INTRODUCCIÓN
Los trabajos de Modigliani y Miller (1958) y Rajan y Zingales (1995) motivaron el estudio de la estructura de capital en la empresa. Modelos teóricos estáticos de equilibrio como el Trade Off (Myers y Majluf 1984) y Costos de Agencia (Jensen y Meckling, 1976), y modelos estáticos de no equilibrio como el Pecking Order (Myers y Majluf 1984) y señalización (Ross, 1977; Leland y Pyle, 1977) han sido desarrollados para explicar los determinantes de la estructura de capital empresarial. Dentro de las variables que determinan esta estructura se incluyen la rentabilidad y los impuestos (DeAngelo y Masulis, 1980; Myers y Majluf, 1984), las ventas (Frank y Goyal, 2003; Rajan y Zingales, 1995), los activos tangibles (Myers y Majluf, 1984; Jensen y Meckling ,1976), los efectos sectoriales (Rajan y Zingales, 1995), la concentración de propiedad (Jensen y Meckling, 1976; Leland y Pyle, 1977; Diamond, 1989; Céspedes, González, y Molina, 2010) y las oportunidades de crecimiento (Myers, 1977; Titman y Wessels, 1988; Céspedes et al., 2010).
La teoría de finanzas corporativas se ha centrado en la empresa como organismo dedicado a la consecución de fines económicos; sin embargo, ha dejado de lado el estudio de las organizaciones de economía solidaria, en particular el de las cooperativas1. Aunque unas y otras empresas presentan similitudes en sus objetivos de producción, las cooperativas se diferencian principalmente por la estructura de propiedad, el mecanismo en la toma de decisiones y el principio de afiliación voluntaria y abierta. Estas diferencias no permiten que los resultados de los estudios sobre estructura de capital y rentabilidad empresarial puedan ser generalizados al sector cooperativo.
Las cooperativas están regidas por el principio de afiliación voluntaria y abierta; esto significa que cualquier persona puede asociarse a ella ya que la emisión de nuevas membresías es ilimitada y no está sujeta a la aprobación por parte del gobierno cooperativo (Bardswick, 2016). El asociado, además, puede retirarse de la organización y reclamar el reembolso de sus aportes sociales a valor nominal (Bardswick, 2016). En una empresa tradicional, en cambio, la inclusión de nuevos accionistas es restringida y subordinada a la aprobación de la junta directiva, y el retiro de un accionista se ejecuta por la venta de su participación en la empresa; en este caso, la organización no está obligada a devolverle al accionista su inversión inicial.
La estructura de propiedad y el mecanismo para la toma de decisiones son otra diferencia entre las cooperativas y las demás empresas. En una cooperativa, los asociados son los dueños de la organización y el control se ejerce democráticamente bajo la regla de "un miembro, un voto", sin importar el capital invertido en la organización (Bardswick, 2016; Chieh y Weber, 2016); mientras que en una empresa tradicional, la estructura de propiedad y derecho a voto es proporcional al monto invertido por cada accionista. En la empresa no cooperativa, los socios mayoritarios toman las decisiones; en cambio, en una cooperativa no existen socios mayoritarios y las decisiones sobre aprobación de deuda interna o externa y la aprobación de nuevos aportes de capital se toman colectivamente mediante un proceso participativo y democrático.
Sin embargo, este mecanismo de decisión democrática se torna complejo por tratarse de organizaciones con filiación voluntaria y abierta en tanto permiten que cualquier persona ingrese o se retire con facilidad, y porque, además, son organizaciones conformadas por personas que divergen en su forma de pensar, con características socioeconómicas heterogéneas, múltiples objetivos individuales y con distintas percepciones sobre los conceptos de deuda, inversión, riesgo y retorno.
En consecuencia, la conformación de grupos heterogéneos dificulta los acuerdos eficientes y el logro de objetivos colectivos (Cechin, Bijman, Pascucci, Zylbersztajn, y Omta, 2013; Poteete, Janssen, y Ostrom, 2010); incrementa la probabilidad de malas decisiones por barreras y problemas de comunicación (Baland y Platteau, 2000; Ostrom, 1999); disminuye la cooperación, confianza y ayuda entre los miembros (Choi, 2009), así como la participación en actividades grupa-les (Alesina y La Ferrara, 2000). Además, las diferencias entre ingreso y riqueza aumentan la distancia social y reducen la cooperación entre individuos (Cardenas, 2003; Bernd y Björn, 2012); la divergencia de religiones y razas incrementa la probabilidad de conflicto y reduce la habilidad para resolverlos (Bernd y Björn, 2012), y la diversidad de género afecta la toma de decisiones por la diferencia en la percepción de riesgo y valoración de beneficios entre hombres y mujeres (Martin y Good, 2015).
Los asociados de las organizaciones de propiedad colectiva perciben que la heterogeneidad de sus características socioeconómicas2 y la multiplicidad de objetivos dificultan la consecución del control y la toma de decisiones bajo el esquema democrático, y por tanto, incrementan la probabilidad de retiro no solo de los asociados, sino también de sus aportes sociales. De ocurrir este hecho, disminuirían los recursos financieros necesarios para alcanzar los objetivos organizacionales, y los asociados, al percibir que sus aportes sociales podrían estar en riesgo, optarían por incurrir en deuda y no por realizar aportes de capital voluntarios, ya que la deuda se percibe como un mecanismo de protección de capital individual. Este tipo de dinámicas y comportamientos evidencian que la homogeneidad o heterogeneidad de los asociados determinan la estructura de capital y la eficiencia de la organización (Gentzoglanis, 2007).
La relación entre estructura de capital y asociados ha sido escasamente estudiada; en Colombia, en particular, no existen estudios que la demuestren. A nivel internacional, se destacan los trabajos de Rebelo, Caldas y Matulich (2008); quienes encuentran que el comportamiento individualista de los miembros desincentiva el aporte de capital de los asociados a la cooperativa; el de Othman, Kari, Jani y Hamdan (2012), en donde muestran que los asociados que asisten a las reuniones incrementan la probabilidad de aportar capital a la organización al sentirse comprometidos y responsables de la misma, y el de Russell (2014), quien concluye que la distribución de excedentes se asocia con las características de riesgo de los asociados.
A partir de los argumentos y la revisión de literatura previamente expuesta, esta investigación plantea la siguiente hipótesis:
H1: Existe una relación positiva entre la heterogeneidad de los asociados y la razón deuda-activos de la cooperativa no financiera.
Ahora bien, la dificultad para lograr consensos cuando se tienen objetivos tan diversos y la imposibilidad de alcanzar resultados de forma individual conllevan a la conformación y estructuración de agrupaciones que procuran la materialización de los objetivos tanto individuales como colectivos (Becker, 1973; Hardin, 1982; Diederich, Goeschl y Waichman, 2016). En este sentido, el trabajo en equipo, unido al deseo de cooperar y alcanzar metas, exacerba la rentabilidad, la productividad y la eficiencia (Gompers, Mukharlyamov y Xuan, 2016). Los grupos heterogéneos, además, gozan de una variedad de habilidades, perspectivas, recursos y diferentes formas de aproximarse a los problemas (Chatman y Flynn, 2001; Beard, 2007; Olson, 1965; Quintelier, Stolle y Harell, 2012) que pueden conducir a que la organización incremente sus niveles de rentabilidad.
A partir de ello, es posible plantear, también, la siguiente hipótesis:
H2: Existe una relación positiva entre la heterogeneidad de los asociados y la rentabilidad de los activos (ROA) de la cooperativa no financiera.
Estudiar el sector cooperativo en Colombia es de suma importancia dado el aporte que se realiza a la dinámica económica y social del país. Para el año 2014, el sector cooperativo estaba constituido por 4 088 cooperativas y 5,8 millones de asociados distribuidos en 32 departamentos y 522 municipios. Sus beneficios impactan a cerca de 17,4 millones de personas (36,6% de la población colombiana). Respecto al empleo, se estima que el sector representa el 1% de la población económicamente activa (PEA) y 1,1% de la población ocupada. En cuanto a la información financiera, se estima un total de $6,5 billones en aportes sociales, $29,7 billones en activos, $18,1 billones en pasivos, $11,5 billones en patrimonio, $24,2 billones en ingresos y $342 793 millones de pesos en excedentes (Confecoop, 2014). Finalmente, el sector cooperativo aportó el 4,9% del PIB para el año 20143.
Esta investigación, por tanto, aporta nuevo conocimiento al estudio de la estructura de capital y rentabilidad en aquellas organizaciones con estructura de propiedad colectiva y gobierno democrático, regidas por la afiliación voluntaria y abierta y el control democrático de sus miembros. En este sentido, el documento, primero, describe la información utilizada para el desarrollo de este trabajo; segundo, muestra la construcción de las variables utilizadas en la estimación de los modelos; tercero, presenta las estadísticas descriptivas; cuarto, explica los modelos de estructura de capital y rentabilidad; quinto, muestra los resultados de los modelos estimados; sexto, presenta la discusión y finalmente se encuentran las conclusiones.
DESCRIPCIÓN DE LA INFORMACIÓN
La información utilizada se ha recogido de los reportes realizados por cerca de 800 cooperativas a la Confederación de Cooperativas de Colombia (Confecoop) durante los años 2009-2013. De estas cooperativas, el 74% ejercen actividades de tipo financiero y el 26%, otras actividades. Las cooperativas cuya actividad principal es la prestación de servicios financieros no se toman en cuenta en este estudio debido a que su estructura de capital es diferente a las cooperativas con actividad económica no financiera.
Los datos disponibles incluyen aspectos de la organización como Número de Identificación Tributaria (NIT), ubicación geográfica, estados financieros desagregados a 6 dígitos contables; además, características socioeconómicas de los asociados (si es mujer cabeza de familia, estrato, género, nivel de escolaridad, nivel de ingresos, estado civil y ocupación) y proxis de compromiso de los asociados con la organización (si es empleado de la cooperativa, y si asistió a la última asamblea).
La información de los estados financieros se obtuvo a precios de cada año (nominal). Para evitar el efecto de la inflación sobre las cuentas contables, se deflactaron todos los estados financieros a precios del 2013. Para ello, se utilizó la inflación promedio anual reportada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE).
En cuanto a las características de los asociados, se eliminaron todos aquellos registros que no pudieron ser identificados como documentos de identidad válidos4. Solo se mantuvieron aquellos individuos identificados con la cédula de ciudadanía, cédula de extranjería, tarjeta de identidad, NIT, pasaporte y registro civil. Finalmente, la base de datos quedó conformada por 199 cooperativas para los años 2009 - 2013.
Estructura de capital
El pasivo corriente sobre el activo total (PC) captura el grado de endeudamiento de corto plazo de la cooperativa. Aunque la medida estándar para analizar la estructura de capital es el pasivo sobre el activo (Lerman y Parliament, 1993; Rebelo et al., 2008; Bond, 2009; Pozuelo, Carmona y Martínez, 2012; Kalogeras, Pennings, Kuikman y Doumpos, 2011), los datos que soportan esta investigación evidencian que el 91% de la deuda de las organizaciones cooperativas es de corto plazo. La deuda de largo plazo se construye a partir de la razón pasivo no corriente sobre el activo total (PNC).
Rentabilidad
La rentabilidad de las organizaciones cooperativas ha sido medida por el retorno sobre los activos (Lerman y Parliament, 1993; Ebneth y Theuvsen, 2005; Rebelo et al., 2008; Bond, 2009; Kalogeras et al., 2011; Pozuelo et al., 2012; Franken y Cook, 2013; Campos-Climen y Sanchis-Palacio, 2015) y por el margen de utilidad (Ebneth y Theuvsen, 2005; Pozuelo et al., 2012). Esta investigación utilizará, al igual que la literatura empírica, el ROA y el Margen de Utilidad (Un.Ventas) como medidas de rentabilidad.
Heterogeneidad de los asociados
La variable de heterogeneidad de los asociados para cada cooperativa se construye en dos pasos: en el primero, se calculan indicadores de heterogeneidad univariada para cada una de las características socioeconómicas de los asociados (estrato, género, nivel de escolaridad, nivel de ingresos, mujer cabeza de familia, estado civil y ocupación), y las medidas de compromiso del asociado con la cooperativa (si es empleado de la cooperativa y si asistió a la última asamblea). Para ello, se utilizan la razón de variación, el índice de variación cualitativa, la entropía, el coeficiente de variación nominal y la varianza para datos categóricos (Wilcox, 1967; Molina y Rodrigo, 2009; Kvâlseth, 1995).
El segundo paso es construir una medida única de heterogeneidad de la cooperativa a partir del cálculo de la varianza media. La varianza media cuantifica la heterogeneidad de un conjunto de variables a partir del promedio de la heterogeneidad univariada de las característica socioeconómicas y de compromiso de los asociados (Peña, 2002). Este documento construye tres medidas de heterogeneidad por cooperativa a partir de la varianza media. La primera tiene en cuenta las características socioeconómicas y de compromiso de los asociados (HT); la segunda tiene en cuenta solo las características socioeconómicas (HSE)5, y la tercera toma aquellas características socioeconómicas con mayor grado de dispersión univariada (MHSE)6. Como medida de robustez, se construye una cuarta medida de heterogeneidad a partir del análisis factorial teniendo en cuenta las características socioeconómicas y de compromiso de los asociados (HTF).
Tamaño de la cooperativa
Para medir el tamaño de la organización cooperativa, se toma el logaritmo natural de los activos. Otra medida del tamaño es el logaritmo natural de las ventas (lven-tas) (Rajan y Zingales, 1995; Frank y Goyal., 2003; Céspedes et al., 2010).
Tipo de cooperativa
Como consecuencia de las diferentes características jurídicas, sociales y económicas del sector cooperativo, estas organizaciones se clasifican en especializadas, multiactivas, integrales y de trabajo asociado. Las primeras desarrollan una sola rama de actividad económica. Las multiactivas se organizan para ofrecer a sus asociados varios bienes y servicios. Las integrales realizan dos o más actividades conexas y complementarias entre sí, tanto producción, distribución, consumo y prestación de servicios (Ley 79 de 1988). Finalmente, en las cooperativas de trabajo asociado las personas naturales simultáneamente son gestoras y aportantes directos de su capacidad de trabajo para el desarrollo de actividades de la cooperativa (Decreto 4588 de 2006).
Con el objetivo de capturar las diferencias entre el tipo de cooperativa, se construye un conjunto de variables binarias que toman el valor de 1 si la cooperativa es especializada y 0 en otro caso. Este mismo procedimiento se realiza para los otros tipos de cooperativas (multiactiva, integrales, trabajo asociado).
Ubicación geográfica
Para capturar la heterogeneidad regional que afecta diferencialmente las organizaciones cooperativas, se construye un conjunto de variables binarias que toman el valor de 1 si la cooperativa está ubicada en un departamento específico y 0 en otro caso. Se generaron 26 variables binarias según la presencia de cooperativas en 26 departamentos.
Número de asociados
El número de asociados determina la consecución de recursos internos de la cooperativa. Si el número de asociados se incrementa, la organización gozará de un mayor capital propio proveniente de los aportes obligatorios. Esto hará que la cooperativa tome menos deuda debido a que los fondos que requiere la cooperativa para su funcionamiento provendrán de los asociados y no de toma de deuda. El estudio de Franken y Cook (2013) incluye el número de asociados como variable importante para explicar el desempeño financiero de la organización. Este trabajo utiliza el logaritmo del número total de asociados (Lnaso).
Tangibilidad de los activos
El efecto de la tangibilidad de los activos sobre la estructura de capital ha sido estudiado por Jensen y Meckling (1976); Rebelo et al. (2008) y Céspedes et al. (2010). En general, se espera una relación positiva entre el apalancamiento y la tangibilidad de los activos (Céspedes et al., 2010); esta última es capturada por la razón activos no corrientes sobre el total de activos (tangibilidad).
Oportunidades de crecimiento
La relación entre estructura de capital y las oportunidades de crecimiento ha sido documentada por Titman y Wessels (1988), Céspedes et al. (2010) y Rincón (2014). Céspedes et al. (2010) encuentran una relación positiva y significativa para Latinoamérica, mientras Rincón (2014) lo hace para las firmas del sector manufacturero en Colombia; sin embargo, no encuentra una relación significativa. Esta investigación, al igual que el trabajo de Rincón (2014), construye la variable de oportunidades de crecimiento como la variación porcentual de los activos (C.activos).
Estructura de capital, ROA y variables de control
La deuda del sector cooperativo colombiano se caracteriza por ser de corto plazo y concentrarse principalmente en cuentas por pagar y en fondos obligatorios cooperativos (educativo, solidaridad, reserva técnica, recreación, bienestar y mutual)7. La información recolectada evidencia que el 91% del pasivo del sector cooperativo colombiano se clasifica como corriente. De este pasivo corriente, la deuda bancaria representa el 14% y las obligaciones no bancarias el 86%. Del pasivo corriente no bancario, el 47% está constituido por fondos sociales y mutuales; 40% por cuentas por pagar, 12% por otros pasivos y el 1% restante corresponden al pago de impuestos.
La estructura de capital por sector económico, tipo de cooperativa y año se muestra en la Tabla 1. Por sector económico, la estructura de capital es similar en el sector industrial y servicios (40%) y superior al sector agropecuario (35%). Estos resultados se explican por la dinámica de cada sector. En el sector industrial y servicios es común encontrar crédito comercial (pagos a un plazo no mayor a 90 días) tanto en producto final como en insumos; mientras que, en el sector agrícola, no es común encontrar el crédito comercial en bienes finales, pero sí en insumos.
Por tipo de cooperativa, aquellas que son integrales y de trabajo asociado tienen una estructura de capital similar (50%) y superior a la especializada y multiactiva (35%). Respecto a la evolución en el tiempo, la estructura de capital no presenta cambios importantes y se ubica alrededor de 40%; no obstante, se evidencia una leve disminución a partir de 2012.
La deuda de largo plazo no es común en las organizaciones cooperativas y se concentra en préstamos bancarios. Solo el 27% tiene este tipo de deuda concentrada en el sector servicios (84%), seguido por industria (17%) y agropecuario (11%). En promedio, las cooperativas del sector agropecuario tienen un 6% de deuda de largo plazo con respecto a sus activos, seguido del 3% en servicios y el 1% en industria. En el tiempo observado, no se evidencian cambios importantes en el nivel de deuda de largo plazo, el cual se ubica en 3% del total de los activos.
En cuanto a la rentabilidad de las organizaciones cooperativas, la Tabla 1 muestra que aquellas cooperativas dedicadas al sector agropecuario tienen menor rentabilidad que aquellas dedicadas al sector industrial y de servicios. La rentabilidad por tipo de cooperativa no difiere significativamente. Sin embargo, es importante resaltar que aquellas organizaciones cooperativas con una mayor estructura de capital exhiben rentabilidades superiores a organizaciones con menor estructura de capital. Tal es el caso de las integrales y de trabajo asociado: organizaciones que rentan más con una mayor estructura de capital. Este fenómeno se explica por la necesidad de pagar sus deudas de corto plazo y/o reducir la probabilidad del no pago de sus obligaciones. Respecto a la evolución en el tiempo, la rentabilidad no presenta cambios importantes y se ubica alrededor del 1%; se evidencia una leve disminución a partir de 2012 (ver Tabla 1).
La Tabla 2 presenta el promedio y la desviación estándar de los determinantes de la estructura de capital y la rentabilidad del sector cooperativo en Colombia. Se observa que el número de asociados ha disminuido en el tiempo y se ha estabilizado entre 2012 y 2013, lo cual expone la dificultad que tiene el sector para lograr nuevos aportes sociales. Por su parte, el nivel de tangibilidad ha pasado de 18% en 2009 a 31% en 2013 evidenciando un crecimiento de las cooperativas con respecto a sus activos tangibles. Las ventas han permanecido constantes en el tiempo, al igual que el tamaño.
La información estadística también permite identificar que el 37% de las organizaciones cooperativas son pequeñas, 46% medianas y 17% grandes. De la muestra de cooperativas, 52% son multiactivas, 22% especializada, 21% de trabajo asociado, 3% integrales y el 2% restante son administraciones públicas cooperativas u organismos de representación8. Por sector económico, se evidencia que el 85% de las cooperativas pertenece al sector servicios, 8% son industriales y 7%, agropecuarias. Por último, las organizaciones cooperativas se ubican principalmente en Bogotá (24%), Antioquia (13%), Valle (12%), Santander (9%), Atlántico (5%), Caldas (5%) y Tolima (5%)9.
Heterogeneidad de los asociados
La información estadística evidencia que los asociados de las cooperativas en Colombia que no desarrollan actividades financieras ni crediticias divergen en sus características socioeconómicas y de compromiso con la organización. Por ejemplo, el 55% de los asociados devengan máximo 2 salarios mínimos legales mensuales vigentes (SMMLV), el 19% devengan entre 2 y 4 SMMLV y el 18% no tiene una fuente de ingreso laboral. El 55% de los integrantes de las cooperativas viven en estrato 3, mientras que el 28% es clasificado en 2, lo que indica que el 83% de los asociados son de ingresos medio-bajo. Se estima que el 34% de las personas tienen título de bachiller, 20% universitario, 19% ningún estudio y 14% técnico. En relación con el estado civil, se observa que el 49% son solteros, 34% casados y 13% en unión libre. El porcentaje de hombres y mujeres que constituyen las cooperativas es similar (51% hombres y 49% mujeres). Por último, el 6% de los asociados son mujeres cabeza de familia.
Con respecto a las variables de compromiso, se identifica que el 99% de los asociados no trabajan en la cooperativa y ejercen sus actividades laborales fuera de la organización. Finalmente, solo el 8% de los asociados asisten a la asamblea general.
Los resultados de la heterogeneidad de los asociados calculados a partir de la varianza media (HT, HSE, MHSE) y el modelo factorial (HFT, HFSE, MFHSE) se presentan en la Tabla 3. Lo primero que se observa es la similitud de los cálculos sin importar la forma como se calcule la heterogeneidad (varianza media o factorial). Los resultados solo difieren en promedio en 0,03 en cada año, lo cual exhibe la robustez en los cálculos. También se evidencia que, en promedio, la heterogeneidad de los asociados es del 34% al utilizar la varianza media y de 39% al utilizar la medida factorial10. Adicionalmente, la heterogeneidad es ligeramente inferior al utilizar todas las variables de los asociados (socioeconómicas y de compromiso). Esto se explica por la poca dispersión en las variables de compromiso.
MODELOS DE ESTRUCTURA DE CAPITAL Y ROA Estructura de capital
La especificación del modelo para estimar el grado de asociación entre la heterogeneidad de los asociados y la estructura de capital se presenta en la ecuación 1:
Y it : Razón deuda sobre activos (pasivo corriente/activo; pasivo no corriente/activo)
Z 1t : Medida de heterogeneidad de los asociados. Se usarán los resultados obtenidos por la varianza media (HT; HSE; MHSE) y el modelo factorial (HTF)
X it : Vector de variables explicativas (control) que afectan la estructura de capital: tamaño y tipo de cooperativa, ubicación geográfica, número de asociados, tangibilidad de los activos, oportunidades de crecimiento, tasa de interés de los créditos.
Retorno sobre activos (ROA)
La especificación del modelo para estimar el grado de asociación entre la heterogeneidad de los asociados y la rentabilidad se presenta en la ecuación 2:
Y ¡t : Retorno sobre activos (ROA).
Z lt : Medida de heterogeneidad de los asociados. Se usarán los resultados obtenidos por la varianza media (HT; HSE; MHSE) y el modelo factorial (HTF)
X it : Vector de variables explicativas (control) que afectan la estructura de capital, se incluyen el tamaño y tipo de cooperativa, ubicación geográfica, número de asociados, tangibilidad de los activos, oportunidades de crecimiento, tasa de interés de los créditos.
RESULTADOS
Las tablas que contienen las estimaciones de los modelos de estructura de capital y rentabilidad están organizadas en 4 paneles que muestran los resultados con diferentes medidas de heterogeneidad de los asociados. El panel A incluye la heterogeneidad total (HT); el panel B, la heterogeneidad socioeconómica (HSE); el panel C, la máxima heterogeneidad socioeconómica (MHSE), y el panel D, la variable de heterogeneidad obtenida por el método factorial.
Estructura de capital: corto plazo
La Tabla 4 presenta los resultados del modelo de estructura de capital de corto plazo (pasivo corriente/activo). El panel A, B y D de la Tabla 4 confirman una relación positiva y significativa entre la estructura de capital de corto plazo y la heterogeneidad de los asociados de la cooperativa, mientras el panel C evidencia la misma relación positiva, pero no significativa. La magnitud de la relación encontrada entre la estructura de capital de corto plazo, HT y HFT se estima alrededor de 0,2 y de 0,1 para HSE y MHSE.
Variable Dependiente: Pasivo Corriente/Activo. Panel A: Dispersión: Varianza Media con Variables Socio-Económicas y de Compromiso (HT). Panel B: Dispersión: Varianza Media con Variables Socio-Económicas (HSE). Panel C: Dispersión: Varianza Media con Género, Escolaridad, Ingreso y Estado Civil (MHSE). Panel D: Dispersión: Factorial: AR(P) indica los p-valores de las pruebas de autocorrelación de primer y segundo orden respectivamente. Hansen presenta el p-valor de la prueba de Hansen. La tabla muestra las estimaciones de los modelos OLS, panel con efectos fijos y GMM. Los resultados no cambian si se clusteriza a nivel de firma. Todos los modelos se controlan por efectos fijos como Año-Tipo-Sector-Región. Para todos los modelos, la prueba de Hausman indica que es mejor estimar efectos fijos que aleatorios. Los errores estándar robustos a heteroscedasticidad y correlación se muestran en paréntesis. *** = Significativa al 1%; ** = Significativa al 5%; * = Significativa al 10%.
Fuente: elaboración propia.
Para cuantificar la variación porcentual de la estructura de capital de corto plazo ante un cambio en la desviación estándar de las variables de heterogeneidad, se calculan los coeficientes estandarizados11. La estructura de capital de corto plazo aumenta alrededor de 13%, 10% y 7% al incrementar en una desviación estándar HT o HFT, HSE y MHSE respectivamente. Los coeficientes estandarizados también muestran que el tamaño (0,54), la tangibilidad de los activos (0,23), el número de asociados (0,24) y la heterogeneidad de los asociados (alrededor de 0,18) son las variables que más explican la estructura de capital de corto plazo de la cooperativa.
Estructura de capital: largo plazo
La Tabla 5 presenta los resultados del modelo de estructura de capital de largo plazo (pasivo no corriente/activo). Sin importar la medida de heterogeneidad de los asociados que se utilice, se encuentra una relación positiva y significativa entre la estructura de capital de largo plazo y la heterogeneidad de los asociados de la cooperativa. La magnitud de la relación encontrada entre la estructura de capital de largo plazo, HT y HFT se estima alrededor de 0,3 y de 0,2 para HSE y MHSE.
Variable Dependiente: Pasivo no Corriente/Activo. Panel A: Varianza Media con Variables Socio-Económicas y de Compromiso (HT). Panel B: Varianza Media con Variables Socio-Económicas (HSE). Panel C: Varianza Media con Género, Escolaridad, Ingreso y Estado Civil (MHSE). Panel D: Factorial: AR(P) indica los p-valores de las pruebas de autocorrelación de primer y segundo orden respectivamente. Hansen presenta el p-valor de la prueba de Hansen. Modelos OLS, panel con efectos fijos y GMM. Los resultados no cambian si se clusteriza a nivel de firma. Todos los modelos se controlan por efectos fijos como Año-Tipo-Sector-Región. La prueba de Hausman indica que es mejor estimar efectos fijos que aleatorios. Los errores estándar robustos a heteroscedasticidad y correlación se muestran en paréntesis. *** = Significativa al 1%; ** = Significativa al 5%; * = Significativa al 10%.
Fuente: elaboración propia.
A partir de los coeficientes estandarizados se calcula que la estructura de capital de largo plazo aumenta alrededor de 23%, 20% y 16% al incrementar en una desviación estándar HT o HFT, HSE y MHSE respectivamente. Los coeficientes estandarizados también muestran que el costo de la deuda (-1,95), la heterogeneidad de los asociados (alrededor de 1,1), el número de asociados (0,71) y el tamaño (0,54) son las variables que más explican la estructura de capital de largo plazo de la cooperativa.
Rentabilidad (ROA)
La Tabla 6 presenta los resultados del modelo de rentabilidad de los activos de la cooperativa (ROA). Sin importar la medida de heterogeneidad de los asociados que se utilice, se encuentra una relación positiva y significativa entre el ROA y la heterogeneidad de los asociados de la cooperativa. La magnitud de la relación encontrada entre el ROA, HT y HFT se estima alrededor de 0,1; de 0,05 para HSE, y de 0,07 para MHSE.
Variable Dependiente: Rentabilidad de los Activos (ROA). Panel A: Dispersión: Varianza Media con Variables Socio-Económicas y de Compromiso (HT). Panel B: Dispersión: Varianza Media con Variables Socio-Económicas (HSE). Panel C: Dispersión: Varianza Media con Género, Escolaridad, Ingreso y Estado Civil (MHSE). Panel D: Dispersión: Factorial: AR(P) indica los p-valores de las pruebas de autocorrelación de primer y segundo orden respectivamente. Hansen presenta el p-valor de la prueba de Hansen. La tabla muestra las estimaciones de los modelos OLS, panel con efectos fijos y GMM. Los resultados no cambian si se clusteriza a nivel de firma. Todos los modelos se controlan por efectos fijos como Año-Tipo-Sector- Región. Para todos los modelos, la prueba de Hausman indica que es mejor estimar efectos fijos que aleatorios. Los errores estándar robustos a heteroscedasticidad y correlación se muestran en paréntesis. *** = Significativa al 1%; ** = Significativa al 5%; * = Significativa al 10%.
Fuente: elaboración propia.
Para cuantificar la variación porcentual del ROA ante un cambio en la desviación estándar de las variables de heterogeneidad, se calculan los coeficientes estandarizados. El ROA aumenta alrededor de 6%, 5% y 4% al incrementar en una desviación estándar HT o HFT, HSE y MHSE respectivamente. Los coeficientes estandarizados también muestran que las ventas (1,42), el tamaño (-1,09), la estructura de capital (-0,71) y la heterogeneidad de los asociados (alrededor de 0,4) son las variables que más explican el ROA de la cooperativa.
Adicionalmente, los signos de las variables de control reportados en la Tabla 4, Tabla 5 y Tabla 6 son consistentes con los encontrados por Titman y Wessels (1988), Rajan y Síngales (1995) y Céspedes et al. (2010) para empresas no cooperativas y por Lerman et al. (1993), Rebelo et al. (2008) y Othman et al. (2012) para organizaciones cooperativas.
DISCUSIÓN
La literatura de estructura de capital en organizaciones cooperativas ha identificado que las cooperativas enfrentan restricción de capital externo e interno como consecuencia de su estructura de propiedad colectiva (Lerman, y Parliament, 1993; Álvarez, Arbesú y Fé, 2000; Menard, 2000; Fulton y Giannakas, 2001; Bor-gen, 2004; Bekkum y Bijman, 2006; Gentzoglains, 2007; Rebelo et al., 2008; Mikami, 2010; Othman et al., 2012; Russell, 2014), su imposibilidad de mercadear las membresías, tener contribuciones fijas de aportes sociales de capital y por las reglas del gobierno cooperativo (Gentzoglains, 2007).
Modelos teóricos de gobernanza organizacional predicen que en cooperativas conformadas por asociados heterogéneos existen diversos objetivos que llevarán a la creación de coaliciones y grupos de poder que trabajarán por sus metas individuales y no por las de la organización (Hawley y Williams, 1996; Gentzoglains, 2007). Estas coaliciones tendrán más poder que los otros miembros de la cooperativa y tomarán las decisiones que les generen más beneficios (Gentzoglains, 2007). En cooperativas con coaliciones y grupos de poder constituidos, se espera que el porcentaje de patrimonio sobre activos sea superior a las cooperativas sin grupos de poder para disminuir el riesgo financiero por la toma de deuda (Gentzoglains, 2007). Los modelos predicen que entre más heterogénea sea la cooperativa, el fondeo se hará principalmente con patrimonio.
Pero este trabajo encuentra un resultado diferente. Entre más heterogénea sea la cooperativa, el fondeo se hace vía deuda y menos patrimonio. Los modelos estimados evidencian una relación positiva y significativa entre la heterogeneidad de los asociados y la estructura de capital de corto y largo plazo en las organizaciones cooperativas no financieras. Las cooperativas incrementan su estructura de capital de corto plazo en 13% y su estructura de capital de largo plazo en 23% al modificar en una desviación estándar la heterogeneidad total (HT). Cooperativas más heterogéneas no se fondean con patrimonio sino con deuda. Resultados similares son encontrados en los trabajos de Rebelo et al (2008) y Othman et al. (2012), quienes encuentran relaciones negativas entre el comportamiento individualista de los asociados y la estructura de capital medida como patrimonio/activos y una relación positiva entre la asistencia a la asamblea general y los aportes sociales.
Los modelos teóricos muestran cómo la estructura de capital de la cooperativa se ve afectada por la creación de coaliciones y grupos de poder cuando los asociados son heterogéneos (Gentzoglains, 2007). Pero en su desarrollo, no diferencian entre cooperativas financieras y no financieras, no definen la heterogeneidad de los asociados y no contemplan la posibilidad de que los valores cooperativos como la confianza, la cooperación y el deseo de alcanzar objetivos individuales contribuyan al trabajo en equipo y limiten los problemas de agencia, la formación de coaliciones y grupos de poder.
La heterogeneidad socioeconómica no es proclive a la formación de grupos de poder fuertes. Por el contrario, los grupos de poder se conforman en grupos homogéneos. La desventaja de los grupos homogéneos se asocia con el riesgo de conformar sindicatos o grupos de poder que tomen malas decisiones de inversión (Gompers et al., 2016), conformismo social y baja innovación por igualdad de pensamiento (Hart, 1998; Asch, 1951; Janis, 1982; Ishii y Xuan, 2014). La conformación de grupos heterogéneos dificulta los acuerdos eficientes y el logro de objetivos colectivos (Cechin et al., 2013; Poteete et al., 2010); dificulta la comunicación entre individuos (Baland y Platteau, 2000; Ostrom, 1999); disminuye la cooperación, confianza y ayuda entre los miembros (Choi, 2009), así como la participación en actividades grupales (Alesina y La Ferrara, 2000).
La conformación de grupos heterogéneos genera multiplicidad de objetivos que dificultan el logro de consensos y la toma de decisiones en organizaciones con propiedad colectiva y gobierno democrático. Sin embargo, la imposibilidad de alcanzar resultados de forma individual incentiva a los seres humanos a conformar y estructurar grupos que ayuden a materializar sus objetivos individuales a través del trabajo en equipo, la confianza y el deseo de cooperar (Gompers et al., 2016).
Los valores cooperativos de confianza y cooperación mitigan la formación de coaliciones y grupos de poder, así como la incertidumbre del asociado al pertenecer a grupos heterogéneos socioeconómicamente. La cooperativa es una organización que se basa en valores como la confianza, la responsabilidad, igualdad, equidad, solidaridad, honestidad y ética: pilares fundamentales para lograr sus objetivos sociales y económicos (Álvarez et al., 2000; Fulton y Giannakas, 2001, Guin-nane, 2001; Eberl, 2004; Bertolin, dos Santos, Braga y Braga, 2008; Novkovic, 2008; Othman et al., 2012; Oczkowski, Krivokapic-Skoko y Plummer, 2013). La confianza es un rasgo característico de las organizaciones cooperativas; es sobre ella que las cooperativas construyen y diseñan su organización (Eberl, 2004), sus objetivos y estrategias (Novkovic, 2008; Oczkowski, et al., 2013) y construyen las relaciones entre los asociados (Banerjee, Mookherjee, Mundhi y Ray, 2001).
Sin embargo, estos valores no evitan que asociados dejen la organización y retiren sus aportes sociales dejando a la cooperativa sin los recursos financieros suficientes para alcanzar los objetivos grupales e individuales. Los asociados deciden mitigar la incertidumbre asociada a los grupos heterogéneos por aprobación de deuda antes que realizar nuevos aportes de capital debido a que esta permite proteger el capital individual, mantener el consumo, mitigar el riesgo y generar sentimientos de responsabilidad con la organización. Adicionalmente, la deuda mitiga los conflictos de intereses, alinea los objetivos individuales y actúa como un mecanismo de control que obliga a la organización a tomar mejores decisiones financieras y operativas (Gentzoglains, 2007).
El pago de la deuda se convierte en un mecanismo cohesionador y ordenador de la organización cooperativa. La necesidad de crédito se vincula a la necesidad de mantener una organización. "La deuda hace que la gente se enrole en la organización, se le induce a seguir los lineamientos de la organización y moviliza a los asociados a pagarla, para así garantizar el éxito de la organización" (Villareal, 2004, p. 22). La deuda se convierte no solo en una fuente de financiamiento, sino en un mecanismo que ordena y prioriza las actividades de la cooperativa. El compromiso de los asociados con el pago de la deuda facilita el consenso respecto de aquellas actividades que deben ser emprendidas en la organización.
Una vez la organización aprueba deuda, las acciones de la cooperativa estarán encaminadas a generar la rentabilidad necesaria para pagarla y fortalecer financieramente la cooperativa. Los asociados esperan poder explotar las ventajas de pertenecer a un grupo heterogéneo, quienes gozan de una variedad de habilidades, perspectivas, recursos y diferentes formas de aproximarse a los problemas como consecuencia de la diversidad de sus integrantes (Chatman y Flynn, 2001; Beard, 2007; Olson, 1965; Quintelier et al., 2012). La diversidad de los asociados, sus ideas y formas de enfrentar los problemas, permite incrementar la rentabilidad de la organización.
Los resultados encontrados en este trabajo son congruentes con la literatura presentada. Los coeficientes estimados en el modelo de rentabilidad evidencian un efecto positivo y estadísticamente significativo entre la heterogeneidad de los asociados y la rentabilidad. Este efecto se estima en un incremento del 6% en el ROA al aumentar en una desviación estándar la heterogeneidad de los asociados.
Finalmente, se observa que la heterogeneidad de los asociados afecta diferente la estructura de capital de cooperativa. La estructura de capital de largo plazo aumenta alrededor de 23%, mientras la estructura de capital de corto plazo incrementa en 13%. Este resultado se explica porque las inversiones de largo plazo generan en los asociados sentimientos de mayor riesgo (la expectativa de retorno de las inversiones de largo plazo se percibe lejanas y riesgosas), lo que sumado a la ya incertidumbre generada por pertenecer a grupos heterogéneos desincentiva aún más el aporte de capital e incentiva la toma de deuda de largo plazo para financiar sus inversiones. La posibilidad de no lograr consensos en el futuro exacerba aún más la toma de deuda de largo plazo.
CONCLUSIONES
Este trabajo es un aporte a la teoría de las finanzas corporativas al encontrar que existe una relación entre la heterogeneidad de los asociados, la estructura de capital y rentabilidad en organizaciones de propiedad colectiva y gobierno democrático, regidas por la afiliación voluntaria y abierta, control democrático de sus miembros, participación económica de los asociados, autonomía e independencia. La estructura de capital y la rentabilidad en las cooperativas no solo se explica por las variables clásicas de finanzas corporativas, sino también por variables propias de la estructura organizacional cooperativa.
También aporta al estudio del sector cooperativo al identificar que el incremento de la heterogeneidad de la organización, como consecuencia del principio de libre entrada y salida de personas, no lleva al fondeo vía patrimonio, como lo predicen los modelos teóricos de gobernanza, sino al fondeo vía deuda. La deuda no solo es un medio para conseguir capital, sino también un mecanismo que mitiga los conflictos de intereses; alinea los objetivos individuales, y actúa a favor de la cooperativa pues obliga a los asociados a tomar mejores decisiones financieras y operativas. La deuda mitiga los problemas asociados a la heterogeneidad socioeconómica en las cooperativas.
Finalmente, las principales limitaciones de esta investigación se refieren a que solo mide la heterogeneidad a partir de variables socioeconómicas de los asociados. Sería muy valioso poder incluir variables de heterogeneidad a partir de información como los sentimientos, motivaciones y emociones de los asociados. El análisis de las emociones de los asociados y su efecto sobre la cooperativa es una amplia línea de investigación que no ha sido explorada a profundidad.