Introducción
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en el mundo. Se calcula que en 2012 murieron aproximadamente 17,5 millones de personas, cifra que representó el 31 % de todas las muertes que se registraron en el planeta para ese año [1]. Se destaca que más de tres cuartas partes de las defunciones secundarias a ECV ocurrieron en países de ingresos bajos y medios; además, cerca de 16 millones de muertes de personas menores de 70 años fueron atribuibles a enfermedades crónicas no transmisibles [1].
En Colombia, para el año 2012, las ECV fueron la primera causa de mortalidad, con 61 034 muertes registradas (las de mayor proporción son el infarto agudo al miocardio, con 30 487 muertes, esto es, el 15,2 %, y la enfermedad cerebrovascular, con 12 360 muertes, es decir, el 6,1 %), lo que corresponde al 30,5 % del total, superando a otras causas como las infecciones (13 011 muertes; 6,5 %) y el cáncer (37 489 muertes; 18,7 %) [2]. En la ciudad de Medellín, durante 2014 fallecieron 11 934 personas, siendo las ECV la principal causa, con el 25 % del total, seguido de los tumores malignos (8,1 %), las infecciones pulmonares (4,6 %) y la muerte violenta (4,5 %) [3].
Dentro de los factores de riesgo (FR) para padecer ECV se encuentran la hipertensión arterial, la obesidad abdominal, la condición física baja (CFB), los inadecuados hábitos alimentarios, el sobrepeso, la obesidad, el porcentaje de grasa alto, las dislipidemias y la hiperglicemia [4].
Los anteriores FR incrementan la incidencia de ateroesclerosis, una condición asintomática que tiene su inicio en la niñez y evoluciona lentamente a lo largo de la adolescencia, hasta edades relativamente avanzadas, momento en el que debuta como un evento agudo, bien como infarto al miocardio o una enfermedad cerebrovascular [5].
En Medellín se sugiere que los FR cardiovasculares aparecen a edades tempranas, es decir, afectan a personas menores de 18 años, debido fundamentalmente a estilos de vida sedentarios y al tipo de alimentación [6], por lo que es necesario establecer los alcances de estas y así ejercer acciones en pro de disminuirlas, como llevar a cabo intervenciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, con el fin de mejorar el estado de salud cardiovascular de los adolescentes de Medellín. Así, el objetivo de este estudio es cuantificar la prevalencia de algunos FR cardiovasculares en adolescentes de 10 a 17 años escolarizados de la ciudad de Medellín.
Metodología
Se llevó a cabo un estudio epidemiológico cuantitativo, descriptivo y transversal de asociación.
La población corresponde a estudiantes de Medellín, con edades comprendidas entre los 10 y los 17 años de edad. Se estudió una muestra no aleatoria, conformada por 917 estudiantes matriculados en cinco colegios, de las cuales una es de carácter privado y cuatro son públicas.
En este sentido, la hipótesis planteada en este artículo es que hay asociación entre la condición física y los FR cardiovasculares en adolescentes de 10 a 17 años escolarizados de la ciudad de Medellín.
Criterios de selección
Se incluyeron estudiantes con matrícula vigente en las instituciones educativas donde se realizó la investigación; tener entre 10 y 17 años de edad, y aceptar participar en el estudio al firmar el asentimiento y el consentimiento informado.
Se excluyeron estudiantes con al menos una de las siguientes características: trastornos sensitivos o motores, que les impidiera ejecutar las pruebas físicas que demandó la investigación, o enfermedades que se pudieran exacerbar con la actividad física, como el asma y la diabetes mellitus; tener lesiones osteomusculares sintomáticas agudas o crónicas.
Recolección de la información
Las variables sociodemográficas (sexo, edad, nivel educativo) se recogieron en un formato que se diseñó para ello. El peso se midió con una balanza OMROM HBF-510LA®, cuya precisión es de 100 g. La estatura se evaluó por medio del tallímetro portátil SECA 206®, que cuenta con una precisión de 0,5 cm. El índice de masa corporal (IMC) se calculó dividiendo el peso en kg por la estatura en m2; esta variable se categorizó en peso normal, sobrepeso y obesidad, de acuerdo con una investigación multicéntrica [7].
Las presiones arteriales sistólica (PAS) y diastólica (PAD) se midieron con el tensiómetro digital OMROM 7114 en el brazo derecho, luego de un periodo de reposo de 5 minutos. Se efectuó una primera medición; cuando los valores superaban los 120 mmHg, se hizo una segunda, con un intervalo de tiempo de 5 min entre ellas; si la diferencia entre ambas era superior a 5 mmHg, se realizó una tercera. Se clasificaron la presión arterial sistólica elevada (pase) y la presión arterial diastólica elevada (PADE) cuando los valores fueron superiores al percentil 95, y normal, con cifras inferiores [8].
Se determinó la capacidad cardiorrespiratoria mediante el cálculo del consumo de oxígeno máximo (VO 2máx ), el cual se obtuvo con la prueba Course Navette [9], cuyo error de medición es de 5,9 mL / kg / min. La Fórmula 1 empleada fue:
donde:
VO 2máx es expresado en mililitro por kilogramo por minuto (mL / kg / min), y
VELf (velocidad del último nivel anunciado por la cinta sonora) se expresa en km / h [9].
Se reporta que existe una correlación r= 0,88 entre el VO 2máx medido de forma directa (cinta de tapiz rodante), comparado con el Course Navette en niños y adolescentes de 8 a 17 años [10], y la fiabilidad es mayor en adultos (r= 0,97 vs. r= 0,80) que en niños [11]. Se clasificaron los participantes en CFB, normal (CFN) y condición física alta (CFA), según investigación multicéntrica [12].
Para tomar los perímetros de cintura y cadera, se utilizó una cinta métrica inextensible. La circunferencia de cintura (CC) se tomó directamente sobre la piel, en un punto intermedio entre la última costilla y la cresta ilíaca, de pie, brazos relajados y el torso descubierto. La circunferencia de cadera se tomó en el punto más prominente de la región glútea, con la posición del cuerpo distribuida igualmente en ambos miembros inferiores.
El ICE se calculó dividiendo la CC por la estatura, ambas en cm; el criterio para determinar la obesidad abdominal fueron valores iguales o superiores a 0,5 [13].
Análisis estadístico
Las variables edad, peso, talla, IMC, frecuencia cardíaca, PAS, PAD, perímetro de cintura, perímetro de cadera, ICE y VO 2máx se analizaron con la prueba de Shapiro Wilk [14]. Las que tuvieron distribución normal se resumieron con media y desviación estándar (DE), y con las de distribución no normal, dicho resumen se hizo con medianas y rangos intercuartílicos (RI). Las variables cualitativas se resumieron por medio de proporciones.
En el análisis bivariado se compararon las variables cualitativas por medio de la prueba de chi2 de independencia.
Las variables cuantitativas cruzadas con cualitativas se compararon con las pruebas U de Mann Whitney y Kruskall Wallis [15]. Se construyeron dos modelos de regresión logística binaria, tomando como variables de desenlace ser obeso (sí - no) de acuerdo con el IMC, y tener baja condición física (sí - no), y se buscaron FR para estos desenlaces.
En ambos modelos, se ingresaron como variables independientes la edad, el sexo, el perímetro abdominal, el índice cintura-cadera, el índice cintura-estatura, la PAS y la PAD.
Los datos perdidos se imputaron por medio de un procedimiento de asignación simple, es decir, a los sujetos con datos faltantes se les asignó un valor según el promedio de los participantes que contaron con dicho dato.
Para el tratamiento de los datos se utilizó el software estadístico SPSS® versión 22 [16] y Excel® 2013. La significancia estadística tuvo un valor de p< 0,05 y el nivel de confianza fue del 95 %.
Control de sesgos
Los sesgos de selección se controlaron al aplicar de forma estandarizada los criterios de selección.
Para la evaluación de los participantes, se utilizaron equipos calibrados, pruebas validadas y estandarizadas.
Se realizó una prueba piloto, para ajustar el proceso de recolección de la información.
Se capacitó a los evaluadores, de tal forma que las pruebas se aplicaran de la misma manera en cada uno de los participantes, y se hizo control de calidad a los datos, con el fin de detectar información faltante o con valores extremos.
Aspectos éticos
Los escolares presentaron el consentimiento informado con la firma de sus padres o representante legal, y el asentimiento dado por los niños. Las instituciones educativas aprobaron la aplicación del estudio en sus escolares.
Se garantizó la protección de la intimidad, de acuerdo con la declaración de Helsinki celebrada en Fortaleza [17] y la Resolución 8430 de 1993 [18].
Solo tuvo acceso a la base de datos el investigador principal, asegurando de este modo la confidencialidad de los datos.
Solo participaron en la investigación aquellas personas que proporcionaron el consentimiento y el asentimiento informado. El estudio no se presentó a un comité de ética.
Resultados
Los datos se recogieron entre el 15 de julio y el 6 de noviembre de 2015 en cinco colegios de la ciudad de Medellín, de los cuales cuatro fueron públicos y uno fue de carácter privado.
La muestra la conformaron 1017 personas, de las cuales 100 decidieron no participar (el 9,8 %), por lo que la muestra final fue de 917 escolares. De estos, 409 (44,6 %) fueron mujeres, y 508 (55,4 %), hombres. La mediana de edad fue de 13 años (RI 12-15). El 78,7 % fueron estudiantes de colegios públicos y el 21,3 % pertenecía a la institución privada (véase Tabla 1).
Variable | Mediana | ri |
---|---|---|
Edad (años) | 13 | 12-15 |
Peso (kg) | 50,2 | 42,55-57,40 |
Talla (m) | 1,56 | 1,50-1,64 |
imc (kg / m2) | 19,85 | 18,01-22,42 |
fc (latidos / min) | 88 | 79-98 |
pas (mmHg) | 113 | 104-120 |
pad (mmHg) | 65 | 59-70 |
Cintura (cm) | 66 | 62-71 |
Cadera (cm) | 88 | 82-94 |
ice | 0,420 | 0,397-0,457 |
Velocidad (km / hora) | 10,5 | 9,5-11,5 |
VO 2máx (ml / kg / min) | 42,7 | 38,73-46,36 |
fc = Frecuencia cardíaca; ice = Índice cintura/estatura; imc = Índice de masa corporal; pad = Presión arterial diastólica; pas = Presión arterial sistólica; mmHg = Milímetros de mercurio; ri = Rango intercuartil; VO 2máx = Consumo de oxígeno máximo.
Obesidad por índice de masa corporal y obesidad abdominal
La obesidad según la edad se halló en el tercil 1 (6,5 %), con una proporción más alta que en los terciles 2 (4,1 %) y 3 (2,1 %) (p= 0,007, chi2 de independencia), lo que indica que en un grupo de menor edad se presentaron más casos de obesidad. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas del sobrepeso según terciles de edad (véase Figura 1).
Por otro lado, se encontró una prevalencia de sobrepeso del 17,6 %, y de obesidad, del 4,3 %, sin diferencias estadísticamente significativas al discriminar por sexo (véase Tabla 2).
Variables | Mujeres | Hombres | Total | p | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
% | Frecuencia | % | Frecuencia | % | Frecuencia | |||
imc | Sobrepeso | 19,8 | 81 | 15,7 | 80 | 17,6 | 161 | 0,109 |
Obesidad | 3,2 | 13 | 5,1 | 26 | 4,3 | 39 | 0,148 | |
ice | oc | 7,1 | 29 | 10,8 | 55 | 9,2 | 84 | 0,051 |
pase | 11,5 | 47 | 18,3 | 93 | 15,3 | 140 | 0,004 | |
pade | 4,4 | 18 | 5,3 | 27 | 4,9 | 45 | 0,524 | |
paag | 15,6 | 64 | 19,7 | 100 | 17,9 | 164 | 0,113 |
ICE = Índice cintura/estatura; IMC = Índice de masa corporal; OC = Obesidad central; PAAG: Presión arterial alta global; PADE: Presión arterial diastólica elevada; PASE: Presión arterial sistólica elevada.
Se reportó una prevalencia de obesidad abdominal según ICE de 9,2 %, y de acuerdo con el sexo, fue de 7,1 % en mujeres y 10,8 % en hombres (p= 0,051, chi2 de independencia), sin diferencias estadísticamente significativas.
Consumo de oxígeno máximo
En cuanto a esta variable discriminada por sexo, la mediana en mujeres fue de 40,14 mL / kg / min y 44,98 mL / kg / min en hombres, diferencia que fue estadísticamente significativa (p< 0,001, U de Mann Whitney) (véase Tabla 3).
Variable | Mediana | ri | p | |
---|---|---|---|---|
Sexo | Mujeres | 40,14 | 36,39-42,70 | < 0,001 |
Hombres | 44,98 | 41,41-48,87 | ||
Total | 42,7 | 38,7-46,3 | ||
imc | Peso normal | 42,7 | 39,61-47,52 | < 0,001 |
Sobrepeso | 40,14 | 37,28-42,70 | ||
Obesidad | 40,02 | 36,99-42,7 |
imc = Índice de masa corporal; ri = Rango intercuartil
Al clasificar el VO 2máx de acuerdo con el imc, el resultado fue de 42,7 mL / kg / min para personas con peso normal, 40,14 mL / kg / min para aquellas con sobrepeso y 40,02 mL / kg / min para quienes tenían obesidad, con diferencias estadísticamente significativas (p< 0,001, Kruskall Wallis), por lo que hay una tendencia a disminuir la capacidad cardiorrespiratoria conforme aumenta el imc.
Presión arterial
La prevalencia de la presión arterial alta global, tanto sistólica como diastólica, fue de 17,9 %, sin diferencias significativas según sexo (p= 0,113, chi2 de independencia). La frecuencia de pase fue mayor en hombres que en mujeres (18,3 % vs. 11,5 %; p= 0,004; chi2 de independencia) (véase Tabla 2).
Además, esta variable fue mayor en personas con obesidad, comparadas con aquellas con sobrepeso y peso normal (p< 0,001, Kruskal Wallis), tendencia que también se encontró con la PADE (p< 0,001, Kruskal Wallis) (vésase Tabla 4).
Variables | Peso normal | Sobrepeso | Obesidad | Total | p | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
% | Frecuencia | % | Frecuencia | % | Frecuencia | % | Frecuencia | ||
pase | 12 | 86 | 25,5 | 41 | 33,3 | 13 | 15,3 | 140 | < 0,001 |
pade | 3,1 | 22 | 11,8 | 19 | 10,3 | 4 | 4,9 | 45 | < 0,001 |
paag | 17,7 | 127 | 18,6 | 30 | 17,9 | 7 | 17,9 | 164 | 0,837 |
PAAG = Presión arterial alta global; PADE = Presión arterial diastólica elevada; PASE = Presión arterial sistólica elevada.
Variables asociadas con obesidad
El modelo de regresión logística con la variable dependiente “obesidad” fue estadísticamente significativo (prueba Ómnibus p< 0,001) (véase Tabla 5).
Variables asociadas a la obesidad | Variables asociadas a la baja capacidad física | |||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Variables | β | p | or | ic 95 % para or | Variables | β | p | or | ic 95 % para or | |||
Inferior | Superior | Inferior | Superior | |||||||||
Sexo | 0,799 | 0,131 | 2,223 | 0,788 | 6,269 | Sexo | -0,142 | 0,324 | 0,868 | 0,654 | 1,151 | |
Edad | -0,773 | < 0,001 | 0,462 | 0,325 | 0,656 | Edad | 0,116 | 0,004 | 1,123 | 1,038 | 1,216 | |
oa (ice) | 3,162 | < 0,001 | 23,609 | 7,317 | 76,175 | oA (ice) | -0,936 | 0,009 | 0,392 | 0,193 | 0,795 | |
Circunferencia de cadera | 0,223 | < 0,001 | 1,250 | 1,148 | 1,360 | pas | 0,018 | 0,004 | 1,018 | 1,006 | 1,030 | |
Constante | -16,157 | < 0,001 | < 0,001 | imc | -0,140 | < 0,001 | 0,869 | 0,823 | 0,918 | |||
Constante | -0,729 | 0,304 | 0,482 |
Prueba de Ómnibus: Chi2: 202,6 (4 gl) p < 0,001; Prueba Ómnibus: Chi2: 74,9 (5 gl) p < 0,001
R2 de Nagelkerke: 0,669; R2 de Nagelkerke: 0,105
β = Beta de las variables; ic = Intervalo de confianza; ice = Índice cintura-estatura; imc = Índice de masa corporal; Gl = Grados de libertad; oc = Obesidad abdominal; pas = Presión arterial sistólica.
Se halló que las variables ICE y circunferencia de cadera están asociadas en forma estadísticamente significativa con el riesgo de padecer obesidad por IMC. Por otra parte, la edad disminuye la posibilidad de ser obeso (véase Tabla 5).
Se encontró también que aumentar la edad un año más reduce la posibilidad de padecer obesidad 53,8 % (p< 0,001).
Así mismo, por cada aumento de 1 cm en el perímetro de la cadera, se eleva en 25 % la posibilidad de ser obeso (p< 0,001). Igualmente, el padecer obesidad abdominal (determinada mediante ICE) acrecienta la posibilidad de ser obeso.
La variable sexo no se asoció con la obesidad.
Variables asociadas con baja capacidad física
El modelo con la variable dependiente CFB fue estadísticamente significativo (prueba Ómnibus p< 0,001) (véase Tabla 5).
Se encontró asociación entre la CFB con las variables edad, ICE, PAS e IMC. Por cada año que se aumenta la edad, la posibilidad de tener CFB 12,3 % (p= 0,004).
Por cada milímetro de mercurio de aumento en la PAS, la posibilidad de tener CFB se amplía en 1,8 % (p = 0,004).
Por otra parte, aumentar el IMC en 1 kg / m2 reduce la posibilidad de tener CFB en 13,1 % (p≤ 0,001), y padecer obesidad abdominal medida por ICE disminuye la posibilidad de tener CFB en 60,8 %.
La variable sexo no se asoció con esta variable.
Discusión
Se halló una prevalencia de sobrepeso y obesidad de 17,6 y 4,3 % respectivamente, encontrándose, en esta última, diferencias estadísticamente significativas en edades tempranas, pues a menor edad, mayor prevalencia de obesidad.
El VO 2máx fue mayor en personas con peso normal, comparado con el de aquellas con sobrepeso y obesidad, con diferencias estadísticamente significativas.
La proporción de PASE fue más alta en hombres que en mujeres (18,3 vs. 11,5 %); también fue mayor en personas con obesidad, comparadas con aquellas con sobrepeso y peso normal.
En el análisis multivariado se encontró que incrementar la edad un año reduce la posibilidad de padecer obesidad el 53,8 % y el aumentar un centímetro en el perímetro de la cadera acrecienta el 25 % la posibilidad de ser obeso. Igualmente, incrementar la edad un año, intensifica la posibilidad de tener CFB en 12,3 %. Por cada milímetro de mercurio de aumento en la PAS, la posibilidad de tener una CFB crece en 1,8 %.
En esta muestra, la prevalencia de obesidad por IMC (4,3 %) fue similar a la encontrada en 2010 en niños de 5 a 17 de Medellín (5,7 %), Antioquia (3,4 %) y Colombia (4,1 %) [19].
La prevalencia de sobrepeso por IMC fue más alta en esta pesquisa (17,6 %), en comparación con los datos de Medellín (14,6 %), Antioquia (12,6 %) y Colombia (13,4 %) [19].
En total, se halló un exceso de peso de 21,9 %, prevalencia mayor que los datos de Medellín (20,3 %), Antioquia (16,1 %) y Colombia (17,5 %) [19], y similar a lo registrado en América Latina (20-25 %) [20].
Las altas prevalencias en Medellín, Antioquia y Colombia, y en esta investigación, podrían tener relación con el hecho de que actualmente los infantes y adolescentes colombianos destinan buena parte de su tiempo libre en actividades frente a la pantalla como televisión, videojuegos y computador. En 2010, las prevalencias de niños y adolescentes dedicando 4 horas diarias en actividades de pantalla fueron 52,8, 59,3, 62,8 y 64,8 % para estratos 1, 2, 3 y 4 o más, respectivamente [19].1
Otra posible causa es que alrededor del 25 % de los niños colombianos entre 9 y 18 años consumen diariamente gaseosas o refrescos, y el 48 %, golosinas o dulces, y cerca del 30 % consume semanalmente comida rápida [19].
En este estudio se encontró una relación inversa entre la edad y la proporción de obesidad, es decir, a menor edad, mayor obesidad. Estos datos concuerdan con los reportados en Colombia en 2010, y se puede explicar a la velocidad pico de crecimiento que inicia a los 12 años en niñas y a los 14 años en niños [21,22]. Tener padres con exceso de peso también es un factor de riesgo para que los hijos padezcan obesidad. Si ambos padres son obesos, el riesgo de que su hijo lo sea en la adolescencia es 80 %; cuando solo uno de los padres lo es, el riesgo es 40 %; y si ninguno de los padres es obeso, el riesgo es de 3 a 7 % [23].
El VO 2máx fue mayor en hombres que en mujeres. Esto concuerda con un estudio con más de 400 000 niños entre 6 y 19 años de 37 países [12], donde la diferencia a favor de los hombres fue de 6,06 mL / kg / min.
Entre las razones que pueden explicar esta situación están:
Mayor masa muscular: en un estudio con escolares se encontró que al llegar a los 15 años, el 51 % del peso corporal del hombre es masa muscular, frente al 37,5 % en mujeres [24]. Esto puede aumentar el VO 2máx [25].
Mayor hemoglobina: después de la pubertad, la concentración de hemoglobina en la mujer es menor, comparada con el hombre (12 a 15 gm / 100 mL vs. 13 a 17 gm / 100 mL) [26], lo que genera en las mujeres una disminución de su función de transportar oxígeno desde los pulmones hasta los capilares en los tejidos.
Finalmente, el factor social también puede influir: en un estudio transversal que incluyó 105 países, se resaltó que el 95 % de las adolescentes mujeres entre 13 y 15 años son inactivas físicamente, frente al 53 % de los adolescentes hombres [27]. Esta situación puede disminuir el VO 2máx de las mujeres.
La PASE y la PADE se manifestaron en el 15,3 y 4,9 % de esta muestra respectivamente, cifra mayor a la reportada en Medellín [6] (1,3 y 3,9 % respectivamente) con niños de 6 a 18 años. La PASE tuvo una proporción alta en este estudio. Llamó la atención que, en un colegio público, la proporción fue de 35,5 %; en los demás colegios, las proporciones fueron 9,2 %, 10,5 %, 13,5 % y 8,5 %.
La proporción de presión arterial alta global fue de 17,9 % y fue superior a la registrada a nivel mundial en adolescentes (15 %) [28]. La PASE y la PADE aumentan de acuerdo con el IMC. Estos hallazgos son similares al estudio Bogalusa [29], el cual indicó que los niños con sobrepeso tenían 4,5 y 2,4 veces más posibilidades de tener altas cifras de PAS y PAD respectivamente, comparados con aquellos con peso normal. Esto se puede deber a múltiples factores, como antecedentes familiares de presión arterial elevada, exceso de peso, el sedentarismo o consumo excesivo de sodio [23,30]. La PAS fue más alta en hombres y se le puede atribuir a que las mujeres, al producir estrógenos y progesterona, generan óxido nítrico, encargado de la vasodilatación [31], por lo que es esperable una disminución en los valores de la presión arterial en mujeres.
Los modelos de regresión logística indicaron que por cada año que se aumenta la edad, se reduce la posibilidad de padecer obesidad, pero el incremento acelerado de la estatura en la adolescencia puede influir en la disminución del IMC conforme avanza la edad. También un crecimiento en el perímetro de la cadera amplía la posibilidad de ser obeso; por tanto, la circunferencia de cadera es un buen indicador para determinar obesidad medida por IMC.
Incrementar la edad un año más aumenta la posibilidad de tener CFB. Este hallazgo es similar a otro estudio que sugiere una mayor reducción gradual del VO 2máx desde la adolescencia [32]. Pero al acrecentar el IMC y el índice cintura-estatura, disminuye la CFB. Estos resultados se pueden atribuir a que el aumento de peso no solo se acompaña por un incremento de masa grasa, sino además de masa muscular, la cual ampía el VO 2máx [24]. El aumento del IMC viene de la mano con el índice cintura-estatura. Al hacer la correlación de Spearman, esta fue significativa (p< 0,001) y fue de 0,67; esta situación puede explicar por qué al crecer el índice cintura-estatura aumenta la condición física.
Acrecentar la PAS, incrementa la posibilidad de padecer CFB. Resultados similares se encontraron en un ensayo clínico aleatorizado con 44 niños con obesidad entre 6 a 11 años, donde después de aumentar el VO 2máx , se produjo una reducción en la PAS y la PAD de 6,9 mmHg (p= 0,003) y 6,7 mmHg (p= 0,009) respectivamente [25]; por tanto, aumentar la condición física disminuye la presión arterial. Los resultados encontrados en este estudio deben ser tomados con cautela, ya que al no ser una muestra aleatoria, no pueden extenderse a la población del mismo.
Limitaciones
El presente estudio careció de una selección aleatoria y la muestra fue a conveniencia, por lo que no es representativa de la población.
Por la naturaleza de este estudio, no se pueden inferir asociaciones causales.
Se hizo imputación simple de 100 datos para el VO 2máx . Esto trae como consecuencia una disminución de la varianza de dicha variable y en la clasificación de la CFB, la CFA y la CFN.
La proporción de PASE fue alta para los escolares, lo que puede explicarse por el uso de tensiómetros digitales. Aunque se ha cuestionado su uso para la toma de la presión arterial, se han hecho investigaciones con el fin de validarla, indicando buenos resultados y poca diferencia comparados con los tensiómetros manuales [33].
El tipo de colegio (público, 78,7 %, y privado, 21,3 %) es otra de las limitaciones del estudio. Al hacer análisis según tipo de colegio, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el IMC (p= 0,797), pas (p= 0,072), perímetro de cintura (p= 0,051) y cadera (p= 0,603); sí se hallaron diferencias en la PAD (p= 0,004), ICE (p= 0,049) y VO 2máx (p= 0,002). Todas las pruebas se hicieron con U de Mann Whitney. Estos resultados sugieren que entre las limitaciones del estudio se encuentra la falta de estratificación y control de la confusión según tipo de colegio.
Por tanto, es necesario realizar futuras investigaciones del tema y analizar según tipo de instituciones educativas, con una muestra aleatoria y un tamaño suficiente que permita efectuar un adecuado análisis.
Conclusión
Se halló una alta proporción de los FR cardiovasculares, donde destacan el exceso de peso, la obesidad abdominal, la presión arterial elevada y la condición física. Estas pueden incrementar a largo plazo la morbimortalidad por enfermedad cardiovascular. El índice cintura-estatura fue la variable que más fuerza de asociación presentó en los modelos de regresión.
La PAS puede ser un indicador de salud cardiovascular en población adolescente. El IMC se ve influenciado por la masa muscular, por lo que se debe buscar otros métodos para determinar la obesidad. Dada esta situación, es recomendable determinar si el índice cintura-estatura es un buen indicador de obesidad en esta muestra.
El padecer exceso de peso en la infancia puede repercutir en la adultez. Se ha estimado que un adolescente con sobrepeso tiene 70 % de posibilidades de padecerlo en la adultez [34]. El VO 2máx debería ser una estrategia para combatir la enfermedad cardiovascular desde la infancia, dado su factor protector.
De no intervenir la población escolar, estos FR podrían incrementar sus prevalencias en los próximos años, trayendo graves consecuencias para la salud pública. El análisis de estos datos resulta un paso importante antes de planificar o proponer estrategias para aumentar la práctica de hábitos de vida saludables en los escolares.