INTRODUCCIÓN
Alrededor de 275 millones de personas consumieron sustancias psicoactivas en todo el mundo en 2021 y más de 36 millones de personas sufrieron trastornos por su consumo 1; en Colombia, el 10,3 % de la población declaró haber usado alguna sustancia ilícita al menos una vez en la vida, con diferencias significativas entre hombres (14,5 %) y mujeres (6,3 %) 2. Uno de los contextos en los cuales se hace uso de sustancias psicoactivas (SPA) es en el ejercicio del trabajo sexual, el cual está influenciado por una serie de estrategias, tanto personales como sociales, que influyen en las vidas íntimas y en las prácticas de sexo transaccional 3. El consumo de SPA se asocia a factores de riesgo individual referidos a baja tolerancia a la frustración, conductas agresivas, baja autoestima, entre otros; a factores familiares como la violencia intrafamiliar; a factores de riesgo social como el bajo apoyo de redes sociales, la disponibilidad de las sustancias psicoactivas, el uso de sustancias psicoactivas por parte de pares, violencias en el entorno social, además de otros 4; estos factores determinan las estrategias de consumo de SPA por parte de los trabajadores sexuales. Sin embargo, se ha evidenciado que lo trabajadores sexuales generalmente inician el uso de sustancias a petición del cliente, pero en el trascurso del desempeño de su actividad económica se va insertando el consumo en su estilo de vida 5. Aunque esto no se debe generalizar, ya que las trayectorias de consumo de SPA en el ejercicio del sexo transaccional son muy variadas y difieren significativamente entre hombres cisgénero, mujeres cisgénero y mujeres transgénero, debido, entre otros aspectos, al contexto social y sexual, así como a aspectos personales de los individuos que prestan servicios sexuales 3,5.
Adicionalmente, el consumo de SPA está relacionado con una mayor vulnerabilidad social y conductas de riesgo 6; en algunos casos el consumo se genera por la demanda del cliente, así como por elementos relacionados con el trabajo sexual, como las largas jornadas laborales, para mantener la respuesta sexual durante más tiempo o para hacer frente a situaciones personales, entre otros aspectos 6.
En este sentido, se debe tener en cuenta que de manera general las investigaciones sobre trabajo sexual se han centrado en la prevalencia del VIH o el consumo de sustancias psicoactivas, en algunos casos concluyendo que este consumo puede ser una consecuencia del trabajo sexual, de tal manera que se instrumentaliza su uso para mitigar los efectos psicosociales del ejercicio del sexo transaccional 7, y de otro lado, se ha establecido que el trabajo sexual es un medio de obtención de recursos para poder consumir SPA 8. Sin embargo, se han dejado de lado otros aspectos de la vida personal y del sexo transaccional que determinan el uso de sustancias psicoactivas, que pueden ayudar a establecer acciones más eficaces y adaptadas a la realidad y al contexto social y sexual de los trabajadores sexuales con un enfoque diferencial para la prevención del VIH y de otras infecciones de transmisión sexual 9.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó una investigación cualitativa que permitió comprender el sentido y significado que los actores sociales asignan a los eventos en sus contextos cotidianos 10,11. El trabajo de campo fue realizado en las regiones del Eje Cafetero, Antioquia y Bogotá, D.C, las cuales fueron seleccionadas debido al número de migrantes venezolanos; así, en Bogotá residían para el 31 de agosto de 2021, 393 716 migrantes, en Antioquia 264 148, en Risaralda habitan 27 931, mientras que en Caldas y Quindío residían 12 730 y 10 690 migrantes respectivamente 12.
Para la recolección de la información se utilizaron entrevistas semiestructuradas, las cuales abordaban aspectos referidos al contexto migratorio de los participantes, las violencias basadas en género, consumo de SPA, el VIH/sida, las infecciones de transmisión sexual (ITS), el trabajo sexual y el estigma, la discriminación y la xenofobia. La información fue grabada en audio para ser transcrita y luego sistematizada con la ayuda de una matriz de análisis de categorías. Se utilizó el análisis de contenido, que permitió la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como la expresan con sus propias palabras 13.
Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de Uniminuto y el Comité de Ética de OPS (PAHOERC Ref. n°. PAHOERC.0180.01).
RESULTADOS
Caracterización sociodemográfica de los y las trabajadoras sexuales inmigrantes venezolanas en Colombia
* El salario mínimo legal vigente (SMLV) en Colombia para 2021 es de 908 526 pesos al mes, lo que representaría unos 229,45 dólares mensuales.
Fuente: elaboración propia a partir de los resultados obtenidos.
En cuanto al consumo de SPA, los participantes informaron utilizar mayoritariamente marihuana, cocaína, popper y alcohol; por identidades de género, los hombres cisgénero y mujeres transgénero manifiestan utilizar generalmente cocaína, marihuana y popper, mientras que las mujeres cisgénero reportan un mayor consumo de alcohol y marihuana.
Uso de SPA como estrategia de afrontamiento ante el estrés, la ansiedad y la depresión
Se pudo identificar que el uso de SPA funciona como una estrategia de afrontamiento que permite en algunos casos soportar el estrés y el rechazo que les supone el sexo transaccional a los participantes.
No puedo estar en mis cabales y estar con personas diferentes, personas que a mí no me gustan, estar solo por el dinero, por eso consumo cuando presto servicios sexuales. (E24, hombre cisgénero, 29 años).
Uso de SPA como estrategia para aumentar el rendimiento laboral
El trabajo sexual tiene altas demandas personales, tanto físicas como psicológicas, para aquellos individuos que se dedican a este, siendo el uso de SPA una estrategia para mejorar su rendimiento durante el ejercicio de esta actividad.
Huelo cocaína porque tengo que amanecer trabajando, me mantiene un poquito más activa, pero no me vuelvo loca. Lo uso simplemente para mantenerme despierta, no es que me guste tampoco usarla. (E49, mujer transgénero,24 años).
Uso compartido de SPA como estrategia comercial
En algunas ocasiones, durante el sexo transaccional se realiza un uso compartido de SPA con los clientes, situación que sirve para aumentar los ingresos económicos de los y las trabajadoras sexuales.
General en el trabajo tenemos que estar activas, sí consumimos, porque si no consumimos cocaína que muchos clientes les gusta, pues hasta te paran porque tú no consumes. (E32, mujer cisgénero, 22 años).
Uso lúdico y recreativo de SPA como estrategia personal
Las sustancias psicoactivas son utilizadas de forma lúdica o recreativa por parte de los y las trabajadoras sexuales, sin que esto tuviera una vinculación directa con el sexo transaccional.
La probé en cuarentena, cuando estábamos encerrados. Las deudas, y más uno que no es de acá y todo. Empecé a fumar marihuana para dormir y relajarme. (E9, hombre cisgénero, 42 años).
DISCUSIÓN
La edad promedio de los participantes es de 27 años, sin embargo, por identidad de género, los hombres cisgénero, y las mujeres transgénero tienen edades menores, con un promedio de 26 años, frente a las mujeres cisgénero, con una edad promedio de 29 años. Esto coincide con la investigación de Salmerón, quien afirma que una vez superado cierto límite de edad es difícil encontrar hombres que se dediquen a esta actividad. Todo lo contrario ocurre en el trabajo sexual ejercido por mujeres cisgénero cuya vida laboral se alarga mucho más en el tiempo 14. Esta situación ha propiciado que aquellos varones que tienen edades mayores ofrezcan servicios sexuales por menos dinero, se presten para el consumo de sustancias psicoactivas o accedan a prácticas sexuales sin protección a cambio de un incentivo económico mayor.
Adicionalmente, el 69 % de los participantes está de forma irregular en Colombia, y solo el 31 % reside de forma regular, lo que origina sentimientos de inseguridad y desprotección que los obligan a ejercer el trabajo sexual de forma clandestina, conllevándolos a situaciones de abusos, violencia y marginalidad, por el temor a ser identificados como migrantes irregulares. Así mismo, el 65 % de los entrevistados gana menos de 1 smlv; dinero que deben dividir entre sus gastos en Colombia y el dinero que envíen como remesas a Venezuela para el sostenimiento familiar. Además, el 89 % de los participantes no está afiliado al sistema de salud, lo que limita su acceso a los programas de promoción y prevención, aumentando su vulnerabilidad, especialmente en materia de salud sexual. A esta situación se suman el desconocimiento del marco legal y las interpretaciones restrictivas de este, que generalmente se expresan en la solicitud de documentos que den cuenta del estatus migratorio de los inmigrantes, las fallas en la prestación de los servicios de salud y la xenofobia y discriminación de la cual son objeto por su condición 15.
En cuanto al uso de SPA, se identificaron 4 estrategias, las cuales están vinculadas con los aspectos socioeconómicos de los inmigrantes. La primera de ellas para hacer frente del estrés y la ansiedad producida por el ejercicio del trabajo sexual; se puede afirmar que esta se presenta tanto en mujeres cisgénero y transgénero como en el caso de los hombres, sin embargo, las mujeres cisgénero manifiestan que han perdido su proyecto de vida debido al hecho de ejercer el sexo transaccional, lo que las induce al consumo de SPA, especialmente marihuana y alcohol, para evitar síntomas de ansiedad, depresión y estrés, y además como mediador para ofrecer los servicios sexuales 16. Mientras en el caso de los varones cisgénero, este consumo se da casi exclusivamente para hacer frente a la prestación de servicios sexuales con clientes que no son de su agradado 17, lo cual está vinculado con el hecho de que algunos de estos varones son heterosexuales y la experiencia de tener relaciones sexuales con otros hombres es vivida con conflicto 18, por lo tanto, el uso de sustancias psicoactivas como la cocaína, la marihuana y el popper les permite hacer frente a las demandas sexuales de sus clientes.
La segunda tiene que ver con el aumento en el rendimiento en el trabajo sexual; esta estrategia es empleada mayoritariamente en hombres cisgénero y mujeres transgénero, quienes consumen especialmente cocaína, marihuana y popper para tal fin 2,18. Sin embargo, las mujeres cisgénero optan por el consumo de alcohol como medio para mejorar su desempeño en el sexo transaccional. Esta situación puede estar relacionada con el lugar donde mujeres transgénero y hombres y mujeres cisgénero ejercen el trabajo sexual. Estas últimas generalmente trabajan en establecimientos como bares, discotecas o clubes nocturnos donde el consumo de alcohol hace parte de la oferta de servicios y aumenta las ganancias de estas mujeres, mientras que los hombres cisgénero y las mujeres transgénero ejercen el trabajo sexual en sitios públicos como calles, parques o en hoteles donde el consumo de sustancias psicoactivas es cotidiano y generalmente es demandando por los clientes.
Adicionalmente, en el caso de mujeres transgénero y los hombres cisgénero, el uso continuo de sustancias psicoactivas como el popper está relacionado con ciertas prácticas sexuales, tales como la penetración, ya que este es un vasodilatador que relaja los esfínteres, facilitando la dilatación anal, en este sentido. los participantes consideran imprescindible su uso 19,20. Por lo tanto, el popper es entendido por los hombres cisgénero y las mujeres transgénero dedicados al trabajo sexual no como un consumo de sustancias psicoactivas tradicional, sino como un instrumento que les facilita ciertas tareas de su actividad profesional 14,21.
La tercera estrategia está relacionada con el uso compartido de SPA con los clientes; esto coincide con otras investigaciones que afirman que son los mismos clientes quienes llevan consigo las diferentes sustancias y animan a los trabajadores sexuales a consumirlas mientras dura la negociación del servicio o durante el intercambio sexual 14. Sin embargo, no en todos los casos se da un uso compartido de sustancias psicoactivas, ya que algunos de los clientes solo buscan una compañía para el consumo, y el contexto del sexo transaccional les brinda privacidad y seguridad para este fin. No obstante, el uso compartido de sustancias psicoactivas influye directamente en los ingresos que tienen los y las trabajadoras sexuales inmigrantes, ya que los entrevistados manifiestan que los clientes pueden desistir de los servicios si estos no consumen algún tipo de sustancia 22, lo que podría inducir a las y los trabajadores sexuales al consumo permanente para no disminuir sus ingresos económicos.
Vale la pena mencionar que algunos estudios sostienen que el uso de sustancias psicoactivas en el contexto del comercio sexual no se diferencia de su uso en otros espacios lúdicos 23; así, datos de Restrepo y Mejía 24 sobre la frecuencia de las relaciones sexuales de los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) en Colombia bajo los efectos de sustancias psicoactivas, incluyendo el alcohol, son que solo un 2,92 % de los participantes manifiesta que mantiene relaciones sexuales bajo los efectos del alcohol u otras SPA en casi todas las ocasiones; el 2,37 %, más de la mitad de las veces; y el 0,90 %, todas las veces.
Finalmente, la cuarta estrategia es el uso de las SPA de forma lúdica o recreativa; así, estas sustancias son consumidas en otros espacios diferentes de los del sexo transaccional, ya que los participantes mencionan que su uso durante el ejercicio del trabajo sexual puede generar mayores riesgos para ellos, tales como ser más vulnerables a la violencia por parte de sus clientes o acceder a prácticas sexuales no seguras 6.
CONCLUSIONES
Existe un consumo de sustancias psicoactivas en el contexto del trabajo sexual, ya sea este de manera voluntaria o promovido por los clientes. Además, se evidencia que el primer contacto de los trabajadores y las trabajadoras sexuales inmigrantes venezolanos con las SPA se da durante el intercambio de servicios sexuales en Colombia, donde estas sustancias cumplen dos funciones fundamentales. La primera de ellas permitir al trabajador o trabajadora sexual hacer frente a los sentimientos de angustia, estrés e incomodidad que les generan ciertos clientes y algunas prácticas sexuales solicitados por estos; pero además por la angustia, la ansiedad y la depresión de considerar que sus proyectos de vida están truncados por el hecho de dedicarse al sexo transaccional. La segunda función es mejorar su rendimiento durante el trabajo sexual, ya sea para hacer frente a las largas jornadas de trabajo o para ciertas prácticas sexuales, como la penetración anal, en las que hombres cisgénero y mujeres transgénero consumen cocaína y popper, siendo esta última sustancia la de mayor uso y considerada por los participantes como un instrumento que les facilita su trabajo.
Este sentido, es necesario abordar el consumo de sustancias psicoactivas de manera integral, teniendo en cuenta tanto los contextos sociales y sexuales donde se emplean, así como las características individuales de los sujetos que permitan definir acciones pertinentes y apropiadas con un enfoque diferencial para disminuir los impactos sobre la salud de los implicados.
Finalmente, es necesario reconocer que el uso de sustancias psicoactivas y la manera en la que estas se emplean en el sexo transaccional está relacionada directamente con el contexto social y sexual en Colombia y los conocimientos que en materia de salud sexual traen de su país de origen los y las trabajadoras sexuales. Por lo tanto, los programas de salud deben reconocer ambos aspectos a fin de diseñar programas de promoción y prevención que respondan a estas realidades.