INTRODUCCIÓN
El rol del cuidador informal (CI) de personas adultas mayores (PAM) se ha convertido en una actividad cotidiana debido al aumento de enfermedades crónicas que ocasionan dependencia 1; el CI está enfocado en realizar una acción social de aquellos que no tienen autonomía personal y necesitan ayuda para las actividades de la vida diaria 2.
Existe una demanda en la necesidad del cuidado a nivel mundial; en 2015 alrededor de 2,100 millones de personas requirieron de cuidados, de los cuales 200 millones fueron PAM que habían alcanzado o superado la esperanza de vida saludable. Para 2030, se prevé que el número de beneficiarios de cuidados ascienda a 2300 millones, de los cuales 100 millones serán PAM 3. Se destaca que en México aproximadamente el 41 % de las PAM dependientes requieren asistencia de un CI 1.
El rol que ejercen los CI sobre las PAM se basa en otorgar apoyo para el desarrollo de una vida digna; en su mayoría los cuidados son prestados por algún miembro de la familia 4, lo cual genera en algunos casos situaciones adversas en el ámbito psico-social, tanto para el CI como para la PAM 5. Diversos estudios han demostrado que la mayor parte de los cuidadores presentan agotamiento mental y presencia de estrés 6,7,8; el cual se define como el grado en que las personas perciben las situaciones de su vida como impredecibles e incontrolables, por lo que se consideran estresantes 9.
Se presentan diferentes niveles de estrés en los cuidadores, sin importar el tiempo que lleven ejerciendo dicha labor; es decir que una vez que adopta este nuevo rol es probable que se desencadenen situaciones que conlleven estrés, lo cual puede limitar los cuidados que otorga y, a su vez, involucrar el bienestar del CI 10.
Existen diversas maneras de gestionar las consecuencias que el estrés genera; una de ellas es el apoyo social, que puede definirse como una práctica de cuidado que surge del intercambio de relaciones entre las personas. Se caracteriza por expresiones de afecto, afirmación o apoyo, ofreciendo asistencia simbólica o material a otra persona 11; es considerado como un factor protector para hacer frente a las situaciones involucradas con el cuidado, ya que incide positivamente en el bienestar psicológico. De acuerdo con la literatura, el CI presenta una mayor carga cuando el apoyo social percibido es menor 12-16, ya que puede predecir, controlar y/o disminuir los efectos del estrés 17. Es importante resaltar que una falta de redes de apoyo y de relaciones sociales de los cuidadores familiares 18,19 limita el impacto positivo que se puede lograr para beneficio del CI, así como de la PAM.
En este sentido, es importante que los profesionales de enfermería desarrollen investigación para analizar el estrés percibido por los CI, al igual que el apoyo social como estrategia para aminorar las repercusiones que ocasiona el cuidar, teniendo como propósito ampliar la información con la que se cuenta acerca de los CI, de la ciudad de Saltillo para favorecer futuras investigaciones en las que se mejore la salud del CI y logre así mejorar su salud y, por consiguiente, mejorar en el cuidado de la PAM.
Por ello, este estudio tiene como objetivo predecir el estrés percibido con relación al apoyo social percibido en CI de PAM.
METODOLOGÍA
Se trata de un diseño correlacional predictivo, en el cual se describieron las variables y se analizó las relaciones entre ellas. Así mismo, se optó por tomar un corte de tipo transversal, ya que implica la recogida de datos sobre las variables en un punto temporal 20.
La población se conformó por CI de PAM con enfermedad crónica y con grado de dependencia desde leve hasta total según la escala de Barthel, residentes en la cuidad de Saltillo. La muestra fue de 150 CI que asistieron a hospitales de segundo y tercer nivel de Saltillo a realizar el cuidado de PAM, en el periodo diciembre de 2021 hasta marzo de 2022. El muestreo fue no probabilístico intencional de acuerdo con sus atributos, costo-efectividad, velocidad y facilidad de disponibilidad de la muestra.
Los criterios de inclusión fueron: CI de personas adultas mayores diagnosticadas con enfermedad crónica como lo son diabetes e hipertensión, con dependencia leve a total de acuerdo con la escala de Barthel; los CI deberían de estar en un rango de edad de 18 a 59 años, dedicados al cuidado no por más de 5 años y con una atención semanal mínima de 56 horas y sin remuneración económica.
Para los criterios de exclusión se descartó a los CI de personas que presentaran enfermedades crónicas ajenas a las descritas anteriormente o más de dos enfermedades crónicas incapacitantes. Si el CI consume algún fármaco controlado establecido por la Ley General de Salud por los efectos adversos, ya que pueden interferir con la medición del estrés por su efecto en el sistema simpático y parasimpático 21.
En la cédula de datos sociodemográficos se recauda información en cuatro apartados: 1) datos generales de la persona con enfermedad crónica, 2) datos generales del cuidador informal, 3) aspectos de salud identificando como percibe el cuidador su estado de salud (si padece alguna enfermedad crónica, atención médica, medicación), 4) aspectos económicos.
Para medir la variable de estrés se utilizó el instrumento Escala de estrés percibido (EEP), versión 14, validada por González y Landero 22, desarrollada por Cohen 23. Cuenta con alfa de Cronbach 0.82, consta de 14 ítems redactados de forma positiva y negativa, las opciones de respuesta son de tipo Likert con cinco opciones. La sumatoria tiene un rango mínimo 0 y 56 máximo, los puntajes se transforman a índices de 0 a 100 para facilitar el análisis estadístico; los puntos de corte fueron: bajo 0-33, medio 34-66 y alto 67-100 23.
La Escala Multidimensional de Percepción de Apoyo Social (EMPAS), traducida al español evalúa, la percepción de apoyo social de tres fuentes diferentes: familia, grupo de pares y otros significativos, contando además con una subescala para cada una de estas fuentes, tiene una confiabilidad total de 0.84, los ítems son tipo Likert de 4 puntos. Los conceptos utilizados fueron: 1=casi nunca; 2=a veces; 3=con frecuencia; 4=siempre. Para interpretar se expresan en orden de rangos, considerando todos los valores de mínimo a máximo: bajo 12-23, moderado 24-38 y alto 39-48 24.
Como parte de la aplicación de los aspectos éticos, los CI firmaron de forma voluntaria el consentimiento informado, explicando el objetivo del estudio y el procedimiento por realizar, además de los beneficios y riesgos de estudio; se garantizó la confidencialidad de sus datos, además de puntualizar la libertad de abandonar la participación en cualquier momento.
Es por ello por lo que este estudio se apegó a lo establecido en el Reglamento de La Ley General de Salud en Materia de investigación para la Salud de 1987, con su última reforma publicada DOF 02-04-2014 25; también se considerarán los aspectos de la NORMA Oficial Mexicana NOM-012-SSA3-2012 26, la cual establece los criterios para la ejecución de proyectos de investigación para la salud en seres humanos. Se contó con la aprobación del Comité de Ética e Investigación de la Facultad de Enfermería Dr. Santiago Valdés Galindo, Unidad Saltillo.
Los datos obtenidos se procesaron y analizaron en el programa estadístico Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 19 para Windows. Las características sociodemográficas del CI y de la PAM se analizarán a través de estadística descriptiva, mediante el uso de medidas centrales y de dispersión. Para determinar la normalidad de los datos se utilizó la prueba de Kolgomorov Smirnov; para determinar la correlación entre estrés percibido y el apoyo social percibido se aplicó la prueba de correlación de Spearman.
RESULTADOS
Participaron 150 CI de PAM, 74,7 % del sexo femenino y con una media de edad de 51,7 años (DE = 15,23). Los CI cuentan con una media de años de escolaridad de 10,93 (DE=4,40), en su mayoría mencionó ser empleado, casado/unión libre y ser hija de la PAM (tabla 1), 62,7 % vive actualmente con la PAM, contando con una media de 32,13 (DE=88,85) meses de cuidado, dedicándose M=13 horas al día (DE=24,26) y M=4 días a la semana (DE= 2,79); cuentan en su mayoría con una persona que ayuda al cuidado (80,7 %), pero no cuentan con ayuda para las tareas domésticas (77 %).
Nota: datos sociodemográficos; f= frecuencia; %= porcentaje.
Fuente: cédula de datos sociodemográficos.
Con relación a los datos sociodemográficos del PAM 9,3 % cuentan con un promedio de edad de 72 años, predominando el sexo femenino (64,7 %); 66,7 % padecen una enfermedad crónica. En la tabla 2 se observa que la mayoría de los participantes tienen un nivel de apoyo social percibido medio y de estrés percibido medio (ver tabla 2).
Nota: escala multidimensional de apoyo social percibido; escala de estrés percibido; f= frecuencia; %= porcentaje.
Fuente: cédula de datos sociodemográficos.
En la tabla 3 se observa relación entre el estrés percibido y las horas dedicadas al cuidado, es decir, a mayor tiempo dedicado al cuidado, el CI percibe un menor estrés (r=-0,196, p<0,05). Por otra parte, la relación entre estrés y apoyo social está presente y muestra que a menor apoyo social mayor estrés (r=-0,485, p<0,001).
Los resultados obtenidos del análisis de regresión por intro (ver tabla 4) muestran que al incorporarse la variable de apoyo social percibido tiene un poder de explicación alto con relación a la variable de estrés percibido, así como un mayor nivel de potencia estadística del 0,80, lo cual permite afirmar que los resultados son relevantes para la predicción del estrés percibido en un 21,4 % en cuidadores de adultos mayores.
Nota: F= Anova, AR2=R2 ajustada, B= beta no estandarizada, ß=beta estandarizada, p=nivel de significancia, 1- ß=potencia estadística, f2= tamaño del efecto.
Fuente: elaboración a partir de los resultados de la investigación.
Así mismo, los indicadores de colinealidad VIF (Variance inflation factor) fueron superiores a 10 y los valores de tolerancia mayores a 0,20, lo que indica que existen correlaciones elevadas entre los factores del modelo, y, por último, el indicador de Durbin Watson se ubicó dentro de las dos unidades, lo que permite una generalización de los datos.
DISCUSIÓN
Al observar las características sociodemográficas de los participantes son similares con diferentes estudios realizados a CI 27,28, en los que predomina el género femenino, siendo las amas de casa las que desempeñan mayoritariamente el rol de cuidadoras, teniendo como parentesco hijas de las personas que reciben cuidados, refieren ser casadas y tener más de 50 años de edad 28,29; dichas características se vinculan principalmente a los roles de género que son socialmente adquiridos, al igual que a la cultura e historia que da el reconocimiento de la mujer como cuidadora familiar 27.
Respecto al nivel de escolaridad, el grupo prevalente corresponde a aquellos con educación media. Estos resultados concuerdan con los informados en la literatura, en la que el mayor porcentaje de los CI ha cursado estudios medios. Linares 30 menciona que el nivel de escolaridad constituye un factor personal que potencia la habilidad de cuidado; en la medida que el CI tiene una mejor capacidad para entender y resolver la situación de cuidado, se convierte en un factor protector para la gestión del estrés.
De acuerdo con la dedicación al cuidado en horas, días y meses, se observan estudios en los que los CI se dedican más de 12 horas al cuidado 31,32. Ruiz et al. informan que los CI se dedican 7 días la semana 33, cifra menor a lo reportado en esta investigación; también existe diferencia con los años de cuidado, ya que los CI se han dedicado más de dos años al PAM, mientras que en otras investigaciones los CI llevaban cinco años realizando esta actividad 31; estas discrepancias influyen en el CI, ya que entre mayor sea el tiempo dedicado al cuidado, existen repercusiones negativas a nivel físico, mental y emocional en CI 34.
En su mayoría cuentan con ayuda para el cuidado, a diferencia de la literatura en la que se reporta que no se cuenta con ayuda para realizar esta labor 35,36; esto se refleja en el nivel de apoyo social que perciben los CI entre medio y alto, que, a diferencia de otros estudios perciben un bajo nivel de apoyo social afectivo (49.3%) 37. Diferentes investigaciones 38,39 destacan la importancia del apoyo social como variable que modera el impacto negativo del desempeño del rol del cuidador, como un amortiguador del estrés 40.
Algunos efectos negativos que muestran diferentes estudios en CI son un alto grado de estrés 39; se observa que en este estudio existe un nivel de estrés medio; también se observa que a mayor tiempo dedicado al cuidado, el CI percibe un menor estrés. Un estudio cualitativo demuestra que el cuidar es percibido por las familias mexicanas como una fuerte obligación moral de ayudar incondicionalmente y cuidar a sus familiares, incluyendo la prestación de apoyo físico y emocional; por lo tanto, siempre habrá estrés en el cuidador, pero se percibe como agradecimiento y/o reciprocidad más que como una carga adicional 41.
El análisis correlacional mostró que a menor apoyo social mayor estrés. Autores han señalado que la presencia de una fuerte red social determina niveles más bajos de carga del cuidador 42. Lo anterior refuerza que el apoyo social sirve para mantener y promover la salud mental, y generalmente aquellos con menores niveles de apoyo están en mayor riesgo de presentar problemas psicológicos 43; siendo así, el apoyo social es importante para la generación de una condición promotora que permite mejores estilos de afrontamiento para la disminución del estrés, 42.
El apoyo social percibido tiene un poder de explicación alto con relación a la variable de estrés percibido, así como un mayor nivel de potencia estadística y tamaño del efecto alto, lo cual permite afirmar que los resultados son relevantes para la predicción del estrés percibido. Las redes de apoyo social juegan un importante papel en el bienestar de los cuidadores, protege contra el estrés generado el rol de CI y capacita al paciente para reevaluar la situación y adaptarse mejor a ella, ayudándole a desarrollar respuestas de afrontamiento positivas 44.
CONCLUSIÓN
Los resultados obtenidos muestran que las características sociodemográficas tanto del CI como de la PAM son factores que se relacionan con el nivel de estrés percibido; estos factores están encaminadas a fortalecer las acciones de fomento de la salud, así como áreas que requieren atención para el bienestar del CI.
El apoyo social juega un papel importante tanto en los PAM como en los CI que presentan estrés, ya que tiene el efecto de incrementar el bienestar emocional, la estabilidad y el control que impacta tanto en su salud como en la realización del cuidado, ya que disminuye la probabilidad de efectos negativos que pueda presentar el cuidador.