Desde tiempos ancestrales al médico se le ha llamado: “médico tal” o “doctor tal”. Incluso, los mismos médicos se presentan entre colegas como: soy el doctor... y mencionan el apellido. Dejando de lado sus nombres de pila.
¿Por qué deben colocarse el doctor/a antes que su propio nombre? ¿Es por respeto; por jerarquía; por demostrar lo que han estudiado? Tal vez es una mezcla de todo, e incluso de otros elementos que tendremos que describir.
De acuerdo con la real academia de la lengua, el término doctor o doctora es dado a la persona que tiene el más alto nivel académico: un doctorado (PhD). Además, se le dice al médico u otro profesional especializado en alguna técnica terapéutica como el podólogo o el dentista1.
En algunos escenarios, por ejemplo, en atención primaria, es más relevante e importante acercarse al paciente por el nombre propio, sin que existan intermediarios que limiten la relación. Además, entre profesionales puede ser importante eliminar esos títulos; lo fundamental en el cuidado de la salud sería, que independiente de los títulos o jerarquías, se puedan cumplir los objetivos y los lineamientos establecidos en el lugar de trabajo con liderazgo horizontal y responsabilidad2.
Como miembros de un equipo de salud, somos profesionales con estudios de posgraduado, responsabilidad y compromiso. La medicina no es una fuerza armada y tiene un gran sentido de compasión; por tanto, los títulos no deberían ser importantes en las relaciones interpersonales al interior de un ambiente del cuidado de la salud; éstos no necesariamente significan respeto2.
Se han realizado encuestas en diferentes ambientes laborales y se ha encontrado que los médicos jóvenes tienden a referirse a sus profesores como doctores. Los profesores que se presentan por su nombre de pila son identificados como “más alcanzables o más asequibles”. Existen diferencias entre especialidades, por ejemplo: a los cirujanos les gusta ser llamados como doctor, diferente a los anestesiólogos, quienes prefieren ser llamados por su nombre de pila3.
Esto también es importante para las mujeres médicas ya que, en una sociedad predominantemente machista, el uso del título de doctor se considera parte de la formalidad y respeto a lo duro que han trabajado. El uso de títulos, especialmente en frente de los pacientes, es importante para dejarles claro su rol y cualificación; incluso al presentarse a los médicos jóvenes4.
En la misma línea, las minorías étnicas, también quieren dejar clara su posición ante pacientes, colegas y médicos más jóvenes. Igualmente, los médicos experimentados, aquellos con canas, quieren reflejar respeto, experiencia, cualificación, posición profesional, entre otros elementos, ante los demás colegas, pacientes y profesionales2.
Personalmente pienso que antes que médicos o doctores somos personas, por tanto, para mí es más importante ser llamado por mi nombre de pila. El respeto y el liderazgo se ganan con otros elementos que permitan el cumplimiento de las diferentes responsabilidades al frente del cuidado de un paciente y en un escenario clínico y académico.