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Revista Colombiana de Sociología

Print version ISSN 0120-159X

Rev. colomb. soc. vol.46 no.2 Bogotá July/Dec. 2023  Epub May 15, 2024

https://doi.org/10.15446/rcs.v46n2/100300 

Sección General

Entendiendo la reincorporación colectiva de excombatientes de las FARC-EP desde la perspectiva de los mundos sociales*

Understanding the collective reincorporation of FARC-EP ex-combatants from the perspective of social worlds

Compreender a reincorporação coletiva dos ex-combatentes das FARC-EP a partir da perspectiva dos mundo social

Andrea Carolina Jaramillo Contreras** 
http://orcid.org/0000-0002-0812-6033

** Universidad Justus Liebig de Giessen, Giessen, Alemania . Doctora en Filosofía, Facultad de Sociología de la Universidad de Marburg-Alemania. Asistente de investigación en la Universidad Justus Liebig de Giessen. Correoelectrónico: andrea.c.jaramillo@histor.med.uni-giessen.de - ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0812-6033


Resumen

En este articulo analizo el proceso de reincorporación colectiva de los exmiembros de las FARC-EP bajo la perspectiva de los mundos sociales. El término mundos sociales surge como una perspectiva sociológica desarrollada por la Escuela de Chicago, que entiende los procesos de cambio social a través de la comprensión de las interdependencias y esquemas compartidos entre diferentes grupos sociales que se transforman por sí mismos a través de nuevas formas de comunicación y relacionamiento. Para esto, exploré las contribuciones de los exintegrantes de las FARC-EP al proceso de paz en Colombia y las implicaciones que tiene su interacción con otros mundos sociales en su adecuada reincorporación social, política y económica. Bajo una etnografía multisituada, durante 2018 y 2019 en tres territorios de Colombia (Agua Bonita, Llano Grande y San José de León), exploré las prácticas locales de los exmiembros de las FARC-EP y su relacionamiento con entidades nacionales, internacionales y con comunidades aledañas. Para esta investigación llevé a cabo 58 entrevistas con exintegrantes de las FARC-EP y 12 con comunidades vecinas, las cuales fueron complementadas con observación participante y diarios de campo. Identifiqué que las prácticas colectivas de reincorporación ofrecen nuevas formas de entender los mundos sociales bajo un equilibrio de poderes y nuevos liderazgos que favorecen procesos de autosostenibilidad en los territorios. Al valorar la agencia y emprendimiento local se favorecen dinámicas de reincorporación que benefician la reconciliación y la paz territorial. Sin embargo, la manipulación de recursos y poderes sociales puede convertir a los excombatientes de las FARC-EP en otro actor pasivo de la sociedad, en el que su mundo social termina siendo absorbido por otros actores que tienen más poder y control social en los territorios. Si no se valoran las iniciativas colectivas de los exintegrantes de las FARC-EP se corre el riesgo de que sigamos limitados a estructuras hegemónicas y dominantes que minimizan iniciativas locales de paz y, por ende, la participación de los exmiembros de las FARC-EP en la construcción de la paz en Colombia.

Descriptores:

acuerdos colectivos, cohesión social, construcción de paz, reintegración.

Palabras clave: excombatientes; FARC-EP; mundos sociales; paz territorial; reincorporación colectiva; reintegración

Abstract

In this article I analyze the collective reincorporation process of FARC-EP ex-members from the perspective of social worlds. The term social worlds emerge as a sociological perspective developed by the Chicago School of Sociology that understands the processes of social change through the comprehension of the interdependencies and shared schemas between different social groups that transform themselves through new forms of communication and relationships. In doing so, I explore the contributions of FARC-EP ex-members towards the peace process in Colombia and the implications of their interaction with other social worlds in their successful social, political, and economic reincorporation. Under a multisite ethnography, during 2018 and 2019 in three territories in Colombia (Agua Bonita, Llano Grande, and San José de León), I explored the local practices of FARC-EP ex-members and their relationship with national, international organisations, and with neighbouring communities. For this research, I conducted 58 interviews with FARC-EP ex-members and 12 with neighbouring communities, complemented by participant observation and field diaries. Collective reincorporation practices offer new ways of understanding the social worlds under a balance of power and new leaderships that favour self-sustainability processes in the territories. Valuing the agency and local empowerment benefits the reincorporation, the reconciliation, and the territorial peace processes. However, the manipulation of resources and social powers can turn FARC-EP ex-members into another passive actor in society, in which their social worlds may be absorbed by other actors who have more power and social control in the territories. Without giving value to the collective initiatives of FARC-EP ex-members, there is a risk that we will be limited to hegemonic and dominant structures that minimise local peace initiatives and therefore the participation of FARC-EP ex-members in peacebuilding in Colombia.

Descriptors:

collective agreements, peacebuilding, reintegration, social cohesion.

Keywords: collective reincorporation; ex-combatants; FARC-EP; social worlds; reintegration; territorial peace

Resumo

Neste artigo, analiso o processo de reincorporação coletiva dos ex-membros das FARC-EP a partir da perspectiva do mundo social. O termo mundos sociais emerge como uma perspectiva sociológica desenvolvida pela Chicago School of Sociology que compreende os processos de mudança social através da compreensão das interdependências e esquemas compartilhados entre diferentes grupos sociais que se transformam através de novas formas de comunicação e relacionamentos. Ao fazer isso, exploro as contribuições dos exmembros das FARC-EP para o processo de paz na Colômbia e as implicações de sua interação com outros mundos sociais em sua bem sucedida reincorporação social, política e econômica. Sob uma etnografia multilocal, durante 2018 e 2019 em três territórios da Colômbia (Água Bonita, Llano Grande e San José de León), exploro as práticas locais dos ex-membros das FARC-EP e suas relações com organizações nacionais e internacionais e com as comunidades vizinhas. Para esta pesquisa, realizei 58 entrevistas com ex-membros das FARC-EP e 12 com as comunidades vizinhas, complementadas pela observação participante e diários de campo. As práticas de reincorporação coletiva oferecem novas formas de entender o mundo social sob um equilíbrio de poder e novas lideranças que favorecem os processos de auto-sustentabilidade nos territórios. Valorizar a agência e o empodera-mento local beneficia os processos de reincorporação, beneficia a reconciliação e a paz territorial. Entretanto, a manipulação de recursos e poderes sociais pode transformar os ex-membros das FARC-EP em outro ator passivo da sociedade, no qual seu mundo social acaba sendo absorvido por outros atores que têm mais poder e controle social nos territórios. Sem dar valor às iniciativas coletivas dos ex-membros das FARC-EP, existe o risco de continuarmos a nos limitar às estruturas hegemônicas e dominantes que minimizam as iniciativas locais de paz e, portanto, a participação dos ex-membros das FARC-EP na construção da paz na Colômbia.

Descritores:

acordos coletivos, coesão social, construção da paz, reintegração.

Palavras-chave: ex-combatetes; FARC-EP; mundos sociais; paz territorial; reincorporação coletiva; reintegração

Introducción

La comprensión de lo que uno hace solo se torna posible comprendiendo lo que hacen los otros

MIGUEL ÁNGEL BELTRAN, 2005

El dilema: acción y estructura. Una visión desde Jeffrey Alexander y Anthony Giddens

El término mundo social surge en sociología a partir de las discusiones alrededor del interaccionismo simbólico y como una nueva forma de entender los problemas sociales lejos de las posturas tradicionales del funcionalismo estructural. Los mundos sociales se enfocan en la creación de significados entre grupos de actores -diversos grupos de colectividades-, en la acción colectiva entre grupos de actores -colectividades de diversa índole- y en la acción colectiva de personas que "hacen cosas juntas" (Becker, 1986).

A grandes rasgos, los mundos sociales son un "conjunto de actividades o preocupaciones comunes o conjuntas creada por una red de comunicación" (Kling y Gerson, 1978, p. 26) que se construyen o deconstruyen a partir de la interacción entre personas y sus limitaciones sociales (Strauss, 1978). "Cada mundo social termina siendo un universo de respuestas mutuamente regularizadas" (Shibutani, 1955, p. 556) el cual integra un discurso que no solo se representa en formas de comunicación o símbolos, sino también en forma de actividades, membresías, lugares, tecnologías y formas de organización (Strauss, 1978).

En este artículo analizo cómo los mundos sociales pueden convertirse en una herramienta útil para analizar los procesos de cambio social (Strauss, 1978). En este caso me enfocaré en los mundos sociales surgidos después del Acuerdo de Paz entre el exgrupo guerrillero de las FARC-EP (Fuerzas Alternativas Revolucionarias del Común-Ejército del Pueblo), sus comunidades vecinas y actores gubernamentales e internacionales. Para ello, identifico cómo estos mundos sociales benefician el logro de la paz mientras se entretejen, construyen y deconstruyen nuevas realidades sociales y percepciones frente a otros grupos sociales. Para esto, busco responder las siguientes preguntas: ¿cómo los mundos sociales de los exmiembros de las FARC-EP, comunidades vecinas y actores gubernamentales e internacionales redefinen discursos, relaciones y símbolos en la transición al (post)conflicto1? y ¿de qué manera esto contribuye o no en la construcción de la paz?

La base teórica de este documento se centra en el interaccionismo simbólico y los mundos sociales. El interaccionismo considera el conocimiento como un proceso activo, en el que las relaciones cotidianas influyen en la formación de los mundos sociales, mostrando las fuerzas inseparables e interdependientes entre los individuos y la sociedad (Reynolds et al., 1975). Bajo esta perspectiva, contemplo no solo la historia y el legado de los y las exmiembros de las FARC-EP, sino también sus interacciones cotidianas en su proceso de reincorporación. Así mismo, entiendo los procesos de paz como una transición temporal, social, política y económica en las sociedades, como una nueva configuración de interacciones entre grupos sociales que se regulan entre sí y redefinen patrones de comunicación mientras se articulan con otros mundos sociales.

Este proceso de reconstrucción de mundos sociales emerge a partir del proceso de paz y se transforma a lo largo del tiempo a través de nuevos significados y formas en que las personas interactúan con su realidad. Bajo este contexto, identifico los mundos sociales como "significados creados entre grupos de actores y colectividades de diversa índole que impulsan acciones colectivas al hacer cosas juntos" (Becker, 1986 citado por Clarke y Star, 2008, p. 1).

Mediante la creación de significados, los seres humanos pueden enfrentarse al mundo mediante nuevas definiciones de su realidad y experiencias vinculadas en sus "imágenes de base" (Strauss, 1969). Este proceso se desarrolla paralelamente con la formación de la identidad social y la concepción que las personas tienen de sí mismas. Durante este proceso de interacción, las experiencias pasadas de las personas moldean sus emociones y perfilan su actitud hacia el yo (Carter y Fuller, 2012). Asimismo, esta dinámica incorpora la construcción del yo con relación a los demás cuando estos interactúan en contextos sociales en determinados lugares y tiempos definidos (Carter y Fuller, 2012).

Sin embargo, los mundos sociales van más allá de una forma típica de identificación. Estos vinculan dinámicas difusas y permeables en las que las personas pueden moverse libremente en la búsqueda de una unidad que comparta prácticas, procedimientos y perspectivas similares (Strauss, 1978). Las personas no habitan un solo mundo, sino una serie de mundos superpuestos que se resisten y entran en conflicto, o se amenazan entre sí (Mitchell, 2012, p.3). Sin embargo, estos no se someten a fronteras formales, listas de miembros o un territorio espacial definido (Strauss, 1978; Unruh, 1979, p. 115). Sus límites dependen de la comunicación efectiva que se entreteje entre las personas y sus sistemas (Shibutani, 1955).

Como resultado, los mundos sociales están en una continua transformación que es volátil de acuerdo a las visiones del mundo que las personas reproducen juntas con sus mundos sociales en diferentes segmentos de la realidad (Blumer, 1969). En este contexto, los mundos sociales interactúan con el conocimiento producido por las personas y la interpretación de sus realidades (Soeffner, 1991; Soeffner & Zifonun, 2008). Estas dinámicas varían en función de la relación entre los actores, la diversidad de los mundos sociales en los que interactúan, sus experiencias y sus estrategias personales de afrontamiento (Soeffner & Zifonun, 2008).

En términos generales, los mundos sociales abren una ventana para analizar la variedad de interrelaciones e intersecciones que forman un sistema social. Estos pueden verse como una categoría que define los múltiples poderes y procesos de negociación con los que las personas tienen que lidiar para alcanzar sus objetivos, tanto para identificarse como sujetos parte de una entidad colectiva, como para ser miembros de un sistema social.

Aproximación a la reincorporación colectiva

En 2016, más de 13 000 integrantes de las FARC-EP firman un Acuerdo de Paz con el gobierno nacional. En este proceso, ellos se comprometieron a hacer parte de un proceso novedoso para Colombia que denominaron reincorporación colectiva2, el cual busca:

Potencializar las habilidades de los excombatientes para participar activamente en escenarios de construcción de paz, reconciliación, desarrollo comunitario e incidencia en derechos, para contribuir al desarrollo y fortalecimiento del ejercicio autónomo de su ciudadanía, vinculado a las lógicas sociales de los contextos en los cuales residen, que a su vez repercuten en la generación de redes de apoyo y mecanismos que le permitan afrontar situaciones de crisis ante los eventuales riesgos que puedan presentarse para la sostenibilidad de su proceso de reincorporación. (DNP, 2018, p. 19)

Esta perspectiva los colocó en igualdad de condiciones con el gobierno durante las negociaciones de paz, ya que pudieron desempeñar un papel activo en la creación, el diseño y la implementación de sus propios procesos de reintegración (McFee y Rettberg, 2019). A diferencia de los enfoques individualistas de la reintegración, que pretenden desvincular las estructuras de mando y control de los grupos armados de sus antiguos camaradas, la reincorporación colectiva considera que la estructura y el liderazgo heredados del periodo de conflicto armado son un recurso que promueve la sostenibilidad, la identidad colectiva y la cohesión de grupo.

Esta perspectiva de "reintegración" demuestra como los fenómenos colectivos desde su accionar buscan transformar las estructuras sociales a través de perspectivas microsociológicas centradas en los individuos, y su capacidad consciente y creativa para resistirse y transformar las estructuras institucionales (Beltran, 2005). Para Strauss (1978), la actividad primaria de cada mundo y submundo es el aspecto central que distingue a un mundo de los demás. En el ejercicio de esta actividad primaria, convergen diferentes relaciones de poderes que se despliegan en un mundo en acción. Estos poderes también son visibles cuando los mundos sociales se cruzan con otros mundos, con el objetivo de compartir conocimientos o habilidades para lograr acciones colectivas.

Para los exmiembros de las FARC-EP, la reincorporación colectiva no puede ser la anulación del legado adquirido durante sus tiempos en la guerrilla o la simple adaptación a un sistema con altos niveles de fragmentación social, económica y política. Al contrario, la reincorporación para los exguerrilleros de las FARC-EP busca transformar las causas profundas del conflicto a través de la libre participación colectiva de sus miembros en las diferentes esferas de la sociedad. Este proceso de reincorporación se convierte en un híbrido que combina la fuerza colectiva de los y las exmiembros de las FARC-EP con las dinámicas estructurales impuestas por el sistema económico, político y social del país. Durante este proceso, ellos y ellas se encuentran en una transición en la que interactúa el yo individual, el yo colectivo y las estructuras sociales, creando nuevas formas de entender su rol en la sociedad y en la construcción de la paz.

En este artículo analizo la reincorporación colectiva desde una perspectiva local (micro) con el fin de estudiar las prácticas y relaciones sociales surgidas en el día a día de los y las exmiembros de las FARC-EP. A partir de un enfoque de etnografía multisituada muestro cómo las prácticas cotidianas locales interactúan con la volatilidad de los espacios y los tiempos (Marcus, 1995) y teniendo como énfasis "las personas, las conexiones, la asociación y las relaciones a través de los espacios" (Falzon, 2009, p. 1). Esta dimensión tiempo-espacio en la reincorporación interactúa con los contextos, relaciones y mundos sociales de los que los y las exmiembros de las FARC-EP hacen parte a lo largo de su reincorporación, creando un mundo social que los hace únicos en la gran arena social de la que hacen parte.

Esta investigación la llevé a cabo entre 2018 y 2019 en tres territorios donde los y las exmiembros de las FARC-EP llevan a cabo su proceso de reincorporación colectiva. Mi estudio se centra en aquellos y aquellas que viven de manera colectiva en los antiguos Espacios Territoriales para la Capacitación Reincorporación (AETCRS)3 y en las Nuevas Áreas de Reincorporación (NARS)4. Mi investigación la llevé a cabo en el AETCR Agua Bonita, el AETCR Llano Grande y el NAR San José de León5. A lo largo de la investigación lleve a cabo 58 entrevistas con exmiembros de las FARC-EP y 12 líderes comunitarios. Esta información fue complementada con diarios de campo y observación participante durante 9 meses. Para el análisis de información creé categorías inductivas y axiales (Strauss y Corbin, 2016), como una estrategia de sistematización que me ayudó a priorizar discursos y prácticas en los territorios.

Este artículo está divido en cuatro subsecciones. En el primer apartado del texto analizo de qué manera los y las exmiembros de las FARC-EP crean sus mundos sociales e interactúan con su arena social. Luego exploro la intersección entre sus mundos sociales y su relación con los mundos externos. En este punto identifico los efectos positivos y negativos de dichas intersecciones en la vida cotidiana de los y las exmiembros de las FARC-EP, principalmente cuando interactúan con organismos gubernamentales, internacionales y con comunidades aledañas. Después, analizo como estos mundos sociales se consolidan en las poblaciones locales (población de la región y exmiembros de las FARC-EP) y llevan procesos de interacción bajo necesidades e intereses compartidos. Por último, hago una reflexión sobre el rol de los mundos sociales en la construcción de la paz en Colombia.

La formación de los mundos sociales en la reincorporación colectiva

La dinámica de los y las guerrilleros/as de las FARC-EP mostraba un "modelo histórico romantizado de la vida en comunidad" en donde todo era colectivo (Luckmann, 1970, p. 587). Sin embargo, esa idea de colectividad inmanente se ha ido desvaneciendo desde que se firmó el Acuerdo de Paz. Integrarse a una sociedad con grandes fracturas sociales, políticas y económicas y no regirse por una estructura guerrillera militar ha fomentado nuevas individualidades y formas en que los y las exmiembros de las FARC-EP entienden su colectividad, creando tensiones entre el legado histórico de las FARC-EP y las estructuras sociales en las que tienen que hacer su proceso de reincorporación. A continuación, identifico tres aspectos que han hecho que los y las exmiembros de las FARC-EP mantengan un mundo social compartido mientras llevan a cabo su proceso de reincorporación. Así mismo, explico los retos para mantener vigentes estos mundos sociales en la transición hacia el postconflicto.

Uno de los aspectos más sobresalientes en la colectividad de los y las exmiembros de las FARC-EP es el conocimiento compartido adquirido en tiempos de conflicto. Bajo las perspectivas de los mundos sociales los y las exmiembros de las FARC-EP crean una "guiones estructurados" estandarizados sobre creencias e ideas socioculturales y políticas compartidas, que dan significado y sentido a su mundo social y constituyen un stock de saberes frente a su vida cotidiana (Brewer et al., 2018, p. 41). Después de compartir su vida guerrillera como camaradas, su legado se convierte en el principal mecanismo de afiliación a través del cual ellos y ellas organizan su vida social (Clarke, 1991, p. 131).

El legado adquirido en tiempos de conflicto se inscribe en los mundos sociales de los y las exmiembros de las FARC-EP y se hace público cuando participan en la sociedad. Este proceso no solo contribuye al fortalecimiento de su conocimiento, sino también lo institucionaliza y se legitima en la sociedad (Soeffner y Zifonun, 2008, p. 6). En este proceso de legitimización se entrecruzan diferentes intereses y necesidades que representan simultáneamente las luchas de poder, la toma de decisiones y la negociación entre dichos mundos (Soeffner, 1991).

En su proceso de reincorporación, los y las exmiembros de las FARC-EP han aprendido que, al compartir sus historias de vida y su legado, se legitiman en la sociedad y son reconocidos/as como un grupo social con características particulares. El hecho de hacer pública su vida en "El Monte" y los principios de las FARC-EP mientras fueron clandestinos resignifica su papel activo en la sociedad y su capacidad de influir en la construcción de la paz. Tal es el caso de los proyectos económicos colectivos, las actividades sociales de integración y reconciliación, y las iniciativas políticas durante la reincorporación, que además de representar un sentido de adhesión a la colectividad, reafirman la identidad de los y las exmiembros de las FARC-EP comofarianos/as o como excombatientes6. En otras palabras, estas acciones institucionalizan su conocimiento colectivo y fortalecen su legado como farianos/as. Cuanto mayor sea el nivel de conocimiento y pertenencia de las personas a un determinado mundo social, mayor será su compromiso y lealtad hacia las acciones colectivas de dicho mundo (Soeffner, 1991).

Otro aspecto que representa la colectividad de los y las exmiembros de las FARC-EP son sus necesidades compartidas durante la reincorporación. El estar juntos beneficia su acceso a las necesidades básicas y genera un sentimiento de protección frente a posibles represalias (De Vries y Wiegink, 2011; Mcfee, 2016). Según De Vries y Wiegink (2011) y Kaplan y Nussio (2016) hay una percepción de seguridad más alta en los excombatientes cuando están juntos. Lo mismo sucede con la dimensión política, social y económica, las cuales son más fáciles de desarrollar cuando los excombatientes no rompen las estructuras militares de las cuales hacían parte en tiempos de conflicto (Buxton, 2008; De Vries y Wiegink, 2011; Sally, 2018).

Un tercer aspecto que mantiene la colectividad de los y las exmiembros de las FARC-EP es su conexión emocional. Como lo menciona Theidon (2009, p. 67) la reintegración no solo se relaciona con el "desmantelamiento de la maquinaria de la guerra", sino también con aspectos intangibles, como las relaciones interpersonales, afectivas y emocionales construidas durante el conflicto, lo que representa el legado emocional de los y las excombatientes (Nussio, 2012) . Estar juntos durante un largo periodo de tiempo permite que los y las exmiembros de las FARC-EP acumulen una base colectiva de experiencias, miedos, símbolos y recuerdos (Nussio, 2012). Esto favorece la construcción de su identidad y una distintividad cuando se comparan con otros grupos sociales, lo que representa una forma de poder local en los territorios donde se asientan (Segura y Stein, 2019).

Este vínculo emocional hace que aun entre ellos y ellas se llamen por sus alias, se traten como camaradas y se identifiquen como la familia fariana7. Este lazo emocional no se pierde cuando se entregan las armas o se lleva a cabo un acuerdo de paz, perdura en el tiempo y se fortalece más cuando hay una segregación social de estos grupos o cuando ellos no cuentan con redes sociales fuera de las construidas en tiempos de conflicto.

Una de las grandes fortalezas de la organización de las FARC-EP fue la historia acumulada de lucha, solidaridad, fraternidad y relaciones de cooperación entre los y las combatientes. Estas relaciones hicieron posible que esta organización se convirtiera en una verdadera comunidad con identidad propia y aspiraciones comunes (Zambrano-Quintero, 2019). La familia fariana representa la confianza y cooperación que sigue viva en la mayoría de los y las farianos/as que están en el colectivo, lo que hoy en día se puede traducir en una amistad entre sus miembros.

Este sentido de familiaridad genera también interdependencias alrededor de una actividad común o proyecto, que se traduce en una profunda base de formación comunitaria (Howarth, Cornish y Gillespie, 2015). Estas actividades surgen a partir de intereses o necesidades compartidas como la educación de sus hijos, su colectivo, sus proyectos productivos, su seguridad, entre otros.

En conclusión, los mundos sociales de los y las exmiembros de las FARC-EP se configuran a partir de las memorias que ellos y ellas tienen de su vida en la guerrilla y de sus necesidades actuales en el proceso de reincorporación, lo que crea un híbrido entre el legado de las FARC-EP y las demandas del entorno. Este proceso trasciende territorios físicos y se describen como espacios multisituados, donde ellos y ellas ahora están asentados. En estos espacios se comparten similares vivencias e historias de vida, lo que conforma una arena social de la que ellos y ellas hacen parte. Esta arena social, como lo mencionan las perspectivas de mundos sociales, muestra la conexión entre el tiempo, el espacio y las acciones que ejercen dichos mundos (Soeffner, 1991). En el caso de los y las exmiembros de las FARC-EP, su historia en la guerrilla, su actual proceso de reincorporación y sus prácticas colectivas los y las identifica como un mundo social con particularidades propias que se inscriben en la gran arena de los excombatientes a nivel nacional.

Arena social de los y las exmiembros de las farc-ep

La intersección de conocimientos es la base de la arena social. Su formación varía según el nivel de comunicación entre los mundos sociales implicados en esta arena social y sus intereses particulares (Clarke y Star, 2008). Una gran arena comprende la variedad de mundos y submundos sociales que se relacionan entre sí para llevar a cabo acciones colectivas, no necesariamente formales, pero sí visibles en la vida cotidiana de las personas (Strauss, 1978).

En la actualidad, los y las exmiembros de las FARC-EP se encuentran agrupados en 84 zonas rurales y 12 urbanas a lo largo y ancho de Colombia y más de 8000 de ellos hacen parte de procesos de reincorporación individual8 (Rueda, 2020). A pesar de su dispersión en los territorios, los y las exmiembros de las FARC-EP participan en diferentes escenarios sociales y colectivos de esta colectividad sin generar una dependencia hacia un espacio geográfico, sino una interconexión invisible que sobrepasa espacios físicos y temporales.

Jorge, un exmiembro de las FARC-EP, explica que el colectivo no se basa en una ubicación geográfica determinada, sino que se relaciona más con el pensamiento insurgente de los excombatientes:

Cuando hablamos de los conceptos de colectivo, nos referimos al concepto de lucha y resistencia. No importa si estoy en el Cauca, en el Huila o en el Valle, lo importante es que tenemos en la cabeza el deseo de luchar y de cambiar nuestro entorno. Esto no significa que todos debamos vivir en la misma ciudad. Se puede vivir en cualquier lugar, pero manteniendo el principio socialista. Como decía el Che Guevara, el socialismo debe estar en todas partes y extenderse por toda América Latina. (Jorge, miembro de la aetcr Agua Bonita, octubre de 2019)

Los y las exmiembros de las FARC-EP que decidieron hacer parte de una reincorporación individual también forman parte de las dinámicas colectivas de los/as farianos/as. En la mayoría de los casos, siguen teniendo contacto con sus excompañeros/as al participar en asambleas y reuniones del partido político Los Comunes, impulsando proyectos económicos y sociales en conjunto o simplemente manteniendo su amistad con los excamaradas y excomandantes. Tal como lo sostiene Christian,

La no presencia de exmiembros de las farc-ep en las zonas de reincorporación colectiva no significa que estén desvinculados de la colectividad. Tenemos muchos compañeros que están estudiando, otros están trabajando con sus familias y otros con sus amigos. Aunque estén haciendo otras actividades, están participando permanentemente aquí y allá. Tienen su casa dentro del espacio y tratan de mantener la relación colectiva de una u otra manera con nosotros. (Christian, miembro de la aetcr Agua Bonita, octubre de 2019)

Hasta el momento, los líderes del colectivo han creado diversos métodos para que los y las exmiembros de las FARC-EP se mantengan en contacto y sigan reproduciendo su legado insurgente. Tal es el caso de la bandera del partido político, el himno de las antiguas FARC-EP, las asambleas nacionales y regionales, la página web del partido político, el Consejo Nacional de Reincorporación (CNR), un canal de noticias llamado "La Nueva Colombia" (Ne)9, entre otras iniciatias.

Además de eso, el escenario social de los y las exmiembros de las FARC-EP no se limita a los que hicieron parte del último Acuerdo de Paz en 2016. Ahora, es normal ver a las AETCRS y las NARS como un refugio para aquellos/as excombatientes que se desmovilizaron individualmente antes del proceso de paz, o para quienes han tenido problemas de seguridad10 tras la dejación de las armas.

Vivian es un ejemplo de ellos. Estuvo en las FARC-EP durante 24 años y, durante su tiempo en la guerrilla sirvió como guardia del estado mayor. Debido a problemas de salud y a su embarazo de alto riesgo, fue dada de alta en 2006. Después de abandonar el grupo y decidir hacer parte de los programas de reinserción ofrecidos a desmovilizaciones individuales o desertores de las FARC-EP, ella decide contactar a sus antiguos camaradas después del proceso de paz de 2016. Ahora, vive en la AETCR Agua Bonita y recibe apoyo económico y emocional de sus excamaradas. Según ella, la mayoría de los y las exmiembros de las FARC-EP la tratan como una compañera más. Vivian explica cómo se siente en este colectivo:

Soy muy feliz aquí, me siento como fariana de nuevo. No necesito a mi madre, ni a mis hermanos, ni nada más [...]. Cuando vine la primera vez, me preguntaron si quería vivir aquí. Si lo decidía, podían proporcionarme alguna remesa para mi hijo y para mí, y ahora acá estoy a cargo de la venta de arepas. (Vivian, miembro de la aetcr Agua Bonita, noviembre de 2019)

Esto muestra no solo la estructura de las FARC-EP situada en un tiempo y espacio específicos, sino los lazos emocionales que surgieron en el tránsito por este grupo y que trascienden temporalidades y espacios.

En términos de seguridad, la gran arena social de exmiembros de las FARC-EP ha apoyado a otros y otras excamaradas que han tenido problemas de seguridad. Por ejemplo, en 2018, la ARN San José de León acogió a seis exmiembros de las FARC-EP y sus familias como parte de la AETCR de Brisas debido a las múltiples amenazas que recibieron de grupos disidentes. Además apoyaron a 93 exmiembros de las FARC-EP que hacían parte de la AETCR Santa Lucía Ituango, luego de que esta tuviera que ser cerrada por el alto número de asesinatos y amenazas que recibieron de grupos disidentes (ARN, 2020). Miembros del AETCR Llano Grande han recibido personas del AETCR Vidri (que fue cerrado en 2018) y de otros AETCR de la región de Antioquia para proteger a exmiembros de las FARC-EP de posibles represalias.

Más allá de la seguridad y protección que les proporciona a los y las exmiembros de las FARC-EP estar unidos, está su necesidad de legitimarse como actores reconocibles en la sociedad. Esta legitimación se hace visible cuando interactúan con otros mundos sociales y dan a conocer su legado colectivo, pues allí es donde se identifican como sujetos únicos, con una identidad social compartida.

En el siguiente apartado, explico a profundidad la intersección de los y las exmiembros de las FARC-EP con otros mundos sociales y los efectos positivos y negativos de esa interacción en su proceso de legitimización social.

La intersección de mundos sociales: exmiembros de las farc-ep y mundos externos

Rol del acceso al trabajo en la configuración de los mundos sociales de los y las exmiembros de las farc-ep

Uno de los aspectos que más llamó mi atención cuando visite los AETCRS y los NARS fue la presencia de guardaespaldas. La mayoría de los y las excomandantes que tuvieron algún nivel de representatividad en las FARC-EP o que han tenido problemas de seguridad después del Acuerdo de Paz cuentan con un tratamiento de seguridad especial. Estos guardaespaldas, o como ellos y ellas le llaman "agentes de seguridad" son principalmente exmiembros de las FARC-EP, quienes en paralelo con su proceso de reincorporación están protegiendo la vida de sus antiguos comandantes. Esto termina siendo una réplica de las estructuras guerrilleras, pero ahora en un ambiente de legalidad.

En algunas discusiones que mantuve con algunos/as exmiembros de las FARC-EP, ellos y ellas argumentan que tener "agentes de seguridad" va en contra de su ideologíafariana al afirmar que, tanto los y las protegidos/ as, se comportan ahora como la pequeña burguesía, pues están replicando los modelos de la mayoría de actores políticos colombianos, quienes aprovechan un sistema capitalista que da privilegios a quienes ocupan posiciones de liderazgo.

Una de las críticas que se hace a los procesos de reintegración en el mundo es el uso y control de los y las excombatientes en la inteligencia militar. Son utilizados como carne de cañón en operaciones militares, de desmantelamiento de otros grupos armados o como simples informantes, alimentando y reforzando la seguridad armada11, poniendo en riesgo sus vidas (Fattal, 2018). Esta dinámica muestra de qué manera los y las excombatientes responden a los principios de la legalidad demandados por el Estado mientras representan los mismos poderes hegemónicos.

Esas estructuras de seguridad en las que prevalece mantener el control de los territorios sobre el bienestar de las personas muestran una dinámica de "conflicto/postconflicto", que da lugar a una construcción de paz parcial en donde prevalece la seguridad sobre otros aspectos, replicando formas de paz liberal que no responden a lo que Galtung (1969) llama la paz positiva12.

Sin embargo, los y las exmiembros de las FARC-EP no pueden escapar del contexto más amplio de militarización en el que se desarrolla la construcción de la paz (Peace Direct, 2020). En este contexto, no es posible transformar las perspectivas que ellos y ellas tienen sobre la guerra y sus implicaciones cuando todo se mide y evalúa bajo unajerarquía de poder y de militarización. Hoyos y Fattal (2013) argumentan que el primer paso para desmilitarizar la sociedad es desmilitarizar los enfoques de la reintegración.

Cuando hay problemas de seguridad, amenazas y represalias contra algunos de los y las exmiemboros de las FARC-EP, el gobierno termina entendiendo la paz desde el incremento de la fuerza militar13. Allí, la percepción de seguridad se convierte en el aspecto central de cumplimiento, y termina obviando otras garantías sociales, políticas y económicas en la transición hacia la paz. Sergio, uno de los exmiembros de las FARC-EP que apoya el colectivo en Llano Grande y que ha recibido amenazas de grupos disidentes, sostiene que los problemas de seguridad son el centro de las dificultades para la reincorporación: "¿Cómo me reincorporo sabiendo que allí me espera el enemigo?" (Sergio, miembro de la AETCR Llano Grande, noviembre de 2018). De igual forma, Jovial, uno de los líderes sociales que ha sido amenazado por grupos disidentes, sostiene que su situación actual es peor que antes: "Sigo sintiéndome igual de inseguro que en El Monte, pero ahora es peor porque no estoy portando un arma" (Jovial, miembro de la AETCR Llano Grande, noviembre de 2018).

Aparte de trabajar como "agentes de seguridad" los y las exmiembros de las FARC-EP también contribuyen a que los puntos del Acuerdo de Paz se cumplan. Uno de estos proyectos en los que trabajan se llama Humanicemos. Además de contribuir al desminado humanitario y a un proceso de reparación en los territorios, este proyecto beneficia la estabilidad laboral de los y las exmiembros de las FARC-EP. Entre otras formas de trabajo se encuentra el apoyo a la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), y la Comisión de la Verdad (CEV).

La participación de los y las exmiembros de las FARC-EP en entidades públicas facilita el reconocimiento de su identidad, al momento en el que replican con otros actores o grupos sociales su discurso de colectividad. Sin embargo, este se ha desvanecido cuando sus principios de colectividad se ven opacados por requerimientos burocráticos de estas organizaciones. Tal es el caso del diligenciamiento de informes, registros fotográficos, elaboración de talleres y listados de asistencia (Krystalli, 2020). Existe la percepción de que entre más listas de asistencia llenen los y las exmiembros de las FARC-EP, mejor será su proceso de reincorporación. Al final, ellos y ellas se convierten en datos que se utilizan para destacar a nivel nacional e internacional qué "tan bien" se ha utilizado el presupuesto para la paz14, con el fin único de fortalecer el aparato burocrático.

Además, los y las exmiembros de las FARC-EP que están trabajando para el gobierno están utilizando mecanismos administrativos y discursivos con los que antes no estaban de acuerdo, pero que ahora aceptan como una forma de adaptarse y obtener beneficios. José, uno de los exmiembros de las FARC-EP que trabajó para la ARN, argumenta:

Cuando trabajas con ellos [el gobierno] tienes que entregar muchos informes, tienes que decir muchas cosas para explicar una simple actividad. Es decir, tenemos que decir todo con palabras bonitas [... ] eso es muy aburrido. Tenemos que ampliar todos los informes utilizando su lenguaje técnico. No sé por qué sigo trabajando con ellos, pero quizá porque estoy ganando un sueldo y no sabemos si el contrato continuará después de diciembre. Quiero seguir en este trabajo porque mi pareja y yo tenemos el sueño de comprar una casa. ( José, miembro de la aetcr Agua Bonita, octubre de 2018)

José muestra cómo los discursos del gobierno y de los actores internacionales están separados de las formas de pensar y actuar de los y las exmiembros de las FARC-EP. Los discursos surgidos a partir de la experiencia colectiva y el legado emocional de las FARC-EP se matiza con conceptos, teorías e indicadores que manejan el gobierno y los actores internacionales.

En resumen, la adquisición de nuevos roles y responsabilidades en la vida de los y las exmiembros de las FARC-EP beneficia su interacción con nuevos mundos sociales y aporta nuevos conocimientos y formas de entender su colectividad mientras muestran diferentes niveles de apertura y cierre con otros (sub)mundos (Soeffner y Zifonun, 2008). Sin embargo, cuando la intersección con otros mundos sociales no responde a un poder entre iguales (principalmente económico), los mundos que tienen el control manipulan las opiniones de aquellos subordinados, influenciando en sus intereses, necesidades y proyectos. En la siguiente sección explico en términos generales el papel de los diferentes agentes externos en la conformación de los mundos sociales de los y las exmiembros de las FARC-EP.

Rol de la comunidad internacional y gubernamental en la configuración de los mundos sociales de los y las excombatientes

El "Festival del Chaleco" es un término comúnmente usado por los y las miembros de las comunidades para definir el gran número de organismos internacionales que aparecen de manera simultánea en un territorio específico con un chaleco que los representa como adscritos a cierta entidad. Hay diferentes niveles jerárquicos dentro de este "Festival del Chaleco", tales como el recurso económico de cada entidad, su reputación en los medios de comunicación y su reconocimiento social.

En el proceso de reincorporación de los y las exmiembros de las FARC-EP se evidencia que los organismos internacionales son más aceptados en las comunidades que los miembros de entidades gubernamentales. En este caso "el chaleco" que tiene más poder en los territorios es el que portan miembros de las diferentes agencias de las Naciones Unidas, pues ellos se han convertido en los protectores del proceso de paz.

Carol, funcionaria de la ARN en Caquetá, sostiene que mientras los agentes externos (agencias y organismos internacionales) ganan espacio y reconocimiento en los territorios, el aparato estatal se continúa debilitando al no darle valor a sus capacidades institucionales en la transición hacia la paz. Esta dinámica refuerza la idea de que los procesos de DDR terminan siendo la "interacción entre un 'Estado' en condiciones de 'fragilidad' y actores internacionales ambiciosos" (Munive y Jakobsen, 2012, p.377).

La necesidad de los exmiembros de las FARC-EP de "descubrir y reivindicar su valor" (Strauss, 1984, p. 173) los lleva a reproducir las hegemonías tradicionales de poder mediante la aceptación de recursos externos y económicos. Este poder permite que los actores externos (organismos internacionales y gobierno) definan entre buenos y malos excombatientes, dando poder a unos y desempoderando a otros (Obradovic-Wochnik, 2018). Al final, esta dinámica crea un entorno desigual entre los y las emancipados/ as y los y las que tienen menos poder, debilitando la agencia de algunos/as y aumentando las desigualdades, o creando otras nuevas (Englund, 2006). Esta estructura de poder lleva a un proceso de alienación que busca bajo demandas externas homogeneizar la vida de los y las excombatientes, generando asi diferentes tipos de domesticación.

Mitchell & Richmond (2012) mencionan que se prefiere a los y las excombatientes predecibles, homogéneos y maleables, ya que facilita su adaptación al mundo institucionalizado. Esto incluye la tendencia de los actores externos a homogeneizar las prácticas y los impactos de la ayuda humanitaria mediante el etiquetado y el mantenimiento del statu quo de la sociedad (Peterson, 2013; Richmond et al., 2015).

El poder de otros mundos en la configuración de la vida de los excombatientes determina el "hacer" y "deshacer" de ellos, deslegitimando su poder en la decisión de su propio proceso de reintegración (Munive y Jakobsen, 2012). En este escenario, el papel de los actores externos se convierte en una relación desigual entre quienes aportan y quienes reciben, dejando de lado las múltiples dinámicas de intersección que ambos mundos sociales tienen en la configuración de sus realidades.

Se puede decir que los beneficios dados por el gobierno y entidades internacionales se han convertido en un sustituto del "padre protector", cuyo dinero regula las relaciones dentro del grupo familiar (Hoyos, 2011, p. 82). Lo que puede asimilarse con la vida guerrillera, en la que la provisión de los bienes dados por el comando era lo que terminaba regulando el comportamiento de los y las guerrilleros/as.

Sin embargo, el colectivo de exfarianos/as busca desvincularse de la estructura del gobierno o de las entidades internacionales como "padre protector" actuando en contra de las ideas predefinidas de reintegración y tratando de mantener las prioridades de sus mundos sociales por encima de los intereses del sistema burocrático. Esto ha llevado a que las colectividades de exfarianos/as transformen algunas intervenciones de actores externos, pues esto no responde a su propósito colectivo de reincorporación. Esta presión ha llevado al gobierno, las ONG y las Naciones Unidas a contribuir en el marco de esta colectividad, creando una articulación en el desarrollo de sus proyectos y una participación más activa de los y las exmiembros de las FARC-EP en la toma de decisiones a lo largo de la ejecución de los proyectos.

En resumen, darle apertura a la colectividad de los/as exfarianos/as en las dinámicas públicas y en la interacción con otros mundos sociales permite el fortalecimiento de la paz, pues es allí donde diferentes mundos interactúan y llegan a acuerdos bajo un equilibrio de poderes, ampliando así la libertad de actuar, pensar y comportarse en igualdad de condiciones. Esta dinámica requiere un orden procesal que implica la negociación, la persuasión y el mutuo acuerdo (Clarke, 2007). A continuación, explico cómo la interacción con otros grupos ha beneficiado la reincorporación colectiva de los y las exmiembros de las FARC-EP.

Integrando mundos sociales: aportes en la reincorporación

En los últimos seis años, el proceso de reincorporación ha mostrado cómo los mundos de los y las exmiembros de las FARC-EP ha abarcado el territorio colombiano y se ha articulado con diferentes ámbitos locales, nacionales e internacionales. Ahora existen submundos de exfarianos/as que trabajan en ámbitos políticos, en temas de género, en acciones sociales y en emprendimientos económicos.

En la transición hacia la reincorporación, los y las exmiembros de las FARC-EP están creando su propia identidad al tiempo que interactúan con otros mundos, mostrándose como un mundo social único con características e intereses particulares. La intersección con otros submundos les ha ayudado a identificar otras formas de cohesión y pertenencia, lo que ha facilitado la construcción de nuevas redes sociales, así como una nueva dinámica colectiva que se ha resistido frente a las estructuras de poder. Esto se ha visibilizado en sus proyectos económicos colectivos, en iniciativas políticas y en sus formas de desarrollar procesos de reconciliación y reparación en las comunidades.

Según José, su colectivo es ahora más fuerte gracias a las alianzas que hasta ahora han creado con diferentes entidades internacionales y gubernamentales:

[El colectivo de excombatientes] es posible gracias al trabajo colectivo y consciente, no sólo de los excombatientes de las farc sino de otros miembros de la sociedad colombiana que se han sumado a esta iniciativa. Esto nos permite ser un referente junto a otros espacios territoriales. Podemos ver la verdadera capacidad creativa que pueden tener las personas cuando trabajan colectivamente y en armonía en la construcción de ideales comunes. (José, miembro de la aetcr Agua Bonita, octubre de 2018)

El reconocimiento de la agencia de los y las exmiembros de las FARC-EP en su interacción con otros mundos sociales permite su legitimación sin correr el riesgo de perder su identidad colectiva. En este proceso, ellos y ellas están ganando espacios para la defensa, la visibilidad y el reconocimiento de su legado como exfarianos/as.

Este proceso de encuentros y desencuentros con otros mundos sociales también está representado en la dinámica local-local15 de la que hacen parte. Los encuentros locales cotidianos, las necesidades comunes entre lo local-local y los proyectos colectivos han formado nuevas redes sociales que facilitan un proceso de "auténtica reconciliación" entre exmiembros de las FARC-EP y comunidades receptoras (Brewer et al., 2018).

Aunque las comunidades rurales16 (comunidades receptoras) tuvieron una relación directa con las FARC-EP en el pasado, donde existían relaciones basadas en la desconfianza y la sumisión. En la transición al postconflicto, estos grupos construyen relaciones más homogéneas, alejadas de los sentimientos de miedo, resistencia o subordinación que se generaban en tiempos del conflicto. Los mundos sociales de ambos grupos interactúan ahora bajo relaciones homogéneas que responden a la búsqueda y consecución de objetivos comunes. Ahora, estos grupos actúan juntos sobre la base de un consenso mínimo de trabajo (Clarke, 1991) en sus rutinas diarias, trabajando como campesinos, luchando bajo condiciones socioeconómicas similares y compartiendo territorios abandonados por el Estado.

Durante el proceso de reincorporación, varios proyectos productivos involucran a las comunidades aledañas en las que se asientan los y las exmiembros de las FARC-EP, beneficiando los niveles de cohesión y desarrollo local. Por ejemplo, Jorge, encargado del proyecto económico de caña de azúcar, argumenta la importancia de construir dinámicas colectivas fuera del colectivo de exfarianos/as:

Estamos trabajando en un proyecto de caña de azúcar y queremos crear un colectivo de cinco comunidades aledañas, para que en el futuro también puedan obtener beneficios de esta iniciativa. Para ello, vamos a crear un consejo de administración para gestionar los recursos obtenidos y beneficiarnos todos de forma paralela. A esto le llamamos también colectividad. (Jorge, miembro de aetcr Agua Bonita, octubre de 2019)

Estas acciones colectivas entre los locales-locales, ha generado una comunidad que se integra en busca de mejores oportunidades sociales y económicas. La articulación de estos mundos se hace más fuerte cuando ellos tienen que articular esfuerzos y enfrentar otros mundos sociales que influyen en las condiciones de su territorio. Por ejemplo, en las últimas elecciones regionales, Efraín, líder del NAR de San José de León, junto con Mónica, víctima del conflicto armado y presidenta de la JAC (Junta de Acción Comunal) de esta vereda, tuvieron una reunión con los candidatos políticos del municipio con el fin de exigir beneficios para su vereda. Tener un objetivo común entre los locales fortalece los lazos comunitarios y favorece el proceso de reconciliación y construcción de paz. Entre mayor proximidad social entre víctimas y excombatientes más fácil es reconstruir el tejido social que se fracturó durante el conflicto, lo que contribuye a procesos de reconciliación y a la reconstrucción histórica del conflicto armado (Nussio et al., 2015, p.18).

Yerson, de la vereda Llano Grande, trabaja para el colectivo de excombatientes como conserje y pasa la mayor parte de su tiempo en esta AETCR; al mismo tiempo, hace parte de la JAC de la vereda Llano Grande. Yerson sube y baja de la montaña con frecuencia, fomentando la creación de relaciones entre los pobladores y los exmiembros de las FARC-EP. Yerson afirma que la presencia de los y las exmiembros de las FARC-EP ha traído beneficios para esta comunidad:

La paz ha sido algo hermoso para la gente, no sólo para la comunidad de aquí, sino también para las comunidades vecinas y el municipio. Hemos hecho grandes progresos. Ahora tenemos la presencia de muchas entidades del municipio [...]. Con la presencia de estas personas [exmiembros de las farc-ep], nos hemos beneficiado de pequeñas cosas para la comunidad como el parque infantil, la mejora de la casa comunal, el camión de la basura, la mejora de la escuela, y muchas otras cosas. Todo tiene que ver con este proceso de paz. (Yerson, miembro de la comunidad de Llano Grande, noviembre de 2018)

El avance de estas comunidades y sus procesos innovadores de construcción de paz han llamado la atención de diferentes actores que antes no hacían parte de ninguno de estos grupos (exmiembros de las FARC-EP o comunidades aledañas) y ahora tienen un alto nivel de compromiso con estas comunidades. Tal es el caso de algunos/as estudiantes que han tenido alguna afiliación con la ideología política de las FARC-EP y ahora viven en los AETCRS o NARS; o familiares de exmiembros de las FARC-EP que ahora viven en estos territorios y tienen roles de liderazgo. Ellos, a pesar de pertenecer a otro mundo social, entrelazan el mundo de la academia y el activismo social con las dinámicas colectivas de los y las exmiembros de las FARC-EP, influyendo en la reconfiguración de los discursos y consolidando nuevas formas de comunicación e identidad.

Aportes de los mundos sociales en la construcción de la paz

Los dos pilares que describen los fundamentos de los mundos sociales son los significados y la agencia, sin ellos la configuración de los mundos sociales no puede ser posible. La riqueza de los mundos sociales proviene de la intersección de estas dos categorías que, en las experiencias cotidianas de las personas, se configuran y reconfiguran a través de la subjetividad y la práctica humana (Gupta, 2019, p. ix).

La paz territorial durante el proceso de reincorporación consiste en valorar los significados de paz surgidos en las comunidades y la agencia local de las comunidades en la creación de iniciativas locales de paz. De nada sirve que en un proceso de paz se hable de paz territorial cuando no se considera la agencia de las personas que viven en dichos territorios. Santrich17 sostiene que el concepto de paz territorial "responde a la idea de paz sostenible en el sentido de que se trata de construir la paz desde las regiones" (Entrevista a Jesús Santrich en 2017 en Cairo et al., 2018, p.466).

El AETCR de Agua Bonita es un modelo de paz territorial, pues allí se promueven iniciativas de autosostenibilidad productiva basada en un trabajo colectivo y de desarrollo sostenible:

Nosotros tememos un pequeño proyecto productivo que le llamamos la granja integral. Este proyecto considera todas las dimensiones humanas y materiales. Nosotros queremos compartir esta iniciativa con la sociedad colombiana como una pequeña replica de lo que podría ser un nuevo modelo productivo de desarrollo para otras regiones del país. (Christian, miembro de aetcr Agua Bonita, octubre 2018)

El ejemplo anterior muestra no solo nuevas formas de autosostenibilidad sino también alternativas para crear estrategias pedagógicas en las zonas rurales, en las que se involucran tanto exmiembros de las FARC-EP como las comunidades aledañas a los AETCRS y NARS. En la actualidad, los miembros de las comunidades y los y las exmiembros de las FARC-EP están tratando de establecer redes y estrategias de colaboración con actores nacionales e internacionales a través de la creación de condiciones de igualdad, sin representar ningún tipo de poder, control o anulación de la agencia local, sino más bien una redistribución del poder en la sociedad.

Más allá de rediseñar las estructuras gubernamentales y acercar el aparato burocrático a los territorios -como lo señala el excomisionado de Paz Sergio Jaramillo18-, la paz territorial requiere la participación de las comunidades en la construcción ciudadana. Esto incluye la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y garantías de no-repetición en los territorios (Arévalo, et al., 2019)fiscal and administrative independence of Colombia's sub-national entities (municipalities and departments.

Para lograr la paz territorial es necesario identificar las relaciones sociales y simbólicas que surgieron en tiempos de conflicto entre la insurgencia, el Estado y las comunidades, e idear el significado de la paz territorial para esta diversa gama de actores (Cairo, et al., 2018). Según Carrillo González (2017), transformar la "cotidianidad armada" ayuda a identificar la diversidad de significados alrededor de la paz territorial. Esto no solo comprende la conocida confrontación entre víctimas y victimarios, sino también el involucramiento de actores que interactúan o interactuaron a diferentes niveles en el mantenimiento del conflicto.

El papel activo de los y las exmiembros de las FARC-EP en la construcción de la paz territorial demuestra que no son simples "exguerrilleros/as pasivos/as" que se deben limitar a ocupar un pedazo de tierra. Son seres humanos que han construido territorios desde la época del conflicto con otros fines y propósitos, y que ahora se han comprometido a construir estos territorios en conjunto con las comunidades aledañas bajo un equilibrio de poder y de solidaridad. Esto requiere ejercer la agencia local como indicador de la propia capacidad de las personas para recuperarse de sociedades fragmentadas tras el conflicto (Randazzo, 2016) y como una forma de resistencia al control hegemónico de perspectivas internacionales liberales (Lederach, 1999; Paffenholz, 2015).

En este sentido, el nuevo rol de los y las exmiembros de las FARC-EP en los territorios conlleva a un reajuste institucional y social (Carrillo González, 2017), que no solo requiere la presencia institucional sino la libertad de los locales para construir sus propios territorios. Los esfuerzos colectivos realizados por los y las exfarianos/as como medio para garantizar la estabilidad económica, de seguridad y social en sus territorios se convierte en un esfuerzo de "responsabilidad social" y en un aspecto central de la transformación del conflicto (Arévalo et al., 2019).

Andrés, exmiembro de las FARC-EP sostiene que las AETCR son una forma de resistencia hacia el sistema: "Esta comunidad es un ejemplo para el país, no hay ninguna comunidad en Colombia que tenga proyectos colectivos similares y un modelo de agricultura que busque la autosostenibilidad sin dejarse llevar por el sistema" (Andrés, miembro de la AETCR Agua Bonita, octubre de 2018).

Conclusiones

En este artículo analice el proceso de reincorporación desde la perspectiva de los mundos sociales. Para ello, exploré los diferentes tipos de relaciones que los y las exmiembros de las FARC-EP establecen durante su proceso de reincorporación y los patrones de poder, identidad y agencia que están inmersos en la configuración de dichas formas de interacción.

Son múltiples las relaciones que los y las exmiembros de las FARC-EP han construido durante su proceso de reincorporación y que han contribuido en mayor o menor medida a su reincorporación económica, social y política. En primer lugar, expliqué la relación entre los mundos sociales y el proceso de reincorporación. Allí, identifiqué las dinámicas pasadas y presentes que configuran la identidad de los y las exmiembros de las FARC-EP. En segundo lugar, mostré las múltiples variantes que el colectivo de exfarianos/as ha desarrollado desde el inicio del proceso de reincorporación y su interacción con otros mundos.

A lo largo del texto, exploré los diferentes poderes externos y locales que han moldeado el significado inicial de la colectividad en la reincorporación. Estos poderes están representados en términos de beneficios, intereses personales, nuevas oportunidades laborales, configuración de identidades, condiciones de seguridad y dinámicas territoriales, que a su vez configuran nuevas versiones de la colectividad y los mundos sociales de los que hacen parte los y las exfarianos/as.

Además, analicé cómo los beneficios sociales, las condiciones de seguridad, el apego al territorio y las formas de vida colectivas/individuales pueden convertirse en una barrera para lograr la paz territorial. Estas fuerzas se ven representadas en las relaciones, las expectativas, las rutinas y los poderes arraigados en el ámbito local y, sin duda, configuran los espacios y la temporalidad de los locales y, en consecuencia, la construcción de la paz. Una alternativa para superar estas barreras es enriquecer la relación cotidiana de los locales apoyando sus iniciativas económicas, sociales y políticas y construyendo un espacio para la paz en el que los mundos y (sub) mundos sociales que se encuentran en los territorios puedan convertirse en los pioneros a la hora de definir e implementar acciones en beneficio de la paz territorial.

En definitiva, con el paso del tiempo, si las hegemonías y el control territorial siguen liderados bajo perspectivas de paz liberal, los mundos sociales de los y las exmiembros de las FARC-EP podrían terminar absorbidos por discursos capitalistas, desvaneciendo el interés colectivo de la reincorporación y debilitando la agencia local y la paz territorial que se acordó cuando se firmó el Acuerdo de Paz.

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* Este artículo es la adaptación de uno de los capítulos de la tesis de doctorado en Filosofía, facultad de sociología de la Universidad de Marburgo-Alemania titulada The Past in the Present. Looking inside the Collective Reincorporation of Farc-Ep ex-members, finalizada en febrero de 2022. Agradezco a mis supervisores Prof. Dr. Anika Oettler y Prof. Dr. Ernst Halbmayer por su continua contribución a lo largo de mis estudios doctorales, al daad (Servicio Alemán de Intercambio Académico) por financiar mis estudios en Alemania y a Viviana García Pinzón y Sandra Milena Céspedes por sus valiosos comentarios en el desarrollo de este artículo.

1La presencia de grupos desertores de paramilitares y FARC-EP en los procesos de paz 2006 y 2016 y el mantenimiento del grupo guerrillero ELN (Ejército de Liberación Nacional) ha llevado a que Colombia se enfrente a un proceso de conflicto postconflicto, el cual yo cito en este texto como (post)conflicto, lo que representa una construcción de paz parcial.

2El concepto de reintegración surge a partir del enfoque de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) propuesto a nivel internacional e implementado en países que han llegado a acuerdos de paz con grupos armados ilegales (el caso de Colombia en 2006 con las Autodefensas Unidas de Colombia —AUC— y las desmovilizaciones individuales de ELN y FARC-EP). Sin embargo, en el acuerdo de paz de 2016, las FARC-EP se resistieron a hacer un proceso de reintegración bajo las perspectivas del DDR, pues según ellos, estas posturas soportaban principios de paz liberal y de opresión hacia grupos insurgentes, deslegitimando el poder insurgente y el legado de sus grupos.

3Al inicio de los acuerdos de paz existían 26 Zonas Veredales para la Transición y Normalización (ZVTN) que en 2017 fueron llamadas ETCRS (Espacios Territoriales para la Capacitación y Reincorporación). En 2019 termina la figura jurídica de los ETCRS y se convierten en los AETCRS (Antiguos Espacios Territoriales para la Capacitación y Reincorporación). Actualmente hay 24 AETCR en el país que integran a casi 3000 excombatientes.

4En 2019, se identificaron 73 Nuevas Áreas de Reincorporación (NARS) en toda Colombia, donde 1832 exmiembros de las FARC-EP continúan implementando su proceso de reincorporación colectiva, pero sin el mismo apoyo económico y de seguridad que las AETCR recibieron del gobierno (Rueda, 2020, p. 23).

5 Escogí estos tres espacios de manera intencional y basándome en tres indicadores: trabajo colectivo entre sus miembros, situación estable de seguridad y facilidades de acceso al territorio.

6Hago una distinción entre excombatientes y farianos/as, ya que durante mi trabajo de campo algunos de ellos y ellas se identificaron como farianos/as como una forma de honrar su pasado, mientras que otros/as simplemente se llaman a sí mismos excombatientes, pues no quieren ser identificados con las nuevas perspectivas del partido político de las FARC "Los Comunes". En este escrito las y los denomino exmiembros de las FARC-EP.

7Término usado cuando hacen referencia a la familia sin vínculos de consanguinidad que se formó durante el conflicto y que aún perdura después del Acuerdo de Paz.

8Varias razones explican las razones de por qué más exmiembros de las FARC-EP decidieron llevar a cabo una reincorporación individual: el desacuerdo frente a las garantías ofrecidas en la dejación de armas, la falta de garantías de seguridad que el gobierno les ofreció después del Acuerdo de paz y perspectivas diferentes a la ideológica, asumida por el partido político de Los Comunes (partido político formado por exmiembros de las FARC-EP, creado tras el Acuerdo de Paz). Además, los problemas personales, familiares y de seguridad también influyeron en la decisión de desvincularse de la estructura colectiva.

10Solo en 2022 han sido asesinados 34 exmiembros de las FARC-EP y desde que se firmó el Acuerdo de Paz un total de 337 (Indepaz, 2022).

11Tal fue el caso durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y Manuel Santos, quienes invitaban a los y las desertores/as de las FARC-EP y exmiembros de los grupos paramilitares a dar información reservada y/o a acompañarlos en operaciones militares a cambio de recursos económicos.

12Paz positiva no solo se refiere a la ausencia de la guerra, sino también al acceso a la justicia social (Galtung, 1969).

13Durante el mandato del expresidente Duque se entendió la paz desde la soberanía del Estado, incrementando las fuerzas militares especialmente en las regiones donde el conflicto se había recrudecido. Tal fue el caso del Catatumbo en 2018, en el que el gobierno anunció la llegada de 5000 fuerzas militares tras un enfrentamiento entre fuerzas militares y grupos disidentes (Semana, 2018) o en 2019, donde se enviaron 2500 fuerzas militares al Cauca para tomar el control territorial y desarticular las disidencias (El Heraldo, 2019).

14El manejo de los presupuestos para la paz fue altamente investigado durante el gobierno de Duque, pues al parecer el Departamento Nacional de Planeación (DNP), la Contraloría General de la Nación y algunos congresistas, desviaron casi medio billón de pesos en coimas, dinero que era destinado para el proceso de paz (Unidad Investigativa., 2022).

15Cuando menciono local-local me refiero a las relaciones que los exmiembros de las FARC-EP establecen con las comunidades circundantes y la formación de diferentes expresiones, sentimientos y conocimientos que surgen de estas relaciones.

16Todos los AETCRS se encuentran en las áreas rurales de Colombia y de los 73 NAR, 61 se encuentran en áreas rurales (Rueda, 2020).

17Santrich fue uno de los líderes de las FARC-EP durante las negociaciones de paz y posteriormente representante político del partido 'Tuerzas Alternativas Revolucionarias del Común" ahora 'Los Comunes". Fue detenido en 2018 por presunto tráfico de drogas y liberado en 2019 por falta de pruebas. Durante su liberación huye y forma la segunda Marquetalia junto con Iván Marquez, otro disidente del proceso de paz.

Cómo citar: Jaramillo, A. (2023). Entendiendo la reincorporación colectiva de excombatientes de las FARC-EP desde la perspectiva de los mundos sociales. Revista Colombiana de Sociologgía, 46(2), 207-234. Doi: https://doi.org/10.15446/rcs.v46n2/100300

Recibido: 29 de Diciembre de 2021; Aprobado: 05 de Octubre de 2022

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