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Suma Psicológica
Print version ISSN 0121-4381
Suma Psicol. vol.20 no.1 Bogotá Jan./June 2013
Propiedades Psicométricas de la escala de felicidad subjetiva en jóvenes y adultos de la ciudad de Córdoba - Argentina1
Psychometric Properties of the subjective happiness scale among youths and adults From the city of Cordoba - Argentina
María Victoria Ortiz,
Karen Mariel Gancedo,
Cecilia Reyna
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
1. Agradecimientos: Este trabajo ha sido posible gracias al aval de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba al proyecto de investigación 2012-2013 (Res. 262/2012), y a una beca post-doctoral otorgada por dicha secretaría a la Dra. Reyna. Las autoras agradecen la colaboración de Anabel Belaus, Mila Francovich, Débora Mola, Cristian Acosta y Agustina Ávila, por su contribución en la recolección de datos, y a los profesores de las distintas carreras universitarias que facilitaron el acceso a los estudiantes. Las autoras han contribuido igualmente al estudio y deberían ser consideradas como co-primeras autoras.
La correspondencia relacionada con este artículo debe ser dirigida a Cecilia Reyna, Laboratorio de Psicología Cognitiva, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Becaria Post-doctoral de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba. Correos electrónicos: ceciliareyna@gmail.com y creyna@psyche.unc.edu.ar
Recibido. Marzo 30-2013 Aceptado. Junio 3-2013
Resumen
La Escala de Felicidad Subjetiva ha sido validada y aplicada en distintos países del mundo. Esta situación es contraria a lo que sucede en el contexto Latinoamericano. Ante ello, se procedió a la traducción de la escala original propuesta por Lyubomirsky y Lepper (1999) y se efectuaron dos estudios con el objetivo de evaluar las propiedades psicométricas del instrumento en muestras de jóvenes universitarios y adultos de 18 a 65 años de la ciudad de Córdoba (Argentina). En el estudio A se investigó la validez de constructo a través de análisis factorial exploratorio y confirmatorio. Además, se evaluó la correlación ítem total y la consistencia interna a través del alfa de Cronbach. En el estudio B se buscó obtener evidencia adicional sobre la estructura factorial y sobre la validez convergente/ discriminante en relación con la Escala de Afectividad Positiva y Negativa, además de examinarse la consistencia interna de la escala. En términos generales, los resultados evidenciaron una estructura unifactorial que explica el 57.38% de la varianza total, estructura que se replicó en análisis confirmatorios con ambas muestras. La consistencia interna fue aceptable en los dos estudios (coeficiente de alfa de Cronbach superior a .68). Asimismo, una mayor puntuación de felicidad subjetiva se relacionó significativamente y en sentido positivo con la afectividad positiva, y en sentido negativo con la afectividad negativa. Estos resultados indican que la escala posee adecuadas propiedades psicométricas, convirtiéndose así en una herramienta útil y confiable para continuar con el estudio de la felicidad.
Palabras clave: Escala de Felicidad subjetiva, felicidad, felicidad subjetiva.
Abstract
The Subjective Happiness Scale has been validated and used around the world. However, this situation is not the same in the Latin-American context. For this reason, this study undertook to translate the original Scale developed by Lyubomirsky y Lepper (1999) and carried out two studies in order to examine the psychometric properties of the scale in samples of students and adults aged 18 to 65 from Cordoba (Argentina). Construct validity has been analyzed in study A using exploratory and confirmatory factor analysis. Furthermore, total-item correlation and internal consistency have been studied. Meanwhile, additional evidence was found in study B about the factorial structure and the convergent/discriminant validity in relation with the Positive and Negative Affective Scale. Moreover, internal consistency of the scale was also studied. In general terms, results indicate a unifactorial structure which explains 57.38% of the total variance, structure which has been replicated using confirmatory analysis in both samples. Internal consistency was acceptable in both studies (Cronbach's alpha above .68). In addition, higher scores of subjective happiness were positively and negatively related to positive affection and negative affection respectively. In conclusion, the results of these studies suggest that the scale is a valid and reliable measurement tool, allowing its continued use in future studies about subjective happiness.
Keywords: Subjective Happiness Scale, happiness, subjective happiness, validity, reliability emotional states .
En términos generales, el interés por el estudio de la felicidad subjetiva radica en que los seres humanos buscan encontrar la felicidad. De forma más específica, la importancia del constructo felicidad subjetiva está en íntima relación con lo planteado por Lyubomirsky y Lepper (1999), quienes remarcan que durante años los estudios se han centrado primordialmente en comprender cómo ciertas variables objetivas influencian la felicidad, sin poder identificar variables con altas correlaciones. Por ejemplo, algunos trabajos revelan que eventos considerados como "extremos" como ganar la lotería tienen efectos sorprendentemente bajos en referencia a la felicidad subjetiva (Brickman, Coates & Janoff-Bulman, 1978; Diener, Horowitz & Ernmons, 1985; citados en Lyubomirsky & Ross, 1999). Así, los investigadores han podido comprender que hay ciertas personas que se consideran felices a pesar de vivenciar una situación trágica o tener poca suerte en el amor o la salud, mientras que otros se perciben infelices a pesar de poseer todas las ventajas y comodidades en la vida.
En los últimos años se han incrementado los estudios sobre felicidad subjetiva. Los investigadores Vera-Villarroel, Celis-Atenas y Córdova-Rubio (2011) explican que en las últimas décadas el interés por el estudio de la felicidad excede al ámbito de la psicología, siendo la misma abordada desde diversos marcos, por ejemplo, desde la economía se aborda la felicidad "con el objetivo de examinar los determinantes socioeconómicos y macropolíticos" (p.128). Estos autores, basándose en Lyubomirsky (2008), dan a conocer una relación entre éxito y felicidad, considerando que no sólo el éxito hace la felicidad, sino que también el afecto positivo engendra éxito.
Haciendo un recorrido sobre las definiciones del constructo en cuestión, Lyubomirsky y Lepper (1999), quienes propusieron la Escala de Felicidad Subjetiva, a partir de comprender a la misma como un fenómeno psicológico global, lo cual se supone facilita la respuesta por parte de las personas quienes tienen que indicar si son o no felices. Por su parte, Moyano y Ramos (2007) consideran que se trata de un estado psicológico de tipo emocional y cognitivo de las personas, estado que se encuentra distribuido en las poblaciones de los países independientemente del nivel de desarrollo alcanzado por éstos. Además, afirman que la felicidad y el bienestar suelen asociarse a la salud física y mental y a la creatividad, y se cree que son factores protectores de la depresión y el suicidio.
Por otro lado, Holder y Klassen (2010), remitiéndose a Callaway (2009), han conceptualizado a la felicidad como un "rasgo relativamente estable, afectivo y como un aspecto positivo que pone de relieve la satisfacción de vida y el bienestar subjetivo" (p. 420), remarcando la posibilidad de su heredabilidad. Estos autores encontraron que las variables demográficas están débilmente correlacionadas con el constructo, mientras que las relaciones sociales es uno de los factores que contribuye con más fuerza a la felicidad, tanto en adultos como en niños. Otros autores como Moghnie y Kazarian (2012) entienden a la felicidad como un concepto culturalmente construido, delimitado y definido, como tal, no constituye un "universal dado". En relación con esto, sugieren que las personas construyen sus creencias y valores en función de procesos como la socialización familiar, las relaciones y experiencias de vida. Estos aspectos influirían en el entendimiento de la felicidad y en la evaluación de las emociones.
Vale rescatar lo planteado por Vera-Villarroel, Celis-Atenas y Córdova-Rubio (2011), quienes advierten sobre la dificultad en la definición de la felicidad debido a que frecuentemente se la intercambia con conceptos asociados como bienestar subjetivo, calidad de vida o afectividad positiva. Lo mismo es mencionado por Moyano Díaz y Ramos Alvarado (2007), quienes afirman que los conceptos nombrados, como también el término satisfacción vital, provienen de la Psicología Positiva, y aunque sus significados son distintos, algunos estudios han evidenciado que no se diferencian (García-Viniegras & González, 2000; Palomar, 2004; Veenhoven, 1994; como se cita en Moyano Díaz & Ramos Alvarado, 2007).
Entre las escalas que miden la felicidad, además de la Escala de Felicidad Subjetiva bajo análisis (Lyubomirsky & Lepper, 1999), es posible identificar a otras propuestas desarrolladas años previos a dicha escala y en años más recientes. Una de las primeras propuestas para medir la felicidad fue la de Bradburn en 1969, quien desarrolló la Medida Global de Felicidad (Global Happiness Item) de Bradburn (1969) (citado en Lyubomirsky & Lepper, 1999). Otras escalas desarrolladas en años más recientes son el Inventario de Felicidad de Oxford (The Oxford Happiness Inventory) propuesto por Lewis, Francis y Zieberts (2002), la Escala Breve de Depresión-Felicidad (The Short Depression-Happiness Scale) de Joseph, Linley, Harwood, Lewis y McCollam (2004), el Índice de Felicidad de Steen (The Steen Happiness Index) de Seligman, Steen, Park y Peterson (2005), y la Escala Factorial de Felicidad (Alarcón, 2006).
Además, dado que la felicidad ha sido relacionada con las dimensiones afectivas y cognitivas del bienestar subjetivo, se recuperan a continuación algunas escalas desarrolladas para valorar tales constructos. Una de las primeras escalas propuestas fue la Escala de Balance Afectivo (Affect Balance Scale) que desarrollara Brandburn en 1969; según Lyubomirsky y Lepper (1999), dicha propuesta se trata de una medida del componente afectivo de bienestar subjetivo. Por otro lado, siguiendo a Lyubomirsky y Lepper, entre las escalas que abordan componentes cognitivos se destacan la Escala de Satisfacción con la Vida (Satisfaction With Life Scale) de Diener, Emmons, Larsen y Griffin (1985), y la escala de un solo ítem conocida como Escala de Contento-Desagrado (Delighted-terrible Scale) de Andrews y Withey (1976, citado en Lyubomirsky & Lepper, 1999).
Retomando el estudio de la escala de felicidad eje del presente trabajo, se destaca que la Escala de Felicidad Subjetiva de Lyubomirsky y Lepper (1999) es una de las más empleadas. Se presume que su uso se debe a que esta escala es capaz de evaluar tanto los componentes afectivos como los cognitivos y ofrece más ítems que las anteriores, lo que permite la evaluación adecuada de sus propiedades psicométricas. En un primer momento, la Escala de Felicidad Subjetiva poseía un total de 13 ítems. Al emprender un estudio piloto con una muestra de estudiantes universitarios estadounidenses y rusos (n = 97), se descartaron seis de ellos por tener una alta similitud semántica. Además, se realizó un análisis de componentes principales y se procedió a eliminar tres ítems más porque no correspondían con el único factor encontrado. Finalmente, la escala quedó constituida por un total de cuatro ítems, los cuales se puntúan con una escala tipo Likert de siete puntos. Así, la escala ofrece una medida general de felicidad subjetiva, categoría molar de bienestar como fenómeno psicológico global.
La evidencia de validez y confiabilidad de la Escala de Felicidad Subjetiva en el estudio original de Lyubomirsky y Lepper (1999) se obtuvo a partir de 14 muestras de diferentes lugares y momentos temporales. Se trató de un total de 2732 personas (1754 mujeres, 962 hombres y 16 sin informar). Esta muestra comprendía estudiantes con edades entre 14 y 28 años y personas adultas entre 20 y 94 años. La mayoría de la población pertenecía a Estados Unidos (12 muestras) y las dos muestras restantes eran originarias de Rusia. Los autores concluyeron que la escala posee buenas propiedades psicométricas. A pesar de que es una escala de administración breve y está compuesta por pocos ítems, mostró buena consistencia interna y estabilidad temporal, evidenciando una estructura factorial unitaria, todo lo cual se observó en las 14 muestras diferentes. Concretamente, los valores del coeficiente alfa de Cronbach estuvieron en el rango .79 y .94 (M = .86), en sólo una muestra el estadístico resultó inferior al valor de .80.
Con respecto a la validez convergente/discriminante, se ha observado que la Escala de Felicidad Subjetiva correlaciona altamente con otras medidas de felicidad (.52 a .72) y moderadamente (.36 a .70) con otros constructos como autoestima, optimismo, afectividad positiva y negativa, extraversión y neuroticismo. Estas correlaciones generalmente no exceden el valor de .70, sugiriendo que la escala no es equivalente a otras medidas, según Lyubomirsky y Lepper (1999). En referencia a la validez discriminante, se han apreciado bajas correlaciones con constructos teóricamente no relacionados como el éxito académico y las situaciones estresantes. Si bien se formulaban hipótesis de relaciones no significativas entre la puntuación en una Prueba de Aptitud Académica y una medida de felicidad subjetiva, estas variables se mostraron correlacionadas de manera positiva y significativa (r = .14), aunque la magnitud fue pequeña (Lyubomirsky & Lepper, 1999).
Como se dijo anteriormente, la Escala de Felicidad Subjetiva ha sido validada originalmente por Lyubomirsky y Lepper (1999) con muestras estadounidenses y rusas. A su vez, se ha ido replicando alrededor del mundo, siendo traducida a múltiples idiomas y utilizada en distintos países, por ejemplo: Shimai, Otake, Utsuki, Ikemi y Lyubomirsky (2004) en Japón, Swami (2008) en China, Swami et al. (2009) en Austria y Filipinas, Spagnoli, Caetano y Silva (2010) en Portugal, Moghnie y Kazarian (2012) en Líbano, y DoÄan y Totan (2013) en Turquía. Esta situación contrasta notoriamente con lo que acontece en el contexto Latinoamericano, donde sólo se encontró un trabajo realizado en Chile en el año 2011 llevado a cabo por los investigadores Vera-Villarroel, Celis-Atenas y Córdova-Rubio.
Con respecto a los estudios aplicados, se destaca el extenso uso de la Escala de Felicidad Subjetiva en diferentes lugares del mundo y para abordar la relación con distintos constructos. En general, se ha utilizado la escala en su versión y formato original, empleándose con muestras de distintas edades desde niños en edad escolar hasta adultos de alrededor de 80 años, y personas de ambos sexos. En cuanto a la edad, Moyano Díaz y Ramos Alvarado (2007) hallaron que las personas mayores son más felices que las jóvenes. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres en la felicidad subjetiva respecto del sexo, en coincidencia con lo hallado en otros estudios focalizados en las propiedades psicométricas de la escala (e. g. Moghnie & Kazarian, 2012; Spagnoli et al., 2010; Swami, 2008).
Entre los estudios aplicados que utilizan la escala, se destacan las investigaciones norteamericanas. Lyubomirsky y Ross (1999) adelantaron uno de estos estudios con alumnos de colegios secundarios, y permitió analizar las diferentes formas de responder ante las consecuencias de las decisiones entre personas con distinto nivel de felicidad. En particular, se observó que las personas felices tendían a valorar más las alternativas elegidas y menos las rechazadas, en relación con las personas menos felices. Además, se encontró que dichas diferencias se podían disminuir a través de la manipulación del foco de atención.
Uno de los estudios aplicados más recientes que han empleado la escala es el desarrollado por Purvis, Howell e Iyer (2010), quienes trabajaron con muestras de estudiantes universitarios de distintos países. En dicho estudio se indagó el rol de los factores de personalidad en la asociación negativa entre maximización y bienestar, y se encontró que las personas que presentan mayor tendencia a maximizar reportan menores niveles de felicidad, con mayores características neuróticas en términos disposicionales y mayor propensión a arrepentirse de sus decisiones.
Otro de los estudios recientes donde se aplicó la escala es el que se realizó en Bélgica por parte de Quoidbach, Dunn, Petrides y Mikolajxzak (2010); los investigadores estudiaron la relación entre el dinero y las experiencias emocionales positivas recurriendo a una muestra de empleados de la Universidad de Liége (n = 374). Concretamente, los individuos más ricos parecen tener una menor capacidad para mejorar y prolongar una experiencia positiva; por otra parte, el impacto negativo de la riqueza en la capacidad de los individuos para "vivenciar" las emociones y las experiencias positivas, neutraliza los efectos positivos que tendría el dinero en la felicidad de estos individuos.
Por otra parte, Extremera, Salguero y Fernández-Berrocal (2011) condujeron un estudio con estudiantes universitarios españoles en el cual examinaron la relación entre el meta-carácter y los niveles de felicidad subjetiva, observando una relación moderada. En otro estudio de este grupo de investigación llevado a cabo con adolescentes (Rey & Extremera, 2012), se analizaron las relaciones entre la felicidad subjetiva, la inteligencia emocional percibida y las estrategias distractoras. Los resultados evidenciaron relaciones positivas entre la felicidad subjetiva y las dimensiones de claridad y reparación de la inteligencia emocional percibida, aunque dicha relación estaba mediada por estrategias distractoras positivas.
Los estudios aplicados anteriores son sólo una muestra de la extensa aplicabilidad de la Escala de Felicidad Subjetiva. No obstante, cabe señalar que son escasos los estudios latinoamericanos que reportan su uso, y uno de dichos estudios es el que adelantaron en Chile Moyano y Ramos (2007). Los autores realizaron un estudio con personas adultas con el fin de evaluar el bienestar subjetivo en sus componentes cognitivo (satisfacción general) y afectivo (felicidad). Los resultados mostraron que la principal fuente de felicidad era la familia, y que las personas casadas eran más felices que las solteras. A su vez, encontraron que las personas de mayor edad se manifestaban más satisfechas y felices.
Los estudios anteriores destacan la relevancia de la felicidad subjetiva en sí misma y en relación con otras variables. Así, surge la necesidad de contar con estudios que aborden las propiedades psicométricas de la Escala de Felicidad Subjetiva (una de las más empleadas para medir el constructo) en el contexto local. Por ello, el presente trabajo se propuso evaluar la estructura factorial (de forma exploratoria y confirmatoria), la consistencia interna (a través del coeficiente alfa de Cronbach) y la discriminación de los ítems (evaluada por medio de la correlación ítem-total corregida), y obtener evidencia de validez convergente, recurriendo a muestras de estudiantes universitarios y población general de la ciudad de Córdoba.
Estudio A
Método
Participantes. La muestra estuvo compuesta por 403 estudiantes universitarios con edades comprendidas entre los 18 y 57 años (M = 23.38, DS = 5.47) de ambos sexos 255 (63.3%) mujeres, 148 (36.7%) varones) seleccionados de manera accidental (no probabilística). Los participantes cursaban distintas carreras de la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Tecnológica Nacional (regional Córdoba): abogacía (12.7%), agronomía (14.9%), ciencias económicas (10.4%), ingeniería química (16.9%), psicología (41.7%) y ciencias de la educación (3.5%); y años: primero (15.4%), segundo (20.8%), tercero (31.3%), cuarto (9.2%), quinto (19.6%) y sexto (3.5%) (un participante no informó el año que cursaba). Los participantes recibieron información oral y escrita sobre los objetivos principales del estudio, donde se destacó la voluntariedad de su participación y la confidencialidad de la información brindada.
Diseño. Teniendo en cuenta los objetivos propuestos, el diseño del presente estudio es de tipo instrumental, según la clasificación propuesta por Montero y León (2007).
Instrumentos. Se utilizó la Escala de Felicidad Subjetiva (Lyubormirsky & Lepper, 1999) bajo análisis. Dicha escala comprende cuatro ítems con respuesta tipo Likert de siete puntos (puntuaciones menores indican menor felicidad). Tal como se mencionó antes, estudios de la versión original como adaptaciones al castellano han mostrado una estructura unifactorial y adecuadas propiedades de consistencia interna, como también de validez convergente y discriminante. La escala original fue previamente analizada en un estudio que implicó las siguientes fases: (a) traducción directa de inglés a español por dos especialistas de lengua inglesa y comparación de diferencias, realizando los ajustes necesarios; (b) estudio piloto con 15 personas adultas para valorar la adecuación cultural, claridad semántica y aspectos gramaticales de los ítems y consigna, tarea que se realizó de manera individual frente a un asistente de investigación entrenado y (c) discusión al interior del grupo de investigación sobre los resultados del estudio piloto, realizando los ajustes correspondientes, los cuales fueron menores. Además de esta escala, se recuperó información sobre datos sociodemográficos a través de un cuestionario elaborado ad-hoc.
Procedimiento y análisis de datos. Primero, se solicitó autorización a los docentes a cargo de distintas asignaturas. Tras ello, se invitó a los estudiantes a participar en el estudio. Los participantes completaron los cuestionarios individualmente en sus correspondientes grupos de clase, en horario y espacio de clases. La administración fue realizada por investigadores formados y asistentes de investigación previamente entrenados. La escala formaba parte de un conjunto de instrumentos que no son objeto de este estudio.
Los datos fueron analizados con el programa estadístico IBM SPSS 20 y AMOS 20. En primer lugar, se realizó una exploración inicial de los datos con el fin de identificar valores perdidos y extremos y examinar la forma de distribución de los ítems. En segundo lugar, se dividió la muestra en dos de manera aleatoria: con una muestra se examinó la dimensionalidad de la escala de forma exploratoria y con la otra muestra se procedió con análisis confirmatorios. En tercer lugar, para la muestra total se evaluó la correlación ítem-total y se estimó la consistencia interna a través del coeficiente alfa de Cronbach.
Resultados
Análisis preliminar. El análisis inicial evidenció que siete participantes no habían respondido ninguno de los ítems de la escala bajo análisis y otros dos participantes sólo habían respondido a dos ítems, por lo cual se optó por excluir esos nueve casos de los análisis posteriores. Otros dos participantes no habían respondido a un ítem. Además, se observó que ninguna variable presentaba más del 5% de datos ausentes. Según el test MCAR de Little la distribución de los mismos no fue completamente aleatoria (χ2(6) = 2.62, p = .855), por lo cual se optó por reemplazar los datos ausentes con la media.
Cuatro casos mostraron atipicidad univariada (Z > ± 3.29), particularmente en el ítem 1; mientras que no se observaron casos de atipicidad múltiple (p < .001) (Tabachnik & Fidell, 2001). Teniendo en cuenta el tamaño de la muestra, se optó por excluir los casos atípicos univariados, por lo que la muestra para los análisis siguientes resultó de 390 casos. Posteriormente, se analizó la distribución de las variables. Como se aprecia en la Tabla 1, se observaron valores excelentes de asimetría y curtosis (± 1, George & Mallery, 2001), a excepción del ítem 1 que mostró un valor aceptable de curtosis (± 1.5). Por último, se comprobó la ausencia de multicolinealidad a través de la inspección de las correlaciones entre ítems, las cuales resultaron menores a .90 (Tabachnick & Fidell, 2001).
Estructura factorial. La muestra fue dividida aleatoriamente en dos mitades. La muestra 1 (n = 195) fue empleada para el análisis factorial exploratorio (AFE) y la muestra 2 (n = 195) para el análisis factorial confirmatorio (AFC).
Para el AFE, inicialmente se utilizó el método de Componentes Principales, método elegido por los autores de la escala original. El índice de adecuación muestral KMO fue .737, el test de esfericidad de Bartlett fue significativo (χ2aprox. (6, n = 195) = 186.297, p < .000), lo cual garantizó la factibilidad del análisis factorial. La regla de Kaiser-Gutman y el gráfico de sedimentación sugirieron la extracción de un componente, el cual explica el 57.38% de la varianza total. Todos los ítems presentaban cargas factoriales mayores a .40 (ver Tabla 2).
Luego, se inspeccionó la estructura factorial empleando un método de extracción factorial, el método de Ejes Principales. Nuevamente, la estructura mostró ser unidimensional, explicando el único factor el 44.63% de la varianza total. Asimismo, todos los ítems mostraron cargas factoriales superiores a .40. Los resultados de este análisis se pueden apreciar en la Tabla 2.
Los cuatro ítems fueron sometidos a un AFC. Se empleó el método de estimación de máxima verosimilitud. El análisis inicial indicó que el estadístico de discrepancia era significativo (χ2(2, n = 195) = 10.250, p < .006). A partir de los índices de modificación y los valores esperados de cambio del parámetro provistos por el software utilizado, se permitió una correlación entre errores de dos variables, teniendo en cuenta que fueron medidas con un mismo instrumento. El estadístico de discrepancia dejó de ser significativo (χ2(1, n = 195) = 1.688, p = .194), y también otros índices indicaron un buen ajuste de los datos al modelo: χ2/gl= 1.688; AGFI = .957; TLI = .975; CFI = .996; RMSEA =.06. Finalmente, se evaluaron los coeficientes de regresión estandarizados, los cuales estuvieron en el rango de .515 a .733 (ver Tabla 2).
Correlación ítem-total y Consistencia interna. Se calculó la correlación ítem-total corregida con la muestra de los 390 participantes, observándose valores entre .39 y .60 (Tabla 2). Por último, se estimó la consistencia interna a través del coeficiente alfa de Cronbach, obteniéndose un coeficiente igual a .72, lo cual es considerado aceptable (ver Tabla 2).
Estudio B
Método
Participantes. En este estudio participaron 324 personas adultas de 18 a 65 años (M = 32.77, DS = 10.71) de ambos sexos (182 (56.2%) mujeres y 142 (43.8%) varones), quienes residían en la ciudad de Córdoba (Argentina) y fueron seleccionados de manera accidental. En cuanto al nivel educativo de los entrevistados, la composición fue la siguiente: 3.4% primario completo, 8.3% secundario incompleto, 19.4% secundario completo, 9.9% terciario incompleto, 12.3% terciario completo, 30.6% universitario incompleto, 14.2% universitario completo, y 1.9% postgrado. La composición según el nivel socio-económico (NSE) fue la siguiente: 1.9% marginal, 4.3% bajo inferior, 21.6% bajo superior, 25.9% medio bajo, 23.1% medio, 13.2% medio alto y alto (para 18 participantes, 5.6%, no fue posible determinar el NSE). Los participantes fueron informados oralmente sobre los objetivos del estudio y también vía escrita. En ambas situaciones se destacó el carácter voluntario de su participación, y las condiciones de anonimato y confidencialidad.
Instrumentos. Se utilizó la Escala de Felicidad Subjetiva bajo análisis (Lyubormirsky & Lepper, 1999), cuyas características fueron presentadas en el estudio anterior. Adicionalmente, se computó el puntaje global bruto sumando la puntuación de cada ítem (la puntuación del ítem 4 fue invertida), con un puntaje mayor siendo indicativo de mayor felicidad subjetiva. También se aplicó la Escala de Afectividad Positiva y Negativa (PANAS) de Watson, Clark y Tellegen (1988), la cual cuenta con estudios locales (Moriondo, Palma, Medrano y Murillo, 2012). En este estudio se empleó la consigna de responder a la distintas emociones según lo experimentado en las últimas semanas, con una escala que varió de 1 (un poco) a 7 (extremadamente). La confiabilidad en este estudio, evaluada con el coeficiente alfa de Cronbach fue igual a .79 para la dimensión de Afectividad Positiva y de .84 para Afectividad Negativa. Además, se empleó un cuestionario sobre datos socio-demográficos, a partir del cual se estimó el NSE en base a la relación de aportantes y miembros del hogar, nivel educativo, ocupación y cobertura de salud del principal sostén del hogar, e indicadores de indigencia (Comisión de Enlace Institucional, AAM-SAIMO-CEIM, 2006).
Procedimiento y análisis de datos. Los participantes fueron invitados a participar a través de convocatorias en espacios públicos. Luego de la explicación de los objetivos del estudio y las condiciones de participación, investigadores y asistentes de investigación entrenados solicitaron información sobre datos socio-demográficos. Tras ello, se explicó la forma de completar los restantes cuestionarios y se brindaron ejemplos, asegurándose que el participante había comprendido totalmente la tarea. Los participantes completaron individualmente los cuestionarios, los cuales fueron retirados posteriormente en horario y espacio definido por el participante. Las escalas formaban parte de un conjunto de instrumentos que no son objeto de este estudio.
Los datos fueron analizados con el programa estadístico IBM SPSS 20 y AMOS 20. Primero, se realizó una exploración inicial de los datos con el fin de identificar valores perdidos y extremos y examinar la forma de distribución de los ítems. Segundo, se evaluó la estructura de la escala de manera confirmatoria. Tercero, se examinó la correlación ítem-total y se estimó la consistencia interna a través del coeficiente alfa de Cronbach. Cuarto, se evaluó la diferencia de género en felicidad subjetiva, y se estudió la relación entre felicidad subjetiva y afectividad positiva y negativa, considerando el rol de la edad de los participantes.
Resultados
Análisis preliminar. El análisis inicial evidenció que nueve participantes no habían respondido ninguno de los ítems de la escala bajo análisis y un participante sólo respondió a un ítem, por lo cual se optó por excluir a esos diez participantes de los análisis posteriores. En el resto de los casos se observó que tres participantes no respondieron a un ítem. Además, se observó que ninguna variable presentaba más del 5% de datos ausentes. Según el test MCAR de Little la distribución de los mismos fue completamente aleatoria (χ2(6) = 10.661, p = .099), por lo cual se optó por reemplazar los valores ausentes con la media.
Cuatro casos presentaron atipicidad univariada (Z > ± 3.29), en particular, en el ítem 1; mientras que un caso mostró atipicidad múltiple (p < .001) (Tabachnik & Fidell, 2001). Teniendo en cuenta el tamaño muestral, se optó por excluir dicho casos, resultando 310 casos para los análisis que se desarrollaron a continuación. Luego, se analizó la distribución de las variables. Se observaron valores excelentes de asimetría y curtosis (± 1, George & Mallery, 2001), los cuales se pueden observar en la Tabla 3. También se comprobó la ausencia de multicolinealidad a través de la inspección de las correlaciones entre ítems, las cuales resultaron menores a .90 (Tabachnick & Fidell, 2001).
Estructura factorial. Se evaluó la estructura factorial de manera confirmatoria para los cuatro ítems originales. Se utilizó el método de estimación de máxima verosimilitud. El análisis inicial indicó un buen ajuste de los datos al modelo: χ2(2, n = 310) = 1.857, p = .395; χ2/gl = .928; AGFI = .985; TLI = 1.00; CFI = 1; RMSEA =.01. Los coeficientes de regresión estandarizados estuvieron en el rango .26 a .82 (ver Tabla 4).
Correlación ítem-total y Consistencia interna. El examen de la correlación ítem-total corregida muestra valores en el rango .24 a .59 (Tabla 4), el ítem 4 fue el que presentó el menor valor, en tanto que los valores de correlación del resto fueron superiores a .50. En tanto que el coeficiente alfa de Cronbach resultó igual a .68, valor que si bien resulta menor que lo aceptable en términos generales, se considera en situaciones donde el número de ítems es reducido (Loewenthal, 2001). Como se aprecia en la Tabla 4, la eliminación del ítem 4 produciría un incremento del coeficiente a .78. No obstante, se optó por conservar dicho ítem para la valoración global del constructo. Probablemente, su redacción en forma negativa haya incidido en estos resultados.
Diferencias de género en felicidad subjetiva y relación con afectividad. Primero se evaluó la diferencia de medias en felicidad subjetiva según el género de los participantes. Para ello, se desarrolló una prueba t para muestras independientes, previo a lo cual se chequeó la homogeneidad de varianzas (F (1,308) = 1.484, p = .224). Los resultados indicaron que no había diferencias significativas en felicidad subjetiva entre varones (n = 133, M = 20.46, DS = 3.88) y mujeres (n = 177, M = 21, DS = 4.15), obteniéndose un valor t(308) = -1.13, p = .261.
De los 310 participantes que fueron comprendidos en los análisis anteriores, un participante no había completado la Escala de Afectividad Positiva y Negativa, por lo cual la muestra para el análisis siguiente fue de 309 participantes. El examen de la relación entre felicidad subjetiva y las dimensiones de afectividad evidenció relaciones significativas en sentido positivo con afectividad positiva (r = .33, p < .000), y en sentido negativo con afectividad negativa (r = -.35, p < .000).
Discusión general
Los objetivos de los estudios que se presentaron en este trabajo fueron obtener evidencia de validez de constructo (a través de análisis factorial exploratorio y confirmatorio) y convergente/discriminante en relación con la Escala de Afectividad Positiva y Negativa, evaluar la consistencia interna (a través del coeficiente alfa de Cronbach), y obtener información sobre la discriminación de los ítems (por medio de la correlación ítem-total), en muestras locales de jóvenes universitarios y adultos de 18 a 65 años de la ciudad de Córdoba (Argentina). En términos generales, los resultados sugieren que la escala goza de adecuadas propiedades psicométricas. A continuación se recuperan los principales resultados y se los relaciona con los antecedentes previos.
En el Estudio A, llevado a cabo con estudiantes universitarios, como resultado del análisis factorial exploratorio se obtuvo una estructura unidimensional similar al estudio original (Lyubormirsky & Lepper, 1999). El análisis de componentes principales indicó la existencia de un único componente que explica el 57.38% de la varianza total. Resultados semejantes se obtuvieron cuando se aplicó análisis de ejes principales, aunque como era esperable, la proporción de varianza explicada fue menor (44.63%). La variabilidad explicada observada en este estudio resultó semejante a lo observado en estudios previos (DoÄan & Totan, 2013; Moghnie & Kazarian, 2012; Spagnoli et al., 2010). Con respecto a la consistencia interna de esta versión de la escala se obtuvo un alfa de Cronbach de .72, lo cual indica un nivel de confiabilidad aceptable. Este resultado es consistente con lo reportado por Lyubormirsky y Lepper, (1999) y otros estudios (DoÄan & Totan, 2013; Moghnie & Kazarian, 2012). Swami (2008) reportó un alfa de Cronbach de .93, siendo el mayor puntaje encontrado en las investigaciones revisadas.
En el Estudio B, que incluyó a adultos de 18 a 65 años, se llevó a cabo un análisis factorial confirmatorio utilizando el método de estimación de máxima verosimilitud, el cual indicó un buen ajuste de los datos al modelo. Si bien el ítem 4 presentó un puntaje bajo en la correlación ítem-total, se prefirió conservar el ítem para la valoración global del constructo. El coeficiente de consistencia interna alfa de Cronbach fue de .68, lo cual sugiere un nivel aceptable, semejante a lo observado en otras investigaciones (Doan & Totan, 2013; Lyubormirsky & Lepper, 1999; Moghnie & Kazarian, 2012). Además, se analizó la relación entre felicidad subjetiva y las dimensiones de afectividad de la Escala de Afectividad Positiva y Negativa propuesta Watson, Clark y Tellegen (1988), observándose que la felicidad subjetiva se relaciona significativamente en sentido positivo con la afectividad positiva y en sentido negativo con la afectividad negativa, de manera semejante a lo reportado en otras investigaciones (e. g. Doan & Totan, 2013).
En cuanto al género no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre varones y mujeres, lo cual coincide con el estudio original llevado a cabo por Lyubomirsky y Lepper (1999) y otros estudios más recientes (e. g. Moghnie & Kazarian, 2012; Swami, 2008; Swami et al., 2009).
Si bien la escala ha evidenciado poseer excelentes propiedades de validez y confiabilidad, es posible señalar algunas limitaciones. Entre ellas, vale mencionar que las muestras fueron accidentales, por lo tanto la generalización de los resultados a la población general sería riesgosa (Grasso, 1999). Además, en el Estudio B la administración de la prueba se realizó sin la presencia de asistentes de investigación entrenados, lo cual permite entrever que ciertas variables no fueron controladas.
Adicionalmente, y más con miras a trabajos futuros que a manera de limitación del presente estudio, se destaca que las muestras comprendieron a personas jóvenes y adultas, omitiendo población infantil y adolescentes, por lo que serían útiles próximas investigaciones con dichas poblaciones.
En el mismo sentido, se espera que la presente investigación contribuya al desarrollo de futuros estudios transculturales sobre la felicidad. Hasta la fecha, y según lo observado, en el contexto latinoamericano la escala sólo contaba con estudios psicométricos en población chilena (Moyano Díaz & Ramos Alvarado, 2007). Este estudio ha aportado evidencia de buenas propiedades de validez y confiabilidad de la escala en estudiantes universitarios y adultos de la ciudad de Córdoba.
En conclusión, la Escala de Felicidad Subjetiva muestra adecuadas propiedades psicométricas evaluadas con muestras de jóvenes y adultos de la ciudad de Córdoba, convirtiéndose en una herramienta útil y confiable para continuar con el estudio de la felicidad, relacionándola con constructos como optimismo, extraversión y autoestima, y analizando su rol en campos específicos como la salud y la economía.
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