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Revista Facultad de Odontología Universidad de Antioquia

Print version ISSN 0121-246X

Rev Fac Odontol Univ Antioq vol.29 no.1 Medellín July/Dec. 2017

https://doi.org/10.17533/udea.rfo.v29n1a1 

Articles

EVALUACIÓN DEL EFECTO DE LA INCLINACIÓN DE IMPLANTES NO FERULIZADOS SOBRE EL COMPORTAMIENTO PROTÉSICO DE SOBREDENTADURAS EN PACIENTES DESDENTADOS MANDIBULARES

JUAN ALBERTO ARISTIZÁBAL HOYOS1  * 

LUIS ALEJANDRO RESTREPO HERRERA2 

CAMILO ANDRÉS GÁLVEZ REYES3 

JACKELINE MULETT VÁSQUEZ4 

1Oral Rehabilitator. Associate Professor, Universidad Autónoma de Manizales, Manizales, Colombia

2 Intern at the Specialization in Oral Rehabilitation, Universidad Autónoma de Manizales, Manizales, Colombia

3 Intern at the Specialization in Oral Rehabilitation, Universidad Autónoma de Manizales, Manizales, Colombia

4 Orthodontist. Associate Professor, Universidad Autónoma de Manizales, Manizales, Colombia


RESUMEN.

Introducción:

el objetivo del presente estudio consistió en evaluar la inclinación sagital de los implantes con respecto al plano oclusal de sobredentaduras mandibulares y su efecto sobre el comportamiento protésico de las mismas.

Métodos:

se evaluaron 52 implantes en 26 adultos desdentados totales inferiores (dos implantes interforaminales por paciente), rehabilitados con pilares tipo bola y sobredentadura. Se realizaron trazos cefalométricos y se evaluó la inclinación sagital del implante con respecto al plano mandibular (MI), el plano oclusal (OI), el ángulo de compensación (CA) y la altura facial anterior. Se evaluaron variables clínicas de comportamiento protésico: necesidad de rebase de la prótesis, cambio de aditamentos retentivos y aflojamiento del pilar protésico. Las variables se describieron con medidas de tendencia central y dispersión. Las comparaciones intragrupales se hicieron con prueba t de Student (p < 0,05), y las correlaciones con el coeficiente de Pearson.

Resultados:

se evaluaron 26 pacientes: 70,4% mujeres y 29,6% hombres. La edad promedio fue de 67,93 ± 8,6 años. El rango de seguimiento fue de 24 a 30 meses. El MI promedio fue de 78,89 ± 10,9 grados. Hubo una correlación (r = 0,6) estadísticamente significativa entre MI y OI en los pacientes a quienes se les realizó cambio de aditamentos y entre MI y la pérdida ósea (r = 0,557) (p = 0,007). La MI promedio fue mayor en aquellos pacientes a quienes se les hizo rebase (89,70 ± 11,7 grados), en comparación con los que no tuvieron rebase (76,91 ±9,8 grados). No se pudo determinar la relación con el aflojamiento del pilar protésico.

Conclusiones:

la inclinación sagital de los implantes con respecto al plano oclusal de las sobredentaduras tiene un efecto sobre la pérdida ósea, lo que conlleva al cambio de aditamentos y rebase de la prótesis después de dos años de observación.

Palabras clave: implantes dentales; prótesis de recubrimiento; prótesis mandibular

ABSTRACT.

Introduction:

the aim of this study was to evaluate the sagittal inclination of implants with respect to the occlusal plane of mandibular overdentures and their effect on the prosthetic behavior of the overdentures.

Methods:

52 implants were evaluated in 26 fully mandible edentulous adults (two interforaminal implants per patient), rehabilitated with ball attachments and overdenture. Cephalometric tracing was conducted, evaluating the sagittal inclination of the implant to mandibular plane (MI), occlusal plane (OI), compensation angle (CA), and anterior facial height. The following clinical variables of prosthetic behavior were assessed: the need for prosthesis rebasing, changes in prosthetic accessories, and loosening of the prosthetic attachment. The variables were described with measurements of central tendency and dispersion. Intragroup comparisons were made with the Student’s t test (p < 0.05) and correlations with the Pearson coefficient.

Results:

26 patients were evaluated: 70.4% females and 29.6% males. The average age was 67.93 ± 8.6 years. The follow-up period ranged from 24 to 30 months. The average MI was 78.89 ± 10.9 degrees. There was a statistically significant correlation (r = 0.6) between MI and OI in patients who underwent a change in accessories and between MI and bone loss (r = 0.557) (p = 0.007). The average MI was higher in patients subjected to rebasing (89.70 ± 11.7 degrees), compared with those who were not subjected to rebasing (76.91 ± 9.8 degrees). A relationship with prosthetic pillar loosening could not be determined.

Conclusions:

the sagittal inclination of implants with respect to the occlusal plane in overdentures affects bone loss, leading to a change of accessories as well as prosthesis rebasing after two years of service.

Key words: dental implants; prosthetic veneer; mandibular prosthesis

INTRODUCCIÓN

Aunque muchos estudios muestran un alto grado de satisfacción de los pacientes portadores de sobredentaduras sobre implantes,(1,2,3) y señalan que la calidad de vida de estos pacientes es superior en comparación con los pacientes portadores de prótesis totales convencionales,(4,5) existe también un alto número de reportes de reparaciones y mantenimientos de las prótesis removibles implanto-soportadas.(6,7,8)

Watson et al(9) investigaron la necesidad de mantenimiento y reparación de sobredentaduras mandibulares y encontraron que, en el primer año de uso, el 68% de los pacientes requirió algún tipo de mantenimiento prostodóntico.

La mayoría de las reparaciones y ajustes que usualmente se requieren en las sobredentaduras unidas con ajustes en bola incluyen: pérdida de los tornillos del pilar protésico, fractura del receptáculo para la bola, rebase de la base de la dentadura y ulceraciones.(10,11,12)

El alto porcentaje de éxito de los implantes interforaminales usados para soportar sobredentaduras mandibulares ha sido bien documentado, y se ha recomendado que los implantes, especialmente cuando se contempla la realización de ajustes individuales en bola, sean colocados paralelos uno al otro y en la vía de inserción de la prótesis, con el fin de prevenir el incompleto asentamiento de la prótesis y el desgaste prematuro de los ajustes y para proveer una carga axial de los implantes sin producir momentos de tensión.(13) La retención también se puede maximizar cuando los implantes son paralelos.(14)

Desde hace muchos años se ha tenido la inquietud científica acerca de las fuerzas que actúan en los implantes dentales que soportan las sobredentaduras. En 1993, Mericske-Stern(15) llevó a cabo un estudio en el que observó, a través de radiografías cefalométricas, la inclinación relativa del eje de los implantes con respecto al plano mandibular de las respectivas prótesis. En su estudio encontró que un 70% de los implantes mostraron una inclinación bucal, 11% mostraron una inclinación lingual y solamente un 19% presentó un ángulo de 90 grados.

En el año 2001, Walton, Huizinga y Peck(16) realizaron un estudio tendiente a desarrollar una técnica para medir la angulación entre dos implantes y entre cada implante con referencia a planos, para analizar la relación entre el mantenimiento (ajustes y reparaciones) del ajuste en bola uniendo sobredentaduras mandibulares y la angulación de los implantes.

En 2012, Atashrazm et al(17) presentaron un estudio en el cual evaluaron el efecto de las sobredentaduras sobre la retención y la longevidad cuando los implantes tenían una inclinación de 5 o 10 grados.

Çeli̇k y Uludağ, en el 2013,(18) adelantaron un estudio fotoelástico para evaluar el efecto de la inclinación del implante y los ajustes en la transferencia de cargas y para comparar los diferentes diseños de ajustes en sobredentaduras mandibulares implanto-retenidas. En cuanto al modelo con implantes inclinados, observaron patrones de estrés superiores en los implantes unidos con barra, en comparación con cierto tipo de anclajes individuales no ferulizados.

El presente estudio tuvo como objetivo evaluar la inclinación sagital de los implantes con respecto al plano oclusal de las sobredentaduras y su efecto sobre el comportamiento protésico de las mismas en dos años de funcionamiento.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se llevó a cabo un estudio descriptivo transversal en pacientes que asistieron a la clínica del posgrado de Rehabilitación Oral de la Universidad Autónoma de Manizales. Se evaluaron la inclinación y las variables de comportamiento clínico y radiográfico de 52 implantes colocados en 26 adultos desdentados totales inferiores y que fueron escogidos para recibir un tratamiento rehabilitador con dos implantes interforaminales (BioHorizons RMR® Biohorizons Internal Implant System) de 3.8 x 15 mm o 3.8 x 12 mm, rehabilitados con pilares tipo bola para soportar una sobredentadura inferior.

El proyecto se desarrolló con el aval del Comité de Ética de la Universidad Autónoma de Manizales (según Acta N.°12 de 2010). El presente estudio se ajustó a los principios científicos y éticos estipulados por las normas internacionales para la investigación en salud, descritos en la Declaración de Helsinki, y por la normatividad colombiana según la Resolución 8430 del Ministerio de Salud de Colombia. Se declaró como una investigación con riesgo mayor que el mínimo, por el uso de radiografías (exposición a 6 msV por caso clínico). Por lo mismo, antes de iniciar el estudio, a todos los pacientes se les dieron a conocer claramente los objetivos, riesgos y beneficios de su participación, y solo se incluyeron aquellos que firmaron por escrito el consentimiento informado.

Una vez lo aceptaron, a los pacientes se les tomaron radiografías cefálicas de perfil, de acuerdo con la estandarización del equipo DX-D 300. Se realizaron trazos en las radiografías a partir de mediciones de referencia para establecer las medidas esqueléticas, faciales y dentales, así como en los implantes, las cuales se hicieron sobre la radiografía digital a través del visor OSIRIX®, versión 5.8.2 de 32-bit, y visualizador Dicom para la plataforma Macintosh® con el sistema operativo Mac OS, versión 10.11.1, previa calibración del operador.

La posición dental en las prótesis maxilares y mandibulares se determinó mediante una marcación con material de resina radiopaco en los dientes 11 y 31, en el punto más central de la superficie gingivo-vestibular, de la gingivo-palatina y en el centro del borde incisal, para que su condición de radiopacidad permitiera hacer el trazo del eje longitudinal, proyectando el eje en dirección apical. Para el plano oclusal se determinó establecer el punto de referencia en la zona de molares, con una marcación de resina en la punta de la cúspide bucal media del primer molar inferior izquierdo (LML) y en la fosa mesial de la cara oclusal del primer molar superior izquierdo (UMR); de esta manera, con una máxima intercuspidación, se podría tener la referencia del plano oclusal de cada paciente.

Para la valoración facial o de tejidos blandos, se tomó como referencia la línea estética (LE), trazando el punto nasal, que corresponde al punto más externo de la punta de la nariz y el punto más anterior y externo del mentón. Debe haber 4 mm de separación entre el labio inferior del plano estético; un valor mayor correspondería a proquelia y un valor menor a retroquelia.

La relación esquelética se tomó con base en los trazos del ángulo de la profundidad facial, que está conformado por el plano de Frankfort -línea horizontal trazada entre Po (porion) y el punto Or (orbitale)- y la intersección con el plano facial -línea vertical trazada entre el punto N (nasion) y Pg (pogonion), cuya norma es de 90º ± 3º-. Las tres clases esqueléticas se determinaron de la siguiente forma: clase I, entre 87 y 93º, donde la mandíbula está en una posición armónica; clase II, posición retruida de la mandíbula con un valor < 87º, y clase III, posición adelantada o anterior de la mandíbula, cuyo valor es > 93º. La altura facial anteroinferior se determinó mediante el ángulo conformado por los planos ANS (espina nasal anterior) y el punto Xi (centro de la rama mandibular), y de este punto se trazó un plano hasta el punto d (centro de sínfisis mandibular).

Para valorar la posición anteroposterior o la inclinación de los implantes, se tomó como referencia el plano mandibular intersecado por el eje longitudinal más anterior del implante, de manera similar al trazo del eje longitudinal del incisivo mandibular natural (aIIm: ángulo de la inclinación del implante con respecto al plano mandibular); de igual forma, la inclinación del implante fue analizada con respecto al plano oclusal protésico (aIIpop: ángulo de la inclinación del implante con respecto al plano oclusal protésico), determinando la inclinación vestibular o lingual del implante.

Se estableció el ángulo de compensación del implante (aCI), que es la inclinación que debe tener el implante mandibular en sentido anteroposterior para obtener estabilidad oclusal en clase I. Se determinó trazando el eje de compensación protésico(puntoanterior más externo del implante y la inclinación del incisivo protésico) e intersecándolo con el eje longitudinal del implante para obtener el ángulo de compensación protésica (Figura 1).

Figura. 1: Características cefalométricas: LE: Línea estética; FH: Plano de Frankfort (Po: Porion a Or: Orbitale); PF: Plano facial (N: nasion a PG: Pogonion); ENA: espina nasal anterior; Xi: punto Xi; d: punto d (centro de la sínfisis); PM: Plano mandibular (Go: Gonion a Me: mentón); POP: plano oclusal protésico; aIIpop: aIIM: ángulo de la inclinación del implante mandibular; aIIpop: ángulo de la inclinación del implante con respecto al plano oclusal protésico; aCI: ángulo de la compensación del implante. 

Los datos se registraron en una hoja de cálculo de Excel® y, luego de consolidar todos los datos, se exportaron al paquete estadístico SPSS versión 21. Se hizo análisis con medidas de tendencia central y variabilidad. Las variables cualitativas se analizaron con frecuencias absolutas y relativas. En el análisis bivariado se evaluó la inclinación sagital del implante con respecto a las variables de comportamiento clínico y radiográfico. La comparación de medias se hizo con la prueba t de Student, y las correlaciones fueron probadas con el coeficiente de correlación de Pearson, tomando el valor p < 0,05 como estadísticamente significativo.

RESULTADOS

Se evaluaron 26 pacientes, de los cuales el 70,4% eran mujeres y el 29,6% eran hombres. La edad promedio fue de 67,93 ± 8,6 años. El rango de seguimiento fue de 23 a 33 meses, con un promedio de 29,85 ± 2,7 meses. Se colocaron 52 implantes interforaminales (dos por cada paciente) de la marca BioHorizons RMR® (Biohorizons Internal Implant System) de 3.8 x 15 o 3.8 x 12 mm, rehabilitados con pilares tipo bola para soportar una sobredentadura inferior.

Las variables se describieron con promedio, desviación estándar y rango. La inclinación sagital del implante (MI) con respecto al plano mandibular varió entre 63, 48 y 106,69°, con un valor promedio de 78,89 ± 10,9°. Los resultados del plano oclusal (OI) estuvieron entre 68,41 y 100,13°, con una media de 84,75 ± 9,3°. El ángulo de compensación (CA) se presentó entre 13, 94 y 82,31°, con un valor promedio de 32,21 ± 13,4°. El valor promedio del ángulo del plano facial fue de 93,17 ± 3,4°, con un rango de 86,75 - 99,19°, de los cuales el 73% correspondían a una inclinación en dirección lingual (> 90°) y el 27% restante estaban orientados en dirección vestibular, como se muestra en la Tabla 1.

Tabla 1 Variables angulares 

N Mínimo Máximo Media Desv. Est.
Relación esquelética (ángulo del plano facial) 26 86,75 99,19 93,1719 3,35106
Inclinación sagital del implante (MI) (plano mandibular) 26 63,48 106,69 78,8869 10,94114
Plano oclusal (OI) 26 68,41 100,13 84,7531 9,33855
Ángulo de compensación (CA) 26 13,94 82,31 32,2142 13,36408

Normalidad: angulación de 90° entre el plano oclusal (o mandibular) y el eje del implante

En cuanto a las variables verticales, la altura facial anterior estuvo en un rango de 39,85 - 64,57 mm, con un promedio de 51,78 ± 5,9 mm. La altura sinfisal (SH) se presentó entre 12,53 - 32,16 mm, con un valor promedio de 19,37 ± 4,3 mm. La altura protésica inicial (PH) estuvo entre 15,50 y 25,83 mm, con un valor promedio de 21,18 ± 3,0 mm, como se aprecia en la Tabla 2.

Tabla 2 Variables verticales 

N Mínimo Máximo Media Desv. Est.
Altura facial anterior 26 39,85 64,57 51,7815 5,87780
Altura sinfisal (SH) 26 12,53 32,16 19,3746 4,25313
Altura protésica inicial (PH) 26 15,50 25,83 21,1819 3,01383

La variable de pérdida ósea fue de 0,54 ± 0,4 en promedio, con un valor mínimo de 0,0 y un máximo de 1,53. Los resultados muestran la variable de rebase de prótesis solo en 15% de los pacientes que requirieron este procedimiento (Figura 2).

En cuanto a la variable de cambio de aditamentos, el 52% de los pacientes no necesitó cambio, mientras que el 48% restante sí lo requirió, como se observa en la Figura 3. De igual manera, solo el 7,4% de los casos presentaron aflojamiento del pilar protésico (Figura 4). No se pudieron establecer diferencias significativas entre las variables que presentaron pocos casos.

Figura 2 Porcentaje de pacientes que requirieron rebase de la prótesis 

Figura 3 Porcentaje de pacientes que necesitaron cambio de aditamentos 

Figura 4 Porcentaje de pacientes que presentaron aflojamiento del pilar 

El análisis bivariado se efectuó entre la variable de inclinación sagital del implante con respecto a las otras variables, y se llevó a cabo análisis de correlación de Pearson (r). Se estableció que hubo correlación baja pero significativa (p < 0,05) con la mayoría de variables, excepto con el plano oclusal y la altura protésica (Tabla 3).

Tabla 3 Variables cefalométricas 

VARIABLE R Sig (bilateral)
Inclinación sagital del implante (MI) respecto al plano oclusal -0,104 0,614 N.S
Inclinación sagital del implante (MI) respecto a la altura protésica (PH) -0,152 0,460 N.S
Ángulo de compensación respecto a la relación esquelética (ángulo del plano facial) 0,224 0,274 S
Inclinación sagital del implante (MI) (plano mandibular) respecto al ángulo de compensación (CA) -0,266 0,190 S
Inclinación sagital del implante (MI) (plano mandibular) respecto a la pérdida ósea total 0,112 0,586 S
Inclinación sagital del implante (MI) (plano mandibular) respecto a la relación esquelética -0,006 0,975 S
Altura de la sinfisal (SH) respecto a la altura protésica inicial (PH) -0,163 0,427 S

NS: No significativa. S: Significativa

Al realizar el ajuste estadístico se pudo observar una correlación lineal moderadamente negativa (r = - 0,331) entre la inclinación del plano sagital del implante (MI) (plano mandibular) y el plano oclusal (OI), como lo muestra el gráfico de dispersión (Figura 5).

Figura 5 Correlación entre la inclinación sagital del implante y el plano oclusal 

En cuanto a la correlación entre la inclinación sagital del implante y la altura facial anterior, se observa una relación levemente negativa (r = - 0,13), como se aprecia en la Figura 6.

Figura 6 Correlación entre inclinación sagital del implante y altura facial 

La correlación entre la inclinación sagital del implante y la altura protésica fue lineal y levemente negativa (Figura 7).

Figura 7 Correlación entre inclinación sagital y altura protésica 

En cuanto a la correlación entre las variables inclinación del implante y ángulo de compensación, se obtuvo una relación lineal negativa moderada (r = - 0,41), como se puede apreciar en la Figura 8.

Figura 8 Correlación entre inclinación sagital y ángulo de compensación (CA) 

Al agrupar los datos por la variable rebase de prótesis, la MI promedio fue mayor en aquellos pacientes a quienes se les hizo rebase (89,70 ± 11,7°) con respecto a los que no tuvieron este procedimiento (76,91 ± 9,8°), como se presenta en la Figura 9. De igual forma, se presentó una correlación positiva fuerte entre el MI y el OI en los que sí necesitaron rebase (r = 0,79), mientras que en los que no tuvieron rebase la correlación fue baja y negativa (r = -2,4), como se muestra en la Figura 10.

Figura 9 MI agrupada por rebase de prótesis (A) y por cambio de aditamentos (B) 

Figura 10 Correlación entre inclinación del implante y plano oclusal en pacientes con y sin rebase de prótesis. 

Por otra parte, el promedio de inclinación del implante en los pacientes a los que no se les hizo cambio de aditamentos fue menor (77,09 ± 9,97°) con respecto a los que sí tuvieron cambio de aditamentos (80,68 ± 9,9°), como lo muestra la Figura 10, aunque las diferencias no fueron significativas (p = 0,73). Además, se evidenció que hubo una correlación lineal negativa alta (r = -0,742) entre la inclinación del implante y el plano oclusal en los pacientes a quienes se les hizo cambio de aditamentos (p = 0,009), mientras que aquellos a quienes no se les hizo cambio presentaron una relación lineal negativa leve entre las variables (r = -2,87), como se muestra en la Figura 11.

Figura 11 Correlación entre inclinación del implante mandibular y plano oclusal en pacientes con y sin cambio de aditamentos. 

Para determinar las diferencias entre géneros se hizo la prueba t de Student, en la que se evidenció que la inclinación sagital del implante fue mayor en hombres, pero dicha diferencia no fue significativa (p = 0,337); tampoco lo fue en el plano oclusal (p = 0,731), el ángulo de compensación (p = 0,571) ni la altura facial anterior (p = 0,738).

Se demostró que hubo una relación lineal positiva fuerte (r = 0,74) entre la inclinación del implante y la pérdida ósea, con significancia estadística (p = 0,007). Al agrupar los resultados por cambio de aditamento, se demostró que en aquellos pacientes a quienes no se les hizo cambio de aditamento la correlación fue fuerte (r=0,805), mientras que en aquellos a quienes se les hizo cambio la correlación fue leve (r = 0,285); la primera fue significativa (p = 0,001), mientras que la segunda no lo fue (p = 0,457), como lo muestra la Figura 12.

Figura 12 Correlación entre inclinación del implante y pérdida ósea agrupada por cambio de aditamento. 

Finalmente, al agrupar los datos por clasificación esquelética, el 48,1% de los pacientes correspondían a clase III, 44,4% a clase I y 7,4% a clase II. El promedio de inclinación en los implantes clase I fue de 77,53 ± 9,5, en los de clase II fue de 79,56 ± 2,3 y en los de clase III 79,19 ± 12,3; aunque hubo variación, las diferencias no fueron estadísticamente significativas entre ninguno de los grupos (p > 0,05). Las correlaciones entre inclinación del implante y plano oclusal fueron bajas en las tres clases esqueléticas.

No se hizo el análisis de correlación de la variable “aflojamiento de pilar protésico” porque no tuvo suficientes casos. De igual forma, no se pudieron establecer diferencias estadísticas intragrupales por la misma razón.

DISCUSIÓN

La rehabilitación con sobredentaduras implantosoportadas puede ser una opción de tratamiento favorable para los pacientes, aunque, en general, se presentan problemas cuando los implantes y las conexiones no quedan completamente paralelos. Esto conduce a una disminución en la retención y la longevidad de las sobredentaduras.(19,20) Asimismo, la localización y la magnitud de las fuerzas oclusales afectan la calidad y cantidad de las presiones y tensiones inducidas en todos los componentes del complejo hueso-implante-prótesis;(21) en consecuencia, la angulación del implante puede determinar los resultados clínicos. El presente estudio tuvo como objetivo evaluar la inclinación sagital de los implantes con respecto al plano oclusal de las sobredentaduras y su efecto sobre el comportamiento protésico de las mismas en dos años de funcionamiento.

En este estudio se utilizaron radiografías cefálicas laterales para evaluar la inclinación del implante, dado que es una de las formas más acertadas para medir la ubicación del implante en la estructura ósea.

Con las radiografías se puede establecer si los implantes y los ajustes están paralelos entre sí, pues de lo contrario habría consecuencias negativas que llevan al fracaso del implante, la prótesis y el tratamiento en general, y con ello a la insatisfacción del paciente.(22,23,24) Además de las variables cefalométricas asociadas a la ubicación del implante tenidas en cuenta en este estudio, también se analizaron otras variables clínicas, como la necesidad de cambio de aditamentos, el aflojamiento del pilar protésico, el requerimiento de rebase de prótesis y otras observaciones clínicas encontradas.

En algunos estudios se ha comprobado que la inclinación de los implantes de hasta 5° no afecta significativamente la retención.(25) Hong et al(26)encontraron que se podía obtener menor estrés y mejor estabilidad del implante en sobredentaduras soportadas con dos implantes cuando estos estaban colocados paralelos al eje axial; estos datos fueron corroborados por el estudio de Parel.(27) Schramm-Scherer et al concluyeron que una inclinación lingual de los implantes con respecto al plano oclusal es menos favorable y lleva a una mayor pérdida de unión ósea, principalmente en el sitio lingual del implante.(28) También se demostró que una inclinación mayor a 20° provocaría una disminución en la retención de la sobredentadura.(29)

Los resultados del presente estudio demuestran que el ángulo de inclinación sagital puede estar relacionado con la necesidad del rebase y con el cambio de aditamentos, mas no con el aflojamiento del pilar protésico. Contradictoriamente, Mericske-Stern y Zarb(15) evaluaron las fuerzas de los implantes que retienen las sobredentaduras, y concluyeron que el eje del implante, en relación con el plano oclusal de la prótesis correspondiente, no tiene influencia significativa en los resultados periimplantarios ni en el apoyo de las sobredentaduras.

Los resultados de este estudio fueron similares a los del estudio de Krennmair et al,(31) quienes probaron que la inclinación sagital del implante varió entre 53 y 96°, con una media de 74,3 ± 9,3°. En el presente estudio, estuvo entre 68,41 y 100,13°, con una media de 84,75 ± 9,3°. La diferencia se debe posiblemente a que los individuos estudiados por Krennmair et al(31) fueron en su mayoría pacientes clase I esquelética (60%), al contrario de los evaluados en este estudio, que fueron en su mayoría clase III (48%); además, en el presente estudio solo el 7% eran clase II, y en el estudio de referencia esta clase correspondía al 18%. Ambos estudios muestran que la inclinación sagital del implante es menor en los pacientes clase I, en comparación con los pacientes clase III y mucho menor en los pacientes clase II. Por otra parte, en este estudio solo se rehabilitó un caso en clase III, todos los demás fueron rehabilitados en clase I, a pesar de que esqueléticamente estuvieran en otra clasificación -lo cual es normal que suceda, puesto que los cambios esqueléticos óseos se ven alterados por otros factores, como la edad y el edentulismo, principalmente-.

El valor promedio del ángulo del implante con respecto al plano oclusal fue de 93,17 ± 3,4°, de los cuales el 73% tuvieron una inclinación en dirección lingual (> 90°) y el 27% restante estaban orientados en dirección vestibular (< 90°), contrario a otro estudio realizado en 44 pacientes con sobredentaduras implantosoportadas, cuyos investigadores hallaron que el 19% de los implantes tuvieron un ángulo exactamente de 90°, el 11 % presentaron una inclinación lingual y el 70% restante una inclinación bucal.(15)

El presente estudio mostró que algunas variables clínicas pueden verse afectadas por la inclinación del implante. Se observó que, en aquellos pacientes en los que se hizo rebase de prótesis, la inclinación sagital del implante fue mayor (89,70 ± 11,7°) con respecto a los que no tuvieron rebase de prótesis (76,91 ± 9,8°); de igual forma, los que necesitaron cambio de aditamento presentaron mayores valores (80,68 ± 9,9°) en relación con los que no necesitaron cambio de aditamento (77,09 ± 9,97°). Esto se puede interpretar como que una inclinación sagital aumentada podría generar circunstancias poco favorables clínicamente y afectar el comportamiento del implante, como lo sugirieron Atashrazm et al, quienes reconocieron que los cambios de angulación afectaban las propiedades retentivas de las sobredentaduras.(30)

De igual forma, los resultados mostraron que hubo una correlación significativa entre la inclinación sagital del implante y el ángulo de compensación, la cual fue lineal, negativa y moderada (r = -0,41), similar a un estudio en el que se evaluaron las mismas variables y se halló una correlación significativa (r = -0,46); es decir, en la medida en que aumentaba la inclinación sagital del implante, se observaba una disminución en el ángulo de compensación, lo que no es sorprendente dado que, en la medida en que aumenta la inclinación, se tiende a la verticalización de las medidas.(31)

Por otra parte, los diferentes diseños de anclaje ferulizados para los implantes influirán en las fuerzas de retención laterales y en la inclinación del implante. Con los diferentes sistemas de fijación se observó una fuerza lateral mayor, especialmente en los casos de implantes inclinados. Bajo estas circunstancias, pueden aumentar los riesgos mecánicos, como el desgaste o la fractura de los sistemas de fijación, y el aflojamiento o la fractura del pilar o los tornillos.(32) Al-Ghafli et al evaluaron en un modelo experimental el efecto de la dislocación cíclica en la retención del sistema de ajustes en bola de una sobredentadura cuando dos implantes fueron colocados con angulaciones de 0, 5, 10, 15, y 20 grados, y concluyeron que las angulaciones de los implantes afectan negativamente la longevidad de la retención.(19)

En el presente estudio se les debió cambiar el aditamento (retentivo plástico o cauchos) a casi la mitad de los pacientes (48%); otro estudio informó que la necesidad de cambiar los cauchos de retención era en promedio de 5 a 6 meses.(33) En otro estudio de sobredentaduras mandibulares implantosoportadas individuales, en un anclaje de bola de mayor diámetro (3 mm de diámetro, Nobel Biocare) no hubo la necesidad de sustituir los cauchos en 12 meses,(34) lo que permite presumir que la decisión de cambiar los cauchos no debe estar asociada a un factor de tiempo sino a otros factores que, con una buena apreciación clínica, permiten prevenir las complicaciones.

La dinámica funcional de las sobredentaduras parece depender de las características morfológicas de la cara y la mandíbula, en la relación interalveolar de ambos maxilares, y de la forma y el grado de atrofia mandibular. La estabilidad funcional de las dentaduras completas debería ser principalmente determinada por el concepto oclusal; sin embargo, existen variaciones individuales. La transmisión vertical de las fuerzas funcionales a los implantes no parece depender primariamente de la dirección vertical del eje de los implantes en sí mismos.(19)

Finalmente, una limitación de la presente investigación consiste en que se analizó un problema dinámico con un método estático bidimensional, aunque el método fue validado por otros estudios que evalúan variables cefalométricas, y específicamente el ángulo de inclinación. Un estudio con imágenes tridimensionales proporcionaría mayor información sobre otras medidas que se podrían relacionar con la inclinación sagital del implante. Por otra parte, resulta complejo evaluar algunas variables clínicas, dado que cada paciente tiene aspectos morfológicos particulares y factores asociados a la rehabilitación, lo que genera que los implantes se comporten de manera diferente. Esta complejidad hace que este tipo de estudios sean importantes para tratar de acercarse al entendimiento del tratamiento con prótesis implantosoportadas; se requieren más estudios con muestras más estandarizadas.

CONCLUSIONES

El promedio de inclinación del implante de los pacientes a los que no se les hizo cambio de aditamentos retentivos (cambio de plásticos o cauchos) es menor (77,09 ± 9,97°) con respecto a los que sí tuvieron cambio de aditamentos (80,68 ± 9,9°). Se presentó una correlación negativa alta entre la inclinación del implante y el plano oclusal en los pacientes a quienes se les hizo cambio de aditamentos, mientras que en aquellos a los que no se les hizo cambio, dicha correlación fue leve.

La inclinación sagital del implante tiene un efecto sobre la necesidad de rebase. El promedio de MI es mayor en los pacientes a quienes se les hizo rebase (89,70 ± 11,7°) con respecto a los que no recibieron rebase (76,91 ± 9,8°). Asimismo, se presentó una correlación positiva fuerte entre el MI y el OI en los que sí necesitaron rebase (r = 0,79), mientras que en los que no tuvieron rebase la correlación fue baja y negativa (r = -2,4).

La inclinación sagital del implante tiene un efecto sobre la pérdida ósea alrededor de los implantes. Existe una relación positiva lineal fuerte (r = 0,74) entre la inclinación del implante y la pérdida ósea, con significancia estadística (p = 0,007). O sea que, en la medida en que el ángulo de la inclinación sagital aumenta, la pérdida ósea es mayor, y se ve afectada además por el cambio o no del aditamento.

La inclinación sagital del implante tiene un efecto con respecto a la relación esquelética de los pacientes; es variable entre las tres clases, pero las diferencias no son estadísticamente significativas entre ninguno de los grupos (p > 0,05).

No se puede determinar si la inclinación sagital de los implantes tiene un efecto sobre la fractura protésica, o en el aflojamiento de pilar protésico, debido a que no hubo suficientes casos.

RECOMENDACIONES

Los autores recomiendan continuar el estudio con la misma muestra y evaluar las variables en un periodo de cinco años. Se sugiere además realizar otros estudios clínicos con una muestra mayor y más homogénea en cuanto a edad, que cuenten con un número mayor de casos de pacientes que requieran cambio de cauchos, aflojamiento de pilar protésico y reparación o cambio de prótesis por fracturas.

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CONFLICTO DE INTERESES Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Recibido: 02 de Agosto de 2016; Aprobado: 09 de Mayo de 2017

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