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Suma Psicológica
Print version ISSN 0121-4381
Suma Psicol. vol.19 no.2 Bogotá July/Dec. 2012
¿DE QUÉ MANERA EL CONTEXTO AFECTA LA SATISFACCIÓN CON LA PAREJA?
HOW CONTEXT AFFECTS COUPLE SATISFACTION?
Carolina Armenta-Hurtarte,
Rozzana Sánchez-Aragón
y Rolando Díaz-Loving
Universidad Nacional Autónoma de México, México
La correspondencia relacionada con este artículo puede ser dirigida a Carolina Armenta-Hurtarte. Correo electrónico: armenta@comunidad.unam.mx
Recibido: noviembre 4 de 2012 Aceptado: diciembre 5 de 2012
Resumen
Son pocos los estudios que se enfocan en el impacto que tiene el aspecto contextual en la dinámica de la relación de pareja (Meléndez, Aleixandre, & Saez, 1993).No obstante, actualmente las razones por las cuales se separan las parejas refieren a una situación social (Khalfani-Cox, 2009). Es así que el objetivo de este estudio es identificar los elementos contextuales asociados a la satisfacción marital y para cumplir con este objetivo se realizaron dos estudios. El primer estudio consiste en identificar aquellos aspectos contextuales que influyen a la satisfacción marital, mediante una pregunta abierta que se aplicó a 131 personas. Los resultados refieren que aspectos económicos, tiempo laboral, seguridad en su hogar, estrés en el ambiente y lugar donde viven influyen en la satisfacción marital. En el segundo estudio, se conformaron indicadores a partir de la información obtenida anteriormente, mismos que junto con una escala de satisfacción marital se aplicaron a 105 parejas. Los resultados reflejan que el contexto está estrechamente relacionado con la satisfacción marital y que son los hombres quienes conceden mayor importancia a la situación económico-laboral, lo cual refiere a los roles y expectativas que se han mantenido en la dinámica de la relación, y que por ende influyen en la satisfacción de sus miembros.
Palabras clave: cultura, contexto, satisfacción marital, matrimonio, hijos.
Abstract
There are few studies that focus on the influence that contextual aspects have in marital satisfaction (Meléndez, Aleixandre,& Saez, 1993).However, nowadays the reasons for a divorce are related to the actual social situation (Khalfani-Cox, 2009). Thus, the aim of this study is to identify contextual aspects that are associated with marital satisfaction; in order to accomplish this objective, we conducted two studies. The purpose of the first study was to identify recent context aspects that influence marital satisfaction throughout an open question, which was applied to 131 people. The results indicate that the dimensions of economic, labor time, home safety, stress in the environment, and the place where they live influence marital satisfaction. In the second study, based on the information obtained previously, we formed indicators that were applied together with a scale of marital satisfaction to105 couples. The results show that the context is closely related to marital satisfaction. In addition, the results determine that men give greater importance to the economic and employment situation than women do. Overall, this study indicates that sex differences prove that the roles and cultural expectations have remained in the dynamics of the relationship and thus influence the assessment of marital satisfaction.
Key words: culture, context, marital satisfaction, marriage, children.
Diversos estudios referentes a las relaciones de pareja han indagado sobre las razones por las cuales las parejas se divorcian o mantienen la relación a lo largo de los años (Khalfani-Cox, 2009). Se ha planteado que la satisfacción marital juega un papel importante en la relación, ya que ésta es producto de una evaluación global de diversos aspectos sobre la relación y la pareja (Díaz Loving & Sánchez Aragón, 2002). Esta evaluación global de la relación y la pareja aborda distintos aspectos contextuales, individuales y de interacción (Rosen-Grandon, Myers, & Hattie, 2004), por lo tanto existe una amplio campo de distintos elementos que influyen en la satisfacción y mantenimiento de la relación.
Conocer los distintos elementos de la satisfacción marital proporcionará mayor información sobre la relación y no sólo sobre la estabilidad y temporalidad de ésta. A partir de esta observación, se plantea la necesidad de estudiar los elementos internos de la relación que auxilian a la composición y mantenimiento de una relación de pareja: las conductas y las características individuales que cada miembro tiene y aporta en la relación, así como la convivencia o interacción que existe entre ambos miembros de la díada (Adler-Baedler, Higginbotham, & Lamke, 2004; Roche, 2006; Sánchez-Aragón, Rivera-Aragón & Díaz-Loving, 2001). No obstante, es necesario considerar que estas características individuales y de interacción están asociadas e influenciadas por el contexto físico y socio-cultural en el que se encuentran las personas y en el que se desarrolla la relación de pareja (Snyder & Stukas, 1999). Las conductas y expectativas que cada individuo tiene, en este caso referentes a la relación de pareja, responden a las creencias y valores sociales transmitidos mediante el proceso de socialización al cual fueron sujetos (Edwards, 1969; Kaminsky, 1981). El proceso de socialización es transformador a través del tiempo, pues logra que los valores y las normas sociales cambien, por lo que se espera que las creencias y conductas de las personas también lo hagan (Díaz-Guerrero, 2003). Es así que las expectativas, valores y conductas en la relación de pareja han cambiado (García-Meráz, 2007) logrando crear nuevos parámetros, los cuales están influenciados y responden a la situación social en la que se encuentra la pareja (Snyder & Stukas, 1999). Dentro de la sociedad mexicana existe un trabajo profundo sobre los valores, creencias y normas por las cuales nos regimos en los aspectos de la familia y la pareja, asimismo se ha identificado que éstos han cambiado a través del tiempo (Díaz-Guerrero, 2003; Díaz-Loving & Sánchez-Aragón, 2002). Estos cambios se identifican a través de la disminución en el grado de acuerdo que tienen las personas a las normas y valores de la cultura mexicana, denominadas Premisas Histórico Socio-Culturales (Moreno-Cedillos, 2011).
Las creencias, normas y valores se convierten en parámetros que auxilian a la evaluación de la relación con la finalidad de tomar la decisión de mantener o terminar la relación de pareja (Harris et al., 2008). Estos parámetros de evaluación consideran aspectos como: características deseables de la pareja, conductas que se deben tener en la relación, actividades que debe realizar la pareja, características del lugar donde habitan, ingresos y gastos económicos, conducta de su pareja, trabajo que realizan, entre otros (Amato, Johnson, Booth, & Rogers, 2003; Bradbury, Finchman, & Beach, 2000). Esta evaluación, que realiza el individuo sobre su relación de pareja, es considerada como un componente fundamental del constructo de satisfacción marital (Díaz-Loving, 1990; Díaz-Loving, & Sánchez-Aragón, 2002), siendo éste un indicador del funcionamiento de la pareja (Beltrán, Flores, & Díaz Loving, 2001).
Un enfoque del estudio sobre la satisfacción marital consiste en buscar las relaciones y los efectos que tienen los aspectos contextuales con el mantenimiento de la relación de pareja (FouQuerau & Baudoin, 2002; Lavee & Ben-Ari, 2007). Algunos de los estudios en este campo reportan que la variabilidad en la satisfacción marital está asociada a las diferencias culturales, sociales y socio-demográficas, como la presencia o ausencia de hijos, tiempo de la relación, problemas económicos, valores, roles y percepción de lo que es una pareja (Khalfani-Cox, 2009). Ello ha permitido identificar estos elementos como una cadena de relaciones y efectos en la satisfacción de pareja. Sin embargo, todos aquellos estudios que no nacen en el seno cultural en el que nos encontramos, en este caso México, responden a otras situaciones contextuales (Gottman & Silver, 2000; Jansen et al., 2006; Roche, 2006).
Estas diferencias culturales se pueden reflejar en los estudios que se refieren a las diferencias entre hombres y mujeres, ya que éstas pueden estar asociadas a las características contextuales en las que se encuentran las personas y en las que fueron criadas (Rocha-Sánchez, 2000). En primera instancia, se encuentran diferencias en los elementos que las personas consideran relevantes para la evaluación de su satisfacción marital (De la Coleta, 1990) y las expectativas que tienen en una relación de pareja, por ejemplo: cercanía, conductas de afecto y demandas a la pareja; las cuales pueden llegar a producir un conflicto en la relación (Caughlin & Vangelisti, 2000; Honeycutt, Cantrill, Nelly, & Lambkin, 1998). No obstante, estos estudios no consideran estas diferencias dentro del contexto socio-cultural en el cual se encuentran las parejas, dando por sentado que estas diferencias se deben al sexo (Kim, Capaldi, & Crosby, 2007; Kurdek, 2005; Means-Christensen, Snyder, & Negy, 2003). Por lo tanto es importante analizar estas diferencias a partir del contexto socio-cultural en la que se encuentran las personas.
A partir del vínculo del entorno socio-cultural con la satisfacción marital que perciben las personas (García-Meraz, 2007) y de la necesidad de identificar los cambios dentro del contexto mexicano, surge el primer objetivo de este estudio. El primer objetivo consiste en identificar los elementos contextuales que consideran los individuos para la evaluación de su relación de pareja y que son importantes para determinar si la mantienen o la terminan, así como encontrar las posibles diferencias y/o similitudes entre hombres y mujeres en la mención, cantidad e importancia de los elementos que señalen a partir del contexto socio-cultural en el que se encuentran, en este caso México. El segundo objetivo busca conocer la relación de dichos elementos con la satisfacción marital y las posibles semejanzas o diferencias entre hombres y mujeres en dichas variables, para analizarlas bajo la perspectiva socio-cultural en la que se encuentran. Para cumplir con estos objetivos, se llevaron a cabo dos estudios de investigación que se describen a continuación.
Estudio 1
Método
Participantes. Para este primer estudio se trabajó con una muestra no probabilística accidental (Kerlinger & Lee, 2002) de 131 personas adultas heterosexuales residentes de Ciudad de México (52% hombres y 48% mujeres). El rango de edad de los participantes es de 22 a 68 años, con una media de edad de 40.85 años (DE = 10.2). El nivel educativo de los participantes se distribuyó de la siguiente manera: educación básica (primaria y secundaria) el 5.4%, nivel medio (bachillerato y técnico) el 35%, educación superior (licenciatura y posgrado) el 57.3% y el 2.3% de los participantes no respondió. Todos los participantes cohabitaban con su pareja: el 20% en unión libre; mientras que el 80%, en matrimonio. El tiempo de relación de pareja que reportaron los participantes se encuentra en un rango de uno a 51 años, con un promedio de tiempo de 16 años (DE = 10). El 10.7% de los participantes indicó que no tenían hijos, el 25.2% tenía un hijo, el 39.6% dos hijos, 15.3% tenía tres hijos y finalmente, el 9.2% tenía entre 4 y 5 hijos.
Instrumento. A los participantes se les aplicó una pregunta abierta que cuestiona sobre los aspectos del contexto que pueden tener un impacto en su satisfacción marital, a saber: ¿qué elementos de su entorno social considera que influyen en su satisfacción con su relación de pareja?
Procedimiento. Se llevó a cabo la aplicación del cuestionario en forma individual en diferentes lugares públicos de la Ciudad de México. La participación fue voluntaria, y se aseguró a todos los participantes la confidencialidad y anonimato de la información proporcionada. Asimismo, se les explicó el objetivo general de la investigación y la forma en la cual responder a la pregunta, se resolvieron dudas que surgieron durante el proceso de aplicación y se les agradeció su participación.
Análisis de datos. Se realizó un análisis de contenido verificativo (Piñuel-Raigada, 2002),
es decir, se conformaron categorías planeadas a partir de la revisión teórica del tema (e.g., hijos, familia, amistades, tiempo de convivencia) y además, se realizó el procedimiento de categorización emergente para aquellas categorías no consideradas a partir de la revisión teórica. A partir de las categorías conformadas anteriormente, se realizó un análisis de porcentaje de mención para cada sexo y para el total de la muestra. Posteriormente, se identificaron las similitudes y diferencias entre las categorías reportadas por hombres y mujeres mediante un análisis de X2 por homogeneidad.
Resultados
La integración de los datos obtenidos y la revisión teórica dio pauta a la formación de las siguientes categorías:
- Ámbito económico-laboral: consiste en aquellos aspectos de trabajo que, según los participantes, se relacionan con el funcionamiento de la pareja, por ejemplo, el tiempo invertido en el trabajo, llevar trabajo al hogar, viajes de trabajo, la relación entre los gastos del hogar y los ingresos y los gastos que se consideran inútiles para la pareja.
- Relación de otras personas ajenas a la pareja: incluye a la familia extendida, las amistades, los compañeros de trabajo y los vecinos. La categoría se refiere a la convivencia que tienen los miembros de la pareja con estos círculos sociales, así como la influencia e importancia que tienen en las decisiones de la pareja. En general es la familia extendida la que tiene mayor importancia.
- Hijos: esta categoría comprende no sólo la presencia o ausencia de hijos, sino también la relación que tienen los padres con ellos. Los participantes indican que la buena relación con los hijos y con su pareja son factores que influyen en su satisfacción con la relación, pues da oportunidades de interacción como una familia y permite conocer al otro.
- El hábitat: esta categoría tiene que ver con los elementos del aspecto físico de donde reside la pareja, es decir, describe cómo el espacio que ocupa el hogar es o no suficiente pare ellos. También se refiere a los aspectos sociales que se relacionan con la seguridad percibida en la zona donde viven, el entorno político y la percepción de abusos en este ambiente.
- Salud: contiene aspectos como cuidado y prevención de enfermedades que realizan los miembros de la díada, así como los gastos que genera una enfermedad, los problemas que surgen en la relación a partir de los problemas de salud, el estrés y el impacto que conlleva todo esto en la calidad de la relación de pareja.
Posteriormente, se examinaron los porcentajes de mención que tiene cada una de las categorías en la muestra total, así como para las muestras de hombres y mujeres (ver Tabla 1). En la Tabla 1 se muestran las diferencias entre hombres y mujeres con el análisis de X2 por homogeneidad.
Estudio 2
Método
Participantes. Para este segundo estudio se trabajó con otra muestra no probabilística accidental (Kerlinger & Lee, 2002). Esta muestra se conformó con 105 parejas heterosexuales que habitan en Ciudad de México. Los participantes cohabitaban con su pareja, ya sea en unión libre (35.4%) o en matrimonio (64.6%). El tiempo de cohabitación varió en un rango de uno a 28 años, con un promedio de tiempo de 8.57 años (DE= 4.92). Con respecto a la presencia de hijos en la relación, los participantes indicaron que el 1.9% no tenía hijos, el 46.2% de ellos tenía un hijo, el 39.5% tenía dos hijos y finalmente, el 12.6% tenía 3 y 4 hijos. La edad promedio de los participantes fue, al momento de la investigación, de 29.67 años (DE= 4.79) con un rango entre 20 y 39 años. La escolaridad de los participantes se distribuyó de la siguiente manera: educación básica (secundaria): 2.4%, educación media (bachillerato y técnico): 49.1%, educación superior (licenciatura): 44.8% y el 33% restante indicó estudios de posgrado (maestría). Instrumentos. Se diseñaron algunos indicadores congruentes con cada una de las categorías identificadas en el Estudio 1. La confiabilidad de todos los indicadores fue analizada mediante el alfa de Cronbach y discriminación de reactivos, siguiendo el procedimiento de Reyes-Lagunes y García y Barragán (2008):
- Ámbito económico-laboral (α= .63): esta categoría consiste de ocho indicadores en forma de afirmaciones que se conformaron a partir de la definición y contenidos identificados en el estudio anterior. Estos indicadores tienen respuesta tipo Likert de cinco opciones (de totalmente desacuerdo a totalmente de acuerdo) y evalúan dos factores: aquellos aspectos económicos por falta de dinero (e.g., son pocos los ingresos de mi pareja) y el tiempo dedicado al trabajo considerado como exceso (e.g., a mi pareja casi no la veo porque está todo el día en el trabajo).
- Relación con otras personas ajenas a la relación: esta categoría comprende 10 indicadores en forma de afirmaciones que se conformaron a partir de la definición y contenido obtenidos en el estudio anterior. Estas afirmaciones tienen respuesta tipo Likert de cinco puntos (totalmente desacuerdo a totalmente de acuerdo) y se refieren al involucramiento que tienen otras personas ajenas a la pareja, como familia extendida y amistades. Debido a que la confiabilidad obtenida en esta dimensión es baja (α = .49), se decidió no considerarla en los análisis del segundo estudio.
- Relación con los hijos (α = .63): consta de ocho indicadores en forma de afirmación que se conformaron a partir de la definición y contenidos obtenidos en el estudio anterior. Estos indicadores tienen un formato de respuesta tipo Likert de cinco puntos que identifica la relación que tiene su pareja con sus hijos, el mismo participante con sus hijos y los aspectos favorables de tener un hijo. Esta categoría está compuesta de dos factores: convivir con los hijos (e.g., me gusta que mi pareja pase tiempo con mis hijos) y si los hijos favorecen en la relación (e.g., los hijos favorecen un ambiente grato en nuestra relación).
- Hábitat (α = .61): está compuesta por 10 indicadores que se conformaron a partir de la definición y contenidos obtenidos en el estudio anterior. Estos indicadores tienen un formato de respuesta tipo Likert de cinco puntos (totalmente desacuerdo a totalmente de acuerdo) que evalúa los elementos físicos (e.g., me gusta la zona donde vivimos, el tamaño del hogar donde vivimos es adecuado, existe mucha distancia entre su trabajo y el hogar) que se relacionan con la evaluación subjetiva de su relación de pareja.
- Salud (α = .73): evalúa si los problemas de salud propios o de su pareja influyen en su relación a partir de ocho indicadores conformados con la definición y contenidos obtenidos en el estudio anterior. Estos indicadores tienen un formato de respuesta tipo Likert de cinco puntos totalmente desacuerdo a totalmente de acuerdo), los cuales conforman dos factores: gastos en salud (e.g., mis problemas de salud causan gastos en la familia) y problemas por salud (e.g., mi salud es un problema en nuestra relación).
Adicionalmente, se aplicó la Escala de Evaluación de Satisfacción Marital (EESM; Oropeza-Lozano, Armenta-Hurtarte, García-Arista, Padilla-Gámez, & Díaz-Loving, 2010) que consta de 5 reactivos con respuesta tipo Likert de cinco puntos (totalmente desacuerdo a totalmente de acuerdo) con un a de Cronbach de .88 para muestras Mexicanas. También se realizaron preguntas de datos socio-demográficos referidas al tiempo de relación de pareja, número de hijos, tiempo de cohabitación y nivel educativo. Procedimiento. Se llevó a cabo la aplicación a ambos miembros de una misma relación de pareja en diferentes lugares públicos de Ciudad de México. La aplicación consistió en la batería construida a partir de los indicadores contextuales y la EESM y se hizo de manera simultánea a ambos miembros de la relación, procurando que no hubiera comunicación entre ellos. La participación fue voluntaria y se les aseguró a todos los participantes la confidencialidad y anonimato de la información proporcionada. Asimismo, se les explicó el objetivo de la investigación y la forma en la cual responder a las preguntas, cuando esto generó alguna duda. Finalmente se les agradeció su participación. Análisis de datos. Se realizaron tres análisis de correlación producto-momento de Pearson, uno para la muestra total y los otros dos para hombres y mujeres por separado. Se analizó la correlación entre la satisfacción marital y las siguientes variables: ámbito económico-laboral, relación con otras personas ajenas a la relación, relación con los hijos, hábitat y salud. Finalmente, se examinaron las posibles similitudes y/o diferencias entre hombres y mujeres mediante una prueba t de Student para muestras relacionadas, dado que la muestra se conformó por ambos miembros de una relación de pareja heterosexual que cohabitan.
Resultados
Con la finalidad de identificar la relación que tienen los aspectos contextuales con la satisfacción marital, se realizaron tres análisis de correlación de Pearson. El primero de los análisis de correlación, el cual incluye al total de la muestra, muestra que la satisfacción marital se relaciona en forma negativa con el ámbito económico-laboral: falta de dinero (r = -.359, p<0.01) y exceso de trabajo (r =-.177, p<0.05); con el hábitat (r = -.330, p<0.01) y con el ámbito de salud: los problemas por salud (r = -.191, p<0.01) y los gastos en salud (r =-.179, p<0.05). Respecto a la relación entre satisfacción marital y la presencia de los hijos, se encontraron relaciones positivas en ambos factores: convivir con los hijos (r =.255, p<0.01) y los hijos favorecen en la relación (r = .253, p < 0.01).
Los análisis de correlación realizados por separado en hombres y mujeres muestran que la estructura de correlaciones es diferente para cada grupo (ver Tabla 2). Se puede identificar que en las mujeres no hubo una relación entre la satisfacción marital y el exceso de trabajo dentro del ámbito económico-laboral ni con los gastos en salud; contrario al caso de los hombres, en el cual sí se presentó una relación de estas variables con la satisfacción marital.
Posteriormente, se examinaron las diferencias y/o semejanzas entre ambos miembros de la relación con respecto a las variables abordadas. Los resultados del análisis indican que no existe diferencia significativa en la percepción de la satisfacción marital entre los miembros de la pareja. Con respecto a las otras dimensiones, únicamente se encontraron dos diferencias estadísticamente significativas, como se puede observar en la Tabla 3. La primera de estas diferencias se observa en los indicadores del ámbito económico-laboral (exceso de trabajo) y en la percepción de que los hijos favorecen a la relación. A partir de la media obtenida en cada dimensión, se puede determinar que en ambos casos los hombres reportan mayor grado de acuerdo en comparación con las mujeres.
Discusión
El presente artículo da cuenta de dos estudios cuyo objetivo fue identificar los elementos del contexto que las personas consideran influyentes en su relación de pareja, los cuales, en consecuencia, determinan la evaluación de su satisfacción marital. En primera instancia, se conformaron las categorías a partir de la información obtenida a partir de una pregunta abierta; con estas categorías se realizaron do estudios. El primero de ellos buscó indagar las diferencias y similitudes entre hombres y mujeres en la mención y frecuencia en cada categoría. Con base en las categorías obtenidas en el primer estudio, se conformó un inventario en el segundo estudio, con el cual se indagó la relación que las categorías contextuales tienen con la satisfacción marital, asimismo se buscó identificar las posibles diferencias y similitudes entre hombres y mujeres en el grado de acuerdo en las categorías contextuales. Debido a la riqueza de información obtenida en este estudio, el análisis de los resultados obtenidos se presenta por cada categoría (ámbito económico-laboral, relación con otras personas ajenas a la relación, relación con los hijos, hábitat y salud).
A partir del análisis de contenido, se encontró que la categoría contextual de ámbito económico-laboral tiene el mayor número de menciones. Asimismo se identificó que es la categoría más relacionada con la satisfacción marital, lo cual es relevante dado que es un aspecto que afecta a otros ámbitos de la pareja, como es la convivencia (Gottman, 2000). El ámbito económico-laboral delimita el tipo de actividades que pueden llevar a cabo los miembros de la relación (e.g., ir al cine, viajar, estar en casa), asimismo, la situación económica-laboral puede ser un elemento de conflicto dentro de la relación. Este posible conflicto en la relación se puede deber a dos aspectos, el primero de ellos es el estrés que puede causar las actividades laborales y el segundo es el tiempo dedicado al trabajo -ya sea por el exceso de trabajo o por falta de recursos económicos para los gastos cotidianos de la pareja- En ambos casos se ve mermada la convivencia con la pareja (Bradbury et al., 2000; Khalfani-Cox, 2009). En congruencia, se ha encontrado que este aspecto es un fuerte detonante del divorcio (De Araujo-Nunes, 2008; Khalfani-Cox, 2009).
En ambos estudios se encontró una tendencia de los hombres a otorgar mayor importancia al ámbito laboral, en comparación con las mujeres. Esta diferencia puede fundamentarse en las creencias acerca de las actividades que deben realizar cada uno de los sexos de acuerdo al contexto cultural y social (Rocha-Sánchez & Díaz-Loving, 2005). Dado que en el terreno laboral el hombre se considera el principal responsable del sustento familiar (rol de proveedor en la familia), este tema toma relevancia en sus respuestas y principalmente en su satisfacción con la relación (Rocha-Sánchez, 2000). Entonces, entre mayor proveedor se considere en la relación, mayor será su satisfacción marital. Las reglas y normas sociales que se han creado en el contexto mexicano se transmiten a partir de la socialización (Kamisnsky, 1981). Justamente, en este contexto cultural se hace referencia a estereotipos sociales tales como: el eje de la familia es el padre, el ser hombre implica mayores responsabilidades y la mujer tiene habilidades innatas para el quehacer doméstico (Rocha-Sánchez & Díaz-Loving, 2005).
La categoría de personas externas a la relación de pareja (e.g., familia y amistades) únicamente se trabajó en el primer estudio. Dado que no se conformó una escala confiable de esta categoría, no se utilizó en el segundo estudio. No obstante, los resultados del primer estudio indican que esta categoría tiene elementos positivos (e.g., apoyo social) y negativos (e.g., perspectiva externa sobre la relación y la pareja) que retoman las personas para la evaluación de su satisfacción marital. En la parte positiva, los participantes se refieren a aspectos como el apoyo social otorgado a los miembros de la relación; en la literatura se considera que este apoyo se pude otorgar a la pareja en diferentes ámbitos y que auxilian a la satisfacción marital, ya sea en su papel de padres (Amato, Rezac, & Booth, 1995), en actividades cotidianas (Marín-Reyes & Rodríguez-Moran, 2001; Ovideo-Lugo & Jordán Mondragón, 2006) o como facilitadores sociales que ayudan a la intimidad en la relación (Osnaya-Moreno, 2003). Desde la vertiente negativa, se encontró que la integración de la perspectiva de los demás hacia la relación de pareja afecta negativamente a la satisfacción marital, ya que se integran las opiniones y sugerencias de los demás en torno a la toma de decisiones que hace la relación de pareja, asimismo proporcionan información externa sobre la relación. Dentro de la literatura, se ha observado que la participación de personas externas a la relación puede afectar negativamente a la relación, dado que estas personas proporcionan opiniones negativas y/o de rechazo sobre la pareja (Davis, 2011; Harris, 2008).
En la literatura se ha determinado que las amistades juegan un papel importante en la relación, ya que conocer las amistades de la pareja se ha considerado como un indicador en el proceso de desarrollo de la intimidad en la relación (Osnaya-Moreno, 2003). La intimidad en la relación es tomada como un elemento importante para la evaluación de la satisfacción marital (Osnaya-Moreno, 2003). Sin embargo, en los resultados de este estudio, se encontró que el papel de las amistades que está asociado a la satisfacción marital refiere a las opiniones que dan sobre la relación. Por otro lado, la mención de la familia como una categoría que influye en la relación de pareja surge debido a la importancia que -culturalmente- se le ha dado a la familia (Díaz-Guerrero, 2007). No obstante, es necesario profundizar en el estudio de esta categoría, con la finalidad de clarificar el papel que juegan los distintos miembros en función al grado de cercanía, parentesco o incluso tipo de relación (armónica vs. conflictiva) con cada uno de ellos.
Referente a la categoría de los hijos, en ambos estudios se identifica que existe una diferencia entre hombres y mujeres -siendo las mujeres quienes indican mayor importancia en comparación con los hombres-. Esta diferencia entre hombres y mujeres se puede considerar como un ejemplo de las demandas sociales hacia las mujeres; lo cual puede deberse a que cultural-mente se espera y cree que las mujeres son las fuentes principales de cuidado y educación de los hijos (Díaz-Guerrero, 2003; Rocha-Sánchez & Díaz-Loving, 2005). Asimismo se identificó que la relación con los hijos (convivir con los hijos y los hijos favorecen a la relación) está relacionada con la satisfacción marital a partir de los resultados obtenidos en el segundo estudio. La categoría referente a los hijos emerge en el primer estudio como un aspecto importante que consideran las personas en la evaluación de su satisfacción marital; en el segundo estudio se indica que la satisfacción marital está asociada al interés de tener una interacción positiva entre ellos con sus hijos así como la interacción que surge entre los miembros de la relación debido a la presencia de los hijos. A partir de este estudio se encuentra que la presencia de los hijos es importante para la relación; sin embargo se debe hacer la distinción de que la presencia de los hijos se refiere a la interacción entre los padres e hijos. Ésta información es importante en el estudio sobre la pareja, ya que proporciona mayor información referente a la importancia de los hijos en la relación, dejando de lado aquellos estudios en los que se considera como un buen indicador de la satisfacción marital la sola presencia o ausencia de hijos (Osnaya-Moreno, Díaz-Loving, & Rivera-Aragón, 2000).
Se encontró que el hábitat donde se encuentra la relación de pareja es importante para la satisfacción marital. En el primer estudio se identificó que esta categoría refiere a aspectos físicos (e.g., espacio del hogar) así como aspectos sociales (e.g., seguridad y entorno político); en el segundo estudio se encontró una relación entre la satisfacción marital y el hábitat de la pareja. La importancia del hábitat de la pareja en la satisfacción marital subyace en la calidad de interacción que se da entre ambos miembros de la relación ya que, el espacio físico puede facilitar o no las actividades y convivencia entre la pareja; estas actividades que se llevan a cabo dentro del hogar pueden ser desde los quehaceres domésticos hasta las actividades recreativas (Rocha-Sánchez & Díaz-Loving, 2005).Como se ha indicado anteriormente, las características del hábitat influyen en la interacción entre los miembros de la relación de pareja, estás características, dentro de la literatura, son considerados como mediadores entre la interacción y la satisfacción marital (Snyder & Stukas, 1999).
Referente a la categoría de salud, se encontró en el primer estudio que los hombres le confieren mayor importancia, mientras que en el segundo estudio se mostró que esta categoría está asociada con la satisfacción marital. En la literatura se ha indicado la relación entre la satisfacción marital con la calidad de la salud mental y física de las personas (Prigerson, Maciejewski, & Rosenheck, 1999), así como las implicaciones que tiene la salud en la calidad de la relación, ya sea en el proceso de recuperación de una enfermedad o en la forma de enfrentamiento que tiene el individuo ante los problemas de salud (Rohrbaugh, Mehl, Shoham, Reilly, & Ewy, 2008).
En general, con los resultados obtenidos en ambos estudios, se puede considerar que tanto hombres como mujeres tienen una evaluación diferencial sobre la dimensión contextual que se considera para su satisfacción marital, por lo que se puede inferir que existe una percepción diferenciada sobre la relación. Es necesario señalar que cuando se ingresa a una relación de pareja se pueda tener diferentes expectativas y elementos para evaluar su relación para cada miembro de la pareja; siendo estas discrepancias un posible punto de origen a conflictos entre la díada(Rosen-Grandon, Myers, & Hattie, 2004). Se ha identificado que cuando los elementos que se esperan cumplir en una relación de pareja diferan entre las personas que componen la relación, se produce una serie de conductas que pueden afectar de manera negativa a la relación amorosa (Rosen-Grandon, Myers, & Hattie, 2004).
Asimismo, se puede identificar que el aspecto contextual integra elementos físicos y sociales, los cuales guardan una relación con la satisfacción marital por lo que es importante integrar estos aspectos al campo de estudio de la relación de pareja (Melendez et al. 1993, Vera, Laborin,& Domínguez, 2000). Cabe destacar que estos aspectos contextuales (ámbito económico-laboral, relación con los hijos, hábitat, y salud), que aunque asociados, no son los únicos elementos que van a determinar la conformación de una relación pues existen distintas investigaciones que muestran que para estudiar a la pareja debe de considerarse este como un fenómeno multidimensional (Díaz-Loving & Sánchez-Aragón, 2002; Roche, 2006).
Esta investigación hace un importante aporte sobre la importancia que tiene el contexto en el que se ubica la relación de pareja. En primera instancia, busca integrar en aspecto contextual elementos físicos y sociales que están asociados con la satisfacción marital. En un segundo momento, propone un nuevo enfoque de abordaje en el papel que juega la presencia de los hijos en la relación de pareja; esta nueva visión requiere indagar con mayor profundidad la relación de la satisfacción marital con la importancia e interés que tiene la pareja sobre la relación padres-hijos. Finalmente, se sugiere que en futuras investigaciones sobre relaciones de pareja se integre un aspecto social y cultural dado que puede jugar un papel importante en la evaluación de las relaciones de pareja e incluso la conducta del individuo.
Referencias
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