Introducción
El Complejo Volcánico y Glacial Ruiz-Tolima -en adelante, CVGRT-, se encuentra localizado en la Cordillera Central de Colombia a 150 km NE de Bogotá y a 28 km so de la ciudad de Manizales (figura 1). Esta región se caracteriza por la presencia de volcanes activos (Méndez 1989) controlados estructuralmente por el sistema de fallas Palestina al oriente de la Cordillera y con una dirección predominante NS (Rendón et ál. 2011). La actividad volcánica inicia desde el Neógeno, a la cual le suprayace una glaciación durante el Cuaternario que cubre todo el territorio (Thouret 1989). Ambos procesos constituyen un conjunto de elementos que modelaron un relieve particular, herencia de los factores climáticos y litológicos en la Región Andina de Colombia. Las condiciones del paisaje han facilitado la adaptación de innumerables ecosistemas de alta montaña que han adquirido importancia no solo estética sino también ecológica y cultural en torno a un Parque Nacional que funciona como eje del CVGRT desde 1974 (Parques Nacionales 2010).
En el CVGRT se encuentran numerosos lugares o sitios que ejemplifican la génesis del relieve superficial mediante la existencia de geoformas típicas de la Cordillera Andina de Colombia (figura 2). En este trabajo, se les asignará a esos lugares el nombre de geomorfositios, de acuerdo con la definición de Grandgirard (1997) que es retomada por Reynard (2004): todas las porciones de la superficie terrestre que posean una importancia particular en la comprensión de la historia de la tierra, de su clima y de la forma como las distintas especies han habitado en él. La definición hace hincapié en que el geomorfositio es un objeto íntegro de estudio, no solo en un contexto paisajístico, meramente científico o estático; se trata de una entidad funcional relacionada con el ser humano y las demás especies, y cuenta con un dinamismo natural (Fissherser y Lambert 1977). Siguiendo esta definición, Panizza (2001) agrega que los geomorfositios tienen diversas escalas que pueden variar desde una forma puntual -suelo con cenizas volcánicas-, a relieves extensos -valles con hombreras glaciares- a los cuales el hombre les confiere valores específicos por razones científicas, ecológicas, estéticas, culturales o económicas (turísticas).
Estos geomorfositios deben estar acompañados de un proceso de catalogación, inventario y evaluación de acuerdo a sus características (Cendrero 1996). Las evaluaciones implican un conocimiento del terreno, el cual se obtiene tanto a partir de la consulta bibliográfica como mediante controles de campo. Posteriormente, y de acuerdo a las características de cada geomorfositio, se asigna un potencial de uso que puede ser con fines de geoconservación, divulgación y/o geoturismo.
En esta investigación se plantea la aplicación de una metodología para el desarrollo del geoturismo en el CVGRT.
Para Perret (2014) el geoturismo es el aprovechamiento de los elementos geológicos que componen el paisaje, desde su comprensión y análisis -selección de geomorfositios- para el disfrute y aprovechamiento económico. Una de las figuras más representativas del geoturismo la constituyen los geoparques (Ngwira 2015), territorios de importancia geológica utilizados como motor para el desarrollo local de una zona determinada, con criterios establecidos como: 1) existencia de un patrimonio geológico importante o su equivalente; 2) iniciativas de conservación, educación y posterior divulgación; y 3) creación de proyectos de desarrollo cultural y económico. Además de contar con legislaciones que garanticen el mantenimiento (Carcavilla Urquí 2012).
En Colombia no se ha implementado oficialmente ninguna propuesta de geoparques o aprovechamiento geológico con fines turísticos. Sin embargo, e implícitamente, la mayoría de los parques nacionales cuentan con elementos geológicos y geomorfológicos de gran envergadura.
El CVGRT cuenta con una génesis que ha permitido la formación de un relieve particular; su importancia en el conocimiento científico para la evolución de la Cordillera Central y las condiciones del sitio potencialmente geoturístico (parque nacional) permiten desarrollar una propuesta de itinerarios geomorfológicos o georutas para el público no especialista, basada en la evaluación del paisaje.
Contexto del área de estudio
Marco volcánico
El Complejo Volcánico Ruiz-Tolima posee un origen asociado al comportamiento de régimen activo de margen continental, debido a la subducción de la placa Nazca debajo de la placa Suramericana (Murcia 1982). En su gran mayoría, los volcanes de Colombia se clasifican como calcoalcalinos, con composiciones de lava que varían desde andesítica a dacítica (Méndez Fajury 1989). La región cuenta con ocho volcanes de los treinta registrados en toda la Cordillera Central, con un lineamiento atribuido a la falla Palestina (Méndez Fajury 1989) (figura 1). Desde el Norte hasta el Sur se encuentran: Cerro Bravo, volcán del Ruiz (cuenta con dos cráteres adventicios, Olleta al Oeste y Piraña al Este), El Cisne, volcán de Santa Isabel, Paramillo del Quindío, Paramillo de Santa Rosa, volcán del Tolima y Cerro Machín (Robertson, Flórez y Ceballos 2002).
Marco glacial
Mediante trabajos de palinología y reconstrucción de cenizas volcánicas presentes en los sistemas de morrenas, se asignaron las diferentes épocas de glaciaciones en el CVGRT. Se sucedieron eventos fríos desde el Pleistoceno medio hasta épocas históricas que cubrieron la alta montaña de la Cordillera Central hasta ±3000 m. Thouret (1989) y Thouret y Van der Hammen (1983) identificaron cinco estadios glaciares (tabla 1) bien definidos en los sistemas de morrena constituidos por arcos laterales y frontales sucesivamente, vinculados a morrenas altas y largas presentes en la zona de estudio, y que podrían relacionarse con las mismas épocas glaciares propuestas por Van der Hammen, Pérez Preciado y Pinto E. (1995) para la Cordillera Oriental.
Tanto el componente de volcanismo (Neógeno hasta el Cuaternario) como las glaciaciones del Cuaternario reciente, determinaron la geología y geomorfología actual del CVGRT (figura 3). Se reconocieron diferentes relieves de volcanes, coladas de la lava, conos de explayamientos, suelos con cubierta de depósitos piroclásticos en la mayoría de las laderas, ablación glacial y modelados de acumulación que abundan desde los ±2700m (IDEAM 2010).
Marco histórico y cultural
El CVGRT ha marcado la evolución geográfica e histórica de Colombia, pues ha sido un punto de referencia para la contemplación del paisaje, ya sea mediante la interpretación de artistas, escritores o cronistas (tabla 2); generando incluso archivos que adquieren valor científico por el detalle de la descripción y la visión que cada autor tuvo de los volcanes o glaciares de esta parte de la Cordillera Central.
Según Aguiló (1999), el paisaje se puede interpretar desde la visualización de la realidad concreta del país: el país sería más el contenido y el paisaje la expresión sensible entre el hombre y el medio donde habita. Rivera (2007) plantea que el hombre es un agente activo en la conformación del paisaje, pues es quien lo contempla, lo admira y lo interpreta de acuerdo a sus percepciones. Se podría entonces asegurar que hay tantos paisajes como personas, y esto para el CVGRT se manifiesta mediante valores adicionales intrínsecos del lugar: una cultura indígena adoradora de volcanes y glaciares; el afán colonizador de los españoles y su ansia de transformación; las expediciones de la segunda mitad del siglo XVIII, en las cuales no había un deseo formal por el oro ni por evangelizar, sino una motivación de adentrarse en los lugares desconocidos -como es el caso de la Expedición Botánica (Mejía Arango 1997)-; los diarios y narraciones de personalidades que registraban el devenir de un territorio en formación, como Humboldt y su contemplación científica; o los proyectos civilizadores y de gestión del territorio en el siglo XIX, como la Comisión Corográfica que clasificó importantes sitios del CVGRT en sus recorridos (figura 4).
Metodología para la clasificación de geomorfositios
Son muchas las metodologías existentes para la valoración de sitios de interés geológico que se han desarrollado en todo el planeta (Brilha 2005; Carcavilla et ál. 2007; Reynard et ál. 2007). Cada una de ellas posee características especiales que se determinan de acuerdo a la idoneidad de la zona donde se implementarán.
El método adoptado para el CVGRT fue desarrollado y mejorado por Reynard et ál. (2015) en el Instituto de Geografía y Sostenibilidad de la Universidad de Laussane en Suiza. Se seleccionó dicho método ya que los contextos existentes en la zona de estudio integran los elementos -científico, adicional, cultural, etc.- similares a los que Reynard desarrolló ampliamente en su investigación sobre geomorfositios (Reynard et ál. 2007) y que profundizó en Reynard et ál. (2015). El inicio corresponde a la elaboración de inventario o catálogo de unidades geomorfológicas en el área de estudio; para efectos de esta investigación estas unidades son de origen volcánico y glacial. Tal inventario se soporta en la interpretación de mapas topográficos, fotografías aéreas, imágenes satelitales y publicaciones científicas existentes. Este inventario preliminar fue confirmado y ampliado mediante controles de campo.
El método de Reynard et ál. (2015) se divide en cuatro pasos: 1) documentación del sitio -identificación, inventarios, datos generales-; 2) evaluación de valores intrínsecos; 3) uso y gestión, y 4) síntesis (tabla 3). En este trabajo se hará hincapié en los numerales 2 y 3 para la implementación de un sistema de georutas.
Documentación del sitio
Carcavilla Urquí (2012) asegura que para gestionar los sitios geológicos más relevantes se debe conocer su ubicación, sus particularidades y las características que lo hacen objeto de estudio; esta recolección de la información sobre los geomorfositios se propone mediante la elaboración de catálogos o inventarios. En muchos países los inventarios geológicos son regulados por las autoridades competentes, para el caso de Colombia dicha función le corresponde al Servicio Geológico Colombiano (SGC).
Como no hay antecedentes sobre inventarios de geomorfositios en el país, se realizaron dos inventarios: uno bibliográfico y el otro especializado. El primero consistió en recopilar toda la información existente para la zona de estudio, generando una lista inicial de geomorfositios potenciales, y una segunda fase o inventario especializado que requería trabajo de campo y verificación de cada uno de los temas propuestos en la zona.
En el inventario final, Reynard et ál. (2007) propone utilizar un código para cada geomorfositio seleccionado de acuerdo a su morfogénesis y ubicación: donde las tres primeras letras en mayúscula se refieren a la localización (departamentos administrativos para el caso de Colombia), las tres letras siguientes en minúscula son las del proceso genético del geomorfositio y finalmente tres números que codifican cada uno: TOLvol001, por ejemplo, para un cono volcánico ubicado en el departamento del Tolima, Colombia.
Evaluación de valores intrínsecos
Según el objeto de estudio de esta investigación, la evaluación de los valores intrínsecos es fundamental para el objetivo final pues representa: 1) un testigo en la formación de la tierra (valor científico); 2) objeto geomorfológico observable y superlativo (valor estético); 3) nivel de biodiversidad ecosistémica (valor ecológico); y 4) los elementos del paisaje que tengan alguna relación con el hombre (valor cultural).
Buscando responder cuál es el aspecto relevante en la evolución y el conocimiento de la historia geológica y climática de la zona de estudio, se toma como punto de partida la definición de geomorfositios expresada precedentemente (Grandgirard 1997) la cual implementa cuatro criterios científicos que disminuyen la subjetividad al momento de la evaluación y que se convierten en los determinantes para la asignación del valor científico: “integridad”, “representatividad”, “rareza e interés paleogeográfico”. Criterios a los cuales se les asigna una puntuación desde 0 (nulo), hasta 1 (alto) (Reynard et ál. 2015).
Los valores adicionales se pueden dividir en tres grupos: ecológicos, estéticos y culturales. Teóricamente, la evaluación de estos criterios debe hacerse apoyada en los análisis y estudios de especialistas (biólogos, historiadores, paisajistas), con el mismo rigor y amplitud que cualquier estado del arte científico. Los valores adicionales buscan responder premisas relacionadas con el uso que podrían tener los geomorfositios en una eventual divulgación.
Uso y gestión de los geomorfositios
Esta es la parte metodológica que integra los geomorfositios con la sociedad en general y abarca todos los aspectos de protección y/o promoción. La protección se elabora mediante la interpretación de posibles amenazas al geomorfositio, ya sean de origen natural o humano, generando alternativas para garantizar su conservación en una escala de tiempo corto (5 a 20 años) (Reynard et ál. 2015). La promoción se divide en dos partes: las condiciones de visita y los aspectos educacionales (Reynard et ál. 2015). Se documenta cada aspecto y se utiliza la mejor estrategia para los geomorfositios: esas estrategias de divulgación y promoción pueden variar desde paneles explicativos, itinerarios o georutas, hasta plataformas interactivas para personas especialistas o no especialistas (Martin 2013).
Resultados
El primer inventario (bibliográfico) generó una lista de aproximadamente 32 geomorfositios potenciales, todos sugeridos por investigaciones previas y por publicaciones realizadas en el CVGRT. En la segunda fase se realizaron los controles de campo donde se verificaron los geomorfositios preseleccionados; trece de ellos no cumplían las condiciones necesarias, ya fuera por cambios físicos debido a procesos naturales o por modificaciones antrópicas como la expansión de una carretera o la delimitación del Parque Nacional.
Se seleccionaron cuatro geomorfositios de origen glaciar; siete de origen volcánico; y ocho geomorfositios mixtos, herencia de ambos procesos. Para un total de 19 geomorfositios finales (tablas 4 y 5). La toma de datos se realizó de acuerdo a los pasos metodológicos propuestos por Reynard et ál. (2007).
Cabe destacar que los diecinueve geomorfositios seleccionados poseen un valor científico intrínseco, de lo contrario no podrían ser integrados en el inventario final. Los puntajes más altos corresponden a los sitios más destacados en términos de aprovechamiento pedagógico, pues mediante ellos se podría ejemplificar procesos genéticos en las ciencias de la Tierra (figura 6), como es el caso de risher001 (tabla 4) correspondiente a la Laguna del Otún. Este geomorfositio se originó luego del represamiento de una laguna de retroceso glacial con un flujo de lava del volcán nevado de Santa Isabel, proceso geológico poco común y con cualidades excepcionales (figura 5).
Los valores adicionales -más difíciles de definir- son los que buscan un aprovechamiento turístico y de beneficio para las comunidades aledañas. Se trata de aquellos que por su ubicación y contexto tienen más elementos para ser promovidos aparte de las características geológicas (Martin 2013), desde la concepción de lo estético, ecológico y cultural (figura 7).
Estos elementos están relacionados con las experiencias de quienes visitan los lugares (Reynard et ál. 2015). Para el CVGRT los valores adicionales están marcados por un alto componente histórico y cultural, como se detalló en la tabla 2; entre ellos se cuenta la presencia de especímenes vegetales como el frailejón o la Palma de Cera, o desastres ambientales como el lahar de Armero (Mojica et ál. 1985), entre otros.
Al final de la valoración, los geomorfositios seleccionados cuentan con un valor global discriminado en el promedio entre su valor científico y adicional (tabla 4); este valor global se utiliza en términos de gestión y según el interés específico de cada usuario.
Los estudios de evaluación geológica para fines de geoturismo o divulgación requieren una buena cartografía de representación para comunicar los resultados a las partes interesadas. Existen dos tipos de mapas: uno que evidencia los geomorfositios en la evaluación final con los puntajes obtenidos en todo el proceso de valoración -siendo este un mapa mucho más técnico y dirigido a personas que gestionan el territorio-; y otro a una escala más regional donde no se ubican los resultados específicos, pero se profundiza en detalles que al público no especialista le pueden interesar, es decir, un mapa con vocación pedagógica (Reynard et ál. 2015).
Para efectos de esta investigación se realizaron ambos tipos de mapas: el primero basándose en un método estadístico bivariado para presentar los dos valores (científico y adicional), de acuerdo a la escala utilizada de 0 a 1 (figura 8), donde el tamaño de los círculos es el mismo para todos: la proporción de cada valor es lo que finalmente varía.
Finalmente, se plantea un segundo mapa que desarrolla un prototipo de georutas, permitiendo a los usuarios -especialistas o no- conocer los geomorfositios seleccionados de acuerdo a su campo de interés. Para el CVGRT se integraron los puntos en un sistema de tres recorridos diferentes, cada uno evidenciando un proceso geomorfológico diferente (figura 9).
La propuesta de recorridos no consiste únicamente en elaborar paradas para un público técnico, sino en crear las herramientas para brindarles a todos los visitantes elementos que incidan en el disfrute y aprovechamiento de los recursos naturales.
La figura 9 constituye un método cualitativo para representar geomorfositios sin los porcentajes dados en la evaluación final; en cambio se presentan nuevas características como acceso, puestos de control, hospedaje, etc. Los volcanes y glaciares juegan un papel muy importante en el rol de las comunidades humanas, pues constituyen componentes del patrimonio cultural del territorio (Dóniz-Páez et ál. 2010).
Georuta volcánica: incluye los procesos activos y más relevantes de la Cordillera Central presentes en el área de estudio (ignimbritas de Río Claro, volcanes de la Olleta, Quindío, Santa Rosa, Ruiz; Termales de cañón; afloramiento del valle de las Tumbas y recorrido del lahar de Armero).
Georuta glacial: integra los procesos glaciales actuales y las evidencias más recientes del retroceso glacial en la alta montaña del Trópico (El Cisne, nevados de Santa Isabel, del Tolima y del Ruiz).
Georuta procesos heredados: es el recorrido que permite georeferenciar aquellos geomorfositios que tienen características integradas de ambos procesos vulcano-glaciales (Circos, El Bosque, Lagunas del Otún y Verde, Valle del Placer, Valle estructural del Cocora).
Discusión
Los inventarios de geomorfositios constituyen una importante documentación y caracterización de la geomorfología y el patrimonio natural de un área en un país determinado. Durante los últimos años, la aparición de distintas metodologías para valorar el paisaje se ha incrementado. En Colombia apenas se desarrollan los primeros proyectos de investigación en lugares específicos condicionados por la riqueza geológica, cultural, o por las condiciones de áreas protegidas. Este trabajo se propuso evaluar y obtener valores científicos y adicionales para el CVGRT con el fin de usarlos en futuros proyectos de geoturismo.
Luego de obtener los resultados de la evaluación de geomorfositios, se notó que los valores adicionales son muy diferentes a los obtenidos en la valoración científica: un geomorfositio puede presentar un alto porcentaje científico contrario a su equivalente adicional. Esto no es de extrañar pues finalmente determina el uso y potencial que tiene cada uno de acuerdo al inventario final (figura 10). Es por esto que no todos los geomorfositios son seleccionados para fines iguales, algunos incluso solo se registran, se catalogan y se integran al inventario privado que maneja el área de estudio, en este caso los aspectos geológicos más relevantes para el Parque Nacional en cuestión.
El geoturismo es una actividad que redefine los recursos geológicos en función del desarrollo económico de una región, usando los valores intrínsecos y la belleza de los distintos lugares de interés geológico para el disfrute y la conservación de los mismos. El geoturismo promueve un turismo pedagógico con una nueva oferta científica (Carcavilla 2012). En este contexto, uno de los proyectos internacionales más significativos es el de geosites, propuesto por Wimbledon, Anderson y Cleal (1996), el cual busca seleccionar lugares ejemplares, no solo por su belleza, sino que figuren como enclaves científicos, aportando información sobre algún acontecimiento de la evolución de la tierra. Hermelin (2016), por su parte, hace un recuento de los principales geositios en Colombia; una lista de aproximadamente 17 lugares de interés geológico, donde se incluye el volcán nevado del Ruiz del CVGRT.
Ahora bien, en Colombia los estudios de patrimonio geológico y de valoración del paisaje no son numerosos (Cárdenas y Restrepo 2006; Colegial, Piscisciotti y Uribe Portilla 2002; Henao y Osorio, 2012; Torres Herrera y Molina Escobar 2012; entre otros). Para el caso de los geoparques la situación es casi inexistente, pues el carácter de geoparques ha sido remplazado por la creación de reservas naturales como parques nacionales, buscando la protección de sitios con condiciones bióticas y ambientales por encima de los componentes geológicos o de formación del paisaje.
Las georutas o itinerarios científicos son herramientas de divulgación en procura de la generación de conocimiento, conservación y uso. Una vez seleccionado el recorrido por el cual se realizará cada georuta, los procesos deben comunicar al público objetivo la información mediante estrategias audiovisuales, interactivas o presenciales (Martin 2013) involucrando a las personas sin cambiar el discurso científico mediante modelos básicos de interpretación. Este aspecto constituye un elemento esencial para lograr una integración adecuada entre el turismo ordinario y el geoturismo: la trasmisión del conocimiento (Carcavilla 2012). Cada uno de los geomorfositios puede tener una pequeña descripción y modelos básicos (figura 11) los cuales varían de acuerdo a la plataforma de difusión seleccionada.
El sistema de georutas para el CVGRT busca integrar los aspectos mencionados en esta investigación, generando un inventario base que pueda ser ampliado y mejorado en cualquier momento, pues los geomorfositios tienen dinámicas particulares de acuerdo al clima y a los procesos tectónicos que los modelan.
El geoturismo es el desarrollo del sector turístico basado en la geodiversidad, la cual ubica a la geología en un ambiente social, pensando en una vocación dada por la maravilla de los paisajes y la compleja historia que ha modelado la tierra. Las personas son usuarias del territorio y las georutas son propuestas integradoras mediante diversos diálogos de saberes que actúan como agentes de aprovechamiento y protección. Las personas siempre viajan para apreciar los lugares geológicos con alto valor estético. Determinar geomorfositios en amplios inventarios nacionales no solo permitirá fortalecer sectores como el turismo, sino también gestionar los recursos naturales desde la educación científica.
Conclusión
Este trabajo realizado en el Complejo Volcánico y Glaciar Ruiz-Tolima evidencia los procesos de la alta montaña en la Cordillera Andina, asociados a una historia climática reciente, los cuales permiten ser un enclave para la comprensión de las variaciones tanto en el vulcanismo como en los comportamientos del glaciar. Aunque hay sitios similares en Suramérica, el caso de Colombia es excepcional pues integra ambos fenómenos con procesos de formación del paisaje, condicionando la forma de vida de los habitantes. Este relieve cuenta con un alto valor estético, una superlatividad que motiva a cientos de personas a visitarlo cada año; sin embargo, actualmente el lugar no cuenta con una divulgación científica adecuada que le brinde a los visitantes la posibilidad de tener información sobre glaciares o volcanes.
La implementación de herramientas como georutas o itinerarios geológicos promueve el disfrute mediante la interacción directa del público -especialista o no- con distintos fenómenos de la tierra. Colombia ofrece una geodiversidad particular, pues sus condiciones geológicas y la complejidad de su relieve ofrecen paisajes singulares. En esta publicación se propone abordar la riqueza geomorfológica del Complejo Volcano y Glarcial Ruiz-Tolima mediante tres rutas: volcánica, glacial y mixta. Se trata de paradas y estaciones que proporcionen información básica y necesaria para comprender los distintos procesos naturales que dieron origen a ese paisaje en particular. Es sin duda un primer paso para la categorización de dicho territorio como un geoparque volcánico en los Andes colombianos.
Las investigaciones que buscan integrar a la sociedad con la geología mediante actividades de turismo hacen parte del geoturismo, implementando estrategias de conservación y promoción de la geología, que se apoyan en trabajos de divulgación y educación para enseñar las geociencias. Con la creación de los inventarios y las posibles georutas en el CVGRT se busca crear un elemento interdisciplinario que abone esfuerzos para la gestión y toma de decisiones medio ambientales en procura de la conservación de los recursos geológicos.