Introducción
El café es la bebida caliente más consumida en el mundo. En Colombia su consumo se reporta en aproximadamente 2 kg/año/persona1, y en los países nórdicos entre 10 a 12 kg/año/persona, siendo estos últimos los mayores consumidores mundiales2.
En las últimas dos décadas se ha establecido que el consumo habitual de café se relaciona con desenlaces cardiovasculares favorables, tales como disminución de la mortalidad general y cardiovascular, así como de eventos cerebrovasculares y del riesgo cardiovascular. No obstante, existe información contradictoria relacionada con su efecto en la incidencia de hipertensión arterial en población adulta sana, lo cual ha hecho que en muchos casos los profesionales de la salud no actualizados desaconsejen esta bebida para mejorar la salud cardiovascular3.
La evidencia actual no es clara con relación a las recomendaciones de consumo en la población general. Globalmente, se establece que un adulto sano no debería consumir más de 400 mg de cafeína en el día4. La mayoría de guías nutricionales coinciden en que el consumo habitual de café se debe evitar en niños, adolescentes y embarazadas, y recomiendan limitar el azúcar añadida a las bebidas cafeinadas5-9. Sin embargo, en lo referente a la salud cardiovascular, y particularmente a la aparición de hipertensión arterial, no existe certeza de la dosis que puede consumirse de forma segura sin incrementar la incidencia de esta condición.
El café contiene más de 1000 compuestos, usualmente agrupados en minerales y sustancias orgánicas, como carbohidratos, lípidos, proteínas y alcaloides (cafeína y trigonelina). Contiene también ácidos carboxílicos y fenólicos (el ácido clorogénico es el principal representante), al igual que compuestos volátiles. Aunque por sus efectos estimulantes la cafeína ha sido el compuesto más estudiado, se considera que los beneficios del café a nivel cardiovascular están principalmente relacionados con sustancias que producen un efecto antioxidante y antiinflamatorio (compuestos fenólicos, trigonelina, magnesio, lignanos, quinidas, entre otros). A su vez, la cafeína consumida de forma habitual, gracias al fenómeno de tolerancia y relacionado con la determinación genética de su metabolismo, pierde efecto estimulante a nivel cardiovascular y, por el contrario, promueve la diuresis, la vasodilatación (inhibición selectiva de los receptores A1 y A2 de adenosina, estimulación de la liberación de óxido nítrico) y mejora la variabilidad de la frecuencia cardiaca10. Por lo mencionado previamente, existe plausibilidad biológica para plantear que el consumo habitual de café podría disminuir el riesgo de desarrollar hipertensión arterial pese a la existencia de evidencia contradictoria al respecto.
Dada la controversia existente, el objetivo de este trabajo es analizar y resumir la evidencia disponible relacionada con el efecto del consumo habitual de café y el riesgo de desarrollar hipertensión arterial (HTA) en adultos sanos. Para esta revisión se considera consumo habitual la ingestión de una o más tazas diarias de café. Consumos menores se consideran equivalentes a no consumo.
Método
Se realizó una revisión de revisiones sistemáticas de la literatura, proyecto aprobado por consenso el 25/01/2018, por el Comité de Investigaciones y Ética de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia, número de acta (01/2018).
La búsqueda de la literatura se llevó a cabo en las bases de datos Medline, Embase, Cochrane y Lilacs, entre enero de 1966 y septiembre de 2019 (Tabla 1). Se revisaron las referencias de los artículos seleccionados y se realizó búsqueda de literatura gris en Google académico.
Términos relacionados con la exposición al café | Términos relacionados con el desenlace de interés | Términos relacionados con el tipo de publicación | Fuente de búsqueda |
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Coffee OR Café OR decaffeinated OR caffeinated OR "Coffee"[Mesh] | "Vascular function" OR vascular AND function OR endothelial AND dysfunction OR cardiovascular AND risk OR hypertension OR "Hypertension" [Mesh] OR High AND Blood AND Pressure | Meta analysis [Publication Type] OR meta-analysis [Title/Abstract] OR meta-analysis [MeSH Terms] OR review [Publication Type] OR search [Title/Abstract] Filters: Review | MEDLINE |
coffee/exp OR decaffeinated coffee/exp OR caffeinated coffee/exp | Vascular function/exp OR vascular function OR endothelial dysfunction/exp OR endothelial dysfunction OR cardiovascular risk/exp OR hypertension/exp OR | Systematic review/ exp OR meta analysis/ exp OR review/exp | EMBASE |
Coffee OR cafe OR Caffeinated OR Decaffeinated" | Vascular OR Endothelial OR cardiovascular OR hypertension OR Pressure " | "Title Abstract Keyword" in Cochrane Reviews, Cochrane Protocol ls (Word variations have been searched) | LILACS |
Coffee OR Café | Vascular OR Endothelial OR cardiovascular OR hypertension | Systematic OR Review | Cochrane |
Como criterios de inclusión se tuvo en cuenta que los estudios fueran revisiones sistemáticas y metaanálisis publicados en revistas indexadas, que estudiaran el efecto de tomar café de forma habitual y el riesgo de desarrollar hipertensión arterial comparado con el no consumo, en mayores de 18 años de cualquier sexo, sin diagnóstico de hipertensión arterial, y que, además, fueran publicaciones en inglés, español, francés o portugués.
Se descartaron los estudios en mujeres embarazadas, puerperio o lactancia; estudios en pacientes con enfermedades psiquiátricas y dependencia a sustancias psicoactivas; estudios en personas con cáncer o aquellos cuya fuente de cafeína fueran medicamentos o bebidas como té, energizantes, chocolate, o gaseosas; tampoco se tuvieron en cuenta los estudios que valoraran el efecto de la cafeína “sola”, es decir, no consumida a través del café; y, por último, se descartaron los estudios en animales.
La calidad de los estudios se evaluó con la herramienta Assessing Methodologycal Quality for Systematic Reviews (AMSTAR, su sigla en inglés), y se incluyeron aquellos artículos que obtuvieran una puntuación mayor o igual a 7/10 (es decir, mayor al 60%). Posteriormente, se realizó la extracción de datos teniendo en cuenta título, autores, población, intervención, comparador y desenlace de interés (hipertensión arterial).
La selección de los artículos tanto por título y resumen, como por texto completo, la evaluación de la calidad y la extracción de datos fue realizada de forma pareada por una pareja de investigadoras.
Finalmente, se evaluó la fortaleza de la evidencia por medio del sistema Grading of Recommendations, Assesment, Development and Evaluation (GRADE, su sigla en inglés), y se utilizó el software GRADEpro para sintetizar la evidencia encontrada y así redactar una conclusión.
Resultados
Se obtuvieron 558 artículos y al retirar los duplicados, 501. Se seleccionaron 33 por título y resumen y 15 por texto completo. Se seleccionaron 4 revisiones sistemáticas de acuerdo con su calidad (Fig. 1).
Dichas revisiones incluyen un total de 33 estudios, 23 de cohortes y 10 experimentos clínicos, realizados en diferentes partes del mundo, con un seguimiento entre 6 semanas y 33 años, para un total de 2 085 809 participantes (Tabla 2).
Autor y revista | AMSTAR | Países | Segui- miento | Estudios | Participantes | Población | Desenlaces |
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DElia. 2019. Eur J Nutr | 9/11 | EE.UU., Finlandia | 3-33 años | 4 estudios de cohortes | 196.256 individuos, 41.184 casos de HTA | Adultos | Consumo de café 1-2 tazas y 3-7 tazas (1 taza = 200 ml) y riesgo de HTA |
Xie C. 2018. J Hum Hypertens | 9/11 | EE.UU., Singapur, Polonia, Holanda, Finlandia, Italia | 3-33 años | 10 estudios de cohortes | 243.869 individuos, 58.094 casos de HTA | Sana | Consumo de café por categorías (baja, tercera y segunda más alta, la más alta) y riesgo de HTA |
Steffen M. 2012. J Hypertens | 9/11 | Finlandia, Países Bajos | 6 sem-33 años | 15 estudios (10 ECA y 5 Cohortes) | 1473.117 individuos | > 18 años (≤ 1 taza café) | Consumo de café y efecto en la PA y riesgo de desarrollar HTA |
Zhang Z. 2011. Am J Clin Nutr | 7/11 | EE.UU., Finlandia, Italia, Holanda | 6.4-33 años | 6 estudios de cohortes | 172.567 individuos, 37.135 casos de HTA | Sanos e hipertensos | Consumo habitual de café (> 6 meses) y riesgo de HTA o cambios en la PA |
HTA: hipertensión arterial; PA: presión arterial.
Las 4 revisiones incluidas evalúan el riesgo de desarrollar hipertensión arterial como consecuencia del consumo habitual de café (Tabla 3).
Estudio | Reducción porcentual del riesgo de HTA | Riesgo relativo (RR) de acuerdo con el consumo diario en tazas | # estudios |
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DElia, 2019 | 3-14% | Comparado con no consumo (análisis dosis respuesta) RR = 0.97; IC 95%: 0.94-0.99 para 3-4 tazas RR = 0.94; IC 95%: 0.91-0.97 para > 4-5 tazas RR = 0.90; IC 95%: 0.86-0.93 para > 5-6 tazas RR = 0.86; IC 95%: 0.82-0.91) para > 6-7 tazas |
4 estudios |
Xie, 2018 | 2% | RR = 0.98; IC 95%: 0.98-0.99 por cada taza de café diaria vs. no consumo | 8 estudios |
3-10% | Comparado con no consumo (análisis dosis respuesta) RR = 0.97; IC 95%: 0.95-0.99 para 2 tazas RR = 0.95; IC 95%: 0.91-0.99 para 4 tazas RR = 0.92; IC 95%: 0.87-0.98 para 6 tazas RR = 0.90; IC 95%: 0.83-0.97 para 8 tazas |
||
0-5% | Cada categoría comparada con no consumo RR = 1.02; IC 95%: 0.97-1.06 para 1.5 tazas al día (tercero más alto) RR = 0.96; IC 95%: 0.89-1.03 para 4.5 tazas al día (segundo más alto) RR = 0.95; IC 95%: 0.91-0.99 para 6.2 tazas al día (consumo más alto) |
||
Steffen, 2012 | - | Cada categoría comparada con no consumo RR = 1.05; IC 95%: 1.0-1.1 para el consumo de 1-3 tazas/día (bajo) RR = 1.05; IC 95%: 0.93-1.2 para el consumo de 4-6 tazas día (moderado) RR = 1.0; IC 95%: 0.87-1.15 para un consumo de > 6 tazas día (alto) |
10 ECA. 5 estudios de cohorte |
Zhang, 2012 | - | Cada categoría comparada con no consumo RR = 1.09; IC 95%: 1.01-1.18 para el consumo de 1-3 tazas al día (bajo) RR = 1.07; IC 95%: 0.96-1.20 para el consumo de 3-5 tazas al día (moderado) RR = 1.08; IC 95%: 0.96-1.21 para el consumo de más de 5 tazas al día (alto) |
6 estudios |
Según Xie et al.11, al realizar un análisis paramétrico para establecer la relación lineal dosis-respuesta entre el consumo de café y el riesgo de hipertensión arterial, encontraron que, por cada taza de café consumida al día, dicho riesgo se reduce en un 2% (RR = 0.98; IC 95%: 0.98-0.99). Lo anterior tiene un efecto acumulativo a medida que aumenta el número de tazas hasta un máximo de 8. De forma complementaria, estos autores observaron una relación dosis-respuesta inversa entre el consumo de diferentes dosis de café al día, comparado con el no consumo, de tal forma que para 2 tazas se encontró un RR = 0.97; IC 95%: 0.95-0.99, para 4 tazas un RR = 0.95; IC 95%: 0.91-0.99, para 6 tazas un RR = 0.92; IC 95%: 0.87-0.98 y para 8 tazas un RR = 0.90; IC 95%: 0.83-0.97).
De forma similar, DElia et al.12 en un análisis dosis-respuesta reportan un efecto protector cuando el consumo se encuentra entre 3 y 7 tazas de café al día comparado con el no consumo, con una reducción del riesgo entre 3 a 14% (RR = 0.97; IC 95%: 0.94-0.99 para 3 a 4 tazas al día, RR = 0.94; IC 95%: 0.91-0.97 para más de 4 a 5 tazas al día, RR = 0.90; IC 95%: 0.86-0.93 para más de 5 a 6 tazas al día y RR = 0.86; IC 95%: 0.82-0.91 para 6 a 7 tazas al día) (Fig. 2A).
Ahora bien, en las publicaciones analizadas también se evalúa el efecto del consumo de café en la incidencia de hipertensión arterial de acuerdo con su magnitud clasificándolo como bajo, moderado o alto; un consumo bajo oscila entre 1 y 3 tazas diarias, uno moderado entre 3 y 6 tazas diarias, y uno alto cuando se beben más de 6 tazas al día. En relación con el consumo bajo comparado con el no consumo hay discrepancias. Por ejemplo, Zhang et al.13 encuentran un leve incremento del riesgo de desarrollar hipertensión arterial (RR = 1.09; IC 95%: 1.01-1.18) mientras que Steffen et al.14 no reportan riesgo para desarrollar esta enfermedad (RR = 1.05; IC 95%: 1.0-1.1) a las dosis mencionadas. Ambos estudios coinciden en que el consumo moderado y alto de café comparado con el no consumo tiene un efecto neutro frente al riesgo de desarrollar hipertensión arterial (Fig. 2B).
Por su parte, al analizar las diez cohortes de Xie11 comparando un consumo más alto vs. no consumo (bajo: 0 tazas) y usando las categorías: consumo más alto: 6.2 tazas día; segundo más alto: 4.5 tazas; tercero más alto: 1.5 tazas, no se encontró asociación entre el desarrollo de hipertensión arterial y la ingestión promedio de 1.5 y 4.5 tazas al día (RR = 1.02; IC 95%: 0.97-1.06 y RR = 0.96; IC 95%: 0.89-1.03, respectivamente); no obstante, se evidenció un efecto protector con consumos promedio de 6.2 tazas al día (RR = 0.95; IC 95%: 0.91-0.99) (Fig. 3).
Discusión
Existe una reducción dosis-respuesta del riesgo de desarrollar hipertensión arterial del 2% por cada taza de café consumida al día, con un efecto acumulativo directamente proporcional al número de tazas consumidas al día, hasta un máximo de 8 tazas. Cuando el consumo se encuentra entre 2 y 8 tazas al día (comparado con el no consumo) se reduce dicho riesgo entre un 3 a un 10%. Cuando se comparan categorías de consumo, la ingesta baja o moderada (1 a 5 tazas al día) de café tiene un efecto neutro sobre la incidencia de hipertensión arterial; no obstante, para el consumo alto (en promedio 6 tazas de café al día), se mantiene el efecto protector.
Como se mencionó previamente, el café tiene diferentes compuestos con efectos antioxidantes, antiinflamatorios, vasodilatadores y diuréticos que explican el efecto protector frente al desarrollo de hipertensión arterial. Además, la evidencia proveniente de estudios observacionales apoya los beneficios teóricos frente a la disminución del riesgo de desarrollar hipertensión arterial. Al respecto, los resultados de esta revisión son similares a los análisis realizados por otros autores, los cuales demuestran una asociación inversa entre consumos habituales de café en dosis moderadas o altas y el riesgo de desarrollar hipertensión15. Más aún, dicho efecto protector parece relacionarse con la habituación al consumo regular. En este sentido, Surma y Oparil en 2021 encuentran un incremento del riesgo de hipertensión arterial en sujetos con consumo no habitual u ocasional de café16. Por otro lado, dicha relación entre el consumo habitual de café y el riesgo de hipertensión en subgrupos poblacionales continúa siendo controversial. Por ejemplo, en adultos mayores el efecto protector no es tan claro17,18, en contraposición con lo que sucede en las mujeres, en quienes dicho efecto se incrementa hasta en un 12%. Por otra parte, en sujetos con polimorfismos en la enzima CYP1A2 se ha descrito una menor probabilidad de desarrollo de hipertensión en individuos que consumen habitualmente café19.
De igual forma, y dada la alta carga de enfermedad relacionada con la hipertensión arterial (cerca de 10 millones de muertes al año)20,21, los Servicios Preventivos de los Estados Unidos (US Preventive Services Task Force) recomiendan tamizar anualmente esta entidad en personas adultas asintomáticas22. En contraste, en las guías locales para la prevención y el manejo de la hipertensión23, no se hace alusión a los potenciales efectos del consumo de café, pese a la alta ingesta reportada en Colombia24. Es más, dicha bebida no se menciona como parte del plan nutricional ni para la prevención ni para el tratamiento de esta enfermedad.
Al comparar la evidencia analizada con estudios similares en los que se evalúan otros desenlaces cardiovasculares relacionados con el consumo habitual de café, se describe un efecto neutro o de disminución del riesgo de desarrollar eventos cardiovasculares cuando dicho consumo está entre 3 y 4 tazas al día; con relación al riesgo de presentar eventos cerebrovasculares hay un efecto protector si este consumo no supera las 4 tazas al día y respecto a la mortalidad general el riesgo se reduce si la dosis está entre 3 y 4 tazas al día25,26. En contraste, los resultados actuales sugieren que la dosis protectora para prevenir la hipertensión arterial sería ligeramente superior (promedio de 6.2 tazas diarias y no más de 8).
Como limitaciones de este trabajo, se encontró que no hay una estandarización de las dosis de café analizadas en los estudios primarios, de forma tal, que tanto el volumen de cada taza como la clasificación de consumos leves, moderados o altos no son homogéneos en las cohortes incluidas, lo cual restringe su comparabilidad. Por otra parte, en los diferentes artículos no se analizan factores como el tipo de preparación ni la concentración de café presente en cada taza. En el mismo sentido, no se tienen en cuenta otras sustancias frecuentemente añadidas al café, tales como azúcar, leche, crema, etc., cuyos efectos en la salud no son despreciables.
Adicionalmente, los consumos registrados en la mayoría de las publicaciones se hacen por autorreporte, lo cual podría introducir imprecisión y subjetividad a las mediciones. Por último, si bien la mayoría de los estudios primarios incluidos en las revisiones controlaron variables de confusión (estatus de fumador, sexo, edad), no es posible eliminar la influencia de otros factores relacionados con el desarrollo de hipertensión arterial, tales como sobrepeso, sedentarismo o consumo de sodio, por ejemplo. En razón a lo mencionado, se hace necesario diseñar nuevos estudios que permitan identificar, con mayor precisión, la influencia de las variables mencionadas en la incidencia de hipertensión arterial.
Como fortalezas se destacan que, de las 4 revisiones incluidas en esta publicación, 3 son de alta calidad y 1 de calidad moderada. Además, se resalta el hecho de que los estudios incluidos agrupan una cantidad considerable de participantes, con características diversas en cuanto sexo, edad y raza y, si bien no se incluye población latinoamericana, la diversidad de regiones permite inferir que el efecto no estaría relacionado con un genotipo específico. Asimismo, el tiempo de seguimiento en la mayoría de los estudios incluidos es suficiente para observar el desenlace evaluado.
Conclusión
A la luz de la evidencia actual, el consumo habitual de café en dosis moderadas y altas (entre 2 y 8 tazas/día) tiene un efecto neutro o de reducción del riesgo de desarrollar hipertensión arterial en una persona sana. El consumo promedio de 6.2 tazas de café al día comparado con el no consumo tiene un efecto protector frente a la aparición de hipertensión arterial.
Esta información es relevante para orientar la práctica clínica actual dada la alta prevalencia de consumo regular de café en la población colombiana y teniendo en cuenta la ausencia de recomendaciones concretas al respecto en las guías nutricionales actuales. Nivel de certeza muy baja, importancia crítica (GRADE).