Las hendiduras o criptas miocárdicas pueden presentarse tanto en sujetos sanos como en pacientes con trastornos cardiovasculares. Presentamos el caso de un varón de 61 años, exfumador, que consulta por dolor torácico atípico con test de isquemia no concluyente. Se le realizó una coronariografía que no mostró lesiones en las arterias coronarias. En el ecocardiograma transtorácico se observó una hendidura en el septo inferior basal compatible con hendidura miocárdica (Fig. 1), por lo que se solicitó una resonancia magnética (RM) para completar el estudio. No se observaron alteraciones de la contractilidad en las secuencias de cine-RM ni fibrosis en las secuencias de realce tardío. Se confirma la presencia en la porción basal del septo inferior del diagnóstico de hendidura miocárdica (Fig. 2).
La identificación de hendiduras miocárdicas se asocia con mutaciones genéticas relacionadas con la miocardiopatía hipertrófica, incluso en ausencia de fenotipo. Se ha postulado que podría deberse a isquemia miocárdica por disfunción microvascular o a disarray miocárdico. Su localización más frecuente es inferoseptal y su interés radica en determinar si su presencia constituye un estadio precoz de la enfermedad.