a la información y al conocimiento, la dinamización de la cultura y al desarrollo de las personas y comunidades. (Jaramillo y Quiroz, 2013, p. 75)
La relación entre biblioteca pública y transformaciones sociales se plantea a partir de tres ejes: lo público, lo político y lo pedagógico. El eje de lo público, entendido como foro de expresiones -lugar donde se crean, re-crean, acuerdan y negocian intereses-, como bien público -lugar donde se puede disfrutar del bien común en forma gratuita y en condiciones de equidad-, y como espacio físico -es el lugar común, que pertenece a todos- (Jaramillo y Quiroz, 2013, p. 76).
Esta investigación pretendió establecer el imaginario construido por el usuario alrededor de su relación con la biblioteca, concretamente tomando como caso de estudio la Biblioteca Zenón Solano Ricaurte de Duitama (Boyacá, Colombia) que -desde su reconocimiento como biblioteca pública municipal el 6 de junio de 1997- ha pasado por una serie de transformaciones y una especie de "resistencia" promovida por personas que impulsan su uso y la alejan de caer en el olvido.
La investigación tuvo como objetivo general conocer el imaginario social alrededor del uso de la Biblioteca Municipal Zenón Solano Ricaurte, por parte de los ciudadanos de la Provincia de Tundama que acceden a sus servicios, y reflexionar sobre los procesos perceptivos que la configuran, no desde su historicidad sino a partir de su validez simbólica como territorio potenciador de las dinámicas culturales. Se desarrolló desde el enfoque teórico sobre imaginarios urbanos del filósofo y semiólogo colombiano Armando Silva, con el fin de explorar lo que habita en el espacio llamado biblioteca, con base en un proceso de comprensión desde lo afectivo y lo sensorial, pues los imaginarios "se ubican como una construcción social y pretenden captar la expresión de los sentimientos colectivos, exponen estos deseos conjuntos como formas sociales que emergen, dibujando figuras del ser social" (Silva, 2006, p. 8), o como lo plantea Baeza (2000) "expectativas o esperanzas unificadas con posibilidades de un reconocimiento colectivo que pasarían a ser sociales porque se producirían en el marco de las relaciones sociales" (p. 25).
Consecuentemente, un imaginario tiene la capacidad de trascender la mera descripción y generar cambios de conducta social, es decir, "afecta, filtra y modela nuestra percepción de la vida y tiene gran impacto en la elaboración de los relatos de la cotidianidad" (Silva, 2006, p.106), por lo que se hace necesario imaginar la biblioteca desde las fantasías que crean sus propios usuarios (Silva, 2006).
Ahora bien, las ciencias de la comunicación, también realizan un aporte considerable para la comprensión, diagnóstico e intervención en estos contextos. Estas parten de un acercamiento al "mundo de la vida. Las transformaciones sociales y la necesidad de contar con nuevas metáforas para abordar y pensar estas nuevas realidades" (Vizer, 2003, p. 22).
Con base en estos planteamientos, en este trabajo se extrapolan algunas visiones del imaginario urbano para analizarlas desde un lugar concreto: la biblioteca pública municipal. Comprender el imaginario social construido por los usuarios podría justificar la relevancia de las bibliotecas públicas municipales para guiar hacia procesos de entendimiento y transformación de la realidad social germinada en dichos contextos.
Metodología utilizada
La investigación se realizó desde el paradigma histórico-hermenéutico, a partir de un interés de conocimiento comprensivo y con diseño de investigación fenomenológico. Se utilizaron como instrumentos: la encuesta, el grupo de discusión y la entrevista a profundidad.
La encuesta
Teniendo en cuenta la distribución de la población de usuarios, según el registro oficial de visitantes de la biblioteca durante marzo del 20181, se aplicó un muestreo por conveniencia (estratificado por edad y sexo), que contempló la participación de 77 usuarios de la biblioteca, encuestados in situ, distribuidos en los siguientes grupos poblacionales2: El 20 % correspondió a adolescentes (14 a 17 años), el 41 % a jóvenes (18 a 25 años), el 36 % a adultos (25 a 60 años) y el 3 % a adultos mayores (mayores de 61 años) (en la figura 1 se puede apreciar el porcentaje de cada grupo poblacional participante en la encuesta ). El 57 % de las personas encuestadas fueron mujeres y el 43 % hombres.
La encuesta permitió tener un acercamiento general a los imaginarios presentes en cada uno de los usuarios y grupos poblacionales de la biblioteca, que luego fueron confrontados a través de grupos de discusión y entrevistas a profundidad. La encuesta también fue útil para, posteriormente, tener los datos de contacto de los visitantes encuestados y realizar la respectiva invitación a los grupos de discusión.
La encuesta se centró en preguntas relacionadas con frecuencia de visita y uso de los servicios, además de dos preguntas centradas en la aproximación a los imaginarios: 1) ¿cómo se siente en la biblioteca?, 2) ¿qué importancia tiene para usted la biblioteca?
Grupos de discusión
Se realizaron dos reuniones de grupos de discusión, cada una duró una hora y contó con la participación máxima de 8 usuarios de la biblioteca. La elección de los/as participantes se hizo a partir de muestreo por autoselección mediante invitaciones enviadas a los usuarios encuestados con anterioridad. Las preguntas se encaminaron a entender significado, sentido y uso del lugar a partir de las siguientes preguntas provocadoras:
¿Por qué las bibliotecas no desaparecen o van a desaparecer? ¿Qué necesita esta biblioteca para no caer en el olvido? ¿Qué hace que usted siga asistiendo a la biblioteca? ¿Qué le ofrece la biblioteca y qué le ha aportado usted la biblioteca? ¿Por qué es importante apoyar espacios brindados por la biblioteca? ¿Siente un compromiso con la biblioteca, por qué, qué los hace sentirse comprometidos? ¿En qué afectan o aportan las nuevas tecnologías? ¿Qué importancia ha tenido la inclusión de nuevas tecnologías? ¿Importa más lo estético o las herramientas que brinda?
Entrevista a profundidad
Finalmente, se hicieron ocho entrevistas semiestructuradas personales y siete por correo electrónico a los mismos asistentes a los grupos de discusión, teniendo como base las siguientes preguntas provocadoras: ¿Qué significa para ustedes esta biblioteca, por qué es importante? ¿Cómo se sentirían si la biblioteca desapareciera? ¿Qué sienten cuando están aquí y qué los motiva a venir?
¿En comparación con el pasado de la biblioteca, como sienten que es actualmente? ¿Cómo perciben el futuro de la biblioteca?
Análisis de resultados
Para el análisis de los resultados se tuvo en cuenta la emergencia categorial a partir de los procesos dialógicos generados en la aplicación de los instrumentos, considerando sentidos y significaciones a partir de: significado del lugar, sentido que se le da al lugar, y uso que se le da al lugar. La tabla 1 muestra la relación entre la sistematización del problema de la investigación y las categorías de análisis emergentes identificadas.
La categoría "Significado del lugar" se aborda como un acercamiento a la comprensión del concepto o idea con la que se asocia a la biblioteca. La categoría "Sentido que se le da al lugar" se refiere al entendimiento o la razón, es decir, un modo particular de entender algo o cómo se ejecutan ciertas acciones: la razón de ser. Pretende responder a un ¿por qué y para qué? Finalmente, la categoría "Uso que se le da al lugar" se entiende a partir de lo que es útil para el usuario, según lo que le provee la biblioteca, tanto tangible como intangible.
Resultados
Significados que se le da al lugar
Ante la categoría "Significado que se le da al lugar", emergen tres imaginarios en torno a la biblioteca pública como: 1) espacio público de importancia social y municipal; 2) espacio dedicado al estudio, trabajo e investigación académica; 3) espacio de oportunidad cultural y de desarrollo humano.
Aquí es importante destacar cómo la mayor parte de los participantes (figura 2) construyen la representación de la biblioteca como un espacio de oportunidad cultural y de desarrollo humano. Es decir, la relación construida supera la de referente municipal y la función técnica de dadora de conocimiento, para asentarse como un escenario para el crecimiento personal y una oportunidad para el enriquecimiento cultural.
Fuente: elaboración propia con base en análisis de resultados de la Encuesta aplicada a usuarios de la biblioteca entre el 10 y el 30 de febrero del 2018.
"Son salvavidas en esta sociedad" (Entrevista n.° 6, julio del 2018), un lugar "en donde uno puede esculcar y confesarse" (Grupo de discusión, participante n.° 9, junio del 2018).
De mis primeros regalos fue una enciclopedia, me marcó y me cambió el mundo. En la casa casi no se leía, mis padres eran comerciantes y no les quedaba el tiempo de la lectura, pero bastó este regalo para que yo cambiara. (Entrevista n.° 2, julio del 2018)
En Bogotá visitaba mucho la Luis Ángel Arango porque mi casa queda cerca, tal vez por eso cuando llegué a Duitama el primer punto de referencia fue aquí, en Bogotá era un espacio muy mío, y por eso la biblioteca es importante en mi vida porque desde pelado en mi cotidianidad han sido espacios importantes. (Entrevista n.° 3, septiembre del 2018)
Esto se encuentra en estrecha relación con el contexto de los usuarios que se presentará más adelante.
Sentido que se le da al lugar
Con respecto al sentido que se le da a la biblioteca pública, este se concibe desde dos ámbitos principales: como referente patrimonial asociado a la identidad territorial y como referente de crecimiento personal asociado a la adquisición de conocimiento y el enriquecimiento cultural (figura 3).
Fuente: elaboración propia con base en análisis de resultados de la encuesta aplicada a usuarios de la biblioteca entre el 10 y el 30 de febrero del 2018.
A través de los grupos focales y entrevistas se profundiza en este sentido: "somos más o menos de la misma generación, nosotros crecimos en este ambiente que en Duitama solamente era el trago para la juventud, o eran ambientes completamente diferentes que no construían mucho de cierta forma" (Grupo de discusión, participante n.° 1, mayo del 2018); de este modo, la biblioteca se iba convirtiendo en un pequeño espacio de oportunidad cultural y de desarrollo al que llegaban personas cercanas a la literatura, con inquietudes, ganas de aprender y un instinto curioso: "yo a las bibliotecas las adoro precisamente porque me brindan un apoyo desde que era niño, le cogí aprecio, mi conocimiento se hizo acá" (Grupo de discusión, participante n.° 3, mayo del 2018).
Uso que se le da al lugar
La interacción cercana con la biblioteca transforma su concepción, "se vuelve parte de uno, ya te asocian con ella" (Entrevista n.° 1, julio del 2018). Pasa de ser un mero espacio facilitador de herramientas y servicios a integrarse progresivamente a la vida de sus usuarios,
por la biblioteca, las personas que conocí acá, los eventos a los que asistí y fui parte, creo que por eso escogí la carrera que escogí. Creo que por eso soy una persona apasionada con la promoción de lectura. Me gusta ser docente y que mis estudiantes tengan esa misma experiencia mágica que yo tuve. (Entrevista n.° 1, julio del 2018)
Dicha relación con la biblioteca implica una capacidad de influenciar o potenciar aquellos gustos personales que, de algún modo, tienen relación con las dinámicas que se generan allí: "yo le debo muchísimo a mis inicios en la literatura justamente a la biblioteca, de no haber sido por la biblioteca otro hubiera sido el destino" (Entrevista n. ° 2, julio del 2018). "Es un espacio que ha permanecido a través de los años, que me ha acompañado en todos los procesos" (Entrevista n.° 1, julio del 2018).
Además, como la interacción es distinta, la atmósfera y las reglas implícitas del lugar son adoptadas mediante la identificación con el espacio; por lo tanto, el comportamiento y las sensaciones varían: "es un cambio que no se percibe, pero a la vez la persona va leyendo y va transformando su entorno sin darse cuenta" (Entrevista n.° 2, julio del 2018).
Aquí, cuando la gente entra es más pausada, más respetuosa del otro y por ende del mismo espacio. Cuando venimos, reímos o hablamos fuerte y siempre como que ¡ay, verdad que estamos en la biblioteca! Entonces uno trata de menguar el volumen y la euforia, a pesar de que Don Jorge es muy tranquilo. (Entrevista n.° 3, septiembre del 2018)
Finalmente, algunas características del ambiente se convierten en particularidades apreciadas por los usuarios y ayudan a reforzar el vínculo bidireccional; tal es el caso de la música: "me gusta mucho de esta biblioteca que cuando llego siempre ponen jazz o música similar, en otras no, en ninguna lo había experimentado" (Entrevista n.° 4, julio del 2018). Este enunciado se relaciona con la vitalidad que se busca hoy en este tipo de lugares. Para otras personas, sus particularidades las encuentran a través de experiencias de amigos que desarrollaron su personalidad allí, y ahora están "aportando" a labores humanísticas y sociales.
Espacio de participación colectiva e interacción
A partir de la pregunta "¿cómo se siente en este lugar?", dos de los estados más nombrados fueron comodidad y tranquilidad, en referencia al "ambiente acogedor", especialmente construido o reflejado por la actitud del bibliotecario, pues "no te sientes como un desconocido" (Entrevista n.° 1, julio del 2018); "la cuestión del trato humano, encontrar a una persona justamente humana que tal vez se involucra con el lector y las personas que llegan" (Entrevista n.° 2, julio del 2018). "Don Jorge es una persona que le ha dejado la vida, la ha entregado y lo ha hecho de muy buena manera en un muy buen sentido" (Entrevista n.° 1, julio del 2018). Por el contrario, el público adolescente tiende a reflejar relaciones e interacciones comunicativas distantes, generalmente con el bibliotecario, esto se debe al corto tiempo que llevan como usuarios, puesto que cuanto más se comparte con el lugar mejora el vínculo.
Así, progresivamente se ha insuflado vida a un espacio que propicia la cercanía entre el personal de la biblioteca y los usuarios, por medio de sus diferentes servicios y actividades, "eso hace que te acerques a las personas, al final terminas hablándote con todos" (Grupo de discusión, participante n.° 6, junio del 2018). Algunos usuarios la han nombrado como "un ágora para la cultura" (Entrevista n.° 6, julio del 2018), como un espacio propicio para conocer y compartir con personas que tengan gustos afines; esto hace que uno de los mayores aportes sean las amistades, incluso con posibilidades de denominar dichas relaciones como una comunidad. A su vez, "se busca la biblioteca para resguardarse. Se vuelve una especie de amuleto" (Entrevista n.° 6, julio del 2018). "También puede ser punto de encuentro, puedes leer mientras esperas a alguien, o también conversar" (Entrevista n.° 1, julio del 2018).
La biblioteca se abre a dos posibilidades, por un lado como espacio solitario y de concentración: "Un espacio donde nos encontramos siempre con nuestras soledades, no como club social sino como lugar para huir de esos clubes sociales" (Entrevista n.° 2, julio del 2018); o por otro lado como lugar de encuentro social:
siempre está circulando mucha gente que es muy conocida del gremio artístico, entonces antes de empezar a trabajar uno conversa, se habla de la cotidianidad, de la escena artística del municipio, proyectos, propuestas, convocatorias, los nuevos trabajos de los grupos entonces se convierte en un espacio también como de tertulia. (Entrevista n.° 3, septiembre del 2018)
Ahora bien, el sitio donde se encuentra ubicada la biblioteca actualmente no resulta ser el más propicio, por el contrario, se reclama una adecuada planeación para reubicarla, puesto que es un espacio donde confluyen diversos usuarios y necesidades, es decir, darle orden a esa diversidad, espacios internos adecuados para la biblioteca e independencia de instituciones como Culturama, Instituto de Cultura y Turismo de Duitama, que pueden opacarla.
La biblioteca ejerce cierta influencia en la vida de los usuarios, pues pasa de ser un mero espacio facilitador de herramientas y servicios a integrarse progresivamente a la vida de los usuarios, por lo tanto, es un espacio que aporta a corto y largo plazo. Su importancia se justifica por la capacidad que tiene para aportar al desarrollo social y cultural del municipio, además de brindar espacios para el ejercicio académico y laboral de carácter público, por eso se ha definido como "salvavidas".
Por consiguiente, la Biblioteca Pública Zenón Solano Ricaurte significa una mejora en la calidad de vida, a través de oportunidades de progreso desde su sentido educativo. Se trata, en efecto, de una aliada fundamental tanto para la expresión artística, como para dinamizar procesos de identidad cultural que pueden reforzar el sentido de pertenencia a la ciudad: espacio de encuentro e intercambio cultural propicio para la reunión y la tertulia; y único lugar, diferente, capaz de sopesar la saturación, en medio de un "desierto cultural" (así caracterizan a Duitama y, en general, a Boyacá).
En este sentido, el desarrollo personal se asocia con el cubrimiento de necesidades como autorrealización, reconocimiento y afiliación, a partir de la pirámide de Maslow, y el "desarrollo" de una ciudad en función de lo que sus habitantes hacen de ella, es decir, qué características tienen las personas que habitan aquel territorio y cómo quiénes son influye para hacer de este un lugar mejor.
De manera análoga, como ya se indicó, la biblioteca se abre a dos posibles imaginarios: como espacio solitario y de concentración, o como lugar para el encuentro social. En el primer caso, refiere a los aspectos de trabajo individual que demandan un alto grado de silencio (Villavicencio, 2017); en el segundo caso, se habla de un espacio para conversar sobre la cotidianidad y la escena artística y cultural del municipio; entonces, la condición social de la biblioteca se perfila como la más relevante, puesto que "las dinámicas de aprendizaje, por ejemplo, se han transformado hacia modelos pedagógicos de trabajo en grupo" (p. 110).
Esta relación entre los usuarios y la biblioteca, en gran medida se debe a las valoraciones del lugar tanto con respecto a las dinámicas de presencia y ausencia de ruido, como con lo relativo a la perspectiva temporal: "a las dos de la tarde acá, todo el lugar va a estar en silencio", "[...] a las cuatro o cinco se genera mucho ruido" (Grupo de discusión, participante n.° 5, mayo del 2018). La insuficiente división de los espacios dentro de la Biblioteca causa malestar, esto hace que las tertulias y otros escenarios para comunicarse oralmente se vean afectados: "entre las cuatro o cinco vienen todos estos niños, a mí me da risa y a la vez alegría porque me gusta que estén acá buscando libros, pero a veces toca calmarlos y pues se genera mucho ruido" (Grupo de discusión, participante n.° 5, mayo del 2018); "cuando uno quiere salir hay un montón de maletas, un iglú de maleticas, no hay cómo darle un orden, y ahí es cuando uno diría hace faltan los casilleros, con otras muchas cosas que hacen falta" (Grupo de discusión, participante n.° 1, mayo del 2018).
El espacio arquitectónico, en este caso la casona donde se encuentra localizada la biblioteca, no es un sitio apreciable, por el contrario, se reclama una adecuada planeación para reubicarla, debido a que dejó de ser un espacio que solo busca albergar libros. Según Gallo-León (2017): "El libro ya no es el canon al que ajustarse, sino que las bibliotecas se proyectan para acoger usuarios y darles los servicios que necesitan en el entorno más atractivo y acogedor posible" (p. 79). En esta medida, la biblioteca es ahora un lugar de encuentros diversos.
Frente a estas necesidades, se cree que para para brindar espacios de calidad y enriquecer la gestión, se necesita un apoyo más activo por parte de entidades públicas en referencia a su valor social para el municipio, decisiones administrativas sensatas, coherentes, adecuadas a las necesidades; más aún cuando su correcto funcionamiento (Nieto, 2012) no solo depende de la comunidad sino de las acciones y participaciones del Estado (p. 33).
Actualmente, se tiene una perspectiva negativa frente a la gestión de algunas entidades públicas como la Alcaldía de Duitama y Culturama, pues se cree que han olvidado su responsabilidad, opacando el verdadero valor de la Biblioteca Pública Zenón Solano Ricaurte; esta opinión incrementa la incertidumbre que despierta el no tener un lugar concreto para nuevas instalaciones, el vaivén de rumores sobre los recursos disponibles, poco personal para la cantidad de labores, entre otras necesidades que año tras año persisten; así, se genera preocupación por las decisiones de los entes administrativos de quienes depende la biblioteca -incluso, se perciben conflictos de intereses entre Culturama y la biblioteca-. Se dice que durante años las políticas públicas en Duitama no le han dado el "el lugar que se merece la biblioteca" (Grupo de discusión, participante n.° 7, junio del 2018). Es importante enseñarle a la gente que también la biblioteca le pertenece, pues los espacios públicos pierden valor en sí mismos si no se les ayuda desde los ámbitos público y administrativo.
También hay un sentimiento de descontento, pues los usuarios consideran que el número de visitantes que recibe la biblioteca es ínfimo, así como el valor que se le atribuye a esta. Así, aflora la necesidad de tener una mirada crítica tanto del sentido y del modo en que se desarrollan las actividades, como de su imagen. De igual manera, debe aumentar la presencia de la biblioteca en diversas redes sociales y plataformas, aunque el manejo empírico no es suficiente pues se necesita estrategias que contemplen algunas brechas digitales. En este orden de ideas, la biblioteca contemporánea debe orientar sus esfuerzos hacia un horizonte tecnológico, en beneficio de buscar mejores oportunidades y recursos para acceder a la información, y así consolidar "[...] un espacio en el cual los usuarios tengan mayores oportunidades de comunicarse, compartir y producir conocimiento" (Lopera, 1998, p. 34).
De este modo, para enriquecer la gestión de la biblioteca también se necesita formar usuarios con miras a lograr una verdadera apropiación del lugar, con capacidades de superar el discurso para así pasar a la acción social. Frente a esto, los usuarios resaltan los "esfuerzos y aportes individuales" como el llamado "voz a voz" y las promesas de "estar siempre disponibles para lo que la biblioteca necesite", especialmente a partir de la colaboración "sin ánimo de lucro" y la donación de libros.
Contexto de los usuarios
Otro de los hallazgos encontrados es el perfil, contexto e historia personal asociada con la biblioteca misma.
Algunos entrevistados recordaron crecer en casas sin Internet, por lo que los libros fueron su principal fuente de documentación: "nos enseñamos a buscar en un libro" (Grupo de discusión, participante n.° 2, mayo del 2018). Es decir que rememorar la biblioteca se convierte en un referente de identificación personal y de interacción con los semejantes: "Me quedaba escudriñando los libros, mirando y haciendo amigos" (Entrevista n.° 1, julio del 2018); "la literatura es una de las artes que rompe con esa barrera de lo permitido y lo no permitido para las etapas, uno a los 70 puede estar leyéndose uno de Jairo Aníbal Niño y un niño puede estar leyéndose un Bukowski" (Grupo de discusión, participante n.° 9, junio del 2018).
En la memoria de los usuarios antiguos reposan los cambios que ha tenido la biblioteca desde sus inicios, permitiéndoles valorar significativamente dicha transformación; cuando la comparan con la actualidad, afirman con entusiasmo: "¡Desde esas épocas a ahorita ha sido genial! los libros, el Internet, la infraestructura... La biblioteca ha mejorado un 100 %" (Grupo de discusión, participante n.° 4, mayo del 2018).
Del mismo modo, se dialogó sobre la niñez y adolescencia de los participantes, en busca de recuerdos que permitiesen entender qué tanta cercanía tuvieron con las bibliotecas. Los relatos comienzan desde hogares con la presencia de familiares lectores -"mis tías y mi mamá cuentan que mi abuelo fue una persona que sagradamente leía el periódico, ellas crecieron con ese ejemplo y quisieron pasar ese ejemplo a nosotras" (Entrevista n.° 1, julio del 2018)-, personas que influenciaron directa o indirectamente esa cercanía con la literatura -"mi mamá es profesora y tenía muchos libros, así comencé yo, desde pequeñito vi que este es el lugar donde uno se resguarda, me gusta esa palabra, donde uno escampa" (Entrevista n.° 6,julio del 2018).
En sus recuerdos, los usuarios guardan la experiencia de escuchar cuentos, observar tiras cómicas e ilustraciones, curiosear en las bibliotecas caseras que contenían tanto textos académicos como literatura universal y colombiana:
mi papá es aficionado a coleccionar libros, no le gusta que se los toquen, pero yo era curioso entonces cuando lo veía que no estaba por ahí le sacaba el libro y me lo empezaba a leer, porque mi papá también era muy amante del cómic y tenía unos libros de las aventuras de Jacques-Yves Cousteau el francés documentalista, que me los releía mucho, y tenía una colección de libros de Superman, de Mafalda, y así me empecé a enamorar de los libros, yo creo que eso fue lo que me empujó y me enamoró de las bibliotecas. (Grupo de discusión, participante n.° 9, junio del 2018)
Instituciones educativas como el colegio o la universidad fueron espacios en los cuales algunos usuarios continuaron encontrando personas con gustos afines, maestros y amigos, cómplices del gusto literario:
Mi relación con la literatura fue algo difícil, mi primera impresión de la literatura fue muy aversiva, yo relacionaba la literatura con el hecho de que me obligaran a leer, pero en el colegio, en sexto, nos pusieron a leer Las aventuras de Tom Sawyer, sinceramente no sé por qué mi papá no me puso a leer clásicos de la literatura, entonces vine aquí y mi relación con la literatura fue mejorando con ese y otros libros como Las intermitencias de la muerte de José Saramago y ¡ Que viva la música! de Andrés Caicedo. Después llegó el profesor Arévalo, nos cogió a cuatro chinos que nos vio como interesados y nos enseñó ciertas pautas de redacción, la estructura de un cuento, diferentes estructuras, y así. En ese proceso de aprendizaje fue que nosotros empezamos a frecuentar la biblioteca. (Grupo de discusión, participante n.° 7, junio del 2018)
Así mismo otros usuarios tienen presentes a algunos de sus maestros, aliados tanto en la apreciación como la producción literaria: "en el 2007 comencé un proceso de literatura con el profesor Carlos Mario González que venía desde Medellín de Corpo Zuleta, tuvimos un proceso por cuenta de Confiar, un seminario de literatura y, bueno, un poco de cosas que me atraparon" (Grupo de discusión, participante n.° 10, junio del 2018). Después, "la universidad fue la que estalló ese boom de los libros, de conocer gente que te prestaba o te intercambiaban libros" (Entrevista n.° 4, julio del 2018):
entendí que actuar políticamente es un deber civil, pedagógico, romántico, y como tenemos ciertos ámbitos en donde tenemos que tomar ciertos roles, desde que entré a estudiar en la universidad empecé a ver un montón de problemas en donde antes no los veía, así que volví. (Grupo de discusión, participante n.° 7, junio del 2018)
Son muchas las anécdotas que se pueden reunir a partir de las historias de los usuarios, a pesar de las particularidades de cada una, se unen entre sí cuando convergen en la biblioteca y manifiestan colectivamente su afecto por este espacio,
yo llegué porque me enamoré de un escritor de aquí de Boyacá, aquí estaban los libros, venía una semana tras otra y luego lo conocí. Empecé a leer más libros, el club de lectura me gustó, los eventos, la gente, tratar con otras personas que no fueran del mismo ámbito del colegio, después ya tenía un mal día y con un libro se me pasaba el tiempo, entonces llegué persiguiendo eso y me enamoré, me enamoré de los libros, también escribí bastante, eso influyó en mis carreras, me encanta la literatura, me gusta la atención, la persona que yo quería está conmigo ahora, entonces, la biblioteca todo, amor, estudio y amigos. (Grupo de discusión, participante n.° 6, junio del 2018)
Finalmente, durante el recorrido por sus memorias, la biblioteca se vuelve un inmenso recinto que alberga diversas historias, motivaciones, expresiones, inquietudes y placeres, por eso sienten que con el tiempo se va quedando pequeña.
Frecuencia de uso y el vínculo con la biblioteca
Según las encuestas la mayoría de usuarios asiste al menos una vez por semana a la biblioteca (figura 4).
Fuente: elaboración propia con base en análisis de resultados de la encuesta aplicada a usuarios de la biblioteca entre el 10 y el 30 de febrero del 2018.
De cualquier modo, el deseo que tienen los usuarios de asistir con más frecuencia es evidente, "cuando uno tiene mucho tiempo libre, uno viene aquí seguido, tres, cuatro días" (Grupo de discusión, participante n.° 1, mayo del 2018), sin embargo, el ritmo de vida que exige nuestra sociedad actual y ocupaciones como el trabajo o la universidad, entre otras responsabilidades, no se los permite: "he dejado de asistir frecuentemente por la cuestión laboral porque trabajo en campo y ciudad" (Entrevista n.° 6, julio del 2018); "yo asistía muchísimo en la adolescencia, pero poco a poco ha ido bajando mi asistencia justamente por el trabajo" (Entrevista n.° 2, julio del 2018).
En el caso de los estudiantes universitarios que estudian cuyas carreras profesionales de su interés están en otras ciudades o departamentos, estos se encuentran con diferentes ambientes y responsabilidades que, finalmente, desplazan el tiempo dedicado a las bibliotecas como forma de "ocio": "cuando entré a la universidad no podía venir con la frecuencia con la que quería" (Entrevista n.° 1, julio del 2018). Ante las exigencias del mundo posmoderno, el tiempo para la formación integral mediante actividades de ocio y socialización, a través de las bibliotecas y las artes, puede ser un obstáculo para el disfrute pleno de dichos espacios más allá del ámbito académico. Pocos son los usuarios que pueden decir: "ahora mi dinámica de vida, mi concepción de la vida, me permite venir cuando quiera" (Entrevista n.° 3, septiembre del 2018).
No obstante, esto no ha sido un motivo para perder el interés o la relación con la biblioteca, "cuando tú te apropias de cierta forma de algo, le coges afecto, empiezas a ver por su bienestar, empiezas a mirar qué le hace falta y vuelves" (Grupo de discusión, participante n.° 1, mayo del 2018); "la relación que tengo con la biblioteca es más fuerte ahora, aunque la visito poco es fuerte el lazo" (Entrevista n.° 6, julio del 2018).
Conclusiones
Las bibliotecas públicas municipales son ambientes propicios para indagar, desde el ejercicio investigativo, lo que Silva (2006) llama una "realidad de asombro todavía no socializada" (p. 4), con miras a propiciar, por un lado, una comprensión crítica de cómo vivimos, usamos y construimos o reconstruimos la biblioteca como usuarios, y por otro, una mirada crítica de la biblioteca hacia sí misma.
La razón de ser de la biblioteca pública municipal se comprende a partir de tres categorías principales, según: a) su carácter público calificado como un aspecto de relevancia social y municipal, en coherencia con la demanda de la democratización cultural y del conocimiento; b) su potencial como espacio facilitador de ambientes propicios para el trabajo académico, laboral e intelectual; c) las oportunidades de acceso al capital cultural, artístico y científico, productos del conocimiento humano que, a su vez, se salvaguardan bajo la administración de la biblioteca municipal.
La biblioteca, en el imaginario social de los usuarios de la Biblioteca Pública Municipal Zenón Solano Ricaurte de Duitama, Boyacá, Colombia, se encuentra representada a través de un vínculo que, si bien no es inherente a la frecuencia de uso y asistencia, sí corresponde a una manifestación de relatos, anécdotas, memorias y vivencias que logran legitimar su relevancia. En este sentido, y teniendo en cuenta los imaginarios emergentes (tabla 2) la biblioteca se percibe como un espacio de transformación social que permite la apropiación de conceptos universales, sin distingo de posturas particulares y se vislumbra como un espacio colectivo, neutro, donde confluyen multiplicidad de pensamientos, mostrándose como un sitio de acceso libre en el cual la cultura, el arte y la educación se unen como herramientas renovadoras ante un panorama coercitivo en cuanto a su uso recurrente. Es por ello que, en general en Duitama, así como en Boyacá y el resto del país no existe un hábito consolidado de asistencia libre a una biblioteca. Quienes sí tienen dicho hábito o se rehúsan a perderlo, ven en la biblioteca un recurso salvador que preserva la vida "intelectual", en medio de un camino atestado de distractores tecnificados.
Nota: relación entre categorías de análisis e imaginario emergente en torno a la biblioteca pública.
Fuente: Elaboración propia.
Aunado a lo anterior, el usuario de la biblioteca no solo mejora su intelectualidad al aprehender nuevos saberes sobre el mundo, sino que tiene la posibilidad de pasar de lo cognoscitivo a lo procedimental como proyección práctica de lo consultado, de lo leído. Es así como la biblioteca trasciende y se transforma, al dejar de ser un espacio promotor de actividades tradicionales para convertirse en un territorio gestor, patrocinador y realizador de proyectos inéditos, creativos, que estén a la vanguardia de las necesidades demandadas por el entorno; en consecuencia, el usuario experimenta, habita y resignifica su paso por la biblioteca, convirtiéndola en un vehículo formativo y de convivencia que logra -por sus mismas dinámicas- generar conexiones afectivas con las personas que la frecuentan y que trabajan en ella. Este último aspecto está personificado en la labor del bibliotecario, una persona que tiene la responsabilidad de velar por la gestión transparente del lugar y propender por asegurar, mediante su servicio, un vínculo responsable entre el usuario y su proceso de aprendizaje, lo que supone a la vez que esta labor -muchas veces subestimada- requiere la sinergia de todo el grupo poblacional en el que recae el deber de cooperación, de solidaridad, es decir, mostrando una apropiación real y significativa de la gestión de sus propios recursos.
Dentro de la ciudad, las bibliotecas, si bien se consideran hitos arquitectónicos e históricos, han entrado en un proceso gradual de olvido que amenaza con su deterioro, especialmente teniendo en cuenta que cada vez es menor el apoyo económico del Estado para su manutención y supervivencia, de ahí que se hace necesaria la vinculación de todos los actores posibles que garanticen salvaguardar la bibliotecas públicas municipales, buscando proteger la memoria histórica y las tradiciones que en ellas repos an, siendo ambientes de trascendencia intergeneracional. De igual modo, no se puede dejar de lado el papel que tiene la biblioteca pública como garante de una multiplicidad de derechos y deberes, tales como a la educación, la cultura, la paz, a un ambiente social sano, al libre desarrollo de la personalidad; es decir, los mismos deberes y derechos que en suma coadyuvan a perpetuar la civilidad de una sociedad que constantemente tiende a vivir en entropía.
En conclusión, la biblioteca influye de manera esencial en el saber, hacer y trascender de sus usuarios, tejiendo las lógicas de una mejora en la calidad de vida, mediante oportunidades de progreso desde su sentido educativo; de modo que la biblioteca pública resulta ser una aliada fundamental para la expresión artística y constituye procesos dinamizadores de la identidad cultural que pueden reforzar el sentido de pertenencia a la ciudad.