INTRODUCCIÓN
La Organización Internacional del Trabajo 1 reconoce al estrés laboral como riesgo emergente derivado de las nuevas condiciones de trabajo y empleo en el mundo, cuyos costes e implicaciones para las empresas y la salud mental de los trabajadores han incrementado. A nivel empresarial afecta la productividad, la permanencia en el puesto de trabajo, genera altos niveles de ausentismo y se ha multiplicado hasta en cinco veces el número de accidentes cuando se trabaja bajo presión 2. Entre los sectores más afectados se encuentran la salud y la educación 3.
El burnout (SBO) es consecuencia del estrés crónico por la imposibilidad de afrontar de manera favorable las exigencias de trabajo y se maniiesta como agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal en el trabajo 4,5. Tiene una alta incidencia en profesiones que implican la atención a personas, y en la docencia encuentra a una población altamente vulnerable 6,7.
En cuanto a las afectaciones a la salud mental por el trabajo, destacan la ansiedad, la depresión, trastonos en el dormir y cansancio crónico; todos reconocidos como coadyuvantes en el deterioro de la calidad de vida por el trabajo 1.
Por otra parte, la exposición a violencia y el acoso psicológico en el trabajo se relaciona con el deterioro de las relaciones sociales en la organización causadas por el trabajo precario, las demandas cuantitatvas, emocionales y mentales, y nuevas formas y tipos de contratación 1,2. Lo que ha convertido a la violencia psicológica en el trabajo en un verdadero problema de "orden público" 8.
En Colombia, al menos desde hace cinco años, los programas educativos de todos los niveles han incursionado por las transformaciones dictadas por organismos internacionales y gestionadas por el Ministerio de Educación Nacional, por la vía del proyecto Evaluación, certificación y acreditación 9.
De tal forma, los docentes que participaron en esta investigación han formado parte de ese proceso, tanto como generadores de los cambios y objeto de los mismos. Pues además de sus actividades cotidianas frente a grupo y dirigiendo prácticas hospitalarias, han tenido que colaborar para que sus programas educativos adquieran o refrenden su Registro Calificado con las cargas adicionales de trabajo que ello representa.
METODOLOGÍA
Estudio descriptivo, analítico y transversal a 68 docentes de pregrado. 45 médicos y (11 mujeres y 34 hombres) y 23 enfermeros (21 mujeres y 2 hombres) de una universidad colombiana para mostrar relación entre fuentes generadoras de estrés, burnout y repercusiones en salud mental con violencia y acoso psicológico laboral.
La muestra se eligió con una lista de números aleatorizados entre 137 docentes de medicina y 33 de enfermería. Se consideró prevalencia esperada para estrés laboral, SBO y alteraciones en la salud mental de 7 %, IC 95 % y margen de error 3 %.
Instrumentos:
Cuestionario de Datos Sociodemográficos (CDS), Cuestionario de Estrés Laboral OIT-OMS (CEL), predictor de fuentes generadoras de estrés a partir de la estructura y clima organizacional, tecnología, influencia del líder, territorio y cohesión del grupo de trabajo. El Maslach Burnout Inventory (MBI-HSS), mide la presencia o no del síndrome de desgaste por el trabajo a través de las escalas: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal en el trabajo. Cuestionario de Salud General Goldberg (CSG), valora estado de salud mental y determina como caso o no caso, vía presencia/ausencia de síntomas somáticos, ansiedad e insomnio, disfunción social y depresión grave y, por último, el Inventario de Violencia y Acoso Psicológico en el Trabajo (IVAPT), que identifica presencia/intensidad de violencia y presencia/ausencia y fuentes generadoras de acoso psicológico.
Para el análisis estadístico se codificaron los cuestionarios y se diseñó una base de datos en Excel © migrada al Statistical Package for the Social Sciences © (SPSS). Se presentaron los valores obtenidos en términos absolutos y relativos y se realizó análisis univariado y bivariado usando la prueba de X2 para variables paramétricas y la prueba exacta de Fisher para variables no paramétricas.
El fundamento ético correspondió a lo dispuesto en la Resolución 8430/1993 10 emitida por el Ministerio de la Protección Social, capítulo 1, relativo a los aspectos éticos en la investigación en seres humanos, artículos 5, 6, 8, 11 y 14. Se explicó el objetivo de la investigación, en qué consistiría la participación, confidencialidad y nivel de riesgo que conllevaba el colaborar. A quienes aceptaron se les leyó una carta de consentimiento informado y se reiteró sobre su derecho a desistir de continuar en cuanto ellos lo determinaran.
RESULTADOS
Para fuentes generadoras de estrés se registraron valores con significancia estadística por programa para territorio organizacional (p=0.007), influencia del líder (p=0.008), falta de cohesión (p=0.03) y respaldo del grupo (p=0.038) (tabla 1).
El nivel de estrés prevaleció bajo, con 91.2 %, y prevalencia total de 8.8 %. La mayor se registró en enfermería (17.4 %) y para medicina fue (4.4 %). Las diferencias no fueron estadísticamente significativas (p=0.062).
Con respecto al burnout, destacaron los niveles moderado (63.2 %) y severo (11.8 %). Sin embargo, los resultados no manifestaron consistencia para diagnosticar presencia del síndrome. Por programa académico, ambos registraron nivel medio, enfermería (62.2 %) y medicina (62.5 %) con valor p=0.542. Por dimensiones, en ninguna se obtuvieron datos significativos. En las tres dimensiones predominaron los niveles bajos; agotamiento emocional 100 %, despersonalización 82.4 % y falta de realización en el trabajo 14.7 % (tabla 2).
Con respecto a la percepción del estado de salud mental, el 10.2 % calificó como posible "caso". Por programa académico, la prevalencia alteraciones potenciales para enfermería fue 21.7 %; y medicina 4.4 %. Las diferencias fueron estadísticamente significantes, con una probabilidad exacta de Fisher= 0.04. Por sintomatología específica, alteraciones de la conducta registró 73.5 % del total. Contrastó con la prevalencia para angustia y depresión, con 2.9 %. Por programa, destacó relaciones interpersonales, con 63.6% para enfermería y 36.4 % para medicina. La diferencia fue estadísticamente significativa (p=0.022). Igualmente, trastornos del sueño, 58.8 % en enfermería y 41.2 % en medicina. Se registró una diferencia con nivel de significancia (p=0.012) (tabla 3).
Respecto a presencia de violencia predominó nivel alto, 42.6 %. Por programa, enfermería registró un acumulado para nivel alto y medio de 91.3 % (60.9 y 30.4), para medicina 75.5 % (33.3 y 42.2). No se apreciaron diferencias estadísticamente significantes (p=0.073). En intensidad de violencia prevaleció nivel bajo; 72.1 %, al unificar niveles medio y alto, enfermería reportó 21.7 % (17.4 y 4.3), mientras que medicina 2.2 % (2.2 y 0). Las diferencias fueron estadísticamente significantes (p=0.033). En presencia de acoso, predominio nivel medio, 70.6 % para ambos programas. Enfermería 67.6 % y medicina 2.9 %. Diferencias estadísticamente significantes (p=0.041).
En el análisis bivariado se presentó significancia estadística para intensidad de violencia con presencia/ausencia de estrés (p=0.000) y presencia de acoso con presencia/ausencia de estrés (p=0.000). Asimismo, enfermería alcanzó valor p=0.000 para presencia de acoso con presencia/ ausencia de estrés (tabla 4).
Para la relación entre nivel de acoso y burnout no hubo significancia estadística. Caso contrario para intensidad de violencia, presencia de acoso y alteraciones en la salud mental. En ambos programas se registró una tendencia lineal entre intensidad de violencia y alteraciones en salud mental (p=0.005) y entre presencia de acoso y alteraciones en la salud mental (p=0.002). Asimismo, se identificó una tendencia lineal entre presencia de acoso y alteraciones en la salud mental para el programa de enfermería (p=0.000) (tabla 5).
Para la relación entre la presencia de acoso y alteraciones en la salud mental, a mayor nivel de acoso se manifestaron alteraciones. Destacaron sintomatología somática (p=0.002), trastornos del sueño (p=0.01) y alteración en relaciones interpersonales (p=0.004) (tabla 6).
Para alteración en salud mental, en enfermería 21.7 % y en medicina 4.4 %. Las diferencias fueron estadísticamente significantes (p=0.026). Al estratificar por género, la prevalencia de alteraciones en la salud mental para género femenino, en enfermería fue de 19.0 % y en medicina 0 %, pero las diferencias observadas no fueron estadísticamente significantes (p=0.122). Con respecto al género masculino, la prevalencia en enfermería fue 50 % y en medicina (5.9 %), con valor p=0.028.
DISCUSIÓN
Se encontraron pocos estudios en los que se utilizara el CEL, y en docentes universitarios. Destaca el realizado a personal administrativo de una universidad colombiana, donde respaldo del grupo, influencia del líder y terriorio organizacional fueron las fuentes de estrés más mencionadas, con 30, 28 y 20 %, respectivamente 11. Asimismo, la prevalencia para fuentes de estrés es poco contrastable con resultados de otros estudios. A pesar de ello, esta rebasa lo esperado (7 %); más aún si se considera la alcanzada por el grupo de enfermería (17.4 %).
Para prevalencia de burnout no se encontró estudio similar en Colombia y Latinoamérica. Los resultados de estudios con los que se comparan nuestros hallazgos son muy diversos entre sí; la constante es la utilización del mismo instrumento para evaluar el burnout. Por ejemplo, en personal docente del área de enfermería se encontró una prevalencia de 94.7 % 12. Otro estudio reporta 82 % para nivel moderado y 12 % nivel alto en docentes médicos con contrato por hora cátedra 13. En otros se encontró prevalencia de 17.6 % en 227 médicos 14; 21 % en 145 docentes venezolanos 15 y 2.6 % en personal médico y enfermería en México 16. Nosotros encontramos 11.8 % para nivel alto, aunque si se considera el nivel moderado, la prevalencia se incrementa a 74 %. En cuanto a las dimensiones del burnout, en nuestro estudio la falta de realización personal en el trabajo registró 14.7 %, muy por encima del 7.2 % en médicos colombianos y el 8.6 % en profesores en República Dominicana 14,17.
Para presencia de violencia y acoso, utilizando el IVAPT y en población colombiana, encontramos valores muy similares para presencia de violencia nivel alto, 42.6 y 45.4 %. Para intensidad de violencia alta, 1.5 y 0.6 %. Sin embargo, para acoso psicológico alto hay una diferencia considerable de 10.3 por 2.8 % 18. Otro estudio realizado en 187 docentes universitarios del Ecuador reporta 87.2 % para presencia de violencia, 0.5 % para intensidad de violencia alta y presencia de acoso psicológico alto 1.1 % 19, lo que evidencia una disparidad entre los resultados obtenidos en los estudios.
Desde el punto de vista teórico, podemos afirmar la correspondencia de nuestros resultados con lo planteado por Fernández y Llorens 20, para quienes la organización del trabajo y su expresión en condiciones psicosociales negativas están íntimamente relacionadas con la presencia de violencia psicológica en la modalidad de acoso. Y con lo señalado por la OIT 1 sobre el reconocimiento en las relaciones de trabajo como posibles factores generadores de estrés y consecuencias desfavorables para la salud mental. Asimismo, sostenemos que la influencia del líder puede afectar tanto las relaciones interpersonales y la cohesión de grupo21.
CONCLUSIONES
En términos generales, las condiciones y exigencias psicosociales generadas por el proceso de obtención/conservación del Registro Calificado se adicionaron a las actividades cotidianas frente a grupo y dirección de prácticas hospitalarias de los docentes de medicina y enfermería, lo que se manifestó en demandas de trabajo extra, escaso control del trabajo, conflicto en las relaciones sociales y precario reconocimiento por el trabajo realizado.
El objetivo de conocer la relación entre estrés laboral, síndrome de burnout y afectaciones en la salud mental con violencia y acoso psicológico en el trabajo consideramos que fue parcialmente cubierto.
Si se considera a la totalidad de los docentes, la relación entre intensidad de violencia y presencia de estrés organizacional y la relación entre presencia de acoso y estrés organizacional indica que, ante la presencia de estrés organizacional, se incrementaría la intensidad de violencia y la presencia de acoso psicológico. Sin embargo, si se desagregan los datos en grupos, la tendencia solo aparece en la relación entre presencia de acoso y estrés organizacional para el grupo de docentes de enfermería.
De igual manera, para la totalidad de docentes, la relación entre intensidad de violencia y alteraciones en la salud mental y presencia de acoso y alteraciones en la salud mental es indicativo de que, ante la presencia de alteraciones en la salud mental, se incrementaría la presencia e intensidad de violencia y presencia de acoso psicológico. Si se desagregan los datos por grupos de docentes, la tendencia persiste solo para el programa de enfermería y en la relación entre presencia de acoso y alteraciones en la salud mental.
De tal forma, los docentes de enfermería enfrentan un entorno organizacional más empobrecido que se manifiesta en incomodidad en el trabajo con otros, y una gestión del liderazgo poco favorable que se manifiesta a través de disarmonía en las relaciones interpersonales, escasa realización personal por el trabajo y la presencia y/o exposición a situaciones y comportamientos de violencia y acoso psicológico.
Las limitaciones fueron el tamaño de la muestra que, aunque representativa para la población de la institución investigada, se estudió un grupo pequeño de docentes. Asimismo, la composición muestral por género hace a los resultados susceptibles de sesgo, debido a que no se alcanzó un equilibrio proporcional entre hombres y mujeres. Por otra parte, tampoco fue posible identificar en los sujetos de estudio la preexistencia de alguna alteración a su salud mental, sea de origen orgánico o extralaboral.
El valor de estudios como el que se muestra estriba, en primera instancia, en la pertinencia de alinear la investigación en salud ocupacional con lo dispuesto por el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, particularmente en lo que se establece en la Resolución 2646/2008 relativo a las condiciones psicosociales y el estrés 22, la Ley 1010/2010 sobre el acoso psicológico en el trabajo 23 y el Ministerio del Trabajo con respecto a la "prevención y erradicación de todas las formas de discriminación" 24. Por otra parte, incrementar el conocimiento de la temática y propender a evitar o disminuir la presencia y exposición a situaciones poco favorables para el bienestar y salud de los trabajadores.
En conjunto con la presentación de más evidencias empíricas sobre el impacto del estrés y la violencia y acoso psicológico en la salud de los trabajadores, se sugiere la creación y operación de sistemas integrales de gestión de las condiciones psicosociales negativas para la salud mental, pues aunque en Colombia existe todo un basamento legal sobre el particular, aún prevalece la desinformación o interpretación inapropiada de las disposiciones normativas.