Introducción
Obtener un cupo para estudiar medicina es un privilegio en Colombia. Además de los altos costos de la carrera en algunas universidades, los exigentes criterios de admisión y la altísima demanda, convierten el ingreso a una escuela de medicina en un preciado tesoro. Aunque las tasas de deserción en Medicina son relativamente bajas, si se comparan con otros programas académicos, cada año un número importante de estudiantes suspenden temporal o definitivamente sus estudios (1-3). Esta decisión afecta de manera directa al estudiante desde el punto de vista emocional, económico, social y acarrea consecuencias para el programa, la universidad y la sociedad (4,5).
La deserción es, por esta y otras razones, un problema de investigación fundamental en el campo de la Educación Médica, pues representa una medida del rendimiento académico del estudiante y de la eficacia del sistema educativo en general (6). Para otros autores, la deserción representa el último eslabón en la cadena del fracaso escolar, usualmente precedida del rezago (7).
El panorama es especialmente complejo si se reconoce que no existe un “perfil” del estudiante que deserta. Los estudiantes abandonan el programa por una variedad de razones (2). La falla académica repetida suele ser la más frecuente, sin embargo, y una búsqueda más amplia revela razones extraacadémicas que incluyen motivos económicos, crisis vocacionales y enfermedad física o mental, entre otras (2-5).
Adicionalmente, las estrategias antideserción de una institución no necesariamente aplican a otras, pues su éxito depende en gran medida del conocimiento que tengan de su población estudiantil (8) y de sus métricas de deserción, entre otros (9).
Por último, los resultados de investigaciones en este campo sustentan el diseño e implementación de programas de apoyo y mejoramiento integral, así como la evaluación de políticas de admisión y la promoción de cambios en los procesos de enseñanza y aprendizaje, que contribuyan a la culminación exitosa de todos los estudiantes que inician. El presente estudio caracterizó cuarenta cohortes de estudiantes del Programa de Medicina de la Universidad Tecnológica de Pereira, con el fin de determinar la prevalencia de deserción, rezago y egreso exitoso.
Materiales y métodos
Estudio observacional descriptivo de corte transversal que caracterizó a los estudiantes desertores del PMUTP en el periodo 1978-2018. El plan de estudios del programa de Medicina de la Universidad Tecnológica de Pereira (PMUTP) tiene una duración de 13 semestres. Se incluyeron todos los registros de estudiantes desertores los cuales fueron objeto de seguimiento hasta la fecha del último periodo matriculado. La información fue obtenida a partir de las bases de datos de la Oficina de Admisiones, Registro y Control Académico (ARICA) y de la Oficina de Planeación de la Universidad Tecnológica de Pereira (OPUTP).
Las tasas generales de deserción para el programa se calcularon a partir de las definiciones contenidas en el Sistema para la Prevención y Análisis de la Deserción en Instituciones de Educación Superior (SPADIES) del Ministerio de Educación Nacional de Colombia (MEN) (10). La base OPUTP comenzó sus registros en el año 2006 y fue utilizada para el cálculo de la tasa de deserción interanual Institucional (TDI) y la tasa de deserción interanual del Programa (TDIP). Con base en la fecha de la primera matrícula, se calculó el tiempo de permanencia, el número de periodos matriculados y el tiempo por fuera del programa.
Adicionalmente, se definieron tasas ajustadas de deserción y graduación basados en el número total de estudiantes graduados y desertores durante todo el período de observación del estudio (40 cohortes). Se adoptaron las siguientes definiciones:
•Cohorte: Semestre en el cual el estudiante fue primíparo (Ej: 2013-2).
•Tasa de deserción interanual Institucional (TDI): es el porcentaje de estudiantes que no se matricularon en la institución en el año inmediatamente anterior (dos o más períodos consecutivos) y no se encuentra como graduado o retirado por motivos disciplinarios (Estos datos solo pudieron ser obtenidos para el periodo 2006-2018).
•Tasa de deserción interanual del Programa (TDIP): es el porcentaje de estudiantes de un periodo determinado del programa, que no se matricularon en el año inmediatamente anterior (dos o más períodos consecutivos) y no se encuentra como graduado o retirado por motivos disciplinarios (Estos datos solo pudieron ser obtenidos para el periodo 2006-2018).
•Tasa de deserción acumulada del Programa (TDAP): es el porcentaje acumulado de estudiantes del programa que no se matricularon durante dos o más períodos consecutivos y no se encuentra como graduado hasta la fecha de corte del estudio.
•La tasa de deserción por cohorte (TDC): es el porcentaje acumulado de estudiantes de una cohorte que no se matricularon en el programa durante dos o más períodos consecutivos y no se encuentra como graduado a la fecha de corte del estudio (2018-1)
•La tasa de graduación del programa (TGP): es el porcentaje acumulado de estudiantes del programa que cumplieron el plan de estudios y obtuvieron su graduación hasta la fecha de corte del estudio (2018-1).
•Rezago: se aplica, en el contexto del análisis longitudinal de una cohorte, para indicar que el número de semestres o periodos académicos requeridos por el estudiante para obtener el grado fue mayor al previsto institucionalmente (6,5 años).
Los datos se registraron en una base de datos de Excel y se cargaron posteriormente al software Stata 15 para su procesamiento y análisis. Se realizó un análisis univariado con medidas de frecuencia, proporciones razones y tasas para las variables cualitativas (nominales u ordinales) y medidas de tendencia central y de dispersión para las variables cuantitativas (intervalo o razón). Se probaron los supuestos de normalidad para las variables cuantitativas El análisis bivariado incluyó relación de dependencia entre variables cualitativas a través del chicuadrado y estadísticas paramétricas (t de student, anova) para las variables cuantitativas que cumplieron los supuestos de normalidad y estadísticas no paramétricas (U de Mann WhitneyKruskall Wallis) para las que no los cumplieron.
Resultados
En el período comprendido entre el primer semestre de 1978 y el primer semestre de 2018, se matricularon al PMUTP un total de 3 714 estudiantes. Este número representa el 6 % de los aspirantes inscritos, para una relación inscrito/matriculado de 17:1 y una demanda insatisfecha del 94 %.
1. Tasa de deserción interanual del Programa (TDIP)
En el período 2006-2018 se registraron 17 111 matrículas, con un promedio de 611 estudiantes por período y 789 abandonos (28 en promedio por periodo). Equivale a una TDIP promedio de 4,1 % en las 28 cohortes observadas en los 13 años.
La Tabla 1 muestra la variación de la TDIP durante el período de observación. Ha oscilado entre el 2,3 % y el 6,1 %, que se correlaciona estrechamente con la tasa de deserción interanual institucional (TDI). Desde el año 2014 se observa una tendencia creciente en ambos indicadores.
2. Tasa acumulada de deserción del Programa (TADP)
En el período 1978-2018, 3714 estudiantes registraron matrícula. De ellos, 998 desertaron, lo que equivale a una TADP del 26,87 %. Para el intervalo 2006-2018, 1432 estudiantes registraron matrícula. De ellos, 255 cumplieron criterio de deserción y equivalen a una TADP, para ese periodo específico, del 17,8 %.
3. Tasa de deserción por cohorte (TDC)
La Figura 1 registra las TDC, que presentan una tendencia decreciente en el tiempo. El año 1979 registra la tasa más alta (47,5 %) y el año 2017 la tasa más baja (11,7 %). La tasa promedio de la última década es de 22,1 %. La tasa promedio fue del 27,1 % para las 40 cohortes examinadas. Al considerar la población total de graduados y desertores, se observa una mayor deserción en hombres (35,4 %) que en mujeres (29,5 %) (p=0,001).
4.Tasa de graduación del programa (TGP)
De la totalidad de estudiantes matriculados en el período de observación (3 714), el 53,4 % (1 984) se graduaron. Si se sustraen los estudiantes de las cohortes que no han cumplido aún el tiempo contemplado en el plan de estudios (711), la tasa de graduación asciende al 66 %. De la población de graduados, el 58,6 % (1152) lo hicieron en el número de periodos fijados en el plan de estudios (13 periodos) y el 41,9 % (832) presentaron un rezago, el cual fue de 3,6 periodos adicionales y una permanencia de 8,3 años en promedio
5.Variables sociodemográficas de la deserción
Del total de estudiantes desertores (988), el 35,4 % (659) corresponden a hombres y el 29,5 % (329) a mujeres. La mediana de la edad para los hombres fue de 21 años y para las mujeres de 20 años. Esta diferencia fue estadísticamente significativa (p=0,003).
Esta subpoblación presentó un promedio de 2,9 periodos matriculados, 1,3 años de estancia en la universidad y hasta 19,3 años sin registrar matrícula. El 91,7 % estuvo más de dos años por fuera de la universidad. No se encontró asociación estadísticamente significativa entre la deserción y variables sociodemográficas como el estrato socioeconómico o el tipo de colegio de origen de los aspirantes/matriculados (público o privado).
La Tabla 2 muestra el tiempo de permanencia (años) de los estudiantes antes del momento de la deserción. En general, el 63,3 % de la población desertó antes de cumplir un año en la universidad y el 80,7 % antes de cumplir el tercer año. Al analizar el momento del retiro según la cohorte, se observa una tendencia de retiro muy temprano para las primeras cohortes del periodo de observación y un progresivo aumento de la permanencia, hasta registrar promedios de dos años en las cohortes de la última década, antes del retiro definitivo.
Con relación a la deserción según sexo y cohorte, se repiten los hallazgos de la población total de desertores con una mayor proporción en los hombres (Figura 2).
Discusión
Prevalencia de deserción
Los datos sobre deserción estudiantil en la educación superior se caracterizan por su extrema variabilidad. Un alto porcentaje de esta diversidad se explica por las diferencias sociodemográficas, la existencia de políticas anti-deserción en las facultades o el número y tipo de requisitos de ingreso o permanencia, entre otros. Sin embargo, las definiciones de deserción y la forma de calcular sus tasas también explican una buena parte de estas divergencias. Aunque parece lógico que un estudiante que se retira del programa o de la institución educativa sin haber obtenido su título se defina como desertor, las razones (11) y el momento de ese retiro son variables (12-14). Algunos de los estudios revisados no incluyen esta información (15) y esto dificulta las comparaciones (16). Para el caso de Medicina, por ejemplo, un meta-análisis publicado por O´Neill en el año 2011 mostró una tasa promedio de deserción del 11,1 %, con un rango que oscila entre el 2,4 % y el 26,2 % (13).
Los valores bajos de deserción se ubican escuelas de medicina de países como Canadá (0,5 %), Estados Unidos (4,8 %) y Reino Unido (5 %). Para Glauser, estas bajas tasas se atribuyen a un riguroso proceso de selección en el momento del ingreso (17). Maher y cols, por su parte, reporta una tasa global de deserción del 6,8 % en programas de otros países de Europa (18).
Al comparar las tasas de deserción según el tipo de escuela, pública o privada, se encuentran resultados variados. La TDC encontrada en el presente estudio (27,1 %) es ligeramente más alta que la reportada en algunas facultades de universidades públicas de Cuba (22,98 %) y Perú (10 %), y definitivamente superior a la reportada por la Universidad Nacional de Colombia para las cohortes de 1996 a 1998 (12 %) (19-21). Las tasas de deserción en escuelas de medicina de instituciones privadas también son disímiles. En Colombia, Isaza y cols, reportaron tasas promedio del 47 % y 36 % para las cohortes estudiadas en la Universidad del Rosario. La Universidad Santiago de Cali reporta unas tasas promedio de deserción del 30,47 % y del 13,73 % para sus sedes en Cali y Palmira, respectivamente (5,14). En una escuela de medicina de Costa Rica alcanza el 55,2 % (22). Las razones para estas diferencias son múltiples, e incluyen factores académicos (multi-repitencia) y socio-económicos, entre otros (14).
Tasas de graduación
Con respecto a la graduación de los estudiantes, Yates reporta una TGP del 94%, claramente superior a la obtenida en el presente estudio (66 %) (23). La TGP sin rezago reportada (58,6 %), es similar a las de algunas escuelas de Centroamérica, con tasas de graduación que oscilan entre el 47 % en México y el 62 % en Honduras (12), y ligeramente más alta que la del 41 %, reportada por Labrandero en 25 generaciones de estudiantes de la UNAM (24). En el estudio de Isaza tan solo el 22 % y el 16 % de los estudiantes de las cohortes evaluadas, se graduaron sin rezago, similar a las cuatro cohortes del estudio en una universidad privada en Costa Rica (14).
Momento de la deserción
Existe un relativo consenso en la literatura encontrada sobre del momento de retiro de los estudios. En esta investigación, el 55,5 % de los estudiantes se retiraron una vez cursado el primer semestre y el 91,5 % antes de iniciar el quinto. La literatura revisada reportó hallazgos semejantes. En los estudios de Isaza y Burch, el 75 % de la deserción se presentó durante los primeros cuatro semestres de la carrera (14) (25). Ortiz reporta un 60 % (26) y Vanegas, publica cifras de 55,2 % en los seis primeros semestres de la carrera (12), similar a lo hallado por Rodríguez (27).
Aspectos sociodemográficos de la deserción
Contrario a lo reportado por Hernández J, O’Neill y Merchán, entre otros, el presente estudio sí mostró diferencias estadísticamente significativas en el género de los desertores, con una mayor proporción en hombres, similar a lo encontrado por Arulampam y Maher (18,28) y opuesto a lo reportado por Ortiz, Necochea y Kraft, quienes documentaron una mayor deserción en mujeres (2,13,16,29).
En general, los estudios coinciden en que la etiología de la deserción es multifactorial, liderados por las causas académicas (18,30), personales, sociales y de salud (2,23,31,32). Dentro de las causas académicas, se destaca la multi-repitencia, principalmente en los cursos de ciencias básicas (12,33). Esta asociación se repite en programas de medicina de países de Latinoamérica y del mundo (34,35), y suele asociarse a problemas de integración del estudiante y a menor apoyo familiar (36-38).
Un mínimo porcentaje de estudiantes en este estudio desertaron tardíamente. Algunos autores han relacionado esta deserción a trastornos de ansiedad y depresión (37,39), presión familiar y crisis vocacional diferida, entre otros (23,35,40). Otras causas reportadas incluyen sensación de desesperación y temor por el futuro, síndrome de burnout, trastornos en la ingesta y abuso de alcohol (18,41).
Dentro del grupo de factores predictivos de permanencia o rezago se destacan las calificaciones en la educación media superior y las puntuaciones obtenidas en los exámenes de ingreso (13,24,42). Urlings comparó las tasas de deserción entre estudiantes admitidos a través de un proceso de selección según las habilidades cognitivas y no cognitivas, versus una selección aleatoria y encontró una menor tasa de deserción en los que tuvieron el proceso de selección según habilidades (43). De igual manera, Kraft encontró una reducción del 36,7 % al 17,5% en la tasa de deserción, después de la implementación de un proceso de selección en el momento de la admisión (16).
El requisito académico de ingreso del PMUTP es el examen de Estado y no incluye pruebas específicas de ingreso. Serán necesarias investigaciones posteriores que establezcan una asociación entre este requisito y las bajas tasas de deserción reportadas en este estudio.
Finalmente, existen algunos elementos del contexto educativo que podrían afectar la deserción. Borracci, en su estudio sobre estilos de aprendizaje en estudiantes de medicina, definió cuatro tipos de estudiantes dependiendo de sus estilos de aprendizaje. Identificó los estudiantes “convergentes” que enfatizan el método deductivo, “divergentes” que usan enfoques desde múltiples perspectivas antes de actuar, “asimiladores” que prefieren el abordaje inductivo y “acomodadores” que optan por experimentar haciendo. Encontró una mayor proporción de abandono en estudiantes con perfil convergente o indefinido y un mayor rezago en los estudiantes con perfil teórico y reflexivo, al compararlos con el grupo que egresó en forma exitosa y oportuna (44). En cuanto al modelo de enseñanza y su impacto sobre la deserción, existen reportes contradictorios. Mientras algunos estudios no reportan diferencias con el cambio de currículo (18,45,46), otros autores muestran una mayor tasa de deserción en programas con currículo tradicional versus currículos bajo el modelo de aprendizaje basado en problemas o el de currículos integrados (25,46,47). La misma controversia se aplica al impacto de las políticas antideserción. Stegers, por ejemplo, no reporta ningún efecto positivo significativo (48) y otros autores las califican de ineficaces, pues no promueven en los estudiantes el uso de los servicios de bienestar institucional (18,49,50).
Limitaciones
Este estudio fue conducido en un programa de medicina de una universidad pública de Colombia, por lo tanto, la capacidad de inferencia de los resultados es limitada y no necesariamente aplicable a otras escuelas en Colombia o en el mundo. Las TDI y TDIP solo comenzaron a ser registradas a partir del año 2006 y limitan una comparación con el periodo previo.
Conclusiones
La deserción en las escuelas de medicina es un grave problema que requiere sistemas de alerta temprana. Las causas son multifactoriales y complejas. Este estudio de prevalencia global de deserción es el primero que se realiza en la Universidad Tecnológica, en el programa de medicina y probablemente sea uno de los que incluye el número más alto de cohortes del país. Además, representa un valioso insumo, toda vez que las tasas calculadas y las fórmulas propuestas, reflejan de una manera más confiable la realidad del problema de deserción en el programa, consideran un periodo extenso de observación y definen al estudiante graduado como la instancia final que mide el éxito de la intervención educativa.
Este estudio se convierte en una poderosa herramienta en la planeación académica y en la toma de decisiones y permite la comparación de resultados y estrategias con programas de medicina de Colombia y el mundo. Las tasas bajas de deserción encontradas y las altas de egreso sin rezago, ameritan un análisis riguroso que permita revelar y preservar los factores que las posibilitaron y combatir aquellas condiciones que favorecen la deserción temprana.
La discusión y diseño de pruebas exclusivas para el ingreso a medicina, el establecimiento de políticas específicas de apoyo integral, la detección temprana de estudiantes en riesgo, la revisión permanente del currículo y del modelo pedagógico, la presencia de tutores, las ventajas de un currículo integrado y el acompañamiento permanente, entre otras estrategias exitosas reportadas en la literatura revisada, dependen de tener una base factual que dé cuenta del programa desde su creación y muestre las tendencias de los últimos años. Esta investigación es un significativo aporte en este sentido.