Services on Demand
Journal
Article
Indicators
- Cited by SciELO
- Access statistics
Related links
- Cited by Google
- Similars in SciELO
- Similars in Google
Share
Cuadernos de Economía
Print version ISSN 0121-4772On-line version ISSN 2248-4337
Cuad. Econ. vol.20 no.34 Bogotá Jan./June 2001
GLOBALIZACIÓN Y DIFUSIÓN. COMENTARIOS A LA PONENCIA DEL PROFESOR BERRY
Mario García*
* Profesor Asistente, Universidad Nacional de Colombia
Resumen
El artículo desarrolla algunos aspectos de la ponencia de Albert Berry y se centra en la debilidad teórica del movimiento hacia la liberalización y la globalización. Utiliza algunos avances recientes en la teoría de las convenciones, para explicar el proceso de difusión de tales tendencias.
Abstract
The article develops some aspects of Albert Berry's paper, focusing on the theoretical weakness of the movement towards liberalisation and globalisation. Recent advances in the theory of conventions are used in order to explain the difussion process of the liberalising tendencies.
El tema de la ponencia del profesor Berry plantea un problema importante de nuestra disciplina, a saber, la dicotomía entre la teoría económica y la forma como se utiliza en la práctica. Convendría empezar por dejar en claro que, si bien la liberalización y la globalización han sido tendencias importantes en la comunidad de los economistas y en la economía mundial, no han sido tendencias importantes en la teoría económica.
LA GLOBALIZACIÓN, TENDENCIA SIN IMPORTANCIA DE LA TEORÍA ECONÓMICA
Una reciente serie de balances sobre el progreso de la disciplina en el siglo veinte lo deja claro: los principales desarrollos teóricos del período han tenido que ver con temas tales como la economía de la información o la incorporación de imperfecciones al modelo neoclásico y la liberalización brilla por su ausencia en estos desarrollos [Baumol 2000; Stiglitz 2000b]. Fuera de la corriente principal, la situación es similar: en la escuela poskeynesiana ha habido avances en los modelos de crecimiento con restricciones de balanza de pagos [McCombie 1997; López y Cruz 2000], en la teoría de las convenciones [Dequech 1999] yen la metodología del realismo crítico [Lawson 1997]; en estas teorías, la globalización, cuando aparece, tiende a tener consecuencias perniciosas.
Claro está que Baumol menciona como uno de los principales avances del siglo veinte la incorporación del análisis empírico, estadístico y econornétrico en el desarrollo de la teoría; étal vez habría algo de esto en el neoliberalismo?1 No obstante, las tendencias a la liberalización, la privatización o la globalización tampoco salen aquí bien libradas; la evidencia empírica en torno a los efectos de la propiedad pública o privada sobre el desempeño de las firmas es mixta: lo mejor que se puede decir es que las firmas privadas obtienen a veces mejores resultados que las estatales, a veces peores y a veces iguales [García 2000]. Pero además se trata de estudios no siempre comparables y con dificultades técnicas en la identificación del producto o en el cálculo de eficiencia, cuando hay presencia de rendimientos crecientes. Entonces es difícil ver en la tendencia mencionada uno de los hitos del desarrollo de la disciplina. También ha habido críticas contundentes a la doctrina de las políticas amigables con el mercado, sustentada por el Banco Mundial [Singh 1995].
Y sin embargo es innegable la importancia que han tenido los procesos de liberalización y globalización en todos los países del mundo. La interesante ponencia del profesor Berrv toca precisamente un punto en donde las políticas han ido más allá de donde se atrevería a ir la teoría. Al contrario de lo que pensaría un lego. Incluso teóricos ortodoxos destacados, como Arrow o Stiglitz han tenido roces con las tendencias mencionadas [Stiglitz 2000a]. Lo curioso e importante, desde el punto de vista de la sociología y la economía del conocimiento, es que la comunidad de economistas abrazó en su mayoría un credo que no tenía mayor respaldo teórico o empírico. ¿Cuál es entonces la relación entre la teoría y quienes la aplican? Intentaré a continuación esbozar una respuesta, aun a riesgo de caer en la ingenuidad del teórico, que señala Berry.
DIFUSIÓN Y CONTAGIO DE TEORÍAS
Uno pensaría que el proceso de creación y difusión del conocimiento comienza con unos economistas teóricos, a partir de modelos, que después propagan y aplican los economistas aplicados; el cambio de paradigma, en el sentido de Kuhn, ocurriría primero entre la comunidad científica, entendida aquí como la comunidad de los economistas teóricos, y posteriormente entre los aplicados [García 1999]. Pero con el neoliberalismo. el grupo de referencia es más amplio e incluye a los economistas aplicados y a quienes hacen la política - no siempre economistas profesionales - en diferentes países. ¿Cómo se difunde la corriente en tal grupo? Para entenderlo conviene hacer uso de una de las tendencias teóricas recientes: el contagio.
La propagación de una teoría puede asimilarse a la propagación de una enfermedad. Este es el principio que está detrás de los modelos de comportamiento de manada en los mercados financieros. La clave de la explicación reside aquí en la interacción directa y no en el mercado. Una explicación de este tipo requiere hacer explícita la red que conforman los individuos, a través de la cual se realiza la difusión [Kirman 1997; Young 1996]. Si tenemos varios países interconectados (figura 1), la difusión de una política (rayas o puntos) se presentará más fácilmente entre aquellos que tengan un vínculo directo. Para un país que tiene vínculos importantes con un grupo, como en el caso del país A, es más fácil adoptar la política de la mayoría de sus vecinos, representados en la figura con puntos. Así, entre los primeros países que privatizaron y liberalizaron radicalmente las telecomunicaciones estuvieron Chile (1982), Reino Unido (1984), Nueva Zelanda (1989) y Australia (1991) [SpilIer y Cardilli 1997]. Obsérvese que en los tres últimos casos, la tendencia se difundió entre países con contactos económicos y culturales estrechos. Por otra parte, los países europeos involucrados en el proceso de integración tendieron a hacer reformas mucho más cautelosas y parciales, que los mencionados anteriormente. De hecho, una de las características de las reformas latinoamericanas es que fueron mucho más radicales que las del resto del mundo. En palabras de Dornbush [1992,69], "pasaron de protección severa y destructiva, a fiebre por el mercado".
El efecto que ha tenido la globalización en relación con el fenómeno tecnológico - mejoras en las técnicas de comunicación, tales como la internet- ha sido aumentar los vínculos entre los distintos nodos. Ello tiene efectos culturales claros, que se manifiestan en la progresiva unificación del consumo en el mundo - Mac Donalds, música rock -, si bien se presentan resistencias - música latinoamericana, cine francés. El efecto demostración en un mundo globalizado es mucho más fuerte y ello podría manifestarse en una mayor importancia de la ley de Thirlwal, al aumentar la elasticidad ingreso de las importaciones, por encima del valor consistente con un crecimiento balanceado.
La mayor tendencia a la uniformidad se manifestaría, en el ámbito de la política económica, en una mayor dificultad para que un país realice políticas independientes, aun si ellas redundan en su beneficio. Un caso particular puede ser el de la liberalización de los mercados de capitales, que no solo ha introducido mayor inestabilidad, sino que además parece tener un sesgo anticrecimiento, al favorecer la inversión en sectores de los que pueda salir nuevamente de manera rápida, así como al dar estímulo a políticas que le permitan recuperar la inversión en el corto plazo - disminución de salarios, privatización de rentas públicas [Giralda 1998].
La situación para los países individuales podría caracterizarse, de manera muy esquemática, por el juego de coordinación, cuya matriz de pagos aparece en la figura 2. Dado que una de las características de la oleada globalizadora de finales del siglo veinte fue la liberalización de los movimientos de capitales y que de allí surge buena parte de la inestabilidad reinante, la matriz de pagos se concentra en esa política.
Obsérvese en la figura 2 que los pagos de la diagonal izquierdn superior/ derecha inferior son mayores que en los otros dos casos. Ello significa que asumir una política distinta de la de los demás países crea dificultades en las relaciones internacionales; es preferible ejecutar la misma política que los demás, pero hay dos posibles equilibrios: el equilibrio en el que ambos liberan la cuenta de ca pitales - esquina su perior izquierda - presenta menor crecimiento que aquel en que ninguno lo hace - esquina inferior derecha - y es, por consiguiente, un equilibrio subóptimo pero estable.
Difusión local e instituciones
Queda en pie la pregunta de cómo se difunden las políticas en el interior de cada país. Aunque la hipótesis del contagio explica algunas cosas - argumentos a favor de la dolarización, apertura y liberalización en Colombia, cuando la tasa de crecimiento había sido tradicionalmente alta -, habría que complicar un poco el diagrama, para tomar en cuenta el papel de algunas instituciones nacionales e internacionales (figura 3). Obsérvese que ahora es mucho más difícil para el país A sostener su antigua política (puntos), debido a la homogeneización de la política (líneas verticales) de sus vecinos.
En el nivel internacional, entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han tenido un claro papel en la difusión del consenso de Washington; de manera similar, la Comisión Europea ha sido importante en la difusión de la liberalización de las telecomunicaciones en Europa [Waverman y Sirel 1997].
En el nivel nacional, las universidades, los centros de investigación y los Think Tanks jugarían un papel similar. En Chile fue crucial el tándem Fundación Ford, Universidad de Chicago, Universidad Católica de Chile, gobierno de Pinochet. En Colombia, Fedesarrollo y la Universidad de los Andes han servido para legitimar las políticas de liberalización, al hacer parte de una simbiosis entre políticos y economistas, que brinda un aura de neutralidad científica a las políticas públicas, proceso que comenzó durante el Frente Nacional [Palacios 2001]. La Universidad Nacional de Colombia se mantuvo al margen de la discusión, porque en la polarización de este período su imagen se asoció a la de la insurgencia y al radicalismo marxista. Una situación similar ocurrió con las universidades públicas en otros países de América Latina, como en el caso de México - Universidad Nacional Autónoma de México, frente al Politécnico de Monterrey.
UNA COMUNIDAD DÉBILMENTE ARTICULADA CON EL EXTERIOR
A lo anterior hay que añadir el hecho de que la discusión entre economistas ha sido en Colombia un fenómeno elitista, divorciado del debate político. Tal como señala Marco Palacios,
[el] economista [colombiano] habla como maestro o profeta ante audiencias pasivas que le reconocen el atributo de ser el intérprete válido de la ciencia económica. Su alter ego debe ser otro economista, y a los intercambios que establecen entre sí suele llamárseles debate público [Palacios 2001,105].
La situación se agrava porque, dada la precariedad de la comunidad académica, el discurso de los economistas adquiere su validez en el exterior. Piénsese, por ejemplo, que buena parte de las referencias de un artículo típico de una revista de reconocida calidad como Ensayos sobre Política Económica corresponden a publicaciones en el exterior, preferentemente anglosajonas.2
Queda un último elemento, también sella lado por el profesor Berry: las opiniones defendidas más fuertemente, aunque se basan en argumentos débiles, tienen mejores posibilidades en el debate político, que opiniones más matizadas, menos seguras, pero mejor argumentadas. De lo que se trata aquí es en parte de una característica de las convenciones: las reglas sencillas, incluso simplistas, son más fáciles de adoptar, en parte porque son más fáciles de comunicar y, por ende, de difundir.
A ello se agrega la existencia de incertidumbre. En cuestiones referentes a la liberalización, la información no existe o es de difícil acceso, por cuanto constituye una ventaja competitiva clave. En consecuencia, no es posible verificar las teorías directamente para sectores específicos [Stevens 1995]. Al mismo tiempo, como se trata de actuar, el agente, sea individuo o nación, puede encontrar muy costosa la demora que implica la evaluación cuidadosa de todos los pro y los contra o la espera mientras los académicos resuelven el debate. Si el agente en cuestión tiene racionalidad acotada, la decisión adoptada no tiene por qué ser la óptima. En el caso de la tendencia a la liberalización y a la globalización, las tasas de crecimiento latinoamericanas, así como las crisis asiática y rusa sugieren que las reformas, a pesar de algunos logros, no nos están llevando a la tierra prometida.
Pero además, la situación mencionada plantea un dilema crucial para los economistas en un país como el nuestro y en particular para los economistas vinculados a las universidades públicas. Por sus condiciones de trabajo, tales economistas están -o deberían estar- en contacto con una mayor diversidad de teorías, independientemente de si están o no de moda. Así mismo, ellos deberían estar en capacidad de evaluar con un mayor grado de independencia la pertinencia de dichas teorías para el caso colombiano. Por lo tanto, deberían tomar parte activa en la difusión de dichas ideas en la comunidad de economistas y en la sociedad en general. Esto significa que los economistas de las universidades públicas deberían actuar como anfibios culturales: de un lado, se espera de ellos una labor teórica, medida por los estándares propios de ese mundo, y de otro, se espera una labor política, en el sentido de brindar respuestas aplicables a la sociedad, en el tiempo en que ella lo requiera.
NOTAS AL PIE
1 Utilizaré aquí el término neoliberal para referirme exclusivamente a la tendencia hacia la liberalización, la privatización y la globalización.
2 Esto no quiere decir que la solución esté en un parroquialismo todavía más pernicioso. Pero sería deseable que las revisiones bibliográficas se hicieran extensivas a las publicaciones en español, tanto colombianas como latinoamericanas, para no hablar de estar al tanto de las contribuciones en francés o de otras corrien tes teóricas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
[1] Baumol, William. 2000. "What Marshall Didn't Know: On the Twentieth Century Contributions to Economics", Quarterly Journal of Economics, Febrero, 115, 1, 1-44. [ Links ]
[2] Berry, Albert. 2001. "Tendencias recientes dentro de la 'economía' convencional y los debates sobre liberalización y globalízación". Cuadernos de Economía34, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. [ Links ]
[3] Dequech, David. 1999. "On Sorne Arguments For The Rationality Of Conventional Behaviour Under Uncertainty: Concepts, Applicability And Criticisms", Sardoni, Claudio y Peter Kriesler, Keynes, Post-Keynesianism and Political Economy, London and New York: Routledge, 176-195. [ Links ]
[4] Dornbusch, Rudiger. 1992. "The Case For Trade Liberalization In Developing Countries", Journal of Economic Perspectives, 6, 1, 69-85, otoño. [ Links ]
[5] García, Mario. 1999. "Scientific Communities, Language And The Keynesian Revolution", Sardoni, Claudio y Peter Kriesler, Keynes, Post-Keynesianism and Political Economy, London and New York: Routledge, 229-243. [ Links ]
[6] García, Mario. 2000. "Reforrn and Regulation of Electricity in Colombia-UK; Experiences Taken Across the Atlantic", International Journal of Public Administration, 23, 5-8. [ Links ]
[7] Giraldo, César Augusto. 1998. "Hegemonía del capital financiero internacional y política económica en América Latina", Giraldo, César; Pierre Salama y otros, Crisis fiscal y financiera en América Latina, 1-57, Tercer Mundo, Bogotá. [ Links ]
[8] Kirman, Alan. 1997. "Interaction and Markets", Southern European Economic Discussion Series, 166, diciembre. [ Links ]
[9] Lawson, Tony. 1997. Economics and Reality, Routledge, Londres. [ Links ]
[10] López y Cruz. 2000. Journal of Post Keynesian Economics. [ Links ]
[11] McCombie, John. 1997. "On The Empirics Of Balance-Of-Payments-Constrained Growth", Journal of Post Keynesian Economics, 19,3, 345-75, verano. [ Links ]
[12] Palacios, Marco. 2001. "Saber es poder: el caso de los economistas colombianos", De populistas, mandarines y violencias, Planeta, 99-158, Bogotá. [ Links ]
[13] Singh, Ajit. 1995. "Competitive Markets And Economic Development", International Papers in Political Economy, 2,1,1-40. [ Links ]
[14] Spiller, Pablo y Cardilli, Carlo. 1997. "The Frontier of Telecommunications Deregulation: Small Countries Leading The Pack", Journal of Economic Perspectives, otoño, 11, 4,127-138. [ Links ]
[15] Stevens, Paul. 1995. "Understanding The Oil Industry: Economics As A Help Or A Hindrance", The Energy Journal, 16,3, 125-39. [ Links ]
[16] Stiglitz, Joseph. 2000a. "Lo que aprendí de la crisis mundial", Cuadernos de Economía, 32, 243-254. [ Links ]
[17] Stiglitz, Joseph. 2000b. "The Contributions Of The Economics Of information To The Twentieth Century Economics". Quarterly Journal of Economics 115,4,1441-78, noviembre. [ Links ]
[18] Waverman, Leonard y Sirel, Esen. 1997. "European Telecommunication Markets On The Verge Of Full Liberalization", Journal of Economic Perspectives, 11,4,113-126, otoño. [ Links ]
[19] Young, H. Peyton. 1996. "The Economics of Convention", Journal of Economic Perspectives, 10, 2, 105-122, verano. [ Links ]