INTRODUCCIÓN
Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra ‘calidad’ se refiere a la “propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor” (Real Academia Española, 2023). Desde la perspectiva de las organizaciones, la calidad se refiere a aquellos productos, bienes o servicios que cuentan con características que cubren las expectativas del cliente, que de alguna forma son superiores a lo que ofrece la competencia; en otras palabras, que son excelentes (Chiavenato, 2009). Es decir, la calidad se refiere a la capacidad que posee un objeto para satisfacer necesidades implícitas o explícitas de acuerdo con un parámetro, al cumplimiento de ciertas cualidades (Rodríguez del Castillo, 2016).
Desde la perspectiva de los procesos, la educación es considerada como una transformación que implica cambios entre factores y productos. Es crucial contar con un sistema de control para evaluar cómo opera este proceso. Este sistema nos permite determinar si los productos finales cumplen con los estándares de calidad, así como medir la eficiencia de la operación del proceso, entre otros aspectos, con base en lo expresado por el Ministerio de Educación Nacional (2021), que establece la estructura del marco normativo del sistema de educación en Colombia (Ministerio de Educación Nacional, 2016). Por tanto, es crucial definir claramente qué significa calidad en la educación. Esto implica una definición constitutiva, que establece los principios fundamentales, y una definición operacional, que se refiere al nivel de logro. La última se utiliza para establecer estándares que permitan evaluar de manera crítica la organización educativa en la región y el país, lo que es esencial para abordar desafíos como la desigualdad, que ha sido exacerbada por la centralización de la educación nacional y su falta de adaptación a contextos locales, ya que
El estatus socioeconómico predice el desempeño estudiantil en educación media. Adicionalmente, muestra que mientras la mayoría de los estudiantes en educación media son de estratos bajos (...), los estratos medios y altos aumentan su participación en las universidades. Esto sugiere que tanto el desempeño de los estudiantes de hogares menos favorecidos como las restricciones que enfrentan por su situación socioeconómica les impone una barrera para el acceso a la educación superior. (Cárdenas et al., 2021, p. 35)
Esto implica una profunda discusión sobre la superestructura educativa en Colombia y las perspectivas de la calidad que centralizan los esfuerzos e impiden que las condiciones territoriales tengan voz y participen en las decisiones sobre su educación. Es por ello que el punto de partida de este trabajo es hacer patente la crisis de la representación de la calidad y su poca influencia en los procesos de movilidad social en el Departamento de Norte de Santander, en Colombia, para deshacer el nudo gordiano de los privilegios de clase como determinadores del éxito.
La intención de este estudio es romper con el apartheid educativo (Cárdenas et al., 2021) para proponer una educación basada en un concepto que incluya las demandas, iniciativas, crisis y posiciones del ecosistema educativo del Departamento. De esta manera, sería posible lograr acciones de transformación que permitan fácticamente —y no únicamente de forma simbólica— la movilidad social y la equilibrada competencia en la búsqueda del progreso social y económico. Todo ello permitirá enfrentar los retos significativos tanto en educación inicial, en la cual la cobertura para niños de tres, cuatro y cinco años es de 53 %, 58 % y 62 %, respectivamente, como en educación media, en la cual hay un déficit estructural de oferta en las zonas rurales y la cobertura neta es de apenas 45 %, el valor más bajo en países latinoamericanos, 46 puntos por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Fedesarrollo, 2022, p. 2).
En este sentido, es determinante organizar acciones para crear condiciones de calidad con mirada territorial en el sistema educativo, lo cual implica propiciar la libre competencia y fortalecer las capacidades para la movilidad. Se requiere un trabajo comprometido entre la sociedad civil, el Estado, el sector productivo, los gobiernos regionales y la academia cuyo objetivo sea producir procesos sostenibles, creando indicadores complejos. Estos indicadores van más allá de la simple cobertura, la deserción y el rendimiento, que a menudo juegan un papel en ocultar las desigualdades. Esta práctica se realiza a través de una retórica del mérito y el esfuerzo que no repercute ni impacta de forma contundente sobre el tejido social1. Precisamente, al respecto, el filósofo estadounidense Michael Sandel escribe:
La fe estadounidense en que, si trabaja y tiene talento, cualquiera puede ascender socialmente ya no encaja con los hechos observados sobre el terreno. Esto tal vez explica por qué la retórica de las oportunidades ha dejado de tener la fuerza inspiradora de antaño. La movilidad ya no puede compensar la desigualdad. Toda respuesta seria a la brecha entre ricos y pobres debe tener muy en cuenta las desigualdades de poder y riqueza, y no conformarse simplemente con el proyecto de ayudar a las personas a luchar por subir una escalera cuyos peldaños están cada vez más separados entre sí. (Sandel, 2020, p. 36)
Es respecto a lo anterior que este trabajo surge de los procesos de articulación del Observatorio de Interpretación de Realidades Educativas (OIRE)2 y el Pacto por la Educación3. Se organizaron trabajos con el ecosistema educativo del Departamento con el objetivo de construir un nuevo lugar de enunciación sobre la calidad. Tal enunciación debe nutrir los procesos que se adelantan, entendiendo la necesidad de transformar el imaginario y las prácticas educativas en Norte de Santander. Desde este nuevo lugar de enunciación, la representación de la calidad de la educación debe superar la simple medición de los aprendizajes y la verticalidad de la analítica problémica. Se busca migrar hacia una hermenéutica que instituya que “los problemas auténticamente complejos no se los ve con los ojos; se los siente en alguna parte del cuerpo” (Maldonado, 2020a, p. 3), considerando así la interpretación de las trayectorias de vida que impactan económica, social, estética y políticamente tanto a estudiantes como al ecosistema en general (Empresarios por la Educación, 2022). Lejos de ser un asunto de la burocracia o de la abstracción procedimental, se trata de una condición de la sensibilidad que debe considerarse sistémicamente para pensar otras lógicas transformadoras.
En consecuencia, este trabajo se organiza de la siguiente manera: primero, describe el proceso de generación del concepto de calidad de la educación desde la descripción de la cadena de valor propuesta para ello; segundo, expone la racionalidad metodológica; y tercero, muestra los hallazgos con el propósito de definir un concepto de calidad que permita acciones idóneas y contextualizadas desde una perspectiva territorial del Departamento de Norte de Santander en Colombia.
METODOLOGÍA
Este estudio adoptó un enfoque cualitativo con un diseño de campo y un nivel descriptivo. Se empleó el método de investigación-acción que —según Hernández, Ramírez y López (2022)— busca entender la relación entre ser, conocer y hacer, para así ofrecer una explicación comprensiva de la realidad y la formulación de transformaciones. El estudio se fundamentó en la creación de escenarios participativos en los cuales todas las voces del ecosistema educativo contribuyeron a la construcción de un lugar de enunciación propio para ampliar las acciones educativas. El proceso se estructuró en seis fases para producir el concepto de calidad educativa, descritas en la Tabla 1.
Cada fase descrita en la Tabla 1 agrega valor al proceso de construcción de indicadores y lecturas sobre las realidades educativas que realiza el Observatorio de Interpretación de Realidades Educativas (OIRE) y aporta información valiosa al Pacto por la Educación a través de estrategias participativas, de interpretación documental y de procesamiento de datos. El objetivo es dar consistencia y densidad a las apuestas trazadas para proponer un nuevo modelo educativo con visión 2050 para Norte de Santander.
En el presente artículo la construcción del concepto de calidad es respaldada mediante la adopción de un enfoque objetivo-producto. Este enfoque implica el desarrollo de una postura conceptual que transita de forma intersubjetiva por los actores y sectores del ecosistema educativo. Se define el proceso de manera que se obtenga un producto parcial específico para cada uno de los objetivos que guían cada fase de la investigación. El proceso se concibe como el establecimiento de unos pasos lógico-secuenciales para la evolución del concepto de calidad educativa, constituyéndose en una cadena de valor cuyo último eslabón es el propio concepto de calidad de la educación. La Tabla 2 muestra la cadena de valor que constituye el proceso de construcción de dicho concepto.
Todo el proceso metódico descrito anteriormente, que incluye la participación de diversos actores en talleres, la recopilación de datos y la evaluación constante, proporciona la base para llevar a cabo un análisis hermenéutico y una creación heurística. En este sentido, se toman aspectos de la teoría fundamentada que implican el muestreo teórico y el análisis comparativo constante (Sandoval, 2002) y que precisan la recolección de datos orientada por los conceptos derivados de la teoría. Se emplea el método comparativo con el propósito de acudir tanto a contextos como a personas para maximizar las oportunidades de descubrir, a través del diálogo intersubjetivo, otras variaciones conceptuales o nuevas categorías de análisis (Vegas-Meléndez, 2016). Tales acciones son determinantes desde esta instancia metodológica para guiar los procesos descritos en la cadena de valor como el camino para obtener el concepto de calidad de la educación.
Con este enfoque se evidencia la relación coherente entre las diversas fases, los actores, los escenarios y los productos para otorgarle al ejercicio una mayor solidez metodológica. La cadena de valor sigue la estructura de la teoría fundamentada (Glaser y Strauss, 1967) proponiendo un interrogatorio sistemático a través de preguntas generativas, un muestreo teórico, una codificación y un seguimiento de principios, atributos y categorías (Sandoval, 2002). Este enfoque integral tiene como objetivo crear un concepto sobre la calidad que emerja del tejido intersubjetivo de las crisis, propuestas y planteamientos del ecosistema educativo de Norte de Santander.
RESULTADOS
En esta sección se describen cada una de las fases del proceso, así como los subsecuentes resultados direccionados por la estructura lógico-secuencial que define la ruta del logro establecida para la obtención del concepto de calidad de la educación. Todo ello sirve para movilizar las acciones y las reflexiones que tejen tanto OIRE como el Pacto por la Educación en el camino de proponer un nuevo modelo educativo con visión 2050 para Norte de Santander.
Para esto, nos concentramos en realizar una lectura teórico-metodológica basada en los aportes de la teoría fundamentada. El objetivo es “encontrar la huella en la versión metodológica, centrando lo característico de lo cualitativo no en los distintos tipos de datos, sino en el proceso de transformación que provoca esa mirada cualitativa” (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006, p.10). Estos aportes, articulados a la perspectiva de las ciencias de la complejidad, buscan contribuir a que la calidad de la educación evite el binarismo analítico que ha afectado a Occidente (Maldonado, 2020a). Además, se pretende que esta calidad constituya el plano propicio para pensar lógicas alternativas, distintas del clasicismo epistémico (Maldonado, 2020b) presente en los manuales, planes de desarrollo y políticas actuales. Estas políticas, muchas veces sustentadas en lugares comunes, carecen de mayores confrontaciones o articulaciones críticas.
En este sentido, este trabajo bebe del interaccionismo simbólico para “considerar, de manera fundamental que el mecanismo de la acción humana y de la interacción tiene que ser, necesariamente, definido simbólicamente” (Gadea, 2018, p.41) y así retar los esencialismos y la universalización simple (Hall et al., 2010) contenida, muchas de las veces, en las recomendaciones sobre educación que mantiene el privilegio del centro sobre sus periferias. Por esto, se asume la construcción del concepto de calidad de la educación como un nuevo referente que afecta la representación para considerar un “mundo relacional inserto en complejas redes de relaciones de poder, instituciones de saber y formas de articulación política” (Gadea, 2018, p.52).
Así, la ordenación de los resultados asume la estructura epistémico-metodológica de la teoría fundamentada, a partir de las estrategias que fueron descritas en la metodología, desde la postura de Sandoval (2002), para obtener un concepto de calidad cuya perspectiva territorial permitiese al OIRE y a las iniciativas del Pacto por la Educación estudiar con mayor profundidad el fenómeno educativo de Norte de Santander.
Consideraciones analíticas sobre el marco legal que rige en Colombia al sistema educativo: hacia un interrogante sistémico
La fase 1 se orientó en la búsqueda, con base en documentos, de los aspectos requeridos para el establecimiento del concepto de calidad de la educación, haciendo un especial énfasis crítico en el marco legal educativo del Estado colombiano que orienta las rutas para la gestión de la educación en los territorios. Con base en lo encontrado en este estudio documental, y para los efectos de la proposición de un nuevo modelo educativo para el Departamento de Norte de Santander con visión al 2050, se pueden tomar dos tipos de decisiones:
Hacer una reflexión más profunda, con la participación de diferentes actores del ecosistema educativo, en torno a una definición constitutiva y operacional de la calidad, diferente a la presentada en el Plan Decenal de Educación 2016-2026 (Ministerio de Educación Nacional, 2017).
Asumir la definición de calidad presentada en el Plan Decenal de Educación 2016-2026 (Ministerio de Educación Nacional, 2017), elaborando otras interpretaciones posibles que se adecuen y amplíen el marco legal estudiado
Por parte del OIRE y del equipo del Pacto por la Educación, se decide orientar el trabajo hacia la construcción de un concepto de la calidad de la educación en el contexto de Norte de Santander. Este concepto sería el resultado de la participación de actores y sectores del ecosistema educativo del Departamento. De esta manera, se asume un lugar de enunciación propio que dialoga, pero no se supedita, estrictamente, a las agendas nacionales planteadas por el Plan Nacional Decenal de Educación (Ministerio de Educación Nacional, 2017). En consecuencia, se amplía el marco de referencia para reflexionar y promover otros impactos en clave territorial.
Caracterizar la educación de calidad: aportes desde el muestreo teórico
La fase 2, primera fase diagnóstica, está relacionada con determinar, describir, conocer, caracterizar y desvelar aspectos definitorios del concepto a establecer en el contexto de estudio, con base en la prospectiva y la necesidad que tiene el OIRE de configurar sus propios indicadores desde una dimensión de la calidad que respondiese a las demandas, emergencias y necesidades del Departamento.
Para ello, se desarrolla el taller “Fortalecimiento de la Educación en Norte de Santander: primeras miradas al imaginario de la calidad”, en el cual participan todos los actores que constituyen la Mesa de la Alianza por la Educación en Norte de Santander, liderado por la Red de Entidades de Formación para el Trabajo y Desarrollo Humano. El taller giró alrededor de las siguientes tres preguntas orientadoras:
¿Qué es la educación de calidad? (Referida a establecer los atributos fundamentales de la educación de calidad).
¿Cómo lograr una educación de calidad? (Referida a establecer las características primordiales para alcanzar la calidad en educación).
¿Para qué sirve la educación de calidad? (Referida a la determinación de los aspectos importantes para lograr el impacto deseado).
Tales preguntas son la síntesis de las preocupaciones que tanto la Red de Entidades de Formación para el Trabajo y Desarrollo Humano como el equipo del Pacto por la Educación venían recogiendo de los diferentes espacios de trabajo con el ecosistema educativo del Departamento. Estas inquietudes van sentando las primeras bases en la nueva geografía conceptual que es preciso construir para dar mayores alcances tanto a los procesos comprensivos del Pacto por las Educación sobre el estado de la educación como a las dinámicas que establece misionalmente el OIRE.
En consecuencia, la Tabla 3 evidencia cada uno de los atributos extraídos de las mesas de trabajo una vez que fueron sistematizados y procesados para articularlos en la red semántica (Figura 1). Esta red semántica escorcea4 los primeros aspectos del mapa sobre la calidad sin llegar a definir su totalidad objetual; mas bien, ofrece una experiencia que puede ser afectada y reconstituida a través de la participación. Por su parte, en la Tabla 4 se muestran las características para lograr tanto una educación de calidad como el propósito de una educación de calidad. Estas características se derivan de la sistematización y el procesamiento de las voces recogidas durante el taller.
Proponer un concepto preliminar de calidad de la educación desde la construcción de categorías
A partir del análisis documental del marco legal en educación en Colombia y de la información mostrada en las Tablas 3 y Tablas 4, construimos un sistema de categorías de la calidad en la educación, el cual se muestra en la Tabla 5. Partimos de una categoría inicial relativa a calidad de la educación, a la cual se le asocia el concepto base presentado en el Plan Decenal de Educación 2016-2026 (Ministerio de Educación Nacional, 2017), que responde directamente al pilar de gobernabilidad y gobernanza formulado por el equipo del Pacto por la Educación de Norte de Santander.
De acuerdo con lo expuesto en la Tabla 5, las necesidades de la sociedad en torno al sistema educativo y a los elementos axiológicos que posee están relacionadas con las categorías axiales del sistema de categorías, expresada la primera a través de la multiculturalidad, aceptabilidad, integralidad, y accesibilidad. Por su parte, los elementos axiológicos se expresan con base en disponibilidad, capacidad, alcance de la infraestructura, cualificación del talento humano y adaptabilidad. Tales términos son previamente definidos en la Tabla 3.
Desde el marco teórico se puede reconocer que las necesidades de la sociedad en torno al sistema educativo se relacionan con el sentido de pertenencia y ciudadanía (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2011), mientras que los elementos axiológicos del sistema educativo están asociados al propio sistema educativo (Ministerio de Educación Nacional, 2021).
La información derivada del trabajo hermenéutico es utilizada en la construcción de una red semántica a la manera de un mapa conceptual que sintetiza los atributos de la educación de calidad, las características primordiales para alcanzar la calidad en educación y los aspectos importantes para lograr el impacto deseado. La red semántica construida se muestra en la Figura 1.
Sobre la base del estudio realizado, proponemos este concepto preliminar de la calidad en educación que debe ser sometido a validación conceptual:
La calidad del sistema educativo es un proceso fundamental en el desarrollo del ecosistema educativo con características y cualidades que resultan de la integración de las dimensiones de pertinencia, relevancia, eficacia interna, eficacia externa, suficiencia, eficiencia y equidad, las cuales deben ser valoradas desde la perspectiva de todos los actores que constituyen el ecosistema con el firme propósito de apalancar la formación humana, el crecimiento, y la superación de la desigualdad.
Según se establece en la metodología, esta primera apuesta conceptual debe ser sujeto de devolución sistémica para que, en el marco del segundo taller con el ecosistema, se recojan las impresiones y se haga, de ser necesario, un nuevo diseño a partir de los aportes, las discusiones o las crisis que surjan en el contexto de este segundo escenario participativo previsto como cuarta fase. Es sobre esta base que se logra construir la red semántica en torno a la calidad de la educación, a través del procesamiento de los datos en el Atlas TI (Miguélez, 2007), lo cual otorga consistencia y establece una perspectiva que pueda llevarse al escenario de construcción dialógica del segundo taller, descrito en la fase 4 de la metodología.
Interpretación y validez para el desarrollo conceptual
La fase 4, tras haber considerado la fase de validación del concepto preliminar obtenido como producto de la fase 3, pretende verificar los elementos utilizados para conceptualizar la calidad de la educación en Norte de Santander, a través de un instrumento que fue aplicado a los miembros de la Mesa de Alianza por la Educación en Norte de Santander. Este Taller de validación del concepto preliminar estuvo orientado por un instrumento compartido durante el taller a través de la herramienta Google docs (https://forms.gle/Qm2hNR1hadTYiM278), que consta de los siguientes ítems:
a) ¿Considera que la formulación preliminar expuesta responde a los planteamientos realizados por la Mesa de la Alianza durante el primer encuentro de construcción colectiva del concepto de calidad en la educación?
b)¿Considera pertinentes para la realidad de la educación actual en el Departamento los atributos escogidos para definir el concepto de calidad?
c)¿Reemplazaría, complementaría u omitiría algún atributo?
El Taller de validación fue realizado por veinticuatro participantes de la Mesa de Alianza que integran una parte importante del ecosistema educativo del Departamento, quienes respondieron individualmente los ítems previamente señalados. Al hacer un análisis estadístico de los datos cuantitativos recolectados, se observó que el 75,0 % de los participantes está de acuerdo con la formulación del concepto preliminar presentado en la Mesa de la Alianza. Por otro lado, el 83,3 % considera que los atributos seleccionados para formular el concepto preliminar de calidad de la educación sí representan la realidad educativa actual del Departamento de Norte de Santander. Estos resultados se tabulan y presentan en la Figura 2.
Luego de la aplicación del instrumento, se invitó a los participantes a construir, con su grupo de trabajo, una formulación de calidad basada en el concepto preliminar que respondiera integralmente a las necesidades de los sectores representados en cada grupo. Para ello, se organizaron en cuatro grupos de trabajo, como se puede observar en la Tabla 6.
Adicionalmente, el mismo taller es aplicado a los once participantes del Comité Intersectorial Departamental (Tabla 7), por tratarse de una instancia jerárquica en la toma de decisiones frente a diferentes temas en los que la educación es un eje transversal; por ello, su aporte contribuye a tener una visión más profunda de este fenómeno.
En este caso, los miembros de cada Comité Intersectorial Departamental formaron los tres grupos descritos en la Tabla 7 para discutir lo propuesto; en conjunto, cada sector entregó sus aportes desde sus propios imaginarios, prácticas y necesidades. Esto implicó la obtención de nuevos elementos a tener en consideración por el equipo director. Esta fase de validación adicional permitió, en total, obtener siete formulaciones del concepto de calidad de la educación fundamentadas en el concepto preliminar propuesto por el OIRE y el equipo del Pacto por la Educación. De esta manera, se abrieron vértices interpretativos para que el emerger conceptual fuese un proceso intersubjetivo, expansivo y que respondiese a las emergencias de la educación en el contexto.
En consecuencia, el escenario de trabajo con el Comité Intersectorial Departamental y los datos recogidos, procesados y analizados, permitieron validar las posiciones y el enfoque conseguido en el taller II con la Mesa de la Alianza. Con ello, se presenta una construcción conceptual que emerge de las cinco fases descritas, legitimada por el proceso: en dos ocasiones con la Mesa de la Alianza y uno adicional con el Comité Intersectorial Departamental. Esto otorga viabilidad y sostenibilidad a las iniciativas que surjan durante su etapa de operacionalización, ya sea a través de los análisis y la interpretación de datos realizados por el OIRE, o mediante las direcciones propuestas por el Pacto por la Educación en el desarrollo de una propuesta de política pública en el ámbito educativo.
Dimensiones del hallazgo: hacia el concepto de calidad de la educación para Norte de Santander
Las formulaciones del concepto de calidad, así como las valoraciones y las discusiones obtenidas por los grupos de trabajo (Mesa de la Alianza y Comité Intersectorial Departamental), son analizadas utilizando aspectos de la teoría fundamentada “desde la urgente necesidad de descubrir y generar teoría, enraizada y fundamentada en los datos” (Trinidad, Carrero y Soriano, 2006, p. 125) como estrategia para profundizar en los elementos referenciales presentados por los participantes en cada uno de los escenarios de trabajo.
De esta manera, se configura el sistema de categorías para la formulación preliminar (Tabla 5). Estas categorías axiales emergen de la lectura teórica de políticas y planes para la educación a nivel nacional e internacional, constituyendo el tejido teórico del proyecto. Este enfoque permite análisis e interpretaciones que complejizan el mundo educativo del Departamento. La exploración de estas categorías derivó en la identificación de atributos emergentes (Tabla 8), a partir de las voces de los participantes. En la experiencia intersubjetiva, estas voces proporcionaron las pautas para trazar una geografía diferente sobre la representación de la educación. Esto posibilitó el estudio de la educación desde perspectivas más cercanas a las emergencias territoriales.
En consecuencia, esta relación entre las categorías axiales y los atributos emergentes (Taller I, Taller II y Taller III), junto con un análisis de contenido del concepto, permitió establecer como concepto de calidad de la educación en Norte de Santander, el siguiente:
La calidad de la educación en el Departamento de Norte de Santander es la integración compleja de las dimensiones de acceso, pertinencia, adaptabilidad, oportunidad, relevancia, eficiencia, equidad y gestión socioemocional para pensar la inclusión de la diversidad y las diferencias como resultado de un proceso dialógico de todos y todas, orientado a apalancar la formación humana en el marco de la educación como derecho en un territorio transfronterizo, dinámico, sostenible y en paz.
DISCUSIÓN
Tal lugar de enunciación, esto es, el lugar desde donde se habla (Foucault, 2006), propone dar un viraje de la crítica institucional al análisis de una comprensión geopolítica5 de los espacios que atraviesan la subjetividad, lo que implica una mirada divergente que no se atenga a los mandatos de poder de los grandes relatos sino a posturas híbridas que, si bien interactúan con las instituciones, comprenden su estatus subalterno para no descuidar la crítica, sino, por el contrario, profundizarla. Así, se sigue la ruta metodológica de la teoría fundamentada, en el sentido de tejer las voces críticas, discusiones y propuestas provenientes de la diversidad subyacente al ecosistema educativo de Norte de Santander.
De este modo, el concepto emergente se convierte en un insumo esencial para los ejercicios del Pacto por la Educación, pero, fundamentalmente, como hoja de ruta para la configuración de indicadores por parte del OIRE; esto es un punto determinante, pues abre los vértices de los estudios por venir a problemas marginados del hacer hegemónico de la educación tales como la perspectiva de género, la gestión socioemocional, el enfoque diferencial, la discusión intercultural desde la mirada transfronteriza, entre otros aspectos que dan un giro a las maneras de pensar una educación de calidad.
Así, el OIRE asume con esto una posición que le permite obtener indicadores para tejer nuevas relaciones sobre el análisis educativo del Departamento. De ahí que la gestión socioemocional, la inclusión y la perspectiva de género como elementos que integran un territorio transfronterizo generan las bases para racionalizar y estudiar el estado de la educación del departamento con lógicas menos teoréticas y simplistas, aportando con esto a la toma de decisiones y la contribución a iniciativas de política pública como las que hacen parte del proyecto Pacto por la Educación.
CONCLUSIONES
Este ejercicio participativo permitió, a través del diálogo crítico con los actores y sectores del ecosistema educativo que intervienen como protagonistas en la Mesa de la Alianza y el Comité Intersectorial Departamental, adoptar una postura propia, reflejada en el surgimiento de un lugar de enunciación que plantea el concepto de calidad de la educación como una oportunidad para explorar otras geografías de la compleja educación en Norte de Santander. El trabajo realizado es de gran relevancia por dos razones fundamentales. En primer lugar, porque aborda un tema de suma importancia y actualidad en el debate sobre la educación de calidad. En segundo lugar, porque la propuesta se desarrolla desde un enfoque regional específico, centrándose en una zona fronteriza del país que presenta particularidades significativas en cuanto a los objetivos de la educación.
En ese contexto, se buscó discutir aspectos teóricos contenidos en los planes y políticas sobre la calidad que deambulan en los documentos oficiales y se institucionalizan al punto de ser irreflexivos respecto a lo que pasa en las regiones y sus territorios, lo cual implica transformar la visión de la calidad del país, tal como lo presenta Empresarios por la Educación (2022), “como un primer paso fundamental para avanzar en la construcción de una visión de calidad compartida. Ese esfuerzo debe complementarse y profundizarse, así como invitar a distintos actores privados a sumarse en la conversación de la medición de la calidad” (p.231). En tal sentido, no se pretende negar la autoridad de lo expuesto en el Plan Nacional Decenal de Educación o en las recomendaciones de agencias e instituciones internacionales (pues se entienden sus aportes e importancias), sino que más bien se busca matizar dialógicamente sus alcances y contribuir, desde la perspectiva territorial, a transformar las concepciones mediante la exploración más profunda de las complejas problemáticas que afectan a dicha región.
Es desde ahí que OIRE, como activo estratégico del Pacto por la Educación 2050, se nutre conceptualmente para orientar ejercicios de análisis fáctico de las realidades. Esto lo hace a través del procesamiento de datos que surgen de la creación de indicadores y variables propias que nutren la expresión hermenéutica de los informes y boletines que emergen del trabajo del observatorio en el marco de acción de la política pública en el camino de construir perspectivas otras para la transformación educativa. Asimismo, se podría considerar para un trabajo futuro la inclusión de enfoques comparativos con otras regiones para enriquecer la comprensión de las particularidades locales y promover un diálogo amplio sobre la calidad de la educación en contextos diversos. Este enfoque ampliado podría ofrecer una visión más holística y contextualizada, que enriquezca aún más la propuesta y contribuya a la construcción de un cuerpo de conocimiento más completo sobre la calidad de la educación no solo de la región sino de Colombia