INTRODUCCIÓN
Este estudio presenta la descripción de un proceso particular de contacto lingüístico en la lengua de señas colombiana (LSC) y el español, conocido en la literatura especializada como inicialización (Frishberg y Gough, 1973, pp. 121-122). La inicialización puede entenderse como un préstamo (Battison, 1978), en este caso, del español a la LSC, que es posible gracias a los llamados alfabetos1 manuales o dactilológicos. En estos alfabetos, cada grafema (‘letra’) de la escritura se representa con una forma de la mano, como se muestra en la Figura 1.
Se ha llamado “inicialización” a este contacto lingüístico, pues, en el proceso de préstamo, la primera letra (la inicial) de una palabra en español es representada a través de una configuración del alfabeto dactilológico, para luego ser insertada en la formación de una seña o palabra2 de la LSC. Existen reportes que indican que algunas lenguas de señas tienden a tener más o menos inicializaciones, dependiendo de la actitud de la comunidad sorda hacia los alfabetos manuales; en algunos casos, estas diferencias se deben a cuestiones sociolingüísticas (Alzahrani, 2020; Hendriks y Dufoe, 2014).
En la Tabla 1, por ejemplo, puede observarse la transcripción de varias señas derivadas de la raíz -hoja3 en composición con las configuraciones dactilológicas4 1 “a”, G “d”, X “r”, C “l” y S “n”.
Ahora bien, como el español y la LSC son lenguas de modalidades diferentes, una auditivo-oral y la otra visual-gestual y espacial, el préstamo del español, en realidad, solo es posible a través de una representación de segundo grado5. Dicho de otra manera, el ‘préstamo’ al que nos referimos aquí no es, como podría esperarse, un sonido o articulación vocal del español que se inserta en la estructura manual y gestual de la lengua de señas (cf. Boyes Braem y Sutton-Spence, 2001), sino solo una evocación de la lengua escrita al interior de la misma lengua de señas.
En Colombia, las señas creadas a través del proceso de inicialización han estado relacionadas con las controversias sociales alrededor de la planificación lingüística, y con los debates sobre la manera apropiada en la que se debe modernizar el léxico de la LSC. Por ejemplo, se ha intentado reemplazar señas inicializadas como tarea por otras formas no-inicializadas (Barreto, 2015b). Esta tensión se debe, en parte, a que el carácter no-nativo y foráneo del alfabeto dactilológico (Brentari, 2000) ha contribuido al surgimiento de la creencia al interior de las comunidades de personas sordas en Colombia de que las inicializaciones no son parte de la LSC y, por tanto, su uso no debería incentivarse en la educación de niños sordos, ni en la promoción y difusión de la lengua de señas. Esta creencia fomenta las prácticas sociales que pretenden suprimir todo rastro6 o influencia de la lengua de la mayoría oyente en la lengua ancestral de los sordos (Barreto, 2015a, p 185).
No obstante, las personas sordas están inmersas en un contexto sociocultural que usa el sistema de escritura del español. De este modo, surge la necesidad de describir los procesos de contacto lingüístico al interior de la LSC, en particular, la forma en que las señas inicializadas se producen y qué tipos de variación fonética de este fenómeno pueden encontrarse en el uso espontáneo. Este tipo de conocimiento arrojará más luces sobre el carácter no-nativo de las inicializaciones y las maneras en que las personas sordas han incorporado en su lengua el conocimiento sobre la escritura.
METODOLOGÍA
La presente investigación emplea metodología mixta que combina la etnografía y el análisis de corpus lingüístico (Harrington, 2018; Hodge y Goico, 2022; Lillis et al., 2016). Esta metodología usa las técnicas de observación, exploración e interpretación clásicas en la antropología, aplicadas a un conjunto de muestras de una lengua, organizadas de forma sistemática como si estas fueran un objeto/sujeto etnográfico.
La etnografía de corpus que se presenta en este estudio incluyó la selección de 529 ocurrencias de inicialización a las que se le aplicó un análisis de descripción fonética y fonológica. Por otro lado, se realizó una entrevista etnográfica semi-estructurada a una colaboradora sorda, acerca de sus percepciones sobre el deletreo manual y la inicialización en su trayectoria educativa.
Para este estudio se utilizaron los datos recopilados y anotados principalmente en el componente C6 de Corpus ReD (Barreto, 2021, Anexo V) . El corpus ReD es una selección de distintos tipos de textos producidos y puestos a disposición del público en páginas de internet, entre 2016 y 2017, los cuales fueron recopilados y anotados en el marco de la investigación de doctorado en Antropología, desarrollada por el autor (Barreto, 2021). En la Tabla 2 se presenta una descripción de cada uno de los componentes del Corpus ReD.
C1 | C2 | C3 | C4 | C5 | C6 |
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Discursos oficiales e históricos de la Fundación Árbol de Vida | Discursos del debate en la red social Facebook | Discursos de enciclopedia para niños “conoce tu mundo” y de proyecto Banco de la República “señas para la paz” | Discursos de libro bíblico de Romanos, versión “Asociación Manos en Acción” y “Asociación la Torre del Vigía” | Discursos producidos en el diseño experimental “Protocolos de pensamiento en voz alta” (TAP) | Selección de segmentos del componente 2 y el componente 5. |
En total, los discursos del corpus ReD suman 1964 minutos de video e incluyen unas 119.712 anotaciones. El componente C6 fue preparado para realizar estudios en el detalle fonético, con una muestra compuesta por la selección de 103 minutos tomados de los componentes C2 y C5 de todo el corpus. Se escogieron estos dos componentes porque comparten características similares: los discursos son más espontáneos y originales, es decir, no son traducciones de un texto original en español.
Para la selección de los casos de inicialización se contó con la colaboración de Larry Rebolledo, que es una persona sorda nativa de la LSC y pertenece a una familia de dos generaciones de personas sordas. En primer lugar, se procedió a la creación de un nuevo subcomponente del corpus, compuesto de una muestra más pequeña de ejemplos de señas inicializadas en su contexto fonológico.
Para consolidar este nuevo componente para el presente estudio, que llamaremos “Corpus ID”, primero se organizó un taller de lingüística para el colaborador sordo, en el que se expuso detalladamente en qué consiste la inicialización en la LSC, de modo que Rebolledo pudiera identificar estas formas a partir de una lectura detallada del componente seis. Luego, el colaborador revisó detalladamente las muestras del componente seis y realizó una marcación, según su juicio gramatical como nativo, de las señas que consideraba candidatas para ser clasificadas como formas inicializadas o deletreos manuales. Con estas marcas fue posible seleccionar los ejemplos de inicialización en sus contextos fonológicos y consolidar el Corpus ID.
Con el establecimiento del Corpus ID, más específico, se diseñó una matriz detallada en la que se anotaban el tipo de grafema representado manualmente implicado en la inicialización, sus características fonéticas, el tipo de inicialización y algunas observaciones etnográficas, además de los datos sociolingüísticos exportados del componente C6 del corpus ReD. La matriz de datos construida permitió discriminar los casos y proyectar los análisis de distribución y frecuencia, así como las descripciones de fenómenos específicos en la inicialización.
RESULTADOS
En el corpus ID se identificaron 529 ocurrencias de 62 casos de inicialización. El análisis de los casos sugiere que los 27 grafemas del español, a excepción de “Q”, contribuyen a la formación de palabras en LSC en al menos un tipo de inicialización7, como se puede observar en el Anexo 1.
En total, las muestras de ejemplos de inicialización recopiladas por el colaborador nativo fueron 765 señas. Sin embargo, de estos resultados, 71 ejemplos corresponden a deletreos manuales, 24 ejemplos se apartaron como ‘casos especiales’ debido a que las unidades léxicas están en un contexto de coarticulación fonológica y morfológica compleja y 141 ejemplos resultaron ser falsos ejemplos de inicialización, los cuales serán comentados en la sección de discusión. De los datos analizados, pueden observarse tres tipos de inicializaciones en la LSC.
Primer tipo: inicialización simple
La inicialización simple es aquella en la que la representación del grafema es una única base de la seña identificable y no es posible diferenciar algún afijo.
La definición clásica de inicialización conceptualizaba que el primer grafema de una palabra de la lengua oral reemplazaba el parámetro manual8 ya existente en la seña en cuestión, que prestaba la representación del grafema (Frishberg y Gough, 1973, citado por Brentari y Padden, 2001, p. 104). Esto podría ser cierto en algunos casos. Por ejemplo, en la LSC es posible rastrear que la forma nativa lugar, con el parámetro de configuración manual B [Draus] pudo ser la base para generar las variantes inicializadas lugar con C [Alaus] y aula con 2 [Alus]. Por otro lado, es posible que hola con w [Dlas] pudo haber sido la base para la versión inicializada hola con S [Draaus] (Tabla 3).
Estos casos en los que la creación de una seña inicializada aparenta sustituir el parámetro de configuración manual (Tablas 4 y 5) pueden explicarse como variaciones fonético-fonológicas.
Desde un punto de vista fonético, la posición de los dedos de la mano y el pulgar10 cambia ligeramente para construir la inicialización. El cambio lugar ( lugar, en realidad, es solo la variación de la articulación del pulgar desde una posición flexionada [D_] y en contacto con los demás dedos [_r_] hacia una articulación extendida [A_] sin contacto [_l_]. Mientras que los demás dedos de índice a meñique permanecen en la misma posición: índice extendido [a] y los demás flexionados [u], todos sin ningún tipo de separación entre ellos [s]. El cambio de lugar ( aula es más pronunciado, ya que la posición de los dedos se invierte con respecto al original lugar: el pulgar se extiende [A] pero los dedos de índice a meñique están flexionados [u]. Una situación similar ocurre con la sustitución del segmento |cm| en hola ( hola. Los dedos de la mano presentan una variación en la flexión, pasan de estar todos extendidos y juntos [_aaaas] a estar solo dos extendidos [_aauus].
Desde una perspectiva fonológica, la creación de una seña inicializada basada en otra nativa es un proceso en el que la seña se hace más compleja al ser marcada por más rasgos fonológicos. Las señas nativas sin inicializar son menos marcadas que las inicializadas. Esto puede observarse a través de ramas del árbol de la estructura abstracta de cada ejemplo. Lugar solo está marcado por un rasgo inherente (Brentari, 1999, p. 93), mientras que sus variantes inicializadas están marcadas por dos rasgos de diferentes nodos, un indicio de mayor elaboración fonológica (Brentari et al., 2017; cf. Eccarius y Brentari, 2007).
Por otro lado, concordamos con Brentari y Padden (2001) en que la primera definición de la inicialización simplemente como una sustitución de segmento |cm| no es tan precisa, pues existen formas de palabras en LSC creadas con una inicial del alfabeto manual que no tienen un claro precedente de sustitución del componente de la cm de una seña nativa anterior, como es el caso de barranquilla11 o costa (Tabla 6).
En estos casos, el parámetro |cm| tiene una configuración como la de cualquier otra seña y el préstamo solo permanece, como lo dijimos en la anterior sección, como una evocación del grafema a nivel semántico y conceptual.
Es posible que la inicialización funcione como una forma de abreviación de una forma de palabra compuesta, por ejemplo, en LSC existe terapia-ocupacional, donde cada mano representa simultáneamente un grafema de cada palabra, evocando lo que sucede en ASL con workshop, videotape o withdrawn, donde las iniciales se suceden secuencialmente (Brentari y Padden, 2001, p. 105). No se encontraron ejemplos de estas abreviaturas en el corpus, aunque es posible que existan algunas en la LSC como retardo-mental.
Además, se encontró un proceso de inicialización en el cual una letra representa el concepto en español sin ningún otro tipo de parámetro fonológico adicional. En este caso, la inicialización parece ser un mecanismo provisional para nombrar un término en español, sin el compromiso de crear una seña especifica. En el tercer ejemplo de la Tabla 6, el participante está hablando en el discurso del concepto ciudadano, que es nombrado con algunas variantes léxicas (ciudadano/cuerpo, ciudad^persona1 y ciudad^persona2); sin embargo, en un momento determinado, se refiere al “C concepto”, sin nombrar ninguna de las señas ya conocidas.
Por último, en la inicialización simple se incluyen los procesos que podrían no considerarse “inicialización” de forma estricta. Algunas de estas formas podrían incluir más de una letra de la palabra, como ocurre en la lengua de señas brasilera (LIBRAS) en SOL, LUA y AZUL (Quadros y Karnopp, 2004, pp. 89-90) o en LSE en SIN (Quer et al., 2017, p. 145). Aunque en el corpus no se encontraron ejemplos de esta “inicialización-finalización”, en LSC se puede constatar la existencia de la variante CALI y de la seña MUY, ya en desuso, pues pertenece al conjunto de señas creadas por los movimientos de educadores oyentes interesados en facilitar la enseñanza de la escritura de los sordos (Reagan, 2010, pp. 136-141).
Dentro de los casos particulares, podrían incluirse también las señas marzo y sexo. En rigor, estos serían ejemplos que no son inicializaciones, pues la letra que se ha prestado no es la inicial, sino una intermedia. No obstante, en la literatura se siguen considerando como excepciones de la inicialización, en conjunto con el tipo de variedades de la lexicalización de deletreos manuales ya presentadas (Brentari y Padden, 2001, p. 105).
Segundo tipo: Préstamos de señas ya inicializadas
Los préstamos entre lenguas de señas son procesos bastante comunes (Fenlon y Wilkinson, 2015; Quinto-Pozos, 2007; Quinto-Pozos y Adam, 2015). Por esta razón, se podría esperar que exista un préstamo de léxico que ya incluya una inicialización previa en otra lengua de señas.
Aunque hasta el momento no se han hallado investigaciones sobre el contacto de la LSC con otras lenguas de señas, en la actualidad, en la LSC es posible rastrear algunas formas de palabra que pertenecen a la lengua de señas norteamericana (ASL) y la lengua de señas española (LSE). Como la LSC es una lengua presuntamente más joven que la LSE o la ASL, la explicación más plausible ante la presencia de léxico extranjero en la LSC, por el momento, es un presunto préstamo de estas lenguas de señas en algún momento de su historia.
Algunas señas inicializadas del ASL y la LSE han sido prestadas al léxico de la LSC y han mantenido su forma original. Por ejemplo, family (ASL) ( familia (LSC), world (ASL) ( mundo (LSC) y project (ASL) ( proyecto (LSC). En el caso de familia (LSC) y mundo (LSC), las formas mantienen respectivamente la “F” O [Droɑn] y la “W” j [Elāun] usada en ASL y no la “F” F [Flaus] o la “M” 8 [Erōus] usada en LSC. En proyecto (LSC) se mantiene la “P” de ASL d [Iraius], aunque se eliminó la “J” al final.
En otros casos, existen préstamos léxicos que se han modificado fonéticamente hasta el punto de no ser fácilmente reconocibles, por ejemplo, why (ASL) ( por-qué (LSC) o de la LSE, la seña hay12 ( ahí-está (LSC) (Tabla 7).
En los anteriores casos podríamos hablar de un préstamo “congelado” o lexicalizado de una inicialización extranjera. En estas señas es posible que la evocación del préstamo de un grafema sea mucho más débil y exista la posibilidad de que, con el tiempo, la inicialización tienda a olvidarse y la forma de la seña, a transformarse.
Por otro lado, existe además un proceso en el que la seña de la ASL, ya inicializada con un grafema del inglés, es prestada al léxico de la LSC, pero su inicialización se traduce a un grafema correspondiente del español. Este es el caso de BATHROOM ( BAÑO, en donde se sustituye la “T” de ASL por la “B” en LSC; WINE ( VINO, en donde la inicialización se traduce de “W” a “V” y con el mismo proceso LIFE ( VIDA, READY ( LISTO, FREE ( LIBRE, por mencionar algunos ejemplos adicionales. Esta ‘traducción’ no se hace cuando el préstamo ya está congelado (e.g. WORLD ( MUNDO).
Este proceso podría denominarse “reinicialización” y sugiere que efectivamente la inicialización es un proceso no-nativo de contacto entre el español y la LSC. La evocación de la letra inicial del español es parte de la identidad de la seña hasta el punto de que existe una restricción con respecto a la inicialización motivada por la representación de otras lenguas habladas. Por supuesto, la reinicialización demanda que exista un conocimiento sobre el alfabeto de la seña prestada que está inicializada en la lengua de señas origen, sea esta ASL o LSE. Como en este estudio no se encontraron inicializaciones prestadas de otros tipos de alfabeto no latinos que están representados en lenguas de señas, por ejemplo, del Kana japonés (Nonaka et al., 2015) o el ge’ez etíope (Duarte, 2010), no es posible corroborar y establecer diferencias en el proceso de reinicialización con estos tipos de alfabetos. Es posible que incluso no existan estos tipos de contacto en absoluto.
Tercer tipo: Inicialización compuesta
Algunos tipos de inicialización conforman procesos derivativos en la LSC. Este tipo de organización ha sido sugerido en la ASL, a través de familias de señas inicializadas como lo exponen Brentari y Padden (2001, p. 104):
(1) Familias de señas inicializadas de la ASL (Brentari y Padden, 2001)
Grupo family, association, group, team, social, department
Persona person, individual, client, human, subject
Ciencia biology, chemistry, experiment
Computación statistics, algebra, calculus, geometry, trigonometry
Pensamiento theory, reason, logic, meditate
*color blue, purple, yellow, green, brown
*rasgo personality, character, noble, loyal
*estatus bachelor, single, twin, senior, citizen
Las señas que conforman estas familias se derivan por el tipo de inicialización, pero mantienen la misma raíz de movimiento y ubicación, como puede observarse en el análisis de cuatro ejemplares (team, group, association y family13) de la familia “Grupo” en la Tabla 8.
Aunque en el estudio de Brentari y Padden (2001) se sugiere que la inicialización es “uno de los procesos más productivos en la construcción de palabras en la ASL”, especialmente en lo que se refiere a vocabulario técnico y científico, en este estudio no es posible corroborar esa productividad.
Los hallazgos de este trabajo sugieren que algunas inicializaciones simples no siguen un patrón tan definido por campos semánticos similar a la ASL. Por ejemplo, en la familia de palabras “Grupo” en la LSC se incluye el préstamo de la ASL familia, así como de otras variantes menos usadas como comunidad y el préstamo congelado social (ASL) ya en desuso, y solo se puede incluir reunión como un elemento derivado en la LSC adicional a esta familia de palabras.
Sin embargo, no se encuentra algún patrón similar en otras familias de palabras asociadas a otros campos semánticos. Por ejemplo, en la familia de palabras “Persona”, así como en la familia de palabras “Pensamiento”, en la LSC se usa el préstamo inicializado y congelado de la ASL persona y razón respectivamente, pero las demás señas asociadas presentan raíces de movimiento y ubicación distintas, incluso señas no inicializadas. Indiscutiblemente, en LSC se encuentran algunas familias de palabras en el vocabulario técnico, por ejemplo, geometría, estadística, trigonometría, que usan la configuración C [Alaus], aunque no están relacionadas con la inicialización.
En las inicializaciones simples, los demás parámetros fonológicos de la seña no tienen una carga de significado relevante para ser tratados en términos morfológicos, o no se identifica un significado en absoluto (e.g. baño). Sin embargo, en la inicialización compuesta, el movimiento o la ubicación están asociados con un significado específico que podría considerarse un morfema ligado, al igual que la mano no dominante (Faria-Nascimiento, 2013).
En el corpus se encontró solo un caso de una “familia” de inicialización compuesta, particularmente relacionada con la mano no dominante que funciona como la raíz -hoja (asociada al campo semántico “documento”), que se representa en la Tabla 1.
Por supuesto, los procesos de inicialización pueden combinarse generando otros subtipos posibles, que no pueden ser corroborados con los datos de la presente investigación. Por ejemplo, se ha presentado en esta sección el caso de la inicialización de terapia-ocupacional, sigla que es un compuesto simultáneo (muy similar a comunicación-total y a una variante poco usada para verbo-tonal)14. También existe la forma que se puede glosar como “abezedario”, donde la mano no-dominante funciona como la raíz -lista-elementos > [Alas], pero en simultáneo la mano dominante realiza la secuencia “a” 1 desde el pulgar, hasta “z”. en el meñique, lo cual denota el significado ‘la lista de la a a la z’. Estos procesos en los que cada mano adopta un significado en la inicialización compuesta son posibles en la LSC, pues esta lengua ha adoptado un alfabeto manual de una sola mano, un caso diferente de las lenguas que han incorporado sistemas de deletreo manual que involucran las dos manos, como en lengua de señas turca (Taşçi, 2018, p. 51) o lengua de señas británica (Brennan, 2001).
Casos particulares y falsas inicializaciones
Cuando se le solicitó al colaborador sordo nativo de esta investigación (Rebolledo) que identificara inicializaciones, él reconoció algunas como *ver, *conjunto, *eso-mismo, *para-qué, que pueden rastrease con facilidad como presuntas falsas inicializaciones.
La razón de esta interpretación de una falsa inicialización radica en que la misma |cm| usada para una inicialización puede emplearse en otro contexto, con otro propósito que no es el de representar un grafema del español. En el caso de ver, la forma de la mano Y [Draaun] es usada también como forma clasificadora de identidad de los ojos, una tendencia que puede observarse en un número amplio de lenguas de señas, incluso aquellas como la lengua de señas rusa, china o urdu que no son habladas en el contexto de uso del alfabeto latino (consulta en el portal www.spreadthesign.com). Por esta razón en ASL esta forma no es considerada como inicializada, pues en inglés la glosa escrita es see que no usa la “V”.
Una de las ventajas de este estudio con respecto a otros trabajos centrados en glosarios o diccionarios (e.g. Battison, 1978; Lepic, 2021) es la posibilidad de observar la interacción de las señas inicializadas con otros niveles de la gramática. En los llamados aquí “casos especiales” puede verse interacción de las señas inicializadas con aspectos morfosintácticos y discursivos de la LSC. Por ejemplo, en no-usar (Tabla 6) podemos ver cómo una seña inicializada pudiera incluir marcadores adjetivales de negación o imposibilidad con la “boca triste y labios suprimidos” [15+26+28]15 y una negación no manual [60], y en ley (plural) (Tabla 6) la inclinación del cuerpo a la derecha [R] funciona como un conector anafórico de carácter discursivo conocido como “token” (Liddell, 2003), que conecta la seña en cuestión con un dominio previamente establecido y el contacto múltiple de la mano derecha con la izquierda [02.ɞ], así como el patrón silábico movimiento rectilíneo paralelo [w] establecen un marcador de pluralidad. Como se mencionó anteriormente, estos casos requieren un tratamiento especial, que incluya otros tipos de producción de datos espontáneos y un marco de análisis que está más allá del alcance de este trabajo.
DISCUSIÓN
Según la consulta realizada con el colaborador sordo de la investigación, a excepción del grafema “Q”, todas las demás letras del alfabeto del español están representadas (96 %) en inicializaciones en LSC en al menos una seña concreta por cada caso (n3) (Tabla 9). En el Corpus ID hubo una representación del 74 % (n2) de letras del alfabeto (7 grafemas no representados de un total de 27). Un contraste entre las letras representadas en los datos de la consulta elicitada (n3) y los datos del Corpus ID (n2) que son recopilados a partir de una muestra de habla espontánea sugiere que las inicializaciones tienen una representación casi total de las letras del alfabeto del español y que estas tienen un uso real en el discurso espontáneo en LSC. No obstante, las inicializaciones solo representan un 6 % de todos los registros de la muestra C6 del Corpus ReD (562 de 8752 registros), lo que podría ubicar a las inicializaciones como un recurso menos común en la LSC que en otras lenguas como la lengua de señas norteamericana (ASL), en la que se ha estimado que la inicialización ronda el 15 % (Lepic, 2021, p. 286).
Una explicación tentativa de la ausencia de la inicialización de “Q” es que esta configuración manual o ‘forma manual semántica’ (Brennan, 1990; Johnston y Schembri, 1999) y [Cris] es ampliamente usada en la LSC, y en algunos casos tiene asignados otros significados morfológicos como: {grupo} (e.g. en consejo-directivo), {CL: mano-manipula} (e.g. en elaborar), {CL:cabeza-ser-vivo} y {CL:labios-boca} (e.g. en beso). Por otro lado, la baja representación de señas inicializadas con “X”, “Y”, “W” o “Z” podría también estar relacionada con el bajo número de palabras que inician con estas letras en el español en general.
Grafema | Ocurrencias totales (n1) | Casos de inicialización en el Corpus (n2) | Casos de inicialización colaborador nativo (n3) | Grafema | Ocurrencias totales (n1) | Casos de inicialización en el Corpus (n2) | Casos de inicialización colaborador nativo (n3) |
---|---|---|---|---|---|---|---|
A | 13 | 3 | 6 | Ñ | 0 | 0 | 1 |
B | 7 | 2 | 3 | O | 7 | 2 | 1 |
C | 246 | 10 | 2 | P | 5 | 1 | 2 |
D | 7 | 4 | 1 | Q | 0 | 0 | 0 |
E | 3 | 1 | 1 | R | 59 | 8 | 7 |
F | 0 | 0 | 2 | S | 0 | 0 | 2 |
G | 0 | 0 | 2 | T | 1 | 1 | 1 |
H | 10 | 2 | 1 | U | 35 | 3 | 1 |
I | 27 | 5 | 1 | V | 10 | 5 | 2 |
J | 1 | 1 | 2 | W | 0 | 0 | 2 |
K | 1 | 1 | 2 | X | 0 | 0 | 1 |
L | 62 | 7 | 1 | Y | 0 | 0 | 1 |
M | 2 | 2 | 3 | Z | 0 | 0 | 2 |
N | 33 | 4 | 1 |
Los grafemas con un mayor número de casos de señas inicializadas, según los datos de este estudio (Tabla 9), fueron “C” <, “L” C, “R” X, “I” P y “V” Y. No obstante, por las condiciones particulares en las que los participantes produjeron espontáneamente los discursos del corpus y por los estímulos utilizados que referían al concepto de ciudadanía según la Constitución colombiana, se produjeron un alto número de ocurrencias de las señas Colombia, ciudadano/cuerpo, concepto y ley. No es posible establecer si este condicionamiento de la producción de los datos influye o no en que la letra “C” sea uno de los grafemas que más casos presentó; en todo caso, los datos de casos únicos (n2) sugieren que la distribución de las inicializaciones no es homogénea, es decir, es probable que existan letras con más preferencia para producir inicializaciones que otras.
Los hallazgos sugieren que la inicialización es un proceso ampliamente utilizado pese al bajo prestigio que mantiene el deletreo al interior de las comunidades sordas. La mala fama que tienen las inicializaciones está relacionada con su vínculo con las estrategias oralistas y los intentos de los educadores de personas sordas por reformar la lengua de señas intentando que “se parezca” a la lengua hablada. Por ejemplo, las modificaciones oralistas, por lo general, incluyeron el fomento de distintos tipos de deletreo manual, a creación de inicializaciones que sustituyeran señas tradicionales no inicializadas y la creación artificial de terminaciones deletreadas para las flexiones de verbos, por ejemplo, en ASL, la creación e inserción de señas para representar -ing o -ed (Gustason y Zawolkow, 2000; Stryker et al., 2015) y la creación o préstamo y el uso de señas para unidades léxicas que no tienen una seña definida en la LSC, por ejemplo, las preposiciones: de, por, para y con; adverbios: muy y entonces; conjunciones: y, o y pero, algunas de las cuales ya están en desuso (comunicación personal 2022, Diana Valbuena).
Ahora bien, a pesar de este claro origen no inicializado, una seña puede reinicializarse según la etimología popular. Un caso rastreado en LSC es el préstamo léxico congelado en su forma: worst en ASL, una seña que es idéntica a mauvais de la lengua de señas francesa, LSF (Shaw y Delaporte, 2015, p. 316). En la LSC, esta misma forma se conoce como violencia (Tabla 6) y se interpreta la “V” como una inicialización. Una hipótesis que puede surgir de este análisis es que la identificación de una seña como inicializada por etimología popular ha llevado a que los movimientos de contra-reforma de la LSC intentaran sustituir esta seña por una sin inicialización, para evitar el aumento de la influencia del español en la formación del léxico, en este caso violencia (Fundarvid) que es un intento de reemplazar violencia.
Este hecho refleja un aspecto importante de la inicialización: se trata de un proceso de formación de palabras que puede estar influenciado por juicios o creencias de cada hablante. En el marco de los debates sobre la creación de palabras, las personas pueden llegar a identificar señas inicializadas y, por ende, presuntos préstamos y contactos del español donde no los hay.
Por otro lado, un aspecto interesante de algunas inicializaciones como jueves es que la inicialización mantiene el movimiento curvo [cʒ.σ˞φ] asociado al deletreo manual de “J”, que la diferencia de la “I” (sin el movimiento el curvo [cʒ.σ˞φ]). Esto sucede de igual forma con ñero, donde se usa el movimiento [ø.ɸ.i] de la “Ñ”, que la diferencia de la “N”. Este tipo de observación concuerda con la aseveración de Duarte (2010, p. 19) de que los deletreos en casos específicos muestran rasgos fonológicos que son fruto del complejo sistema solo atribuible a una lengua de señas.
CONCLUSIONES
La lengua de señas colombiana (LSC) presenta el uso de préstamos del español a nivel fonológico, a través del proceso conocido como inicialización. Se propone en este estudio una clasificación de las inicializaciones en tres categorías: simples, prestadas y compuestas.
De una muestra de 529 contextos fonológicos, se identificaron 62 casos representativos de inicialización. En el análisis de los casos del Corpus ID y las consultas con un colaborador sordo, se encontró que 26 grafemas del español contribuyen a la formación de palabras en LSC en al menos un tipo de inicialización. No se pudo corroborar la existencia de señas inicializadas con la letra “Q”.
En los datos del corpus espontáneo, los grafemas representados por inicialización fueron un 74 % de todas las letras del alfabeto, pero el uso de señas inicializadas ronda solo el 6 % de la muestra, menor que el 15 % que se estima en la ASL. Este porcentaje es alto para la LSC si se tiene presente el bajo prestigio que tienen las inicializaciones en las comunidades y la cultura de los sordos colombianos. El bajo prestigio está relacionado con la creencia lingüística de que los deletreos manuales y, por ende, las inicializaciones no son parte de la lengua de señas colombiana. Sin importar las ideologías lingüísticas que se construyan en torno a las señas inicializadas, los datos de este estudio revelan un evidente uso espontáneo. Los grafemas con mayor número de casos de señas inicializadas según los datos de este estudio fueron “C” <, “L” C, “R” X, “I” P y “V” Y. Aunque los estímulos usados en el corpus espontáneo no permiten asegurar que estas sean las letras más usadas en las inicializaciones en general, la distribución en el corpus sugiere que es posible que algunas letras sean más usadas que otras en la creación de palabras por inicialización.