INTRODUCCIÓN
Los indígenas yukuna y matapí suman cerca de 1 300 personas, viven principalmente a orillas del río Mirití-Paraná, en el departamento del Amazonas, Colombia. En el marco de la colaboración como asesor (1994-2000) en proyectos educativos con la organización indígena yukuna y la Fundación Gaia, sede Colombia, la propuesta ortográfica elaborada para el diccionario (ACIMA, 2002) resultaba insatisfactoria para los usuarios en cuanto a la representación de las marcas de prominencia.
En la única gramática disponible hasta el momento1, Schauer y Schauer (1978, pp. 13-14) describen las variaciones entonativas de las oraciones afirmativas e interrogativas, exponen que la lengua yukuna presenta acento fonémico (Schauer & Schauer, 1978, pp. 11-13) y proporcionan ejemplos del comportamiento acentual de verbos, adjetivos y sustantivos. Además de ilustrar la ocurrencia de los acentos primario y secundario, señalan que es común que las palabras polisílabas lleven más de un acento, y hasta tres consecutivos, como en /ri’sa’pa’kano/ (Schauer & Schauer, 1978, p. 11).
Más de un acento primario por palabra contradice la definición de acento (Garde, 1968; Hyman, 2006), lo que invita a revisar los datos y a explorar otras interpretaciones. En esa dirección, se puede anotar que en la familia lingüística Arawak hay una lengua tonal: el resigaro (Aikhenvald, 2006, p. 245), que originalmente proviene de la zona donde el Mirití Paraná desemboca en el río Caquetá. Por otro lado, la lengua tanimuka (familia Tukano Oriental) presenta un sistema tonal que contrasta tono alto (A) y bajo (В) (Eraso Keller, 2015; Strom, 1993), hecho significativo dada la relación de matrimonio preferencial entre tanimukas y yukunas, que se traduce en cierto grado de bilingüismo yukuna-tanimuka en ambos grupos.
Las anteriores consideraciones invitan a hacer un análisis sobre la prosodia a nivel de la palabra yukuna. ¿Cuáles son las propiedades tipológicas que definen una lengua acentual, y en qué se distinguen de aquellas con sistemas tonales? ¿De qué formas se puede manifestar el contraste prosódico a nivel léxico en la palabra yukuna? Para obtener los datos que responden a la última pregunta, se diseñó un cuestionario para elicitación controlada que consta de un marco fijo de frase, donde el término investigado no queda en las márgenes del enunciado.
Para recoger los datos que apoyan esta investigación, se consultó a dos parejas de hablantes nacidos en el Mirití Paraná, cuya primera lengua es el kamejeya, como llaman los yukuna y los matapí al grupo que hablaba originariamente esa lengua. Los cuatro consultados tienen entre 40 y 45 años. Los dos yukuna pertenecen al clan Piochí, mientras que los matapí provienen de un clan de alto rango asentado cerca del internado de Campoamor, corregimiento del Mirtí-Paraná. Para el registro de las proferencias, se usó un micrófono Shure wh30 y una grabadora Zoom H4n, a 16 bits y 44 100 Hz. Con Praat (Boersma & Weenink, 2015) se hizo el análisis acústico.
SISTEMAS ACENTUALES Y SISTEMAS DE TONO
Hyman (2006) discute cómo se debe establecer los tipos de lenguas de manera que conduzcan a construir una tipología lingüística, teóricamente significativa. Su foco es la prosodia a nivel léxico. No se debería simplemente constatar y crear tipos alrededor de la presencia o ausencia de propiedades o rasgos suprasegmentales por sí mismos, lo cual resulta en una lista muy larga de tipos opcionales. Por tanto, su propuesta es dar sentido a la diversidad a partir de la convergencia de rasgos hacia alguno de los sistemas o subsistemas fonológicos, entendidos en su funcionamiento.
En primer lugar, si en una lengua es necesario especificar el rasgo contorno tonal como parte de la identidad de, al menos, algunos morfemas de palabra, estamos ante una lengua de tonos (Hyman, 2006, p. 167). Allí los tonos están en relación paradigmática dentro del dominio del morfema. Si, en cambio, a nivel de la palabra hay una indicación de estructura métrica (un principio para identificar recurrencia rítmica) que asigna la prominencia a una unidad de la palabra, estamos en el campo de una lengua acentual. Así, la prominencia se asigna dentro de una unidad sintagmática. Lo anterior implica que en una lengua acentual: a) al menos una de las sílabas de la palabra tiene la mayor prominencia (criterio de obligatoriedad); y b) cada ítem léxico tiene como máximo una sílaba con el grado mayor de prominencia métrica (criterio de culminatividad) (Hyman, 2006, p. 168). El elemento observable más significativo es, entonces, la prominencia.
La reflexión de Hyman (2006) pasa por revisar toda la variedad disponible de las lenguas, según su prosodia léxica, examinando cómo su diversidad se puede entender en función de la distancia o la cercanía (en términos de prototipos) con las lenguas que tipifican las definiciones de sistema tonal o acentual. Con esa demostración, él desvirtúa las pretensiones de proponer seudo-tipos intermedios, como serían las inapropiadamente llamadas lenguas de acento-tono (pitch accent). En cuanto al aspecto operacional, vamos a tomar la afirmación de Hyman (2006, p. 167) sobre las características que cuentan efectivamente en la definición de la palabra prosódica para conformar uno u otro sistema: la intensidad, el alargamiento y la variación de frecuencia fundamental (F0), con sus respectivas interacciones.
LA PROMINENCIA EN YUKUNA
La determinación de la prominencia en esta lengua (en cuanto modo de destacar por medio de la sustancia fónica -modificación del F0, duración, intensidad o incluso precisión articulatoria-, alguna de las unidades constitutivas de la palabra: mora, sílaba, pie, morfema) aparece como problemática. Una primera observación, ilustrada por el análisis acústico del ejemplo 1 presentado en la Figura 1, que más adelante se apoya en más datos, apunta a dejar de lado la posible correlación entre intensidad y variación del contorno de tono.
En la Figura 1, sobre el espectrograma de la proferencia [a̰ mura̰ ?takalohe], grabada en el marco de una frase, la línea blanca delgada indica la intensidad; mientras que la gruesa y punteada, el contorno de tono. Los dos contornos delineados muestran un desfase, el tono se eleva en la segunda, la séptima y la última sílabas; la intensidad se concentra en la cuarta sílaba, la central; mientras que la mayor duración vocálica no corresponde con ninguna de las dos zonas ya anotadas. Por su parte, el diccionario de Schauer, Schauer, Yukuna y Yukuna (2005) cita cinco veces ocurrencias de la misma forma de palabra; en todas aparece una tilde en la segunda sílaba, lo que coincide acá con el primer aumento de tono, aunque se observa que en la última sílaba vuelve a presentarse un ascenso del tono, del mismo nivel del de la segunda sílaba.
Donde Schauer y Schauer (1978) anotan una tilde, que llaman «acento», ¿qué observación se busca representar? Para establecerlo, retomamos dos de los verbos analizados por Schauer y Schauer (1978, p. 12): «ata'á» 'robar' e «i'ira» 'beber'. En la Tabla 1 se presenta el análisis de Schauer y Schauer (1978). Los ejemplos muestran verbos en los que el acento cambia de posición por efecto de sufijación. El símbolo «'» representa la oclusión glotal2; «'», el acento primario; las sílabas no acentuadas se representan por medio de guiones al piso «_» y la raya vertical «,» representa la sílaba con acento secundario (que en nuestras transcripciones cambiamos por el acento grave «’» sobre la vocal).
A continuación, se presenta el análisis acústico de la intensidad, la duración y el tono fundamental de ejemplos seleccionados de la Tabla 1 -los ejemplos se examinan de acuerdo con las predicciones de Schauer y Schauer (1978) para verbos con acento desplazable-. Según Schauer y Schauer (1978), en «ata'akéhàmi» (ejemplo 2), el acento primario pasa de la raíz verbal a la primera sílaba del sufijo «ke» y el acento secundario aparece sobre la segunda sílaba del sufijo «ha»:
El análisis acústico que se presenta en la Figura 2, en primer lugar, hace visible un hecho que contrasta de manera recurrente con la transcripción de Schauer y Schauer (1978), en cuanto a la glotal entre dos vocales iguales: por ejemplo, la glotal por ellos transcrita en «a'á» en la raíz 'robar' o en «i'i» en la raíz 'beber' no es visible en los espectrogramas (ver primera vocal en la Figura 2), que muestran los segmentos continuos «a» o «i» antes de la oclusiva ([t] en la Figura 2). En segundo lugar, en cuanto al tema prosódico que nos interesa, el pico de mayor intensidad corresponde, efectivamente, a la sílaba «ke» (80;32 dB); pero el segundo pico está en la sílaba inicial de la raíz «a» (79.54 dB), a diferencia de la predicción de Schauer y Schauer (1978), según la cual debería estar en «ha», la segunda sílaba del sufijo (acá con 78.92 dB).
Según Schauer y Schauer (1978), en el caso de la palabra del ejemplo 3, el acento principal pasaría de la última sílaba de la raíz «a» a la del sufijo «ka», y el secundario recaería sobre la sílaba final del sufijo «he»:
La Figura 3 muestra una mínima diferencia entre los dos picos más altos, en la 1a y 3a sílaba (casi medio decibelio, algo imperceptible al oído), aunque se podría conceder que hay coincidencia entre el pico de mayor intensidad y el acento propuesto por Schauer y Schauer (1978) en «ka». Sin embargo, el acento secundario no coincide, pues, en vez de estar en la quinta y última sílaba (como ellos lo predicen), está en la primera sílaba de la raíz.
Según Shauer y Schauer (1978), en la palabra del ejemplo 4, el acento principal pasaría de la última sílaba de la raíz a la primera del sufijo (cuarta) y el secundario vendría en la siguiente:
En la Figura 4, se puede ver que el pico de mayor energía sonora recae sobre la última sílaba de la raíz «ra», de manera contraria a la predicción de Schauer y Schauer (1978), que lo localiza sobre la primera sílaba, en el sufijo «ke». En cuanto a la segunda sílaba con mayor intensidad, esta sí es «ke».
El análisis instrumental de los tres anteriores ejemplos sugiere que no hay un patrón acentual, en términos de intensidad, que obedezca a las predicciones de Schauer y Schauer (1978) presentadas en la Tabla 1, bajo el nombre de acento. También indica que la intensidad como criterio de identificación del acento no sería pertinente, como es respaldado en la literatura (Kent & Read, 2002, p. 238). Sin entrar al debate sobre otras claves físicas y perceptivas del acento, la opción exploratoria que se toma a continuación es la de asociar el «acento» en esta lengua con el cambio en la modulación del F0. Para examinar esta alternativa, se usan las mismas proferencias de los tres anteriores ejemplos, pero ahora se observa el contorno tonal o variación de f0. Compárese la Figura 5 con la Figura 4.
Al comparar la prominencia de intensidad (Figura 4) con la curva del tono en la Figura 5, se constata que los dos picos de prominencia del tono (1a sílaba «ke», 2a sílaba «ha») corresponden a la descripción de Schauer y Schauer (1978). De igual manera, en las Figuras 6 y 7 se observa que la descripción de los Schauer para los acentos primario y secundario de esa raíz coincide para los ejemplos 1 y 2, pero solo si en los mismos se examina el f0 y no la intensidad.
En cada análisis presentado en las Figuras 6 y 7, se ha ajustado el techo y el piso de la medición para resaltar la modulación de las curvas; los valores medios del contorno tonal se tomaron en el punto medio de cada vocal. La Tabla 2 presenta los valores numéricos de f0 de cada vocal de las proferencias [àtàkéhãmi] y [ātàkálōhé], medidos en hercios. Debajo de cada par de sílabas contiguas (a-ta)(ta-ke)(ke-ha)(ha-mi), se indica la distancia en semitonos (ST) entre ellas, con el fin de establecer si entre cada par hay suficiente distancia perceptual3, en razón de que para el oído humano: «1 semitono (ST) es la distancia perceptual más pequeña que separa dos notas musicales adyacentes en la escala de tonos» (Elías-Ulloa, 2011, p. 189).
Los datos de las curvas de F0 en los dos ejemplos anteriores muestran unas diferencias efectivamente perceptibles de entre 3 a 7 ST. La distancia perceptual entre las vocales de la raíz «ata-» en el segundo ejemplo es apenas de 2 ST, pero todavía significativa; mientras que en el primer ejemplo la diferencia entre esas mismas dos vocales no es perceptible (valor de 0.1 ST; ver la nota 2 sobre oclusión glotal y laringalización). La conclusión que sugieren estos ejemplos es que la prominencia que representan Schauer y Schauer (1978, p. 12) corresponde a variaciones de F0 y no de intensidad.
La consideración del yukuna como lengua tonal y no acentual se va a examinar enseguida. Iniciamos con el análisis del ejemplo 5 «rathupaka» 'escupió', ilustrado en la Figura 8. Proponemos que consta de dos niveles de altura tonal que recaen sobre dos pares de sílabas, iguales entre sí: en medio de palabra la segunda y tercera sílabas tienen tonos altos; mientras que las sílabas de inicio y final de palabra muestran tonos bajos. Los valores numéricos de tono se tomaron con el comando Get pitch sobre la selección del intervalo de cada vocal.
En la Figura 8 se observa que el contorno tonal en la palabra es paralelo, dos a dos: las dos sílabas centrales tienen el mismo nivel de tono en cuanto varían en menos de 2 Hz. A su vez, la primera y la cuarta sílabas coinciden en su inicio en 170 Hz, y la última desciende en 18 Hz, con una cadencia similar a la de los tres contornos anteriores, lo que corresponde al descenso natural de la voz (downstep).
La interpretación del análisis tonal del ejemplo 5 y la Figura 8 se sostiene al observar palabras con la misma raíz, pero con variaciones morfológicas (ejemplos 6 y 7).
La Figura 9 exhibe la versión estilizada del contorno ilustrado en la Figura 8, mientras que las Figuras 10 y 11 ilustran, respectivamente, las versiones estilizadas de «athupakehami» (ejemplo 6) y «athupakahelohe» (ejemplo 7); se asume que el prefijo «(ɾ) a-» es irrelevante. Con la comparación de estas versiones estilizadas se busca sustentar la idea de que el contorno tonal particular de las raíces permite su identificación, lo que corresponde con la definición de una lengua tonal. En las Figuras, el marco punteado superpuesto sobre la primera «(ɾ)a» y cuarta «ka» sílabas, y sobre la segunda «thu» y tercera «pa», permite visualizar cómo los tonos de dichas sílabas son paralelos entre sí, si bien se reconoce que en cada caso comparten cierto margen de oscilación.
La Tabla 3 presenta los datos de duración (en ms) de las sílabas y vocales de las palabras en los anteriores ejemplos (5, 6, 7) y las Figuras 9, 10 y 11:
Tono > | Tono > | ||||||||
Proferencia | 1a σ | 2a σ | 3a σ | 4a σ | 5a σ | 6a σ | 7a σ | ||
ra-thu-pa-ka | sílaba | 0.1355 | 0.1746 | 0.2190 | 0.2685 | ||||
vocal | 0.1296 | 0.0695 | 0.1060 | 0.1482 | |||||
a-thu-pa-ka-lo-he | sílaba | 0.1859 | 0.2034 | 0.1421 | 0.0767 | 0.1421 | 0.0777 | ||
vocal | 0.1859 | 0.0903 | 0.0875 | 0.1660 | 0.0574 | 0.0589 | |||
a-thu-pa-ka-he-lo-he | sílaba | 0.1482 | 0.1612 | 0.2019 | 0.2227 | 0.1967 | 0.2469 | 0.1397 | |
vocal | 0.1482 | 0.0666 | 0.1011 | 0.1013 | 0.9511 | 0.1055 | 0.1116 |
Se puede ver que, en cada proferencia, la sílaba y la vocal de mayor duración (resaltadas en negrilla) no coinciden con la mayoría de sílabas o vocales de mayor altura tonal (sílabas 2 y 3, columnas «Tono >»). En uno solo de los 12 casos de tono alto (columnas «Tono >») hay coincidencia de este tono con mayor duración de la sílaba: el primer tono alto en la sílaba «thu» en «athupakahelohe» coincide con la sílaba de mayor duración; sin embargo, la vocal de dicha sílaba es la más corta. Esta falta de correlación apunta a la no dependencia entre duración y altura tonal de sílabas a nivel de la palabra. Así, a partir del análisis de las Figuras 9, 10 y 11, y de la Tabla 3, proponemos la hipótesis de que la duración y la prominencia no están correlacionadas, y que el verbo «athupa» 'escupir' presenta como característica subyacente una secuencia de prominencia tonal: primera sílaba baja, segunda y tercera altas.
Como se puede observar en los ejemplos 8 a 12, los verbos en imperativo de segunda persona del plural constan de un prefijo de persona vocálico «i-», la raíz y el sufijo cero de imperativo. Cuando la raíz inicia en vocal, el prefijo de persona se elide (ejemplos 8-11). Si bien esa elisión podría dejar un tono flotante, vamos a suponer que no hay tal tono en el prefijo, con el fin de sostener que la forma del verbo en imperativo, aparte de la prefijación, no sufre procesos morfofonológicos que alteren la forma fonológica y tonológica de su raíz. Así, se utiliza la forma del verbo en imperativo como patrón de referencia para acceder a la expresión más próxima de lo que sería el contorno tonal subyacente de las raíces verbales.
Con los ejemplos siguientes, y a través de la forma de imperativo, vamos a explorar la diversidad de variación de patrones tonales en los lexemas verbales. Primero, se examinan los contornos tonales y de intensidad4 de tres verbos de tres sílabas «athupa» 'escupan' (Figura 12), «ehata» 'pinten' (Figura 13) y «atço o » 'levántense' (Figura 14); enseguida, se analizan dos verbos de dos sílabas: «ima» 'digan' (Figura 15) y «hapa» 'trabajen' (Figura 16)5.
En la siguiente sección, las postulaciones de tipos de patrones tonales aquí propuestas se comparan con las de otras bases verbales, para mostrar su estabilidad y, así, consolidar el inventario de patrones prosódicos tonales, e iniciar el estudio de su interacción entre morfemas. En el análisis de los siguientes ejemplos, se observa de manera general que el prefijo personal {i-} '2FL' no parece interferir con los tonos de las raíces, que alternan alto o bajo sin que haya condicionamientos.
Raíces verbales de tres sílabas
Raíz de tono В A
Raíz de tono В A В
Raíz de tono A В
En la Figura 14, se transcribe una aspiración inicial de carácter fonético.
Raíces verbales de dos sílabas
Raíz de tono В
Raíz de tono A
El siguiente ejemplo muestra una raíz con el prefijo de persona explícito:
En síntesis, en los ejemplos analizados se observó la independencia de la duración silábica y vocálica con respecto a los contornos tonales. En cuanto a su relación con las curvas de intensidad, esta no es sistemática. Luego, se propuso la forma de imperativo de segunda persona plural como un contexto gramatical «de control» para visualizar los contornos tonales de las raíces verbales. Se presentaron, entonces, cinco raíces, tres de 3 sílabas y dos de 2 sílabas, para mostrar los contrastes entre sus contornos tonales. Por ser elicitados en este contexto «neutro», se sugiere que se trata de expresiones cercanas a sus formas tonológicas subyacentes y, por ello, se analizan como: «athupa» BA, «ehata» BAB, «achoo» AB, «ima» В y «ihapa» A. A continuación, vamos a usar estas hipótesis sobre tonos subyacentes para ampliar el repertorio de raíces bajo examen y poner a prueba esta propuesta frente a nuevos contextos de sufijación controlada.
ACERCAMIENTO FONOLÓGICO
Hasta el momento, se ha propuesto el análisis prosódico de algunos verbos con base en su realización fonética en contextos controlados. A partir de la Figura 9, se mostraron ejemplos de realizaciones con carácter «diagnóstico», en cuanto apuntan a postular estructuras tonales fonológicas para dichas raíces. Para consolidar y avanzar en una propuesta de representaciones fonológicas, en esta sección se examinan otras raíces con otros morfemas afijados a ellas. Postular representaciones fonológicas implica considerar ciertas variaciones fonéticas como condicionadas o como variantes libres, y por esa vía se establecen regularidades del sistema.
Tomamos primero las raíces «kana» 'alumbrar' (ejemplo 13) y «hapa» 'trabajar, andar' (ejemplo 14), de las que proponemos que tienen el contorno tonal В y el contorno tonal A, respectivamente. Como se observa en las Figuras 17 y 18, las dos vocales de cada raíz muestran entre sí un nivel de contorno de F0 que se mantiene suficientemente similar (A o В, según el caso), y que contrasta al compararlo con los niveles de F0 de los sufijos. Por el momento, no vamos a considerar la morfología de prefijos personales de las palabras verbales. En las Figuras 18 y 19, se observa que el sufijo {-ka} 'POSITIVO' presenta, para cada caso, un contorno tonal contrario al de la raíz que lo antecede: con «kana» es alto, y con «hapa» es bajo. En consecuencia, postulamos que {-ka} toma el nivel tonal opuesto al tono de la raíz, un proceso de disimilación.
Raíz de tono В
Raíz de tono A
Examinemos ahora la combinatoria tonal de las raíces «ima» 'decir', de tono bajo, y «hapa» 'trabajar', de tono alto, sufijadas con {-la} 'NEGATIVO'. Como se ve en las Figuras 19 y 20, el sufijo {-la} 'NEGATIVO', de forma similar a como lo habíamos constatado con {-ka} ' POSITIVO', toma los valores de altura tonal opuestos a los de la raíz a la que se sufija.
Raíz de tono В
Raíz de tono A
Veamos a continuación otras combinaciones de las mismas dos raíces verbales con el sufijo «-hika» 'FUTURO', donde, de nuevo, el sufijo toma los valores de altura tonal opuestos a los de la raíz a la que se sufija.
Raíz de tono В
Raíz de tono A
Para seguir adelante con la propuesta de representación fonológica tonal, se examinan dos nuevos sufijos de tres sílabas y otro de cuatro, los cuales también presentan el fenómeno antes descrito. El primero es el sufijo verbal «-kehami», compuesto de «-keha» 'DÉVERBAL I' (aspecto télico) y el sufijo «-mi» 'SEPARADO' (alienado, no vigente, separado en tiempo o espacio de lo referido por la raíz). Las Figuras 23 y 24 muestran que el tono alto o bajo de la raíz contrasta con los tonos cada vez más bajos de la secuencia sufijada, iniciada por la sílaba «ke».
Raíz de tono В
Raíz de tono A
El siguiente ejemplo muestra la sufijación de «-ka-lohe» 'POSITIVO-PROPÓSITO'. Las Figuras 25 y 26 muestran que los tonos de cada sílaba de esta secuencia de sufijos son diferentes. La primera, «ka», invierte el valor del tono que tenga la raíz; la segunda, «lo», tiene siempre tono bajo; y la sílaba final, «he», tiene tono alto.
Raíz de tono В
Raíz de tono В
Por último, examinamos una secuencia de sufijos de cuatro sílabas, «-ta-hika-yu», constituida por «-ta» 'CAUSATIVO', «-hika» 'FUTURO' y «-yu» 'FEMENINO'. Los contornos tonales distintivos bajo y alto de cada raíz se confirman. Las Figuras 27 y 28 muestran que el primer sufijo, {-ta}, después del tono bajo o alto de la raíz, aparece interpolado, mientras que la sílaba siguiente, «hi», lleva tono alto. La siguiente y tercera sílaba, «ka», en ambos casos está interpolada entre «hi» alto y «yu» bajo.
Raíz de tono В
Raíz de tono A
En síntesis, las raíces con sus respectivos contornos В y A, en combinación con los sufijos, se comportan efectivamente como se ha descrito más arriba. Los sufijos {-ka} 'POSITIVO' y {-la} 'NEGATIVO' toman un contorno de F0 inverso al de la raíz que preceden, cuando ambos están en posición final. Si {-ka} es seguido por otros sufijos, y entonces sirve de transición con el contorno siguiente, interpola entre el contorno previo de la raíz y el contorno siguiente, como en los casos de {-keha-mi} y {-ka-lohe}. El causativo {-ta} aparece interpolado con un contorno bajo. El morfema {-hika}6 y la secuencia {hika-yu} muestran el patrón fijo ab, así como {-lohe} tiene el patrón fijo BA y {-hami} presenta el contorno fijo В. La Tabla 4 resume y amplía la muestra de contornos tonales fonológicos de las raíces verbales y los sufijos. El tono alto se representa con un acento agudo, el tono bajo no se representa en las transcripciones. Los morfemas entre paréntesis no son significativos en el análisis.
Los datos de la Tabla 4 se presentan sistematizados en la Tabla 5, donde se observan los patrones tonales de los sufijos en relación con los tonos de la raíz.
DISCUSIÓN
El seguimiento detallado que permite el análisis acústico nos ha llevado a identificar el contraste del contorno de f0 sobre las vocales, como la expresión de un patrón tonal fonológico que actúa en la palabra verbal yukuna. Si bien la fonología de los segmentos necesita una revisión que examine el estatus de la oclusión glotal y de las laringalizaciones vocálicas, ambos procesos van en el mismo sentido del análisis propuesto, pues en los sistemas lingüísticos tonales hay correlación entre el descenso de la frecuencia del F0 y la presencia de tonos bajos.
A partir del análisis de los contornos tonales en un sector de la morfología verbal, hemos encontrado algunos patrones que no son ajenos a la prominencia identificada por Schauer y Schauer (1978): sus dos tipos de esquemas acentuales reconocen una sílaba más prominente y una menos prominente, que bien pueden corresponder al registro de los efectos perceptivos del ascenso del contorno tonal que hemos ilustrado. Sin embargo, en el análisis de los autores citados, dichos cambios prosódicos aparecen como arbitrarios.
La propuesta que se ha desarrollado acá, a partir del análisis del F0, ha mostrado que las raíces se clasifican de acuerdo con su patrón tonal. Según el tono final de las raíces, es posible predecir el comportamiento tonal de los sufijos de polaridad {-la} 'NEGATIVO' y {-ka} 'POSITIVO', así como el comportamiento de {-hika} 'FUTURO', cuando aparece inmediatamente después de la raíz. Para las raíces con tono B, como para aquellas que llevan un tono A, pero su tono final es B, los sufijos monosilábicos tendrán contorno A. Si el sufijo consta de más de una sílaba, después del tono a de la primera sílaba se extiende un tono В hasta el final, a menos que encuentre un sufijo marcado con tono alto, como {-he} en la secuencia {-lo-he} o {-hi} en {-hi-ka} cuando no está inmediatamente después de la raíz. Por el contrario, cuando una raíz tiene tono A, o su tono final es A, el sufijo monosilábico ({-la} o {-ka}) adquiere tono В.
Estos rasgos propios de un sistema tonal toman el tono В como opción por defecto y son sensibles al límite morfológico entre raíces y sufijos, ante el cual invierten el patrón. En ese tipo de juntura, se produce una inversión tonal en el sufijo y asciende el valor del tono. Si el sufijo es de extensión mayor a una sílaba, después de marcar el contraste tonal, el contorno baja hasta el final de la palabra, a menos que haya un sufijo con tono A. El proceso inverso se produce en la juntura si la raíz tiene un tono A final. Los comentarios anteriores no incluyen el caso de posibles morfemas carentes de material segmental y que tengan tonos flotantes.
En términos generales, se ha abierto una nueva perspectiva de análisis: entender la lengua yukuna como una lengua tonal con un sistema de dos tonos, alto y bajo. Tanto las raíces como los sufijos tienen en cada una de sus vocales una especificación de tono como parte de su identidad léxica; la gramática debe estudiar con el mismo detalle que se ilustró acá las diferentes combinaciones de cada uno de los tipos de secuencias tonales para las demás raíces y afijos, con el fin de establecer sus reglas.