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Cuadernos de Economía
Print version ISSN 0121-4772On-line version ISSN 2248-4337
Cuad. Econ. vol.20 no.34 Bogotá Jan./June 2001
¿POR QUÉ EL PREDOMINIO DE LA TEORÍA NEOCLÁSICA?
José Félix Cataño*
* Profesor Asociado, Universidad Nacional de Colombia, Miembro del Observatorio de Teoría Económica de la misma institución. Correo electrónico jcatano@uniandes.edu.co
Resumen
Uno de los hechos, más sorprendentes en los últimos 30 años es que el avance de la teoría económica se ha realizado principalmente de acuerdo a los parámetros del enfoque neoclásico. En este artículo se quiere presentar algunas razones teóricas que explican esta vitalidad científica aunque se constate la incapacidad de este enfoque para dar explicaciones satistactorias sobre, mínimamente, el mundo comercial.
Abstract
One of the most surprising facts in the last 30 years is that the advances in economic theory have taken place in the framework and parameters of the neoclassical approach. This paper discusses some of the theoretical reasons that intend to explain this scientific vitality al though the incompetence of this theory to give satisfactory explanation of not even the market economy.
Para el observador de la evolución de la teoría económica en el siglo veinte, el hecho innegable y sorprendente es el gran avance del enfoque neoclásico. Es tan impresionante el avance de esta teoría, que se ha convertido, no solo en el main stream de la ciencia económica, sino en casi la única utilizada por los economistas. Mientras en los sociólogos, antropólogos e historiadores persisten y se desarrollan diversas escuelas, la economía aparece como un saber que terminó con la pluralidad de puntos de vista científicos -a pesar de la persistencia de la lucha doctrinaria en la política económica yen los modelos de desarrollo-, gracias al éxito de la estrategia de unificacioacute;n realizada precisamente por el enfoque neoclásico.
El principio analítico de la teoría neoclásica consiste en descríbir un sistema económico general, a partir de las siguientes hipótesis:
1. Los agentes económicos se definen por sus dotaciones de bienes físicos y derechos sobre las ganancias de las firmas, sus preferencias y por sus dotaciones iniciales.
2. Existe un conjunto de producción disponible para las firmas dadas
3. Todos los agentes tratan los precios paramétricamente.
4. Todos los agentes son racionales y deciden el conjunto de acciones que les represente lo mejor respecto a sus preferencias y de acuerdo con ciertos precios dados.
5. El mercado y el sistema de precios son los mecanismos de relación entre los individuos, con los que se deben lograr la compatibilidad de las decisiones económicas privadas y resultados aceptables.
Una vez aceptado este conjunto de hipótesis básicas, se pueden construir unos modelos que constituyen el conjunto de la teoría neoclásica, cuyo centro es el modelo de equilibrio general competitivo, en lo sucesivo, EGC.
CAUSAS Y MANIFESTACIONES DEL DOMINIO NEOCLÁSICO
El creciente dominio neoclásico se expresa y explica a través de siete aspectos, complementarios entre sí:
1. La teoría neoclásica aparece como aquella que posee la mejor solución al problema de Smiih, el problema central de la ciencia de los economistas, esto es, la representación de la viabilidad mínima del sistema de mercados.
En una extraordinaria serie de artículos [de Arrow y Debreu], dos de las más viejas e importantes cuestiones de los economistas neoclásicos, la viabilidad y la eficiencia del sistema mercantil, se mostraron susceptibles de análisis, en una forma completamente coherente con las premisas metodológicas neoclásicas de racionalidad individual, limpieza de los mercados y expectativas racionales [Geanakoplos 1987, 116].
Así, el EGC se presenta como una teoría que da cuenta del problema de ´la mano invisible´, en la forma más general posible - multiplicidad de agentes y de mercados en competencia perfecta-, y que es capaz de determinar un criterio individualista de eficiencia, es decir, por fuera de consideraciones colectivas y morales.1
2. La teoría del EGC sirve como núcleo del paradigma neoclásico, ya que permite desarrollar múltiples modelos secundarios para estudiar equilibrios de precios en circunstancias múltiples. Así la encontramos en la ´nueva microeconomía´ de las ´fallas´ de los mercados [véase Cahuc 1994], en la nueva macroeconomía clásica de Lucas y Sargent, en la macroeconomía de los nuevos kevnesianos, en la teoría del crecimiento y ahora en el prolífero institucionalismo neoclásico.
En ese sentido, el EGC sirve de formato básico para construir una periferia teórica, compuesta por modelos ligados al núcleo, pero construidos ´relajando´ las hipótesis centrales. Así se logra que la teoría neoclásica no sea una teoría dispersa, ni restringida a un solo modelo, sino que se constituya como un enfoque que desarrolla un árbol de modelos de acuerdo con un amplio programa de investigación que tiene como teoría central el modelo Arrow-Debreu.2 Estos modelos periféricos tienen como objeto los siguientes temas:
- Modelos de generaciones traslapadas (el ´modelo monetario´).
- Sistemas de desequilibrio o con racionamiento: equilibrios no walrasianos.
- Sistemas sin mercados completos (equilibrios temporales, con incertidumbre, secuenciales, etcétera).
- Sistemas con asimetría de información (selección adversa o riesgo moral).
- Sistemas con precios rígidos.
- Sistemas con competencia imperfecta.
- Sistemas con costos de transacción.
- Sistemas con bienes públicos.
- Sistemas con efectos externos (externalidades).
- Sistemas con mercados implícitos y contingentes.
Con esta metodología de generación de múltiples modelos derivados, explicar un fenómeno económico - menos abstracto que el inicial o simplemente, más empírico -"consiste en represe,ntarlo como una desviación respecto del EGC" [Benetti 1997, 11]. Asi, la teona central deja ver su utilidad, pues, a pesar de la evidente falta de realismo, se constituve como una matriz para hablar de la realidad econorruca, dado que permite diagnosticar lo ´puro´ y lo ´impuro´, lo eficiente y lo ineficiente, lo ´exitoso´ y lo que ´falla´ en el sistema de precios. La realidad económica se ve, entonces, como una simbiosis entre una serie de imperfecciones y los correctivos ideados por los agentes para paliar sus efectos. De esta manera, la teoría neoclásica no es una reproducción de la realidad, sino un método para representarla.3
3. La teoría neoclásica pretende ser, más que la corriente principal frente a otras eventuales escuelas, la única teoría económica, porque presenta las ideas de las otras escuelas o teorías -ricardiana, keynesiana, institucionalismo, etcétera -, como ideas válidas en casos particulares de su modelo central. Esta capacidad de neutralización de la oposición teórica se obtiene de tres maneras:
- Las críticas iniciales que enarbolaban los pensamientos alternativos se han eliminado paulatinamente, mediante una mejora del modelo central, con respecto a modelos neoclásicos ´subdesarrollados´, que sufrieron críticas potentes. Un primer ejemplo célebre es la integración de la idea de preferencia por la liquidez y de macroeconomía de oferta y demanda de Keynessin ley de Say - en el modelo IS/LM, de modo que se logró una primera ´síntesis neoclásica' que formó las bases de la macroeconomía moderna y que fue encontrando gradualmente su integración con la microeconomía y poniendo en peligro la existencia misma de la macroeconomía (véase Deleplace 1999].4 Otro ejemplo es que la crítica a la explicación de la distribución, a partir de la productividad del capital y del trabajo, y el problema del retorno de técnicas se eliminó gracias a que los neoclásicos walrasianos mostraron que ni los conceptos de capital ni de productividades marginales eran necesarios, como se demuestra en un sistema de equilibrio general Arrow -Debreu. También, la ausencia del dinero en el modelo central se ´corrigió´, planteando un modelo donde el dinero posee una oferta y una demanda en tanto activo.
- El enfoque neoclásico promueve una idea de armonía teórica fundamental entre los pensadores, ya que les ofrece la misma plataforma para adelantar sus propias investigaciones particulares y para proponer las discusiones en los temas específicos. Esto convierte al modelo neoclásico central en una teoría integradora y no destructora de las teorías que antes se presentaban como alternativas. Así vemos, por ejemplo, que Keynes no es finalmente rechazado, sino integrado como un modelo que asume rigideces nominales o reales en los pre cios o en los salarios -tal como lo pensaron Hicks, Patinkin, Modiglia ni y los ahora llamados neokeynesianos. También la herejía de Sraffa se desvaloriza al leerlo como un caso particular del sistema neoclásico de precios [Hahn 1982]. El resultado actual es que la unificación de la forma del pensamiento nunca había aparecido de manera tan con tundente en la historia del pensamiento económico, ni asistimos a una forma similar del dominio del ricardianismo a comienzos del siglo diecinueve, cuya hegemonía Keynes se atrevió a comparar con el poder de la inquisición sobre el espíritu de la vida social española.
- La ciencia económica se asimila al modelo neoclásico, de tal manera que los principios de la teoría neoclásica se enseñan como 'principios de economía' y como la única ciencia económica en la mayoría de universidades del mundo.
-La teoría no se detiene en la esfera de los mercados tradicionales, sino que afloja su rigor para hacer posible' el imperialismo de la economía'. Es decir, se lanza a temas propios de otras ciencias sociales -la sociología, la política, las leyes, la sicología, etcétera - y pretende así poseer las herramientas explicativas de casi todos los fenómenos sociales. Lazear afirma: "The economic toolbox can be used to address a large variety of problems drawn from a wide range of topíes" [2000,99], con el resultado de que "econornics succeeds where other social sciences fail" [103].
¿Cuáles son las potentes herramientas básicas de la caja del economista? Lazear es claro: "First, economists assume that individuals engage in 'rational behavior'. Second, economics adheres strictly to the importance of "equilibrium" as part of the theory. Third, economists, place a heavy emphasis on a clearly concept of efficiency" [Lazear 2000,100].
Con estas herramientas - que no son sino los resultados visibles del modelo Arrow - Debreu -, algunos economistas emprenden una cruzada, con el propósito de explicar los comportamientos de discriminación de razas, las actitudes políticas, las familias, las firmas, la formación de la población, las decisiones de despido, el crimen, etcétera y se forma la idea de que, siendo fuerte en sus fundamentos y herramientas explicativas, el progreso de la investigación económica solo tiene sentido si avanza hacia los campos nuevos, aquellos no explorados antes.5
El enfoque neoclásico propone una metodología para plantear una teoría de la política económica y de la regulación de los mercados. Ellas cobran sentido porque en un mundo 'imperfecto', y por ende, 'ineficiente' se deben crear los mecanismos que nos aproximen a la eficiencia económica demostrada en la teoría del mundo 'perfecto'. En esa medida, se introducen en la teoría las políticas para mejorar la competencia o para crear mecanismos como convenciones, regulaciones o instituciones humanas - moneda, sistemas de información, instituciones bancarias, firmas, contratos, sistema de jubilación, regulaciones estatales, incentivos, etcétera -, como realizaciones voluntarias de los agentes o del estado, que tienen como fin paliar las deficiencias mercantiles que disminuyen su bienestar.
El eterno debate público - o por lo menos el que aparece desde el siglo dieciocho - entre economistas neoliberales e intervencionistas, sobre cuáles políticas deben adoptarse, siempre se centra en cuánta intervención estatal o institucional es legítima - racionalmente hablando -, en la sociedad de la iniciativa privada. Es fácil constatar que todos los puntos de vista doctrinarios utilizan hoy los mismos instrumentos básicos para la defensa de su causa, aquellos que provee la teoría neoclásica. De esa manera, más hoy que ayer, la lucha doctrinaria se hace sobre la misma plataforma científica.6
Las escuelas 'heterodoxas' o 'herejes' no han podido generar, ni por lo mismo, imponer un modelo central alternativo, ya sea porque no aceptan tratar el problema central de la viabilidad del mercado - principalmente nos referimos a los keynesianos fundamentalistas -, o porque sus ideas no han madurado lo suficiente, como para presentarse y ser reconocidos como una verdadera alternativa. Aquí deben mencionarse, por lo que conocemos, el neorricardianismo de Sraffa y el enfoque monetario de Benetti y Cartelier, intentos que se han lanzado, contra la corriente, a la tarea de proponer una teoría de precios y del mercado diferente a la de los neoclásicos. La imposibilidad de encontrar una alternativa ha conducido a los heterodoxos a una margínalidad creciente y a muchos de ellos, conocidos antes por su espíritu antineoclásico, tienden a inclinarse y acogerse en la corriente principal.7
¿ES REAL LA FUERZA CIENTÍFICA DE LA TEORÍA NEOCLÁSICA?
Hemos visto que la teoría neoclásica ha avanzado victoriosamente porque posee un modelo central que le sirve de norma para construir el pensamiento; una metodología, para realizar modelos periféricos aquí reside la vitalidad de la investigación académica- unos criterios para fundamentar la política económica, y finalmente, porque los críticos no han ofrecido una alternativa creíble.8
Este indiscutible triunfo teórico invita a una reflexión sobre la real fuerza científica de la teoría neoclásica. Haremos aquí solo unos comentarios presentes en la literatura crítica y que pueden servir en reflexiones posteriores.
1. El modelo Arrow - Debreu no puede presentarse como aq1:lel que da cuenta de las condiciones mínimas para representar el sistema de mercados interdependientes y óptimos. No obstante, como lo han mostrado muchos comentaristas, los mercados estan centralizados en las figuras del subastador y de la caja de compensación de cuentas (véanse los argumentos y bibliografía en Catana [2000)). En estos terminos el análisis neoclásico fracasa en dar cuenta de 'la mano invisible' de Adam Smith y de las verdaderas cualidades de un equilibrio del sistema de mercados descentralizados.
Una teoría cuyas armas teóricas principales son solo individuos racionales y equilibrio no nos parece que pueda pretender ser el paradigma explicativo de los fenómenos sociales. Por una parte, el equilibno mismo no necesita la racionalidad - solo requiere la continuidad de las funciones agregadas de demandas neta, y no se ha podido ?emostrar que esa función necesite de la racionalidad de tipo neoclásico. Por la otra, el equilibrio es una situación cuya definición no incorpora las ,relaciones de intercambio libre. Es decir, en realidad la teona neoclásica no incorpora en sus modelos un sistema de relaciones entre indi.viduos de tipo descentralizado - los mercados - defecto que se trasmite a los modelos derivados de ella, que pretenden dar cuenta, precisamente, de las 'fallas del mercado'.
3. El 'imperialismo de la economía' en las ciencias sociales es una empresa aventurera, por dos razones básicas. En primer lugar, si no es satisfactorio la explicación del intercambio económico de bienes, no puede ser muy esperanzadora su ambición de explicar de manera económica otros tipos de intercambio entre los individuos. En segundo lugar, este imperialismo parece de hecho reducir la economía a una teoría del comportamiento racional y así se impide entender la especificidad de los vínculos entre los individuos y los resultados de la interacción social. Esa teoría, a lo sumo, puede dar cuenta de comportamientos virtuales frente a costos económicos que rodean otras realidades sociales, pero carece de la explicación del proceso de relación de intercambio entre individuos racionales. Por este motivo, pretender que la racionalidad brinda la transparencia de lo que sucede en la sociedad es equivalente a reducir a la sociedad a un solo individuo ya que elimina los mecanismos y los efectos de la interacción entre individuos distintos.9
Podría pensarse que esta visión crítica es una posición de algunos marginales; pero, en realidad llega hasta el propio premio Nobel E Hahn. Precisamente, en la reseña del libro Is Economics Becoming a Hard Science? concluye:
[En este libro] muchos autores tienen algo que decir sobre la Teoría del Equili brio General y sobre la matematizadón de la disciplina, Esta última debe ser una condición necesaria para el 'endurecimiento' [de la economía], pero clara mente no es suficiente. Como algunas contribuciones lo señalan, la posibilidad de los experimentos libera a los físicos de la necesidad de rigor y de herramientas matemáticas altamente sofisticadas [ … ] Respecto a la Teoría del Equilibrio General, se anotan todos sus defectos. Clower y Howittse preocupan por la ausenda de transacciones y, por ende, de un medio de cambio. Una objeción válida, aunque ya vieja. Otros anotan el problema de la ausencia de los mercados. Otros lamentan otra vez que difícilmente ella puede abordar asuntos microeconómicos excitantes como, por ejemplo, la organizadón industrial y la economía de la información. Otros lamentan que haya demasiada concentración en el equilibrio, pero no notan el vacío que aparece por la ausencia de una descripción de los estados de desequilibrio [… ] Sin embargo, algunos, como Guesneríe, aprecian la teoría como fructífera (de la misma manera que yo lo hago), pero no explican lo que eso significa (como tampoco yo lo puedo hacer). En cualquier roso, tenemos [rente a nosotros un paradigma central, que solo a los economistas de Chicago les parece directamente aplicable al mundo. ¿Qué tan 'dura' es su ciencia?" [Hahn 1998, 100, cursiva nuestra].
En acuerdo con Hahn, nos preguntamos con sorpresa: écómo puede ser tan aceptado un enfoque cuyas bases científicas son tan frágiles? Lo único que podemos insinuar es la gran aversión al riesgo de los economistas: es mejor tener una teoría mala, que proyectos dudosos de investigación.
NOTAS AL PIE
1 "El primer teorema del bienestar expresa la eficiencia del sistema ideal de mercados" [Geanakoplos 1987, 16].
2 "Las características determinantes del enfoque neoclásico, el único interesante en economía, son la racionalidad de los individuos, de donde se deducen la optimización y el equilibrio que caracteriza su interacción. La racionalidad y el equilibrio no pueden ser refutables, aun en situaciones empíricas ideales. Por lo tanto, [esta teoría debe considerarse] como las reglas de sintaxis de la lengua en la que se expresan las leyes económicas." [Polemarchaquis, 1995,55].
3 Este hecho es ahora plenamente reconocido. Stiglitz, por ejemplo, afirma: Underlying the Arrow-Debreu model were other economic assumptions (besides those concerning infonnation): there was a complete set of (state contmgent) markets, and there were no problems of enforcement. Much of thetheoretical literature of the last 50 years can be considered as exploring the consequences of loosening these tree set of assumptions [2000, 1385].
Por su parte, Blanchard dice: "following a tradition, I shall refer to "imperfections" as deviations from the standard perfect cornpetition model. Admittedly, there is more than just a semantic convention here. Why give such status to such utterlv unrealistic model? The answer is because most current research is organised in tenns of what happens when one relaxes one or more assumptions in that model. This may change one day. But for the time beíng, this approach provides a common research strategy, and make for easier communication among macroeconomics researchers" [2000,1384). SegúnBenetti [1997], Kenneth Arrow se convierte así en el economista más importante de la segunda mitad del siglo veinte, tanto por contribuir a completar la teoría básica, como por haber trazado la metodología fructífera a los colegas teóricos.
4 Véase López [2001], para una reflexión al respecto.
5 Los economistas de Chicago han impulsado con gran éxito esta manera de pensar. El artículo de Lazear [2000] hace el balance, con himno de victoria, de los principales resultados.
6 Por tal razón, la teoría neoclásica no se confunde ni por sí defiende las políticas neoliberales. Por ejemplo, nótese que la actual rivalidad que sostiene G. Stiglitz con los neoliberales no implica que rebasen el paradigma neoclásico. Stiglitz, por medio de sus manuales es uno de los difusores de la teoría básica y un creador de modelos derivados en el tema de la economía de la información. También, en Colombia, las duras críticas que Eduardo Sarmiento dirige a los neo-liberales colombianos nunca tocan los fundamentos de la ciencia sino que solo ponen en relieve la presunta 'imperfección' de la realidad colombiana para solicitar que ella no se trate como si fuese 'perfecta'.
7 En un reciente artículo, Bowles y Gintis [2000], marxistas de vieja data en el paisaje intelectual americano, reconociendo la validez de pensar en términos de equilibrio general y concluyendo en el fracaso del walrasianismo, solo pueden mostrar como alternativa la siguiente: "[Prestar] estrecha atención a los detalles empíricos [ …] con la esperanza de que al conocer mucho sobre cómo algunas partes de la economía realmente funcionan o sobre algunos aspectos de la conducta, se puede dar tanto un estímulo para la buena teoría y una disciplina válida como para la construcción teórica " [20001433,34]. Spencer examina como estos au tores han evolucionado hasta aceptar que la teoría neoclásica sea su aliada y no su enemiga, ya que "reivindican que las ideas claves del análisis marxista [… ] pueden ser reforzados por medio de conceptos sacados de la economía neo-clásica. Argumentan ellos, que la teoría neoclásica puede ser volteado contra ella misma y desplegada para ayudar al desarrollo [ … ] del pensamiento economico marxista de manera más general" [2000,545].
8 Estas fortalezas nos parecen explicar mejor el éxito de los neoclásicos que aquellos que acuden a poner en primer lugar el complot ideológico o institucional en la sociedad moderna, que evidentemente, también existe. Pensamos que esta última explicación impide tener un diagnóstico profundo de las razones teóricas del triunfo neoclásico y no promueve un desarrollo de las teorías si no una agudización de la lucha ideológica.
9 Planteado de esta forma, se puede esperar que el destino del imperialismo de la ciencia económica sea sufrir permanentes subversiones, en los territorios invadidos y que su capacidad de defensa no sea muy fuerte.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
[1] Benetti, Carlo. 1997. "La méthode normative de la théorie économique positive", Brochier, Frydman, Gazier, Lallement editores, L´economie normative, Económica, París [reproducido en Cuadernos de Economía 26]. [ Links ]
[2] Blanchard, Olivier. 2000. "What do We Know About Macroeconomics that Fisher and Wicksell did not?, Quaterly Journal of Economics, noviembre. [ Links ]
[3] Bowles, Samuel y Gintis, Herbert. 2000. "Walrasian Economics in Retrospect", Quaterly Journal of Economics, noviembre. [ Links ]
[4] Cahuc, Pierre. 1994. La nouvellle microeconomie, La Decouverte, París. (Edición en español, Alfomega y Universidad Nacional de Colombia, 2001). [ Links ]
[5] Cataño, José Félix. 2000. "Instituciones y teoría neoclásica de los precios", Cuadernos de Economía, 32, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. [ Links ]
[6] Deleplace, Ghislain. 1999. Histoire de la pensée économique, Dunod, París. [ Links ]
[7] Geanakoplos. 1987. "Arrow-Debreu Model of General Equilibrium", Diccionario Palgrave, I, MacMillan Press, Londres. [ Links ]
[8] Hahn, Frank. 1983. "The Neo-ricardians", Cambridge Journal of Economics, 6, 353-374. [ Links ]
[9] Hahn, Frank. 1998. "¿Is Economics Becoming a Hard Science?", reseña de D´ Auturne y Cartelier editores, European Journal of the History of Economic Thought, primavera. [ Links ]
[10] Lazear, P. Edward. 2000. "Economic lmperialism", Quarterly Journal of Economics, febrero. [ Links ]
[11] López, Enrique. 2001. "Algunas ideas sobre la teoría macroeconómica actual", Cuadernos de Economía, 34, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá. [ Links ]
[12] Polemarchaquis, Heraclis. 1995. "La racionalité individuelle et equilibre économíque", Cartelier y D´ Autume, L´ économie devient-elle une science dure?, Económica. París. [ Links ]
[13] Spencer, David A. 2000, "The Demise of Radical Political Economics? An Essay on the Evolution of a Theory of Capítalíst Production .Cambridge Journal of Economics, 24, 543-564. [ Links ]
[14] Stiglitz, George. 2000. "The Contribtios of the Economics of Information to the Twentieth Century Economics", The Quaterly Journal of Economics, noviembre. [ Links ]