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Lingüística y Literatura
Print version ISSN 0120-5587
Linguist.lit. no.68 Medellìn June./Dec. 2015
https://doi.org/10.17533/udea.lyl.n68a01
LINGÜÍSTICA
NOTAS SOBRE LA SINTAXIS DEL WAUNANA DE PANAMÁ*
NOTES ON WAUNANA OF PANAMA SYNTAX
Por: José Manuel Murillo Miranda
Universidad Nacional, Costa Rica, Email: jo.m.uri@hotmail.com
Recibido: 06/01/2015 – Aceptado: 06/05/2015
Resumen:
En este documento se presentan los aspectos más generales, hasta ahora encontrados, de la sintaxis de la oración simple y compuesta de la lengua waunana hablada en Panamá. Este estudio pertenece a un trabajo mayor que tiene como objetivo la elaboración de una gramática descriptiva moderna, de corte tipológico-funcionalista. La investigación se enmarca dentro del trabajo de documentación y revitalización llevado a cabo por el Programa de Lenguas Indígenas de la Baja Centroamérica (PROLIBCA).
Palabras clave: waunana, lenguas chocó, gramática, descripción, Panamá.
Abstract:
This paper shows the most general aspects, so far found, of the syntax of the simple and composed sentence of the Waunana language spoken in Panama. This study is part of a larger investigation that aims to develop a modern descriptive functionalist-typological grammar. The research is part of the documentation and revitalization work undertaken by the Program for Indigenous Languages of the Lower Central America (PROLIBCA).
Keywords: Waunana, choco languages, grammar, description, Panama.
1. Introducción: la lengua waunana
Este trabajo es una primera aproximación a la sintaxis de la oración simple y compuesta de la lengua waunana por parte de Programa de Lenguas Indígenas de la Baja Centroamérica (PROLIBCA). Todos los datos presentados correspon- den a la variedad de lengua waunana hablada en Puerto Lara, provincia de Darién, Panamá.1 Este estudio es parte de una investigación mayor, dividida en dos etapas, cuyo resultado final será una gramática descriptiva acorde con las exigencias de la lingüística moderna. En este sentido, lo aquí dicho debe tomarse como una prime- ra formulación y el autor espera que otros investigadores se sumen al trabajo de documentación de la lengua. El documento se encuentra dividido en dos grandes secciones: la primera corresponde a algunos datos generales de la lengua waunana, su ubicación geográfica, su estado de vitalidad y otros datos etnográficos; la segunda sección corresponde a la descripción de las propiedades más relevantes tanto de la sintaxis de la oración simple como de la oración compuesta. Al final vienen una serie de conclusiones y recomendaciones.
1.1 Ubicación geográfica y genética
La lengua waunana, woun meu [ˌwow̄ 'mew] en esa lengua, pertenece a la familia chocó, cuyos miembros son el emberá y el waunana; esta familia se ubica en las provincias de Darién en la República de Panamá, y en el departamento de Chocó en Colombia. La mayoría de los estudiosos caracterizan a la lengua waunana como relativamente homogénea y la línea fronteriza entre estos dos países no tiene incidencia en términos de variación diatópica. Sin embargo, Binder y Binder (1974: 72) y Mejía (1989: 94) apuntan que, a pesar de su homogeneidad, la lengua waunana tiende a exhibir una diferenciación lingüística entre los döchaarpien (los que viven cerca del río San Juan) o sanjuaneños, y los dösĩgpien (los que viven en los tributarios). Esta división tiene sus raíces en Colombia, país del cual son originarios los waunanas. Tales variantes diatópicas, según Binder y Binder (1974: 72) radican en el vocalismo: el sistema vocálico dösĩgpien posee una serie fonológica de vocales medias altas /I/, /ʊ¨/ y /ʊ/, mientras que el sistema vocálico döchaarpien no tiene tales fonemas. Los waunanas panameños se identifican plenamente ora como döchaarpien, ora como dösĩgpien,y esa distinción se enseña en las cartillas escolares, manuales pedagógicos y otras publicaciones vernáculas. Los datos presentados aquí corresponden a la variedad döchaarpien. En Panamá, según los datos del censo del 2010,2 la población waunana asciende a 7.279 individuos a lo largo del territorio panameño (0.21% de la población total panameña), sin embargo la gran mayoría de hablantes se ubican en la Comarca Emberá-Wounaan, localizada en la provincia del Darién (ver Mapa 1). Esa comarca está dividida en dos zonas, denominadas Zona 1 y Zona 2; esta última está habitada por los emberá. En la Zona 1 hay seis comunidades wounaan: dos comunidades en el río Membrillo: Canaán, Sinaí; en la desembocadura del río Tupiza está la comunidad de Belén; sobre el río Tuira está la comunidad de Capetí, Vista Alegre y Aruza. En la llamada zona de tierras colectivas -territorios de reducida extensión al externo de la comarca habitables por indígenas- las comunidades existentes son: Puerto Lara, Pueblo Nuevo, Chuletí (en la ribera del río Balsa), Anayansi (en la ribera el río Pihuila), Boca de Mono; sobre la costa se encuentran, por la ribera del río Taimatí, la comunidad de Cémaco. En la costa de río Congo, en la ribera de río Sucio, está la comunidad de Caña Blanca. Cerca de la frontera colombo- panameña, en la ribera del río Jaqué, está la comunidad de Bidoquera. En la zona interprovincial Panamá-Darién, en la ribera del río Majé, está la comunidad del mismo nombre; en la ribera de los ríos Platanares y río Hondo se encuentran las comunidades del mismo nombre, respectivamente. Hacia el lago Gatún, Provincia de Panamá, hay dos comunidades minúsculas. Finalmente, hay pequeñísimas colonias en la ciudad de Panamá, así como en otros lugares del país.
1.2 Grado de vitalidad/declinación
Es conocida la clasificación de Bauman (1980) para analizar el estado en que se encuentran las lenguas indígenas con respecto al inglés en Estados Unidos; esa clasificación consta de las siguientes categorías: 1. florecientes, 2. duraderas, 3. declinantes, 4. obsolescentes y 5. extintas. Entre los criterios que subyacen a la clasificación de Bauman están la edad de los hablantes y su grado de bilingüismo (+), la proporción de hablantes con respecto al total de la población (±), fluidez de los hablantes jóvenes (±), grado de preferencia por la lengua materna (±), grado de bilingüismo (±), y capacidad de adaptación de la lengua a una cultura cambiante (-). Los valores que aparecen en paréntesis provienen de la observación realizada en la comunidad de Puerto Lara (Darién) durante la primera visita del proyecto sobre el waunana. Según se desprende de esos valores, el waunana se encuentra, en esta comunidad específica, en un estado de duradera. Sin embargo, hay un estado de alerta, pues como se aprecia en el valor asignado a los parámetros de fluidez de los hablantes jóvenes, grado de preferencia por la lengua materna y grado de bilin- güismo, la tendencia subyacente es que las nuevas generaciones ya están mostrando cierta preferencia por el español. Sin embargo, se reconocen tres comunidades como representativas de una creciente preocupación por mantener la lengua; estas son Puerto Lara, Sinaí y Vista Alegre.
1.3 Estudios previos
Los estudios más conocidos sobre la lengua waunana incluyen a Leowen (1954), Binder y Binder (1974) Binder (1977), Mejía (1987, 1989, 2000) y Arboleda (2001, 2009, 2010). A estos también debe agregarse Constenla (1991). Por otra parte, también es menester mencionar una serie de publicaciones pedagógicas (todas pa- nameñas), tanto vernáculas como hechas en colaboración con algunos extranjeros, como Sánchez, A. y Castro, O. (1977), Binder, R., Harms, P. y Peña C. (1995), Binder, R. y Peña C. (1997), Peña C. (2006) e Iglesia Evangélica Unida (2007). En lo que se refiere a la sintaxis, los dos estudios que más abordan el tema son Leowen (1954) y Mejía (2000). El primero aborda el tema de forma excesivamente lacónica y por eso es poco útil; lo único interesante de destacar es la mención que hace de los sufijos subordinantes adverbiales y de la constante síndesis-asíndesis presente en el ámbito de la oración compuesta. El segundo indica que, además del orden SOV, otros órdenes aceptados son OSV, SVO y OVS; sin embargo, no intenta esclarecer ninguna motivación más allá de indicar que el orden OVS obedece a un cambio de diátesis (voz pasiva).
2. Sintaxis
2.1. La oración simple
2.1.1 Orden de palabras
En waunana, el orden básico en la oración simple es para las SV, para las intransi- tivas (1) y SOV para transitivas (2a), aunque también es aceptado el orden SVO (2b), como apunta Mejía (2000). El orden SOV también sirve de modelo para las oraciones copulativas como en (3), en cuyo caso el orden es sujeto-predicado nominal-verbo. Cuando hay verbos de dicción y sus objetos son citas (discurso directo), como en (5) y (7), el orden OV puede mantenerse, como se ve en (7), o tales objetos oracionales pueden colocarse en posición posverbal (5). También hay evidencia de objetos (4) y dativos (6) al margen izquierdo de la oración (orden OSV) y sujetos posverbales (7) —orden OVS—; de hecho, no es raro que los sujetos puedan alternar entre una posición preverbal y otra posverbal, toda vez que eso es sintomático de procesos de realce o de moción de participantes, como se puede apreciar en (8), donde el sujeto es posverbal en la primera oración y preverbal en la segunda (en ambas oraciones el elemento realzado es el oblicuo).
En lo que a las construcciones comparativas se refiere, estas poseen un morfema libre de comparación, k'añau, el cual se ubica al final de la frase y marca al están- dar de comparación. Como se puede ver en (9) y (10), el valor de la construcción comparativa formada con k'añau es de superioridad, excepto en (11), en donde el uso del adverbio bʌnʌʌ 'menos' le da un valor de comparativa de inferioridad. Aparentemente, la comparación de igualdad no se realiza según la estructura previa- mente explicada, sino que se recurre al uso del sufijo adjetivante -jö en el estándar de comparación (12) y (13).
2.1.2 La frase nominal
En el waunana, la frase nominal está compuesta de un núcleo nominal que puede ser un sustantivo (14), un pronombre (15), demostrativo (16) u otra clase nominali- zada (17a-c). Ese núcleo nominal puede estar acompañado por uno o varios modi- ficadores, entre los cuales se puede señalar el artículo chi (17a), los demostrativos (18), el marcador anafórico mag (19), el diminutivo dam (18), los adjetivos (20), los numerales (21), el cuantificador tönwe(22), el cuantificador negativo bʌchk'önjã) (23) y el indefinido haũrag (24). Cuando hay dos adjetivos yuxtapuestos cabe la posibilidad de usar una conjunción facultativa naa (22), la cual les es exclusiva, mientras que la coordinación copulativa nominal (25) se realiza con la posposición conmitativa dʌ̈i; probablemente por influencia del español, dʌ̈i también puede colocarse entre sustantivos (26). Cuando una frase nominal contiene un adjetivo, es normal que se inserte (aunque no se ha observado en todos los casos) una partícula sim (23) que es homófona con el presente de la cópula singular sim; cuando el núcleo sustantivo se encuentra pluralizado, esta partícula adquiere la forma plural sisidʌm (27).
El orden de los componentes del sintagma nominal no es estricto, puesto que hay evidencias de que los numerales y los cuantificadores (especialmente estos últi- mos) pueden ser pre o posnominales, como en pör numi [cabeza dos] 'dos cabezas', bʌchk'önjã saak [ninguno perro] 'ningún perro', hõõr bʌchk'önjã [gente ninguno] 'nadie'. La tendencia general es dejar a los cuantificadores, artículo, demostrativos, y marcador anafórico en posición prenominal, y dejar los adjetivos, numerales y el morfema diminutivo en posición posnominal. (28) es una frase nominal, en función de objeto directo, compuesta de un núcleo y cuatro modificadores que ilustra las tendencias estructurales ya explicadas.
Dos fenómenos relacionados con la estructura de la frase nominal son la posesión y la frase nominal escindida. En cuanto al primero, la lengua waunana tiene como orden el de poseedor-poseído y otro orden es el de poseído-poseedor, marcado este con la posposición dën, como se puede ver en (29). Si bien Mejía (2000) indica que el orden poseedor-poseído expresa posesión inherente y el orden poseído-poseedor expresa posesión no inherente, los datos extraídos por el autor del presente trabajo sugieren que no existe tal distinción, sino que la posesión marcada por dën equivale a lo que en español se conoce como un posesivo posnominal, el cual puede tener función pronominal (30). Ambas formas de posesión pueden participar en predica- ciones asindéticas, como se muestran en (31) y (32).
En cuanto al fenómeno de la frase nominal escindida, la lengua waunana puede dislocar al numeral de su frase nominal y ubicarlo posverbalmente, como puede verse en (33) y (35a); además es posible que el numeral arrastre hacia sí al demostrativo (34) y (35b). Por otro lado, y aunado a lo anterior, aparentemente el waunana exhibe el fenómeno del cuantificador flotante, es decir que el cuantificador puede aparecer posverbalmente (35c) y que puede coexistir con el numeral (35d).
2.1.3 La frase verbal
Una frase verbal waunana puede estar compuesta de un núcleo verbal simple (36) o de un verbo y un auxiliar; los auxiliares hasta ahora encontrados son las distintas formas radicales de la cópula sim (si [37] ~ sierrʌ [38] para presente singular —el segundo tiene un matiz de estado permanente—, nʌ para presente plural [3439], sie para pasado y futuro singulares [40 y 41] y naa para pasado y futuro plurales [42 y 43]) que codifican el aspecto progresivo (43), el auxiliar vacío ka que recibe el sufijo de negación en lugar de la raíz copulativa (44), el auxiliar harma que expresa dilación (45), el modal pöd que expresa la modalidad deóntica (46) y el auxiliar vacío ha que se usa principalmente en la formación de verbos que derivan de onomatopeyas, como se muestra en (47). Los auxiliares vacíos y el modal deóntico construyen la perífrasis verbal con el orden auxiliar-verbo, mientras que la perífrasis progresiva y la dilativa tienen el orden verbo-auxiliar. En todos los casos registrados, los verbos se ven modificados por un solo auxiliar.
Los acompañantes del núcleo verbal pueden ser frases nominales que pueden tener la función de objeto directo y dativo (48) y adjuntos oblicuos de diversa natu- raleza —como locativos (49) y conmitativos (50)—, lo mismo que adverbios (51) y (52). Los adjuntos oblicuos y los adverbios tienen un grado de libertad estructural mayor, pues los hay tanto preverbales (49), (50) y (51) como posverbales (52); no obstante, la tendencia es que el verbo sea el elemento final. También se ha encontrado un intensificador, nem, el cual es preverbal (53).
2.1.4 Relaciones gramaticales
Como se ha dicho en apartados anteriores, el conjunto de relaciones gramaticales que se han encontrado en el waunana incluye al sujeto, al objeto, al dativo y a los oblicuos (54). También, como se dijo en el apartado 2.1.1, el orden de esas relaciones gramaticales es SOV y el dativo y los oblicuos son posverbales, con las libertades estructurales ya indicadas.
2.1.4.1 Sujeto
El sujeto, tanto de una oración transitiva como intransitiva, es preverbal. Las propiedades más relevantes de esta relación son dos. La primera es la referencia cruzada en número que se realiza entre el sujeto y las raíces copulares, los sufijos imperativos (55) y (opcional) en los sufijos de pasado (56a) y futuro (56b).
La segunda propiedad del sujeto waunana es que este sufre de una marcación basada en un patrón ergativo, la cual se realiza mediante el sufijo ergativo -(a)u ~ -o. En este tipo de patrón, el sujeto de una oración transitiva waunana recibe la marca -(a)u ~ -o (57), a diferencia del sujeto de la oración intransitiva (60) y del objeto de la oración transitiva (58), los cuales no se marcan. Este sufijo ergativo es homófono con el sufijo instrumental -u ~ -o (64). Cuando hay dos sustantivos coordinados con la posposición dʌ̈io cuando el núcleo sustantivo de la frase nominal sujeto no es el último elemento, entonces el marcador de ergativo adquiere la forma -(m)ua (62) y (63), homónima del pronombre de primera singular ergativo mua; incluso es posible que el primer elemento de la coordinación también pueda estar marcado (64). Los sujetos transitivos pueden estar desmarcados por dos razones básicas: en las oraciones que presenten el aspecto progresivo (65) y por razones propiamente informacionales; en relación con este último punto, la marca de ergativo es opcional (66a-b) porque su función, más allá de lo meramente gramatical, es la de indicar la alta topicalidad del participante sujeto (67).
Un síntoma de este último punto es el hecho de que es posible que los sujetos intransitivos de oraciones con la perífrasis progresiva estén marcados con el sufijo -(a) u ~ -o (68a) y (68b). Estas estructuras están atestiguadas por Sánchez y Castro (1977)3:
2.1.4.2 Objeto y dativo
El objeto directo es el sintagma nominal que se encuentra entre el sujeto y el verbo en oraciones transitivas simples (69) y (70), mientras que el dativo, marcado con el sufijo -ag (con algunas variantes producto de unas reglas de asimilación vocálica), es posverbal, pero también puede ser preverbal (70).
2.1.4.3 Oblicuos
Los adjuntos oblicuos son elementos sintácticos que juegan un papel menor en la determinación del sentido de la oración y, por lo general, son optativos, puede haber más de uno y tienen una libertad estructural mayor. En waunana, los oblicuos se expresan mediante frases posposicionales (71) y (72), pero también mediante sustantivos flexionados en los casos instrumental (73) y alativo (74), homófonos del ergativo y del dativo, respectivamente. El sustantivo di 'casa' tiene la forma locativa deg 'en la casa' y si las relaciones temporales (75) y espaciales (76) son muy transparentes y obvias, entonces no son necesarias las posposiciones. Como se dijo más arriba, la preferencia estructural es que el verbo sea el último elemento, lo cual es algo típico de las lenguas chocó en general (Murillo & Skopeteas, manuscrito).
2.1.5 Procesos sintácticos
Los procesos sintácticos que se pudieron registrar son la causatividad, como un mecanismo de aumento de valencia, y la elisión de participantes como un mecanismo de reducción de valencia. En waunana, la causatividad es morfológica y se marca con el sufijo -pi(i) en el verbo. El causador recibe la marca de ergativo y el causado se marca con el dativo, como puede verse en (77). El causado puede ser preverbal (78b) y (79) o posverbal (78a) y (78c), y si existe un objeto directo dependiente de este, entonces este objeto puede se preverbal (78c) y (79) o posverbal (78b). Existe evidencia, además, de que el sufijo causativo también puede tener la función de transitivizar verbos intransitivos, como se puede observar en (30) y (59), reprodu- cidos como (80) y (81).
En cuanto a la elisión de participantes, el participante que más se elide es, por supuesto, el sujeto, especialmente cuando se ha mencionado anteriormente y es sobreentendido, como puede verse en (82). La elisión se marca con el símbolo de cero (Ø).
2.2 La oración compleja
2.2.1 Construcciones no hipotácticas
La yuxtaposición y la coordinación son las estrategias más comunes de formación de oraciones complejas y enunciados más largos. Hasta ahora solo se ha encontrado evidencia de la conjunción adversativa mamʌ 'pero' (83). Son más comunes los conectores y nexos del tipo 'en ese momento', 'después', etc. (84).
2.2.2 Construcciones hipotácticas
Los tres tipos de oraciones hipotácticas hasta ahora encontradas corresponden a las subordinadas de complemento (subordinadas sustantivas), las relativas (su- bordinadas adjetivas) y subordinadas adverbiales. En cuanto al primer tipo, se han recolectado ejemplos en función de objeto directo puesto que son citas en estilo directo, tanto posverbales (85) como preverbales (86).
Las oraciones de relativo en waunana son del tipo del núcleo vacío. (87) y (88) ejemplifican la relativización de un sujeto; (89a) muestra un objeto directo relativizado posverbal, mientras que (89b) muestra una variante preverbal, (90) ejemplifica un dativo relativizado. Dado que en este último ejemplo la frase nominal chi bẽrkũr hʌʌi, 'la bruja', no muestra el sufijo de dativo, esto indica que no pertenece a la subordinada, por lo tanto la subordinada es una estructura de núcleo vacío. Sin embargo, si bien la subordinación relativa no es rara, la construcción preferida para expresar este tipo de modificación nominal tiende a ser la de una aposición creada con la forma sustantivada del verbo mediante el sufijo -tarr, como se muestra en (91b).
El último tipo de subordinas corresponde a las subordinadas adverbiales. Este tipo de subordinación se caracteriza porque las cláusulas adverbiales se marcan con una serie de sufijos subordinantes, los cuales se añaden al verbo subordinado. Entre las cláusulas subordinadas adverbiales hasta ahora registradas están las con- dicionales positivas con el sufijo - mʌn (92a) y (92b), y las condicionales negativas con el sufijo -maaugau (93a) y (93b); las temporales con el sufijo -baawai (94a) y (94b), que tienen un matiz de puntualidad, y las temporales con el sufijo -wai (95a) y (95b), que tienen un matiz progresivo. Finalmente están las subordinadas adverbiales simultáneas, las cuales llevan el sufijo -mich (96). En todos los casos registrados, la cláusula subordinada adverbial puede anteceder o estar después de la cláusula principal.
3. Conclusiones
A lo largo de este trabajo se ha mostrado las propiedades más relevantes y hasta ahora descubiertas de la oración simple y compuesta de la lengua waunana. En general, han quedado bien establecidas ciertas propiedades como el orden básico de verbo final, el tipo de marcación de las relaciones fundamentales (ergativo-absolutivo), la referencia cruzada de número entre el sujeto y el verbo. Otros temas apenas esbozados son la coordinación nominal y los mecanismos de cambio de valencia, temas que esperan por una mayor profundización, lo mismo que las propiedades de la oración compuesta. Este autor considera necesarísimo continuar con la labor de documentación y descripción de la lengua waunana. Una vez finalizada, el paso siguiente sería la elaboración de una gramática escolar básica y, fundamental en el proceso de revitalización, la futura traducción, en el mediano plazo, de esta al waunana para su uso en escuelas.
Notas
* Este artículo es resultado del proyecto de investigación Gramática de la lengua waunana. Etapa I (código 0009-10) de la Escuela de Literatura y Ciencias del Lenguaje, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional, Costa Rica.
1. Se debe advertir al lector que los obstáculos que se presentaron para la recolección de los datos en la comunidad de Puerto Lara fueron constantes, tanto en lo que concierne al presupuesto para las giras como el propio acceso a la comunidad y los informantes. El autor presenta las disculpas del caso, pero de todas maneras se procuró recoger todo el material posible.
2. Tomado de http://estadisticas.contraloria.gob.pa/inec/cgi-bin/RpWebEngine.exe/PortalAction?&MODE=MAIN&BASE=LP2010&MAIN=WebServerMain_censos.inl.
3. Según las autoras mencionadas, la diferencia entre (63a) y (63b) radica en el énfasis prestado ya sea al verbo principal (con el sujeto intransitivo marcado) o al auxiliar (con el sujeto desmarcado). La primera se enfoca en la acción verbal, mientras que en la segunda el énfasis se pone en el estado. De ser cierta esta interpretación, estamos en presencia de un posible patrón activo-no activo subyacente.
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ANEXOS
1. Tabla de abreviaturas