Introducción
Los servicios de atención en salud tienen el objetivo de generar un beneficio para las personas hasta lograr su recuperación física, mental y social. Entre las actividades para cumplir este propósito es importante considerar la posibilidad de error en la práctica médica como un acto inherente a la condición humana que genera riesgo para la seguridad de los pacientes así lo concluyó un informe generado por el Instituto de Medicina de Los Estados Unidos (EE. UU.) a principios del año 2000, este informe generó una alerta mundial al exponer que aproximadamente el 4% de los pacientes hospitalizados estarían en riesgo de sufrir algún daño por causas asociadas a la atención en salud, el 70% generando incapacidad temporal y 14% eventos mortales causando entre 44 000 y 98 000 muertes, cifra situada por encima de la mortalidad producida por accidentes de tránsito, por cáncer de mama o por el SIDA1.
Un estudio un poco más reciente sitúo los Errores en la Atención en Salud (EAS) como la tercera causa de muerte en los EE. UU. después de enfermedades del corazón y cáncer2. Se ha descrito que cerca de la tercera parte de los EAS están relacionados a errores de medicación (EM) con una incidencia 3 veces mayor en la población pediátrica comparada con los adultos3,4. En Colombia la información sobre EM es limitada, algunos estudios describen una proporción de errores del 18,18%-45,69%11,20, sin embargo, no se conocen datos relacionados a la población pediátrica.
Los EM se pueden presentar en cualquiera de las etapas del proceso del uso de los medicamentos, desde la prescripción, administración, hasta el monitoreo del paciente5,. Dentro de múltiples estrategias recomendadas por organismos internacionales para mejorar la seguridad del paciente, el Institute For Safe Medication Practices (ISMP), American Hospital Association (AHA), el Institute for Healthcare Improvement (IHI) la Joint Commission International (JCI), han recomendado la adopción de una cultura de seguridad enfocada a la mejora del sistema de atención, mediante la implementación de un programa voluntario, no punitivo, de notificación de EAS incluyendo EM, que permita la detección, análisis, identificación de causas e implementación de acciones enfocadas a su prevención7.
El Hospital Pablo Tobón Uribe (HPTU) es un Hospital universitario de alta complejidad ubicado en la ciudad de Medellín-Colombia. Es una institución comprometida en velar por la seguridad en la atención de sus pacientes, acreditada por la JCI, la cual tiene implementado un Sistema de notificación y gestión de riesgo clínico (SGRC) en el que se reportan de manera electrónica y voluntaria los eventos e incidentes relacionados con la atención en salud.
El objetivo de esta investigación fue determinar la prevalencia y caracterizar los errores de medicación reportados en el SGRC en el servicio de pediatría entre el 2017 y 2018.
Materiales y métodos
Estudio descriptivo de corte transversal. Se generó un informe de los EAS reportados en el sistema de gestión de riesgo clínico del HPTU durante los años 2017 y 2018. Para el análisis fueron incluidos los reportes asociados a medicamentos en el servicio de pediatría. Por otra parte, fueron excluidos aquellos reportes con datos incompletos. Los errores de medicación se clasificaron según la propuesta del grupo Ruiz-Jarabo 20008 donde se catalogan por proceso de ocurrencia (prescripción, administración, conciliación, dispensación, monitorización y preparación), tipo de error, subgrupo y gravedad.
Los medicamentos involucrados en los reportes de EM fueron agrupados utilizando la clasificación anatómica, terapéutica y química (ATC, nivel 2) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se identificaron los medicamentos de alto riesgo incluidos en el listado institucional siguiendo las recomendaciones del ISMP. Para controlar el sesgo de selección se incluyeron todos los reportes realizados en el servicio de pediatría, los investigadores tuvieron en cuenta que el personal que realiza el reporte recibió entrenamiento en el sistema de notificación como parte del plan de capacitación de la institución. La profesión o especialidad responsable de los reportes también fue registrada.
El registro y análisis de los datos se realizó en Stata® (StataCorp. 2013. Stata Statistical Software: Release 13. College Station, TX: StataCorp LP). Se emplearon estadísticos descriptivos para las variables cuantitativas y tablas de frecuencias para las variables cualitativas. Se calculó la proporción de EAS que corresponden a EM y la tasa de EM por cada 1000 paciente-días. El estudio fue aprobado por el comité de investigación y ética en investigación del HPTU.
Resultados
Se identificaron 13 751 reportes de EAS en el sistema de gestión de riesgo clínico del HPTU; 4589 (33,37%) correspondieron a eventos relacionados con medicamentos. En el servicio de hospitalización pediátrica se generaron 669 reportes de EAS, 376 (56,20%) relacionados con medicamentos. La tasa calculada de EM fue 7,71 por cada 1000 paciente-días. La mayoría de los errores reportados se clasificaron como error sin daño (categorías B y C) con un total de 176 ambas subcategorías (352 total) para un 93,62% del total de errores. Se reportó 1 error con daño (categoría E) relacionado con un paciente con diagnóstico de tuberculosis que requirió cambio de tratamiento antituberculoso por un esquema alterno debido a monitorización insuficiente y falta de control de pruebas hepáticas.
El proceso de prescripción fue el que más reportó errores con un total de 225 (59,84%), seguido de administración con 78 (20,74%) (Ver Tabla 1). La dosis incorrecta fue el subgrupo de error más común tanto en el proceso de prescripción como de administración, 134 (59,56%) y 13 (16,67%), respectivamente. (Ver Tabla2).
Los medicamentos de alto riesgo estuvieron involucrados en 62 (16,49%) reportes. El grupo terapéutico con mayor número de reportes fue los antibacterianos de uso sistémico (J01) con 99 (26,32%), seguido de analgésicos (N02) 44 (11,70%) y antiepilépticos (N03) 31 (8,24%). Los demás grupos terapéuticos reportados se presentan en la Figura 1. El 16.49% de los medicamentos eran de alto riesgo.
Los químicos farmacéuticos fueron los profesionales que más reportes generaron 196 (52,13%), seguido en orden descendente por enfermería 123 (32,71%), regencia de farmacia 38 (10,11%), medicina 7 (1,86%), auxiliar de enfermería 4(1,06%). En 8 reportes (2,13%) no se registró el nombre de la especialidad.
*Categoría de gravedad | Proceso implicado | Total general n (%) | ||||||
Prescripción | Administración | Conciliación | Dispensación | Monitorización del paciente o del tratamiento | Preparación | |||
Error potencial | Categoría A | 12 | 4 | ---- | ---- | 3 | ---- | 19 (5,05) |
Error sin daño | Categoría B | 140 | 3 | 10 | 1 | 18 | 4 | 176 (46,81) |
Categoría C | 72 | 70 | 4 | 13 | 5 | 12 | 176 (46,81) | |
Categoría D | 1 | 1 | ---- | ---- | ---- | 2 | 4 (1,06) | |
Error con daño | Categoría E | ---- | ---- | ---- | ---- | 1 | ---- | 1 (0,27) |
Total general n(%) | 225 (59,84) | 78 (20,74) | 14 (3,72) | 14 (3,72) | 27 (7,18) | 18 (4,79) | 376 (100) |
*Clasificación adaptada y actualizada del National Coordinating Council for Medication Error
Fuente: autores
*Proceso/Tipo de error | *Subgrupo del error | Total n(%) |
Prescripción | 225 | |
Dosis Incorrecta | 134 (59,56) | |
Dosis mayor | 83 | |
Dosis menor | 51 | |
Duración del tratamiento incorrecta | 1 (0,44) | |
Duración mayor | 1 | |
Forma farmacéutica errónea | 5 (2,22) | |
Frecuencia de administración errónea | 16 (7,11) | |
Medicamento erróneo | 48 (21,33) | |
Alergia previa o efecto adverso similar | 22 | |
Duplicidad terapéutica | 21 | |
Medicamento inapropiado para el paciente por edad, situación clínica, etc. | 3 | |
Medicamento no indicado/apropiado para el diagnóstico | 2 | |
Omisión de dosis o de medicamento | 19 (8,44) | |
Falta de prescripción de un medicamento necesario | 19 | |
Prescripción inapropiada | 1 (0,44) | |
Velocidad de administración errónea | 1 (0,44) | |
Administración | 78 | |
Dosis Incorrecta | 13 (16,67) | |
Dosis extra | 3 | |
Dosis mayor | 5 | |
Dosis menor | 5 | |
Duración del tratamiento incorrecta | 2 (2,56) | |
Duración mayor | 2 | |
Error de preparación/manipulación/acondicionamiento | 1 (1,28) | |
Forma farmacéutica errónea | 2 (2,56) | |
Frecuencia de administración errónea | 6 (7,69) | |
Hora de administración incorrecta | 6 (7,69) | |
Medicamento erróneo | 12 (15,38) | |
Interacción medicamento-medicamento | 1 | |
Medicamento inapropiado para el paciente por edad, situación clínica, etc. | 2 | |
Transcripción/dispensación/administración de un medicamento diferente al prescrito | 9 | |
Omisión de dosis o de medicamento | 23 (29,49) | |
Falta de prescripción de un medicamento necesario | 1 | |
Omisión en la administración | 22 | |
Paciente equivocado | 6 (7,69) | |
Técnica de administración incorrecta | 1 (1,28) | |
Velocidad de administración errónea | 3 (3,85) | |
Vía de administración errónea | 3 (3,85) | |
Conciliación | 14 | |
Dosis Incorrecta | 11 (78,57) | |
Dosis mayor | 3 | |
Dosis menor | 8 |
*Clasificación adaptada y actualizada del National Coordinating Council for Medication Error Reporting and Prevention (NCC MERP)
Fuente: autores.
*Proceso/Tipo de error | *Subgrupo del error | Total n(%) |
Frecuencia de administración errónea | 2 (14,29) | |
Medicamento erróneo | 1 (7,14) | |
Dispensación | 14 | |
Dosis Incorrecta | 1 (7,14) | |
Dosis menor | 1 | |
Error de preparación/manipulación/ acondicionamiento | 1 (7,14) | |
Frecuencia de administración errónea | 1 (7,14) | |
Medicamento erróneo | 10 (71,43) | |
Transcripción/dispensación/administración de un medicamento diferente al prescrito | 10 | |
Omisión de dosis o de medicamento | 1 (7,14) | |
Omisión en la dispensación | 1 | |
Monitorización del paciente o del tratamiento | 27 | |
Medicamento erróneo | 1 (3,70) | |
Interacción medicamento-medicamento | 1 | |
Monitorización insuficiente del tratamiento | 23 (85,18) | |
Falta de controles analíticos | 23 | |
Otros (texto libre) | 3 (11,11) | |
Tiempo de muestra de laboratorio equivocada | 3 | |
Preparación | 18 | |
Dosis Incorrecta | 2 (11,11) | |
Dosis mayor | 1 | |
Dosis menor | 1 | |
Error de preparación/manipulación/acondicionamiento | 13 (72,22) | |
Medicamento erróneo | 2 (11,11) | |
Transcripción/dispensación/administración de un medicamento diferente al prescrito | 2 | |
Omisión de dosis o de medicamento | 1 (5,56) | |
Falta de prescripción de un medicamento necesario | 1 |
*Clasificación adaptada y actualizada del National Coordinating Council for Medication Error Reporting and Prevention (NCC MERP)
Discusión
La proporción global de errores de medicación varía en la literatura publicada, sin embargo, conocer su prevalencia, permite implementar acciones enfocadas a su prevención y control7. En Colombia no se conocen datos de estudios que reporten errores de medicación en la población pediátrica, por ello, los resultados reportados en el presente estudio evidencian una problemática que prevalece a nivel global afectando los sistemas de salud y la calidad en la atención del paciente9.
La proporción de EM encontrados en el presente trabajo son consistentes con los datos reportados por el estudio ENEAS el cual fue realizado en España buscando conocer los efectos adversos ligados a la hospitalización reportando una proporción de 37,40% relacionados con medicamentos10. Un estudio que caracterizó los reportes de incidentes del programa de seguridad del paciente en un hospital de alta complejidad describió el 18.80% relacionados a EM11. Datos del Reino Unido mostraron que 517 415 notificaciones de incidentes de medicación en Inglaterra y Gales correspondieron a un 10% del total de reportes de seguridad del paciente12. Los anteriores estudios mencionados describen datos de EM en general sin discriminar los presentados en la población pediátrica.
En la presente investigación la proporción de EM en el servicio de hospitalización de pediatría fue 56,20%. Este resultado difiere con lo reportado por Shaw et al. y Otero y et al. quienes, en sus trabajos realizados sobre errores de medicación en niños, encontraron una proporción de EM de 19,22% y 11,40% respectivamente13-14. La diferencia entre los datos reportados en los estudios se puede explicar por las diferentes metodologías empleadas para recolectar la información. Algunos, incluyendo esta investigación, describen en su metodología la revisión de notificación voluntaria de incidentes por el personal asistencial, otros la revisión y seguimiento de la historia clínica de los pacientes en busca de los errores12-14. Con relación a lo anterior, es preciso mencionar que estos métodos de identificación de EM son complementarios y ninguno de ellos tiene la capacidad de detectar la totalidad de los incidentes de medicación que se producen dada la complejidad del sistema de utilización del medicamento12.
La literatura reporta una incidencia de EM en la población pediátrica dos a tres veces mayor comparado con adultos15. Los datos del presente estudio se aproximan a esta cifra, reportando una proporción de EM de 32,20% en pacientes adultos versus 56,20% en pacientes pediátricos, siendo este valor 1,74 veces superior en los niños. El aumento en la probabilidad de cometerse un error en pediatría se ha relacionado con la falta de aprobación para el uso en esta población de gran parte de los medicamentos existentes en el mercado, lo que conlleva a extrapolarse la información descrita para pacientes adultos, adicional a la necesidad de la realización de cálculos para la dosificación de acuerdo con el peso, edad, e incluso superficie de área corporal en algunos casos. Por lo anterior, para mitigar este riesgo se requiere la constante capacitación, entrenamiento, evaluación y seguimiento al personal de salud involucrado en el proceso de atención del paciente pediátrico, la estandarización y realización de protocolos, así como aprender acerca de los EM reportados3,16.
La tasa de EM reportada en la literatura es variable, Peter y col en una revisión sistemática y metanálisis sobre errores de medicación en pacientes pediátricos hospitalizados reportó un valor de 62,80 errores de medicación por cada 1000 paciente-días17, en Argentina otro estudio reportó una tasa de 130,60 por cada 1000 paciente-días18, los datos reportados en el presente estudio son inferiores, con una tasa de 7,71 por cada 1000 paciente-días.
Los resultados encontrados en esta investigación sobre la gravedad de los EM son similares al estudio de Guerrero-Aznar MD et al., quienes señalan que los errores de medicación en pacientes pediátricos notificados a la comisión central de seguridad de Andalucía se clasificaron en la categoría B19.
En el HPTU el proceso con mayor porcentaje de EM reportados fue la prescripción, similar a lo encontrado por Otero et al. y Kaushal et al. que encontraron un proporción de errores de prescripción de 56 y 78% respectivamente14,20.
Un estudio realizado en Estados Unidos evaluó el proceso de prescripción de medicamentos, encontrando al igual que los datos del HPTU la dosis incorrecta como el error de mayor proporción 58.96%16, adicional este estudio sugiere que los errores se pueden presentar al realizar cálculos con relación al peso y/o superficie corporal de los pacientes, realizar conversión de unidades (mililitros a gotas, microgramos a gramos, miliequivalentes a miligramos) y ajustar la dosificación cuando la función renal o hepática del paciente se ha deteriorado21.
La administración fue el segundo proceso con mayor proporción de EM detectados relacionándose la mayoría con omisión de dosis diferente a lo encontrado en Malasia en un estudio que evaluó EM relacionados con la administración que reportó la mayoría (34,62%) como aquellos en los que se administraron los medicamentos en una concentración inadecuada22.
Los medicamentos con mayor número de reportes fueron los antibacterianos de uso sistémico (26,32%), similar a lo reportado por Guerrero Aznar y col. en un estudio de corte transversal donde encontraron el 31,21% de los EM relacionados con este grupo terapéutico19. Dicho grupo farmacológico cobra importancia debido al uso racional que se les debe dar para disminuir el riesgo de resistencia bacteriana, en el HPTU la mayoría de los errores se relacionaron con el monitoreo de concentraciones séricas para establecer un régimen de dosificación efectivo y seguro.
El 52,13 % de los reportes generados por los químicos farmacéuticos contrasta con la literatura, un estudio en Estados unidos identificó a las enfermeras como la población clínica que más reportes de EM generaba con un 98,32%, mientras que el reporte por otro tipo de profesionales sólo llegaba al 38,15%23, para Ross y col en el Reino Unido el 59,22% de los reportes generados correspondió a enfermeras24, en nuestro estudio el 32,71 % de los reportes fueron generados por estos profesionales y el personal médico se situó dentro de los que menos generaron reportes (1,86%), similar a lo mostrado por Farley et al. donde hallaron entre 1-2 % de los EM reportados por médicos25.
El presente estudio tiene limitaciones. Los datos provienen de una sola institución lo cual limita la generalización de los resultados, además fueron obtenidos de un sistema electrónico de notificación voluntaria. Se ha descrito que este tipo de notificación presenta subregistro debido a que solo se reportan errores considerados importantes que generan daño o cambios en las conductas de la atención, quedando omitidos los errores que no generan daño, errores potenciales, errores identificados pero considerados insignificantes, así como los errores con potencial de generar daño25. Pese a lo anterior, los sistemas de notificación voluntaria son recomendados como estrategia de seguridad en la atención del paciente por su relativa facilidad para la implementación, además porque permiten identificar riesgos, causas, así como generar acciones enfocadas a la prevención favoreciendo un entorno seguro para el paciente7.
Conclusiones
La mayoría de los EM reportados en el SGRC del hospital en el servicio de hospitalización de pediatría se relacionaron con la prescripción y en segundo lugar la administración, siendo los errores sin daño la principal categoría.
La prevalencia de EM en pediatría encontrada en el presente estudio fue mayor al compararse con los datos en pacientes adultos consecuentemente con lo reportado en la literatura.
Se recomienda la implementación de un sistema de notificación voluntaria de incidentes como estrategia para la identificación de riesgos en la atención en salud y Errores de medicación.