La búsqueda, difusión y desarrollo de alternativas para disminuir la obesidad en los niños representa un gran desafío. La práctica de ejercicio una vez por semana y un programa nutricional de calidad rigurosamente observado garantizan la eficacia de las intervenciones para el mejoramiento de la composición corporal (1).
La fase final de la infancia es un período crítico en los niños para la aparición y detección de la obesidad, en tanto que, en lasniñas, esa fase final es crítica para detectar la obesidad y determinar su incidencia. En este sentido, es necesario considerarlas diferencias entre sexos y su importancia en el diseño de programas para el mejoramiento de la composición corporal de los niños (2).
Por otro lado, las autoridades de salud pública y educación han expresado su preocupación con respecto a la obesidad como problema de salud pública, por lo cual un diagnóstico adecuado del sobrepeso y la obesidad es indispensablepara obtener los indicadores antropométricos relacionados con la obesidad (3).
En este orden de ideas, el sector educativo y el de salud deberían convertirse en garantes de la promoción, la divulgación y el fomento de programas que incentiven el ejercicio físico como máximo agente promotor de la condición física y el mejoramiento de la salud y la composición corporal, así como de prevención de posibles trastornos (4).
En el contexto educativo, se ha comprobado que el sedentarismo aumenta con la edad, especialmente entre las mujeres, en quienes se observa el abandono de la práctica del ejercicio físico y la renuencia a participar en la clase de educación física (4).
En las Islas Canarias, por ejemplo, los adolescentes han expresado poco interés por la práctica de ejercicio físico matutino, frente a lo cual se decidió aumentar el tiempo efectivo de la clase de educación física en el horario escolar, así como promover actividades físicas y deportivas extracurriculares, y poner en práctica programas permanentes para modificar la disposición juvenil frente al efecto del ejercicio físico (5).
La escuela, entonces, se convierte en un espacio alternativo para divulgar entre los estudiantes la importancia del deporte y el ejercicio físico, como medios efectivos de prevención de la enfermedad y de promoción de un estilo de vida saludable (6).
En este contexto, mediante el conjunto de pruebas de la bateríaALPHA-Fitness es posible determinar el índicegeneral de salud cardiovascular en niños entre los 10 y los 12 años de edad, lo cual es un punto de partida veraz y efectivo para establecer marcadores y determinar patrones de condición física (7).
En este sentido, se viene adelantando un trabajo para establecer factores de comparación, registro y evaluación de la práctica de ejercicio físico y la condición física en jóvenes, y para establecer asociaciones (8). Es obvio que los jóvenes con poca inclinación a la práctica de ejercicio físico presentan un peor estado físico, y que ello se relaciona, a su vez, con cambios hormonales, emocionales y de comportamiento (4).
En consecuencia, el objetivo de este estudio fue analizar la composición corporal y la condición física en escolares colombianos de educación secundaria y media de las instituciones oficiales de Ibagué, departamento del Tolima, determinar las diferencias por sexo y edad, y establecer correlaciones entre algunas variables.
Materiales y métodos
Se hizo un estudio descriptivo transversal de 1.253 estudiantes sanos (48 % hombres, 52 % mujeres) entre los 10 y los 20 años de edad (14,62 ± 2,01) matriculados en los grados sexto a once en las instituciones educativas oficiales de Ibagué. Los grupos en cada centro se seleccionaron mediante un muestreo aleatorio estratificado con un error muestral de 0,03 % y un intervalo de confianza de 95 %. La condición física se evaluó mediante las pruebas incluidas en la batería ALPHA-Fitness.
Consideraciones éticas
Se solicitó el consentimiento informado a los tutores legales de los participantes y se observaron escrupulosamente los principios de la declaración de Helsinki vigente (9). El estudio fue aprobado por el Comité Ético de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Prueba de Course-Navette
La prueba de Course-Navette, o test de Léger, se utiliza para estimar de forma indirecta el consumo máximo deoxígeno (VO2 máx) para valorar la aptitud cardiorrespiratoria. La prueba ha sido descrita y validada en varias publicaciones (10-14). El consumo máximo de oxígeno fue estimado mediante la siguiente ecuación:
VO2 máx (ml/kg/minuto) = 31,025 + (3,238 x V) - (3,248 x E) + (0,1536 x V x E),
donde V corresponde a la velocidad máxima alcanzada y, E, a la edad del sujeto.
Prueba de salto horizontal
Esta prueba, con la cual se evalúa la fuerza explosiva de los miembros inferiores, se utilizó para medir la longitud del salto con una cinta métrica en mm.
Prueba de velocidad y agilidad 4 x 10 m
Con esta prueba se evaluaron la velocidad de movimiento, la agilidad y la coordinación. Los tiempos se registraron mediante dos células fotoeléctricas (Microgate(r), Italia) (15).
Prueba de fuerza de prensión manual
Esta sirve para medir la fuerza isométrica del tren superior; se utilizó el dinamómetro de mano Jamar Digital(r) (0-90KG), cuya asa se ajustó según el tamaño de la mano.
Las medidas antropométricas fueron tomadas por el autor principal y un ayudante, ambos con acreditación de nivel 1, siguiendo las indicaciones de laInternational Society for the Advancement of Kineanthropometric (ISAK). Se tomaron las siguientes medidas: masa corporal (kg), estatura (m), perímetro de la cintura (cm) y dos pliegues cutáneos(subescapular y tríceps). El porcentaje de grasa se estimó con las siguientes ecuaciones (16).
Para la estimación de la masa grasa (%) en niñas:
masa grasa (%) = 1,33 (tríceps + subescapular) - 0,013 (tríceps + subescapular) 2 -2,5.
En niñas, cuando los pliegues del tríceps más el subescapular eran de más de 35 mm: masa grasa (%) = 0,546 (tríceps + subescapular) + 9,7.
En niños en edad prepuberal (estadio 1 en la escalade Tanner): masa grasa (%) = 1,21 (tríceps + subescapular) - 0,008 (tríceps + subescapular) 2- 1,7.
En niños en edad puberal (estadios 2, 3 y 4 en la escala de Tanner): masa grasa (%) = 1,21 (tríceps + subescapular) - 0,008 (tríceps + subescapular) - 3,4.
En niños en edad postpuberal (estadio 5 en la escala de Tanner): masa grasa (%) = 1,21 (tríceps + subescapular) - 0,008 (tríceps + subescapular) 2-5,5.
En niños, cuando el tríceps más el subescapular eran de más de 35 mm: masa grasa (%) = 0,783 (tríceps + subescapular) + 1,7.
El índice de masa corporal se obtuvo mediante la ecuación masa (kg)/talla (m2). Para la masa corporal, se utilizó la báscula Fitscan Body Monitor(r) (BF-679F); la estatura se tomó con un tallímetro en mm. La medición del perímetro y los pliegues se hizo con un plicómetro (Slim Guide) y una cinta métrica (cinta BMI Vv4).
Se hizo el análisis descriptivo de los datos con el paquete estadístico IMB SPSS(r), versión 23, y se obtuvo la media o la desviación o error estándar, según el caso, diferenciado por grupo de edad y sexo. Los intervalos de confianza de las medias fueron de 95 % como indicadores de la fiabilidad de las mediciones. Para las comparaciones entre grupos, se usó un modelo lineal general multivariante. La significación estadística se estableció con un valor de p<0,05. Para la comparación de medias del IMC, el porcentaje de grasa, el perímetro de cintura, la dinamometría derecha, la dinamometría izquierda, la velocidad, el salto horizontal y el VO2máx(variables dependientes) por gruposde edad (variable independiente) diferenciados por sexo, se efectuó el análisis de varianza (ANOVA) de un factor.
En cuanto a las comparaciones a posteriori, se emplearon la prueba de Tukey (asumiendo varianzas iguales) y la prueba de Games-Howell (sin asumirlas), seleccionadas con base en el valor del nivel crítico obtenido en la prueba de Levene sobre homogeneidad de varianzas. Los grupos se designaron de la "a" a la "f".
Para comprobar la existencia de diferencias entre las medias de las variables analizadas, se utilizó la prueba t de Student para dos muestras independientes. Por último, para determinar la relación entre las variables de condición física y adiposidad, se empleó el coeficiente de correlación de Pearson (r).
Resultados
En el cuadro 1 se presentan los valores promedios y las diferencias por sexo para las medidas estudiadas de la condición física. Las mujeres presentaron valores significativamente más elevados que los hombres en el índice de masa corporal (20,6 kg/m2 frente a 19,4 kg/m2) y el porcentaje de grasa (26,1 frente a 16,8 %). En cuanto al perímetro de cintura, los hombres obtuvieron valores más altos (69,7 cm frente 67,9 cm) (p<0,05) y, además, alcanzaron mejores niveles de capacidad aeróbica, musculoesquelética y motora, con diferencias estadísticamente significativas (p<0,05).
En el cuadro 2 se comparan los resultados de los grupos de edad por sexo. El grupo de hombres de mayor edad (17 a 20 años) obtuvo mejores resultados en el porcentaje de grasa y en todas las variables de condición física, excepto en la capacidad motora y aeróbica, variable en la que se registraron los peores resultados de los cuatro grupos de edad. En todos los grupos de edad de hombres y mujeres, se registraron diferencias en la mayoría de las variables al comparar por pares. En cuanto a la capacidad motora, no se observaron diferencias estadísticamente significativas (p<0,05) en ninguno de los grupos de hombres, pero sí en el grupo de mujeres de 13 a 14 años (cuadro 2).
Por otro lado, entre los grupos de edad de las mujeres hubo diferencias significativas en las variables indicadoras de la condición física (p<0,05). En términos relativos, la capacidad aeróbica del grupo de menor edad (10 a 12 años) fue significativamente mayor que la del resto de grupos (41,6 ml/kg/minuto) (p<0,05). En las mujeres se observó que, amayor edad, menor era el consumo máximo de oxígeno (de 13 a 14 años: 37,8 ml/kg/minuto; de 15 a 16 años: 33,9 ml/kg/minuto, y de 17 a 20 años: 31,0 ml/kg/minuto).
Al igual que en los hombres, en las mujeres el IMC fue aumentando con la edad, registrándose en el grupo de 17 a 20 años el mayor valor (21,5 kg/m2). En cuanto al porcentaje de grasa, se observó una tendencia contraria en los hombres con respecto a la edad; así, el grupo de más edad registró 28,4 % frente a 22,6 % en el grupo más joven.
En el cuadro 3 se comparan las diferencias de las medias entre sexos y para cada grupo de edad. Con dichos datos se determinaron las diferencias estadísticamente significativas en cuanto al porcentaje de grasa (p<0,05) entre hombres y mujeres, en los grupos de edad de 13 a 20 años y de 10 a 12 años, siendo mayor el nivel de adiposidad en las mujeres en todos los grupos de edad. También, se apreció que esta diferencia entre sexos aumentó con laedad y fue de 3,0 % en el grupo de 10 a 12 años, hasta alcanzar 13,5 % en el grupo de 17 a 20 años.
Con respecto al IMC, se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre sexos en todos los grupos de edad (p<0,05), siendo siempre mayoreslos valores en las mujeres de todos los grupos de edad. Con respecto al perímetro de cintura, se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre sexos en los grupos de edad de 10 a 12 años y de 15 a 16 años (p<0,05), siendo mayor el perímetro de cintura en los hombres en todos los grupos de edad.
En cuanto a la condición física, se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en todos los grupos de edad y en todas las variables, excepto en la velocidad en los grupos de 10 a 12 años (p=0,072), de 13 a 14 años (p=0,061) y de 17 a 20 años (p=0,791), y en el VO2 máx en el grupo de edad de 10 a 12 años (p>0,05). Salvo en la velocidad en los grupos de 17 a 20 años y el VO2máx en los de 10 a 12 años, los rendimientos registrados en laspruebas físicas fueron mejores en los hombres que en las mujeres en todos los grupos de edad (cuadro 3). Asimismo, se observó que estas diferencias en la condición física (dinamometría y salto horizontal) entre los sexos aumentaron con la edad.
En el cuadro 4 se observa que, utilizando el coeficiente de Pearson, se encontró una correlación media positiva entre el IMC y el porcentaje de grasa (r=0,55; p=0,000), y entre el índice de masa corporal y el perímetro de cintura (r=0,73; p=0,000), así como una correlación positiva entre la fuerza de la dinamometría derecha y la dinamometría izquierda (r=0,91; p=0,000), la cual aumentó de manera proporcional en cada variable. En el caso del porcentaje de grasa y el salto horizontal, se evidenció una correlación negativa media (r=-0,51; p=0,000), es decir, a mayor porcentaje degrasa, menor longitud en el salto horizontal. En cuanto a los niveles críticos (significativos) de las variables mencionadas, se encontró una asociación lineal (significativos: 0,000). Por otra parte, la velocidad no se correlacionó con el IMB (p=0,09), el VO2máx (p=0,40), ni con el porcentaje de grasa (p=0,34).
El análisis de los resultados permitió determinar la adiposidad y la condición física de los estudiantes de educación secundaria y media de Ibagué, así como las diferencias entre sexos y grupos de edad, y las correlaciones entre las variables.
Los valores de IMC y el porcentaje de grasa coincidieron, por ejemplo, con los de un estudio en el que se compararon hombres y mujeres de 12 a 17 años, y en el que se encontró mayor adiposidad en las mujeres que en los hombres (17); asimismo, en otro estudio los resultados reportados fueron similares en cuanto al peso y el porcentaje de grasa (18).
En un estudio reciente llevado a cabo en adolescentes brasileños de ambos sexos con una media de edad de 12,8 años, se encontró un IMC más alto que el registrado en este estudio; debe anotarse, además, que el número de participantesen los dos estudios fue similar: 1.081 en Brasil y 1.253 en Colombia (19). Por otro lado, en un estudio realizado en 1.348 adolescentes daneses entre los 11 y los 14 años, los resultados del IMC fueron muy similares en hombres y mujeres de la misma edad, sin embargo, el perímetro de la cintura fue menor que el del grupo de adolescentes evaluados en el estudio mencionado (20).
En otro estudio de 72 escolares de 10 a 12 años, se encontraron un IMC y un porcentaje de grasa más altos que los del presente estudio (7), y en uno con 697 estudiantes de 12 a 19 años en Río de Janeiro, el IMC de hombres y mujeres fue más alto en comparación con los datos del presente estudio, en tanto que el porcentaje de grasa y el perímetro de cintura fueron menores tanto en hombres como en mujeres (21). De la misma manera, el IMC fue semejante en una investigación en la que se evaluaron 195 adolescentes de 14 a 18 años (22).
En cuanto a las variables relacionadas con el rendimiento físico, también se han hallado diferencias entre los sexos, obteniéndose mayores niveles en los chicos que en las chicas en el salto horizontal, la velocidad de carrera y la potencia aeróbica, resultados que no son de extrañar, pues habitualmente los chicos suelen mostrar mejor rendimiento en las pruebas relacionadas con la potencia muscular o aeróbica, como se comprobó en un estudio llevado a cabo en jóvenes entre los 10 y los 18 años, en el cual los varones registraron valores mayores de VO2 máx (11). Estos resultados coinciden con los de otros estudios (23,24).
En el presente estudio, se encontró que en los hombres, el IMC aumentó con la edad, en tanto que el porcentaje de grasa disminuyó significativamente. En la potencia aeróbica, en cambio, se evidenció un comportamiento contrario, pues el grupo de mayor edad obtuvo los valores más bajos, con diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de 13 a 14 años, de 15 a 16 y de 17 a 20. En un estudio similar, el VO2 máx mostró una evolución con la edad diferente a la de este estudio (25), pero es importante aclarar que se utilizó otra prueba.
En otro estudio de 264 adolescentes españoles, se evidenciaron mejores resultados en el VO2 máx y el salto horizontal (8); en las mujeres, la única cualidad condicional en la que se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos de edad fue en la potencia aeróbica, siendo el grupo más joven el que registró los mejores resultados; además, se apreció claramente la tendencia a registrar un menor VO2 máx a medida que aumentaba la edad. En un estudio publicado en el 2014, se reportó que esta cualidad mejoraba con la edad, sin embargo, la edad y el número de participantes fue significativamente menor que en el presente trabajo (26).
En cuanto a los indicadores de adiposidad, se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre las mujeres según la edad, ya que cuanto más jóvenes eran, menor fue el IMC, lo cual coincide con lo reportado en otras investigaciones llevadas a cabo en mujeres jóvenes (27). Si bien el IMC tuvo el mismo comportamiento en ellas que en los hombres, el porcentaje de grasa evolucionó en sentido contrario al de los hombres, es decir, fue mayor en las mujeres de más edad, resultados que coinciden con los de este estudio (28).
En los resultados se puede apreciar que los niveles de adiposidad de los chicos fueron menores que los de las chicas en todos los grupos de edad, es decir, el IMC y el porcentaje de grasa en ellos fueron menores que en ellas, lo cual coincide con lo reportado en los estudios llevados a cabo en muestras de adolescentes de 10 a 12 años (3) y de 10 a 17 años (29). En cuanto al porcentaje de grasa, estas diferencias entre sexos tienden a ser mayores a medida que aumenta la edad (10-12 años: 3,0 %; 13-14 años: 8,5 %; 15-16 años: 10,9 %,y 17-20 años: 13,5 %), siendo estadísticamente significativas en todos los grupos de edad (p<0,05). En un estudio llevado a cabo en adolescentes brasileños, también se reportaron diferencias relevantes entre chicos y chicas en la suma de pliegues subcutáneos (19).
En cuanto a la condición física, los hombres presentaron mejores resultados en todas las variables condicionales y en todos los grupos de edad, excepto en la velocidad en el grupo de 17 a 20 años; se hallaron notables diferencias significativas en la velocidad de desplazamiento, el salto horizontal y la capacidad aeróbica (p<0,05).
En conclusión, al comparar entre sexos, los resultados indicaron que las mujeres tuvieron un mayor porcentaje graso y una menor capacidad aeróbica, musculoesquelética y motoraque los hombres.
Otra variable que se debe considerar es la evolución con respecto a la edad y por sexos, pues, a mayor edad, mayor fue el grado de desarrollo de la condición física en los hombres y en las mujeres, excepto en el VO2 máx. También, se pudo comprobar que los porcentajes de grasa variaron: en las mujeres aumentaron con la edad, en tanto que en los hombres tendieron a disminuir a medida que aumentaba la edad.
Se puede concluir que la condición física en los hombres fue mejor que en las mujeres, independientemente del grupo etario. Los índices de porcentaje de grasa en las mujeres superaron los de los hombres, y lo contrario se observó en el IMC, el cual tendió a ser igual en los diversos grupos de edad.