INTRODUCCIÓN
La enfermedad de Chagas es una parasitosis causada por el protozoo flagelado Trypanosoma cruzi, se caracteriza por ser una afección crónica que puede ocasionar daños cardíacos, digestivos y neurológicos irreversibles (Organización Mundial de la Salud-OMS, 2017). Alrededor de siete millones de personas se encuentran infectadas en el mundo, principalmente en América Latina donde la enfermedad es endémica (OMS, 2017). En Colombia, entre 700000 y 1200000 habitantes padecen la infección y cerca de 800.000 están en riesgo de adquirirla (Instituto Nacional de Salud, 2017). T. cruzi se transmite al hombre principalmente por el contacto con heces contaminadas de insectos hematófagos de la subfamilia Triatominae (Lazzari et al., 2013). De las 151 especies de triatominos reportadas en el mundo (Justi y Galvao, 2017), en Colombia están presentes 26, de las cuales 16 se han encontrado infectadas con el parásito; los principales vectores en el país son Rhodnius prolixus Stâl, (1859) y Triatoma dimidiata Latreille, (1811), por su distribución en el domicilio, peridomicilio y en hábitat silvestres (Guhl et al., 2007; Angulo y Esteban, 2011).
En el departamento de Sucre se han reportado casos de la enfermedad de Chagas y la presencia de cuatro especies de triatominos infectados por T. cruzi (Guhl et al., 2007; Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública-SIVIGILA, 2017). En el municipio de Colosó, se hallaron recientemente individuos de la especie Panstrongylus geniculatus Latreille (1811) con un alto porcentaje de infección en un área silvestre (Escalante et al., 2015) ubicada cerca a la población rural de la veredaJorro. Estos hechos justificaron la necesidad de determinar las especies de triatominos en esta localidad y su infección natural por el parásito, lo cual puede constituir un importante factor de riesgo epidemiológico.
MATERIALES Y MÉTODOS
La vereda Jorro se ubica en el municipio de Colosó del departamento de Sucre - Colombia, entre las coordenadas 09,51938° N; 075,35974 W y 09,51555° N; 075,35911 W. Las capturas de los triatominos se realizaron mensualmente desde octubre de 2015 a junio de 2016, mediante búsqueda activa en 13 de las 14 viviendas que se encontraron en la vereda, así como en los sitios de reposo de animales domésticos, debajo de cúmulos de madera, piedras o materiales de construcción y palmas presentes hasta unos 10 m en el peridomicilio. También, se abarcó un área extradomiciliar a una distancia de 100 m de las viviendas y la inspección se realizó en palmas, nidos de aves, madrigueras de animales silvestres, huecos y raíces de árboles y montículos de hojarasca; el tiempo de búsqueda fue de media hora/dos personas por cada ambiente y vivienda, para un esfuerzo de captura total de 19,5 horas por cada salida de campo. Adicionalmente, en el extradomicilio se emplearon seis trampas de luz blanca distribuidas en un trayecto de 500 m, que operaron entre las 18:00 y las 6:00 horas por tres noches, lo que corresponde a un esfuerzo de 36 horas por muestreo. Se contó con la participación de la población mediante el método de vigilancia comunitaria, los habitantes fueron previamente entrenados en la recolección de los insectos y sensibilizados en los cuidados durante la captura mediante el uso de guantes y frascos recolectores.
La identificación a nivel de especie se basó en las claves taxonómicas de Lent y Wygodzinsky (1979). Para la determinación de la infección por T. cruzi se realizó una búsqueda de parásitos flagelados por microscopía directa de extendidos de la ampolla rectal de los insectos. Posteriormente, se extrajo ADN a partir del contenido intestinal con un protocolo de extracción de altas concentraciones de sales (Collins et al., 1987; Perez-Doria et al., 2008). La detección molecular se realizó por la técnica Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) con los cebadores TCZ1 y TCZ2, que amplifican una secuencia repetitiva del ADN satelital especifica de T. cruzi de 188 pares de bases (Moser et al., 1989). Las condiciones de PCR empleadas han sido anteriormente descritas (Virreira et al., 2003) y los productos amplificados fueron separados por electroforesis en gel de agarosa al 1,5 % con previa tinción con GelStar® y visualizados por exposición de luz ultravioleta. Se realizó un análisis descriptivo a partir de los datos obtenidos de abundancia, infección natural y distribución espacial de los triatominos.
RESULTADOS
Se capturaron 40 triatominos pertenecientes a las especies P. geniculatus, R. pallescens, Eratyrus cuspidatus Stâl (1859) y T. dimidiata (Fig. 1). El 90 % de los triatominos fueron capturados en el extradomicilio principalmente por trampas de luz y por vigilancia comunitaria (Tabla 1). Además, este fue el ambiente en el que se recolectaron ejemplares de cada una de las especies encontradas en el área de estudio. En el peridomicilio se capturaron el 7,5 % de los insectos por búsqueda activa, dos correspondían a estadios inmaduros de T. dimidiata hallados en una palma Attalea butyracea y un triatomino de P. geniculatus capturado en una porqueriza iluminada. En el intradomicilio por vigilancia comunitaria también se capturó un individuo de P. geniculatus (2,5 %) recolectado cuando el insecto incursionó una vivienda en horas de la noche. Durante los meses de abril y mayo del 2016 se obtuvieron el mayor número de triatominos (20 y 22,5 % respectivamente), mientras que en noviembre de 2015 y junio del siguiente año se registraron las densidades más bajas (2 y 5 % de los individuos) y fueron meses en los que se observaron lluvias ocasionales durante los días de muestreo. P. geniculatus aparte de ser la especie con mayor abundancia (57,5 % n =23), mostro tener una amplia distribución y se capturó en casi todos los meses bajo estudio.

Figura 1 Especies de triatominos capturadas en la vereda Jorro del municipio de Colosó. A) T. dimidiata, B) E. cuspidatus, C) P. geniculatus, D) R. pallescens.
Tabla 1 Abundancia de especies de triatominos por ambiente, tipo de captura y tasas de infección natural por T. cruzi.

En cuanto a la infección natural, por microscopía se visualizaron parásitos flagelados en extendidos de la ampolla rectal de 6 triatominos (15 %) y por PCR se detectó ADN de T. cruzi en el contenido intestinal de 34 insectos (85 %), incluidas las muestras positivas por observación directa. La especie en la que se encontró mayor tasa de infección natural fue P. geniculatus (58,82 % n = 20); por el contrario T. dimidiata presentó el menor índice (8,82 % n = 3).
DISCUSIÓN
De la fauna de triatominos registrada en la vereda Jorro, R. pallescens, E. cuspidatus y T. dimidiata son nuevos registros para el municipio de Colosó, por lo que se amplía la distribución geográfica de las especies de triatominos en el departamento de Sucre. Además, el alto porcentaje de infección natural encontrado en los insectos es consistente con reportes de áreas rurales del Caribe colombiano como el Banco Magdalena, Isla Margarita-Bolívar y la región momposina donde las tasas superan el 70 % (Dib et al., 2009; Cantillo-Barraza et al., 2010; Vásquez et al., 2013).
Aunque todas las especies de triatominos son consideradas vectores potenciales de T. cruzi, diferencias en su capacidad vectorial hacen que algunas tengan mayor importancia en salud pública (Dujardin et al., 2002). El hallazgo de ninfas infectadas de T. dimidiata en una palma en cercanía al domicilio, es consistente con los hábitos arbóreos descritos para esta especie y así mismo representa un riesgo para la población rural por su reconocido papel como el segundo vector más eficiente de T. cruzi en Colombia, debido a la frecuencia con que habita y se adapta a las viviendas con altas tasas de infección natural (Guhl et al., 2007; Cantillo-Barraza et al., 2010; Quirós-Gómez et al., 2017). P. geniculatus se encuentra en proceso de domiciliación y ha sido implicada en casos agudos de la enfermedad por transmisión oral en Colombia y Venezuela (Reyes-Lugo, 2009; Rueda, 2014), en este estudio se resalta el éxito en la captura de esta especie en trampas en luz, así como la intrusión que mostraron insectos adultos con infección por el parásito en los ambientes domésticos; lo cual sugiere el desplazamiento de triatominos silvestres provenientes de los bordes del bosque atraídos por los hogares iluminados y aunque no se han establecido colonias en el domicilio, se ha registrado que la luz eléctrica aumenta el riesgo de invasión por estos vectores en aquellas zonas colindantes con la vegetación (Pacheco-Tucuch et al., 2012; Jácome-Pinilla et al., 2015; Erazo y Cordovez, 2016). De igual forma, la dispersión de los triatominos puede estar relacionada con el estado nutricional de los insectos durante la época seca, en la cual se reducen sus fuentes alimenticias silvestres y en consecuencia los triatominos adultos migran hacia ecotopos artificiales en búsqueda de nuevas alternativas de ingesta de sangre, lo que a su vez facilita el contacto con el hombre e implica un mayor riesgo de transmisión oral por contaminación fecal directamente en la piel o mucosas y en los alimentos (Noireau y Dujardin, 2001; Hernández et al., 2010; Vásquez et al., 2013; Reyes et al., 2017). Por su parte, R. pallescens y E. cuspidatus son especies silvestres incriminadas como vectores secundarios y con reportes ocasionales en las viviendas por sus hábitos sinantrópicos (Dib et al., 2009; Cantillo-Barraza et al., 2010; Vásquez et al., 2013).
CONCLUSIONES
Se actualizó la distribución de la fauna de triatominos en el departamento de Sucre y se informó la presencia de especies de importancia epidemiológica con altos índices de infección natural en el ambiente domiciliar y silvestre de la vereda Jorro, por lo que se requiere continuar con la realización de estudios que abarquen tanto a los vectores como a la población rural y posibles reservorios, con el fin de generar conocimiento que permita indicar si existe transmisión autóctona del parásito en la zona y poder diseñar e implementar medidas de prevención y vigilancia entomológica.