INTRODUCCIÓN
El consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo en la incidencia de diversas enfermedades crónicas no transmisibles, siendo la prevalencia del tabaquismo relacionada directamente con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de más de 20 tipos y subtipos de cáncer y otras enfermedades sistémicas 1,2. Es así como el tabaquismo es considerado una epidemia mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que mueren 8 millones personas al año, de las cuales 7 millones consumen tabaco de forma directa y alrededor de 1.3 millones son fumadores expuestos al humo de tabaco 3,4.
En Colombia, el tabaquismo es responsable del 15,9 % de las enfermedades que se producen en el país cada año, lo cual representa 26 460 muertes por año que podrían ser evitadas, lo cual genera una inversión del sistema de salud de 4.7 billones de pesos anualmente. Se estima que cada año se pierde en promedio 674 262 años de vida por muerte prematura o discapacidad 5. De igual manera, el departamento de Boyacá presenta una de las mayores prevalencias (8.09 %), ocupando el segundo lugar en consumo de tabaco en población de 12 a 65 años, siendo los hombres los mayores consumidores con un 42.3 % 6.
El tabaquismo es considerado una enfermedad crónica sistemática, la cual hace parte del grupo de las adicciones y es clasificada como un trastorno mental con criterios diagnósticos afines por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV) y en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la OMS 7,8; es por ello que se hace necesario caracterizar e individualizar a cada paciente, conocer el historial de tabaquismo y objetivar la dependencia física a la nicotina evaluada a través del test de Fagerström 9,10; puesto que los estudiantes tienden a consumir tabaco para sentirse relajados y aceptados en el ámbito social; de igual manera, factores como la ansiedad y depresión desencadenan aumento del consumo 11,12; del mismo modo, es fundamental concientizar al fumador en relación con los efectos negativos del tabaco y/o beneficios que trae en calidad de vida al dejarlo; por tanto, para evaluar la motivación a la cesación del consumo de tabaco se empleó el test de Richmond, el cual presentó relación con la abstinencia a corto o largo plazo 13,14.
En este sentido, una de las pruebas complementarias más específicas es la medición de la cantidad de monóxido de carbono (CO) en el aire espirado o en sangre arterial; así mismo, se puede monitorizar de manera continua no invasiva a través de un cooxímetro de pulso para obtener el porcentaje de saturación de CO (SpCO), ya que la elevación de este se relaciona con el grado de exposición al humo del tabaco 15 y dependencia a la nicotina 16; de igual manera, puede ser un factor motivador para el fumador comprobar el descenso de la concentración de SpCO después de abandonar el consumo 17, o modificar los tratamientos de las personas expuestas al humo del tabaco 10,13. Al respecto, es imprescindible abordar a las personas expuestas y a los fumadores, para establecer un diagnóstico con mayor precisión en cuanto al grado de tabaquismo y concientizar del riesgo a las personas que se exponen ante el desarrollo de posibles enfermedades crónicas 18.
Teniendo en cuenta la problemática social y de salud pública que genera el tabaquismo en el contexto regional, nacional y global, esta investigación tuvo como objetivo determinar el grado dependencia al tabaquismo y la motivación a la cesación del consumo de tabaco en estudiantes fumadores de una institución universitaria en la ciudad de Tunja.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio transversal analítico con fase correlacional, en el que se analizaron variables como sexo, edad, tiempo de consumo, grado de tabaquismo, clasificación del fumador, grado de adicción, grado de motivación para cesación de tabaco y medición del porcentaje de monóxido de carbono en los estudiantes de pregrado de una institución de educación superior. La población de referencia correspondió a 102 estudiantes fumadores de la institución. Respecto al cálculo de la muestra, se empleó el programa Epidat, con un nivel de confianza de 95 %, un margen de error de 5 % y una proporción esperada del 17 % 19, lo cual arrojó una muestra de 79 participantes. Se estableció un muestreo probabilístico por conglomerados con la participación de 14 programas. Para la selección de la muestra se empleó el muestreo aleatorizado a través de una base de datos en el programa Excel. De acuerdo con los criterios de inclusión, se tuvo en cuenta que fueran estudiantes fumadores de pregrado y que aceptaran participar en el estudio. Se excluyeron estudiantes con diagnóstico de discapacidad cognitiva.
Se empleó el cuestionario Fagerström, instrumento validado en estudiantes de pregrado (alfa de Cronbach 0.64) para determinar el grado de adicción a la nicotina 20, y el test de Richmond, igualmente validado (alfa de Cronbach 0.80) para evaluar el grado de motivación para dejar de fumar en adultos jóvenes 21. En este sentido, se dio a conocer a los estudiantes el objetivo de la investigación, se socializaron los cuestionarios que se iban a emplear y el procedimiento para la toma de SpCO. Los participantes accedieron a las pruebas por medio de la aceptación del diligenciamiento y la firma del consentimiento informado o asentimiento de acuerdo con lo establecido en las consideraciones éticas y aprobado por el Comité de Bioética institucional. La información fue recolectada en una base de datos en el programa Excel diseñada para tal fin.
Los valores de SpCO se obtuvieron a través del cooxímetro de pulso marca Massimo Radical 7; el puntaje del test de Fagerström se clasificó de la siguiente manera, teniendo en cuenta la dependencia a la nicotina: 0 a 3 leve (poco dependiente), 4 a 6 moderado (dependencia media) y 7 a 10 severo (alta dependencia). El test de Richmond se clasificó de 0 a 3 como baja motivación, de 4 a 5 dudosa motivación, de 6 a 7 moderada y de 8 a 10 alta motivación para dejar de fumar.
Se realizó análisis univariado, expresando las variables categóricas en frecuencias, porcentajes e IC 95 % y las cuantitativas a través de medidas de tendencia central acompañados de dispersión; de la misma manera, se estableció la normalidad de las variables a través de la prueba de Kolmogorov - Smirnov y se realizó análisis bivariado a través del método de Wilcoxon, todo ello mediante el paquete estadístico SPSS* versión 22®.
RESULTADOS
Inicialmente se caracterizó la población de acuerdo con las variables demográficas edad y sexo. De acuerdo con la primera, las edades de la población de fumadores encuestada osciló entre 16 años a 29 años, con un promedio de 21 años (DE=3.0); la mayoría de los participantes fueron del sexo masculino (86 %), seguido del femenino (14 %), con un consumo de cigarrillo promedio de 4.2 años (DE=2.7).
El tiempo mínimo de consumo de cigarrillo fue de 1 año y máximo 14 años; el 82.3 % [IC95%: 73.4 - 91.1] de los estudiantes fumaba menos de 10 cigarrillos al día, seguido del 16.5 % [IC95%: 7.6 -25.3], que fumaba de 11 a 20 cigarrillos al día.
La mayor parte de la población presentó un grado de tabaquismo leve en un 89 % [IC95%: 81.0 -94.9], quienes se caracterizaron por fumar 5 paquetes de cigarrillo al año o menos, seguido de los estudiantes que presentaron un grado de tabaquismo moderado en un 11 % [IC95%: 5.1-19.0], es decir, que fumaron más de 5 pero menos de 15 paquetes de cigarrillo al año; finalmente cabe mencionar que ninguno de los encuestados reportó un grado de tabaquismo severo.
En cuanto a la clasificación de los fumadores de acuerdo con el consumo diario de cigarrillo, se evidenció que la mayoría se clasificaron como fumadores moderados en un 82 % [IC95%: 73.4 -89.9], es decir, con un consumo de cigarrillo promedio de 6 a 15 cigarrillos diarios; seguido de los fumadores severos en un 13 % [IC95%: 6.3 - 20.3], los cuales fumaron en promedio más de 16 cigarrillos diarios.
Al determinar la adicción física a la nicotina a través del test de Fagerström, se determinó que para el 81 % [IC95%: 72.2- 83.6] de la población el tiempo que transcurre entre levantarse y fumarse el primer cigarrillo es más de 60 minutos; al 79.7 % [IC : 70.9 - 87.3] le es difícil no fumar en lugares prohibidos; para el 71.9 % [IC95%: 60.8- 81] el cigarrillo que más les desagrada dejar de fumar es cualquiera del día. La mayoría de los estudiantes, 82.3 % [IC95%: 73.4 - 91.1] fuma menos de 10 cigarrillos al día; el 87.3 % de los participantes [IC95%: 74.7- 91.1] no fuma con frecuencia durante las primeras horas después de levantarse, y finalmente, el 83.5 % [IC95%: 74.7- 91.1] no fuma cuando se encuentra enfermo (tabla 1).
Variable | n | % | Intervalo de confianza 95% | |
---|---|---|---|---|
Tiempo que transcurre entre levantarse y fumarse el primer cigarrillo | INF | SUP | ||
Hasta 5 minutos | 2 | 2.5 | 1.0 | 6.3 |
De 6 a 30 minutos | 3 | 3.8 | 1.0 | 8.9 |
De 31 a 60 minutos | 10 | 12.7 | 6.3 | 20.3 |
Más de 60 minutos | 64 | 81.0 | 72.2 | 83.6 |
Encuentra fácil no fumar en lugares prohibidos | ||||
Si | 16 | 20.3 | 12.7 | 29.1 |
No | 63 | 79.7 | 70.9 | 87.3 |
Qué cigarrillo le desagrada más dejar de fumar | ||||
El primero de la mañana | 23 | 28.1 | 19.0 | 39,2 |
Cualquier otro | 56 | 71.9 | 60.8 | 81 |
Cuántos cigarrillos fuma al día | ||||
Menos de 10 cigarrillos | 65 | 82.3 | 73.4 | 91.1 |
Entre 11 y 20 cigarrillos | 13 | 16.5 | 7.6 | 25.3 |
Entre 21 y 30 cigarrillos | 1 | 1.2 | 1 | 3.8 |
Fuma con más frecuencia durante las primeras horas después de levantarse | ||||
Sí | 10 | 12.7 | 8.9 | 25.3 |
No | 69 | 87.3 | 74.7 | 91.1 |
Fuma aunque este tan enfermo que tenga que guardar cama la mayor parte del día | ||||
Sí | 13 | 16.5 | 8.9 | 25.3 |
No | 66 | 83.5 | 74.7 | 91.1 |
Fuente: elaboración de las autoras.
Teniendo en cuenta la puntuación del test de Fagerström, la mayoría de los estudiantes evaluados son poco dependientes a la nicotina, correspondiente a un 94 % [IC95%: 87.3 - 98.7].
Al indagar sobre a la motivación para el abandono del consumo del cigarrillo en los estudiantes, se demostró que al 86.1 % [IC95%: 77.2 - 93.7] de ellos le gustaría dejar de fumar si pudiera hacerlo fácilmente; sin embargo, no demuestran gran interés por hacerlo a corto plazo, puesto que menos de la mitad, es decir, el 34 % [IC95%: 25.3 - 44.3], presenta interés real para dejar de fumar; solo el 28 % [IC95%: 19.0 - 38.0] sí intentará dejarlo en las próximas dos semanas y de la misma manera el 26.6 % [IC95%: 17.7- 36.7] cree que dentro de 6 meses habrá dejado de fumar (tabla 2.).
Variable | n | % | Intervalo de confianza 95% | |
---|---|---|---|---|
Le gustaría dejar de fumar si pudiera hacerlo fácilmente | INF | SUP | ||
Sí | 68 | 86.1 | 77.2 | 93.7 |
No | 11 | 13.9 | 6.3 | 22.8 |
Cuánto interés tiene en dejar de fumar | ||||
Mucho | 27 | 34.2 | 25.3 | 44.3 |
Bastante | 16 | 20.3 | 11.4 | 29.1 |
Algo | 32 | 40.5 | 30.4 | 50.6 |
Nada | 4 | 5.0 | 1.3 | 10.1 |
Intentará dejar de fumar en las próximas dos semanas | ||||
Sí | 22 | 27.8 | 19.0 | 38.0 |
Probablemente | 33 | 41.8 | 31.6 | 53.2 |
Dudoso | 19 | 24.1 | 15.2 | 34.2 |
No | 5 | 6.3 | 1.3 | 11.4 |
Cree que dentro de 6 meses no fumará | ||||
Sí | 21 | 26.6 | 17.7 | 36.7 |
Probablemente | 27 | 34.2 | 24.1 | 44.3 |
Dudoso | 22 | 27.8 | 19.0 | 38.0 |
No | 9 | 11.4 | 5.1 | 19.0 |
Fuente: elaboración de las autoras.
Respecto al grado de motivación para dejar de fumar a través del test de Richmond de acuerdo con la puntuación obtenida, se evidenció que la mayoría de los fumadores presentó moderada motivación: 34.18 % [IC95%: 24.1 - 44.3]; seguido de alta motivación para dejar de fumar: 32.9% [IC95%: 24.1- 43.0]; por último, el 24 % [IC95%: 15.2 - 34.2] presentó dudas respecto dejar o no de fumar.
Al establecer el SpCO en la población objeto de estudio, ésta reportó una saturación promedio de 6 % (DE=2.2). En cuanto a la relación respecto al grado de tabaquismo con el SpCO en los participantes, se pudo establecer que los fumadores con grado de tabaquismo leve reportaron un SpCO promedio de 5.91 % (DE=2.2), con una mediana de 6 % (percentil 25-75 4 - 8); por otro lado, los fumadores con grado de tabaquismo moderado reportaron un SpCO promedio de 8.1 % (DE=2.02), con una mediana de 8 % (percentil 25-75 7 - 10), ubicándose en su mayoría en el percentil 75 (figura 1).
Con la finalidad de determinar la relación entre SpCO y el grado de tabaquismo, se estableció la normalidad de las variables, y se evidenció que ninguna de las cantidades muestrales analizadas tenía distribución normal; por tanto, para determinar la existencia de la relación entre estas se empleó el método de Wilcoxon, que reportó relación con el porcentaje de saturación de monóxido de carbono y con el grado de tabaquismo (Z= -7.741, P=0.00).
Al relacionar la clasificación de los fumadores con el porcentaje de SpCO, se evidencia que los fumadores con clasificación leve reportaron un SpCO promedio de 6.2 % (DE=1.8), con una mediana de 5.5 % (percentil 25-75 5 - 7.5), quienes se ubican en su mayoría en el percentil 75; respecto a los fumadores moderados reportaron un SpCO promedio de 5.8 % (DE=2.2) y una mediana de 6.0% (percentil 25-75 4 - 7), con mayor distribución en el percentil 25; finalmente, en cuanto a los fumadores severos se evidenció un SpCO de 8.3 % (DE=1.6), con una mediana de 8.0 % (percentil 25-75 7 - 10) presentando una mayor distribución en el percentil 75 (figura 2).
De modo similar que el punto anterior, se evidencia que estas dos variables no se distribuyen de manera normal; por tanto, al realizar la prueba de Wilcoxon, reporta que existe relación entre el porcentaje de saturación de monóxido de carbono y la clasificación del fumador, es decir, que el porcentaje de SpCO depende o se relaciona con la clasificación del fumador, lo cual evidencia que entre más cigarrillos al día fumen más incrementa el porcentaje de SpCO presentan los fumadores (Z= -7.645, P=0.00).
DISCUSIÓN
En este estudio se evidenció una relación significativa entre el SpCO y el grado de tabaquismo leve. Se clasificó en mayor proporción a los fumadores como moderados y por moderada motivación para dejar el cigarrillo en la mayoría de ellos. Estos resultados son trascendentales al momento de iniciar un abordaje terapéutico y de deshabituación tabáquica 22, teniendo en cuenta la alta prevalencia de tabaquismo como principal causa de muerte evitable en el mundo 23.
La proporción de fumadores se caracterizó por tener mayor representación del sexo masculino en un 86 % y menor que el femenino en un 14 %; mientras que Morales y colaboradores realizaron un estudio con 305 estudiantes de medicina en Chile y encontraron una proporción casi homogénea en hombres (35.8 %) y mujeres (30 %), presentando el sexo femenino un menor consumo de tabaco 24; no obstante, el estudio de Castro-Sánchez y colaboradores reportó que el consumo de tabaco hace una década no se produce de igual manera en los mismos sexos. Según el proyecto ESPAD, las mujeres fuman actualmente más que los hombres en países desarrollados, debido a las políticas de igualdad en ambos sexos 25; situación que coincide con lo hallado por Barra y colaboradores, en su estudio no se reporta diferencia significativa del consumo de tabaco entre hombres y mujeres 26.
De acuerdo con el consumo de cigarrillos de los estudiantes, en este estudio se evidenció que el promedio de años fumados fue de 4.2, clasificándose en su mayoría como fumadores moderados en un 82 %, existiendo asociación con la SpCO con un promedio de 6 % en relación con un grado de tabaquismo leve, al respecto Brito y colaboradores presentan en su estudio una correlación lineal significativa 0.82 (p< 0,01) entre el número de cigarrillos consumidos y el nivel de CO-Hb en fumadores activos 18; de igual manera, Parodi y colaboradores evidenciaron que la asociación entre el CO espirado y el puntaje del test de Fagerström es significativa, por lo cual afirman que existe una asociación entre un método biológico y un método clínico de medición de dependencia a la nicotina 16; sin embargo, en un estudio de 51 casos, Buchelli y colaboradores encontraron valores similares al presente estudio reportando CO-Hb de 2,8 % en personas no fumadores y de 6.4 % en fumadores 27.
Teniendo en cuenta la puntuación obtenida en el test de Fagerström, casi la totalidad de los estudiantes fumadores evaluados es poco dependiente de la nicotina (94 %). Por otro lado, Parda-villa- Belio y colaboradores refieren una asociación estadísticamente significativa en variables relacionadas con alta dependencia a la nicotina con probabilidades más bajas para dejar de fumar (OR=0.69) 28.
En este estudio, la mayoría de estudiantes fumadores presentó una moderada motivación (34 %) para dejar de fumar, evaluada a través del test de Richmond; al 86.1 % de los estudiantes le gustaría dejar de fumar si pudiera hacerlo fácilmente; sin embargo, no demuestran gran interés por hacerlo a corto plazo, puesto que menos de la mitad, es decir, el 34 %, presenta interés real para dejar de fumar. Por otro lado, Granda-Orive y colaboradores no encontraron asociación entre el grado de dependencia física evaluado a través del test de Fagerström y la motivación para dejar de fumar medido por el test de Richmond, puesto que a mayor dependencia de la nicotina, menor era la motivación para dejar de fumar 29.
En este estudio se consideran como limitaciones el tamaño de la muestra, debido a que fue relativamente pequeño para el contexto; sin embargo, los resultados coinciden con resultados de estudios más grandes realizados en estudiantes de pregrado de instituciones de educación superior a nivel global; así mismo, se incentiva a realizar campañas y proyectos de intervención antitabáquica en el contexto regional.
CONCLUSIONES
El consumo de tabaco inicia desde la adolescencia; se presenta un grado de tabaquismo leve en la mayoría de los estudiantes relacionado con la clasificación de los fumadores como moderados, presentando poca dependencia a la nicotina con una relación directamente proporcional con la SpCO, es decir, entre más cigarrillos fume al día, más alteración presenta en el reporte de SpCO.
Ahora bien, se observa en la muestra estudiada que la mayoría de los estudiantes presenta alto interés en dejar de fumar, si lo pudiese hacer fácilmente; sin embargo, menos de la mitad de los estudiantes manifiesta un interés real en dejar de fumar, presentando ausencia en la relación con la poca dependencia a la nicotina. Las instituciones de educación superior deben establecer políticas que mitiguen los factores que incentiven el consumo de sustancias psicoactivas, entre ellas el tabaco a temprana edad.
Los resultados de esta investigación ponen de manifiesto la necesidad de seguir indagando por el consumo de sustancias nocivas en estudiantes, puesto que representa una elevada prevalencia a nivel mundial y es relacionado con enfermedades crónicas a más temprana edad. Si bien los test presentados no son los únicos para el abordaje diagnóstico del tabaquismo, son instrumentos útiles y básicos para una intervención inicial. La SpCO es ampliamente utilizada para el diagnóstico del tabaquismo, debido a que permite un mayor conocimiento en cuanto al grado de tabaquismo y, a su vez, ayuda al fumador en el proceso de sensibilización y abandono del tabaquismo.
Se recomienda realizar campañas de prevención e intervenciones exitosas en una mayor población de estudiantes de pregrado tanto de instituciones de educación básica, media y superior, así como en la comunidad local; de igual manera, se debe hacer seguimiento de la población de acuerdo con el tipo de tratamiento para mantener el control de la abstinencia y evitar las recaídas en los fumadores.