Introducción
La enfermedad de Pompe (EP) es una enfermedad genética clasificada entre las enfermedades raras, por la baja incidencia que presenta en el mundo, aunque es probable que existan casos subdiagnosticados, debido a la variabilidad clínica de los pacientes y a las dificultades por parte de los médicos en el reconocimiento de la patología. También es conocida como glucogenosis tipo II o deficiencia de maltasa ácida, y hace parte de las enfermedades de depósito lisosomal (EDL), en las cuales se da una acumulación anormal de sustratos dentro del lisosoma que produce diferentes trastornos en la estructura y la función de los tejidos afectados 1. Se considera un raro error innato del metabolismo, su incidencia es variable y depende de la etnia y el área geográfica. Es más frecuente entre los afroamericanos (1:14000), los europeos del norte de origen holandés y los asiáticos del sudeste 2,3.
La EP es la más prevalente de las enfermedades lisosomales, en la actualidad existen más de 60 trastornos de este tipo 4. Es una enfermedad multisistémica y rápidamente progresiva, que causa compromiso muscular (esquelético, cardíaco y liso), severa hipotonía y dificultad en la deglución. Todas estas manifestaciones confluyen en compromiso respiratorio 5.
Se clasifica en dos formas clínicas, la primera es de comienzo temprano, o EP infantil, y en esta los síntomas se manifiestan antes del primer año de vida; existen dos variantes: la forma clásica, que se presenta con miocardiopatía y corresponde al extremo más grave del espectro de la enfermedad; su edad media de inicio es aproximadamente a los 1,6 meses, y la de muerte entre 6,0 y 7,7 meses 6,7; los niños presentan retraso de crecimiento y de los hitos madurativos, así como dificultad en la alimentación y succión. La otra forma de la EP infantil es la forma atípica o variante muscular, en la cual la progresión de la enfermedad es más lenta y no hay compromiso cardíaco 5.
La segunda forma clínica es de comienzo tardío, la sintomatología aparece más tarde en la vida, y se caracteriza, por lo general, por el compromiso de las extremidades, el tronco y el diafragma, lo que representa más del 90 % de los casos; ocurre una miopatía progresiva, poco compromiso cardiaco pero gran afectación de los músculos respiratorios, principalmente el diafragma, lo cual lleva a una falla respiratoria relativamente temprana, que es la principal causa de muerte 8-10.
Debido a ello, la mayoría de los pacientes acaba en silla de ruedas o necesita asistencia respiratoria. La edad de la muerte varía desde la primera infancia hasta la adultez avanzada, en función de la actividad residual de la enzima maltasa ácida, que determina la tasa de progresión de la enfermedad, el grado de compromiso de los músculos respiratorios y la presencia de otras comorbilidades. En la actualidad, la terapia de reemplazo enzimático es el único tratamiento aprobado para la enfermedad de Pompe 11.
Esto conlleva un panorama difícil para los pacientes con EP, cuya capacidad para estudiar, trabajar o realizar actividades cotidianas se ve limitada, principalmente por la pronunciada afectación de salud física 12, que también desempeña un papel importante en el desarrollo de problemas de salud mental y de su calidad de vida en general 1.
El objetivo de este estudio fue describir la calidad de vida de un grupo de pacientes con enfermedad de Pompe.
Materiales y métodos
Se llevó a cabo un estudio descriptivo de corte transversal en 27 pacientes con EP, pertenecientes a un grupo de red social. Los datos fueron recolectados del 9 de marzo al 20 de mayo del 2020, por medio de un instrumento tipo encuesta en formulario de Google, autoadministrado, que incluía preguntas sobre caracterización sociodemográfica (edad, sexo, estado civil, país de residencia), referentes a la enfermedad (años de vida con la enfermedad, dificultades físicas por la enfermedad, uso de soportes para movilización o respiratorios), además del cuestionario de calidad de vida. Cada paciente firmó la aceptación del consentimiento informado para ser incluido en esta investigación. La información recolectada se manejó de forma privada y confidencial, de acuerdo con lo establecido por el comité de ética de la Corporación Universitaria Rafael Núñez y la normatividad nacional (Resolución 8430 de 1993 del Ministerio Nacional de Salud) e internacional (Declaración de Helsinki).
Se aplicó el Medical Outcomes Study 36-Item Short Form (SF-36) Questionnaire, en español e inglés, validado en ambos idiomas, que mide la calidad de vida de los pacientes relacionada con la salud. Está compuesto por 36 ítems, agrupados en 8 diferentes dimensiones. Además, incluye una pregunta que explora los cambios experimentados en el estado de salud en el último año y que se trata de manera independiente como una variable ordinal. Las dimensiones medidas por el SF-36 son 13,14:
Función física (PF): grado en que la salud limita actividades físicas tales como el autocuidado, caminar, subir escaleras, inclinarse, coger o llevar pesos, y los esfuerzos moderados e intensos (número de ítems = 10).
Rol físico (RP): grado en que la salud física interfiere en el trabajo y en otras actividades diarias, lo que incluye el rendimiento menor que el deseado, la limitación en el tipo de actividades realizadas o la dificultad en la realización de actividades (número de ítems = 4).
Dolor corporal (BP): la intensidad del dolor y su efecto en el trabajo habitual, tanto fuera de casa como en el hogar (número de ítems = 2).
Salud general (GH): valoración personal de la salud que incluye la salud actual, las perspectivas de salud en el futuro y la resistencia a enfermar (número de ítems = 5).
Vitalidad (VT): sentimiento de energía y vitalidad, en contraste con el sentimiento de cansancio y agotamiento (número de ítems = 4).
Función social (SF): grado en el que los problemas de salud física o emocional interfieren en la vida social habitual (número de ítems = 4).
Rol emocional (RE): grado en el que los problemas emocionales interfieren en el trabajo u otras actividades diarias, lo que incluye la reducción en el tiempo dedicado a esas actividades, el rendimiento menor que el deseado y una disminución del cuidado al trabajar (número de ítems = 3).
Salud mental (MH): salud mental general, que incluye la depresión, la ansiedad, el control de la conducta y el control emocional, así como el efecto positivo en general (número de ítems = 5).
Evolución declarada de la salud (HT): valoración de la salud actual comparada con la de un año atrás (número de ítems = 1).
El diseño permite identificar estados de salud tanto positivos como negativos; a mayor puntaje, mejor calidad de vida relacionada con la salud. La puntuación de cada dimensión se transformó a escala de 0-100 según lo establecido por versión española de SF-36v2™ Health Survey © 1996, 2000 adaptada por Alonso et al.15,16.
Se estableció contabilidad mediante consistencia interna con el alfa de Cronbach, para cada una de las dimensiones del SF-36, y se obtuvo: función física: 0,958; rol físico: 0,974; dolor corporal: 0,887; salud general: 0,701; vitalidad: 0,712; función social: 0,700; rol emocional: 0,982; salud mental: 0,807.
La tabulación de las respuestas y la transformación de la escala se llevaron a cabo en Microsoft Excel 2016™, en tanto que el análisis se realizó en SPSS Statistics™ versión 23. Para las variables categóricas se describen frecuencias y porcentajes, mientras que para las variables cuantitativas se describen medidas de tendencia central y desviación estándar (SD). Para la comparación de grupos se tuvo en cuenta la distribución de los datos establecida por prueba de normalidad de Shapiro-Wilk y las características de cada variable. Las pruebas utilizadas fueron: ANO-VA, Kruskal-Wallis, T-Student, Mann-Whitney. Se trabajó con un nivel de significancia de 0,05.
Resultados
La media de edad de los pacientes fue de 40,52 años, con desviación estándar (SD) de 13,366, moda de 45 años y rango de edad de 14 a 68 años. La tabla 1 muestra las características sociodemográficas de los sujetos de estudio.
Fuente: elaboración propia
Con respecto a la caracterización de la enfermedad, la edad media de diagnóstico fue de 30,37 años (SD = 15,557), moda de 29 años y rango de 0 a 57 años, mientras que la duración media de la enfermedad fue de 12,41 años (SD = 11,150), multimodal con moda inferior de 5 años y rango de 1 a 6 años.
La tabla 2 muestra las variables de manejo de la EP, en tanto que la tabla 3 presenta los resultados de las 8 dimensiones evaluadas en el SF36. Con relación al ítem de evolución declarada de salud (HT por sus siglas en inglés), evaluada con la pregunta: ¿cómo diría usted que es su salud actual, comparada con la de hace un año?, se encontró que el 25,9 % de los pacientes ( n= 7; IC 95 % = 8,3-43,6) aseguró estar mejor; el 44,4 % (n = 12; IC 95 % = 24,4-64,5) aseguró sentirse igual; y el 29,7 % (n = 8; IC 95 % = 11,2-48,0) consideró sentirse peor que el año anterior.
Fuente: elaboración propia
Por otra parte, se encontró que en todos los casos de dimensiones asociadas a parámetros físicos (función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad) la correlación con la edad fue inversa, aunque solo fue significativa para las dimensiones de salud general (coeficiente de correlación = -0,515) y vitalidad (coeficiente de correlación = -0,413), con valores de p de 0,006 y 0,032, respectivamente. Además, como se esperaba, las dimensiones que no están asociadas a parámetros físicos (función social, rol emocional, salud mental) mostraron correlaciones directas con la edad, aunque no fueron significativas (p > 0,05).
En la tabla 4 se presentan los valores de p obtenidos en las pruebas de asociación entre cada una de las dimensiones y las variables categóricas evaluadas, mientras que en la tabla 5 se presentan las correlaciones entre las dimensiones del SF-36.
Dimensión | Media | SD | IC 95 % |
---|---|---|---|
Min - Max | |||
Función física | 23,7 | 30.083 | 11,8 - 35,6 |
Rol físico | 10,2 | 29.629 | 1,5 - 21,9 |
Dolor corporal | 59,0 | 30.517 | 47,0 - 71,1 |
Salud general | 29,7 | 18.101 | 22,6 - 36,9 |
Vitalidad | 44,1 | 18.030 | 36,9 - 51,2 |
Función social | 46,3 | 26.588 | 35,8 - 56,8 |
Rol emocional | 35,8 | 47.981 | 16,8 - 54,8 |
Salud mental | 65,5 | 21.545 | 56,9 - 74,0 |
Fuente: elaboración propia
Dimensión | p-valor | ||||
---|---|---|---|---|---|
Evolución declarada de salud | Sexo | Dificultad física | Uso de silla de ruedas | Uso de soporte respiratorio | |
Función física | 0,288 | 0,094 | 0,047 | 0,001 | 0,005 |
Rol físico | 0,470 | 0,136 | 0,197 | 0,203 | 0,062 |
Dolor corporal | 0,095 | 0,881 | 0,653 | 0,586 | 0,241 |
Salud general | 0,109 | 0,029 | 0,477 | 0,624 | 0,643 |
Vitalidad | 0,046 | 0,340 | 0,679 | 0,461 | 0,504 |
Función social | 0,002 | 0,502 | 0,385 | 0,804 | 0,979 |
Rol emocional | 0,278 | 0,815 | 0,842 | 0,301 | 0,421 |
Salud mental | 0,182 | 0,255 | 0,188 | 0,676 | 0,020 |
Fuente: elaboración propia
Dimensión | Coeficiente de correlación (valor de p) | |||||||
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Función física | Rol físico | Dolor corporal | Salud general | Vitalidad | Función social | Rol emocional | Salud mental | |
Función física | * | 0,494 (0,009) | 0,11 (0,585) | 0,271 (0,171) | 0,010 (0,960) | 0,208 (0,297) | 0,194 (0,332) | -0,072 |
Rol físico | * | 0,423 (0,028) | 0,427 (0,026) | 0,455 (0,017) | 0,355 (0,069) | 0,483 (0,011) | 0,188 (0,348) | |
Dolor corporal | * | 0,371 (0,057) | 0,307 (0,119) | 0,726 (0,000) | 0,354 (0,070) | 0,586 (0,001) | ||
Salud general | * | 0,402 (0,038) | 0,462 (0,015) | 0,171 (0,394) | 0,165 (0,410) | |||
Vitalidad | * | 0,514 (0,006) | 0,457 (0,017) | 0,274 (0,167) | ||||
Función social | * | 0,491 (0,009) | 0,480 (0,011) | |||||
Rol emocional | * | 0,359 (0,066) | ||||||
Salud mental | * |
* Coeficiente de correlación = 1,000
Fuente: elaboración propia
Discusión
El cuestionario SF-36 muestra que, en general, las 8 dimensiones que componen la escala presentan medias muy bajas; solo alcanzan medias superiores a 50 en las dimensiones de dolor corporal y salud mental; además, las dimensiones de rol físico y función física, con medias inferiores a 25, donde el rol físico tiene la media más baja con 10,2. Estos resultados evidencian baja calidad de vida en pacientes con EP, en comparación con la población general, como se reporta en otros estudios que utilizan el mismo cuestionario 5,7,13. Si se comparan los hallazgos con los valores normalizados de referencia en población general de cada dimensión del SF-36 en Norteamérica y España, las diferencias son muy marcadas. En Norteamérica, la dimensión con media más baja es de 61, y el resto de las dimensiones superan todas una media de 70, mientras que en España se reportan medias superiores a 80 en 7 de las 8 dimensiones 17.
Debido a las características propias de la enfermedad, es coherente que las dimensiones más bajas fueran la función física y el rol físico, ya que estas se asocian a las limitaciones físicas del paciente, debido a la naturaleza de la enfermedad. En esta, se da una acumulación lisosómica de glucógeno en múltiples tejidos, pero los músculos cardíacos y esqueléticos son los más afectados 8,18,19. Estas mismas dimensiones se reportan como las de menor media en otros estudios, tanto en pacientes con EP como de otras enfermedades crónicas 8,20-22.
Como se esperaba, la edad presentó correlación inversa con todas las dimensiones asociadas a parámetros físicos, y las dimensiones sin esta asociación mostraron una relación directa; estos resultados son consecuentes con otros estudios que adicionalmente sugieren que individuos con una enfermedad crónica experimentan una disminución en la función física, mientras que otros factores como la salud mental permanecen relativamente estables 23.
Con respecto a las variables categóricas y los resultados del SF-36, se encontró que el uso de sillas de ruedas y de soporte respiratorio tuvo asociación estadísticamente significativa con la dimensión de función física, resultado similar a lo reportado en el estudio de Hagemans et al.18; además, la dimensión de función social presentó asociación estadísticamente significativa con la evolución declarada de salud, hecho que podría estar relacionado con el importante porcentaje de pacientes que aseguraron que su estado de salud se encontraba peor, si se comparaba con el año anterior; contrariamente, Chen et al.24 no observaron asociaciones estadísticas entre los dominios de relaciones sociales y la calidad de vida, aunque el presente estudio difirió en la escala para la medición de esta última. Tales resultados ponen en evidencia la importancia de abordar los temas relacionados con el apoyo social a los pacientes afectados por enfermedades tan degenerativas como la EP 24.
Un aspecto muy importante es la alta correlación significativa que mostró la dimensión de dolor corporal con las dimensiones de función social y salud mental. Esto podría apoyarse en el hecho de que el dolor ocasiona en los pacientes una reducción de la calidad de vida, una menor participación en la vida diaria y más depresión y ansiedad, como lo reportan Gungor et al.11. Algunos estudios como los de Hagemans et al.18 describieron altas puntuaciones en la dimensión de salud mental en una población de pacientes alemanes con EP, lo que puede generalizarse a todos los demás países; este mismo comportamiento se dio en el presente estudio, en el cual esta dimensión obtuvo la media más alta. Además de ello, la depresión y la ansiedad se han descrito en pacientes con EP, debido a múltiples razones, no necesariamente relacionadas con la condición específica de la enfermedad 25.
La dimensión de rol físico presentó correlaciones significativas con casi la totalidad de las otras dimensiones del SF-36; esto podría ser evidencia clara de la baja calidad de vida que tienen estos pacientes, atribuida al curso de la enfermedad, a pesar de que todos, con excepción de un paciente, han sido tratados con la terapia de reemplazo enzimático (TRE), ya que antes del tratamiento de la EP se limitaba a cuidados paliativos 26. Incluso con esta terapia, siguen existiendo limitaciones como la dependencia del volumen de infusión; infusiones que consumen mucho tiempo, al menos cada dos semanas; reacciones adversas asociadas a la infusión en algunos pacientes; incapacidad para eliminar el glucógeno neuronal, con posterior progresión de la patología y deterioro funcional; autofagia continua en el tejido; y respuesta de anticuerpos a la TRE que mitigan su eficacia 27.
Una de las limitaciones de nuestro estudio es que no se discriminaron los pacientes por el tipo de EP que presentaban, para así establecer las posibles diferencias en las dimensiones afectadas según estos, además de lo limitado de la muestra en algunos países. Sin embargo, los resultados resaltan la importancia de seguir haciendo estudios de calidad de vida en pacientes con enfermedades crónicas y degenerativas como la EP por el manejo multidisciplinario y las limitadas opciones farmacológicas para la patología y sus comorbilidades.
Conclusión
Se evidencia una baja calidad de vida en los pacientes con EP participantes; las dimensiones asociadas a parámetros físicos fueron las más bajas. El curso propio de la enfermedad genera limitaciones físicas en los pacientes y dolor corporal, lo que se relaciona con afectaciones en la función social y en la salud mental. Se sugiere la continuación de estudios sobre calidad de vida, no solo en pacientes con EP, sino en otras enfermedades huérfanas, con el fin de caracterizar estos trastornos poco prevalentes y contar con una mirada holística del paciente para la comprensión de las manifestaciones clínicas y los tratamientos que mejoren su vida.