La ciencia y la tecnología constituyen una parte esencial de la cultura moderna. Su influencia ha cambiado radicalmente la vida de las personas en las naciones desarrolladas. La investigación es un instrumento de desarrollo social, político y cultural, y provee algunas de las herramientas más importantes para reconocer, abordar y resolver problemas nacionales; además, es beneficiosa para el desarrollo, bien sea por sí misma, como aporte cultural, o por sus múltiples aplicaciones, e indispensable para producir y difundir conocimientos al servicio de la sociedad.

El progreso de la ciencia en América Latina es necesario y urgente. La importancia de la región, tanto por su potencial demográfico como por su posesión de importantes recursos naturales, exige la formación de un gran número de investigadores capaces de contribuir al acervo de la cultura científica. Si bien en nuestro país existe una infraestructura investigativa en desarrollo, al igual que grupos y centros reconocidos e instituciones, públicas y privadas, que han hecho grandes intentos para fortalecer la investigación, los esfuerzos de coordinación y de producción científica siguen siendo insuficientes frente a las grandes necesidades del país.

Una de las características de la historia de la ciencia en América Latina -y Colombia no es la excepción- ha sido la discontinuidad en la investigación. Aunque alguna mejora se ha registrado en la última década, sigue siendo necesario impulsar una tradición que permita la máxima socialización de la investigación, incrementando no sólo la población de usuarios, sino también la de productores de ciencia, tecnología e innovación. También será necesario robustecer en los investigadores, la conciencia de su responsabilidad social, que incluye preocupación por los problemas nacionales; así mismo crear conciencia en el sector productivo de que la ciencia es parte igualmente de su oportunidad de desempeño en un entorno particular, cada vez más competitivo y en el que la economía del saber, por ahora, parece no tener límites.

Ahora bien, no se concibe el accionar aislado del investigador. Él deberá fomentar la adición continua de otros investigadores y la participación de los estudiantes de su institución en las labores investigativas, e ir conformando y consolidando grupos de investigación.

La consolidación de los grupos de investigación es consecuente con la conformación de una masa crítica permanente y comprometida con hacer escuela en campos específicos del conocimiento científico; esto es, comprometida con la formación investigativa y el reconocimiento de los pares nacionales e internacionales por su producción. La labor investigativa del grupo no deberá limitarse al diseño y desarrollo de proyectos, debe responder además, a la necesidad de fortalecer la planeación de la investigación; adecuar la normativa interna a la agilidad que requieren los trámites de las investigaciones; informar, de modo preciso y suficiente, sobre los procesos administrativos que se deben realizar en la planeación y formulación de propuestas investigativas; gestionar recursos financieros; precisar los aspectos académicos para la formulación y evaluación de proyectos y el seguimiento y la evaluación de los resultados. En consecuencia, los grupos de investigación responden cada vez más al formato organizativo de ente autónomo con alta responsabilidad social y con un decidido compromiso con la sociedad, condiciones que permiten su permanencia en el tiempo.

El esfuerzo acelerado de los grupos de investigación del país - y particularmente de la Universidad de Antioquia- por estar a tono con la problemática nacional, merece esfuerzos logísticos superiores. Uno de los mejores acompañamientos radica en garantizar la continuidad y brindarles la oportunidad de hacer visible su producción investigativa en el ámbito internacional, y con esta tarea está comprometida la Revista Vitae como órgano de difusión, no sólo de la Facultad de Química Farmacéutica, sino también de los grupos de investigación dedicados a los temas de la salud y la producción relacionados con la farmacia, la cosmética y los alimentos; compromiso que se hace más evidente si reconocemos la reciente clasificación de esta publicación en el escalafón nacional, como revista A1 en el Índice Nacional de Publicaciones Seriadas, Científicas y Tecnológicas de Colombia, Publindex.

Esta clasificación ha sido el resultado de demostrar ante los organismos competentes la suficiente visibilidad y calidad editorial. Tenemos el reto, entonces, de conservarla como un apoyo al fomento, al progreso y la permanencia de los grupos de investigación de las áreas de nuestra competencia.

Luz Marina Carvajal de Pabón
Decana
Facultad de Química Farmacéutica
Universidad de antioquia