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Cuadernos de Lingüística Hispánica

Print version ISSN 0121-053XOn-line version ISSN 2346-1829

Cuad. linguist. hisp.  no.39 Boyacá Jan./June 2022  Epub Feb 18, 2023

https://doi.org/10.19053/0121053x.n39.2022.13902 

Lenguaje y sociedad

Competencia léxica y procesos de variación semántica en los verbos del parlache*

Lexical Competence and Processes of Semantic Variation in Parlache Verbs

Compétence lexica et processus de variation sémantique dans les verbes du Parlache.

Competência lexical e processos de variação semântica em verbos parlache

Gladys Yolanda Pasuy Guerrero** 
http://orcid.org/0000-0001-6067-4216

Claudia Liliana Agudelo Montoya*** 
http://orcid.org/0000-0001-7249-1054

** Profesora de la Universidad de Caldas. Magíster en Lingüística del Instituto Caro y Cuervo. Candidata a doctora en Educación de la Universidad de Caldas. Correo electrónico: gladys.pasuy@ucaldas.edu.co ® https://orcid.org/0000-0001-6067-4216

*** Profesora de la Universidad de Caldas. Magíster en Lingüística del Instituto Caro y Cuervo. Doctora en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Correo electrónico: clamontoya2010@hotmail.com © https://orcid.org/0000-0001-7249-1054


Resumen

Este artículo surge de una exploración diagnóstica de tipo documental, que se configura como teórica, monográfica y descriptiva, y utiliza fuentes secundarias, esencialmente las designadas por la teoría lingüística semántica y por los estudios sociolingüísticos estadounidenses, hispanoamericanos y colombianos. Pretende dar cuenta de la manera como la competencia léxica del usuario debe resolver la resemantización dada en los verbos de la variedad de habla colombiana denominada parlache. Los fenómenos observados fueron, sobre todo, los distintos tipos de unidades léxicas en las que participan los verbos resemantizados y los procesos y estrategias implicados en su producción y comprensión. Se concluye que la competencia léxica, como capacidad para relacionar las formas con los significados, recurre a los referentes, a las asociaciones conceptuales y funcionales, a las relaciones semánticas, a la lexicogénesis, a las unidades fraseológicas, a los registros, y a los niveles de uso, así que apela a aspectos referenciales e inferenciales.

Palabras clave: competencia léxica; resemantización verbal; parlache; signo lingüístico; variación; procesos semánticos

Abstract

This paper arises from a documentary-type diagnostic exploration, which is configured as theoretical, monographic and descriptive, and uses secondary sources, essentially those designated by semantic linguistic theory and by American, Latin American and Colombian sociolinguistic studies. Its objective is to inform about the way in which the users' lexical competence must resolve the resemantization given in the verbs of the variety of the Colombian speech called 'parlache'. The observed phenomena were, above all, the different types of lexical units in which the resemantized verbs participate and the processes and strategies involved in their production and understanding. It is concluded that lexical competence, as the ability to relate forms to meanings, resorts to referents, conceptual and functional associations, semantic relationships, lexicogenesis, phraseological units, registers, and levels of use, so it appeals to referential and inferential aspects.

Key words: lexical competence; verbal resemantization; parlache; linguistic sign; variation; semantic processes

Résumé

Cet article est le résultat d'une exploration diagnostique de type documentaire, qui se configure comme étant théorique, monographique et descriptive, et qui utilise des sources secondaires, notamment, celles désignées par la théorie linguistique sémantique et par les études sociolinguistiques américaines, hispano-américaines et colombiennes. Elle vise à rendre compte de la manière dont la compétence lexica de l'utilisateur doit résoudre le problème de la. resémantisation donnée dans les verbes de la variété colombienne du langage appelé parlache. Les différents types d'unités lexicas dans lesquelles participent les verbes resémantisés et les processus et les stratégies impliqués dans leur production et leur compréhension furent les phénomènes observés. Il est conclu que la compétence lexica, en tant que capacité à relier des formes à des significations, fait appel à des référents, à des associations conceptuelles, et fonctionnelles, aux relations sémantiques à la lexicogenèse, aux unités phraséologiques, aux registres et aux niveaux d'utilisation, ainsi qu'elle fait appel aux aspects référentiels et inférentiels.

Mots clés: compétence lexicale; resémantisation verbale; parlache; signe linguistique; variation; sémantique

Resumo

Este artigo surge de uma exploração diagnóstica do tipo documental, que se configura como teórico, monográfico e descritivo, e utiliza fontes secundárias, essencialmente aqueles designados pela teoria linguística semântica e pelos estudos Sociolinguística americana, hispano-americana e colombiana. Tem como objetivo dar conta da maneira pela qual a competência lexical do usuário deve resolver a ressemantização dada nos verbos da variedade de fala colombiana chamada conversa. Os fenômenos observados foram, sobretudo, os diferentes tipos de unidades léxicos em que participam os verbos ressemantizados e os processos e estratégias envolvidos na sua produção e compreensão. Conclui-se que a competição lexical, como a capacidade de relacionar formas com significados, recorre a referentes, a associações conceituais e funcionais, a relações semânticas, à lexicogênese, às unidades fraseológicas, aos registros e aos níveis de uso, por isso apela a aspectos referenciais e inferenciais.

Palavras-chave: competência lexical; ressemantização verbal; parlache; signo linguístico; variação; processos semânticos

Introducción

El propósito central del presente artículo es poner de manifiesto las destrezas y habilidades que se emplean para conseguir el conocimiento léxico y la adecuación de uso de los verbos resemantizados de la variedad de lengua denominada parlache (Castañeda & Henao, 2001). Se acude para ello a la correlación de los ámbitos de la semántica (Pottier, 1993) y de la sociolingüística (Moreno Fernández, 2005, 2010) en torno al estudio teórico de la polisemia; por lo que se detiene, entre otros, en los siguientes temas: la movilidad del signo lingüístico (Muñoz Núñez, 1999); la denotación y connotación, como componentes del significado; la resemantización o polisemia, como relación entre significado y significante; los campos léxico-semánticos, como relaciones entre significados; los tabúes y los eufemismos, como valores expresivos y afectivos del significado; y la metonimia (Ruiz de Mendoza, 1999) y la metáfora (Le Guern, 1990, pp. 20-22), como los mecanismos más destacados de la competencia léxica (Marconi, 2000) de los usuarios de la lengua española, en especial, en el empleo figurado de los verbos usados en el sociolecto denominado parlache. Así, la pregunta que impulsó la investigación fue: ¿Cuáles son las técnicas y estrategias ofrecidas por la competencia léxica para satisfacer las necesidades comunicativas referentes a la resemantización verbal dada en la variedad argótica colombiana denominada parlache? Los objetivos específicos propuestos para lograr tal cometido fueron, por una parte, determinar los factores lingüísticos que contribuyen a la variación y al cambio de sentido (Labov, 1983, 1996), y por otra, vincular los factores externos de orden referencial e inferencial (Ruiz de Mendoza, 1999) que se relacionan con la historia reciente del pueblo colombiano y la evolución del léxico con los usos de los verbos del parlache.

Marco teórico

Para responder el interrogante que motiva esta investigación fue necesario acudir a la noción de competencia léxica, entendida como la capacidad para relacionar formas con significados y utilizarlos adecuadamente (Lahuerta & Pujol, 1996). Así, se toman elementos de la semántica descriptiva en cuanto a los componentes del signo lingüístico, la arbitrariedad del signo, la diferencia entre significado y sentido, el funcionamiento semántico y la naturaleza del sentido, las unidades semánticas, etc.; por otra parte, se retoman elementos de la semántica generativista relativos a competencia lingüística y semántica, y al funcionamiento del lexicón mental, a los juicios de significación sobre las palabras y las oraciones, a la teoría del campo léxico, a la clasificación de los semas, a las relaciones de sentido de los semas, entre otros; y por último, se acude al estudio de la semántica de situaciones derivadas de los estudios pragmáticos y sociolingüísticos que dan importancia a las presuposiciones, al uso contextual y a la intención comunicativa, como fuerzas que estimulan la variación intralingüística.

A partir de los estudios generativistas propuestos por Chomsky (1970) y sus colegas Katz y Fodor (1963) se empezó a gestar el concepto de competencia lingüística; pero fue la necesidad de diseñar una estructura profunda dotada de un lexicón mental capaz de producir e interpretar los semas constitutivos de las unidades léxicas (Cruce, 1986), de clasificarlos y de subcategorizarlos, lo que verdaderamente permitió que se discutiera acerca de la existencia de un diccionario mental paralelo a la realidad física. El lexicón que conforma la competencia léxica estaría compuesto por las unidades lingüísticas y las redes o relaciones, las cuales se encargan de organizar la información mental y de convertirla en categorías cognitivas o conceptos mentales. Posteriormente, Aitchison (1987) complementa el estudio con la teoría de red, la cual afirma, por una parte, que las unidades léxicas se hallan en un complejo sistema asociativo de orden fonético, fonológico, morfológico, gráfico, sintáctico, semántico, categorial, situacional, enciclopédico, semiótico, etc.; y por otra, que dicho sistema de redes es, por definición, potente, creativo y dinámico. Bajo estas premisas, este artículo se detiene en la revisión de un tipo especial de unidades léxicas: los verbos resemantizados del parlache (VRP).

Ahora bien, la resemantización es el mecanismo por el cual el sistema de una lengua multiplica su capacidad generativa, al conferirle a un signo lingüístico ya establecido una nueva correlación entre su significante y su significado (polisemia), de tal manera que dicho parentesco entra a operar como una nueva acepción del término, como un nuevo sentido.

La lengua española está mediada por formas culturales que nos moldean cognitivamente y que disponen nuestro comportamiento lingüístico; de ahí que se afirme que la lengua simboliza intensamente el sistema social (representado casi siempre de manera figurada) en sus patrones de variación lingüística. Para el caso de nuestro contexto, perteneciente a la zona dialectal paisa, debemos advertir que en los últimos treinta años hemos vivido cambios económicos y sociales que han producido nuevas vivencias y relaciones hasta tal punto que han innovado la lengua, sea con los mismos vocablos resemantizados o con denominaciones diferentes, y así, proyectado nuevos significados que dan verdadera cuenta de la particularidad de su forma de vida.

El parlache es una variedad del español hablado en Colombia, que se abrió paso en los años ochenta en las comunas de bajos recursos de la ciudad de Medellín, pero que, gracias a los medios masivos de comunicación, se ha extendido a estratos superiores y a muchas otras zonas del país, como a la ciudad de Manizales. Dado que encuentra sus raíces en grupos delincuenciales juveniles, las temáticas del parlache tienen que ver con manifestaciones sociales y culturales como la vida, la muerte, la violencia, la droga, la religiosidad, la sexualidad, las relaciones interpersonales, entre otras.

Los mecanismos empleados para la ampliación del repertorio léxico han sido juiciosamente descubiertos y descritos por los investigadores Luz Stella Castañeda y José Ignacio Henao (2001, 2006) de la Universidad de Antioquia, entre los que se resaltan procesos lingüísticos como la utilización de metaplasmos de adición y supresión, el cambio de género gramatical, la inversión silábica, la fusión de significantes y significados de varias palabras, los préstamos, los calcos, las onomatopeyas, el uso de prefijos y duplicaciones, la semejanza fonética, etc. De este extenso grupo, la presente investigación se detuvo en el mecanismo de la resemantización por ser el que mayores cuestiones semánticas convoca.

La resemantización, como decíamos, no es más que un proceso de economía del diasistema de la lengua española, por medio del cual logra mayor redundancia; es el mecanismo más elemental de desplazamiento semántico promovido por la metonimia y la metáfora (Llamas Saíz, 2005, p. 52), que hacen que un verbo identificado como artículo de entrada en el diccionario pueda contener un sentido nuevo, susceptible de ser reconocido a lo largo del tiempo, no como variación sincrónica sino como cambio semántico aceptado. En la presente investigación manifestamos los conceptos teóricos que permiten describir y explicitar la manera como los usuarios del parlache producimos y entendemos verbos habituales que adquieren nuevos sentidos, como, por ejemplo: ACOSTAR > asesinar, BAJAR > robar, CALENTAR > complicar, COCINAR > procesar cocaína, DOBLAR > traicionar, ESTALLAR > disparar, INSOLARSE > enojarse, JALAR > robar carros, SERRUCHAR > compartir, TRAMAR > agradar, entre otros muchos más.

Este tipo de innovación lingüística se considera dentro del gran campo de los neologismos de sentido que obedecen a las necesidades denotativas y expresivas de la comunidad de habla paisa; pero también implica diversos fenómenos como la ambigüedad y la motivación, de allí que sea necesaria la remisión al contexto de la enunciación para poder establecer su sentido y la intención comunicativa.

Metodología

Este estudio se ubica dentro de un enfoque hermenéutico-descriptivo, ya que implica procesos de interpretación en contextos científicos específicos, previo análisis y especificación de los aportes más significativos de la lingüística teórica y de la sociolingüística hispanoamericana del último siglo. También se ubica dentro del tipo de investigación documental y descriptiva, dado que utiliza fuentes bibliográficas propias de la teoría gramatical y detalla y ejemplifica las propiedades formales y funcionales que posee la lengua española como diasistema para introducir diversidad de sentidos en los usuarios, en los grupos sociales y en las zonas geográficas.

La recolección de información se llevó a cabo a partir del Diccionario de Parlache (Castañeda & Henao, 2006), puesto que es el único texto en su género reconocido en el país; también se recurrió a la bibliografía documental especializada de los diferentes niveles del lenguaje, con el fin de ofrecer una descripción lo más pormenorizada posible de la manera como la competencia léxica de los usuarios debe descifrar el desplazamiento de los significados convencionales de los verbos hacia los nuevos sentidos.

Las fuentes recurrentes fueron las teorías provenientes de la semántica lingüística, pues las procedentes de la lógica no fueron revisadas; en este sentido, se examinaron elementos de la semántica referencial, la semántica estructural, la semántica generativa, la semántica pragmática y la semántica discursiva, sin dejar de lado, obviamente, aspectos conexos emanados de la fonética y fonología, de la morfología, de la lexicografía, de la sintaxis y de la sociolingüística variacionista. Cabe señalar que se comprueban los aspectos más relevantes de la función metalingüística del código español en lo que se refiere al saber sobre la lengua, al saber cultural y al saber sobre el mundo que integran el enunciador, el interpretante y el lingüista.

Se advierte además que la investigación no adopta una metodología de corte sociolingüístico en el sentido de utilizar técnicas de muestreo para confrontar el empleo o la vitalidad de uso de los VRP con variables sociodemográficas como el sexo, la edad, la profesión, etc.; solo toma como corpus lingüístico aquellos verbos que aparecen ya identificados como tales en el Diccionario de Parlache, los cuales son ciento ochenta y seis, para, a partir de ellos, llevar a cabo un análisis semántico extendido.

Resultados y discusión

La significación es un proceso psicolingüístico que asocia un objeto, un ente, una noción, un acontecimiento, a un signo susceptible de evocarlo. Un signo es un estímulo vinculado a otro estímulo, del cual evoca una imagen mental; él puede ser natural o artificial, según se base en relaciones de fenómenos que se encuentren o no en la naturaleza. Según Guiraud (1960), los signos artificiales son de dos tipos, los íconos y los símbolos; los primeros se crean para representar lo real y los segundos se crean como un sistema articulado de unidades para comunicarse con los demás humanos. Ahora bien, los símbolos pueden ser iconográficos o puros, es decir, pueden evocar los caracteres naturales de las cosas de manera motivada o pueden ser una mera convención arbitraria de los signos lingüísticos o idiomáticos.

En este marco se presenta la secular inquietud acerca de si existe o no un nexo entre la forma de la palabra y la cosa representada. El fonosimbolismo (Díaz Rojo, 2002), como fenómeno semántico asociado, es planteado como una cualidad intrínseca del significante y del poder evocador directo de los conceptos y contenidos sémicos que poseen los fonemas de la palabra. Independientemente de la polémica que tal teoría ha suscitado desde la antigüedad, la competencia léxica del usuario le permite advertir su presencia en algunos VRP así:

El verbo TRAQUETEAR se desprende de una onomatopeya primera en la que se plantea una identidad entre el sonido característico de la cosa denotada (el significante) y la referencia. El verbo proviene del ruido u onomatopeya esencial que producen las ametralladoras cuando son disparadas: tra-tra-tra; así, el sustantivo correspondiente es traqueto: la persona encargada de disparar las armas, por lo general, el sicario de la mafia. Con el tiempo se ha desplazado el sema principal de dicho sustantivo y hoy su significado se ha extendido del gatillero al traficante de drogas, de tal suerte que el verbo TRAQUETEAR se entiende como traficar.

También hay onomatopeyas secundarias o impresivas, de carácter simbólico, más o menos intencionales. Por una parte, se presenta la ocurrencia de verbos que no solo representan los sonidos, sino las sensaciones y percepciones afectivas asociadas: RONCAR (dormir/ser lento); CHIRRIAR (drogarse); y TIMBRAR (estar asustado). Y por otra, se presenta la ocurrencia de la evocación de movimientos asociados a un sonido, como sucede con los VERBOS CHUPAR (besar) y SERRUCHAR (compartir).

Además, los VRP, como cualquier otro signo lingüístico, implican referentes de orden extralingüístico, los cuales pueden referirse al mundo considerado como real, posible o imaginario. Así, la competencia léxica del usuario advierte la capacidad de los VRP como creadores de mundos.

Con relación a la utilización de los modos verbales, se encuentra que la gran mayoría de los VRP se usan preferencialmente en modo imperativo, para expresar mandatos, órdenes o solicitudes específicas; aspecto que, de paso, deja entrever la jerarquía y distancia social de los interactuantes; tal es el caso, entre otros, de los verbos: ABRIRSE > ábrase (huya); CASCAR > cásquele (asesínelo); DAR CHUMBIMBA > dele chumbimba (dispárele); DAR > dele (mátelo/asesínelo); FUMIGAR > fumíguelo (mátelo); LIQUIDAR > liquídelo (mátelo); PONERSE PILAS > póngase pilas (anímese).

El proceso onomasiológico derivado desde el emisor tiene por origen la elección del signo, pero en ella la competencia léxica del usuario se enfrenta a un número indeterminado de referentes, a una polisemia referencial, veamos:

En el caso de los VRP, el usuario se encuentra con el hecho de tener una disponibilidad léxica tan alta como la de utilizar verbos que poseen ya varias acepciones aceptadas y registradas por la norma académica; se advierten dos casos especiales, los verbos DAR y TIRAR, los cuales poseen, cada uno, treinta y tres acepciones, a las cuales el parlache les aporta los significados de asesinar y consumir respectivamente (Agudelo & Pasuy, 2020).

Correlativamente, el mayor número de nuevas acepciones (resemantizaciones) adicionadas a un verbo, lo ofrece el verbo CAER, el cual puede ser interpretado, dado el contexto, de seis maneras más, según el parlache: 1. Arribar a un sitio en forma convenida o de improviso. 2. Venir en conocimiento, llegar a comprender. 3. Ser recluido en una prisión. 4. Ser asesinado. 5. Perderse un cargamento ilícito, por lo general a manos de la ley. 6. Desprestigiarse (Agudelo & Pasuy, 2020).

Según la teoría semántica (Ullmann, 1967), la polisemia léxica permite cierta economía del lenguaje, con la cual se aminora el esfuerzo de memorización, circunscribiendo el número de formas por registrar; ahora bien, dentro de los procesos gramaticales que contribuyen a la productividad de los significantes, este aspecto se observa especialmente en los siguientes casos:

El sufijo -ar, perteneciente a los verbos del primer grupo, es de alto rendimiento. En la mayoría de las veces en las que el verbo se desprende de un sustantivo, se encuentra que la terminación -ar puede actuar en dos niveles:

  • Por una parte, en el nivel fonético-fonológico puede provocar un fenómeno articulatorio de disimilación por metafonía en los fonemas /e/>/i/, por ejemplo: JETEAR > JETIAR (acariciar con los labios) o PATEAR > PATIAR (desequilibrar-se).

  • Y por otra, en el nivel morfológico puede crear los nuevos significados así:

» Puede indicar "comportarse como", por ejemplo: AVION-AR (comportarse como un avión) que en parlache significa aventaj-ar; o PIRATI-AR (comportarse como un pirata), que en parlache significa cometer acciones delictivas contra la propiedad.

» De igual manera, puede conformar afijos circunfijos, por ejemplo: EN-GALL-AR, que en parlache significa en-galan-ar.

Algunos verbos cambian su naturaleza gramatical en lo que respecta a los casos del régimen, así, por ejemplo:

  • ABEJORREAR (de abejorro) 1. intr. Producir ruido o sonido continuado y bronco, como el que se produce a veces dentro de los mismos oídos. 2. intr. coloq. Dicho de algo inmaterial: Estar tan inmediato, que falte poco para llegar a ello (Real Academia Española, 2022), adquiere en el parlache una naturaleza gramatical y semántica de verbo transitivo: MANOSEAR: 1: Manipular e iniciar sexualmente a la pareja. 2. Excitarse sexualmente a una pareja haciéndose caricias sin llegar al coito.

  • Otros verbos adquieren defectos en sus desinencias debido a las nuevas acepciones introducidas por el parlache; tal es el caso del verbo DAR, que con la obtención del sentido asesinar, ya no puede ser utilizado en su forma de participio pasado, pues dado no logra acarrear la nueva acepción de asesinado.

  • Finalmente, un caso especial lo constituye el verbo PINTAR, que se despoja de su valor predicativo y transitivo, para adquirir una función nominal y copulativa: parecer (v): por ejemplo, cuando se dice: pinta (parece) que va a llover.

Desde el sistema de lengua, cada signo lingüístico elegido por el emisor posee n valores, n significados, lo cual implica una polisemia en potencia. Ahora bien, la competencia léxica del intérprete de dicho signo se encuentra forzada a desambiguar el mensaje recibido mediante un proceso semasiológico que, por lo general, recurre a la situación o al contexto para instaurar un solo sentido. Los llamados campos de experiencia se convierten en un factor de tipo semántico que permite filtrar la información y clasificarla en diferentes temáticas, según los semas que tengan en común; tales conjuntos de palabras se conocen con el nombre técnico de campos léxico-semánticos (Geckeler, 1976) que, en los verbos del parlache, apuntan notablemente a los delitos, aun cuando también al comportamiento sexual y social. Se evidencia el carácter argótico del parlache, pues casi todos los delitos tipificados por el sistema penal colombiano emergen de la lista de los VRP.

  • Algunos verbos asociados al delito de homicidio son:

Tabla 1 Verbos asociados al delito de homicidio 

  • Algunos verbos asociados al delito del narcotráfico (uso, fabricación y comercialización):

Tabla 2 Verbos asociados al delito del narcotráfico 

  • Algunos verbos asociados al delito de porte ilegal de armas:

Tabla 3 Verbos asociados al delito de porte ilegal de armas 

Algunos verbos asociados al delito de secuestro son: ALZAR (secuestrar), AMARRAR (secuestrar), DAR EL PASEO (secuestrar con fines de asesinar) a la extorsión: BOLETIAR (extorsionar), VACUNAR (extorsionar) al soborno: CUADRAR (sobornar), TRANSAR (sobornar) al hurto y robo: BAJAR (robar), GANAR (robar), HACER O METER UN GOL (robar/atracar), JALAR (robar), COBRAR PEAJE (robar/ atracar), TRASTEAR (robar), entre otros.

Las actitudes de los miembros del grupo de habla son vistas desde el prisma del prestigio lingüístico, siempre y cuando apunten a los comportamientos asertivo y agresivo, pues ellos implican valoración y reputación positiva.

  • Algunos verbos asociados a la conducta asertiva:

Tabla 4 Verbos asociados a la conducta asertiva 

  • Algunos verbos asociados a la conducta agresiva:

Tabla 5 Verbos asociados a la conducta agresiva 

  • Algunas acciones asociadas con la conducta pasiva, por el contrario, son dignas de estigmatización:

Tabla 6 Verbos asociados a la conducta pasiva 

  • Algunos verbos se asocian al comportamiento sexual en sus diversas facetas: el cortejo, la intimidad y la actividad sexual:

Tabla 7 Verbos asociados al comportamiento sexual 

  • Algunos verbos asociados al comportamiento social se han extendido al mesolecto (Bickerton, 1975), y son usados desprevenidamente por la clase media:

Tabla 8 Verbos asociados al comportamiento social 

Dado que en la competencia del emisor hay potencialmente una polisemia latente que debe resolver para hacerse comprender por el receptor (convergencia), en la competencia del intérprete se debe llevar a cabo, asimismo, un análisis sémico del contenido de los significados que le permita deshacerse de la ambigüedad idiomática (divergencia). Es prácticamente imposible establecer, a ciencia cierta, el orden de aparición de los diferentes sentidos que se asocian a una palabra. No obstante, Lara (2004) sugiere la existencia de varios criterios para ordenar acepciones del artículo lexicográfico, veamos:

Según el ordenamiento externo de la lengua, pueden intentarse tres procedimientos:

El primero se refiere al criterio etimológico, a partir de la genealogía de las lenguas; para nuestro ejercicio con los VRP se toma como ejemplo el verbo ENAMORAR, que en parlache significa rastrear. A continuación, se advierte que la apelación al étimo es válida, ya que se establece en una base de significación de la cual se deriva una metáfora escalonada o encadenada, de acuerdo con Agudelo y Pasuy (2020):

El vocablo amor, que es el étimo de ENAMORAR, heredado del latín, proviene de la raíz indoeuropea amma: madre y del sufijo de efecto o resultado -or; en español, podemos rastrear el significado de su derivado: enamorar, gracias a los paquetes de significación que le agregan los morfemas circunfijos: por una parte, el prefijo griego y latino en- , que en ambas lenguas significa dentro/por dentro; y por otra parte, la desinencia verbal -ar , que es la terminación de infinitivo para el primer grupo verbal; así, ENAMORAR adquiere una definición conceptual como verbo transitivo que significa: excitar en uno el amor a otra persona. En consecuencia, la polisemia del verbo ENAMORAR se despliega en el parlache de una manera metafórica seriada, pues el sema principal que lo conforma: sentir amor se conserva en el verbo CORTEJAR; el cual, a su vez, se asocia con el verbo ESCOLTAR; el cual, a su vez, se asocia con el verbo ACOMPAÑAR; el cual, a su vez, se asocia con el verbo SEGUIR; el cual, a su vez, se asocia con el verbo PERSEGUIR; el cual, a su vez, se asocia con el sentido último usado en el Parlache: RASTREAR. (p. 132)

También se puede apelar al criterio histórico, es decir, a la cronología establecida por los registros emparentados. Tomemos como ejemplo el VR BOLETEAR (y su variante fonética BOLETIAR), neología propia del parlache de reciente registro en los diccionarios oficiales de la lengua española. Hasta los años ochenta, dicho verbo significaba avergonzar/desprestigiar, pues era el efecto que tenía en los estudiantes de los establecimientos educativos públicos el tener que vender, a toda costa, las boletas de las rifas o de bonos de apoyo que se emitían para recolectar fondos; posteriormente, el verbo BOLETEAR se resemantizó en: enviar boletas, gracias a un fenómeno histórico concreto, la aparición de los grupos guerrilleros y criminales que empezaron a anunciarles a sus víctimas, mediante notas escritas o boletas de papel, que eran objeto de una extorsión por determinada cuantía.

Se puede apelar también al criterio de uso, es decir, a la frecuencia estadística del empleo efectivo del vocablo, en este caso proveniente del contexto delincuencial que, por lo demás, muestra un afán de precisión léxica, por ejemplo: ALQUILAR (contratar sicarios), BARRER (matar), CARGAR (asesinar), CHULIAR (asesinar), COLGAR (atracar), ENLLANTAR (mezclar droga), ENTUBAR (adulterar la droga), ESTRIPARSE (caer preso).

Otro de los procedimientos planteados por Lara (2004) es el relativo al ordenamiento interno por polisemia del vocablo que exige una metodología basada en el criterio sémico o lógico (Le Guern, 1990), donde la polisemia se comprueba a partir del significado base o principal más los significados emparentados. Veamos algunos despliegues:

Puede partir de un prototipo o esquema gestáltico, como es el caso del verbo FLOREAR: abalear, basado en la disposición de las piezas de la flor sobre el receptáculo que forma una especie de espiral sobre un mismo eje... tal y como queda la perforación dejada por una bala. También puede partir de un estereotipo social, como ocurre con el verbo CHICANIAR (variante fonética de chicanear): presumir, basado en el estereotipo del charro mexicano (chicano), cuya vestimenta es muy ornamentada y vistosa.

La ocurrencia del amalgamiento de sentidos también es patente bajo el análisis sémico; por ejemplo, el verbo del parlache FUMARSE (dejar de pagar la droga), mezcla, combina y contiene los semas de dos verbos distintos; así: el sema principal de aspirar y despedir humo del verbo FUMAR con el sema principal del verbo ESFUMARSE: disiparse, escabullirse.

De igual manera, el estudio de los semas constituyentes permite determinar si se sostiene o si se invierte el tema dominante en la secuencia de sentidos ofrecida por el vocablo; tal es el caso del verbo SOPLAR (consumir droga), que reemplaza el tema principal de EXHALAR: despedir aire con fuerza por la boca por aspirar ciertos gases del verbo INHALAR. Cabe señalar que la gran mayoría de los VRP conservan el núcleo léxico y el sema distintivo de los sentidos, como se observa en el verbo VACUNAR (extorsionar), donde el sema genérico de respuesta de defensa se conserva, ya no ante microorganismos patógenos sino ante el perjuicio patrimonial.

La polisemia se esconde, por lo general, bajo figuras retóricas, por lo que la competencia léxica debe estar en capacidad de distinguir la sustitución de una expresión por otra, cuyo sentido es figurado y no siempre fácil de percatar.

En primer lugar, con la metonimia, se cambia un nombre o significante por otro, pero ambos guardan una relación de continuidad real, ya que se sigue tratando de un mismo referente. Se hallaron casos interesantes en los que se presentan cambios de:

  • Símbolo por la cosa representada: MARCAR CRUZ Y CALAVERA: que en parlache significa estar amenazado de muerte

  • Efecto por causa: ACHICOPALAR (encharcársele/aguársele a uno los ojos): que en parlache significa abatir, amilanar, hacer sentir inferior a otro

  • Instrumento por causa activa: CAMPANEAR (vigilar)

  • Físico por lo moral: ARRUGARSE (acobardarse)

  • Concreto por lo abstracto: EMBALAR (comprometerse/arriesgarse)

  • Género por la especie: PUNTEAR (causar heridas con la punta de un arma blanca).

Tanto o más productiva resulta ser la metáfora, la cual, según Pottier (1993), es una comparación abreviada, resumida o condensada en la que falta el término que habitualmente introduce la comparación (tal, así, como, es). El criterio sémico tiene aquí, de nuevo, gran importancia, ya que es un tipo de polisemia sincrónica que modifica la organización interna de los semas (variación intralingüística). La metáfora solo se actualiza en el proceso semasiológico llevado a cabo por el intérprete, quien acepta una determinada acepción del verbo resemantizado como un signo lingüístico que ha sufrido una desviación de la norma (Lara, 1976); en otras palabras, en la metáfora, a un significante dado solo le son atribuidos uno o varios semas de significado, produciendo así un efecto de sentido en un signo único. Se despliegan:

Metáforas simples: ACOSTAR (matar); metáforas explícitas: ARAÑAR (rasguñar); metáforas implícitas: BAJAR (robar); metáforas puras: PONER CONEJO (engañar); metáforas por abstracción: ENGANCHAR (vincular); metáforas complejas o alegorías (Le Guern, 1990, p. 53) EMPACAR (encarcelar); metáforas antropomórficas: CABECIAR (robar) (engañar); metáforas completamente lexicalizadas: BORRAR (matar); metáforas por sinestesia compleja: BOTAR/ECHAR CASPA: (hablar por hablar); metáforas hiperbólicas: PEDALEAR (copular); metáforas visuales: FLOREAR (abalear).

La polisemia suele presentarse de dos maneras: como sinonimia y como homonimia. Por un lado, la sinonimia se manifiesta como la relación inversa a la relación significante/significado de un mismo signo, ya que, en este caso, un significado corresponde a varios significantes. En el caso de los VRP, el origen de la sinonimia no obedece a intercambios por cultismos o por préstamos extranjeros, sino, sobre todo, por términos tabú que se intercambian por eufemismos, que son las palabras políticamente correctas, afortunadas o adecuadas, que se usan para evitar un término que evoca connotaciones terribles, desagradables, indecorosas (López Morales, 2005), así, se emplean:

  • Eufemismos por miedo o superstición: DEJAR ESTIRADO (asesinar)

  • Eufemismos por delicadeza: BARRER (matar)

  • Eufemismos por decencia: ARREGLAR (violar)

  • Eufemismos cómicos: BRINCAR: comportarse como homosexual.

En términos generales, la sinonimia presentada en los VRP no manifiesta sinonimia total, conceptual o perfecta, pues para ella, ambos términos no solo deben ser intercambiables en un mismo contexto, sino que deben remitir al mismo referente. Así, se observa sinonimia parcial entre algunos verbos, en la que ambos términos relacionados remiten al mismo referente, pero no significan lo mismo: AMARRAR (secuestrar) y DAR EL PASEO (secuestrar con fines de asesinar). Además, hay ocurrencia de sinonimia connotativa, en la que los términos relacionados están cargados de valoraciones subjetivas; por ejemplo, el verbo HACER UN CATORCE (hacer un favor) es una fórmula psicosocial que prácticamente ningún usuario asocia a su significado cristiano originario, el cual hace alusión a los catorce santos auxiliares que representan, desde el siglo XIV, la ayuda, la bondad y la misericordia (Banzhaf, 2006).

Por otro lado, la segunda manera de percibir la polisemia es la homonimia, es decir, el hecho de que a un solo significante (homografía) o forma fónica (homofonía) se le asocien varios significados o sentidos que no tienen ningún sema en común. En el caso de los verbos del parlache este proceso semántico no se da, por ser precisamente lo contrario a la resemantización.

En último lugar, se señala la participación de algunos VRP en frases hechas, las cuales son expresiones coloquiales que tienen, por una parte, forma fija, pues sus palabras no se pueden sustituir por otras sin que se pierda su esencia connotativa; y por otra, tienen sentido figurado, el cual no es susceptible de ser traducido literalmente a otros idiomas. Se halló que algunos verbos del parlache efectivamente participan prosaicamente en refranes y adagios: MONTAR (inculpar): "Se la montan por bobo"; RETACAR (atacar): "Retaca más que los rusos".

Se presenta un caso especial con el verbo BARAJAR (explicar), el cual aparece encabezando un marcador discursivo: "Barájemela más despacio", fórmula discursiva que se usa cotidianamente en las conversaciones con el fin de pedirle al interlocutor la reformulación del mensaje por haber sido mal o deficientemente comprendido.

Conclusiones

La competencia léxica como capacidad para relacionar las formas con los significados recurre a los referentes, a las asociaciones conceptuales y funcionales, a las relaciones semánticas, a la lexicogénesis, a las unidades fraseológicas, a los registros, y a los niveles de uso, etc.; así que apela a:

  • Aspectos referenciales, por cuanto facilita los elementos necesarios para aplicar las palabras al mundo; es decir, permite nombrar, designar, y conocer objetos y acciones.

  • Aspectos inferenciales, ya que se conecta con la red de conexiones dadas entre palabras, definiciones, sinonimias, inferencias semánticas, paráfrasis, etc. Es decir, recurre a las asociaciones fijadas por las convenciones lingüísticas y personales, al vincular campos morfológicos, semántico-conceptuales, léxicos, morfosemánticos, temáticos, etc.

En suma, la competencia léxica utiliza variados mecanismos de relación como la analogía, el parecido, la sustitución, la oposición, las redes semánticas, la semiotización, etc., que permiten la renovación del léxico en una cantidad variable y versátil de asociaciones. En consecuencia, gracias a dicha competencia podemos descubrir, categorizar, sistematizar y conceptualizar las unidades léxicas.

  • Aunque la polisemia, como fenómeno de la significación, ha sido tradicionalmente trabajada en las categorías de sustantivo y adjetivo, se observa que su revisión en la categoría gramatical del verbo es altamente productiva, pues los VPR:

    • » Actúan como unidades simples de la competencia léxica y son sometidos a las combinaciones y compuestos morfosintácticos disponibles en el sistema de la lengua española.

    • » Participan de expresiones idiomáticas, en locuciones idiomáticas, en frases hechas y en paremias o expresiones de sabiduría popular.

    • » Forman parte de la interacción social, ya que las expresiones en las que se utilizan con un propósito social determinado, se institucionalizan gradualmente, a tal punto que logran crear actos de habla con funciones pragmáticas establecidas.

    • » Se producen, esencialmente, por tres aspectos: el cambio de aplicación, la especialización social y el lenguaje figurado.

    • » Pueden ser un hecho fonoestilístico, pero es preciso que previamente se hayan desencadenado otros fenómenos de transferencia semántica dados en un sistema de signos y en situaciones pragmáticas concretas.

Se recomienda continuar un proyecto en esta misma línea, que contraste el uso de los VRP con registros tomados del habla en Manizales, pues como se expuso en las primeras líneas de esta investigación, ella no adopta una metodología de corte sociolingüístico en el sentido de emplear técnicas de muestreo para confrontar el empleo o la vitalidad de uso de los VRP con variables sociodemográficas como el sexo, la edad, la profesión, etc., solo toma como corpus lingüístico aquellos verbos que aparecen ya identificados como tales en el Diccionario de Parlache. Puede ser un buen ejercicio de complementación y confirmación de los hallazgos.

Referencias

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* El presente artículo de investigación se deriva de la investigación “Un estudio teórico sobre la resemantización de los verbos en el parlache”, inscrita en la Vicerrectoría de Investigaciones y Posgrados de la Universidad de Caldas con el código 0009012.

Forma de citar este artículo: Agudelo, C & Pasuy, Y. (2022). Competencia léxica y procesos de variación semántica en los verbos del parlache. Cuadernos de Lingüística Hispánica, (39), e13902. https://doi.org/10.19053/0121053X.n39.2022.13902

Recibido: 06 de Marzo de 2022; Aprobado: 13 de Mayo de 2022

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